sábado, 25 de junio de 2016

(Varias) El instituto de la Muerte -Serial- Capítulo 7

,jhfdhcjklñ´lkjhgfhjklñ´lkjhjk

Notas: Los días pasan rápidamente, pero nuestros ocho estudiantes cada vez están más cerca de poder conocer toda la verdad... muy cerca...

•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.



La puerta de la casa de JongDae se abrió y por ella apareció una persona que MinSeok no quería ver por nada del mundo, aun así, intentó que su gesto no se torciera demasiado y que el hombre que le había abierto no notara el desagrado que le provocaba.

—Vaya, vaya —murmuró—. No te esperaba por aquí, JongDae no me ha dicho nada —le sonrió—, pero pasa, pasa. Estás en tu casa.
—Solo he venido a recogerlo, gracias —respondió el chico de una forma algo más fría de lo que pretendía.
—¿Esa es forma de tratar a tu padre, Kim MinSeok?

MinSeok inspiró hondo una vez antes de poder contestarle algo que no fuera grosero, pero no tuvo que hacerlo finalmente porque JongDae apareció en la puerta, arrastrando de la mano a JunMyeon.

—Nos vamos, papá —le dijo—. JunMyeon se quedará a dormir cuando volvamos.
—Pasadlo bien, hijos —deseó el hombre con una sonrisa bastante falsa—. Recordar no estar hasta tarde, que mañana también hay clase.

MinSeok echó a andar rápidamente porque no podía estar más tiempo en el mismo lugar con el hombre que había abandonado a su madre embarazada por otra mujer a la que había dejado embarazada poco antes de su nacimiento. MinSeok se había pasado la vida odiando a Kim HeeChul por lo que había hecho y aunque se llevara bien con su hermanastro, iba a seguir odiando a ese hombre por los siglos de los siglos.

—Quería abrir yo la puerta —escuchó que decía JongDae tras él—, pero se me ha adelantado y no he podido hacer nada.
—No pasa nada —aseguró, esbozando su mejor sonrisa, aunque por dentro sintiera su sangre hervir—. Sé que me lo voy a tener que encontrar varias veces a lo largo de mi vida.



Habían quedado todos en la puerta del instituto, como hacía casi una semana antes; sin embargo, todo era bastante diferente ya que la decoración de Halloween había sido quitada de todos los lugares y el ambiente sombrío y frío que se respiraba no tenía nada que ver con la congoja, sino con la meteorología y con que iban a entrar en el instituto de noche para robar unos documentos. YiXing y YiFan habían llegado los primeros, varios minutos antes de la hora acordada y el menor estaba que se subía por las paredes porque quería acabar con aquello lo más pronto posible y volver a su cama, para dormir abrazado a YiFan, como hacía tanto tiempo que no hacían.

—¿Tienes frío? —le preguntó su chico y YiXing se dio cuenta de que en los últimos minutos casi se había fusionado con el cuerpo del más alto, buscando el calor que este desprendía.
—Un poco —reconoció.
—Anda, ven.

YiFan se desabrochó el abrigo que llevaba y lo instó a pegarse a su cuerpo. YiXing miró a un lado y a otro de la calle para cerciorarse de que no había nadie cerca, pero a pesar de que no era muy tarde, aquella zona se quedaba muerta en cuanto anochecía. Finalmente, pegó su espalda al pecho ajeno y se dejó envolver en el abrigo y entre los cálidos brazos de YiFan.

Lo había asustado mucho cuando había llegado aquella tarde a casa y sabía con absoluta certeza que el objeto de la pelea había sido él, pero YiFan no quería hablar, así que él no lo forzaría a hacerlo hasta que no quisiera. Había aprendido con el paso del tiempo que su novio lo único que necesitaba para sincerarse era que se le diera un poco de espacio y de tiempo.

—¿Así está mejor? —escuchó su voz grave junto a su oído y un escalofrío le recorrió el cuerpo de arriba abajo.
—Sí, así está perfecto —le respondió.

Giró un poco su cabeza para poder atrapar los labios del mayor en un pequeño beso que le demostraba su gratitud y cuando se separaron unos segundos después, YiXing se dio cuenta de que por fin comenzaban a llegar los demás.



Ya habían llegado todos finalmente a la puerta del instituto. Eran cerca de las diez de la noche y JunMyeon estaba bastante nervioso sobre aquello. Confiaba en las habilidades de ChanYeol y KyungSoo porque habían demostrado aquella misma mañana que habían podido conseguir la llave que necesitaban y se habían colado muchas veces antes en el instituto; sin embargo se sentía inseguro sobre el resultado de aquello. Quizás nunca los hubieran pillado, pero aquella podía ser la noche en la que sí lo hicieran.

—Muy bien —dijo JongDae a su lado, llamando la atención de todos—. ¿Dónde está ese agujero que hay que atravesar?
—Hay que ir por la parte de atrás —respondió ChanYeol—. Está en el descampado.
—¿A qué esperamos entonces?

JongDae lo tomó fuerte de la mano que llevaba todo el camino desde que salieron de su casa sujetando y luego le dedicó una sonrisa cálida y tranquilizadora a JunMyeon antes de echar a andar en pos de todos los demás. Puede que todo saliera mal o puede que todo saliera bien, tal y como había estado sucediendo con todo lo que habían hecho desde que los chicos habían desaparecido.

—Todo saldrá bien —murmuró su chico, adivinando que sus pensamientos iban en aquella dirección—. Encontraremos a SeHun y ZiTao pronto y nadie más que nosotros sabrá que para ello hemos violado alguna que otra norma.
—Gracias —le respondió, devolviéndole la sonrisa cálida que antes le había ofrecido el otro.

Quizás todo saliera perfectamente y quizás solo se estaba preocupando de más con todo aquello, como siempre.



—¿No es el agujero muy pequeño? —cuestionó YiFan en cuanto llegaron al lugar.

Lu Han lo observó de cerca y se dio cuenta de que por ahí solo podían pasar personas que midieran menos de metro ochenta con comodidad, los más altos se tendrían que retorcer bastante para poder pasar y el chico no se imaginaba a ChanYeol entrando y saliendo por ahí prácticamente todas las semanas.

—Yo entro —dijo ChanYeol—. Con un poco de trabajo, pero entro.
—Yo me quedo —respondió a aquello YiFan—. No quiero quedarme atascado y hacer que nos pillen por eso.
—Entonces vayamos los más bajitos —propuso Lu Han, mirando a KyungSoo, MinSeok, JongDae y JunMyeon, aunque sabía que el último no se apuntaría a aquella excursión y que si este no lo hacía, JongDae tampoco.
—Me parece perfecto —respondió KyungSoo—. De todas formas yo pensaba ir por si había algún problema con la puerta.
—Bien —murmuró el chico—. ¿Y vosotros?

MinSeok asintió rápidamente a su propuesta, pero JongDae y JunMyeon negaron ambos, como Lu Han había predicho.

—Entonces vamos nosotros tres —dijo finalmente.

Lu Han vio cómo KyungSoo se agachó un poco y pasó fácilmente a través del agujero de la valla. MinSeok también pasó, aunque con un poco más de dificultad porque no tenía la costumbre de hacerlo como el otro. Finalmente, fue el turno de Lu Han y espiró todo el aire antes de agacharse y pasar primero las piernas y después el resto del cuerpo. Necesitó la ayuda de MinSeok tirando de él hacia dentro y la de YiFan sujetándolo desde el otro lado para no clavarse ningún hierro y para poder caber por el agujero. Él era un poco más alto que los otros dos, así que era normal.

—Ya estoy —murmuró cuando por fin se encontró de pie en el interior de los terrenos del instituto.
—Vamos allá.



ChanYeol la mayoría de las veces era como un elefante en una cacharrería, pero KyungSoo habría agradecido que fuera él quien lo acompañara y no Lu Han ni MinSeok. El chico aún no había hecho demasiadas migas con nadie en el grupo, se llevaba bien con ellos mientras no lo molestaran demasiado, pero realmente no conocía mucho a los demás, solo a ChanYeol. Por ese motivo, daba las instrucciones en un tono bastante bajo o sin hablar siquiera y les pedía que hicieran el menor ruido posible mientras caminaban por los desiertos pasillos.

—Aquí es —susurró cuando llegaron a la puerta de la sala que buscaban.

No se giró hacia ellos, pero podía sentir sus respiraciones en su nuca y aquello lo ponía un poco nervioso; sin embargo, se intentó tranquilizar y sacó el juego de llaves que le había entregado ChanYeol para comenzar a probar una tras otra hasta dar con la que abriera aquella cerradura. Pasaron varios minutos en los que el único sonido que podía escucharse era un débil tintineo de las llaves cuando KyungSoo cambiaba y probaba con otra, hasta que en este silencio se escuchó un bufido.

—¿Sucede algo malo? —escuchó que preguntaba MinSeok y asintió.
—En este juego no está la llave —les respondió.
—¿Y qué hacemos? —cuestionó Lu Han.

En ese momento, KyungSoo se dio cuenta de que el chico llevaba en su pelo un par de horquillas para sujetarse el flequillo y esbozó una sonrisa. No hacía ni siquiera un año desde la última vez que había forzado una cerradura y siempre había sido bastante bueno, así que no le costaría trabajo abrir aquella puerta.

—¿Me prestas una de tus horquillas, Lu Han?

El chico asintió e inmediatamente se quitó una del pelo para dársela. KyungSoo la abrió sin mucho esfuerzo y luego introdujo uno de los extremos en la cerradura, intentando dar con el mecanismo para poder abrir la puerta. Solo pasó un minuto cuando un leve clic resonó en el pasillo, indicando que había conseguido su objetivo. KyungSoo empujó un poco la puerta y esta se abrió hacia dentro, una vez se cercioró de que no había ninguna alarma se dispuso a entrar, seguido de los otros dos.

KyungSoo se dedicó a buscar en el clasificador que había frente a la puerta, mientras que los otros dos lo hacían con los de sus lados, buscando rápidamente en los archivos de los alumnos que había allí guardados por si podían encontrar los de los años sesenta. Iba a ser algo complicado, pero tenían que hacerlo para poder sacar a ZiTao y SeHun del sótano, para poder alejarlos de aquel fantasma que tanto daño había hecho.



—Ha pasado ya media hora —dijo JunMyeon a su lado, haciendo que todos los que se encontrara allí lo miraran—. ¿Por qué no salen?
—Bueno, tienen que ser cautelosos para que no los pillen —contestó JongDae, apretando firmemente el agarre que mantenía aún en su mano para tranquilizarlo, aunque pareciera imposible hacer que su chico dejara de pensar en todo lo malo que podía suceder.
—Podemos hacer una cosa —murmuró YiXing sacando su cabeza por el abrigo de YiFan, ya que se encontraba dentro de este y entre los brazos del alto—. Les damos otra media hora más y si no salen pues alguien puede entrar a buscarlos para ver si están bien.
—Yo iré —se ofreció ChanYeol—. Soy el único que sabe dónde está la ventana aparte de KyungSoo.
—Perfecto. No hay de qué preocuparse.

Intentó sonar convincente, pero JongDae supo que aunque JunMyeon quisiera pensar en positivo no se iba a quedar tranquilo hasta que no viera aparecer a los dos chicos por el patio y que no volvería a respirar con normalidad hasta que no estuvieran al menos a dos kilómetros de distancia del instituto.



Pasaron otros veinte minutos sin tener noticias de los chicos que se habían adentrado en los terrenos de la escuela hacía ya casi una hora y ChanYeol se estaba preparando mentalmente para entrar allí y ver qué era lo que les había sucedido para tardar tanto. Sin embargo, en aquellos momentos, el chico pudo ver cómo tres siluetas se acercaban a ellos desde el edificio del instituto con gran rapidez. El corazón de ChanYeol comenzó a latir con rapidez al entornar los ojos y ver a KyungSoo avanzar hacia él.

Parecían estar bien, que no había sucedido nada extraño cuando habían estado dentro y que no los habían descubierto tampoco.

Cuando finalmente KyungSoo atravesó aquel agujero, ChanYeol no se pudo resistir más a abrazarlo fuertemente contra su cuerpo porque había estado preocupado por lo que le podía pasar y ahora que estaba allí no quería dejar que estuviera lejos de su cuerpo, donde él no pudiera cerciorarse de que se encontraba perfectamente. El chico hacía unas pocas semanas que había comenzado a desarrollar esa clase de sentimiento y no sabía exactamente qué era lo que significaba aparte de que no quería que a KyungSoo le sucediese nada malo si él podía evitarlo.

—¿Habéis encontrado algo allí dentro? —cuestionó JunMyeon.

ChanYeol notó a KyungSoo asentir contra su pecho y parte de la tensión que mantenía su cuerpo rígido se desvaneció. Habían encontrado cosas y aquello no había sido en vano, así que dentro de poco podría acabarse toda aquella pesadilla.

—Había unos pocos de documentos de la época —respondió—. Y hemos encontrado las fichas de Kim JongIn y Byun BaekHyun.
—Eso es genial —felicitó YiXing—. Al menos así podremos saber algo sobre su vida para poder ver cómo lo podemos encarar cuando invoquemos a su espíritu.
—¿Vamos a invocar fantasmas? —JunMyeon tembló de arriba abajo y ChanYeol lo pudo ver incluso a la distancia a la que se encontraba.
—Es la única manera que tenemos para poder comunicarnos con él y para poder ayudarlo a encontrar el camino al lugar al que pertenece —contestó YiFan—. Pero primero debemos saber más o menos las circunstancias de su muerte para poder hacer eso.
—¿Hay algo en sus fichas? —preguntó ChanYeol.
—No las hemos leído —aquella vez fue Lu Han quien contestó—. Queríamos hacerlo cuando estuviéramos todos.
—¿Nos vamos a el parque que hay cerca de aquí? —propuso JongDae—. Si nos quedamos al lado de la valla del instituto y alguien pasa y nos ve nos meteríamos en problemas.
—Sí. Sería lo mejor —coincidió MinSeok.



Llegaron al parque algunos minutos después y se pusieron cerca de la luz de una farola, algunos de pie y otros sentados en un banco que había cerca. YiFan podía sentir la expectación que tenían todos porque él mismo la tenía y lo único que quería era ver qué era lo que había pasado con aquellos dos chicos en los años sesenta para que un fantasma vengativo siguiera vagando por el sótano del instituto. KyungSoo era el que tenía guardadas las dos fichas estudiantiles de los chicos, así que las sacó y las puso sobre sus piernas, abriendo la primera de ellas.

—Byun BaekHyun —leyó y luego comenzó a pasear su mirada por el documento antes de volver a hablar—: parecía un estudiante modelo —dijo al fin—. Solo hay notas suyas de un semestre, pero todas rondan los cien puntos —siguió leyendo—. No se le daban bien los deportes y tenía un cuerpo bastante débil, pero era un as en el ajedrez y en la escuela media había ganado varias competiciones. No se vio envuelto en ningún altercado en el instituto hasta mediados de octubre, cuando unos chicos le pegaron y casi le rompieron algunos huesos —KyungSoo alzó la cabeza para mirarlos—. No creo que sea él nuestro fantasma vengativo.
—Lee la ficha del otro chico —dijo YiFan—. Así podremos tenerlo más claro.

KyungSoo asintió y cerró esa carpeta para coger la otra, la de Kim JongIn y abrirla. YiFan sintió cómo YiXing se pegaba a su cuerpo en busca de más calor y él lo acogió entre sus brazos, mientras miraba fijamente al chico de ojos grandes que leía rápidamente las líneas que había escritas en los folios.

—Kim JongIn tuvo algunos problemas con los estudios porque no se le daban demasiado bien —recitó—, y los profesores después de los primeros exámenes le buscaron un tutor: Byun BaekHyun.
—Así que se conocieron de esa forma —murmuró Lu Han.

YiFan sintió un escalofrío recorrer su espalda porque de aquella forma se habían conocido él y YiXing. Cuando su novio entró en primero apenas sabía cuatro palabras en coreano y los profesores le confiaron a él que lo ayudara. De aquella forma habían acabado juntos y de aquella forma él se había distanciado un poco de Lu Han, haciendo que los caminos de MinSeok y su mejor amigo se cruzaran así.

—Sí. Jugaba al fútbol —continuó KyungSoo—. Era bastante bueno, el mejor del equipo y jugaba de vez en cuando en un equipo de divisiones inferiores. No parecía tener problemas con nadie aparte de con los miembros de su equipo, quienes se quejaban de que era homosexual y que los miraba mucho cuando estaban desnudos en los vestuarios —el chico contuvo la respiración durante un segundo—. También dice que en varias ocasiones le pegaron por ello y que se descubrió que era homosexual.
—Probablemente las personas de su entorno no hicieran nada por ayudarlo —comentó YiXing entre sus brazos—. Probablemente tuvo que sufrir solo los maltratos.
—Hasta que el otro chico se cruzó en su camino —murmuró JunMyeon—. El altercado que tuvo con gente del instituto fue pocos días antes de la noche del 31 de octubre.
—Los dos cuerpos tenían signos de violencia según el periódico —dijo JongDae—. Quizás les pegaron tal paliza a ambos que los mataron.
—¿Y por qué el chico se querría vengar de parejas homosexuales? —cuestionó ChanYeol—. Debería ser feliz por ver que pueden vivir más o menos en paz.
—Porque la envidia le corroe —murmuró MinSeok—. Todas las parejas estaban juntas, algo que él no pudo disfrutar.
—Pero SeHun y ZiTao no eran pareja… —susurró Lu Han.
—Pero eso el fantasma no lo sabe —continuó MinSeok—, y por cómo se comportaban, parecían una pareja.

mrs daisy

2 comentarios:

  1. Seguimos cada vez mas cerca de la verdad y se pone interesante.
    Primero de todo adoro cuando me tiras data sobre los personajes, en este caso sobre MinSeok y su pésima relación con su padre, no es para menos, tiene mucha razón en estar resentido aunque valoro que separe las cosas con JongDae y se lleven bien.
    También me gusto muchísimo, aunque se veía venir, que ChanYeol esta sintiendo cosas por KyungSoo...vamos a ver si llegan a buen puerto esos sentimientos. Por cierto, este ultimo es muy habilidoso (me sorprenden, saben hacer de todo...multifaceticos son estos chicos me voy a tener que conseguir uno jajaja).
    Todo lo que encontraron en las fichas de BaekHyun y JongIn me pareció muy revelador y la relación que tenían entre ellos, aunque JongIn era homosexual porque es muy evidente esa evidencia en el relato, no lo deja claro sobre nuestro estudiante modelo. Lo que me da a pensar que quizás BaekHyun solo haya sufrido las consecuencias por ser su tutor y todo fue malinterpretado por sus agresores. Supongo que esto ultimo deberé esperar para saber como fueron realmente los hechos, pero me parece interesante tirarlo como una sensación que tuve al leerlo.



    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cada capítulo estamos más cerca de la verdad, sí señora XD
      La verdad es que a mí me encanta profundizar en todas estas cosas, para hacer la historia mucho más cercana, así que me alegra que te guste que meta estas cosillas también.
      ChanYeol es un bobo enamorado de KyungSoo, siempre ha estado enamorado de él, pero claro... como el otro es un sieso XD La mala vida le enseñó a hacer de todo XD
      Las fichas que los colegios guardan sobre todos los alumnos tienen siempre muchos datos reveladores sobre ellos. Es una buena conclusión, en los próximos capítulos verás si tienes la razón o no ^^ Gracias por leer y comentar

      Eliminar

¡Tus comentarios son importantes para que el blog siga creciendo!