martes, 7 de junio de 2016

(CLTiff) De desfile -Serial- Capitulo 10


Nota: ¡Buenas buenas! ¿Sabéis? Los que han participado en la encuesta y me han dejado la opinión sobre el blog me han dado que pensar. Algunos me han puesto que debería actualizar más a menudo y más seguido, y la verdad es que lo llevaba yo tiempo pensando, y lo voy a intentar y más ahora que somos tres.

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La cena había acabado bien para las dos, mejor de lo se imaginaban en un principio. CL se pensaba que una vez terminada, se tendría que volver a casa sola, pero Tiffany tenía algo que mostrarle.

Tanto misterio la tenía nerviosa. No le quiso decir nada, solamente al acabar se fueron directas al ascensor, juntas.

Sin hacerle mucho caso al botones, ambas chicas se lanzaban tímidas sonrisas, aunque Tiffany aparentaba estar mucho más segura que ella. A CL se la comían los nervios ¿qué acabaría pasando? Mejor no pensar en eso.

Cuando el ascensor se detuvo en su plante, le faltó tiempo para salir de allí y seguir a Tiffany. Eso de ser el hotel más caro de la ciudad no lo decían por nada. El pasillo estaba exquisitamente decorado, no faltaba detalle ¿cómo serían las habitaciones más lujosas?

Tiffany siguió con un paso firme por el pasillo, haciendo sonar sus tacones, ella iba a su lado, del cual no quería despegarse. Aunque lo ocurrido con Taeyeon le inquietaba un poco, prefería disfrutar de esos momentos.

-He pagado una de las mejores habitaciones, quería que vieses algo –Comentó Tiffany sacando una tarjeta de su pequeño bolso, y pasándola por delante de la cerradura de la puerta, esta se abrió.

Ansiosa, no esperó mucho para entrar y ver la estancia. Aquello superaba sus expectativas, nada era como lo imaginaba.

La decoración futurista con un toque clásico lo hacia todo tan elegante que se sentía abrumada de estar allí. Pero al parecer, o era eso lo que Tiffany quería enseñarle.

La joven, atravesó la habitación y abrió una puerta al fondo. Con una sonrisa, la invitó a seguirla.

Cl no se hizo esperar y salió junto a Tiffany a una terraza, no muy amplia, pero si muy hermosa. Decorada con diferentes tipos de vegetación, un banco que se balanceaba y antorchas de bombilla como iluminación. Qué maravilla de lugar.

-¿Te gusta? –Escuchó decir a Tiffany a su lado.

-Por supuesto que sí. Este lugar es increíble –CL estaba maravillada de estar allí.- Te estoy agradecida por traerme.

-Y esto no es lo único –Tiffany cogió suavemente de su mano, para acercarla a la baranda de la terraza. Pero CL perdió noción de lo que hacía cuando sintió su cálida mano cogiendo la suya.

Tenía una mano muy suave. La idea de querer saber que sentiría al pasarle las manos por su cuerpo, cruzó por su cabeza. Pero debía descartarla y centrarse en la situación.

-¿No crees que la ciudad se ve tan bonita, y a la vez tan insignificante desde aquí? –CL tuvo que concentrarse en sus palabras, y fijar la mirada sobre aquella cantidad de luces que estaban muy por debajo de ella.

-No pensé que hubiera vistas así en de la ciudad.

-Pues aquí vivimos, en esta extensa ciudad –Tiffany apoyó los brazos en la baranda, mirando a la ciudad.

CL desvió la mirada del pasaje a Tiffany. Con la poca luz, su imagen era maravillosa. Una suave brisa levantaba su cabello ondeándolo alrededor suyo.

No podía apartar la mirada de su perfil ¿Cómo podía ser tan hermosa? Nunca pensó que pudiera existir una persona tan perfecta, pero ahora la tenía allí, frente a ella.

Oía que le estaba diciendo algo, pero no escuchaba ni entendía bien lo que estaba diciendo, solo estaba concentrada en observarle, en grabar en su mente cada detalle suyo.

-¿CL? Vuelve a la tierra CL –Soltando una suave risa, Tiffany la miraba, provocando que se sonrojara cuando se dio cuenta que la había pillado en otro mundo.

-Lo siento, yo… -CL intentó disculparse, nerviosa, dirigiendo su mirada al frente, roja como un tomate.

No escuchaba de nuevo a Tiffany, solo pensaba en que no quería volver a parecer una tonta, pero se centró tanto en eso que le pilló por sorpresa sentir a Tiffany tan cerca. Le costó procesar lo que le estaba haciendo.

Tiffany se posicionó detrás de ella pegada a su espalda. Rodeó su cintura con los brazos, y apoyó la barbilla en su hombro ¿qué estaba haciendo? No sabía cómo reaccionar, simplemente se dejó llevar, a ver hasta donde llegaba la otra.

-¿No te hipnotiza las luces de la noche? –Murmuró muy cerca de su oído.- ¿No crees que es algo mágico?

CL tragó con dificultad, intentado asimilar lo que estaba pasando ¿No sería acaso un sueño? Las manos de Tiffany acariciaban su barriga muy lentamente. Sentía su respiración en su cuello, cálida y tranquila. Estaba muy cerca de ella.

Tiffany inclinó su rostro, acercándolo al cuello de ella, hasta que su nariz rozaba su piel, al igual que sus labios, lo cual comenzó a provocar escalofrío a CL que la ponían algo nerviosa ¿Qué hacía? ¿Qué podía decir?

Una mano de Tiffany se fue deslizando lentamente hacia su pelvis, bajando por uno de sus muslos, rozando su sexo. CL tuvo que contener la respiración en ese momento por lo que sintió. Estaba muy excitada, y algo húmeda, lo sentía muy bien entre sus piernas, y si seguía así, acabaría peor.

Quería pronunciar algunas palabras, decir algo, pero nada salía de sus labios. No entendía el porqué de esa situación, pero algo dentro de ella estaba sedeando sentir las manos de Tiffany sobre su cuerpo, sentir sus dedos recorriéndola paulatinamente.

Ahora los labios de la chica, dejaban pequeños besos por su cuello, provocando que CL se debilitara más. Había echado la cabeza a un lado para dejar así, algo más de espacio y que no se detuviera.

Tiffany esbozó una pequeña sonrisa, subiendo su mano de sus muslos, esta vez deteniéndose en su sexo, rozándole sobre la tela con los dedos. CL estaba cada vez más caliente, excitada, y quería decirle que siguiera, que fuera a más sin parar. Que la deseaba.

¿Cómo unos toques tan simples la podían poner así? Eran suaves roces, besos en su cuello y el calor que desprendía su cuerpo. Se volvía loca.

-¿Cómo te sientes? –Escuchó su tentadora voz, demasiado cerca de su oído.

-No-o sabría decírtelo –Consiguió pronunciar, de manera entrecortada. Ni se atrevía a mirarla, por vergüenza-

-Yo te diré como quiero que te sientas –Tiffany se separó un poco de ella, y la hizo girarse, para así poder mirarla directamente a los ojos.

Con una mano acariciándole la mejilla de CL, pegó de nuevo sus cuerpos. Algo en la mirada de su jefa, CL podía ver que se sentía como ella, con unos deseos encontrados que quería desatar y dejarse llevar.

-Tienes que sentirte bien, muy bien en mis brazos y todo gracias a mí.

Su voz melosa, la provocaba más aún si podía. Desvió la mirada a sus carnosos labios. Se moría por besarlos. Se arriesgaría a hacerlo.

CL se lanzó a sus labios, a besarlos y al separarlos se quedaron mirándose.

-¿Por qué siento tantas ganas de besarte? –Murmuró CL, suspirando.

-Porque sientes algo por mí, y estoy segura que no es solo físico. Hay algo en tu corazoncito –Sus labios tan solo se quedaron a unos centímetros, pero ninguna se atrevía a dar el primer paso.

-Creo que si –Le respondió casi en un susurro. La mano de Tiffany se paseaba acariciando con los dedos su cuello, y enredándolos a veces con su cabello. Le gustaba que le hiciera eso.

-Quiero que te dejes llevar por mí, estoy segura que ambas descubrimos cosas juntas -¿Por qué sus palabras le resultaron tan tentadoras? Se sentía tan húmeda que nunca creyó que se podría estar así.

Relajando su cuerpo, no le dio tiempo a reaccionar cuando Tiffany agarró con los dientes su labio inferior, y tiró de él antes de soltarlo. Agarrando su mano, Tiffany se giró sensualmente y se la llevó de nuevo al interior de la habitación.

CL se relamió, saboreando el dulce sabor de la chica. Como le encantaba aquello, jamás pesó estar así y morir de deseo por recorrer el cuerpo de Tiffany con sus manos, incluso con sus labios.

Sin esperárselo, cuando estuvieron cerca de la gran cama, Tiffany la empujó, haciéndola caer sobre esta, boca arriba. Ella no espero ni unos segundos en reaccionar.

Tiffany se bajó la cremallera de su vestido, y se lo quitó lentamente bajo su atenta mirada. Pudo ver su perfecto cuerpo, su piel suave y tersa y que se está muriendo por recorrer.

Llevaba un conjunto de ropa interior de encaje blanco, que resaltaba con la poca luz que había. Ya sin el vestido, se dispuso a subirse a la cama, acercándose a ella lentamente.

Se puso sobre ella, apoyada sobre sus rodillas y sus manos. Se le acercaba amenazadoramente, con la mirada fija en sus ojos. No sabía cómo acabarían pero en ese momento le resultaba muy sexy verla así.

Tiffany se llevó un dedo a los labios, y humedeciéndolo un poco, lo pasó a continuación por la clavícula de CL, dejándole un pequeño recorrido de saliva. Su mero contacto la excitaba.

-Desde la primera ver que te vi supe que tenías un cuerpo muy hermoso, y creo que es momento de probarlo –Ronroneo, inclinándose sobre ella, hasta quedar muy cerca suya.

Una mano la dirigió a una de sus piernas, acariciando la parte interior de su muslo, con tan solo los dedos. Poco a poco, fue ascendiendo hasta llegar a su entre pierna.

CL contuvo la respiración mientras los dedos de la otra rozaban su parte más íntima, haciendo que se fuera humedeciendo y excitando, más. Pero no fue lo único que le provocaba estar de esa manera. Tiffany le estaba haciendo un chupetón en su clavícula con ganas.

¿Se podía sentir tan bien? Los dedos expertos de Tiffany jugaban con ella a su antojo, acariciando su clítoris sobre la tela de sus bragas.

Mientras tanto, con los dientes, le fue quitando el traje que llevaba, y con un poco de ayuda suya, dejando sus pequeños pechos visibles.

Con los dedos, Tiffany hurgó bajo la tela que la separaba del sexo de CL para que el contacto y las caricias fueran a más.

CL se estremecía más al sentir sus cálidos dedos y sus labios bajando hasta sus pechos. Ella misma se había quitado el sujetador sin pensarlo, y ahora con las manos, un poco torpe, desprendió el suyo a Tiffany.

Suspiró de manera pesada, cuando sintió su cálida lengua sobre uno de sus pezones. Se derretía por dentro, deseaba que siguiera tocándola, pero tan bien sentía la necesidad de tocarla.

Con los dedos acarició uno de sus pezones, jugando con él, hasta que comenzó a darle pequeños pellizcos. Escuchó de sus labios un pequeño quejido, que le resultó más de placer que de dolor.

Le gustó hacer que sintiera eso y quería devolverle el placer que lo estaba provocando, así que con un movimiento, hizo que cambiaran de posición, quedando ahora ella sobre Tiffany.

Se terminó de quitar toda la ropa que le quedaba y fue directa a besar sus labios, entrelazándose. Estaba muy juguetona, y con una mano comenzó a masajear uno de sus pechos.

Ambas chicas pasaron así un buen tiempo, entre besos y caricias. Tiffany se había atrevido incluso a excitar el clítoris de la otra, y la reacción que tuvo le encantó.

Pudo percibir como se estremecía y veía en su mirada que ardía de placer por ella, era una sensación que la llenaba. Si aquello era hacer el amor, el querer hacer sentir al otro tanto placer, le encantaba hacerlo.

Aunque Tiffany no parecía querer estarse quita cuando volvió a dirigir sus dedos hasta su entrepierna, donde sin pensarlo introdujo uno de sus dedos en ella.

-Estas muy húmeda –Murmuró sobre los labios de CL.

-Así es como me pones, húmeda –Le devolvió CL con un pequeño lametón en la comisura de sus labios.

-Te quiero toda para mí.

Ambas chicas pegaron sus cuerpos, sintiendo el calor y el sudor, mientras se agitaban excitadas, disfrutando de cada segundo que pasaban, porque ese momento era solo suyo. De las dos.

Entre caricias, besos y placer, pasaron la noche descubriendo hasta el último rincón del cuerpo de cada una.

Esa noche cambiaría la vida para las dos, sobre todo, aclararía los sentimientos que experimentaban una y la otra entre sí. Aunque no quería que esa noche acabase, que fuera eterna para ellas.

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