domingo, 12 de junio de 2016

(Varias) El instituto de la Muerte -Serial- Capítulo 6

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Notas: los chicos ya están descubriendo algunas cosas y desvelando poco a poco todos los misterios... pero aún tienen mucho que encontrar para dar con la clave que les devuelva a ZiTao y SeHun...

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Lu Han apenas había podido pegar ojo aquella noche por la anticipación que sentía por lo que al día siguiente tenía dos grandes ojeras bajo sus ojos casi tan grandes como las que solía tener ZiTao, solo que el menor las tenía porque se quedaba enganchado a los videojuegos hasta altas horas de la madrugada y las de Lu Han habían aparecido porque quería que llegara ya el momento de regresar al instituto a la mañana siguiente para poder maquinar con sus amigos qué era lo siguiente que iban a hacer para poder encontrar a su hermano lo más rápido posible. Ya casi hacía una semana de lo sucedido y estaba preocupado por lo que les hubiera podido suceder a los chicos.

A las siete de la mañana le envió un mensaje a MinSeok pidiéndole que se pasara a recogerlo de camino a la escuela porque necesitaba hablar con él antes de entrar al instituto. Cuando recibió la respuesta afirmativa de su chico una sonrisa apareció en su rostro y Lu Han comenzó a prepararse rápidamente para estar listo cuando el otro lo avisara de que se encontraba abajo esperándolo.

Eran cerca de las ocho cuando recibió otro mensaje de MinSeok pidiéndole que saliera de su casa porque ya estaba fuera. Lu Han tragó el desayuno lo más rápido que pudo y luego se colgó la mochila al hombro para salir corriendo al encuentro de su novio. Abrió la puerta con aceleración y luego caminó rápidamente la distancia que lo separaba del chico hasta llegar a su lado en cuestión de unos minutos. Al verlo, MinSeok esbozó una pequeña sonrisa y Lu Han aprovechó que estaba con la guardia baja para darle un corto beso en los labios. Nunca había sido muy cariñoso, pero esa mañana estaba muy acelerado y no sabía cómo desacelerarse, así que, haría lo que fuera para tranquilizarse.

—Vaya —murmuró el chico—, ¿por esto querías verme antes de entrar en clase? —cuestionó, alzando una ceja.

—Para nada —le respondió Lu Han, echando a andar—. Solo quería darte un beso porque llevamos un tiempo sin darnos uno.

—Claro, claro —MinSeok dio un par de zancadas y lo alcanzó—, ¿y por qué no me lo creo?

—Porque tú siempre crees que te estoy mintiendo en todo —respondió, sacándole la lengua—. En realidad quería darte el beso desde hacía un tiempo, pero no creía que fuera correcto —confirmó—, pero ahora que estamos cerca de poder traer de vuelta a SeHun y ZiTao necesitaba hacerlo.

MinSeok sonrió de oreja a oreja ante aquella revelación y Lu Han se sintió bastante mejor de lo que se había sentido en los últimos días porque su chico al fin había vuelto a sonreír como antes.

—Pero tiene que haber algo más —murmuró el chico, después de andar un buen trozo de camino y Lu Han asintió.

—La verdad es que quería hablar contigo de más cosas que he encontrado en el diario de mi hermano —confesó—. Como no podía dormir me he pasado la noche leyéndolo y por fin lo he acabado.

—¿Había algo interesante que nos pueda ayudar?

—¿Para lo que tenemos entre manos? —preguntó y MinSeok asintió—. No, para eso no, pero sí para matar a ZiTao.

—El otro día me dijiste que querías pedirle perdón por haberlo tratado mal y ahora que lo quieres matar... ¿eres bipolar? —cuestionó MinSeok muy seriamente.

—No, no soy bipolar —le respondió—. El otro día simplemente no sabía que ZiTao le había robado la virginidad a mi hermano y ahora que lo sé no va a escapar de mi ira.

MinSeok se rió ante aquella revelación y, en cualquier otro momento, Lu Han lo habría acompañado, pero no tenía muchas ganas de reír, solo tenía ganas de acabar con la persona que había profanado el cuerpo de su hermano en tantas ocasiones y en tantas posturas —Lu Han también le iba a pedir a SeHun que dejara de ser tan descriptivo en su diario, porque en vez de un diario le había parecido estar leyendo una novela erótica gay demasiado explícita—.



Nada más llegar al instituto, los chicos se dirigieron a la biblioteca para comenzar a maquinar su magistral plan para conseguir lo que necesitaban de la zona que les estaba restringida a los alumnos. Cuando ChanYeol y KyungSoo llegaron al lugar ya todos se encontraban allí, así que les pidieron perdón por el retraso y se sentaron junto a ellos. El plan no había avanzado mucho desde el día anterior porque a ninguno se le había ocurrido qué poder hacer para entrar en el lugar; sin embargo, KyungSoo había pensado mucho en aquello mismo y tenía la respuesta a preguntas que ni siquiera los otros se habían planteado.

—He pensado que alguno podría colarse por el agujero de la valla que hay tras el pabellón —dijo, llamando la atención de todos—. Entrar por ahí es bastante fácil de noche, así que lo único que tendríamos que resolver es lo de las llaves para entrar en la sala.

—¿El agujero de dónde? —cuestionó JunMyeon.

—Como tú eres un estudiante modelo no lo conoces —rió ChanYeol—. Es un agujero por el que solemos entrar y salir Soo y yo —aclaró—. Por él se puede entrar de noche tranquilamente.

—¿Y al edificio? ¿Cómo entramos allí? —preguntó YiXing.

—Los conserjes siempre se dejan una ventana abierta —respondió KyungSoo—. Está medio rota y no cierra bien, así que se queda abierta y por ahí nos podemos colar.

—Vale, yo me fío de su plan —dijo Lu Han—, después de todo, el otro día se colaron para buscar en el sótano de nuevo.

—Lo que falta por saber es cómo entrar en la sala —apunto YiFan.

—Eso también lo podemos arreglar nosotros, ¿verdad, KyungSoo? —ChanYeol le palmeó el hombro y él se giró para dedicarle una sonrisa—. Podemos hacerlo de dos maneras: robándole la llave a la jefa de estudios o si no podemos, forzar un poco la cerradura.

—Miedo me estáis dando vosotros dos —murmuró JunMyeon.

—En realidad es una gran idea —dijo JongDae—. Lo único que no sé es cómo pensáis acercaros a SoonKyu y cogerle la llave sin que sospeche nada, ya sabéis que es la sobrina del director Lee.

—Bueno... nosotros tenemos nuestros propios métodos —murmuró KyungSoo.

Los demás no sabían nada acerca de su pasado ni de cómo ChanYeol lo había ayudado a dejarlo atrás, ellos solamente habían visto que tenía cambios de humor bastante bruscos y que solía tener poca paciencia con aquellos que lo molestaban, pero no sabían absolutamente nada. Por ese motivo, tampoco sabían que había sido SoonKyu quien había medio forzado la relación de ChanYeol y KyungSoo esa primavera y quien había hecho que se volvieran amigos. La mujer de vez en cuando los requería en su despacho para ver cómo iban las cosas y, seguramente, después de lo que había pasado el otro día no iba a tardar en llamarlos.

Pero KyungSoo no pensaba darle tiempo para ello. Ambos se presentarían allí ese día y buscarían la forma de conseguir las llaves.



—¿Por qué todo lo que tenemos que hacer es ilegal? —cuestionó JunMyeon mientras se dirigía a clase con JongDae y YiXing.

YiXing y él iban a la misma clase, mientras que JongDae había caído aquel año en otra diferente, pero aun así, se encontraban en el mismo pasillo, la una al lado de la otra, así que solo tenían que asomarse a la puerta para poder encontrarse. JunMyeon había agradecido estar solamente con YiXing en clases porque el chino era muy callado y aplicado, mientras que JongDae no paraba de intentar meterle mano a todas horas.

—Porque las cosas buenas siempre están prohibidas por la ley —le contestó JongDae a su pregunta con una sonrisa maliciosa y JunMyeon simplemente suspiró, exasperado.

—Bueno, estamos haciendo todo esto por una buena razón —dijo YiXing—, así que no debería contar como un mal acto.

—Eso mismo —coincidió JongDae, echándole un brazo por encima de los hombros—. Así que deja de preocuparte por todo y disfruta de la juventud, que parece que tengas setenta años.

—Já. Muy gracioso, Kim JongDae —se alejó del contacto de su chico y luego echó a andar rápidamente, seguido por YiXing y dejando atrás a JongDae.

—¿Ha pasado algo malo entre vosotros? —le preguntó el chico cuando estuvieron a una distancia prudencial.

—No ha pasado nada malo —le respondió—. Es solo que… me gustaría que se tomase todo esto más en serio.

—Ya sabes que JongDae siempre ha sido así, muy juguetón incluso cuando las cosas se ponen feas, es su forma de ser —comentó.

—Lo sé, lo sé… y me encanta eso de él —JunMyeon suspiró—. Sé que son sus ideas las que nos han llevado hasta donde estamos ahora pero…

—¿Pero…?

—Echo de menos a ZiTao —reconoció al final—. Siempre estaba pegado a mí cuando no estaba con SeHun y le he tomado mucho cariño —se detuvo unos momentos para mirar al chico—, también estoy preocupado por nuestro futuro si se llegan a enterar de todo lo que estamos haciendo. Aunque sea por una buena causa, no sería bueno que ninguno de nosotros tuviera que entrar en la cárcel.

—¿Y le has dicho eso a JongDae? —preguntó YiXing y él solo pudo negar—. Entonces deberías decírselo, deberías decirle que estás muy preocupado por ZiTao y que lo único que quieres ahora mismo es poder encontrarlo… pero que no puedes evitar pensar en el bien de todos nosotros también.

—Supongo que sí, que debería hacerlo —dijo, esbozando una pequeña sonrisa—. Gracias, Xing.



Con cada paso que daban hacia delante MinSeok sentía que el peso que había sobre sus hombros se iba aligerando poco a poco y aliviaba la tensión interna que notaba desde el sábado anterior. Además, ver que Lu Han comenzaba a comportarse como siempre por las recién adquiridas esperanzas lo hacía sentirse mucho mejor.

MinSeok giró su cabeza levemente hacia atrás para poder ver a su chico sentado en el pupitre que le había tocado después del cambio de sitio tras las vacaciones de verano. Ahora estaba un poco más lejos de él y más cerca de YiFan y, aunque siempre hubiera tenido dudas sobre ellos, después de haber hablado con YiFan la última vez, todas las dudas se habían despejado y solo quedaba una cosa clara en su mente: Lu Han estaba tan enamorado de él como MinSeok lo estaba de Lu Han y aquello era lo único que importaba.

El chico se había hecho la promesa de hacer todo lo que estuviera en su mano para encontrar a SeHun y ZiTao, pero hasta el momento no había podido hacer mucho. Sin embargo, el chico decidió que a partir de aquel día pondría mucho más empeño porque no quería que Lu Han perdiera su sonrisa y porque quería que todo fuera como siempre, que todo estuviera bien, como antes de que a él se le ocurriera la maldita idea de ir al instituto en la noche de Halloween a investigar sobre cosas que era mejor dejar quietas.

—¡Kim MinSeok! —lo llamó JongWoon, el profesor de música, y él inmediatamente se giró para atender a clase—. ¿Tan aburrida te parece la clase de hoy?

—No, señor —respondió.

—Entonces atiende.

El profesor se giró de nuevo hacia la pizarra para seguir dibujando pequeños pentagramas con aquel aparato que tenía para colocar cinco tizas y con el que se hacían los pentagramas de forma muy fácil. Cuando MinSeok estuvo seguro de que no iba a ser pillado de nuevo se giró hacia atrás y vio la sonrisa brillante en el rostro de Lu Han, sonrisa que correspondió antes de que una tiza le diera en la cabeza.



ChanYeol le había propuesto a KyungSoo que se saltaran mejor las clases para ir a hablar con SoonKyu y este había estado totalmente de acuerdo en que era lo mejor que podían hacer ya que en la hora del almuerzo la mujer nunca estaba en su despacho. Por ese motivo, se separaron de sus amigos y caminaron en dirección contraria, alejándose de los salones de clases y acercándose cada vez más a las dependencias de los profesores. Se cruzaron con algunos de sus maestros y éstos los observaron con curiosidad, pero ellos siguieron su camino hasta llegar a la puerta del despacho de la jefa de estudios.

Fue ChanYeol quien alzó su mano y golpeó suavemente la puerta, también fue él quien giró el pomo y tiró de ella hacia el exterior para abrirla y así poder pasar cuando la mujer dijo un suave «Adelante». SoonKyu se encontraba sentaba en una silla alta de cuero tras una mesa y rodeada de papales, con la cabeza agachada sobre estos. Tuvieron que pasar varios minutos dentro del despacho para que la mujer se dignara a alzar su cabeza y mirarlos. En cuanto los vio, su rostro reflejó una mezcla de sorpresa y orgullo al verlos allí y ChanYeol no sabía qué emoción le daba más grima.

—No esperaba veros por aquí sin que os llamara —fue lo primero que dijo—. El otro día me enteré de que provocaste un altercado en los pasillos —miró a KyungSoo y automáticamente, ChanYeol se pegó a su cuerpo, buscando protegerlo de cualquier juicio que pudiera hacer la mujer—. Tuvo que venir la policía, también. ¿Qué fue lo que pasó, KyungSoo?

El chico miró a ChanYeol, esperando que este asintiera con su cabeza para comenzar a hablar, y le contó a SoonKyu que aquellos tipos estaban hablando mal de sus amigos que habían desaparecido y que él estaba bastante nervioso, asustado y que no se pudo controlar porque ChanYeol no estaba cerca de él tampoco y simplemente se dejó llevar, pero que en cuanto vio lo que había hecho y se calmó supo que todo había estado mal y había pedido perdón por todo lo que había pasado. ChanYeol también sabía que había llorado mucho y que se arrepentía demasiado de sus actos, pero que igualmente pensaba que aquellos idiotas se lo merecían, aunque no le hubiera dicho nada a la mujer.

Cuando KyungSoo terminó de relatar aquello, SoonKyu se levantó de la silla de cuero y se acercó a él para darle un abrazo. Justo en ese momento, ChanYeol se movió disimuladamente, aprovechando que su amigo no pensaba soltar a la mujer hasta que su tarea no se hubiera completado, y abrió lo más silenciosamente que pudo el primer cajón de la derecha, donde había unas pocas de llaves. El chico no sabía cuál podía ser la llave que abriría la puerta que necesitaban, así que simplemente cogió un juego de llaves en el que parecían estar todas las importantes del instituto. Después, cerró y volvió a su sitio justo en el momento en el que SoonKyu se separaba de KyungSoo.

—Me alegra que ahora veas que tus actos no están bien —le dijo—, y me alegra que vinieras aquí antes de que yo te llamara. ¿Me prometes que no volverás a hacerlo más?

—Ya me lo ha prometido a mí —le respondió ChanYeol, queriendo salir lo más rápido posible de aquel despacho—. Creo que con eso debe de ser suficiente.

—Sí. Es más que suficiente —contestó SoonKyu, esbozando una sonrisa—. Ya podéis iros a clase.

Los dos chicos inclinaron su cabeza un poco antes de salir por la puerta y caminar por el pasillo, alejándose de aquel lugar. Una vez se encontraron lejos del ala de los profesores, ChanYeol se dejó caer contra la pared y atrapó a KyungSoo entre sus largos brazos, exhalando todo el aire que había estado conteniendo porque lo habían conseguido.



YiFan llegó a su casa después de las clases, pero aquella vez lo hizo sin la compañía de YiXing. Durante el almuerzo, ChanYeol y KyungSoo habían llevado la llave que necesitaban para dar con la última pieza de aquel rompecabezas y ya no necesitaban nada más que esperar a que la noche cayera para poder ir de nuevo al instituto y coger lo que querían. El chico se esperaba que su padre, al ver que aquel día no iba acompañado se le pasara el mosqueo que había estado demostrando durante toda la semana anterior, pero al parecer estaba bastante equivocado, ya que no hizo más que poner un pie en el salón para avisar de que había llegado cuando todo estalló.

—Creía que hoy también vendrías a casa con ese chico homosexual del que no te despegas en los últimos tiempos —fue lo primero que le dijo—, la verdad es que prefería cuando te juntabas más con aquel niño que parecía una chica, porque al menos con él podían disimularse tus preferencias.

—Hemos terminado el trabajo que estábamos haciendo —le respondió. Su padre no tenía por qué saber que YiXing iba a un curso menor que él—, así que ya no necesitaba volver más.

Deliberadamente obvió todas las acusaciones y todos los insultos. No quería empezar otra pelea, aunque su padre sí que lo quisiera. Después, se dispuso a dirigirse a su cuarto para no tener que escucharlo más, pero el hombre se acercó rápidamente a él y le cortó el paso.

—No me mientas descaradamente en la cara —le replicó en un tono de voz más alto del que realmente necesitaba—. Todas estas tardes, lo único que has estado haciendo con ese marica en tu habitación con la puerta cerrada ha sido pecar una y otra vez.

YiFan abrió la boca para contestarle lo equivocado que estaba, pero no pudo porque recibió una bofetada en el rostro. Hasta aquel momento, YiFan lo había aguantado todo, pero ya no iba a aguantar más. Por ese motivo, se giró, obviando los gritos de su padre pidiéndole que regresara, y salió por la puerta en dirección al único lugar en el que sería bien recibido.



JongDae realmente no entendía qué había pasado con JunMyeon aquella mañana para que se enfadara con él y todavía entendía menos cómo habían acabado enredados entre las sábanas de su habitación sin decirse ni una sola palabra. El chico suspiró, intentando recobrar el aire que le faltaba en los pulmones después de todo el ejercicio que había realizado y sintió cómo JunMyeon apoyaba su cabeza sobre su pecho y se abrazaba a su torso. Por costumbre, JongDae comenzó a acariciarle el pelo y JunMyeon casi ronroneó por aquel gesto.

—Lo siento —le dijo el mayor—. Siento haberme portado de esa forma contigo esta mañana —alzó la cabeza para mirarlo a los ojos—. Estoy muy estresado con todo y no aguanto bien las bromas.

—Lo siento yo también —murmuró JongDae, dándole un corto beso en la frente—. Prometo ser más serio hasta que todo esto acabe.

—Gracias.



YiXing acababa de llegar a casa y lo único que le apetecía en aquellos momentos era darse una ducha, así que fue lo que hizo. Puso algo de música en el baño y se dejó llevar por las canciones del momento mientras se aseaba hasta que se dejó reluciente. En ese momento, salió del baño y se dirigió a su habitación para ponerse algo cómodo, sin esperar encontrarse a nadie allí, y menos, que la persona que allí estaba fuera su novio.

—YiFan… ¿qué haces aquí? —preguntó, haciendo que éste se girara hacia él y lo mirara. YiXing vio que tenía un feo moretón en la mejilla.

—He discutido con mi padre y no quiero regresar hoy a casa —le respondió.

—Puedes quedarte todo el tiempo que quieras —murmuró YiXing.

—Gracias —y YiFan cruzó la distancia que los separaba para fundirse en un fuerte y necesitado abrazo.


mrs daisy

2 comentarios:

  1. Si algo aprendi leyendo este capitulo es que nunca, pero nunca hay que leer el diario intimo de nadie y menos de un hermano....joder! y menos si le gusta dar detalles jajaja.
    Me gusta el contraste entre la pareja de JongDae y JunMyeon, por lo distinto que son creo que se complementan muy bien porque uno le da al otro lo que le falta, pero me siento un poco mas identificada con la personalidad de JunMyeon. Igual, es entendible el enojo porque digamos que hay momentos y momentos para ser chistoso (aunque por su lado descomprime la situación y relaja). De todas maneras, sirvió para una reconciliación.
    No puedo superar las feas situaciones que tiene que pasar Yifan con su malvado padre. Me ponen tristes de solo leerlas. La casa de uno debería ser el mayor refugio y lugar de contención y pensar que èl no lo tiene me desconsuela, pero bueno al menos tiene donde correr, a los brazos de su amor.


    Ahora, que tienen las llaves llega el momento de la excursión y estoy mas que deseosa de saber que les espera en esa oscura noche en el Instituto.

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  2. Nunca. Jamás de los jamases. Lo peor que puedes hacer es ponerte a leer el diario de otra persona, menos el de tu hermano pequeño. Puedes encontrar cosas que jamás podrías llegar a superar (?)
    Están hechos el uno para el otro, se complementan perfectamente y son todo amor (?) La verdad es que yo también soy más como Junmen, pero las bromas también son necesarias a veces, sobre todo cuando el ambiente ha decaído muchísimo
    YiFan lo está pasando un poquitín mal con todo esto, pero poco a poco, se va a ir solucionando su situación (no puedo decir si para bien o mal (?))
    Van a tener una excursión maravillosa XD

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