martes, 7 de junio de 2016
(Zelo x girl) So stupid -Serial- Capitulo 6
Él pensaba que eso iba a ser mucho más fácil. Pero no tanto. Había conseguido llegar hasta ellos, pero ¿cómo se introducía entre ellos y pasar inadvertido? Simplemente se limitaba a observarlos desde lejos, hablando entre ellos. Parecían esperar a alguien.
Bueno, eso no importaba. Cogió aire antes de salir de su escondite, y acercarse a ellos, como si fuera normal el introducirse entre un grupo de periodistas cuando es a ti a quien buscan, es algo que se hace todos los días, se decía él mismo, a ver si así se armaba con más valor, y no se le notara que hasta las piernas le temblaban del miedo.
Cada vez estaba más cerca, y parecía que nadie había reparado en él. Se lo estaba creyendo, cuando al pasar al lado de un pequeño grupo, se sobresaltó al escuchar a uno de ellos.
-¡Eh, tú!
-¿Yo? –Dijo al girarse, viendo que sí, que se dirigían a él. Ya le habían descubierto. La voz le temblaban, y por suerte tenía las gafas con las que poder disimular.
-Sí. Eres el nuevo que iba a enviar la agencia ¿verdad? –Preguntó el que le había llamado en un principio, que se estaba acercando a él. No tenía pintas de ser mala persona, pero no le dio tiempo a analizarlo mucho, ya que se auto decía que reaccionara a responderle y no se quedara allí parado.
-Sí, sí, soy yo –Mintió, cruzando los dedos para que se lo creyera.
-Perfecto, ven. Ya mismo van a venir.
Le invitó a acercarse a su grupo ¿Quién iba a venir? Sería interesante saberlo, se dijo a sí mismo. Todos los allí presentes, parecían conocerse, aunque muchos parecían pertenecer a diferentes agencias de televisión, prensa y otros tipos de medios de comunicación. Cuanta gente sedienta por las cosas malas que le sucedían.
-Perfecto, ya están aquí.
Todos dejaron de hablar y levantaron la cabeza, hacia unas chicas, que venían conversando hacia donde se encontraban. En un principio, Zelo pensó que se trataban de una chicas vulgares, ni conseguía ver su rostro entre tanta gente, pero cuando ellas se encontraban ya más cerca de donde estaban, todo un mundo se le cayó encima al reconocerlas.
-Bueno, vamos a ver. No hemos dado con Zelo, pero pronto acabará apareciendo. Nadie lo ha visto hoy salir de su casa, así que suponemos que ha estado en otro lugar, pero es muy dudable que no tarde en aparecer de nuevo.
Zelo, tragaba saliva con dificultad. Escuchaba aquellas palabras que eran como dagas que se iban clavando poco a poco en él. Estaba muy nervioso y esperaba que nadie allí se percatara, ni se diera cuenta, de que él era a quien buscaban.
-Necesitamos más información, más cosas –Dijo uno de los periodistas que se encontraba cerca de él.
-No os preocupéis, haremos que se meta en más escándalos para que así tengáis lo que queréis, pero queremos nuestra parte, ya sabéis –Dijo esta vez la otra chica, mientras enrollaba uno de sus dedos con un mechón de pelo.
-Ya sabemos que os debemos parte de nuestras ganancias, pero queremos algo más fuerte, algo que hunda a Zelo, que sea una noticia explosiva y que consigamos más juego –Comentó otro periodista que estaba algo más lejos de Zelo.
Ahora Zelo sentía miedo. Parecía como si todos estuvieran unidos para ganar fama y dinero a costa de su desgracia, pero lo que menos entendía era que hacia ella jugando a eso. No apartaba la mirada de su rostro, ni de su sonrisa de satisfacción. Había llegado a confiar en sus palabras, pero ahora todo solo eran mentiras que le recomían por dentro, recordándole lo estúpido que había sido, creyendo hasta su última palabra.
-Está bien, conseguiremos que tengas vuestra noticia estrella. Para ello hemos creado un plan que os vamos a explicar ahora mismo –Volvió a contestar la chica, que seguía jugando con su cabello, como si fuera tonta.- Pero antes debemos dar con él.
-Con eso no hay problema, lo llamaré y quedaré con él en algún sitio especifico –Dijo ella, la primera chica que había hablado y quien Zelo no despegaba su mirada.
Al chico le entró en pánico. Si ahora lo llamaba, sonaría su móvil y todos sabrían que es él. Así que poco a poco, introdujo su mano dentro del bolsillo, y tanteando, fue presionando el botón del volumen, hasta que vibró. Le volvió a dar al botón. Ya sabía que tenía el teléfono en silencio, esperaba que no fuera a jugarle la situación y no fuera así y le sonara, así que solo le quedaba rezar por ello.
-Vamos a ver, el plan se basa en que abuse de nosotras –Siguió comentando la chica, mientras sacaba el móvil.- No será fácil hacer que lo haga, pero una de las dos, la que lo vayamos a hacer, lo simularemos, y se trata de que vosotros lo toméis en la perspectiva adecuada para que parezca que nos está haciendo daño, que nos obliga.
-Pero claro, lo haremos en un lugar, cerca de una estación de policía, pero eso él no lo sabrá –Comentó la otra chica, riendo de una manera tonta, tal y como ella lo parecía.
-Exacto. Y no solo tendréis imágenes de como abusa de nosotras sino también como se lo lleva la policía por ello ¿Qué les parece?
Tras un momento de silencio, los periodistas aplaudieron y soltaron expresiones de alegría. Les parecía a todos buena idea, pero Zelo no sabía ni cómo reaccionar.
Estaba presenciando como creaban un plan para joderle la vida, y como es lo normal, a él no le causaba ninguna alegría, al contrario, sus piernas temblaban del pánico que le estaba dando la situación. Tenía que pararlo de alguna manera y detener toda esa falsa.
-Vamos, chico, alégrate, conseguiremos una buena exclusiva y con ella un buen prestigio como periodistas –Le dijo el hombre que le había hablado por primera vez al llegar allí, pasándole un brazo por los hombros.- Pillaremos a ese chico y lo hundiremos.
Zelo no tuvo más remedio para disimular, que asentir con una sonrisa en la boca. Pero estaba asustado, y mirara por donde mirara no sabía qué hacer. Pero una idea surgió en su cabeza. Si no aparecía, no podían pillarlo. Pero lo acabarían buscando. Solo le quedaba destrozar su plan y que saliera la verdad ante todos.
Cuando aquel periodista le soltó, de movió, acercándose más hacia las chicas, para ver si llegaba escuchar algo de lo que decían, y por su suerte, sí que podía. Y por suerte, sí que pudo escuchar.
-Me da algo de pena lo que estamos haciendo.
-Pues a mí no. Da igual lo que le pase, se lo merece, ya lo sabes.
-Ya, ya sé que se merece todo lo malo porque tu hermana pilló depresión porque en un fanmeting no le hizo mucho caso, pero pienso que eso no es motivo para estar haciéndole esto, es demasiado cruel.
-No, Yundae, no lo es. Eres mi mejor amiga, y estás metida en esto tanto como tú. Nos aprovechamos de que fueran al estudio de tu padre, y ya no podemos echarnos atrás.
-Pero no está bien. Es buen chico, y tal vez le haya cogido algo de cariño…
-Espero que eso no sea verdad. Y si es así, más te vale marcharte.
-Es que esto no está bien… -Yundae parecía muy arrepentida por todo, apenada y que no quería hacer nada de eso. Miraba el suelo, con una expresión triste, mientras a Zelo se le ablandaba un poco el corazón, pero después de todo no sabía si debía fiarse o era un simple teatro más, como todos los otros.
-Espero que nadie más te escuche, y menos estos periodistas o nos la hemos cargado –Bajo la voz la otra chica. Para ser más exactos, la fan que lleva causándole problemas desde la fiesta de Yundae.
Zelo intentaba disimular, como si fuera participe de una conversación que se desarrolla a su lado, aunque claro está, que tenía la oreja pegada a lo que las chicas estaban hablando.
Pero ahora hablaban muy bajo, tanto, que no distinguía unas palabras de otras. Se dio por vencido al ver que no conseguiría nada, por mucho que se esforzarse por escuchar, así que se dio media vuelta, buscando un lugar más apartado en el que poder meditar por un momento.
Puede que Yundae ahora se encontrara algo más arrepentida por todo lo sucedido, pero eso no eliminaba su parte de culpa. Tal vez sintiera algo por ella, aunque ella sintiera pena por él. Pero esto que estaban planeando no era lo que quería para él. Y no solo le afectaría a él como persona o como artista, sino también a su grupo.
Ahora mismo, lo que necesitaba era ayuda, opiniones. Algo que no tenía. Sacó su móvil, y entro en la lista de contactos. Los primeros eran sus padres y Yongguk. Pero estaba enfadado con él, a pesar de sentir en ese momento unas tremendas ganas de llamarlo y contarle lo que estaba sucediendo, que ya lo sabía, y que necesitaba su ayuda.
Mientras dudaba que hacer, sin querer, pulso donde no debía, y empezó a llamar a Yongguk. Buscaba desesperado donde darle para finalizar la llamada, pero entre lo torpe que era a veces, y los nervios, su líder fue más rápido en descolgar la llamada, como si hubiera estado al lado del teléfono, pendiente de su sonaba o no.
-¿Zelo? -Escuchó su voz al otro lado de la línea. ¿Lo que se notaba en su voz era un deje de preocupación o era cosa suya?
-Yongguk… Creo que ya sé lo que está pasando… Pero necesito tu ayuda… -Le costaba confesar a Zelo, tenía miedo y nervios que en ese momento recorrían su cuerpo como un torbellino en pleno apogeo.
-Está bien, Zelo, te esperaré en el café de siempre.
-Pero Yongguk, ve camuflado o disfrazado o algo, si te ven conmigo puede que me reconozcan.
Tras la afirmación de Yongguk, Zelo colgó el teléfono. El corazón le latín demasiado rápido. Tenían que hacer algo lo más pronto posible con esa situación, pero por suerte, Yongguk había accedido a ayudarle, y eso, le hacía sentir un poco mejor, su líder, aunque le hubiera echado, siempre estaba dispuesto a ayudarlo.
Nada más acabar la llamada, Yongguk fue capaz de reaccionar. Zelo necesitaba su ayuda y lo haría más que encantado. Pero eso de ir camuflado… ¿Cómo se hacía? Abrió su armario, no estaba preparado, y allí había demasiada ropa.
Se había pasado el día entero esperando la llamada de su maknae, mirando el teléfono sin parar, pero no se había preparado, eso era un fallo por su parte. Mierda. Acabó cogiendo lo más simple que encontró. Una chaqueta con capucha y unos pantalones anchos.
No solía salir ante las cámaras con esa ropa, así que en teoría no deberían reconocerlo por la ropa. Antes de salir de su habitación, no se olvidó de coger el teléfono y unas gafas de sol.
En el pasillo, encontró a Moon y a Hinchan, disimulando tontamente. Estaba claro que habían estado pegados a la puerta para ver si escuchaban algo. No tuvo que decir nada, los dos sonreían como tontos, porque los había pillado.
-Anda, veniros –Comentó, sabiendo que es lo que los dos querían, y era poder ayudar a Zelo.- Pero poneros algo para que no os reconozcan, o como dice Zelo, camuflaros un poco.
-¡Bien! –Dijeron al unísono los dos, escabulléndose hasta sus cuartos y cambiarse de ropa.
Para sorpresa de Yongguk, no tardaron apenas minutos en estar listo. Ellos sí que habían estado preparados para esa situación. No como él.
-Bueno, vamos, Zelo nos necesita.
Los tres salieron de la casa, por suerte, los demás miembros y el manager no estaban, así que no tendrían que dar ninguna explicación de adonde iban.
Era aún cerca de las doce del mediodía, y había mucha gente a esas horas por la calle, pero gracias a sus gafas de sol demasiado grandes, capuchas y gorras, y alguna que otra cosa, pasaban más bien inadvertidos entre toda esa multitud.
Caminaban hacia una cafetería, donde muchas veces, los miembros iban a desayunar o a tomar algo, porque hacían unos cafés estupendos, y los dulces eran caseros, añadiendo que la cocinera, los hacia exquisitos.
No tardaron mucho en llegar. No había mucha gente a esa hora, y por más que miraran, no veían a Zelo por ningún lado, hasta que un muchacho, al fondo, semi escondido en una mesa, les levantó una mano. Entonces, Yongguk, lo reconoció, era Zelo, camuflado como ellos.
-Pensé que vendrías solo, y no con estos dos –Dijo Zelo, cuando los tres se acercaron hasta él, sentándose a su lado, en la mesa.
-Oye, me alegro yo también de verte –Moon le palmeó la espalda, con una sonrisa. De verdad que se alegraban de verlo, y más sabiendo que había pasado la noche entera fuera.
-¿Qué has descubierto? –Le preguntó Yongguk, quitándose simplemente las gafas de sol para poder verlo mejor.
-Lo único que estoy seguro, que todo es un complot contra mí, por una venganza, ya verás, por no hacerle caso a una fan como ella quería en un fanmeting. Su hermana se ha aprovechado de su amiga para poder joderme. Y de camino hacerse famosa y enriquecer a unos cuantos periodistas.
-Vale, tengo varias preguntas –Moon se aclaró la garganta antes de seguir.- ¿Quién es esa, y su amiguita? ¿Cómo sabes todo eso?
-Tan sencillo, como que esa chica es la fan que me ha estado metiendo en problemas, se venga por su hermana, y lo hace por su amiga, Yundae, aprovechándose de todo. Aunque parece que ella está bastante arrepentida… Y lo sé porque encontré un grupo de periodistas, me confundieron con uno de ellos, y ellas vinieron, explicando como harían su golpe de gracia –Zelo se tomó una pausa antes de seguir, pensando con que palabras decirlo.- Se trata de hacerme caer en la trampa, de que ellas se hagan las víctimas, que me fotografíen pareciendo que les hago algo, y que la policía me pille y me lleve al calabozo, de nuevo.
-¿Y cuál es el plan? –Hinchan fue el único capaz de volver a hablar después de saber todo eso.
-No lo sé, quería que vosotros me ayudaseis…
-Está bien, si hay más detalles dilos todos y nosotros te ayudaremos –Empezó a decir Yongguk en un tono bastante serio. Todo eso no pintaba nada y no dejaría que le hicieran nada a Zelo.- Pero antes… Lo siento por haberte echado ayer de casa…
-No te disculpes por eso… Era lo que tenías que hacer.
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