Titulo: El mejor regalo
Pareja: YeWook (Yesung + Ryeowook)
Tipo: Yaoi
Genero: Angst
Clasificación: G/PG
Descripción: Es Navidad y Ryeowook ya tiene el regalo para su querido novio ¿pero le regalará algo a él?
Advertencias: Ninguna.
Nota: ¡Buenas! ¿Qué tal van? Con motivo de las fechas en las que estamos, vamos a traeros unos oneshot navideños. El primero es este YeWook, y espero mucho que os guste y que me dejéis un bonito comentario, eh.
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Aquel día de navidad, Ryeowook se levantó especialmente ilusionado. Era el primero año que iba a pasar las fiestas con Yesung como pareja. Su novio desde hacía tres años y amigo desde muchos más. Casi podía asegurar que era la persona que mejor le conocía en el mundo.
Siempre había deseado pasar unas navidades con él, pero por temas de trabajo, no habían podido hasta aquel año. Iban a comer juntos. Ese día madrugó bastante y por la noche, se acostó tarde. Todo por culpa de sus tontos nervios. Pero no le importaba. Él estaba feliz.
Se había esforzado muchísimo en conseguir un regalo que sabía, seguro, le gustaría al mayor. Una cámara de fotos instantáneas, bastante cara, pues quería que fuera de las buenas. Ya había perdido la cuenta de las veces que había escuchado decir a Yesung lo mucho que le gustaría tener una cámara de esas. Él tampoco llegaba a comprender por qué. Pero si a su novio le hacía tantísima ilusión, allí la tendría. Tan solo temía que perdiera el control y en plena emoción por el regalo, le llenase la casa de fotos con su cara, conociendo su afición por echarse fotos a sí mismo. Aunque, pensándolo mejor, tampoco le importaría tanto. Amaba su rostro.
Desayunó, envolvió el regalo para Yesung, se duchó y se vistió. Tardó más en hacer aquello último. Quería ir guapo, por supuesto. Pero ¿No sería demasiado ir muy formal? Pero tampoco quería que diese la sensación de que no se había esforzado y se había puesto cualquier cosa. Tenía que conseguir un look intermedio entre ambas cosas.
Por fin. Ya estaba todo listo para salir de casa e ir a encontrarse con su novio. Habían quedado directamente en el restaurante donde iban a comer.
Después de un viaje que a él se le hizo eterno, llegó a su destino. Al entrar al restaurante, Yesung ya estaba allí esperándole. ¿Habría tardado demasiado?
-Lo siento por hacerte esperar. -Le dijo tímidamente al acercarse a la mesa donde estaba Yesung.
El mayor hizo un pequeño gesto de negación con la mano y se levantó de la silla, todo con una feliz sonrisa en el rostro. Ya estaba deseando verle.
-No llevo tanto rato. De hecho, creo que he sido yo quien ha venido antes de tiempo. -Le dijo para que no se preocupase más. Además, era cierto. A él también le habían traicionado un poco los nervios, haciéndole salir antes de casa por no poder esperarse más allí.
Tras decirle aquello, se acercó más a él y puso una mano en su nuca, con suavidad. Al mismo tiempo le dio un tierno besito en los labios a modo de saludo. Aquello hizo sonreír a Ryeowook. Yesung sonrió con él al ver su sonrisa. No quería separarse del menor, pero debía hacerlo si querían sentarse y comer algo.
Cada uno se sentó en una silla, uno frente al otro. Yesung ya había tenido la oportunidad de inspeccionar el restaurante mientras esperaba, además, lo había elegido él. Pero Ryeowook solo había sabido la dirección del sitio. Así que al sentarse se entretuvo un momento mirando cada rincón de aquel lugar. Le pareció perfecto. Era elegante, pero no excesivamente lujoso.
-¿Te gusta? -Le preguntó Yesung al verle distraído mirándolo todo.
Ryeowook volvió a la tierra tras unos segundos perdido en sus pensamientos. Le miró y sonrió.
-Mucho. Me encanta. Has elegido bien. -Le aseguró.
A los pocos minutos, el camarero ya estaba junto a ellos para tomar nota de lo que querían comer. Cuando se fue con el pedido, mientras esperaban, Ryeowook vio la oportunidad perfecta para darse los regalos.
-Yesung… -Comenzó. Cuando tuvo la atención del mayor, se giró hasta alcanzar el regalo, que estaba en una pequeña mochila que había colgado de la silla al sentarse. Lo sacó y lo puso sobre la mesa, nervioso.
Yesung le miró a el. Luego miró el regalo. Volvió a mirar a Ryeowook. Esbozó una amplia sonrisa y lo cogió, dispuesto a abrirlo.
-¿¡En serio!? -Exclamó entusiasmado cuando se dio cuenta de lo que era. Su primera reacción fue levantarse de la silla, acercarse a Ryeowook y empezar a darle besos en la mejilla mientras le abrazaba, uno tras otro, sin descanso.
Ryeowook empezó a reír al ver como había reaccionado. Le encantaba ver que realmente le había gustado tanto y que le había hecho feliz con aquello. Cuando Yesung se separó de él y volvió a sentarse, con la cámara en la mano, le miró ilusionado, esperando a que le dijera algo más.
-Me encanta. Y yo que pensaba comprarme una la semana que viene. -Comentó Yesung entre risas, inspeccionando la cámara y dándole vueltas para verla mejor. Después, subió la mirada hasta él.- Eres increíble, Ryeowook. Muchísimas gracias. De verdad.
-Feliz Navidad. -Le dijo Ryeowook a modo de respuesta, sonriendo al verle tan emocionado con su regalo.
Tras aquel feliz momento, todo empezó a torcerse.
Quizás no debería haber esperado tanto. Después de todo, le había llevado a comer a aquel lugar tan bonito. Y seguramente insistiría en pagar la comida. Pero una pequeña parte de él había quedado desilusionada al ver que para él no había nada. No quería regalos caros, ya se lo había dicho. Pero ¿Nada? ¿Absolutamente nada? ¿Ni cualquier cosilla hecha a mano?
Ya les habían llevado la comida y todo, y Yesung seguía sin comentar nada de un regalo para él. Ni siquiera que se lo daría más tarde. Nada. Intentó no darle importancia. Si decía algo, quizás podría parecer un egoísta. O que solo le interesaba aquello, cuando no era así. Pero no podía negar que aquello había estropeado un poco la perfección del día.
Mientras comían, en algún punto de la conversación, Yesung empezó a hablarle de los regalos que le iba a hacer a otras personas. Familiares, algún que otro amigo… Se estaba poniendo un poco celoso. ¿Acaso él era menos que todas esas personas? Intentó apartar aquel pensamiento de su cabeza, otra vez. Pero, le molestaba la forma en la que Yesung le hablaba de aquello con tanta tranquilidad ¿Era consciente o lo hacía a propósito?
Yesung empezó a notar a Ryeowook sospechosamente distraído.
-¿Pasa algo? -Le preguntó, un poco preocupado.
-No, no. Nada. -Le mintió Ryeowook. No quería decirle nada para no hacerle sentir mal y terminar de estropearlo todo. Le sonrió lo mejor que pudo para hacerlo más creíble.
La comida siguió con normalidad. Ryeowook, dándose cuenta de que Yesung sospechaba algo, intentó que no se le notara tanto. Terminaron de comer, y cuando ya les habían traído hasta el postre, Yesung le preguntó a Ryeowook si podían pasar por su casa a por los regalos para sus padres y su hermano, antes de ir a casa de ellos a visitarles.
-Claro. Vamos. -Le dijo, un poco desinteresado. Todo bien hasta que volvía a sacar el tema de los regalos.
Pidieron la cuenta, y Ryeowook se sorprendió al saber que ni siquiera pensaba pagar la comida él solo. Al final, fue a medias. Había tenido la esperanza de poder considerar al menos aquello como un regalo. Pero por lo visto, ni eso.
Cuando salieron del restaurante y se subieron al coche de Yesung, ya no pudo disimular más. Se le notaba. Estaba molesto. No tendría que haberle regalado esa estúpida cámara, pensó. Luego se arrepintió un poco. Una relación no se basaba en esas cosas. No era lo más importante, ni mucho menos. Y no era bueno hacer regalos solo para recibir otros a cambio. Pero vaya, estaba molesto y no podía evitar pensar así.
Yesung de vez en cuando le miraba de reojo. Pero no se atrevía a preguntar. Temía discutir con él y que todo acabase yendo mal, por insistir demasiado.
Llegaron a su casa, habiendo pasado casi todo el camino en silencio. Hablando lo justo. Cuando entraron por la puerta, Yesung le habló.
-Ve al salón y espera ahí mientras voy a mi habitación a buscar los regalos ¿Vale?
-Vale. -Respondió Ryeowook, de mala gana.
Cuando llegó allí, lo primero que vio fue… No podía creerlo.
El salón estaba decorado con luces de navidad blancas que daban una luz tenue, bastante agradable. Había varios ramos de flores enormes. En una esquina, el árbol con las luces encendidas, precioso. Y bajo de este… un pequeño regalo envuelto.
Se quedó mirándolo todo, paseándose por allí observando cada detalle. Las flores, las luces y aquel misterioso regalo bajo el árbol.
-¿Creías de verdad que me había olvidado de ti? -Escuchó decir a Yesung, desde la puerta.
Se giró en cuanto le escuchó y se le llenaron los ojos de lágrimas. Era una mezcla entre emoción y culpabilidad por haber pensado esas cosas tan malas y haberse puesto así pensando que se había olvidado de él.
Yesung se acercó a él y le rodeó entre sus brazos. Como estaba un poco oscuro, no fue hasta entonces que se dio cuenta que el menor estaba al borde del llanto.
-No llores, cariño. -Le susurró, sin soltar el abrazo y dándole un beso en su frente.
Ryeowook correspondió al abrazo con ganas y le apretó aún más contra él.
-Lo siento por pensar eso… -Le dijo, avergonzado, ocultando el rostro en el pecho del mayor.
-No te disculpes. También es culpa mía por no decirte nada. Pero no podía, era una sorpresa. -Le explicó, un poco arrepentido por haberle hecho pasar por aquello.- Venga ¿No quieres ver tu regalo? -Le animó.
Ryeowook sonrió y asintió. Tenía muchas ganas. Aunque más ganas tenía de comerse a Yesung entero, a besitos.
Yesung se separó de él y se acercó al árbol. Se agachó, cogió el regalo y se acercó de nuevo a él para dárselo. En ese momento, agradeció la poca luz. No quería que se notara lo tremendamente nervioso que estaba.
Ryeowook empezó a desenvolverlo en cuanto lo tuvo en sus manos. Retiró el papel de regalo y se encontró con una pequeña cajita típica de… ¿Anillos?
Levantó la cabeza confuso. Se dio cuenta de que Yesung estaba tan nervioso que le suponía un esfuerzo mirarle a la cara. Su corazón empezó a acelerarse. Sus mejillas, a tornarse rojizas. Sus ojos, llorosos de nuevo.
-¿Es lo que creo que…?
-Tú abre la caja. -Fue capaz de pronunciar el mayor, no dejándole terminar la frase.
Efectivamente. Dentro había un anillo precioso. Se puso tan nervioso que casi se le resbala de entre los dedos y cae al suelo. Cuando fue a mirar a Yesung, sin creerlo, este ya estaba arrodillado frente a él.
-Ryeowook… ¿Quieres…?
-¡Sí! ¡Sí! -Gritó, emocionado. Acto seguido, se tiró al suelo a abrazar a su prometido, cayendo sobre él y haciendo que ambos acabasen en el suelo.
-Si no me has dado tiempo a decir nada. -Dijo Yesung, riendo, sintiendo que se había liberado de un tremendo peso y abrazándole con muchísimas ganas.
Solo les faltaba ponerse a dar vueltas en el suelo, abrazados, de lo felices que ambos se sentían en aquel momento.
-Calla y bésame. -Le dijo Ryeowook, directo y con una feliz sonrisa en el rostro.
Yesung obedeció sin ningún problema, poniendo una mano a cada lado de la cabeza de su novio y uniendo sus labios en un intenso beso que se prolongó más de la cuenta, convirtiéndose en uno realmente apasionado.
Y allí, tirados en el suelo, abrazados y entre besos, Ryeowook se puso en el dedo su anillo de compromiso, dispuesto a pasar toda su vida junto a aquel hombre al que tanto amaba.
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