martes, 7 de junio de 2016

(KaiSoo) Apariencias -MiniSerial- Capitulo 3 [Final]


Nota: Después de todo, parece que D.O está recapacitando sobre Kai ¿creéis que lo hará? Bueno, aquí tenéis el último capitulo de este miniserial donde podréis comprobar que pasará al final, si acabaran juntos o no. Esperamos que os gusten y no olviden dejar su bonito comentario. ^^

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Kyungsoo comenzó a sentirse culpable por haberle rechazado tan francamente. Incluso para alguien como Jongin aquello habría sido algo realmente difícil de soportar. Durante esa tarde pensó repetidas veces en ir a buscarle a su casa, intentar hablar con él y aclararle algunas dudas como: ¿Desde cuándo hacía que le gustaba? ¿Y por qué? Pero también deseaba disculparse con él.

Aquel fin de semana se le hizo eterno. Ya se encontraba mejor y, debido a que intentaba no pensar en Jongin, había terminado todos sus deberes antes del mediodía del sábado. A parte había recibido un mensaje de parte de Baekhyun, que aún no había respondido, en el que el mayor se disculpaba por no haber podido llevarle sus apuntes personalmente.

Es por eso que cuando llegó el domingo por la noche empezó a sentirse estresado por cómo le haría frente. Temía ligeramente que Jongin se comportara fríamente con él, e incluso que cortara definitivamente su relación con él.

Sin embargo, y a la mañana siguiente, se encontró a un Jongin de muy buen humor frente a su casa, esperándolo para ir juntos al instituto. Aquello le sorprendió tanto que no pudo evitar ocultar su impresión desconcertada, incluso cuando lo tuvo frente a él y comprobó que realmente estaba sonriendo.

– Bu-buenos días…- dijo con cierto resquemor mientras ambos se ponían en camino.

– Buenos días – le contestó el otro sin perder el buen humor –. Veo que ya estás completamente curado, me alegro.

– Eh… Sí, gracias – respondió Kyungsoo aun sin saber por qué el menor parecía estar tan contento -. Por cierto Jongin, siento haber sido duro contigo el otro día, yo…

– No te preocupes, no fuiste cruel ni nada de eso – explicó el más alto –. Además, me alegra que me dijeras todo aquello.

– ¿Qué? – Preguntó claramente desconcertado – ¿De verdad?

¿Acaso se encontraban en el mundo al revés? Kyungsoo creía que Jongin se había vuelto loco, o que se había dado un fuerte golpe en la cabeza recientemente, sino, todo lo que estaba diciendo no tenía sentido alguno.

– Sí, en serio, no tienes por qué disculparte – aclaró Jongin mientras le regalaba una brillante sonrisa digna de un anuncio de dentífrico -. Y ahora acelera el paso o llegaremos tarde.

– V-vale…

Pero si antes Kyungsoo no conseguía salir de su asombro, al llegar al instituto, terminó por asustarse verdaderamente por el comportamiento de su vecino. Nada más llegar a la entrada, en donde le esperaban el mismo grupo de chicas estúpidas que le saludaban y le seguían a clase, Jongin empezó a hablar animadamente con el mayor sobre el partido de fútbol que emitieron la noche anterior, ignorando completamente a las muchachas.

Además, cuando las personas se paraban a saludar al más alto este solo les dedicaba un corto y seco movimiento de cabeza como respuesta, manteniendo un semblante serio e impasible. Pero, sin embargo, cuando volvía la mirada a Kyungsoo su rostro volvía a iluminarse y empezaba a sonreír como un tonto.

Por eso, agradeció el momento en el que tuvo que separarse del menor y, aunque este le hizo sentirse un poco incómodo cuando prácticamente le gritó que le esperaría a la salida cuando acabara el día, por un instante le gustó que Jongin no se hubiera vuelto frío con él. Aunque le resultaba extraña su nueva forma de comportarse con él, no le hacía sentirse culpable y eso le quitó un peso de encima.

– ¡Do Kyungsoo, pensé que habías muerto! – nada más reconocer la voz de su amigo tras él, el más bajo se giró agradecido por tener nuevamente a Baekhyun cerca – ¡No me has respondido al mensaje que te envié! Me has tenido esperando casi tres días.

– Yo también te estuve esperando todo el fin de semana, creía que te preocuparías de, al menos, ver como estaba tu amigo – declaró igualmente indignado Kyungsoo.

– No quería que me lo pegaras, además, ya tuve suficiente con un día de vómitos y lloriqueos – resaltó el mayor mientras ambos entraban a clase – ¿Ya no estás malo?

Kyungsoo asintió enérgicamente mientras levantaba un brazo e intentaba sacar músculo.

– Sano y fuerte como un roble – dijo mientras notaba a Baekhyun subirse de un salto a su espalda, provocando que se tambaleara -. Pero como vuelvas a hacer eso de nuevo prometo que te tiraré al suelo al instante.

Se sentía bien volver a la normalidad. Volver a aburrirse en clase con su mejor amigo, almorzar la misma sopa de algas de aspecto, y sabor, misterioso y arroz con verduras fritas después. El postre, flan de vainilla, siempre conseguía desaparecer bajo las zarpas de su amigo antes de que el mismo Kyungsoo se diera cuenta.

– Me parece increíble que me acuses de habértelo robado, – dijo Baekhyun mientras ambos regresaban a clase – si de verdad lo hubieses querido lo habrías protegido con tu vida.

– A mí lo que me parece increíble es tu sentido de la amistad – respondió el menor fingiendo seguir enojado con su amigo –. Ahora irás tú solo a por tus libros, yo me espero en clase.

Baekhyun le sacó la lengua y alzó su barbilla bien alta, queriendo parecer indignado, a modo de protesta. Y Kyungsoo sonrió sin poder evitarlo al volver a su aula, realmente había echado en falta las tonterías de Baekhyun. Ya se había olvidado completamente de Jongin, su disputa de hace unos días y como el menor parecía haber tomado algo raro aquella mañana que le hacía sonreír automáticamente. O por lo menos lo hizo hasta que se lo encontró frente a su clase con un aura extraña rodándole.

Había varias chicas cerca que le miraban discretamente y se susurraban cosas cada dos por tres. No había nadie alrededor de Jongin, un hecho realmente anormal teniendo en cuenta que nunca lo había visto solo. Pero al observar detenidamente pudo comprobar cómo, cuando un compañero del menor le saludó este ni siquiera le respondió.

Tampoco parecía percibir a las chicas que tímidamente intentaban captar su atención. Kyungsoo no podía creer lo que veía, Jongin estaba comportándose como un idiota frente a todo el mundo ¿Qué mosca le había picado? Se acercó a él, preparado para tener que enfrentar a un Jongin de muy mal humor, pero al entrar en el campo de visión del menor la expresión de este cambió drásticamente. Ya estaba volviendo a sonreír ampliamente.

No fue el único que lo notó, las chicas que habían estado esperando ver al más alto de mejor humor no tardaron en empezar a rodearle. Por otro lado este solo les dedicó una corta mirada y, luego, se abrió camino entre ellas descarada y maleducadamente hasta llegar frente a Kyungsoo.

– Ya pensaba que no vendrías, estaba a punto de irme a mi clase – dijo mientras volvía a sonreírle como aquella mañana.

Kyungsoo notaba el ambiente muy extraño, y de repente se dio cuenta: todo el mundo le miraba. De pronto se ruborizó y, en un intento de escapar de las miradas curiosas de los estudiantes, empezó a caminar hacia los baños.

– ¡Eh, Kyungsoo! – dijo sorprendido Jongin intentando alcanzarlo – Espera, vamos juntos.

– Gracias, pero sé ir solo al baño – aseguró el mayor aun comprobando como aquellos ojos no se despegaban de ellos.

– Yo también tengo ganas de ir, así que no hay ningún problema – aseguró mientras entraba primero al cuarto de baño -. Además, también tengo algo que contarte.

Y, comprobando que estuvieran solos, Jongin se volvió hacia el más bajo

– He dejado el equipo de fútbol y el de béisbol – anunció mientras metía las manos en los bolsillos y observaba atento al mayor -. Y tampoco pienso ir a la SNU*, ya decidiré a cual quiero ir cuando acabe el curso.

– Espera, ¿qué has dicho? -preguntó Kyungsoo mientras empezaba a rezar porque aquella fuera una de las bromas del menor – ¿Te has vuelto loco?

– ¿Por qué? – ahora era Jongin el que parecía estar confundido – ¿No te parece bien?

– ¡No! Jongin… ¿Se puede saber qué mierda te pasa? – con aquello solo logró descolocar aún más a su vecino que parecía seriamente contrariado – Siento que hoy no eres tú, ¿por qué estás haciendo todos estos cambios en tu vida de repente?

Se sintió con el deber de preguntar ya que, realmente, había empezado a preocuparse por él. Y también por cómo se tomarían las nuevas noticias los padres de Jongin.

– Además, ¿por qué te estás comportando como un imbécil con todo el mundo…? – “¿…Y por qué siempre estás sonriéndome sin motivo?” Pensó para sí mismo – No te entiendo, ¿por qué estás haciendo todo esto?

– ¿De verdad no lo ves? – el más alto sonrió incrédulo mientras se pasaba una mano por el pelo, echándolo hacia atrás – Yo… Creía que así conseguiría que dejaras de verme como solo tu vecino.

No parecía que estuviera bromeando. Ya era definitivo, Jongin sufría un severo trastorno mental, nadie en su sano juicio actuaría como lo está haciendo él. En ese momento sonó la campaña que anunciaba la vuelta clase, pero ninguno se movió ni un milímetro.

– Tú dijiste que detestabas que fuera perfecto, y que no te gustaba que fingiera ser simpático con todo el mundo mientras me portaba mal contigo – continuó explicándose -. Así que he empezado a cambiar para que puedas dejar de odiarme.

– No puedes hacer eso Jongin – intentó decir el más bajo.

– ¿No puedo dices? – preguntó de pronto el más alto, casi enfadado – ¿Dime por qué? ¿Dime que mierda quieres que haga entonces?

Esta vez no vio venir a Jongin hasta que lo tuvo sobre él, atrapándolo entre su cuerpo y el lavabo. Notó las manos del menor rodearle la cintura y pegarlo aún más a él, al igual que sintió, también, el aliento de Jongin en su frente. De repente todo su cuerpo se paralizó pero, poco a poco, empezó a calentarse y aquello le daba mala espina.

– Simplemente digo que no puedes dirigir tu vida y tu futuro solo por gustarle a alguien…

– Pero y si ese alguien te hace capaz de, verdaderamente, querer seguir esforzándote. – dijo en voz baja mientras sus manos bailaban hacia la espalda del mayor – ¿Qué pasaría si se ha convertido en el único motivo para no volverme loco o de caer en una profunda depresión? – Kyungsoo empezaba a agobiarse, y no solo por el toque del menor, había algo en sus palabras que le hacían verse el pilar que mantenía cuerdo a Jongin – ¿Y si creo que sin él no puedo seguir viviendo?

– Jongin…

– A veces creo que mi vida no es mía Kyungsoo, que mis padres hacen que me ahogue por intentar agradarles…- eso ya lo sabía, lo padres del menor eran muy controladores, pero no creía que pudiera sentirse tan presionado – y solo contigo puedo ser sincero, puedo cabrearme, puedo ser egoísta e incluso maleducado. A tu lado me siento libre para ser yo mismo.

Parecía que el menor esperaba que Kyungsoo le dijera algo pero, entonces, alguien más entró al baño. Un chico de primer año que se sorprendió al verlos tan juntos pero que intentó ignorarlos mientras utilizaba un orinal. Jongin no se había apartado del menor, pero al menos no había seguido hablando frente al extraño, y Kyungsoo se lo agradecía.

Sin embargo, en su mirada podía notar que aguardaba por alguna declaración por su parte. Quizá esperaba que también le dijera que le quería o algo por el estilo, pero el mayor no estaba en situación de decir nada, y menos con Jongin tan cerca.

– Yo… No sé qué decir…- dijo bajando la cabeza mientras seguía pensando que hacer para detener a Jongin -… No sabía nada de eso, quiero decir, de tu vida…

Entonces el menor se separó de él lentamente, casi arrepentido de haber abierto nuevamente su corazón. Era normal que Kyungsoo estuviera confundido, él iba muy rápido. El plan original era convertirse en su amigo y, paulatinamente, acercarse más a él, no arrinconarlo en los lavabos del instituto bajo una declaración de amor.

– Vuelve a clase, ya hablaremos más tarde – dijo a modo de despedida mientras se volvía hacia la salida del baño.

Pero antes que este pudiera dar un paso, notó como Kyungsoo le agarró de la manga de su camisa, deteniéndolo.

– No – dijo incapaz de retrasar su conversación, además de que temía que el menor siguiera comportándose irracionalmente hasta que ambos aclararan ciertas cosas -. Sígueme.

Kyungsoo le condujo fuera del baño, en donde ya no vieron a ningún alumno en el pasillo. Una suerte porque así pudieron dirigieron hacia la azotea del colegio, sin ser vistos, fácilmente. Y es que el mayor necesitaba un lugar privado en el que nadie le escuchara ni donde fueran interrumpidos. No solo se trataba del menor, él también quería explicarle ciertas cosas sobre él.

– Jongin…- estaba realmente nervioso, no solo por lo que pensaba contarle al menor, sino por estar nuevamente a solas con él -… Vuelve a ser tú. Quiero decir, se tú mismo conmigo, pero se amable con los demás, no quiero que te crees enemistades…

Aquello no era lo que quería decir, exactamente. Bueno, tampoco era mentira, pero no lo había enfocado en la dirección esperada.

– ¿No me volverás a odiar? – preguntó con aspecto serio – Me dijiste que odiabas como era.

– Por qué pensaba que no me tomabas en serio, que te burlabas constantemente de mí y que no tenías nada más que paja ahí dentro – dijo señalándole la cabeza -. Pero como tú mismo has dicho, a tus padres les encanta como eras para poder presumir de ti, y no quiero que les empiecen a llegar avisos del instituto por tus repentinos cambios. O que tú mismo seas maleducado con ellos.

– Pues a mí eso me importa una mierda, solo quiero que tú dejes de verme como solo “un vecino” – explicó enfadado.

– Ya lo hago.

Kyungsoo dijo aquello sin darse cuenta, o por lo menos hasta que lo ojos de Jongin se abrieron de la sorpresa. También noto una pequeña sonrisa asomar en sus labios y supo que debía explicarse antes de que el menor nuevamente se le echase encima.

– Me he empezado a preocupar por ti, idiota. – notaba como estaba volviendo a sonrojarse por la vergüenza así que agachó un poco la cabeza para intentar ocultarlo – Se supone que ya somos amigos, aunque a un nivel muy bajo, así que no se te está permitido tocarme ni nada ¿Entendido?

– Sí…

– Y eso de querer convertirte en tu primo, olvídalo. No quiero que te estreses para entrar en club deportivos o ser el mejor estudiante del mundo – añadió mientras se cruzaba de brazos – Solo me gustó Junmyeon porque me prestó atención cuando parecía que a nadie más le importaba.

– Pero, – reflexionó el menor – yo sí que te prestaba intención, y desde mucho antes que él. Solo que no sabía cómo hacerte ver que me gustabas y que quería estar contigo.

Kyungsoo sonrió al ver la expresión infantil en el rostro de Jongin. Ciertamente aún era un niño que no sabía cómo expresar sus emociones de manera clara, sin embargo eso le hacía verse tierno e indefenso.

– Lo sé…- dijo en voz baja -… Ahora ya lo sé.

Ambos sonrieron cortamente mientras el ambiente a su alrededor parecía haberse suavizado. Ninguno dijo nada más durante unos segundos, disfrutando simplemente de mirarse mutuamente, pero pronto el menor retomó la conversación.

– Entonces…- dijo mientras su sonrisa de agrandaba paulatinamente -… ¿Eso significa que puedo ir a la misma universidad que tú?

Kyungsoo suspiró mientras se reía intentando parecer molesto.

– ¿No te parece suficiente haber estado casi diecisiete años juntos? – preguntó incrédulo – Además, pienso buscarme una bien lejos para empezar de cero.

– Estupendo, yo pienso igual – ¿en serio? ¿Jongin se iría lejos a estudiar? Nunca lo habría imaginado – Así que, incluso, podemos compartir piso…- ya sabía que aquello tenía que esconder segundas intenciones -… ¡Kyungsoo, podremos vivir juntos!

Jongin empezó a acercársele corriendo, de modo que el mayor también echó a correr para intentar escapar de un abrazo seguro. El menor era peligroso cuando estaba emocionado o excitado, y lo estaba aprendiendo por las malas.

– Si realmente piensas que viviré contigo es que, de verdad, tienes un serio trastorno mental – acusó mientras intentaba que no le diera alcance – ¡Y te he dicho que no me puedes tocar!

Quizás, después de todo, había aprendido a disfrutar pasar tiempo con el menor. Había descubierto que le gustaba la relación que tenían, y haberle conocido mejor. Ahora… Ya no le resultaba tan desagradable, e incluso empezaba a gustarle, pero eso no pensaba decírselo a Jongin…

– ¡Mierda! – dijo de repente Kyungsoo, dándose cuenta de algo importante – ¡No hemos ido a clase!

– Ya ha pasado casi media hora, mejor quedémonos aquí arriba un poco más…- propuso Jongin llegando junto al más bajo enseñándole una sonrisa picarona -… Podemos seguir jugando.

Aquello sonaba tan obsceno en la mente de Kyungsoo que no pudo evitar sonrojarse bajo la atenta mirada del más alto.

– Ni hablar, como estudiante modelo aun puedes permitirte faltar a clase – dijo intentando recobrar la compostura – pero yo necesito todas y cada una de las explicaciones.

El mayor comenzó a caminar hacia la puerta, con la clara intención de regresar a clase, así que Jongin suspiró derrotado. Ambos dejaron atrás la azotea, aunque ninguno deseara realmente hacerlo, y emprendieron el camino de regreso a clase.

– Sigo abierto a que estudiemos juntos, Kyungsoo – declaró el menor mientras bajaban las escaleras -. Sabes que no lo hago para lucirme frente a ti, ni hacerte sentir inferior o lo que sea – añadió rápidamente para aclarar sus intenciones -. Solo pienso que sería más ameno…

– Lo pensaré – dijo finalmente el menor mientras llegaban a una bifurcación en su camino.

Jongin tenía que ir hacia el pasillo de la izquierda mientras que Kyungsoo debía bajar un piso más. Era el momento de despedirse, pero las palabras parecían no querer salir de sus bocas. Sin embargo ambos sabían que se verían dentro un par de horas a la salida del instituto.

– Nos vemos después de clase – dijo finalmente el mayor a modo de despedida.

– Mm… Vale.

Kyungsoo le saludó con la mano y luego dio media vuelta para seguir bajando por las escaleras. Sin embargo la voz de Jongin le frenó.

– Soo…- habían pasado casi diez años desde la última vez que el menor le llamó así -… Gracias por haberme dado una segunda oportunidad.

– Como si hubiera podido negártela, poco más y te emancipas para ser un rockero por mi culpa – señaló el mayor con voz jocosa -. Gracias a ti por haber permanecido a mi lado a pesar de todo.

– ¿Amigos? – preguntó con una tímida sonrisa.

– Pero solo amigos – respondió para, después, empezar a descender nuevamente por la escalera -. No lo olvides.

Sin embargo su corazón no podía asegurarle que no iba a volver a enamorarse de su vecino. Ahora que su odio hacia él había desaparecido se sentía vulnerable frente a sus encantos y, es que, tenía tantos…

¡Maldito seas Kim Jongin!


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SNU*= Universidad Nacional de Seúl (o Seoul National University).

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