domingo, 18 de diciembre de 2016

(YeHyun) Autumn Breeze -Oneshot-

Oneshot

Título: Autumn Breeze

Pareja: YeHyun (YeSung + KyuHyun) [SUPER JUNIOR]

Tipo: Yaoi

Géneros: AU | Romance | Drama | Action

Clasificación: PG–13

Descripción: Proteger a Cho KyuHyun siempre ha sido algo insoportable para JongWoon pero, después de todo, es su trabajo y lo tiene que hacer por eso y no por otro motivo… ¿verdad?

Advertencias: Va a haber un mínimo de violencia, pero lo tengo que avisar por si acaso luego alguien empieza a leerlo y se asusta por lo que pasa.

Aclaraciones: JongWoon, sí… lo siento, pero para mí se seguirá llamando de esa forma hasta el final de los tiempos debido a que no fue una decisión que él tomara, sino que fue impuesta.

Notas: Desde 2013 llevo sin escribir nada de Suju (bueno, escribí algo a inicios del 2015, pero muy cortito) y la verdad es que no sé por qué de repente me ha dado por hacer algo. Espero que os guste.

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“¿No te gusta sentir la brisa del otoño contra la piel? A mí me encanta”.
        Aquella había sido la última frase que había escuchado de KyuHyun antes de que todo se volviera oscuro tras sentir un golpe en la parte posterior de su cabeza. El rostro preocupado de la persona de la que llevaba encargándose los últimos diez años era lo último que había podido ver y eso lo carcomía por dentro desde que se había despertado en la habitación de un hospital apenas unas horas antes. JongWoon no tenía que ser muy listo para saber lo que había sucedido y que todo había sido por su culpa, porque no había estado lo suficientemente atento, porque se había descuidado, porque se había perdido en la mirada infinita del menor y en su silueta recortada por los árboles de hojas secas que se movían a su alrededor por la suave brisa.

        KyuHyun había sido secuestrado…

        Kim JongWoon había sido contratado para evitar que aquello sucediera y, durante los diez años de servicio que había prestado a la familia Cho, nunca antes había sucedido, pero aquel día había dejado que se lo llevaran y el guardia nunca se lo podría perdonar.

        A pesar que al principio, cuando un KyuHyun adolescente no le daba más que problemas y quebraderos de cabeza porque solía escaparse de la casa familiar para poder hacer lo que le diera la gana sin estar vigilado, JongWoon siempre lo encontraba antes de que nada malo sucediera, porque ese era su trabajo, protegerlo, cuidarlo y no dejar que las personas que buscaban beneficio económico secuestrándolo o haciéndole daño pudieran tener acceso a él. KyuHyun había sido durante muchos años aquello que lo hacía perder manojos de cabello cada vez que se peinaba… pero poco a poco se había ido convirtiendo en una compañía agradable y razonable a medida que iba creciendo y madurando y ahora que por fin comenzaban a llevarse bien, había sucedido aquello.

        JongWoon suponía que con el paso de los años había dejado de estar tan atento a todo porque confiaba en que el joven no iba a salir corriendo en cuanto le quitara la vista de encima un momento y por su falta de profesionalidad había tenido aquel descuido que le iba a costar probablemente el puesto si no se ponía rápidamente manos a la obra para encontrarlo.

        —¿Tienes alguna idea de quién ha podido ser el secuestrador? —le preguntó el jefe de la seguridad de la familia Cho.

        —Me atacaron por la espalda —respondió—. No me di cuenta de quien fue. ¿Hay alguien en especial que pueda sacar especial beneficio de la desaparición del chico? —cuestionó.

        —La familia tiene muchos enemigos declarados y otros que tejen sus intrigas desde las sombras… hay demasiados como para que podamos centrar nuestras sospechas en uno solo —fue la respuesta que recibió del hombre.

        —Entonces no tenemos ninguna pista…

        —Solo las que puedas aportar tú, pero si no puedes decir nada, solo podemos esperar a que llamen al señor Cho haciendo sus exigencias —aquello fue lo último que dijo antes de irse de la habitación del hospital.

        Durante algunos minutos, JongWoon se quedó allí, sentado mirando a la nada, pensando en qué era lo que podía hacer para encontrar a KyuHyun. Aquella era una situación desesperada, no era como cuando de adolescente se escapaba, era totalmente diferente. No había ningún lugar concreto en el que buscar, no había ninguna pista que pudiera dirigirlo en la dirección correcta, no había absolutamente nada… sin embargo, el chico era listo, muy listo, y seguro que encontraba la manera de dar alguna pista para que JongWoon pudiera seguirla y encontrarlo.

        Su corazón había comenzado a doler desde que había perdido a KyuHyun de su vista y sabía perfectamente que no dejaría de doler hasta que éste no estuviera de nuevo a salvo. Él podría ser destituido después de aquello, pero no le importaba, lo único que lo calmaría sería poder ver a KyuHyun otra vez y en un lugar totalmente seguro.

        JongWoon salió del hospital a pesar de que los médicos le recomendaran que lo mejor que podía hacer era quedarse algunas horas más allí para que se aseguraran de que no tenía ningún daño interno, pero él no podía quedarse allí por más tiempo, sabiendo que KyuHyun estaba en algún lugar pasándolo mal y que era por su culpa. Por eso cogió directamente el coche que le tenían preparado en la puerta del hospital sus compañeros encargados de la seguridad de la familia Cho y condujo hacia el último lugar en el que había estado junto al joven, por si allí encontraba alguna pista que se le hubiera podido escapar a alguno de sus compañeros. Él era quien mejor conocía a KyuHyun y, por lo tanto, quien podía saber mejor lo que se le pasaba por la cabeza y lo que podía haber dejado atrás para que lo encontrara.

        Sin embargo, a pesar de que condujo rápidamente hacia el lugar de los hechos no llegó demasiado lejos porque una llamada de un número desconocido a su teléfono personal lo detuvo. No había muchas personas que conocieran aquel número, solo su familia, amigos cercanos y KyuHyun. Por este motivo, antes de descolgar el teléfono envió un rápido mensaje a sus compañeros de la central para que triangularan aquella llamada solo por si acaso era de quienes mantenían retenido a KyuHyun y solo cuando se aseguró de que éstos habían recibido su mensaje y lo tenían todo preparado, descolgó.

        —¿Quién es? —preguntó.

        —Agente YeSung —lo llamó una voz distorsionada al otro lado de la línea y JongWoon supo que había hecho bien al pedirle a sus compañeros que triangularan la llamada—. Tenemos algo en nuestra propiedad que supongo que le gustará recuperar.

        —Supongo que no le habrán hecho ningún daño a aquello que quiero recuperar —les respondió—. No creo que a vosotros os guste lo que pasará si hay cualquier tipo de herida.

        —El chico está en perfectas condiciones, no le hemos tocado ni un solo pelo —dijo el secuestrador—. Así que, vamos a hablar de lo que queremos para que todos tengamos aquello que deseamos.

        —Necesito una prueba —lo cortó JongWoon—, antes de las condiciones para el trato necesito saber que de verdad está bien.

        —Muy bien —se escuchó un poco de ruido al otro lado, gente murmurar y algo de movimiento, además de un sonido que los secuestradores no querrían que se escuchara: la bocina de un barco que zarpaba. JongWoon se sintió repentinamente ansioso al saber aquello porque ya tenía una pista—. Ahora mismo te va a hablar el chico.

        —JongWoon —dijo en voz baja KyuHyun, su voz no se escuchaba distorsionada y la pudo reconocer inmediatamente—. ¿JongWoon dónde estás?

        —Estoy en camino —le respondió, porque en el momento en el que colgara aquella llamada podría comenzar con su búsqueda, sabiendo más o menos el lugar exacto en el que se encontraba—. ¿Cómo estás?

        —Estoy bien… —murmuró éste—. No me han hecho nada.

        —Bien, entonces no te preocupes —contestó, tratando de tranquilizarlo, porque el chico podía aparentar perfectamente que estaba bien, pero por dentro debía estar que los nervios se lo comían—. Pronto estaré contigo.

        —Te esperaré —dijo por último el menor y tras aquello se escuchó un pequeño forcejeo hasta que el teléfono acabó de nuevo en manos del secuestrador.

        —Ya has visto que está perfectamente —fue lo que escuchó, ya otra vez con la distorsión en la voz del secuestrador—. Ahora queremos hablar de las condiciones.

        —Os escucho.

        El secuestrador comenzó a hablar de que quería unos cuantos de millones de wons de la familia Cho para soltar a su hijo y que éstos tenían que estar sin marcar, pero JongWoon no le prestó demasiada atención a aquellas palabras. La llamada estaba siendo grabada desde la central y escuchada por sus compañeros también, así que, podía permitirse desconectar de aquellas tonterías y comenzar a dirigirse hacia el oeste. Si había escuchado a un barco zarpando eso solo podía indicar que el chico se encontraba cerca de algún lugar en el que barcos grandes pudieran arribar. Teniendo en cuenta que no había pasado demasiado tiempo desde que el secuestro se había producido y que no había podido tomar ningún tipo de transporte público, el lugar más probable al que se podían haber dirigido era hacia el oeste.

        Pocos minutos más tarde, las condiciones se terminaron y JongWoon asintió a todas ellas, diciendo que haría todo lo posible para que se cumplieran en el tiempo exigido y la llamada se terminó. Al segundo, recibía otra llamada, esta vez en el teléfono que utilizaba para comunicarse en su trabajo y descolgó con gran rapidez.

        —¿Sabéis dónde están? —cuestionó.

        —Están cerca del HJIT —respondió uno de sus compañeros—. Hay una serie de naves antes de llegar al puerto, así que deben de estar en una de ellas.

        —¿Habéis buscado la señal del móvil de KyuHyun?

        —La última señal recibida fue de un kilómetro más allá del lugar del secuestro, probablemente lo apagaron o lo destruyeron para que no pudiéramos encontrarlos a través de eso —le contestó.

        —Bien. Me estoy dirigiendo hacia allí, si podéis ser más concretos con el lugar lo agradecería —dijo JongWoon.

        —Estamos trabajando en ello, no te preocupes —fue la respuesta que recibió—. También te mandamos una unidad para que te ayude en el rescate.

        —Gracias.


opo


        KyuHyun se encontraba en una esquina del almacén, atado de pies y manos a un poste que había en el lugar y custodiado por un señor que llevaba una careta de payaso. Llevaba horas en aquella posición, horas esperando a que por fin todo se terminara, horas deseando que JongWoon apareciera en cualquier momento por la puerta y lo ayudara a salir de ese sitio. El chico sabía perfectamente que si el mayor había dicho que estaba de camino y que lo esperara era porque realmente iba a ir a por él y no iba a tardar mucho, pero los minutos se le hacían eternos y solo quería irse de allí lo más pronto posible.

        Al principio había estado preocupado por JongWoon, porque lo había visto desvanecerse en el suelo como si fuera un muñeco de trapo, pero cuando había escuchado su voz decidida, se había tranquilizado un poco y había comenzado a pensar en cuándo estaría allí junto a él. También había comenzado a pensar en que necesitaba que el mayor lo abrazara y que no lo soltara jamás.

        KyuHyun no tuvo tiempo realmente para tratar de ver por qué tenía aquellos pensamientos, debido a que en apenas unos segundos, todo fue ruido y caos a su alrededor.

        La puerta del almacén se había abierto de forma repentina y por ella habían entrado los guardias de seguridad de su padre, con JongWoon a la cabeza, disparando a diestro y siniestro en lugares no mortales pero sí en los que los dejaría paralizados para que no pudieran realizar ningún movimiento más. En aquel caos, KyuHyun trató de deshacerse de aquel que lo tenía custodiado, pero antes de que pudiera hacerlo éste le había puesto una pistola en la cabeza, llamando así la atención de quienes habían ido a rescatarlo y, sobre todo, llamando la atención de JongWoon, que se quedó quieto al instante.

        —Si no queréis que lo mate ahora mismo soltad todas vuestras armas —les gritó—, y dejadnos salir de aquí sin hacer ni un solo movimiento.

        KyuHyun cerró sus ojos durante unos segundos y cuando los volvió a abrir, todos habían dejado sus pistolas en el suelo, incluido JongWoon. El chico pensó que la pesadilla no terminaría nunca si todo seguía de aquella manera y lo único que pudo hacer fue resignarse a ello, porque si él hacía algún movimiento, se llevaría una bala en la cabeza, pero si lo hacía alguno de los demás, también se la llevarían. No había ninguna solución posible a aquella situación, no al menos una en la que todos salieran ilesos. Pero en ese momento, sus ojos se encontraron con la mirada oscura de JongWoon, aquella que le decía que lo iba a sacar de allí, costara lo que costase, aquella mirada que le pedía que confiara en él. KyuHyun asintió lentamente con su cabeza, en un movimiento sutil que no fue percibido por ninguno de los presentes, solo por JongWoon, quien sonrió.

        El menor cerró sus ojos, porque no quería ver lo que iba a pasar a continuación y solo lo supo por su oído. Escuchó cómo la persona que se encontraba a su lado se movía y sintió cómo la pistola que presionaba su cabeza por fin dejó de hacerlo, escuchando justo después el sonido de un disparo cercano y cómo el cuerpo que de la persona que lo había mantenido retenido cayó con un golpe sordo a su lado. KyuHyun abrió sus ojos para ver cómo JongWoon se acercaba corriendo hasta él para abrazarlo con fuerza contra su cuerpo.

        —¿Estás bien? —le preguntó.

        —Sí… gracias a ti —respondió.

        —Me alegra mucho…

        JongWoon se separó de él unos momentos y esbozó una sonrisa encantadora, algo a lo que KyuHyun no estaba del todo acostumbrado, antes de cerrar sus ojos y caer sobre él. El menor se asustó muchísimo por aquello, pero antes de que pudiera hacer o decir nada, los demás miembros de la seguridad de su casa cogieron su cuerpo y lo llevaron hasta la salida mientras que a KyuHyun lo levantaban y guiaban fuera también.

        En el camino de vuelta a la casa de la familia Cho, a KyuHyun le contaron que JongWoon había recibido el disparo del secuestrador, pero que no era nada grave y que una vez que le sacaran la bala y reposara unos cuantos días estaría perfectamente. KyuHyun les dijo que quería estar junto a él, pero las órdenes habían sido llevarlo sano y salvo a casa, así que, no lo iban a dejar ir al hospital a ver cómo se encontraba el mayor por más que lo pidiera o rogara —después de todo, JongWoon había sido herido para salvarlo, pero aquel era su trabajo—. Por aquel motivo, KyuHyun no estaba autorizado a ir a visitarlo, porque salir de la casa podía poner su vida en peligro, aunque fuera al hospital simplemente.

        Sin embargo, a pesar de que no estaba autorizado a salir de su casa lo hizo, como siempre había hecho cuando le habían negado ir a cualquier sitio.

        Pasó un tiempo dando y recibiendo abrazos a su familia y contando lo que había escuchado en el tiempo en el que había pasado retenido para que hicieran un informe de todo, pero en cuando lo dejaron tranquilo unos momentos y pudo irse a su habitación, salió de la casa de la misma forma en la que lo hacía cuando era un adolescente y, sin que nadie lo viera, se fue de la propiedad de los Cho y cogió un taxi para que lo llevara al hospital en el que se encontraba ingresado JongWoon. Quizás estaba poniendo en riesgo su vida demasiado pronto, quizás no fuera lo correcto, pero era lo que quería hacer, porque JongWoon había puesto su vida en peligro por salvarlo.

        En el hospital tuvo que preguntar por él y en recepción le dijeron en la habitación en la que se encontraba, después subió hasta la planta y recorrió los pasillos para llegar hasta ella. En la puerta de la habitación no había nadie, así que, lo único que tuvo que hacer fue mirar hacia un lado y a otro y entrar corriendo al lugar, cerrando justo después tras él. JongWoon se encontraba tumbado en la única cama que había en aquella sala, rodeado de máquinas y enganchado a un par de ellas. A KyuHyun se le encogió un poco el corazón al verlo de aquella forma, pero en el momento en el que notó que los párpados del otro aleteaban hasta que sus ojos se abrieron, su corazón descansó y el chico se acercó hasta la cama.

        —JongWoon —lo llamó, haciendo que se enfocara en él—. ¿Estás bien? —el guarda asintió, pero no abrió su boca, quizás demasiado cansado como para hacerlo—. Estaba muy asustado —murmuró—, creí que no te iba a volver a ver nunca más.

        El otro le sonrió, tranquilizándolo, y después alzó la mano que tenía libre de tubos para rozar su rostro suavemente y KyuHyun se dejó envolver por la cálida caricia, sintiendo que necesitaba muchas más de aquellas caricias a partir de aquel momento, algo de lo que no se había dado cuenta antes.

        —Recupérate lo más pronto que puedas —le susurró—. Me gustaría poder seguir disfrutando del otoño contigo.

        —Te lo prometo —respondió JongWoon, con la voz rasposa por no haberla utilizado durante todo aquel tiempo.

        —Bien… ahora duerme, me quedaré aquí contigo hasta que alguien se dé cuenta de que falto en casa y vengan a buscarme.

        El mayor sonrió ante aquellas palabras y después cerró sus ojos, haciendo que KyuHyun se relajara un poco. JongWoon estaba bien y, a pesar de que no encontraba el motivo por el que se sentía de aquella forma tan extraña acerca de él, eso era lo único que realmente importaba.



Notas finales:
        —HJIT: es la abreviatura de HanJin Incheon Terminal, el nombre que recibe el puerto de contenedores de Incheon.

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