jueves, 15 de septiembre de 2016

(YeWook) A second chance to make you happy -Serial- Capitulo 10


   Nota: Aquí está el penúltimo capítulo del fanfic. El no tan esperado día ha llegado y las cosas deben empezar a aclararse de una vez por todas ¿No? Espero que lo disfrutéis ^^

•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•

   Tras varios intentos por parte del chico, respondí a una de sus llamadas durante mi camino a casa. Estaba totalmente avergonzado y arrepentido del ridículo y la estupidez que había hecho. No tendría que haber intentado nada con él. Baekhyun no se merecía verse en medio de mi desastrosa vida.

   No sabía ni la hora que era, pero debía ser muy tarde. Baekhyun empezó a gritarme cosas que no llegué a comprender del todo en cuanto descolgué. Intenté explicarle un poco lo ocurrido, sin entrar demasiado en detalles pero diciéndole la verdad. Había sido un verdadero capullo con él y merecía saberla.

   Eso no solucionó las cosas ni le calmó. Dijo que no quería volver a saber nada de mí y lo entendía. Era la mejor opción para él y para mí mismo.

   Entré en casa llorando y abatido, sintiéndome el ser más desgraciado del planeta y una persona repugnante. Ya solo me quedaban las ganas de morirme. Desde que RyeoWook había vuelto a mi vida todo había empeorado hasta el punto en el que me había transformado en una persona deprimente y constantemente malhumorada. Mi transformación era obvia para cualquiera que me conociera bien.

   Entonces mis amigos acudieron a mi mente. Al igual que la forma en la que rechacé su ayuda de esa manera tan desagradecida. Ellos solo intentaban ayudarme y yo, en fin... Entonces me di cuenta de algo en lo que no había pensado antes.

   Quizás había asumido con demasiada facilidad que fue mi madre quien habló con ellos, pero ella no sabía nada. Recordé su reacción al encontrar la invitación de boda. Definitivamente no podía ser ella la que le contó todo a los chicos. Pero entonces ¿Quién?

   ¿RyeoWook...? No, eso era imposible ¿O no? La duda estuvo torturándome durante largo rato. Ya incluso había dejado de llorar y daba vueltas por casa sin saber qué hacer, inquieto y pasando de esa forma la madrugada. RyeoWook no haría eso por mí. Al menos, no después de lo ocurrido con Yura. Él no tenía por qué preocuparse por mí como para hablar con ellos y pedirles a escondidas que me animaran...

   Ahora tenía que saber la verdad.


***


   No debería haber ido. Aquello no estaba bien ¿Por qué tenía que ser tan idiota? Solo iba a servir para ponerme peor y estropearles la boda. Aunque bueno, eso último tampoco me importaba tanto.

   La gente pasaba y me saludaba. Yo solo levantaba la cabeza y esbozaba una ligera sonrisa a cada uno de esos saludos. Algunos se detenían con la intención de hablar conmigo, pero en esos momentos no era capaz de dar una buena conversación y se acababan yendo por donde habían venido.

   Aún no le había visto y no sabía si iba a ser capaz de hacerlo y encima, acercarme para hablar con él. Tenía ganas de salir corriendo solo de pensar en ese momento tan incómodo. De nuevo me pregunté qué demonios hacía allí, aunque en el fondo lo tenía muy claro. Si no hubiera sido por la tremenda duda que me había surgido, ni me lo habría planteado. Necesitaba una respuesta clara.

   Di un pequeño paseo por la zona, entre los demás invitados. Debía reconocer que era un lugar precioso. Siempre me habían llamado la atención aquel tipo de bodas al aire libre. Vaya, hasta eso iba a tener el muy gilipollas.

   Me ponía más nervioso conforme me acercaba a la zona donde habían puesto el altar. Esperaba no verle allí. Para suerte o desgracia no fue a él a quien vi. Fue al otro. A mi ya no tan querido amigo.

   Me vio antes de poder escaparme. Por un instante me pareció ver sorpresa en su mirada, pero después se puso muy serio. No me extrañaba ¿Sabría lo que pasó aquella noche, tras irnos de su casa después de la pelea? No tenía muy claro si RyeoWook habría sido capaz de contárselo.

   Me atreví a aguantarle la mirada y así nos quedamos, diciéndonos de todo en silencio. Parecíamos dos lobos a punto de saltar uno sobre el otro para destrozarse y matarse mutuamente. Y quizás lo habríamos hecho de no ser porque su padre se acercó a él. Menos mal, ya temía que fuese a decirme algo. Pero ya sabía que yo estaba en la boda y no sabía si eso iba a ser bueno.

   Me fui de allí y seguí buscando a quien no quería encontrar.

   Ya estaba cansado de dar vueltas como un tonto cuando por fin, a lo lejos, me pareció verle. Me acerqué un poco más, sintiendo como a cada paso el corazón parecía latirme con más fuerza, no estando muy seguro de lo que estaba a punto de hacer.

   Sí. Era él. Cuando lo tuve más cerca y me aseguré, algo me impidió seguir caminando. Respiré hondo e intenté concentrarme en aquella misión. Si me quedaba donde estaba ahora, ya no tendría otra oportunidad.

   Conté hasta tres y no me lo pensé más. Salí caminando directo hacia él y cuando estuve a su lado, sin detenerme agarré su muñeca y tiré hasta donde nadie podía vernos.

   -¿Qué haces? -Le escuché preguntar con sorpresa, pero siguiéndome.- ¿Estás loco?

   Pero ni a responderle me detuve. Seguí hasta meternos a ambos tras una caseta que había allí cerca. Fue solo entonces cuando fui capaz de girarme y mirarle.

   Miró rápidamente en la dirección por la cual habíamos llegado hasta allí, sacando un poco la cabeza de detrás de la caseta para poder ver mejor.

   -Reza para que nadie nos haya visto. -Me dijo de mala gana, entonces me miró nervioso.- ¿Qué te crees que estás haciendo? ¿Cómo te atreves a venir aquí, idiota? Si te crees que aún voy a volver contigo estás muy equi…

   -¿Por eso me mandáis la invitación entones, si no queréis que venga? -Le dije sin darle muchas más vueltas al asunto y sin dejarle terminar la frase. Esa era una de las cosas que tenía que aclarar con él.

   -Yo no te he enviado nada. -Respondió. Y parecía bastante seguro de lo que decía. Por supuesto. Ya sabía yo quien había sido.

   No le dije nada. Directamente lo que hice fue meter la mano en uno de los bolsillos del pantalón y sacar la invitación para dársela y que la viera con sus propios ojos. Parecía no creerlo.

   -¿De dónde has sacado esto? -Me preguntó con el papel en la mano, mirándome como si no terminase de creerme.

   -Estaba en mi buzón. Mira dentro, pone hasta mi nombre. No me invento nada.

   Enseguida fue a comprobar lo que yo decía, tardando un momento en responder tras ver que yo tenía razón.

   -Pero las invitaciones fueron enviadas después de lo que pasó y tú no estabas en la lista. -Me explicó, sin entender muy bien lo que ocurría.

   Le miré expectante, sin decir nada, esperando a que él solo imaginara la respuesta. No tardó mucho en hacerlo.

   -Vaya, ya veo. -Miró hacia otro lado, como si fuese incapaz de dirigir su mirada directamente hacia mí al saber aquel detalle.- Bueno, pero eso no justifica que hayas venido. Podrías haber pasado y ya está.

   -Y eso era lo que iba a hacer. Hasta anoche. -Le expliqué. Había llegado el momento de resolver la gran duda.- ¿Fuiste tú quien llamó a mis amigos para que intentasen animarme por lo tuyo? A esos del instituto, ya sabes.

   -¿Yo? No ¿Por qué iba a hacer yo algo así? -Me miró como si acabara de decir una locura y levantó un poco la voz al responder. De repente parecía nervioso y a la defensiva.- A mí me da igual lo que pase contigo. Vete con tu querida Yura. Fóllatela o haz lo que te de la gana con ella.

   -Sabes que eso no es verdad. -Le recordé en un nuevo intento por que me creyera.- Y sé que has sido tú. No ha podido ser otra persona. La única aparte de ti es mi madre y ella no sabía ni lo que pasó aquella noche ni que te casabas. Y dudo mucho que a Kyuhyun se le ocurriera intentar que yo esté bien.

   Tras mis palabras, no dijo nada. No al menos al momento.

   -Eso da igual. Que llamase o no, no cambia ni quiere decir nada. Y ahora vete y deja que me case con mi novio tranquilo. No has hecho más que dar problemas desde que apareciste. Vete a tu casa y no vuelvas. Y como si ya no sales y te amargas o te vas de putas donde te de la gana. Haz lo que quieras, pero déjame tranquilo.

   Eso dolió. Dolió muchísimo. Tuve que mirar hacia otro lado para ser capaz de mantenerme fuerte ante aquel golpe. Pero era imposible, ya me había derrotado. Intenté responderle, pero en cuanto abrí los labios para hacerlo, habló de nuevo con la misma frialdad.

   -No, no digas nada. Simplemente vete. -Aquello fue lo último que escuché antes de quedarme allí solo y con ganas de morirme.

   Apreté los labios entre sí e intenté controlar la rabia que invadía mi cuerpo para no ir donde KyuHyun y destrozarle esa estúpida cara de chulo de un puñetazo. Intenté tranquilizarme y respiré hondo. No. KyuHyun no tenía la culpa. O al menos eso era lo que debía pensar.

   En fin, poco más me quedaba hacer. Salí yo también de detrás de aquella caseta y empecé a ir directo hacia la salida de aquel lugar, tal y como él había querido. Los sentimientos eran visibles con solo mirar mi rostro y creo que estaba claro que era mejor no hablarme en un momento así, pues realmente no se me veía bien. Ya no era capaz de ocultarlo.

   Y justo en el peor momento fui a dar con la misma tonta de siempre.

   -¡JongWoon! -Escuché tras de mí. No quise girarme, pero ella vino tras de mí, insistiendo.- Espera, jo. No esperaba verte aquí.

   Cuando estuvo lo suficientemente cerca, puso una de sus manos sobre mi brazo.

   -Déjame. -Le dije al momento, apartando el brazo de mala gana, como si me acabara de tocar un bicho asqueroso.- No me toques.

   Yura apartó la mano enseguida y me miró sorprendida y asustada al mismo tiempo.

   -¿Qué te pasa? -Me preguntó, inocente. Una inocencia que ni por asomo me creía.

   -¿Qué me pasa? Lo has destrozado todo ¿Estás loca o qué te pasa? Nunca voy a estar contigo, a ver si se te queda ya de una vez metido en la cabeza.

   La vi mirando a un lado y a otro, inquieta. Fue entonces cuando me di cuenta de que más de un invitado nos estaba mirando ¿Quizás había levantado la voz demasiado? Joder, pero es que no podía aguantar más todo lo que tenía dentro. Demasiado bueno había sido ya.

   -Pero… Yo no quería…

   -¿No querías? -Exclamé, sin dejarle terminar de hablar.- ¿Es que alguien te puso un cuchillo en el cuello para que entraras a mi habitación e hicieras esa foto? ¿Y para que la publicaras?

   -No… No fue así, yo…

   Di un paso hacia ella, haciéndola retroceder intimidada.

   -No te atrevas a volver a acercarte a mí. No me llames, no me mandes mensajes, no aparezcas por la cafetería. Nada. Estás muerta para mí.

   La chica fue incapaz de responder, echándose a llorar cuando ni siquiera yo había terminado de hablar. Agachó la cabeza y se tapó el rostro con ambas manos, sollozando ¿Se creía que así iba a conseguir algo?

   A nuestro alrededor escuchaba a la gente comentar sobre nosotros. Pero sinceramente, en ese momento me daba igual lo que la gente pudiese pensar de mí.

   Me fui y la dejé sola, llorando. Ya no me importaba nada.



4 comentarios:

  1. Maldita mujer, destrozo todo!!! 😭😭😭😭 Wookie no kiere verlo, pero a mi me parece ke hay cierta complicidad entre Yura y Kyu, espero sea cierto!!! 😥😥😥😥

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Puede que sea verdad y puede que no, pronto se verá e_e

      Eliminar
  2. Vaya hasta que al fin reaccionó JW asi la hubiera tratado el día que apareció en su deps, quizás se hubiera ahorrado tanto sufrimiento. Ojalá que Wook haya escuchado todo y no se case con Kyu

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fue muy tonto al dejarse engañar por ella en aquel momento, sinceramente. A veces no se puede ser tan bueno

      Eliminar

¡Tus comentarios son importantes para que el blog siga creciendo!