martes, 7 de junio de 2016

(EunYeon) Your new enemy -Serial- Capitulo 7


Nota: ¡Muy buenas! Hoy vengo a actualizar esta historia. Por fin empiezan a aflorar los sentimientos entre ellas aunque no les guste la idea. He tenido que hacer corriendo el capitulo hoy, porque no lo tenía terminado y entre las modificaciones que llevo tiempo haciendo, más que he estado escribiendo otras historias que pronto publicaré, no sé si ha quedado muy bien (?) ¡Espero que os guste! ¡Nos leemos!:)

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El vaso del café estaba frente a ella, entero aún. Apenas lo había tocado y hacía media hora que se lo había comprado. Sus amigan hablaban de su desdicha, pero apenas les prestaba atención.

¿Cómo había ido a acabar de pareja en un trabajo mientras en el concurso de canto eran enemigas? Había querido ir a tener una charla con el profesor y aclarar la situación, pero las palabras de su madre acerca de que se comportara bien con ella le vinieron a la mente.

Tal vez si hacia el trabajo junto a Eunjung, contentaría a su madre y la dejaría tranquila. No es que le causara mucha ilusión tener que compartir su tiempo con ella, cuanto más la evitara, mejor. Pero no le quedaba otra. Maldito destino.

-Jiyeon, podrías hablar con el profesor y que te haga un cambio -Sin darse cuenta que no les estaba prestando atención, Soyeon se dirigió directamente a ella que sin ser consciente, respondió.

-No sé puede.

-¿No se puede? -Como extraña por su pregunta, Soyeon insistió. Jiyeon se dio cuenta que se le escapó lo que no quería decir, y al hacerlo solo le quedaban dos opciones. O decirles la verdad o inventarse una excusa, y parecía más factible esta última.

-Creo que es mejor dejarlo como está. A veces es mejor unirse a un enemigo para conocer sus puntos débiles y saber dónde atacar ¿no? -Con sus palabras, pareció que convenció a las otras dos chicas que se sonrieron cómplices.

-Que lista eres, a nosotros nunca se nos hubiera ocurrido -Confesó Boram.

-Pero tienes que tener mucha fuerza de voluntad para no decirle de todo y poder simular que te vas a llevar bien con ella ¿no? Te admiramos por ello -Sus amigas estaban incluso más complacidas que otras veces con la excusa que les había dado. Si supieran que eso tenía su parte de mentira, no estarían así.

-Lo que vosotras digáis, yo me he de ir, tengo algo que hacer -Sin querer dar explicaciones de nada, Jiyeon se levantó al momento, dejando allí el café, frío, sin tocarlo, en medio de la mesa del comedor donde estaba con sus amigas. No se encontraba muy bien, necesitaba salir de allí pronto.

Tal vez, debía ir a buscar a Eunjung, y aclararle que aunque tuvieran que hacer un trabajo juntas, no significaba nada más. Eso haría ¿dónde estaría la chica? Seguro que en algún lugar donde pudiera evitarla ¿y qué lugar era ese? Está claro, dónde no iría nunca, a la biblioteca.

Sin prestarle ni la más mínima atención a las miradas que estaban puestas en ella, Jiyeon cruzó los pasillos hasta la gran puerta de cristal que era la entrada a la biblioteca. Nada más entrar, los alumnos que estaban dentro del lugar la miraban preguntándose qué se le había pedido a ella allí, pero eso no le importaba ahora, que pensaran lo que quisieran.

Nunca había estado en un lugar como aquel, así que no sabía por dónde empezar a buscar a Eunjung ¿dónde estaría metida? Se estaba frustrando ¿y si se perdía?

Aquel lugar era laberíntico, estanterías, mesas, libros. Todo tan estrecho que apenas tenía espacio suficiente por dónde pasar para ir de un pasillo a otro, si es que a aquello se les podía llamar pasillos.

Cuando ya se estaba dando por vencida, disponiéndose a buscar la salida aunque tan solo fuese preguntado a algún empollón aunque no le causara mucha gracia eso, fue cuando vio a Eunjung, sentada en una mesa sola, pendiente de lo que tenía entre las manos.

Con un suspiro de alivio, recobró su compostura y se acercó a ella.

-Quiero aclararte algunas cosas -Dijo, con la voz baja, sentándose a la misma vez en una silla justo en frente suya. Eunjung no parecía sorprendida al verla allí.

-No es el mejor sitio para hablar ¿no crees? -Sin levantar la mirada del libro que estaba leyendo, Eunjung le respondió casi de manera inaudible.

-Prefiero que nadie nos vea juntas, gracias -Sentenció Jiyeon, subiendo algo el tono de voz.

-Vale, ¿se puede saber qué quieres ahora? -Apartando el libro a un lado, le prestó atención por fin.- Pero baja la voz o nos echarán y tendrán que vernos juntas hablando.

Odiaba que otra persona que no fuera ella llevara toda la razón, pero tuvo que presionar los labios entre sí por no soltar nada de lo que arrepentirse después. Respirando profundamente antes de hablar, trató de calmarse un poco.

-Mira, si me resigno sin pelear a hacer el trabajo contigo, no es porque me agrades, lo hago por mis padres, por contentarlos y no haya ningún problema con el trabajo, eso lo primero. Y lo segundo, es que no te creas que ahora seamos amiguitas o que me puedas hablar como si nada. Te recuerdo que tú aquí eres mi contrincante y no voy a dar nada de mi parte por ti ¿está claro? -Jiyeon clavó la mirada en sus ojos, así el mensaje le calaría más, o por lo menos, era lo que esperaba.

-Cristalino ¿algo más? -Con qué indiferencia la trataba, como si no le hubieran afectado sus palabras ni lo más mínimo. Aquella chica la sacaba de sus casillas con una facilidad impresionante.

-No, por ahora no.

-Bien, si no te importa quiero seguir con lo mío -Eunjung volvió a acercarse el libro con el que estaba anteriormente y se volcó de nuevo en la lectura.- Por cierto, mañana, después de comer, en la sala de trabajos, te espero para hacer el trabajo.

Se suponía que la que iba a quedar por encima iba a ser ella, no Eunjung ¿cómo se atrevía? Confusa y ofuscada, Jiyeon se levantó y se introdujo entre unas estanterías otra vez. Ya encontraría la salida, aunque esperaba que fuera pronto, sentía que se ahogaba allí, necesitaba salir, volver a terreno conocido.

Eunjung le había quitado las riendas de la conversación con su indiferencia como si nada, y ella la había dejado sin más, sin oponer resistencia. Ni siquiera se había enterado cuando lo había hecho hasta que dio por finalizada la conversación ¿qué le pasaba? Se estaba ablandando, tal vez perdiendo facultades con todo lo que le estaba sucediendo. No podía dejar que eso fuera a más.



***



Ese día se había recogido una coleta alta, bien apretada, y con cada paso que daba su pelo iba danzando al mismo son, como a ella le gustaba. Se había puesto unos vaqueros claros y ajustados y una camisa blanca que quedaba por fuera de los pantalones.

Con su carpeta en mano, iba caminando tranquilamente, dejando que todos con los que se cruzase se quedaran mirándola, visualizándola de arriba a abajo. Crear expectación, era algo que le motivaba y le subía el ánimo. Cuando necesitaba ese empujoncito para seguir, con tan solo pasearse así por los pasillos, le subía todo el ego y el ánimo al instante. Y ahora lo necesitaba.

Se dirigía hacia la sala de trabajos, con la cabeza alta. Nunca antes había ido a esa sala, no le había hecho falta ir para nada. Siempre sus amigas le habían hecho todo, mientras ella se dedicaba a otras cosas más importantes. Y si Eunjung pensaba que haría algo, estaba muy equivocada, ya que solo iba para que no decidiera nada por su cuenta. Pero el trabajo lo haría ella sola.

Cuando entró en la sala, sintió de pronto todos los ojos puestos en ella. No se dignó a mirar a nadie directamente solo a buscar a Eunjung, que como esperaba, estaba apartada en la mesa más alejada. Con paso firme, se dirigió a la mesa, sin decirle nada, sentándose en la silla vacía que tenía al lado.

Eunjung parecía enfrascada escribiendo algo, ni siquiera la miró cuando se puso a su lado, aunque carraspeo un poco para llamar, no le funcionó tampoco.

Suspirando resignada, miró a un lado y a otro. La gente la miraba curiosa, cuchicheaban entre sí sin quitarles la mirada a ellas dos. No le hacía mucha gracia que la juntara con Eunjung. No había sido un buen lugar para hacer el trabajo, podían haber quedado en su casa y se hubiera ahorrado aquel mal momento.

-¿Se te ha ocurrido ya alguna idea sobre qué vamos hablar en el trabajo o no? -Las palabras de Eunjung, la sobresaltaron, pero al segundo recobró la compostura.

-Sí, como hay que tratar un tema sociológico he decidido que hablemos sobre la situación de la mujer en la sociedad actual.

-Te he preguntado que si tienes una idea, no que decidas por ti sola de qué hacer el trabajo. Pero vale, te lo acepto porque es un tema bastante interesante -De la bolsa que traía, Eunjung sacó un ordenador portátil, que encendió bajo la mirada de Jiyeon, quien estaba atenta a lo que hacía.

-¿Por dónde piensas empezar? -Al ver que no seguía diciendo nada, Jiyeon insistió un poco para saber que pensaba hacer.

-¿Yo? No te creerás que vas a estar mirándote a un espejo mientras yo hago todo ¿no? -Como si le viera las intenciones reflejadas en el rostro, Eunjung la miraba con una ceja alzada.- Porque si es así, olvídate, vas a trabajar lo mismo que yo, y no te niegues ni pilles una de tus rabietas, sabes que si quiero puedo hacerte chantaje.

Tuvo que apretar sus labios entre sí por no decirle ninguna barbaridad. Primero le dice que tenía que trabajar, y segundo, lo hacía con un chantaje. Le ganaría en el concurso y se tendría que joder aguantando la ola de furia que le vendría encima por lo mal que se lo estaba haciendo pasar. Y lo que le quedaba.

-¿Y qué es lo que se supone que voy a hacer? -Con cierto retintín, le preguntó a Eunjung, si tan lista era que le dijera que debía hacer.

Vio como Eunjung se levantaba sin responderle ¿había pasado completamente de ella? Iba a protestar cuando volvió con un viejo ordenador portátil en las manos y se lo puso frente a ella, en la mesa. Con unos movimientos, lo abrió y lo encendió. Más viejo y sucio no podía estar.

Era uno de los ordenadores que el instituto dejaba a los alumnos para las necesidades que tuvieran. A saber por cuantas manos había pasado ese ordenador. O lo peor, de quienes eran esas manos.

-¿Qué voy a hacer con esta… chatarra? -Mirando el aparato con asco, tan solo esperaba que fuera una broma y que ella no utilizaría eso.

-Buscar información sobre el tema ¿qué te parece? ¿o es demasiado para la reina del instituto? -No, no era broma, tenía que utilizarlo, y Eunjung le hablaba como si no supiera hacer algo tan simple. Aunque se muriese de asco, le demostraría que sabía hacer lo que le había pedido. Es más, le encontraría la mejor información y le daría con un canto en los dientes.

-Por supuesto que sé hacerlo, te lo demostraré y tendrás que cerrar esa boca tuya -Como si el ordenador mordiera, Jiyeon abrió el buscador cuando ya estuvo encendido.

Por lo menos, Eunjung se había callado y estaba haciendo a saber qué con su ordenador. Ella se había traído uno propio, y no tenía nada que ver con el aparato que le tocó. A la próxima se traía el suyo, se negaba volver a tocar algo así, si es que había próxima, lo cual esperaba que no.

Cuando Eunjung le dijo que ella también iba a tener que hacer cosas, lo primero que pensó es que se aburriría demasiado, pero no fue el caso, ya que le estaba resultando bastante entretenido buscar cosas. Con cada nuevo dato que encontraba, se sentía mejor con ella misma, además de que se lo restregaba a la otra por la cara.

Pasaba el tiempo allí, y ambas chicas iban finalizando su trabajo. Jiyeon ya se notaba algo cansada, pero al percatarse de que les estaba quedando un gran trabajo, y que parte de ese proyecto era suyo propio, la llenó de orgullo.

Miró a Eunjung. Se estaba esforzando mucho también, además, que tenía una gran paciencia con ella que nadie antes se lo había demostrado. Normalmente le daban la razón por no escucharla más, pero ella le corregía si algo estaba mal.

Tenía una comprensión con ella que le gustó. No estaba allí aguantándola por interés como muchos otros, aunque solo fuera por resignación. Pero le inspiraba ternura. Sí. Ternura. La persona con la que públicamente es su enemiga, sentía ternura por ella. Y es que se había pasado todo el tiempo mirándola cuando no se daba cuenta.

No se la veía mala chica, tal vez se había precipitado desde un principio con ella, la juzgó demasiado rápido, y ahora que la veía allí, a su lado, tan tranquila después de lo que le había hecho, haciendo con ella algo que seguramente no deseara ¿qué pensaría de ella? ¿desde cuándo le importaba lo que otras personas pensaran de ella? Tal vez no fuera importarle, pero sí que sentía curiosidad por saber que le cruzaba a Eunjung por la mente sobre ella.

-¿Qué te parece si lo dejamos así con este tema? -Eunjung le había puesto a la presentación del trabajo, un tema de color azul, no estaba soso y parecía profesional, pero por protestar que no falte.

-Muy… No sé cómo decirlo -Haciendo una mueca de desacuerdo para fastidiarla, Jiyeon miraba en la pantalla de su ordenador todo lo que habían hecho en unas dos horas.

-Si quieres lo ponemos como a ti te gusta, todo rosita, con unicornios que brillen y flores exóticas por todos lados ¿vale? -Sin quererlo, las palabras de la chica le causaron gracia, por lo que soltó una carcajada que dejó perpleja a Eunjung.

-Tan poco te pases, no soy tan así -Aun riendo, cuando vio la cara de la otra dejó de hacerlo, sintiéndose incomoda al momento ¿que había hecho malo?- Está bien así, era solo una broma.

Sin esperárselo, sintió la mano de Eunjung sobre su frente, que la miraba perpleja. Estaba incluso más cerca que nunca antes, y podía observar sus hermosos ojos, que brillaban, o sus labios algo separados ¿por qué antes no se había fijado en lo bonita que era? ¿por qué le latía el corazón con esas fuerzas ahora?

-¿Estás bien? ¿tienes fiebre? Te has reído y has hecho una broma, eso no es típico de ti -Las palabras de Eunjung la devolvieron a la tierra. No, aquello no era típico de ella, al igual que no lo era que estuviera tan bien allí con ella y que pensase aquellas cosas que le atormentarían la mente más tarde. No era ella. Ella no hacía esas cosas con alguien a quien supuestamente odiaba ¿pero la odiaba de verdad?

Cambiando la expresión de su rostro, poniéndose seria, se apartó al momento de la mano de Eunjung. Apagó el ordenador portátil y recogió sus cosas.

-Olvida todo lo que ha pasado. Solo teníamos que hacer un trabajo, y ya está hecho ¿no? No creas que voy a cambiar por tan solo haber pasado aquí unas horas contigo. Volvemos a ser enemigas, recuérdalo -Dejando a Eunjung sola, con la palabra en la boca, Jiyeon se fue de allí lo más rápido y dignamente que podía.

Aunque tan solo le bastó cruzar la puerta de la sala en la que había estado para sentir unas tremendas ganas de llorar, como nunca antes había sentido. ¿Qué pasaba con ella? ¿por qué ahora le había dolido decirle eso a Eunjung y por dejarla sola? ¿por qué tenía miedo? ¿por qué?

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