martes, 7 de junio de 2016

(YeWook) University -Serial- Capitulo 1


Título: University

Parejas: YeWook (Yesung + Ryeowok)

Tipo: Yaoi.

Género: Angst, lemon, drama.

Clasificación: NC-17

Advertencias
: El fic puede contener alguna que otra palabra bastante fuerte.

Descripción: Desde siempre, Yesung y Ryeowook, se han enfrentado por ser de diferentes maneras, pero a veces, lo diferente, se atrae.

Nota: Bien, este YeWook, es un pedido que nos hicieron, que por fin se puede publicar. Necesitaba unos retoques la historia, porque no llegaba a cuadrar, y como fan de esta pareja, quería que estuviera perfecto. Dedicado a la chica que lo pidió, esperamos que os guste.

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El timbre no tocaba y él deseaba que lo hiciera ya. Le desesperaba estar allí. Más que nada porque era una clase aburrida y sin nada interesante. Miraba a un lado y a otro, y todos tenían el mismo aspecto aburrido que él. Incluso algunos que estaban dormidos o haciendo otras cosas que no era precisamente atender a la clase.

Suspiró a la vez que sacudía la cabeza, para que su flequillo se acomodara y se quedara donde debía estar. Sentía en él la mirada de alguno que otro. No le resultaba incomodo ya. Puede que al principio sí, pero ya estaba más que acostumbrado a ello.

Era muy consciente de que muchas de las miradas de las chicas y de los chicos se posaran en él. También era consciente que allí era famoso entre todos ellos, que resultaba hermoso para la gran mayoría, por no decir todos, y aun así, no le molestaba.

Algunos llegaban a pensar que era bastante ególatra y un creído que disfrutaba de tenerlos a todos tras él, pero esa situación la usaba como escudo. Él no era como la gente pensaba, pero tampoco quería que lo conocieran de verdad, y pudieran hacerle daño de alguna u otra manera. Así que prefería que todos creyeran que era guay y en cierta manera, le tuvieran respeto.

-Ryeowook, la clase ha acabado –Una sacudida le trajo de nuevo a la tierra. Jungsoo lo miraba con su amplia y perfecta sonrisa.

-Vale, vale. Estaba en mi mundo –Excusándose, recogió sus cosas, apurado, mientras su apreciado amigo, lo esperaba en la puerta del aula.

Una vez listo, salió de allí, acompañado por él. Habían acabado por fin las clases y ahora se marcharían tranquilos a casa. Pero eso es lo que creían.

Caminando entre el bullicio de la gente, en la entrada del aula de música, se detuvo Ryeowook. En el interior parecía que acababan de empezar una de las clases de canto. Y este los miraba con una melancolía, que se le notaba hasta al fondo del pasillo.

-¿Por qué no vuelves? –La voz e Jungsoo tras suya, le sobresaltó, a pesar de saber que estaba allí con él. Que tonto era a veces.

-Porque no puedo, ya sabes que no –Ryeowook apartó la mirada, y siguió caminando, cabizbajo por el pasillo.

-Eso no impide volver a cantar. Tienes una voz maravillosa –Jungsoo insistía, volviendo a caminar a su lado.

-Pero no lo voy a volver a hacer. Nunca más.

No volvió a decir nada, pero conocía suficientemente a Ryeowook como para saber que deseaba volver a las clases de canto, y que si no fuera tan cabezón como lo era, volvería.

-Vaya, el señorito y el príncipe han aparecido ¿dónde os habéis dejado a Romeo?

-Es una pena que estés tan por debajo nuestra ¿no crees? –Ryeowook respondió a aquella padilla de chicos que acababa de aparecer ante ellos, interrumpiéndoles el paso. Le había cortado la risa con su comentario, ya que reían por lo que ese engreído les había dicho.

Ryeowook y Jungsoo los conocían y demasiado. Se podía decir que era el lado oscuro de la Universidad, los típicos malotes a los que todos temían respetaban. Y estaba claro que quien se metiera con ellos o les molestara iban a acabar muy mal.

Se podía ver, que entre ellos y Ryeowook y Jungsoo había cierta rivalidad, aunque Ryeowook no entendía que les había hecho para que estuvieran enfrentados siempre. Desde hace años, puede que desde la infancia.

-Lo que tú digas, pero a nosotros por lo menos no nos ha abandonado uno de los nuestros.

-¿Ya echas de menos a Sungmin? ¿Su atención en ti? ¿Su sonrisa que tanto te emboba? Se te nota a leguas, Kyuhyun –El ataque directo de Jungsoo a Kyuhyun, uno de los que más llevaban el mando en el grupo, y quien peores intenciones tenía. Por la expresión dura que acababa de poner, las palabras de Jungsoo le habían afectado, aunque claro, nunca iba a admitir que sentía cierta atracción por el tercer componente, y amigo, de Jungsoo y Ryeowook.

-Ten cuidado con lo que dices –Con el orgullo herido, Kyuhyun se acercó a ellos amenazante.

-No das miedo, pequeño –Jungsoo no se le quedó atrás, a pesar de que Ryeowook le agarrara del brazo, ya que no quería que ahora tuvieran problemas, estaba muy bien sin ellos.

-Estas damitas deberían seguir su camino, chicos, no se lo entorpezcáis, o llegaran tarde a la manicura.

De entre ellos apareció, colocándose enfrente del grupo, el supuesto líder. Al que tenían como cabecilla. Todos rieron ante sus palabras, sintiéndose orgullosos de él. Con una mirada bastante arrogante, miraba a Jungsoo y a Ryeowook. De sobra sabía que estaba muy por encima de ellos.

-¿Por qué no te vas ya? –Esta vez Ryeowook fue quien se enfrentó. No simpatizaba con él, aunque fuera hermoso y su cabello negro realzara su piel pálida. Era más hermosos que él incluso. Pero desde siempre le había estado gastando bromas, y él, pues, se las devolvía.

-El señorito quiere guerra –Al volver a hablas, todos se rieron de nuevo, menos él, quien mantenía la mirada fija en los ojos de Ryeowook, como retándole.

-Yesung, ten cuidado, no vaya a enterarse tu mama de tu lado oscuro –Susurrándolo, muy cerca de él, para que nadie más se pudiera entrar, Ryeowook sonreía enigmáticamente, para desquicio de Yesung. Ryeowook giró la cabeza, señalando como, fuera del edificio, un coche oscuro, con una mujer mayor, parada enfrente, esperaba.

Ryeowook sabía demasiado de Yesung, lo conocía bastante, e incluso a su familia, y ahora podía aprecias como el rostro de este se desencajaba al ver a la mujer. No quería que los demás supieran que a pesar de toda su fachada, era un niño de mamá. Satisfecho de haber ganado ese enfrentamiento, Jungsoo y Ryeowook, salieron de allí, dejando a un Yesung que los observaba marchar.

Al pasar al lado de la madre de Yesung, ambos se despidieron de ella con una amplia y dulce sonrisa, a al cual ella se la devolvió, provocando que el cabreo de Yesung, aumentara.

-No sabe disimular, nada de nada.

-¿Kyuhyun?

-Sí, está claro que no sabe esconder que le gusta Sungmin, pero como es un hombre, un semental, al que todas las chicas adoran, no lo acepta.

-Pues como tú.

-¿Qué insinúas con eso, Ryeowook?

-No has hablado, pero se te iban los ojos hacia quien tú y yo sabemos, admítelo –Ryeowook había dado en el clavo, pero Jungsoo no lo iba a decir en voz alta. Directamente no dijo nada y siguió caminando al lado de su amigo.

***

Levantó la cabeza para poder mirar el gran reloj que cunaba la torre del edificio. Las once de la noche. Y aun le quedaba un buen paseo hasta llegar a casa, tras todo el día fuer. Al salir de la Universidad, había ido directo al trabajo y justo acababa de salir de este.

Los huesos y los músculos le dolían, cansado de ese día tan agotador. Trabajar como camarero no era su fuerte, aunque se le diera más o menos bien. Muchos de los clientes que asistían era por él, por verle ¿y cómo lo sabía? Porque ellos mismos se lo decían. Al igual que le alagaban por ser hermoso, y por su agradable sonrisa. Juraría que por eso lo seguían manteniendo trabajando le daban los turnos cuando más gente podía asistir al bar.

Se había llevado poco abrigo, ya hora, con el aire frío que se había levantado, tenía el cuerpo congelado. Su mejor opción era acelerar el paso y llegar a casa cuanto antes.

-¿Te llevo a casa?

A su lado, una moto apareció. Una moto bastante grande, que llamaba la atención de lo impresionante y magnifica que se podía apreciar. Su conductor, con un traje de cuero oscuro, y un gran casco que cubría su cabeza, se detuvo a su lado. A Ryeowook no le hacía falta verle el rostro para saber quién era.

-Eres un sol por ofrecérmelo, pero no tengo ningún casco…

Antes de que acabara de hablar, le sacó un casco, similar al que llevaba puesto, del interior de la moto. Sonriendo, agradecido, cogió el casco, y colocándoselo como es debido, se montó tras él en la moto. Se agarró con fuerza a su cintura, mientras arrancaba y recorrían la carretera de esa calle.

Bien agarrado a él, no tardaron mucho en llegar, hasta la puerta de la casa de Ryeowook. El viaje no se había hecho muy largo, para su suerte. Y tampoco incomodo, aunque ciertamente, nunca estaba incómodo con él.

-Se acabó el billete.

-Muchas gracias por traerme –Bajando de la moto, y quitándose el casco, Ryeowook se lo agradeció además, con una bonita sonrisa, como estaba acostumbrado a hacer.

-¿Sigues con el mismo problema de siempre?

-Sí, es algo que parece que nunca va a acabar –Ryeowook, procuró no bajar la mirada ante él, intentando mantenerse fuerte.

-Mañana te ayudaré un poco, vendré a recogerte.

No le dio tiempo a protestar ni decirle que no era necesario que lo hiciera. Ni siquiera le había devuelto el casco. Pero no puedo evitar sonreír. Le alegró la noche, y eso de que le iba a ayudar le alegraba más si es que era posible.

Pero la sonrisa se borró, cuando se giró hasta su casa. Sin importarle si hacia ruido o no, entró, ya que nadie lo esperaba al llegar. Ni esa noche, ni ninguna otra desde hacía años. Aunque eso, solo lo sabía él.

***

Como siempre, había llegado temprano, para poder ver quien sería su pobre victima ese día. Sino, los chicos se aburrían, y no podía permitirlo. Pero ese día era diferente. Uno del primer curso se había entrometido en las cosas de sus chicos y de él, y le tocaba darle una pequeña charla, una amenaza, asustarlo. Aunque tampoco era algo que no le desagradaba mucho. Le gustaba. Porque así tenía la oportunidad de sentirse mejor que cualquiera. Era como su fuente de energía.

Justo en ese momento, un grupo de chicas pasaba por su lado, quien estaba apoyado en la pared, con las manos metidas en los bolsillos. Cuchicheaban, reían, y lo miraban. Alguna estaba sonrojada, pero a él ni le importaba eso.

Sabia de sobra que muchas de las chicas de allí se morían por él, alguna le había pedido ser su novio, pero no le interesaba tener que estar tras una chica, ni tener que estar pendiente de ella. Él ahora era mucho más importante. Ni el amor ni parejas le interesaban. Para su opinión, eso no era más que una pérdida de tiempo.

Al levantar la mirada hacia enfrente, vio algo que le desquició bastante, sintiendo como una extraña ira se iba apoderando poco a poco de él.

Estando en pie, en la puerta de la universidad, vio como Ryeowook se bajaba de una moto, bastante hermosa, la verdad, de un joven que no conseguía ver de quien se trataba. Al verle el rostro a Ryeowook cuando este se quitó el casco, pudo apreciar como sonreír, bastante feliz.

El otro, quien lo había traído, se deshizo también de su casco, pudo ver que era un muchacho, de lo más hermoso, que podría tener su edad. No lo conocía. Ni si quiera lo había visto alguna vez. Pero era mucho más hermoso que él.

Parecía que se llevaban muy bien, parecía, que ese chico tenía demasiado aprecio a Ryeowook. Este chico, se inclinó, aun montado en su moto y besó la mejilla del menos, para después, volver a ponerse el casco y marcharse del campus.

¿Por qué sentía que la sangre le hervía por momentos? Cerraba los puños con fuera, mientras veía a Ryeowook dirigirse hacia el edificio en el que se encontraba él mismo.

¿Quién era ese? –se atrevió a preguntar, cuando este pasó por su lado.

-¿Celoso, Yesung?

Ni siquiera se detuvo. Lo miró más que divertido, y siguió caminando.

Él se giró para mirarle marchar por el pasillo. Había cambiado de objetivo para ese día.

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