martes, 7 de junio de 2016

(YeWook) University -Serial- Capitulo 7


Nota: ¡Buenas a todos! ¿Qué tal van? Cada vez se va acercando más el final de la historia entre Yesung y Ryeowook, se sabrá quien los ha metido en ese problema, y además, se sabrá quien es el misterioso amigo de Wook. El problema es que en este capitulo no se descubre nada de eso. Y estoy segura, que el siguiente capitulo les gustara a más de uno, como si yo no os conociera.(?) Pero para llegar hasta ese, hay que pasar por este.

Como siempre, espero que os guste ¡Muchos besitos! ¡Nos leemos!

•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•


Desde la pelea que había presenciado de Yesung, tenía una extraña sensación. Se encontraba nervioso y le sudaban las manos ¿por qué estaba de esa manera? Tenía la necesidad de volver a casa, de no seguir allí. Pero tenía que aguantar allí hasta que las clases acabaran.

El bolígrafo se le resbalaba entre su mano. Le sudaba a causa de los nervios que habían invadido su cuerpo. Tenía que secárselas frecuentemente, porque si no, no podía escribir lo que el profesor estaba diciendo.

Intentaba prestar atención a la lección, para no pensar ni en Yesung ni en su mal presentimiento, pero era una tarea bastante complicada.

Cuando ya pensaba que llevaba horas allí metido, el profesor dio por acabada la clase. No tardó mucho en recoger sus cosas y salir corriendo de la clase. Cuanto antes estuviera en su casa, antes se libraba de cualquier cosa rara. Además, esa noche tenia trabajo, así que quería descansar un poco.

Ya viendo la puerta de salida del edificio principal, y desenado cruzarla, la voz de su amigo Leeteuk lo detuvo.

-¡Ryeowook! ¡Espera! –Corriendo se acercó hasta el menor. Cuando se paró a su lado, le faltaba el aire. Parecía que necesitaba hablar con él urgentemente.- ¿Qué pasó ayer? No me has contado nada.

-Bueno, si no lo he hecho es porque no nos hemos visto –Se excusó como pudo Ryeowook, aunque también era la verdad.

-Eso es cierto, pero dime ¿cómo te fue? ¿Qué te hicieron? –Parecía, que Leeteuk ya había recuperado el aire que le faltaba y ahora lo acosaba a preguntas. Ya no sabía si sería por preocupación o por estar enterado de todo.

-Está bien, te contaré que pasó. Pero vamos a salir, que aquí estamos en medio y molestamos.

Ambos amigos salieron del edifico hasta la entrada de la Universidad. Allí había demasiada gente, pero por suerte, todos se iban marchando poco a poco, aunque algunos se giraban a verlo, como si se tratara de un famosos que sale en las revistas de cotilleos y en programas rosas.

-Venga, cuéntame –Insistió Leeteuk, ya alejados de la entrada y acomodados en un muro bajo que bordeaba un gran árbol que llevaba muchos años ante la Universidad.

-En realidad no fue nada importante. Simplemente nos llevaron al calabozo, y no hablamos mucho, hasta que el tonto del otro insistió. Y le eché en cara lo que hizo, lo de amenazarme y tal, y me confesó que él no fue –Dijo, intentando aparentar indiferencia, aunque el hecho de recordar el momento que pasó con Yesung tan intenso le revolucionaba las hormonas.

-¿Cómo? ¿Qué no fue él? ¿Entonces quién pudo enviarte ese mensaje? –Pregunto consternado Leeteuk.

-Pues ni él, ni yo, lo sabemos. Y por lo visto quiere averiguar quién es.

-¿Cómo lo va a hacer?

-Si te digo la verdad, no lo sé, no me ha dicho nada. Y más le vale que la pelea que ha tenido esta mañana por hacerse el machote forme parte de su plan, porque yo no estoy de acuerdo con las peleas.

-Ah… ¿Así que te preocupas por como esté Yesung?

-Pues claro… ¡No! ¡Quiero decir sí! ¡Pero que no! –Ryeowook se estaba liando él solo. No quería decir que sí que lo estaba en realidad y se le había escapado.

-¡Así que sí! ¡Yo sabía que al final tú y él….!

-¡Ni en broma! –Protesto ante la risa y las palabras de Leeteuk. Que a pesar de decirlo en broma, una parte de Ryeowook si le gustaría que hubiera algo más entre Yesung y él, y que no fuera solamente peleas y discusiones por tonterías. Y más sabiendo lo que a Kangin se le escapó.

Sin poder evitarlo, se sonrojó, y para su desgracia, parece que Leeteuk se percató de ello. Pero no le dijo nada respecto a eso.

-Cuando… te fuiste a comisaria con Yesung… Me quedé con Kangin –Dijo, al contrario, para cambiar de tema, ya que notaba que estaba siendo algo incómodo para Ryeowook.

-¿Y eso? No tenía ni idea de esa faceta tuya –Aquello pilló por sorpresa a Ryeowook. Conocía muy bien a su amigo y sabía que le gustaba Kangin, aunque no se lo hubiese dicho. Se le notaba. Y si había estado con él y todo había ido como la seda, se alegraba bastante por su amigo.

-Tampoco fue para tanto. Solo hablemos de vosotros, como había pasado eso, y le comenté lo del mensaje extraño y me dijo que no estaba informado de que Yesung fuera a hacer eso, que de normal, se lo contaba todo… -Leeteuk, se detuvo un momento, como pensando que diría a continuación y de qué manera.- Y también… bueno… acordamos en quedar esta noche para tomar una copa y esas cosas, ya sabes…

-¡Ah! ¡Me alegro muchísimo por ti! ¡De verdad! –Ryeowook se lanzó a los brazos del mayor, muy contento por él y por su avance con Kangin.- Pero nada de hacer cosas raras, eh, que nos conocemos.

-Que no, que no –Ambos amigos rieron con ganas ante la broma.

Ryeowook se separó de él, pero en sus rostros no se borraron las sonrisas. Pero que no duraron mucho tiempo. Se había pasado toda la mañana pensando cual sería el misterioso plan de Yesung para descubrir a la persona que se había dedicado en mandarle el mensaje de amenaza, pero ninguna de sus suposiciones se acervan a lo que en realidad tenía el otro planeado.

Ni si quiera vieron como salía del edificio de la Universidad, ni si quiera le dio a Ryeowook tiempo para reaccionar, cuando Yesung se abalanzó sobre él. Pero no para atacarle, si no para otra cosa muy distinta.

Pasó un brazo por la parte baja de su espalda, atrayéndolo de esa manera hasta su cuerpo. Cuando lo tenía bien pegado a él, su mano libre la deslizó hasta la nuca de Ryeowook, para así, mantener su cabeza cerca de la suya propia, mientras acerba sus labios hasta los del menor.

Besó sus labios con fuerza y con ganas. En un principio, Ryeowook no supo cómo reaccionar porque le había pillado de improvisto, pero después quiso apartarlo. No supo cómo hacerlo. Su cuerpo no reaccionaba. Ni sus manos, ni su cabeza, ni nada. Solo sus labios, que se dedicaron a corresponder el intenso beso que estaba recibiendo por parte de Yesung.

Ya no era consciente de donde estaba. Solo del sabor del mayor, de sus labios que lo besaban como si lo estuviera devorando, y de las sensaciones que un simple beso suyo despertaba en su cuerpo. Solo quería que ese beso no acabase nunca.

Incluso hacer eso fue difícil para Yesung. Sintió como su cuerpo le pedía más de los labios de Ryeowook, como la necesidad de tenerlo cerca de él lo inundaba, pero tenía que controlarse, y el hecho de separar sus labios, le resultó hasta doloroso. No sabía cuánto tiempo pasaría hasta que pudiera probar de nuevo sus deseosos labios.

-¿Qué mierdas es lo que estás haciendo? ¿No eres consciente de que me puede pasar algo malo? –Fue lo primero que Ryeowook pudo pronunciar, tras alejarse un poco de Yesung, aun un poco conmocionado por el beso.

-Lo sé y de eso se trata –Dijo Yesung, llevándose un dedo a los labios. Tenía la sensación de aun sentir los de Ryeowook sobre los suyos, pero no iba a decir nada para no mostrarse débil.

-¡Ah! ¡Muy bonito! ¡Que vengan y me maten! –Protestó el menor.

-Para nada, ahora te iras para tu casa y yo iré más tarde y pasaré el día entero contigo para que no te pase nada.

-Que buena noticia, el día entero con mi salvador –Dijo Ryeowook de manera irónica.- Pero tienes un problema. ¿Y si yo no quiero pasar el día entero contigo?

-Tendrás que hacerlo.

Ambos parecían haberse olvidado de Leeteuk que los observaba atónito como quien ve un partido de tenis. No entendía muy bien que era lo que estaba pasando exactamente, pero tampoco quería meterse no fuera a caer sobre él la furia de los dos.

-Claro, porque tú haces las cosas sin consultar con los demás ¿no? –Ryeowook se estaba exaltando. Con el rostro rojo por el beso y molesto porque quería más.

-Deja de protestar, anda –Yesung le tomó por los hombros y le plantó en los labios un casto beso, antes de marcharse con una sonrisa de satisfacción dibujada en el rostro.

Impresionado por su forma de actuar, Ryeowook se quedó mirando cómo se marchaba con el ceño fruncido. Cuando se hubo marchado, fue consciente de que ahora había más miradas puestas en él y los murmullos que ahora lo rodeaban. También fue consciente de que Leeteuk estaba allí plantado y que no había dicho nada.

-¿Qué ha sido eso? –Preguntó el muchacho esperando que Ryeowook supiera algo, pero este negó con la cabeza.

-No sé qué le pasa a este hombre por la cabeza, pero te aseguro que nada bueno.



***



-Vaya ¿y esa sonrisa de estúpido que traes?

-Y a ti qué te importa.

Nada más entrar a su casa, ya tenía a su hermano encima interrogándolo. Desde que la noche pasada fue a sacarlo del calabozo y lo vio con Ryeowook no dejaba de hacerle preguntas sobre qué había pasado para que estuviese con él allí metido.

Su hermano siempre había tenido cierto cariño y aprecio con Ryeowook, pero no era consciente de lo que sentía por él.

Era cierto que venía sonriendo, porque no dejaba de recordar el beso con Ryeowook ni en como este, a pesar de todo lo que dijera, le había correspondido. Juraría que hasta le gustó y quería más, como él.

Las ganas por poder estar con él de nuevo le carcomían. Temía no poder controlarse, pero desde hacía muchos años, Ryeowook lo volvía loco, hasta tales puntos que ni se hubiera podido imaginar nadie. Con el tiempo supo que eso era estar enamorado de alguien, sobre todo, cuando empezó a querer protegerlo de todo lo que le hiciera daño.

También sabía que su forma de comportarse con él, no había sido la de una persona enamorada, pero no sabía cómo demostrarlo, como hacerle ver que lo amaba más que a cualquiera en este mundo. El hecho de pensar que se iría ahora con él hasta su casa le hacía estremecerse. Pero tenía que mostrarse fuerte y duro. Y más con su hermano persiguiéndolo por la casa.

-¿Vas a salir? –Le pregunta Jongjin

-Sí. Y no. No te voy a decir dónde. No insistas –Cuando entro en su cuarto, cerró la puerta tras sí, para poder tener allí un poco de intimidad.

Se desnudó y se metió en la ducha, quería estar presentable. Además se puso una camisa negra y unos vaqueros ajustados. Se dejó su pelo algo alborotado y se echó algo de perfume. No es que fuera muy coqueto ni nada, pero para ir a ver a Ryeowook quería estar decente, a ver si conseguía que cayera a sus brazos, o por lo menos, que no fuera tan cabezón y dijera lo que siente. Aunque eso, le daba algo de miedo.

Pero nada de pensar cosas negativas.

Cuando salió, su hermano estaba en la puerta de la casa, esperando para hacerle un nuevo interrogatorio. Pero hizo como quien oye llover y se ve fue. Ignorándolo.

No vivía muy lejos de donde Ryeowook, un paseo le despejaría la cabeza de ideas traviesas y pervertidas que no debería pensar cuando estuviera con él.

Con las manos metidas en los bolsillos, paseaba tranquilo, sin mirar nada en especial, solo deseaba llegar ya. Hubiera rogado por unos momentos a solas con Ryeowook, y sin pedirlo, le sale la oportunidad. En ese modo, debería darle las gracias a quien le hubiese mandado el mensaje, por darle esa oportunidad.

-¿A dónde vas tan arreglado, Yesung? ¿Acaso has quedado con alguna chica? –Alguien le hizo pararse, y por la voz, lo reconoció al instante. Una chispa de rabia prendió en su cuerpo.

-¿Qué quieres de mí? –Le preguntó cortante. Había parado de andar, pero dudaba que hubiese sido buena idea.

-Nada. Estaba aquí, esperando a una amiga, y te he visto, tan… Guapo y atractivo, que pensaba que te ibas por ahí a ligar –Yesung le lanzó una mirada a la persona que más odiaba en este mundo.

Por muy amigo de Ryeowook que fuera, por mucho que hubiera hecho por él, pero el hecho que estuviera ahí, frente él, apoyado en su flamante moto y esa sonrisa que le borraba de un golpe, hervía su sangre. Y más cuando iba con Ryeowook quedando mejor que nadie.

-A ti no te importa a donde voy.

Sin esperarse a que le respondiera, comenzó a andar de nuevo, sin volver a dirigirle la mirada si quiera.

-Como quieras. Pero procura no hacerle daño a Ryeowook. Es una amenaza –Fue lo único que Yesung llegó a escuchar. De verdad que este idiota le hacía arder en ira ¿se creía que era el único al que le importaba Ryeowook?

Se centró en ir hasta la casa del menor para no dejar paso a su sentido más primitivo y girarse y volver sobre sus pasos para pegarle una paliza a ese idiota hasta que no pudiera sonreír de esa manera nunca más.

La furia lo poseía durante todo el camino. Se acercó hasta la casa de Ryeowook y tuvo que obligarse a respirar profundamente varias veces para no cometer ninguna locura.

Tocó la puerta. Toda señal de ira o furia o cualquier sentimiento desagradable desaparecieron cuando vio el inocente rostro del menor frente a él. Ahora tuvo que luchar por no lazarse a sus labios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Tus comentarios son importantes para que el blog siga creciendo!