Titulo: Italia
Pareja: Sehun x girl
Tipo: Hetero
Genero: Angst, Lemon
Clasificación: NC – 17
Descripción: Sehun aprovecha las vacaciones que la empresa le ha dado para viajar a Italia, donde desde el primer momento que coge el avión, tiene problemas. Por suerte, encuentra alguien con quien ahogar sus penas, que resulta ser de su mismo país ¿qué ocurrirá al final cuando se acaben las vacaciones?
Advertencias: Por ahora ninguna, si surge la indicaré.
Nota: ¡Buenas, buenas! Aquí me tienen de nuevo, esta vez estrenando un nuevo serial que me pidieron hace meses. Siento la tardanza, pero no me gusta llevar muchos seriales a la vez, que me lío con las historias, cuando termino uno, empiezo con otro. Y así. Este está dedicado para Han Ji Hee que me pidió que hiciera un fic sobre Sehun o Kris. Yo escogí al azar, que conste.(?) ¡Espero que les guste!
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Su vuelo se había retrasado, y había llegado hasta su destino unas horas más tarde de lo que había planeado. Desde el hotel en el que se hospedaría lo habían llamado varias veces para saber cuándo llegaría, pero él mismo sabía a qué hora sería eso.
La gente salía de manera atropellada del avión cuando este había llegado a su destino, en busca de su maleta. Si no se movía rápido, lo empujarían. Y a pesar de ir al mismo ritmo, recibía algún que otro golpe.
Todos estaban alterados por el problema del retraso. Incluso él también lo estaba. Se encontraba en un país totalmente diferente del suyo de origen, un país que no conocía y tampoco había gente conocida allí. Si tenía problemas, no tendría a nadie de apoyo. Pero era el coste de irse de vacaciones a Italia él solo.
Ya enfrente de la cinta de las maletas, veía pasar todas las de los pasajeros de su vuelo. Las miraba muy bien, revisándolas, no fuera a saltarse la suya. Cuando la vio, se acercó hasta la cinta con cuidado, y estirando la mano, cogió su maleta respectiva y tiró de ella.
Cuando se giró para marcharse, casi choca con un hombre mayor. Disculpándose en inglés, para que más o menos lo entendiera, se marchó apresurado.
Tenía que pasar por el puesto de la policía para que escanean su maleta y a él mismo, pero había cola de espera, a pesar de haber dos puestos encargados. Mientras esperaba revisó su móvil. Tenía una llamada perdida del hotel, otra más. Esperaría mejor a estar fuera para avisar de que ya había llegado.
Ya era su turno. Dejó su maleta y su chaqueta sobre una pequeña cinta, y pasó bajo un arco de detector de metales. No hubo ningún problema. Recogió sus cosas de nuevo y se alejó para buscar tranquilamente la salida y alguien que lo llevara hasta su hotel.
Allí todos iban de una lado para otro corriendo. Gente que embarcaba, despedidas, llegadas, reencuentros… eran momento muy tierno, pero no debía pararse mucho tiempo a observarlos. Estaba cansado y quería dormir un poco.
Llamó al hotel para decir que ya se encontraba allí y que estaba saliendo del aeropuerto, que en cuanto pudiera cogería un taxi para llegar lo más pronto posible. Le comunicaron que había un problema que solucionar con su habitación, así que se dio más prisa.
Al salir, una ráfaga de aire fresco le obligó a cerrarse bien la chaqueta que se había puesto nada más recuperarla. La noche era cerrada, y era cerca de las tres de la mañana ya. Por suerte para él, una serie de taxis se encontraban aparcados justo a la entrada del aeropuerto, así que no tendría que ir preguntando que donde los encontraría.
Buscó hasta dar con uno vació, y no dudó en acercarse. Cuando el conductor lo vio, lo ayudó al momento a guardar la maleta en el maletero, saludándolo a la misma vez.
Una vez dentro del auto, el taxista le pregunto que a donde lo llevaba, y él le indicó el nombre de su hotel. El conductor supo al momento donde tenía que ir, así que supuso que allí en Roma sería algo famoso.
Se le hizo el viaje bastante corto. Prácticamente estuvo dando cabezadas durante todo el trayecto. Se encontraba demasiado cansado y con el viaje, el agotamiento se hacía mucho más presente.
En el avión apenas pudo dormir. Había niños gritando y llorando, personas que roncaban como demonios, y las constantes llamadas de la recepción del hotel. Apenas había podido dormir si quiera unos tristes minutos.
Por suerte, se había entendido muy bien con el taxista para darle su dinero, y pronto estuvo fuera, con su maleta en la mano y observando su hotel. Tenía toda la pinta de ser uno de lujo, y por lo concurrida que se encontraba la calle, estaba en una zona central.
El hotel era de lo más extraño. La decoración era antigua, seguro que de estilo romano, aunque él no sabía muy bien diferenciarlo, pero eso no quitaba de que le gustara. No tardó en entrar cuando un encargado comenzó a llamarlo desde la recepción.
-Menos mal que ya ha llegado, señorito, tenemos un problema –Le dijo. Le parecía que estaba muy ansioso por su llegada.
-¿Qué es lo que ocurre?
-Hubo un error, y un encargado que estaba de prácticas le dio su habitación a una muchacha que también ha venido desde muy lejos. –El encargado le hablaba sin parar a tomar aire si quiera. Por lo que podía deducir, tenía prisa por solucionar ese problema.
-¿Y no tienen otra habitación disponible?
-Resulta que no… Estamos hasta el tope de clientes y están todas las habitaciones ocupadas. Necesitábamos hablar con usted y ser sabedores de su opinión para poder tomar una solución a este tema.
-¿Y esa señorita? Tal vez deberíamos hablar para saber qué hacer y ponernos de acuerdo ¿no? –Estaba demasiado cansado para disputas, pero que otro remedio le quedaba.
-Ah, justo viene hacia aquí –Se giró cuando le dijo eso para ver quién era la chica con la que tuvo el error de la habitación. El mundo se le cayó. Era una chica muy hermosa, demasiado, y lo mejor, es que era coreana, como él.
-¿Tú eres el muchacho que se supone que estaba ocupando la habitación que yo tenía? –Que directa, no se andaba con rodeos, eso le gustaba.
-Sí, parece que sí, soy yo –Le dedicó una sonrisa, pero eso no ablandó su aspecto serio que traía.
-Y parece que somos del mismo país. Corea ¿no? –El chico asintió con la cabeza mientras la observaba detenidamente. Era realmente hermosa. Tenía el pelo decolorado a un castaño casi rubio, y unos ojos negros magníficos.- Mi nombre es BR.
-Yo soy Sehun, encantado de conocerte –No le dio tiempo a decir nada más cuando ella interrumpió.
-Estupendo Sehun, verás, ya sabrás el problema que tenemos, pero resulta que yo no puedo ir a ningún otro sitio. No conozco nada en este país, y bueno, llevo horas esperando que vinieras para poder solucionar este problema ¿a dónde voy a estas horas? –Se entendía como se encontraba de frustrada, incluso se notaba que todas esas palabrerías las había estado ensañando mientras me esperaba. Solo le causaba ternura a Sehun
-Ya somos dos. Yo tampoco conozco nada aquí y no sé qué podemos hacer.
-Si me permiten los dos señores… -Interrumpió el recepcionista.- Para mañana una de las habitaciones se quedará vacía.
-¿Y esta noche qué? ¿Es que vamos a tener que dormir juntos? –Comentó ella, como si estuviera hablando en broma, pero al chico no le pareció tan broma. Es más, me era una buena idea.
-Sí, ¿y por qué no? Yo lo veo bien. No muerdo ni nada, me portaré bien –Concretó Sehun antes de que protestara. Pero no consigue evitar que le dedicara una mirada de indignación.- Oye, que se portarme bien.
-Sería una buena idea, si a ustedes les parece bien. Les ponemos en unos segundos en segundo colchón en la habitación y mañana traslados a uno de vosotros a la otra habitación, como ustedes vean mejor –Al recepcionista se le brillaron los ojos con la idea de que el problema se le solucionase y pudiera descansar. Lo vio Sehun muy claro al mirarlo. Que personaje más raro.
-¿Solo una noche nada más? –Preguntó BR algo insegura.
-Por supuesto, no queremos causarles más problemas –BR asintió, de acuerdo por esa idea, ya que no había ninguna otra que no fuera que uno de los dos se fuera a esas horas a la calle, y ella parecía la indicada.- Síganme.
Sehun cogió su maleta, ahora más contento. No veía la hora de poder dormir, aunque solo fuesen un par de horas seguidas.
La chica coreana, BR, le causaba gracia. Cuando fueron a montarse en el ascensor, iban a hacerlo a la vez, pero le fulminó con una mirada que le obligó a dejarla pasar primero. Sonreía divertido ante la tensa situación. No la había visto sonreír, pero con el ceño fruncido era hermosa ¿cómo sería con una sonrisa en el rostro?
Ella lo descubrió mirándola de reojo y le propinó un pisotón en uno de sus pies, como advertencia de que no siguiera haciendo eso.
El encargado de recepción parecía no enterarse de nada. Las manos le temblaban, hasta para pulsar el botón para subir a su piso.
-Ya les he indicado a los encargados que esté preparada la cama suplente –comentó el pobre hombre cuando se bajaron del ascensor. Lo siguieron por un amplio pasillo, que estaba demasiado cargado de adornos para su gusto.
La habitación no estaba muy lejos del ascensor. Sehun aprovechó y mientras el recepcionista les abría la puerta, echo de nuevo un vistazo a BR. Parecía haber relajado algo su expresión. Se la veía cansada. Sehun se preguntaba cuanto tiempo había tenido que esperarle.
Una patada en la pantorrilla fue lo que recibió como recompensa por mirarla más tiempo del que tenía pensado. Lo había pillado mirándola demasiado. Tenía que controlarse, o esa noche le tocaría dormir en el pasillo.
-Aquí tienen su habitación. ¡Ah! Y la cama suplente ya está. Disculpen las molestias, ya ustedes se organizan y mañana me dicen quién se va a la otra habitación. Buenas noches –Haciendo una leve inclinación, el recepcionista les dejó unas tarjetas de la habitación y se marchó, dejándolos solos. Sehun empezaba a temer por su vida. Seguro que al levantarse tendría moratones por todos lados de los golpes que pudiera recibir.
BR murmuraba cosas por lo bajo, de tal manera que no se enteraba de lo que estaba farfullando, pero no lo dio mucha importancia. Entró en la habitación. La decoración era muy similar a la de la entrada. Con un estilo a lo romano. Había pequeñas estatuas casi por todos lados, y las columnas parecían hasta hechas a mano con cincel. Estaba maravillado.
Hasta el más mínimo detalle. Como el marco de la puerta, por dentro, tenía figuras talladas. El tapiz que cubría una pared, con una escena de caza con hombres semi desnudos. Estaba seguro que hacer aquello había llevado un gran es fuerzo.
Una mesa redonda en medio de la habitación, con unas sillas a su alrededor. Al fondo un gran ventanal que daba a la calle principal. Mientras que la cama se encontraba más a la derecha, sobre una tarima flotante. Al lado de esta había dos puertas, una parecía para el vestidor y otra para el baño. No era ni mucho menos como se lo imaginaba. Era algo fabuloso.
Terminando de registrar la habitación entera, vio la cama suplente a un lado de la otra cama. Suponía que tenía que hacer como un educado hombre que era, y a él le tocaría esa cama. Ni preguntó. Se acercó a esta directamente, bajo la curiosa mirada de la chica.
-No tienes por qué hacerte el caballero y dejarme a mí la cama –Indicó BR sin moverse de la puerta de la habitación.
-Lo sé, pero así estarás cómoda. A lo mejor te tranquilizas y mi vida no se ve amenazada por duros golpes –Sehun intentó no reírse ante sus palabras. Se arriesgaba a recibir un nuevo golpe, pero no lo pudo evitar.
-Ja ja ja que gracioso te crees –De un portazo, BR entró en la habitación por fin. Pero no fue en su busca a volver darle un golpe. Simplemente se fue hasta la cama que era para ella y se dejó caer.
-¿Cuánto tiempo has estado esperando para que yo llegara? –Pregunta Sehun rompiendo el silencio que los había envuelto, mientras se acomodaba un poco, quitándose sus zapatos.
-¿Y a ti qué te importa? –Comentó BR con la cara contra la colcha de la cama.
-Solo preguntaba para disculparme. El vuelo se retrasó. Siento si tuviste que esperarme mucho tiempo –Una vez que terminó de pedir disculpas, se tumbó en su cama, bocarriba.
Iba a dormir con una desconocida, en un hotel de un país muy lejos del suyo, y donde no conocía a nadie más. Se consolaba con el hecho de que por lo menos esa desconocida era del mismo país que él.
-Ocho horas. Eso fue lo que tuve que esperar –Acabó por decir BR tras unos segundos, que Sehun pensó, que estaba meditando si contestarle o no.
-Lo siento mucho.
-Yo lo siento por lo de la habitación –Se sinceró ella, levantando la cara para poder mirarlo. Cuando Sehun dirigió su mirada hacia ella, vio que tranquila, era mucho más linda que enfadada.
-No ha sido culpa tuya.
-Pero tú ahora querrías descansar tranquilo, y me tienes que aguantar. Mañana me iré a la otra habitación.
-No pasa nada, de verdad. Por suerte nos hemos entendido… bueno, lo justo al menos.
Ambos guardaron silencio. No se conocían, no sabían que decir. Estaban algo intranquilos por la situación, pero el sueño les estaba ganando terreno a los dos. Se encontraban demasiado cansados por el ajetreado e intenso día.
-Sehun… -Acabó murmurando BR, casi en un susurro medio dormida ya.
-¿Qué pasa? –Preguntó el chico, con los ojos que se le cerraban poco a poco, a pesar de él mismo no querer. No era de buena educación dormirse mientras hablaba con alguien.
-No vayas a violarme… ¿vale?
-¿Qué? –Sehun se incorporó abriendo los ojos de golpe al escucharla.- Yo no sería capaz de hacer tal cosa.
-Cállate –BR le lanzó un cojín, el cual le dio de pleno en la cara.- Era solo una broma. Y ahora, a dormir, que estoy desperdiciando mi preciado tiempo aquí contigo.
La joven se giró, dándole la espalda para poder dormir, dejando a un estupefacto Sehun que no se había esperado ese cojinazo de ninguna manera. Devolviéndole el cojín se tumbó de nuevo.
Pues sí que había empezado el viaje con buen pie. Quien le iba a decir que la primera noche la pasaría en la misma habitación que una chica bien bonita.
Cuando cerró los ojos, fue cuando una pregunta invadió su mente. Si ella era de corea ¿lo habría reconocido o no?
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