martes, 28 de junio de 2016

(GDBer) Dragon tattoo -Oneshot-



Título: Dragon tattoo

Pareja: GDBer(G-Dragon + Amber)

Tipo: Hetero

Géneros: Hurt/Comfort

Clasificación: G/PG

Descripción: En un arrebato de mostrar su amor hacia Jiyong, Amber acabó haciéndose un tatuaje. Pero después comenzó a replantearse si a él le gustaría o no.

Advertencias: Ninguna

Notas: Este oneshot lo he hecho porque por un comentario, alguien nos pidió que hicieramos uno entre GD y Amber ya que había poco, y casi todos en inglés. Espero que sea suficiente y guste. ^^

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No sabía si había hecho bien o mal, pero lo había hecho. Era una decisión que una vez tomada y ejecutada, no había vuelta atrás. Y ya que lo había hecho, no había manera de retroceder. Y mucho menos para arrepentirse.

Aquella decisión la había tomado sin más, sobre la marcha. Si se hubiese parado a pensar y a debatirlo, tal vez no hubiera cometido esa locura. Pero ya estaba hecho.

El problema venía ahora que comenzaba a comerse la cabeza a más no poder. ¿Y si se arrepentía? ¿Y si a él no le gustaba? ¿Y si la había cagado para siempre? Un sin fin de preguntas que la estaban martirizando.

En fin. Lo hecho, hecho estaba. Ya no podía arrepentirse. La idea le cruzó por la mente y la había llevado a cabo al momento. Aunque si se hubiese esperado un poco más, tal vez ahora no tuviera aquel remordiendo sobre qué pensaría…

Temía porque Jiyong viera lo que había hecho. Sabía que él no tenía ningún reproche respecto al tema, pero aun así sentía algo de respeto a eso. Puede que a él le gustase, pero no que su novia lo llevase.

Suspirando volvió a observar en el espejo el tatuaje que se había hecho en un arrebato que le dio y que ahora lucía en el costado. Era un dibujo extraño, ni siquiera sabía cómo describirlo. Solo podría decir que era algo similar a un dragón que estaba enroscado en sí mismo.

El tatuaje estaba muy bien hecho. En realidad estaba genial. Pero se lo había hecho por él. Una decisión muy arriesgada, pero quería demostrarle su amor de esa manera. Aunque no fuese, ni por asomo, la más acertada.

Harta de estar carcomiéndose la cabeza mientras observaban el dibujo en su piel, se bajó la camiseta y quitó la mirada del espejo. Tendría que ser lo que el destino le deparase y no había más.

Por suerte o por desgracia, esa misma tarde acabaría averiguando la opinión de Jiyong sobre su tatuaje. Así por lo menos no estaría con la duda mucho tiempo. Eso era bueno. Pero no sabía si sería igual de bueno la opinión de él respecto a su acción.

Antes de salir de salir de casa, se aseguró que lo llevaba todo. Cartera con dinero y tarjetas, llaves, móvil y las cuatro cosas demás que siempre llevaba por si había alguna emergencia. No se dejaba nada.

Con valor, salió de casa. Se iba a enfrentar a la situación. Tal vez no fuera tanto como ella se lo estaba imaginando, pero también cabía la posibilidad de que todo se fuera al traste y aquella decisión mal tomada estropease todo su futuro con la persona a la que amaba.

Si es que ni aunque quisiera dejaba de darle vueltas. A veces creía que directamente era tonta o masoquista. Porque aquello era hacerse daño a sí misma por hacerlo. Tenía que despejar cualquier idea así fuera de su cabeza a toda costa.

Comenzó a caminar directa hacia su cita. Había quedado con Jiyong frente un puesto de comida que a ambos le gustaba. En realidad, quedar allí y tener esa cita justo ese mismo día había sido idea de ella. Quería aprovechar ese momento para mostrarle su regalo.

Además que el lugar donde justo quedaban no estaba muy lejos de donde ella vivía. Tan solo estaba a diez minutos caminando a un paso ligero. Así que fue cuestión de unos segundos cuando ya estaba frente al puesto de comida, esperando a que él llegara.

Deseaba que no llegase tarde con todo su corazón. Cuando más pronto, menos tiempo tendría ella para comerse la cabeza con lo que pasaría cuando supiera lo de su tatuaje. Mejor era entretenerse viendo la gente pasar e imaginar los problemas que podrían tener en vez de pensar en los suyos propios.

Pero sus plegarias no fueron escuchadas y cuando estaba ya olvidando todo, alguien le cubrió los ojos con las manos desde atrás.

-¿Quién soy? -Escuchó a Jiyong. Estaba claro que era él aunque hubiese modificado un poco su voz para que no supieran de quien se trataba de primeras.

-No lo sé, está muy complicado -A pesar de saber que era él, le siguió un poco el juego.

-A ver si lo adivinas.

-Uhm… -Un suave olor a mandarinas le llegó. Jiyong era propenso a tomar como merienda mandarinas, por lo que casi siempre le olían las manos a eso.- Creo que me viene un dulce olor a mandarinas, quien serás…

-Ah, no vale. Siempre me delata lo mismo. Que poco cuidado tengo -Jiyong supo al momento que ya sabía que era él cuando le dijo lo del olor, aunque ella hubiese puesto un tono de sospecha.

-Tenías que haberte lavado las manos bien antes de salir y no mojártelas solo -Cuando le retiró las manos de la cara, se giró para mirarle a los ojos. Por un momento todo se le había olvidado, incluso cuando le miró a sus brillantes ojos.

-¿Estás lista? -Con una pequeña pero sincera sonrisa en el rostro, le cogió tiernamente de ambas manos. A veces se comportaba tan amor, cuando más culpabilidad por algo que había hecho sentía ella.

-Anda sí, vamos -Sin más, le robó un beso antes de que comenzaran a andar, sin soltarse una de las manos.

-Oye, ¿qué era eso que me comentaste que querías enseñarme? -Preguntó de pronto él cuando ya llevaban un rato paseando.

Entonces fue cuando Amber se acordó de que antes de cometer la locura de ir a hacerse un tatuaje, le envió un mensaje toda entusiasmada diciéndole de quedar que tenía que enseñarle algo muy importante. Qué tonta.

-Em… Es una tontería, creo que mejor lo dejamos para otro día. Así que olvídalo -Su más sincera sonrisa se la mostró como pudo, pero por la expresión de él, pudo deducir que no estaba muy satisfecho con su escusa, pero si pensaba lo contrario, tampoco lo dijo.

Amber deseó con todas sus fuerzas que el mundo se la tragara. Ahora se le notaría demasiado lo nerviosa que estaba y tendría que contárselo. Jiyong siempre había tenido el don de saber cuándo le pasaba algo. O tal vez cuando estaba de los nervios le aparecía un cartel en la frente que lo decía todo.

Tenía que aguantar. Tenía que disimular hasta que por lo menos llegara el momento adecuado para decírselo. Pero tenía que ser ese mismo día o él acabaría descubriéndolo solo y se enfadaría si ella no se lo había contado antes ¡Qué difícil era todo a veces! ¡Se complicaba ella sola la vida sin más!

El resto del trayecto transcurrió sin nada que no fuese lo normal. Él le contaba qué tal le había ido el día y ella lo ponía al corriente de todos los chismorreos de los que se había enterado.

Jiyong no volvió a insinuar nada sobre eso que le tenía que enseñar y eso hizo que se relajara algo. Por suerte, mantener una conversación con él hacía que se olvidase de sus problemas y de todo lo que la rodeaba. Incluyendo el tatuaje que llevaba en el costado, recién hecho.

Pero la tranquilidad no le duró mucho. Cuando estaban parados ante una heladería, él le mandó una buena indirecta.

-Hoy le ha dado a todo el mundo por enseñarme cosas -Soltó de pronto, cuando le pagaba al hombre que los atendió. Casi provoca que Amber se ahogara con el helado.

-¿Ah, sí? ¿Y qué te han enseñado? -Intento disimular que casi se ahoga además de poner cierto tono de interés, como si le resultase algo muy curioso. Que lo era, pero sabía que iba con segundas intenciones.

-Pues Seungri ha venido hoy que se ha comprado un móvil de última generación. Mola bastante -Siguió él, como si nada.

-Ese chico se compra móviles cada mes. No sé qué colección tendrá ya de aparatos electrónicos.

-Puede ser, pero está muy bien. Me ha enseñado todas las aplicaciones que tiene y lo que es capaz de hacer. Tal vez me compre yo uno igual -Y de nuevo otra indirecta. No lo había olvidado tal y como ella se lo había pedido.

Amber no le respondió directamente a eso último que le dijo. Se concentró en su helado y se olvidó de lo que le estaba hablando o acabaría diciendo algo que no quería. Aunque sabía que eso no haría que él dejase de sospechar que pasaba algo.

Mientras se comían cada uno su helado caminaban por la calle en silencio. Y casi mejor. Lo prefería, así no volvía a lanzarle alguna indirecta.

-¿Qué te parece si te vienes a casa? Quiero mostrarte un regalo de mi hermana -Y ahí iba Jiyong otra vez, lanzando una pulla con excusa perfecta para poder llevarla a un lugar donde no pudiera escaparse ¿y cómo le decía que no?

-Pero se nos va a hacer tarde, mientras vamos y todo ese rollo… -Intentó buscar un motivo para no ir pero no sirvió de nada.

-Bueno, te quedas a comer. Te haré una buena cena y así cenamos los dos juntos, que hace tiempo que no lo hacemos. Tampoco acepto un no por respuesta -Y agarrándole de la mano de nuevo Jiyong dio por acabada la conversación, por lo que tenía que ir sí o sí a su casa.

Sin mostrar su descontento ni como los nervios y el miedo se iban adueñando de ella a cada paso que estaban más cerca de su casa, Amber lucía una amplia sonrisa en el rostro, de lo más sospechosa. Así como no iba a dudar de ella Jiyong

Antes de que se diera cuenta ya estaban los dos en la casa de él. Ya no tenía escapatoria. Estaba allí, a solas con él y sin modo de irse. Por lo menos sería un lugar más íntimo y si le tenía que decir algo por el tatuaje, no tendría que enterarse todo el mundo.

Amber le seguía el rollo como podía. No se sentía bien haciéndolo, pero no le quedaba más remedio. Era consciente de que él sabía que había algo y que haría lo que fuese para sacárselo.

-Mira, me lo ha traído de su último viaje -Jiyong sacó de una caja un extraño artefacto. Lo sonaba de haberlo visto en algún lado, pero no llegaba a concebir de qué se trataba.

-¿Qué es? ¿Para qué sirve? -Se acercó un poco hasta él para ver más de cerca el aparato blanco, que tenía forma de araña.

-Es para hacer masajes. Date la vuelta -Cuando él le pidió aquello con esa sonrisa traviesa en el rostro, dudo si hacerlo. Pero no tenía nada de malo ¿no? Se supone que solo hace masajes.

Vacilante, se giró hasta darle la espalda. Pero al momento sintió como Jiyong le pasa el chisme con forma de araña por la espalda. Era una sensación muy agradable, casi placentera.

-La verdad es que no ha sido un mal regalo. Está muy bien -Amber agachó un poco la cabeza, relajándose por completo y olvidándose de la existencia del tatuaje.

-¿A qué sí? Es algo que nos puede ser muy útil -Él seguía pasando el artefacto por su espalda hasta que dio con este, cerca del costado, muy cerca del tatuaje.

-¡Ah..! -Iba a protestar del dolor, pero cuando se dio cuenta intentó callarse. Sin embargo, ya era demasiado tarde. Jiyong la había escuchado.

-¿Te has quejado? ¿Qué te duele? -Apartó el aparato al momento y la miró con el ceño fruncido. No le gustaba como sonaban sus preguntas.

-No era… uhm… nada. Solo que me he dejado llevar demasiado, solo eso -Ni sus palabras ni su risa nerviosa que la delataba convencieron a Jiyong.

-Ya, claro -Y con un dedo fue apretando por la zona en la que estaba pasando el aparato cuando ella protestó. Cuando presionó con el dedo de nuevo en la zona que aún tenía sensible debido al tatuaje, se le escapó un bufido al intentar controlar que no le volviera a salir un quejido. Pero no sirvió de nada.- ¿Qué tienes ahí para que te duela?

-Nada, no me duele nada -Amber quiso alejarse al momento, pero él fue más rápido. Le cogió del brazo para que no se escapara y le levantó la camiseta para ver que tenía ahí por mucho que tratase de resistirse.

-¿Qué es esto? ¿Un tatuaje?

-Puede que lo sea, sí -No supo cómo tomarse su pregunta, así que tampoco supo que responder exactamente.

Se quedó en silencio, observando el tatuaje del dragón que ahora su novia portaba en un costado. A Amber le pasaban los segundos como si fueran años ¿Es que no iba a decir nada? ¿Solo se iba a quedar ahí mirando sin más? La agonía se la habría acabado comiendo, pero Jiyong habló.

-Me gusta el dragón ¿pero por qué te lo has hecho? -Bueno, habían avanzado. Le gustaba el tatuaje, ahora a ver si no metía la pata.- ¿Era esto lo que me has dicho que me querías enseñar?

-Sí era eso… -Se limitó a responder a la última pregunta, pero no al motivo. No sabía si se atrevía a responderle.

-Oye, pero que está genial. A mí me gusta. No entiendo porque no me lo has querido decir, eh -Le bajó la camiseta y le sonrió para mostrarle que estaba todo bien, pero eso no la convencía del todo. Ahora se sentía mal.

-Es que… bueno… me lo he hecho por ti… en un principio estaba super emocionada pero al pensar en cómo te lo tomarías tú pues me ha dado un poco de miedo, porque claro, esto es para toda la vida.

-¿Pero tú sientes que estás arrepentida de tenerlo? -Su pregunta fue directa y concisa. Pero ella tenía la respuesta muy clara. Así que negó con la cabeza. Que tuviera miedo era muy diferente a que se arrepintiese a tener un tatuaje así por su novio.

-Entonces perfecto -Con una ladina sonrisa en el rostro, Jiyong se le acercó en seguida, posando los labios en los de ella. La besaba con efusividad y eso Amber lo notó.

-¿Esto significa que te ha gustado y no me vas a dejar? -Tenía que asegurarse. Tenía que escuchar como salían las palabras de su boca.

-Esto significa que te voy a devorar entera -La rodeó con los brazos y la levantó del suelo mientras daba vueltas sobre sí mismo.

Tanto tiempo que había estado comiéndose la cabeza pasándolo mal para que luego todo resultara estar bien. Teniendo un novio así era todo un lujo.

2 comentarios:

  1. AY!!! MAI JAAAAAART!!! MIL AÑOS ESPERANDO ESTO Y SE ME CUMPLIÓ!!! AIUDAAAA!!! TOY LLORANDO!!! TE AMO, MUJER!!! Justo cuando mi Amber (Rol) anda con un GD ;-; esto es hermoso.

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    1. ¡Que efusiva! Jajajaja pero eso es bueno. Me alegra muchísimo que te haya gustado y más en esas casualidades que te ha pillado. ^^

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