jueves, 8 de diciembre de 2016

(YulSic) Dangerous game -Twoshot- 2/2


Notas: Aquí tenéis el segundo capítulo de este YulSic que, a pesar de no haber sido una historia del otro mundo, espero que os haya gustado y entretenido al menos. ^^

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Había esperado unos minutos allí, sola en la gran piscina cubierta. De esa forma le habría dado tiempo a Jessica para ir a su dormitorio y no hacer trampas viendo el camino por el que iba o incluso siguiéndola desde la distancia. No, ella quería jugar de verdad y superar el reto por sí misma.

Estuvo largo rato buscando, siendo cuidadosa al hacerlo. Había dos pasillos con habitaciones, la mayoría desocupadas ¿para qué tantos? Al principio le había fascinado la grandeza del lugar, pero tras pasar el encanto del principio se daba cuenta de que algunas cosas eran innecesarias. Después de todo allí solo vivían Jessica y su padre, ni siquiera los empleados dormían en esas habitaciones.

Tenía que haber alguna pista que le indicara cual era la puerta correcta. No quería empezar a abrir sin saber porque sabía a la perfección lo que podía pasar y no le gustaba la idea. ¿Y si se encontraba con la puerta del padre y la habría por error? ¿Qué explicación iba a darle a ese desgraciado si se colaba en mitad de la noche donde dormía? A saber qué asquerosidades iba a creer si eso pasaba y como escapaba de allí después.

-Perdone, señorita ¿necesita algo? -Escuchó tras ella. Era una voz femenina y dulce.

Al girarse encontró a una mujer de mediana edad con apariencia cansada y uniforme de trabajo. Lo raro es que nadie le hubiera llamado antes la atención, pues después de todo estaba paseándose como le daba la gana por casa ajena.

-Busco el dormitorio de Jessica. -En las reglas no especificó que no pudiera preguntar-. Fue ella quien me dijo que fuera, pero no me dijo exactamente donde está y la casa es enorme.

-Oh ¿conoce a Jessica? -Preguntó mostrando un pequeño interés en ella.

-Sí, somos amigas desde hace un tiempo. Ella sabía que iba a venir y me dijo que quería reunirse conmigo. -Mintió al darse cuenta de la inocente mente de la mujer. Parecía fácil de manipular.

-La llevaré hasta allí, sígame. -Dicho aquello, tomó rumbo contrario hacia donde iba Yuri. Vaya, pues sí que empezaba bien la búsqueda.

Tenía ganas de reír, después de todo la vigilancia allí dentro no era tan buena como parecía desde fuera. Podría estar buscando a la hija de su peligroso jefe para hacerle algo malo y esa ingenua mujer no sospecharía nada. Había sido demasiado fácil convencerla de que le mostrara el camino.

-Aquí es. -Le indicó al pararse frente a una puerta.

-Muchas gracias. -Le dijo en voz baja con una sonrisa. Si todo salía bien quizás le diera algún tipo de compensación económica por la ayuda. Aunque mucha falta tampoco le haría.

Antes de entrar estuvo reflexionando un momento ¿y si lo fastidiaba todo con esa pequeña aventura? Allí dentro debía ser cuidadosa y nada más llegar lo que iba a hacer tener un encuentro con la hija de ese hombre, en su dormitorio. Eso era de todo menos cuidadoso, pero ella era así. Después de todo le gustaba el riesgo.

-Has tardado menos de lo esperado. -Fue lo primero que dijo Jessica al ver pasar a esa mujer que tanto interés había despertado en ella con tan solo una pequeña conversación y su presencia.

-Tengo mis métodos. -Explicó sin dar detalles, asegurándose de cerrar la puerta tras ella.

Olía realmente bien, por lo que intuyó que se acababa de duchar para eliminar el cloro de la piscina de su piel. Aún tenía el cabello húmedo y se había vestido con un pijama corto realmente mono formado por una camiseta de tirantes y un pantaloncito conjuntados. Y aun así, tal y como iba, le pareció una chica muy bonita.

Su dormitorio no se quedaba atrás en cuanto al resto de la casa. Era incluso más grande que allá donde la habían instalado a ella y más lujosa, aunque no dejando de estar decorada con el estilo personal de la joven.

-Me gustaría saber más de esos métodos. -Le dijo Jessica, mostrando interés en su mirada mientras se acercaba más a ella.

-¿Qué quieres que te cuente? -Preguntó Yuri, sintiendo unos pequeños nervios crecer dentro de ella con esa repentina cercanía. Esa chica no se andaba con rodeos.

Las dos estaban jugando y lo sabían ¿qué daño podían hacer? Si tenían las cosas claras no había ningún problema con el camino que estaban tomando. No se conocían apenas y podría estar mal visto, pero se sentían atraídas mutuamente y eso era suficiente para lanzarse a tener una noche de pasión.

Pronto empezaron a besarse como si sus vidas dependieran de ello, a arrancarse suspiros a base de caricias atrevidas. No tenían nada que perder y en ese momento no les importaba nada más. Ya tendrían tiempo para conocerse más tarde.

Yuri acabó tomando las riendas de la situación casi sin darse cuenta, dejándose llevar por la excitación y calor que había encendido aquella desconocida en su cuerpo con apenas unos besos. Agarró sus caderas con firmeza y dio pequeños pasos en los que obligó a Jessica a caminar hacia atrás hasta caer sobre el colchón de la enorme y costosa cama.

Jessica separó sus piernas tras la caída, permitiendo así que la otra se acomodara rápidamente sobre su cuerpo. Buscaba tenerla lo más pegada que pudiera y sentir esa cercanía lo mejor posible, pues esa mujer despertaba en ella un fuego como pocas veces alguien lo había hecho.

El tacto de las manos de la joven acariciando su piel la estaba haciendo enloquecer. Sus atrevidos besos le arrancaban suspiros de excitación constantemente. Acababan de empezar y ya sabía que no iba a arrepentirse de entregar su cuerpo a aquella mujer a la que apenas conocía.

En cuestión de pocos minutos ambos cuerpos yacían sin ropa sobre la cama, disfrutando la una de la otra sin preocuparse por nada más.

Yuri ya casi había olvidado donde se encontraba y cual era allí su misión, tan solo dejándose llevar por el momento de pasión que esa joven le había ofrecido tener, sin necesidad de muchas palabras para entenderse la una con la otra y saber qué era eso que estaban buscando.

Lo pasó realmente bien en brazos de Jessica, al igual que Jessica disfrutó permitiendo que Yuri recorriera cada parte de su cuerpo de forma experta y apasionada. Qué mujer. No se arrepentía en absoluto de lo que estaba haciendo y dudaba mucho que fuera a hacerlo más tarde, pues aquello quedaría en su memoria como un recuerdo realmente morboso e imborrable. Y le importaba poco o nada lo que su padre pudiera pensar si algún día se enteraba de lo ocurrido. Él o cualquier otra persona.

Lo que en un principio iba a ser un pequeño y apasionado encuentro entre ambas, acabó prolongándose hasta pasada la media noche. No tenían ninguna prisa y nadie iba a interrumpir su reunión privada. Ya se había encargado Jessica de que los empleados entendieran que no quería ser molestada, sobre todo cuando estaba con alguien.

Aún cuando ambas habían quedado satisfechas, no quería que se marchara de su dormitorio. Estaba realmente cómoda en esa posición, recostada con la cabeza apoyada sobre el pecho de la chica mientras acariciaba su suave y hermosa piel. Ni siquiera quería quedar dormida a pesar de que sentía sus párpados pesar a causa del sueño.

De repente, mientras estaba entre sus brazos, una duda la atacó.

-¿Cuando te irás? -Le preguntó en voz baja y levantando su cabeza un poco para así poder mirar sus ojos al hablarle. Otra cosa que le encantaba de ella.

-En cuanto pueda. Mañana a la tarde debo estar en el aeropuerto con el dinero y si no aparezco más me vale esconderme bien. -Le explicó con calma, como si el tema de esa conversación fuera el más típico del mundo. Pero no es como si Jessica no supiera en qué estaba metido su padre y como había logrado reunir esa gran fortuna.

-Ah… -Era demasiado pronto para su gusto-. Espero volver a verte. -Dijo sin vergüenza alguna, pues de nuevo no veía motivos para ocultar sus intenciones o sentimientos. Ella era así de clara.

-¿Sí? ¿Por qué? -Sus palabras habían interesado a Yuri una vez más.

-¿Es que acaso tú no tienes ganas de volver a verme? -Preguntó seria.

-Claro que sí. -Se apresuró en aclarar la chica-. Me pareces muy interesante y creo que hemos conectado bien.

-Muy bien. -Con una sonrisa en los labios, se acercó a los de la otra y mordió la mitad inferior de estos.

Quería aprovechar todo lo posible con ella y conocerla todo lo que estuviera a su alcance, sabiendo que al día siguiente se marcharía y sin saber cuando volverían a verse o incluso si eso sucedería en algún momento de sus vidas. Ninguna de las dos tenía una vida estable y segura, un día estaban en la cima y al siguiente podrían estar entre rejas o bajo tierra. Así era el peligroso mundo al que pertenecían y ambas eran conscientes de eso.

Yuri se marchó a su habitación antes del amanecer, buscando no levantar sospechas y no seguir en el enorme dormitorio de Jessica cuando su padre abriera los ojos en la mañana. Dormiría un par de horas tras la intensa noche que había vivido, recibiría el dinero prometido y se marcharía tan pronto como le fuera posible hacerlo.

Había pensado en buscar una forma en la que ella y Jessica pudieran seguir en contacto, pero era demasiado arriesgado. Nunca se sabía quien podía estar buscando qué y de qué forma, por lo que no querían perjudicarse la una a la otra. Una pena, sinceramente. Hacía tiempo que no lo pasaba tan bien con una mujer.


***


-No me gusta ver como te vas. -Dijo el hombre como si realmente le doliera, pero ella solo tenía ganas de reírse en su cara al no creer ni una sola de sus palabras o expresiones.

Tenía ya el preciado pago en sus manos y a un ansioso y armado jefe esperando recibirlo, no podía prolongar más su estancia ni aunque quisiera hacerlo. Y si lo hiciera tampoco sería por aquel pesado, sino por su hermosa hija que nada tenía que ver con él.

Ni siquiera quería prestarle atención a sus elogios sin sentido, aburrida de ellos. Quería marcharse inmediatamente de allí y perderle de vista. Ya estaba apunto de irse directamente al aeropuerto cuando el sonido de unos tacones le hizo girarse hacia las escaleras que llevaban al segundo piso.

Allí estaba ella, tan guapa como la noche anterior. Tuvo que hacer un esfuerzo para que el hombre no se percatara de lo mucho que deseaba a su hija solo con una mirada. De forma disimulada apartó la vista de ella, sin querer hacerlo realmente. No terminaba de entender como tal mujer venía de un simio como él. Su madre había debido ser una diosa de la que ella había heredado todo lo bueno.

-Tendré que hacer negocios con tu jefe más a menudo para verte de nuevo por aquí. -Comentó, totalmente ajeno a los pensamientos de ambas mujeres que se encontraban juntas en la misma estancia con él.

-No me importaría volver a venir. -Respondió Yuri con una sonrisa no dirigida a él. De reojo miró a Jessica, quien la observaba a un lado habiendo captado el mensaje que había intentado transmitirle con esas palabras. La chica sonrió al igual que lo había hecho ella, de forma cómplice y sabiendo que solo ellas allí se entendían.

No podían saber al cien por cien lo que iba a ocurrir. Lo que estaba claro es que ninguna olvidaría la noche en la que se conocieron y estarían esperando ansiosas por un nuevo y apasionado encuentro entre ellas.

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