domingo, 26 de junio de 2016

(Varias) El instituto de la Muerte -Serial- Capítulo 8

,jhfdhcjklñ´lkjhgfhjklñ´lkjhjk

Notas: Los chicos han avanzado mucho en sus investigaciones, pero todavía no han hallado la pieza clave... ¿podrán encontrarla? ¿Podrán salvar a ZiTao y SeHun?

•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.

De la noche anterior habían sacado en claro quién debía ser el fantasma vengativo y ese no era nadie más que Kim JongIn. Ahora ya tenían mucho más que la semana pasada, cuando no sabían absolutamente nada de lo que sucedía, ni sabían siquiera si aquel espíritu existía. Al menos habían avanzado bastante y Lu Han casi sentía que estaba próximo a volver a tener a su hermano menor entre sus brazos de nuevo. El chico terminó de colocarse la chaqueta del uniforme del instituto y luego salió de casa en dirección a las clases mucho más motivado que los anteriores días.

Aquel sábado se cumplía una semana desde que SeHun y ZiTao desaparecieron sin dejar rastro y estaba bastante preocupado por lo que podían estar sufriendo los chicos, por si tenían agua o comida todavía, por si el fantasma no les había hecho nada malo… pero tenía la corazonada de que ellos estaban bien y de que estaban muy cerca de encontrarlos pronto y en perfectas condiciones.

Lu Han llegó al instituto y se dirigió directamente a la biblioteca, donde ya se encontraban los demás chicos y donde también estaba la profesora de Historia. Él la saludó cortésmente y luego se dirigió a la mesa en la que estaban todos reunidos, pasando sus brazos por la cintura de MinSeok al llegar y abrazándose fuertemente a su espalda. Su chico se giró levemente para dedicarle una sonrisa, pero no dijo absolutamente nada para no perturbar la conversación que estaban manteniendo antes de su llegada.

—Entonces tenemos que devolver todas las cosas que hemos cogido para que nadie las eche en falta —decía JunMyeon—. Así no nos meteremos en ningún problema más ahora que ya tenemos la mayoría de las cosas claras.
—Nos faltaría tener la confirmación de que nuestras suposiciones sobre la relación entre JongIn y BaekHyun son ciertas —comentó YiFan—, pero no creo que haya nada de eso en ningún documento.
—Es lo malo de todo esto —murmuró YiXing—, que tenemos que ir medio a ciegas… pero al menos no vamos a ciegas completamente y eso es una gran ventaja.
—Lo que tenemos que decidir ahora mismo es quien se encarga de devolver las cosas —dijo MinSeok—. Lo demás lo podemos discutir después de eso.
—Pues por hablar… —comenzó JongDae—. ¿Qué te parece venir con JunMyeon y conmigo a devolver los periódicos?
—¿Yo? ¿Por qué? —le replicó.
—Por haber hablado —sonrió el menor.
—KyungSoo y yo podemos encargarnos de devolver las fichas que cogimos anoche —cortó ChanYeol antes de que los dos chicos comenzaran a replicarse el uno al otro—. No creo que nos hagan más falta y no es seguro que los tengamos nosotros.
—Entonces ya está todo decidido por hoy —dijo Lu Han—. Ellos dos devuelven los documentos y vosotros tres los periódicos.

Su novio se giró hacia él con un puchero en sus labios porque no quería hacer aquello, pero la decisión ya había sido tomada y aceptada por todos, así que no se podía cambiar.



YiFan no tenía ninguna gana de entrar en clase. Había pasado muy mala noche a pesar de haber dormido junto a YiXing y lo único que menos le apetecía era estar escuchando las lecciones que le tocaran aquel día en clase. Sin embargo, tuvo que seguir a los demás cuando comenzaron a salir de la biblioteca para dirigirse a los salones de cada uno. Iba arrestando los pies y con la cabeza gacha, no obstante, y por ese motivo seguramente fue por el que YiXing se acercó a él y lo tomó del brazo para detener su caminata y luego llevarlo por otro pasillo distinto al que sus amigos habían accedido.

—¿Te encuentras mal? —le preguntó, tomando con el dorso de su mano la temperatura de su frente y quedándose a escasos centímetros de él, mostrando su preocupado rostro—. No parece que tengas fiebre.
—Estoy bien —le aseguró—. No tengo fiebre, solo estoy cansado.

YiXing se alejó un poco de él, aunque no lo suficiente porque el chico todavía podía notar el calor de su cuerpo. Parecía estar pensando en algo porque tenía la mirada fija en su rostro, pero miraba más allá de él. Todo a su alrededor se quedó en silencio un par de segundos, hasta que el chico volvió a hablar.

—¿Quieres que hoy hagamos novillos?
—¿De entre todas las personas de este instituto tú me estás proponiendo hacer novillos? —cuestionó, sin poder creérselo.
—¿Por qué no? —YiXing se encogió de hombros—. Nunca he hecho y hoy es un buen día para empezar.
—Está bien, entonces —le sonrió antes de tomarlo de la mano y llevarlo lejos del edificio donde se encontraban.

YiXing no se resistió en ningún momento y eso hizo sonreír a YiFan, aunque sabía perfectamente que el chico estaba haciendo todo aquello porque quería saber qué era lo que le pasaba por la cabeza. YiFan no hablaba mucho de sí mismo, pero quizás era el momento de sincerarse completamente con su novio, de decirle exactamente qué era lo que ocurría con su familia y qué era lo que pensaba él de todo aquello.



En el intercambio de clase entre primera y segunda hora, ChanYeol salió de allí aprovechando que a aquella hora no iba a tener ninguna lección y fue en busca de KyungSoo para ir a devolver los documentos que habían cogido la noche anterior, al igual que las llaves, a sus respectivos lugares antes de que nadie los echara de menos. No iba a ser complicado porque los sábados había la mitad de profesores que los demás días de la semana y por eso habían elegido hacerlo a plena luz del día.

Cuando llegó a las escaleras se encontró a KyungSoo ya esperándolo allí, así que simplemente se saludaron mudamente antes de dirigirse al pasillo en el que se encontraba el despacho de la jefa de estudios, el lugar al que tenían que ir. No había ni un alma en el ala que le pertenecía a los profesores ya que todos los que habían ido al instituto aquella mañana tenían que estar impartiendo clases; sin embargo, no iban a correr riesgos inútiles, así que uno de ellos se quedaría vigilando desde un lugar cercano y más o menos a cubierto y avisaría al otro si había algún problema.

—Voy a ir yo —le dijo KyungSoo una vez se encontraron cerca de su destino—. Soy mucho más silencioso que tú.
—Y también más pequeño —comentó él como una pequeña broma, pero KyungSoo lo miró con cara de querer matarlo y ChanYeol se alejó un par de pasos de él—. Lo siento, no me volveré a meter con tu altura aunque seas una persona tamaño de bolsillo.

KyungSoo le gruñó débilmente antes de girarse y seguir su camino sin él. ChanYeol lo observó hasta que se perdió dentro del despacho de SoonKyu y comenzó después a hacer su trabajo vigilando que nadie se acercara al lugar y pudiera pillar al chico con las manos en la masa.



YiXing se había quedado en silencio, al igual que YiFan, una vez ambos llegaron al lugar en el que el mayor había decidido pasar la mañana: detrás del pabellón. Desde allí podía escuchar cómo las zapatillas deportivas rechinaban en el suelo dentro del edificio y YiXing rezó para que a ninguno de los que se encontraba allí le diera por salir y encontrarlos a ambos porque si no su primer día de novillos iba a acabar muy mal.

El chico estaba tan metido en sus propios pensamientos que no se dio cuenta de que YiFan por fin había reunido todo el coraje para hablar hasta que no sintió su voz cálida y grave contra su oído diciendo las primeras palabras.

—Ya sabes cuál es la profesión de mi padre —comenzó y YiXing asintió—. Él es bastante conservador en cuanto al tema de la sexualidad y desde siempre ha estado molestándome con ello.

YiXing recordaba que le había comentado aquello mismo en múltiples ocasiones, además de haber visto cómo la cara de aquel hombre mutaba cada vez que lo veía a él aparecer por su casa. Se notaba a leguas que era bastante rígido en la interpretación de su religión y las relaciones homosexuales le parecían una aberración.

—Ayer cuando llegué a casa —continuó—, me increpó que hubiera estado contigo estas tardes y me dijo que encima tenía la poca vergüenza de pecar contigo bajo su techo —YiFan soltó una carcajada irónica y apretó el agarre que mantenía en su cuerpo—. Desde hace mucho tiempo sospecha que me gustan los hombres y ha intentado encasquetarme a todas las hijas de los fieles de su iglesia, pero yo las he rechazado a todas. Te quiero a ti. Solo a ti.

YiXing jugó con las grandes manos que se encontraban en su cintura hasta que estas finalmente dejaron de ejercer su firme agarre y luego se giró hacia él para besarlo en los labios lo más dulce que pudo. Cuando se separaron, lo miró a los ojos unos momentos y después junto sus frentes, intentado reunir el valor para decir las siguientes palabras.

—Yo te quiero, YiFan —comenzó—. Te quiero demasiado, pero tampoco quiero ser un obstáculo para ti.
—No eres ningún obstáculo, Xing —respondió inmediatamente—. Mi madre me ha dicho varias veces que ella nos apoya y que incluso puede amenazar a mi padre con el divorcio si no nos deja tranquilos.
—Pero eso sería algo muy drástico —murmuró.
—También me ha dicho que puedo volver con ella a San Francisco y terminar de estudiar allí… pero eso significaría tener que separarme de ti y no quiero.
—¿Entonces qué podemos hacer? —cuestionó YiXing.
—Por ahora simplemente terminar el instituto —resolvió YiFan—. Y estudiar duramente inglés mientras porque mi madre dijo que si habías terminado también podías venirte con nosotros si querías.
—Dile a Stephanie que la quiero casi tanto como a su hijo.
—Se lo diré —murmuró YiFan, cruzando la escasa distancia que los separaba antes de besarlo de nuevo.



JongDae, JunMyeon y MinSeok se dirigían después de las clases del sábado a la casa del primero para recoger los periódicos que habían sacado de la biblioteca sin permiso y así devolverlos antes de que nadie se diera cuenta de lo que habían hecho. JongDae había tenido que prometerle una y otra vez a MinSeok que su padre no iba a estar en casa para que el mayor de los tres finalmente aceptara acompañarlos en aquello. Realmente no necesitaban tanto su ayuda porque ellos dos se lo habían apañado de maravilla cuando fueron a sacar los periódicos, pero nunca venía de mal una pequeña ayuda extra.

Llegaron a su casa y JongDae los hizo entrar rápidamente al lugar porque aunque no estaba su padre, su madre sí lo estaba y MinSeok no quería cruzarse con ninguno de sus dos progenitores. Una vez en su habitación, soltó su mochila sobre la cama y luego se subió a el colchón para poder llegar a la estantería que tenía sobre el cabecero y donde había repartido unos pocos de los periódicos. Una vez los cogió fue a otro de los sitios que había utilizado como escondite y cuando los tuvo todos sacados se giró hacia los chicos que se encontraban en su habitación, dándose cuenta de que ambos estaban mirando los periódicos.

—¿Qué hacéis? —les preguntó.
—Buscamos el caso del 83, que la última vez no lo pudimos encontrar y tengo curiosidad por saber qué pasó, por si eso nos ayuda —le respondió JunMyeon.
—No creo que nos ayude más que los otros que encontramos —comentó él, pero su novio y su hermanastro parecían muy enfocados en aquello, así que simplemente se unió a ellos para buscar porque de todas maneras todavía tenían tiempo de ir a la biblioteca y, cuanto más tarde fueran, más personas habría y mejor podrían camuflarse para no llamar la atención de nadie.




KyungSoo se había sentido bastante bien al usar sus habilidades adquiridas durante el tiempo que había sido un pandillero para ayudar a sus amigos, pero sentía algo más recorriendo su cuerpo aparte de aquella satisfacción. El chico no sabía exactamente lo que era, pero tenía que ver con volver a su antigua vida, porque aquello le reportaría una gran satisfacción; sin embargo, era algo que su mente le decía que no podía hacer. No podía volver a romper la promesa que le había hecho a ChanYeol porque ni él se perdonaría, ni el mayor volvería a darle otra oportunidad, y sobre todo, no quería perder a ChanYeol ahora que se había convertido en una persona demasiado importante en su vida.

—¿Te sucede algo? —escuchó que le preguntaba su amigo muy cerca de él mientras caminaban hacia su casa.

KyungSoo le había dicho en cuanto salieron del instituto que quería regresar a su propia casa para ver cómo estaban los ánimos con sus padres y, si no estaban demasiado cargados, volver con ellos para no causarles más molestias a los señores Park. ChanYeol le había asegurado varias veces que no era ningún problema que se quedara en su casa y que su padre estaba encantado de tenerlo allí, pero a KyungSoo no le gustaba estar en una casa ajena por demasiado tiempo.

—No sucede nada —le respondió, lo más tranquilo que pudo.
—¿De verdad? —inquirió el mayor—. Te noto bastante raro.
—Solo estoy pensando en lo que encontraré cuando llegue a casa —mintió descaradamente.

ChanYeol lo agarró por los hombros y lo hizo girarse hacia él y alzar su cabeza para mirarlo a los ojos. Una vez los grandes ojos de su amigo se posaron sobre los de él tuvo que rehuir su mirada porque sabía que el chico sabría inmediatamente que le había mentido. Esperaba que al hacer aquello ChanYeol volviera a hablar, pero no lo hizo aunque pasaron varios minutos, por lo que, lentamente comenzó a posar su mirada en la del chico. En ese momento, cuando sus ojos se encontraron de nuevo, el más alto tomó la palabra.

—Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿verdad? —le preguntó y KyungSoo asintió rápidamente—. ¿Entonces por qué no me cuentas la verdad?

KyungSoo tragó saliva porque lo había pillado y agachó su cabeza para que el mayor no viera la culpabilidad que sentía. Todo estaba en silencio a su alrededor, de hecho, no había ni un alma en la calle por el frío que hacía aquel día, así que el chico sabía que no iban a retomar su camino hasta que le contara a ChanYeol todo lo que le pasaba por la cabeza, por eso no tardó en hablar.

—Tengo miedo de que al volver a hacer cosas que hacía antes quiera volver a mi antigua vida —murmuró.

KyungSoo esperaba que su amigo comenzara a decirle palabras de ánimo y de apoyo como siempre había hecho, pero en aquellos momentos se sorprendió al ver que ni una palabra salía de sus labios. El chico volvió a alzar su cabeza para mirarlo a los ojos, pero no pudo ver más que el rostro de ChanYeol acercándose al suyo y no pudo hacer más que notar el sabor de los labios cortados de ChanYeol contra los suyos en un beso que correspondió desde el primer segundo, sin saber qué era lo que aquello significaba, ni por qué lo hacía sentir tan bien y tan amado.



MinSeok se afanó en la búsqueda de lo que había sucedido en el 83 en el instituto y por eso fue él quien se encontró la noticia a la media hora más o menos de haber empezado a buscar. No era muy amplia, aunque las demás tampoco lo habían sido, pero era bastante diferente a aquellas que habían encontrado en su anterior búsqueda. El chico alzó su cabeza para ver a los dos chicos que se encontraban con él en aquella habitación y alzó la voz para llamar su atención.

—Lo he encontrado —dijo, y después comenzó a leer la noticia—. Después de dos semanas sin tener noticias de los dos chicos desaparecidos de la Shindongshin Industrial High School la policía encontró anoche los cuerpos de Kim KiBum y de Choi MinHo en el sótano de la escuela. Desafortunadamente, MinHo había fallecido ya cuando llegaron hasta él, pero KiBum todavía respiraba y ahora se encuentra en el hospital, donde los médicos se afanan por salvar su vida.

MinSeok dejó de leer para observar los rostros de JunMyeon y JongDae, viendo en ellos que tampoco se habían esperado aquella noticia.

—Así que... uno de ellos salió con vida de allí una vez —murmuró JunMyeon.
—Y sigue con vida —respondió MinSeok.

El nombre de Kim KiBum le sonaba demasiado la primera vez que lo leyó en voz baja, pero después de leerlo aquella segunda vez sabía que se trataba de alguien que él conocía. Kim KiBum era su vecino de enfrente, aquel que cuando se había enterado de que iba a ese instituto se había puesto pálido y que cada vez que lo veía le preguntaba por cómo le iba y si no había sucedido nada extraño.

—¿Cómo? —cuestionó JongDae.
—¿Os importa ir a vosotros solos a llevar los periódicos de vuelta? —dijo levantándose de la cama—. Yo voy a ir a hablar con él.
—¿¡Pero quieres contarnos qué es lo que sucede!?

JongDae le gritó aquello último, pero MinSeok ya había salido de su habitación y corría hacia la salida mientras sacaba su teléfono del bolsillo para mandarle un mensaje de voz a Lu Han. Mientras corría tardó algunos momentos en pulsar correctamente los números de la contraseña de su móvil y luego tardó un poco más en intentar entrar en la conversación que mantenía con su novio. Pasaría varios minutos en aquello, pero cuando lo consiguió no se detuvo, simplemente se llevó el teléfono a los labios antes de grabarse diciendo:

            "Lu Han, necesito que vengas inmediatamente a mi casa. Creo que he encontrado algo que nos puede ayudar con tu hermano".



MinSeok había salido de la casa de JongDae como alma que llevaba el diablo. Ni siquiera se había despedido de ellos, pero JunMyeon sabía que tenía que tener un buen motivo para ello. Parecía que conocía a aquel Kim KiBum que se nombraba en el artículo del periódico, así que lo único que tenían que hacer era confiar en él y esperar que tuviera razón.

—Ha sacado esas cosas de nuestro padre —murmuró JongDae a su lado, llamando su atención—, es tan teatral y parco en explicaciones como él —su chico bufó—. Aunque luego diga que no se parece en nada a él.

JunMyeon sonrió por aquellas palabras y luego comenzó a recoger los periódicos y a guardarlos en su mochila. JongDae, al verlo, comenzó a hacer lo mismo con los que tenía más a mano y no se detuvieron hasta que todos estuvieron guardados.

—Creo que es hora de que vayamos a dejar esto —dijo—. Esta vez no voy a estar tan nervioso durante el camino —le aseguró, haciendo que JongDae sonriera.
—Claro, porque ahora estás haciendo lo correcto —contestó el otro—. Vamos.

JongDae le tendió la mano y JunMyeon se la tomó con gusto para ayudarse a levantarse; después, recogieron sus cosas y se dirigieron a la biblioteca para, tal y como había dicho su chico, hacer lo correcto y devolver lo que habían robado.


mrs daisy

2 comentarios:

  1. Los chicos están en el trabajo de regresar el material y cuando hiciste la separación de los grupos me dije "que bien, ChanYeol y KyungSoo van a estar solitos" la veía como la posibilidad latente de que pasara algo pero son muy profesionales (hay que decir la verdad). Igual, por suerte no me dejaste con las ganas y me encanto la confesión de como se sentía KyungSoo sobre su pasado y su miedo a volver a lo que era, porque sabe que es fallarle a ChanYeol de cierto modo y ya con la escena del beso me conquisto, como se desarrollo, fue perfecta.
    Seguimos profundizando y me agrada saber que a pesar del pastor SiWon (mala onda,bromita) hay alguien que respalda a Yifan. Así que me gusta la madre, lastima que esta viviendo lejos y no puede ayudarlo de una forma mas cercana.
    Ahora, con lo que me dejaste flipando es con el ultimo descubrimiento del periódico del año 83 (siempre tenes un as bajo la manga :) ) y mas teniendo a nuestro KiBum vivito y coleando para sacar mas información (teniendo en cuenta que no sienta miedo de soltar la lengua) veremos, veremos.
    Por ultimo, amo mucho a JunMyeon esa cosa de sentirse bien cuando hace lo correcto, me resulta muy lindo y mas sabiendo que JongDae lo pincha con esas cosas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En proceso de regresar todo lo robado, sí, que es lo que hay que hacer XD Los dos son muy profesionales, cuando tienen que hacer algo, lo hacen XD Me alegra mucho que te gustara todo lo que esta parejita está haciendo ^^
      Al menos su madre lo respalda sí, es algo de agradecer, porque YiFan necesita un poco de apoyo familiar.
      Bueno, KiBum va a aclarar algunas cositas, que para eso está vivo el muchacho XD
      JunMyeon es que es adorable en todos los sentidos, cada vez que escribía algo de él me daban taldos de lo cuqui que era todo XD

      Eliminar

¡Tus comentarios son importantes para que el blog siga creciendo!