sábado, 24 de diciembre de 2016

(ChangKi) Under the Christmas tree -Oneshot-


Título: Under the Christmas tree

Pareja: ChangKi (I.M + Kihyun) [Monsta X]

Tipo: Yaoi

Géneros: Fluff

Clasificación: G/PG

Descripción: Tras una dolorosa ruptura y un año sin saber nada el uno del otro, lo último que esperaba Kihyun era lo que iba a pasar esa noche.

Advertencias: Ninguna.

Notas: ¡Muy buenas a todos! Esta vez os traigo un oneshot de Monsta X como parte de esas pequeñas historias que os estamos trayendo para celebrar estas fechas. Espero que os guste y feliz Navidad a todos. ^^


Navidad, esa alegre fiesta que había amado desde que tenía memoria. Algo por lo que, cada año, esperaba con impaciencia y emoción. Las luces, la música, el ambiente, los reencuentros...

Ese año era distinto. No sentía esa ilusión a la que había estado acostumbrando durante el resto de su vida. Sabía el motivo aunque no quería recordarlo, pero por más que intentara no pensar en ello y disfrutar de su festividad favorita, era imposible.

Desde que Changkyun se había ido de su vida nada era lo mismo. Había sucedido justo un año atrás, durante las navidades pasadas. Ahora ese amargo recuerdo había convertido el invierno y todo lo que ello conllevaba en unas fechas tristes y sin color.

Por más que tratara de evitarlo todo le recordaba a lo mal que lo pasó los días posteriores a la despedida. De hecho, tras un año, seguía extrañando la presencia de aquel que fue tan importante en su vida y por quien en su momento lo habría dado absolutamente todo. Sí, podía decirse que después de todo aún le amaba. Eso lo hacía todo más doloroso.

"Ven a cenar con nosotros" "Pasemos año nuevo juntos" daba igual qué intentaran sus amigos para animarle, nada funcionaba. Se sentía mal por tenerles preocupados por él cuando todo debería ser alegrías y buenos sentimientos. Sobre todo quienes más le conocían y habían percibido ese cambio repentino respecto a la navidad, ellos eran los más atentos. Pero él solo tenía a Changkyun en la mente y llegaba incluso a odiarse por no poder olvidarle.

No es que hubiera terminado todo mal. No habían discutido, no se odiaban, ninguno le hizo algo malo al otro... Simplemente el destino había decidido jugarles una mala pasada y separar sus caminos. Changkyun se fue muy lejos de él a cause del trabajo de sus padres, provocando la ruptura de una relación que por momentos creía eterna.

Desde entonces no supo nada de él, pues no querían hacerse ningún daño el uno al otro. No se veían capaces de continuar con lo que tenían estando cada uno en una punta distinta del mundo, por lo que aquella era la única opción que les quedaba.

Esa Nochebuena iba a pasarla en casa con sus familiares más cercanos, de forma tranquila. Lo agradecía pues no tenía unas ganas locas de fiesta. Más tarde pasarían un par de amigos a hacerle compañía e intentar sacarle unas cuantas sonrisas. Les apreciaba y agradecía con todo su corazón lo que hacían por él, pero a veces eran demasiado insistentes en sus intentos por ayudar y terminaba por agobiarse más que animarse.

La cena transcurrió con calma. La comida que su madre había preparado con ayuda de su tía era deliciosa, sin duda lo mejor de la noche. No podía negar que hubo momentos en los que llegó a disfrutar de la compañía familiar y olvidar un poco todos los malos pensamientos que corrían descontrolados por su cabeza. Quizás después de todo no fuera tan malo como había temido.

A veces pecaba de ser demasiado negativo. En general no solía permitir a los demás descubrir cómo de mal se sentía, por lo que acababa tragándose su propio dolor y pagando por ello más tarde.

¿Por qué tenía él que amargarse las fiestas? ¿Quién podía asegurarle que Changkyun no estaba celebrando por ahí, con él habiendo sido olvidado? No quería ser el tonto del corazón roto mientras la otra persona ya ni le recordaba.

Se propuso luchar contra su herido corazón y lograr lo que no había hecho en un año. Una misión casi imposible que vio capaz en pleno ataque de positividad.

A eso de las 23:46 sus amigos llegaron a casa, entrando para saludar y tomar algo para entrar en calor antes de salir y enfrentarse con él tremendo frío que estaba haciendo fuera. Sin embargo, no pasarían mucho tiempo en la calle, pues los chicos sabían de un local al que pensaban llevarle para disfrutar de la noche navideña. Kihyun no tenía ni la más mínima idea de donde estaba, así que simplemente se dejaría llevar por ellos y esperaría poder cumplir su propósito de la noche, el cual era tan simple como disfrutar de ella.

-En qué momento ha decidido estropearse el coche. -Se quejó Jooheon al salir de la casa, uno de sus acompañantes.

Y razón no le faltaba. Justo el día anterior el viejo coche de Jooheon, heredado de su padre cuando el hombre decidió comprarse uno mejor, había decidido dejar de funcionar. Eso solo significaba que tendrían que llegar al local dando un pequeño y frío paseo.

El otro chico que les acompañaba se llamaba Minhyuk, un joven que parecía estar siempre de buen humor. Kihyun le conocía lo suficiente para saber que tenía un fondo mucho más profundo que normalmente no mostraba, tal y como le pasaba a sí mismo. Por eso mismo era por lo que conectaba tan bien con él y era uno de sus mejores amigos junto a Jooheon.

Menos mal que había salido de casa bien abrigado, pues el frío que hacía en el exterior era capaz de helarte hasta los huesos. Aun así, no eran los únicos tontos que andaban por la calle a esas horas y con tal temporal. Ni el frío era capaz de detener a los más jóvenes del barrio con ganas de pasarlo bien.

Ya llevaban unos minutos caminando y charlando cuando Minhyuk interrumpió la conversación.

-¡He olvidado el móvil en casa! -Exclamó mientras lo buscaba como un loco entre todos los bolsillos de los que disponía.

-Eres un despistado. -Comentó Kihyun, deteniendo el paso al igual que Jooheon y mirando como buscaba el objeto desesperadamente, sin resultado.

-Acompañadme a casa para que pueda ir a por él, anda. Tampoco está tan lejos.

Al final aceptaron, aunque eso significara pasar más tiempo fuera y por lo tanto, pasando frío. Alrededor de cinco minutos más tarde llegaron a los pies del edificio donde vivía el chico y este sacó las llaves para abrir el portal.

-No tardo nada, enseguida bajo. -Les dijo con la idea de que ellos quedaran esperando allí.

-¡Espera, espera! Que tengo que ir al baño y ya no aguanto hasta que lleguemos a la fiesta. -Jooheon se coló con rapidez dentro del portal junto con su amigo, dejando fuera al pobre Kihyun sin que hubiera imaginado que quedaría solo en la calle esperando-. Ahora bajamos, eh.

-Uhm... vale. -Al menos podrían haberle dejado pasar dentro aunque no llegara a subir a la casa ¿no? Eso le había molestado un poco, pero trató de no darle importancia. Tampoco era algo por lo que enfadarse con ellos.

El lugar donde vivía Minhyuk formaba parte de un grupo de edificios que rodeaban una plaza del pueblo. En dicha plaza se colocaba desde hacía ya varios años un árbol de navidad que si bien no era el más grande que había visto, tenía un tamaño considerable y se veía realmente bonito de noche, con todas esas luces decorándolo.

Se quedó observándolo, allí solo a la intemperie. Era uno de esos detalles que uno siempre sabe que está allí pero en los que no te fijas con atención. Al menos hasta ese momento, mientras esperaba a quienes le habían dejado esperando en el frío de la noche.

En ese momento por allí no pasaba ni un alma, algo que no le sorprendía. Él era el único parado al igual que un bobo en la calle, aparte de un chico que se acercaba caminando por el otro lado de la plaza para ir a saber donde.

Algo llamó su atención pasados unos segundos. Esa persona se detuvo justo bajo el gran árbol, quedando allí inmóvil frente a él. Qué chico más extraño ¿por qué se quedaba ahí como si nada pasando frío? Pero al centrar su vista en él y observar su rostro con más atención, su corazón dio un vuelco.

¿Estaba soñando, delirando o qué? Fuera lo que fuera no podía ser real.

Pero le estaba mirando con una extraña expresión en el rostro y después ¿le saludó? ¿le acababa de saludar desde debajo del árbol? Qué surrealista era todo...

Se acercó a esa persona, todavía sin creer que esa situación pudiera ser real. A cada paso, su corazón latía con más fuerza y sus nervios aumentaban, dándose cuenta de que quizás no estaba tan equivocado en cuanto a la identidad del chico, conforme más cerca le iba teniendo.

-¿Qué haces aquí...? -Preguntó directamente, mirándole sospechando.

-¿Esa es la forma que tienes de recibirme? -Su profunda voz. Oh dios, cómo la había extrañado. Ahora era más consciente de lo que estaba viviendo.

-Es que... no esperaba volver a verte aquí, de esta forma tan... rara. -De repente se veía sin palabras, avergonzado y agitado por los nervios.

-¿Y cómo debería aparecer? Los regalos siempre se han puesto debajo del árbol ¿no? -Esa forma de hablar, esa sonrisa...

-Pero mira que eres tonto. -Una amplia sonrisa adornó sus labios, ilusionado. Esas palabras habían logrado hacerle muy feliz. Sin duda había sido una forma original de sorprenderle.

Changkyun abrió sus brazos sin decir ni una sola palabra más, pidiéndole un fuerte abrazado durante aquel encuentro sorpresa.

Obviamente Kihyun no pensaba negárselo, por lo que no dudó en lanzarse a sus brazos y rodearle fuertemente con los propios, apretándole contra él emocionado. No podía creer que después de tanto tiempo, cuando ya pensaba que nunca volvería a saber nada de él, regresara a su vida en forma de uno de los mejores regalos de navidad que había tenido. Qué bien se sentía el estar de nuevo entre sus brazos.

-Pero ahora en serio... ¿qué haces aquí? -Se alegraba muchísimo de verle y tenía ganas de preguntarle mil cosas, pero en ese instante lo único que pasaba por su cabeza era eso ¿Por qué había regresado?

-Bueno, echaba tanto de menos estar aquí, contigo, con mis amigos de siempre... Al final he convencido a mis padres para que me dejen venir a vivir con mis abuelos. De todas formas les seguiré viendo de vez en cuando y en algún momento ellos volverán también, por lo que solo he adelantado algo que iba a pasar de todas formas. -Al hablar, la ilusión que se mostraba en sus ojos era más que notable. Sin duda estaba realmente feliz por estar de regreso.

-¿Te vas a quedar? ¿¡De verdad!? -Qué feliz estaba de escuchar eso. Tenía ganas de ponerse a pegar saltos allí mismo. O de comérselo a besos entero, algo que se moría por hacer.

-Sí, me quedo. -Le aseguró con alegría.

Ambos se achucharon con fuerza el uno al otro, sin pensar en nada más. Kihyun ya no recordaba ni el frío ni a las personas que acompañaba minutos antes, pues en su cabeza ya solo existía Changkyun y la alegre noticia que acababa de recibir.

-Te eché tanto de menos... -Murmuró el menor en sus brazos, sintiendo lo mucho que el otro también le había extrañado. Él nunca quiso dejarle atrás y ahora que regresaba, se sentía el chico más feliz del mundo.

-Y yo a ti. -Sin poder evitarlo más y con una amplia sonrisa en los labios, besó de forma impulsiva la fría mejilla del chico unas cuantas veces seguidas.

Jooheon y Minhyuk salieron del portal tras un par de minutos allí dentro observando la escena. Cuando Kihyun les escuchó acercarse tras él, no le hicieron falta palabras para saber lo que había ocurrido allí.

Se separó de Changkyun y fue hacia ellos fingiendo querer pegarles, aunque no ocultando lo feliz e ilusionado que estaba.

-¡Sois unos mentirosos! -Les dijo entre risas-. Lo sabíais todo ¿verdad?

-Por supuesto. -Presumió Jooheon.

-Nos localizó hace un par de días para organizar una forma bonita de que os reencontrarais. -Añadió Minhyuk de inmediato, contando un poco de como habían sucedido los hechos-. Tuve el móvil en mi bolsillo en todo momento. -Le aclaró de forma burlona.

-Muchas gracias. -Les dijo a ambos de corazón, ya que ellos también habían contribuido en que la noche fuera así de especial.

Desde ese momento los cuatro chicos tomaron rumbo a la fiesta en la que iban a pasar el rato desde un principio. Kihyun no podía separarse de Changkyun en ningún momento, suficiente tenía con aguantarse las ganas de mirarle a cada segundo al no lograr asimilar que era cierto que estaba allí de nuevo, con él.

Llegado a un punto a lo largo de la noche, ambos chicos que se habían reencontrado tras un largo tiempo decidieron salir del local, alejándose un poco del ruido y la gente para poder hablar con tranquilidad de todo aquello que no habían podido nombrar al momento de verse otra vez.

    Seguía haciendo un frío terrible en el exterior, pero no les importaba ya que, después de tanto tiempo, en lo único que podían pensar era en pasar el tiempo en compañía del otro, sin tener en cuenta las circunstancias que les rodearan.

    -Quiero preguntarte algo. -Comentó Kihyun durante el paseo que decidieron dar por los alrededores, un poco nervioso por lo que estaba a punto de decir-. Ahora que has vuelto ¿qué somos? -No quería andarse con rodeos, pues bastante había esperado ya por él-. Siento si es una pregunta un poco apresurada, pero necesito saberlo para no pensarme cosas que no son y después llevarme una gran decepción cuando más ilusionado esté.

    Changkyun se sorprendió por lo directo que fue con la pregunta. Sabía que era un tema que iban a tener que tratar, pero no esperaba que la conversación fuera a llegar tan temprano.

    -Yo... por mi parte... me gustaría volver contigo. -Dijo tras reflexionar unos segundos en silencio, aunque no le hizo mucha falta pues ya había llegado con la idea de reconquistar el amor de Kihyun, temiendo haber sido olvidado por él-. Pero tampoco sé si tú has conocido a alguien o si ya no estás interesado.

    Kihyun detuvo sus pasos, haciendo así que Changkyun dejara de caminar también. Sabiendo que iba a pillarle desprevenido, tomó su rostro con ambas manos y dejó un pequeñito pero tierno beso sobre sus fríos labios.

    -¿Responde eso a tu pregunta? -Le dijo con una divertida y a su vez, feliz sonrisa. Había estado deseando hacer aquello como un loco desde el momento en el que le había visto.

    No le hizo falta decir nada. Directamente y con una boba sonrisa buscó la mano de Kihyun para tomarla y seguir su paseo de esa forma, como la feliz pareja que volvían a ser y que nunca, jamás, permitiría que volviera a romperse.



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