lunes, 6 de junio de 2016

(EunHae) Celda Nº 38 -Oneshot-


Titulo: Celda Nº 38

Pareja: EunHae (EunHyuk + DongHae)

Tipo: Yaoi

Genero: Lemon

Clasificación: NC-17

Descripción: Culpado por un robo que él no hizo, a Donghae lo mandan a la cárcel. Teme mucho con quien se pueda encontrarte, pero por suerte tiene a un amable compañero que lo “ayudará” en todo.

Advertencias: Lemon explicito, palabras malsonantes o duras.

Nota: ¡Hola! Como he ido viendo que esta pareja es una de las más buscadas en el blog, pues he decidido traer un nuevo oneshot de estos dos chicos. Espero que os guste, y tal vez, si veo que gusta, pueda volverlo un serial ¿cómo veo si os gusta o no? Pues si comentáis lo veo (?) Pero no aseguro nada, eeeeh, solo si me convence. ¡Besitos a todos!

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Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, y si no, que se lo dijeran a Donghae, que había perdido su libertad completamente.

Y todo por culpa de un amigo. Lo habían culpado por robo ¿y donde estaba? En la cárcel, desprendiéndose de todas sus cosas. Le habían dado un traje gris, que serie el que tendría que llevar a diario. Un cepillo de dientes y pocas cosas más tendría.

Había dejado atrás una gran vida por culpa de un desgraciado y ahora tendría que pasar allí meses, encerrado. Cuando salga, lo iba a matar y entonces si habría hecho algo para que lo metiesen en el hoyo con motivos.

-Tenemos unos problemas, así que no podrás acceder a tu celda hasta después de la cena. Cuando acabes te pasas por aquí a recoger tus cosas.

Ese agente lo había estado mirando de una manera un tanto lasciva, mientras se tuvo que desnudar delante de él. Seguro que disfrutaba de su trabajo. El que le mirasen así, a él le causaba asco.

Casi a empujones, lo llevó por pasillos, donde otros presos lo miraban de arriba abajo. Claro, era nuevo. Allí sería un caramelito para todos.

Cuando lo llevó a lo que parecía ser el comedor, le señaló la cola que llevaba hasta donde recibiría su comida.

Perfecto. Aquel sitio estaba atestado de hombres, algunos daba miedo nada más mirarlos, otros parecían algo más normales. No podía dar a entender que le intimidaban, o irían a por él. Aunque siempre el nuevo era el objetivo.

Pero por más que quisiera pasar desapercibido, era casi imposible. Varios pares de ojos le observaban fijamente, como si estuvieran examinándolo para saber que hacer con él. Iba a ser una semana muy larga.

Después de pasar un rato para que llegase su momento para recoger su comida, prefirió no comer. Lo que le pusieron en la bandeja ni parecía ni comestible ¿Cómo iba a sobrevivir allí comiendo tal cosa?

Sin querer mirar más lo que tendría que comerse, cogió su bandeja. Ahora el problema era más grande. Tendría que buscar una mesa donde sentarse, y todas estaban ocupadas.

Maldiciendo, caminó entre las mesas, buscando algún sitio donde estuviera fuera de peligro, cuando alguien se puso enfrente suya.

-Vaya, un nuevo ¿te has perdido, chiquitín? –Su mirada lasciva recorría el cuerpo de Donghae. Tenía un horrible corte sobre una ceja y una sonrisa torcida.

-No, solo busco un sitio donde poder comer –Dijo lo más seguro de sí mismo que pudo, para no mostrarse débil.

-Pues siéntate con nosotros, te aseguro que somos buena compañía –El otro señaló la mesa de al lado, donde al parecer, todos sus amigos se reían como si hubiera dicho algo de lo más gracioso.

-Gracias, pero no, me gustaría comer solo –Donghae intentó esquivarlo, y seguir su camino, pero este tipo no se lo permitió. Por la expresión de su rostro, que lo hubiera rechazado no le gustó nada.

-No pequeño, tú te quedas con nosotros, a hacernos compañía y a ser nuestra putilla.

-Ni en tus mejores sueños –Que lo llamara de esa manera, terminó con su paciencia y no pudo contener ser para ser medianamente cortes con ese tío.

-Vas a sentarte, y sin responderme más, o tendremos que enseñarte como ser nuestra perra –Le mostró su puño, como advertencia de que si no hacia lo que le estaba diciendo, le golpearía. Donghae fue a responderle, cuando alguien los interrumpió.

-Grandullón, este novato es mi amigo. Y a mis amigos no les toca nadie ¿entiendes? –El individuo posó su brazo sobre los hombros de Donghae, de manera amistosa, como si se conocieran de toda la vida.

-Vaya, Eunhyuk, perdóname, no lo sabía –Y sin decir nada más, volvió a su mesa. Su expresión cambió completamente cuando apareció este tipo nuevo, y se había retirado sin presentar pelea alguna. Qué raro todo, tal vez el chico que había aparecido le imponía.

-Solo sígueme y disimula –Le susurró al oído, guiándolo entre las mesas.

Donghae se dejó hacer. Eran demasiadas cosas para tan poco tiempo y no tenía ganas de discutir y de ganarse ya enemigos. El chico lo hizo llegar hasta una mesa vacía, donde solo había una bandeja de comida, que parecía ser la de él, pero ningún otro preso sentado.

Se sentó y lo invitó a sentarse a su lado. No tenía ningún lado mejor donde ir, así que se sentó a su lado, pero siendo bastante precavido.

-¿Debo darte las gracias? ¿O bien no debo fiarme de ti? –Aunque le hubiera librado de ese tipo, Donghae no terminaba de convencerse de ese tío. No tenía motivos para librarlo de la que le esperaba, y sin embargo lo hizo ¿por qué? Lo miraba de reojo, por si algo lo delataba que aquello se trataba de una trampa.

-Haz lo que creas mejor, pero no necesito tu agradecimiento –El chico se encogió de hombros, indiferente, mientras no dejaba de comer.

-¿Y por qué me has ayudado…?

-Eunhyuk –Le dijo cuál era su nombre, al ver que Donghae no sabía cómo dirigirse a él.- Lo hice para que no se aprovecharan tan pronto de ti. Si sabes con quien debes estar, no tiene por qué pasarte nada que tú no quieras que pase.

Le dedicó una misteriosa sonrisa que despertó en Donghae cierta curiosidad y algo que lo excitó. Que extraño todo.

-¿Y… por qué ese tío parecía temerte y se ha retirado sin más? –Donghae fue directo. Quería saber que tipo de persona tomarían a partir de ahora como su amigo.

-No creo que lo quieras saber. Solo limítate a comer algo, la primera noche suele ser muy larga, y más si tienes el estómago vacío.

Decidió hacerle caso y comer un poco, pero al probar aquello le dieron nauseas. Su cara de asco, le causó risa a su nuevo amigo que lo miraba divertido por la situación.

No sabía porque pero se sentía cómodo estando en presencia de ese extraño, algo que no hubiera podido imaginar cuando le dijeron que tendría que ir a la cárcel.

Aunque encontraba algo raro en su mirada. No sabía decir que podría ser, pero tenía la sensación de que lo miraba de una forma un tanto especial.

-¿En qué celda estás? –Le preguntó de pronto.

-No lo sé aun, al parecer ha habido unos problemas y no me han asignado una aún.

-Entiendo. Pues espero que no te toque con ninguno de esos –Dijo Eunhyuk, señalando a los tipos de antes.

-Por cierto, me llamo Donghae.

-Encantado, Donghae, bienvenido al infierno.

Y con una sonrisa, cogió su bandeja y se marchó dejándolo solo allí.

Antes de que algún depravado volviera a dirigirse a él, cogió también su bandeja y la dejó donde todos los demás, junto a un gran cubo de basura.

Al salir del comedor, intentó recordar por donde había venido para ir a recuperar sus cosas, además para que le asignaran su celda.

No tardó mucho en llegar. El mismo encargado que antes lo había atendido seguía allí, esperándolo.

-Tus cosas –Le puso sobre las manos una muda de ropa y algunos instrumentos de aseo.- Y tu celda es la numero… 38. Te llevaré hasta allí.

Cuando dijo el número de su celda, recordó las palabras de Eunhyuk ¿quién testaría ya en esa celda y tendría que compartirla? Solo esperaba que no fuese nadie desagradable, como algunos de los que había visto en el comedor.

Siguió al encargado por unos pasillos en los que abundaban enormes puertas, con una zona destinada a tener unas rejillas. Al asomarse a una en un descuido del encargado, vio que esas eran las celdas y encima de las puerta, una placa con el número de cada una.

-Te aconsejo que tengas cuidado con tu compañero, si tienes algún problema, solo dilo y será castigado.

El tono que el hombre usó al referirse a su nuevo compañero lo asustó un poco ¿qué tipo de persona seria su compañero?

Los nervios se apoderaron de él ante el hecho de pensar que, si esa noche conseguía dormir, podría amanecer asesinado. La cabeza le estaba dando muchas vueltas.

-Aquí –Se detuvo el encargado, abriendo la celda, marcando una serie de números en un panel. Al escucharse un pitido, la puerta se abrió, y lo invitó a pasar.- Que pases una buena noche.

Notando cierta ironía en sus palabras, Donghae vaciló un poco antes de entrar. Temía ese momento, tener que convivir con una persona que pudiera hacerle cualquier cosa que no fuera buena.

Lo primero que vio fue una mesa de frente, vacía. A un lado, unos estantes de metal, uno se encontraba vacío y el otro lleno de diferentes cosas, al parecer de su compañero.

Al otro lado unas literas adosadas en la pared, y su compañero subido a la más alta, de él, solo veía parte de su cuerpo, y no la cara.

-Tienes nuevo compañero, pórtate bien –Dijo el encargado al otro, mientras cerraba la puerta de la celda tras Donghae.

-Vaya, no pensé que te fueran a mandar conmigo –El rostro de Eunhyuk apareció de la litera superior.

Sonreía, aunque le observaba de forma extraña. Donghae sintió como si le quitaran un peso de encima, pero en un momento, la inquietud ocupó ese lugar, si el encargado lo había advertido de su compañero ¿Qué tipo de persona era Eunhyuk y que hizo para que le tuvieran tanto respeto?

-Pero no te quedes ahí. Deja tus cosas por donde quieras, prometo respetar tu intimidad.

Sin decir nada aun, Donghae llevó sus pocas cosas hasta la mesa, y las dejó encima. Acto seguido se quedó mirando a Eunhyuk, que lo observaba divertido.

-Quiero hacerte unas preguntas.

-Claro, lo que quieras.

-¿Por qué te temía el tipo del comedor? –Se atrevió a preguntar Donghae sin apartar la mirada de sus ojos.

-¿Has visto la cicatriz que tiene en la ceja? Se la hice yo. Y más que debe tener.

-¿Le pegaste?

-Me buscó la boca.

-¿Y por qué no me lo constate en el comedor?

-Por si te asustabas y no quería volver a hablarme, pero ahora que convivimos juntos y no puedes evitar estar conmigo, pues, te lo cuento.

Donghae asintió con la cabeza. La sonrisa tan tierna que le había dedicado el otro, lo conmocionó un poco. Quería saber el motivo por el que estaba allí, pero lo dejó pasar.

Hizo su cama, que sería la litera inferior, y cuando dieron el toque de queda, se fue directamente a dormir. Su compañero le dio las buenas noches y las luces se apagaron solas en todos lados. Solo quedó una leve luz encima de la puerta, la de emergencia, que iluminaba solo un poco la celda.

No fue consciente de cuánto tiempo pasó, pero solo le daba vueltas a la cama, sin poder dormir. Su mente no dejaba de dar vueltas a todo lo que había vivido ese duro día, y no podía descansar.

-¿No coges el sueño? –Escuchó decir a Eunhyuk casi en un susurro.

-Lo siento si te he despertado.

-Estaba despierto ¿quieres que te ayude a dormir?

-¿Cómo?

-Puede que al principio te asustes un poco, pero ya te digo yo que al final te gustara y podrás dormir tranquilo.

-¿Qué quieres decir? –Preguntó Donghae, escuchando como el otro descendía de su cama y se sentaba en la suya. A pesar de estar casi a oscuras, podría sentir sus ojos en él ¿qué era la que iba a hacer?

Eunhyuk pasó una mano por su pecho, como acariciándolo. Sin entender que hacía, Donghae, optó por dejarse hacer, a ver que acaba pasando. Esa mano fue deslizándose lentamente por su torso, por debajo de la sabana que lo cubría. Bajaba amenazadoramente por su cuerpo, y algo en la mente de Donghae le decía que parase aquello, pero estaba bloqueado, como si su propio cuerpo no quisiera que parase.

Eunhyuk parecía inclinarse sobre él, hasta que pudo sentir su respiración muy cerca del oído. Las mejillas empezaron a tornarse de un color más rojizo, pero al estar a oscuras, no se las podría ver el otro.

Donghae tuvo que contener la respiración cuando los dedos de Eunhyuk hicieron algo de presión sobre su miembro ¿Por qué hacía eso? ¿Aquello se refirió el encargado cuando lo advirtió? No estaba bien eso, pero no podía evitarlo, ni quería evitarlo.

Con los dedos presionaba, alternado los movimientos, su miembro. Lo estaba excitando de manera considerable. Pero cuando Donghae creía que no habría mucho más, Eunhyuk mordió el lóbulo de su oreja, tirando de este hasta soltarlo.

Se le escapó un leve gemido. Quería pedirle que parara, pero el otro poseyó sus labios. Lo besaba frenética y desesperadamente, mientras apretaba su miembro con algo de fuerza.

-Sabía que te iba a gustar. Y espera que hay más –Dijo Eunhyuk en un momento que separó los labios, pero volvió a besarlo, como si quisiera poseer sus labios.- Estás demasiado delicioso, vas a ser mío.

No entendía el motivo, pero sus palabras cargadas de autoridad, le excitó aún más. Solo deseaba dejar que le hiciera lo que quisiera ¿Cuándo había sido él así? No importaba eso ahora, solo quería que siguiera tocándole.

Sin esperárselo y con una gran agilidad, Eunhyuk le bajó rápidamente sus horribles pantalones, ropa interior incluida, y sin darle tiempo a reaccionar, lo movió bruscamente, le hizo girar su cuerpo, dejando sus caderas al filo de la cama. Eunhyuk se puso entre sus piernas, haciendo que las abriera más.

Se inclinó sobre Donghae para poder saborear sus labios de nuevo, mordiendo uno de ellos hasta hacerle sangrar. Este se estaba desesperando. Deseaba que le siguiera tocando, que no parara. Un calor lo inundaba poco a poco.

-Te voy a penetrar tan profundamente, que nadie jamás lo hará igual, y te voy a decir una cosa, cuando acabe contigo, desearas que te folle a cada momento.

La voz tan lasciva que había usado Eunhyuk, provocó que ya lo deseara. Nunca antes le habían dicho algo asó, y le gustaba.

-Vamos, hazlo, a ver si eres capaz de hacerlo.

-Te tragaras tus palabras.

Eunhyuk arrodillado en el suelo, se separó un poco del otro, se bajó los pantalones, y dejando su miembro fuera, abrió un poco más las piernas de Donghae. Guiándose con una mano, lo penetró de una sola vez, sin prepararlo ni echarle nada. Esto provocó que Donghae sintiera in terrible dolor, sentía que se partía en dos.

Pero Eunhyuk no tenía intención de detenerse ahora. Estaba tan duro que empezó a embestirlo, a la vez que tomaba su miembro y haciéndole un suave masaje al mismo son que sus movimientos de cadera, consiguió aliviar el dolor del otro.

-Venga, Donghae, gime, lo estas deseando. Si no lo haces, tendré que obligarte.

Era cierto que se estaba aguantando las ganas de gemir. A cada movimiento suyo, sentía una oleada de placer. Y al no hacerlo Eunhyuk empezó a penetrarlo con más fuerza. Sentía como todo su miembro estaba dentro suya y se movía, saliendo y entrando de su cuerpo. Inevitablemente, un profundo gemido salió de sus labios.

-Así me gusta, buen chico –Con la respiración entrecortada del esfuerzo que estaba haciendo, Eunhyuk se relamió los labios, jugando con los testículos del otro, provocando que sus gemidos cogieran más intensidad.

Donghae perdió de la mente que estaba en la cárcel. Solo pensaba en Eunhyuk y en como estaba gozando de ese momento. Con las manos en los brazos del otro, apretaba los dedos en estos, ya no le importaba nada, solo que no parase.

-Sigue, por favor, sigue –Gimió, provocando una amplia y ladina sonrisa en Eunhyuk.

-Lo haré, no pararé hasta partirte tu gordito trasero.

-Hazlo, follame, hazme tuyo.

Que le suplicara entre gemidos, provocó una excitación en Eunhyuk que lo cegó. Cada vez sus movimientos eran más duros, más profundos y más rápidos. Donghae podía sentir que no tardaría en llegar a un profundo orgasmo, y así fue. No se hizo de esperar, cuando una corriente de placer lo dejó exhausto, haciendo que arqueara su espalda a pesar de la mala postura en la que estaba.

Eunhyuk, no tardó en hacer lo mismo, llenándolo de su esencia, y en parte, lo quería, quería que ese hombre lo marcara, ahora y otras muchas veces.

Saliendo de su interior, Eunhyuk se levantó y se tumbó al lado de Donghae. Ambos, exhaustos e intentado respirar, se miraron en la oscuridad.

-¿Esta era tu manera de que me quedara dormido? –Preguntó Donghae.

-Dime que te ha gustado y cierra los ojos.

-Me ha encantado –Le susurró sensualmente al oído, y tal y como le había dicho, cerró los ojos.

Antes de dormirse, por primera vez, Donghae pensó que tal vez su estancia en la cárcel con Eunhyuk no fuese tan mala.

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