Nota: Sorry por todo este tiempo sin actualizar ni nada de nada. ¡Pero no tenía tiempo! Entre una cosa y otra, en fin, pero voy a intentar actualizar algo más. Y yo que tenía planeado, el pasado día 29, que era mi cumple, subir varios capítulos, no es que sea gran cosa, pero bueno. Al no poder, lo haré el día del cumpleaños de mi bias, o séase, el día 21 de este mes.
Espero que os guste este capítulo donde la vida de CL empezará a cambiar ¡Besos!
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-Jiyeon, te estaba buscando –La joven mujer pasó no muy lejos de donde ella se encontraba. Al escucharla, se detuvo, con una amplia sonrisa.
-Y yo a ti ¿Qué te parece la imagen? –Ambas observaron la inmensa foto que reinaba en una de las paredes más visibles del hall.
Mucha gente que pasaba por allí, se detenían pata verla, preguntándose quien era esa chica que lucía como una verdadera diosa. CL se sentía dichosa por ese detalle de hacer que todo el mundo la viera.
-Quería hablar contigo sobre la prueba que tenías que pasar, pero antes ¿tienes ya firmado el contrato que te he entregado?
-De eso te quería hablar –CL tomó aire antes de hablar, recordando lo que había sucedido con el contrato.- Resulta que tenido un pequeño accidente y ha quedado inservible.
-No pasa nada, acompáñame un momento.
Jiyeon no se interesó lo más mínimo sobre que le había ocurrido al contrato que le había dado. Simplemente asintió con la cabeza, como si eso fuese lo más normal del mundo. Eso extrañó bastante a CL, pero no hizo ninguna pregunta, solo se limitó a seguirla.
Ahora la llevaba por la zona contraria por la que había estado de la empresa. Esta era muy diferente. Era algo más tranquila. Parecía la zona de la administración, los despechas y de la gestión de toda la empresa.
Conforme avanzaban por los pasillos, el ambiente se hacía cada vez más tranquilo. Allí nadie hablaba con un tono alto, y apenas se cruzaba alguna persona con ellas dos.
CL ya se había perdido tras pasar entre pasillos, ascensores y diferentes puertas, pero acabó llegando a una amplia sala. Esta tenía unos amplios ventanales por los que entraba la luz de afuera, unos sillones, los cuales a simple vista se veían cómodos pero caros, y por último, junto a una gran puerta de madera, un mostrador, muy similar al de recepción, pero más elegante.
Allí sentada, había una mujer muy guapa, trabajaba. Jiyeon se acercó hasta ella, pidiéndole a CL que se detuviera un momento. Ambas mujeres hablaron sobre algo que CL no entendió, ya que apelas le llegaban murmullos de su conversación.
-CL –Jiyeon la llamó al poco tiempo.- Te están esperando. Yo me quedaré aquí para acompañarte de vuelta.
Le señaló la puerta que tenía en frente, la cual, la mujer que estaba tras el mostrador, ahora de pie, la abría para que pudiera entrar. No tendía muy bien que tenía que hacer exactamente ni que pasaría a continuación, pero sin decir nada pasó por la puerta.
¿Dónde estaba? Se notaba que era un despacho, y muy hermoso. La decoración era fina, de color blanco, haciendo más pura la sala.
CL estaba anonada observando todo que no reparó que a su derecha, había un escritorio repleto de papeles, y tras él, quien mandaba en toda esa organización.
-Parece que te gusta mi despacho- Sin levantar la vista del escritorio, Tiffany habló, exaltando a CL que aún no se había percatado de su presencia.
-Es bastante bonito ¿Quién lo ha decorado? –CL intentó disimular como pudo, el susto que se había llevado, acercándose a la misma vez hasta Tiffany.
-Yo misma lo decoré.
-Tienes muy buen gusto.
Tiffany dejó lo que estaba haciendo, para mirar directamente ahora a CL. Algo le decía que la joven estaba hecha para estar en un lugar como aquel, rodeada de lujo y belleza, pero por algún error de la vida, no había estado desde el principio en el lugar que debía. Pero siempre tenemos la oportunidad de buscar nuestro verdadero lugar, al que pertenecer. Y ella, sabía muy bien a qué lugar pertenecía la gente.
-Me imagino, que si estás aquí, es porque estás sin contrato. Ha desaparecido misteriosamente o porque ha sufrido algún accidente ¿me equivoco? –Tiffany fue directa, con los ojos fijos en el rostro de CL. Pudo ver como el asombro asomaba por este cuando dijo aquello.
-Yo… No ha sido queriendo, de verdad, ha sido una confusión… -Cl, intentaba disculparse como podía. Nunca hubiera imaginado que por el hecho de estar allí, Tiffany supusiera que no tenía contrato ¿o solo había acertado por cuestión de suerte? ¿o sabía más de lo que aparentaba?
-No, no te preocupes, me puedo imaginar que ha pasado con él –Tiffany habló con un tono de voz bastante misterioso, que desconcertó a CL y le provocó ciertas preguntas que ya buscaría su respuesta. Aunque pensándolo mejor, era quien mandaba en toda esa organización, no debería extrañarle que lo supiera todo ¿no?
Tiffany buscó entre los papeles que tenía sobre su escritorio, muy concentrada, ajena a todo lo que estaba pasando en ese momento por la cabeza de la otra. Se detuvo cuando por fin encontró lo que estaba buscando. Un papel que al momento tendió a CL mientras hablaba.
-Es un nuevo contrato, y mucho mejor que el que Jiyeon te había ofrecido. Deducimos que si las otras chicas te veían con un contrato te lo romperían, por temas de celos. Siempre ocurre con las nuevas. Así que me reservé este para después de ese suceso.
CL quedó anonada, con el papel en la mano. Tiffany estaba en todo. Ni a ella se le hubiera ocurrido algo parecía. Pero claro, ella no tenía la misma experiencia que la glamurosa diseñadora en ese mundo. Tenía mucho que aprender.
Cuando su cuero reaccionó bajó la mirada hasta el nuevo contrato que ahora tenía entre sus manos. Le echó un vistazo y comprobó que era mucho mejor que el otro que Jiyeon le había ofrecido. Tenía un sueldo más elevado y contaba con una serie de privilegios, que por lo que pudo suponer, no todos los tenían.
Tiffany le tendió un bolígrafo y le dejó un hueco en su escritorio para que pudiera firmar. Cuando lo hiciera, CL estaría unida a esa empresa, pero a la vez al sueño de su vida. No se lo pensó demasiado tiempo, firmó al momento donde debía hacerlo, sabiendo que era lo mejor que había hecho en toda su corta vida.
-Sabía que no me decepcionarías. ¿Has visto su hermosa imagen en la entrada? Sales espectacular, seguro que vas a conseguir muchas cosas, yo te ayudaré. Una cosa más. Estarás muchas veces en grandes eventos conmigo, quisiera ser quien te enseñara y mostrara como desenvolverte en este cruel mundo de la moda –Tiffany, recibió el contrato firmado con una amplia sonrisa, que estremeció a CL. Tenía una sonrisa muy bonita, y su rostro era demasiado hermoso. ¿Cómo no se había fijado en ello antes?
-Muchas gracias por darme esta oportunidad… Pero me gustaría preguntarle algo…
-Claro, dime.
-¿Por qué en la prueba del otro día no me eligió si luego me iba a ofrecer un puesto aquí? –CL tenía esa duda desde el momento que le ofreció la oportunidad de unirse a ella.
-La verdad es que me impactaste cuando te vi en el concurso –Tiffany se recostó un poco en el respaldo de su asiento, observando a CL con una irada divertida, mientras jugueteaba con el boli que momentos antes, había usado la otra para firmar el contrato.- Si te escogía para el puesto que se sorteaba en el concurso, no podría ofrecerte lo que te estoy ofreciendo ahora. Lo que espero de ti, es mucho más que ser una simple modelo principal en una línea de ropa. Lo que quiero de ti, es que seas mi modelo principal en todas las líneas de ropa que presente de aquí a unos años. Creo yo que de un puesto a otro, hay una gran diferencia ¿tú qué opinas? Si lo prefieres te busco el mismo puesto simple.
-¡No! ¡Estoy bien así! –CL no salía de su asombro con esa mujer, era toda una caja de sorpresas. De las grandes.
-Perfecto. Mañana a primera hora te necesito aquí, tenemos un evento al que acudir.
-¿Puedo saber de qué se trata ese evento? –Preguntó curiosa CL.
-Ya lo sabrás mañana, solo ven muy guapa, aunque eso no te costará.
***
Acababa de llegar a casa después de aquel intenso día. Tenía demasiado en lo que pensar, y lo que asentar bien en su cabeza. Ya no era una simple ciudadana más que ansiaba cumplir su sueño y que lo veía muy lejos. No. Ahora, trabajaba para la diseñadora más famosa de todo el país, y veía su sueño a apenas metros de ella.
Se sentía tan bien con ella misma que fue directa al baño y dejó que la bañera se fuera llenando. Mientras, se preparó un té verde y cogió un buen libro. Al volver al baño, la bañera estaba casi llena, le echó unas sales minerales y gel para que hubiera espuma.
Se desnudó y se metió dentro del agua, que se encontraba en la temperatura perfecta.
Y así, dejó que su cuerpo descansara al igual que su mente. Mañana estaba segura de que tendría un gran día por delante y debía afrontarlo con todas sus fuerzas recargadas al máximo.
***
Con ánimo, se levantó ese nuevo día. Al mirarse al espejo, se vio a ella misma, pero mucho más mejorada, más alegre y mucho más joven. Volvía a verse como una niña. Todo se debía a la emoción de volver a la empresa y poder saber que le tenía preparado la señorita Tiffany que con tanto misterio no le quiso saber a dónde se la llevaría.
Apenas tardó unos minutos en vestirse y en salir de casa, le sobraba tiempo para llegar, así que iría todo el camino con un paso tranquilo. El paseo que se dio hasta la nueva empresa en la que trabajaría se lee hizo muy corto, e incluso pudo disfrutar del brillante día, de los dulces aromas que le llegaban de las cafeterías, y del calor que empezaban a desprender los escasos rayos del sol que ya alcanzaban los edificios.
Pero no todo podía ir demasiado bien, algo dentro de ella intentaba advertirla que para conseguir algo, no todo era de color rosa, pero CL estaba demasiado feliz como para prestar atención a esa tonta corazonada, la cual no tardó mucho en cumplirse.
Se percató de que algo no andaba bien cuando entró al edificio. Esta vez el guardia la dejó pasar, ya que la reconoció del día anterior y no puso ninguna objeción esa vez. Pero cuando ya estaba dentro, en el hall, vio un grupo de gente allí parada, observando lo que era su imagen.
Pensaba que estarían admirando lo hermosa que estaba, pero cuando pudo verla ella misma, la imagen no estaba igual que el día anterior.
Alguien había tenido la desfachatez de pintar en la foto. Le habían pintarrajeado la cara, poniéndole con un color oscuro, un horrible entrecejo, un espeso bigote y la cara llena de puntos negros. Añadiendo que en el pelo parecía haber insectos, entre gusanos, arañas y moscas ¿quién había sido capaz de hacer aquella cosa tan horrible?
Aterrorizaba, no daba crédito a lo que estaba viendo. Se llevó la mano a la boca. No sabía quién había podido hacer tal cosa, por mucho que la odiaran, quien fuera, eso era hacer algo… impensable para ella. La persona que lo hubiera hecho, tenía que tener un corazón horrible y negro.
-Vaya, vaya, ¿qué te ha pasado? –Al girarse, vio a la chica que el día anterior le había cogido el contrato en la cafetería y lo había roto, y a modo de venganza, ella había volcado su ardiente café en ella.- Ahora no pareces tan guapa.
-Algo me dice que tienes idea de porque esto y quien es el autor, o debería decir, autora –Al ver la expresión de sorpresa fingida que esa chica tenía, CL supuso que había sido ella.
-Para nada, yo tengo mis manos limpias –Se sacudió las manos ante su cara, con una sonrisa superficial dibujada en su cara. Tras ella, un grupito de chicas se reían. Parecían ser sus seguidoras, las que le iban lamiendo los pies a todos los lados a los que ella fuera.
-Eso dices, pero no te creo. ¿Qué te he hecho para que me hagas esto? –Preguntó directamente. No necesitaba pruebas para saber que había sido ella.
-Te vuelvo a repetir que yo no sé nada de lo que le ha pasado a tu preciada imagen. Pero si te soy sincera, a quien lo haya hecho, se lo agradezco ¿sabes? Ese nuevo look te favorece mucho más.
Todas las chicas que ahora las rodeaban, se reían con ganas ante ese chiste que ni risa tenía. CL estaba furiosa. Ella no le había hecho nada malo a esa chica para que le hubiera hecho aquello tan rastrero ¿ahora qué pensarían todos de ella? La estaban humillando, y esperaba que eso no siguiera más adelante.
-Me da igual lo que digas, no te creo. Si fuiste capaz de romper mi contrato por creerte se la mejor, también serías capaz de hacer tal cosa.
-¿Pero cómo te atreves a enfrentarte a mí de esa manera? Te diré una cosa –La chica se le acercó más a CL, mirándola de manera desafiante, directamente.- Ten mucho cuidado, no vaya a pasarte un siniestro, y tu carrera ni despegue ahora ni nunca.
Con una mueca de disgusto, la chica irritante, ser marchó de allí, con un movimiento sinuoso de cadera a cada uno de su andar. Todas las chicas, la siguieron poco después, quedándose CL sola allí, humillada y furiosa.
Lo que ninguna había sido capaz de ver, es que alguien las había estado observando en todo momento, atenta a cualquier movimiento de todas. Y es que Tiffany había sido la primera en ver el desastre de la imagen de CL, y al momento, mandó repararlo.
Cuando fue a ver las cámaras de seguridad, furiosa, para saber quién se había atrevido a hacer tal cosa en su empresa, descubrió que las cámaras no habían grabado. Era como si el momento en el que lo habían pintado desaparecía. Solo se veía, el cuadro bien, y al momento, como por arte de magia, estaba pintado.
Aquella jugada ante sus narices, no le gustó nada. Si habían sido capaces de hacer tal cosa, podían entrar los de empresas contrincantes para coger información sobre sus modelos y plagiarlos. Y eso no lo podía permitir. Ni eso, ni que arruinaran la imagen de su modelo estrella. En cuanto supiera quien ha sido el autor de todo aquel desastre, se encargaría personalmente de ponerle los pies sobre la tierra, y hacerle saber, que enfrentarse a ella, era lo pero que cualquier persona en el mundo podía hacer. Era capaz de hacer cualquier cosa con tal de proteger lo suyo.
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