miércoles, 8 de junio de 2016

(YoonSeokHyung) Love dreams -Serial- Capitulo 2


Nota: Después de algunos días retocando la historia, os traigo por fin el segundo capitulo de este trío amoroso. Hoseok lo está pasando algo mal, le ocurren cosas que no entiendo ¿y quién mejor para que lo entienda? Espero que os guste y me comentéis que os parece. ^^

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El dolor se le estaba acumulando por momentos en la espalda. Llevaba ya cuatro horas de pie, sin dejar de moverse, y lo único que quería era sentarse un poco o irse a dormir. Pero tenía que seguir ir corriendo de un lado para otro, los clientes no se iban a servir solos.

Con la bandeja en una mano, cargada de copas con bebidas, y abriéndose paso entre la gente que bailaba con la otra, Hoseok terminaba pasando la noche en el pub donde trabajaba. Eran cerca de las dos de la mañana y apenas podía tirar de su alma.

-Oye, Hoseok, ¿podrías atender la barra un momento? Necesito ir al baño un momento -Su compañero, lo pilló cuando fue a soltar un montón de vasos vacíos en la barra para lavar.

-De acuerdo, no tardes mucho -Se colocó detrás de la barra, sacudiéndose un poco la camisa, y se dedicó a colocar todos los vasos sucios que había traído para lavar.

Unos muchachos ya bebidos se acercaron a pedirle que les sirviera algo, pero ni ellos se ponían de acuerdo sobre que iban a pedirle, y él no podía pasarse la noche esperando a que decidieses, así que les preparó algo especial que él sabía hacer con algunos licores, que al parecer les gusto y se marcharon diciendo que volverían a por más.

-Chico, ponme un whisky -Un joven, apoyado en la barra, se dirigió a él justo cuando los otros dos se marcharon. Sin detenerse a otra cosa, sacó un vaso grande, le echó varios cubitos y un chorreón de whisky.

-Aquí tiene -Hoseok lo puso ante el joven, sonriendo, y fue cuando levantó la mirada para verle el rostro, que se fijó en que le faltaba un trozo de oreja en la derecha. Nunca había visto a alguien que le pasara algo así, era muy curioso.

-Muchas gracias, aquí te dejo el dinero -Con algo de rapidez, de un trago, se bebió la copa que le había preparado y soltó un billete.- Quédate con la vuelta.

Hoseok lo observó marcharse, pensando en lo raro que era ese tipo. Cuando fue a coger el dinero, se dio cuenta que había dos billetes, se había equivocado. Pero cuando los separó, lo que había debajo del billete, no era otro billete, sino una servilleta con algo escrito. Seguro que era algo de aquel joven, y volvería a buscarlo, no debería leerlo, sino dejarlo apartado por si volvía a recuperarlo, pero la curiosidad le podía.



“Cuando salgas por la calle, deberías andar con cuidado en donde te metes, Hoseok, cuidado con quien te rodeas, no vaya a ocurrirte alguna desgracia, cuídate el trasero.”



¿Eh? ¿Qué era ese papel? ¿Por qué estaba su nombre escrito? Eso tenía que ser un error. Salió corriendo detrás de ese joven, pero no lo vio por ningún lugar del pub. Incluso salió a la puerta para ver si lo veía. Ese papel tenía que ser tan solo una broma pesada. Aquello era una amenaza en toda regla, y no le gustó nada.

-¡Hoseok! ¡Has abandonado la barra! -Su compañero le abordó al momento cuando volvió al interior del pub.

-Lo siento, lo siento, es que… -Estuvo a punto de contarle lo de la nota con la amenaza, pero se arrepintió al momento, inventándose una excusa cualquiera.- Necesitaba aire, me estaba dando un ataque de nervios. Lo siento.

En seguida se puso a ayudarlo. Tal vez no era más que una equivocación, era para otro Hoseok, por qué había más Hoseoks ¿no? No, no, aquello era una broma pesada, y no iba a caer en ella. Se puso a seguir trabajando para olvidarse de eso, no quería darle vueltas a la cabeza, así que cogiendo su bandeja, se puso a dar vueltas por el pub sirviendo copas, incluso a los dos muchachos de antes que le pidieron lo que les había servido antes.

Cada minuto que iba pasando, el pub se iba vaciando poco a poco. La gente ya cansada se marchaban a sus casas o a cualquier cosa que tuvieran que hacer. Pero a pesar de que todos se fueran, ella tenía que seguir quedándose para limpiar el lugar y ponerlo todo en orden.

-Cómo puede haber gente tan guarra, pero que de cochinos hay por el mundo repartidos -Hoseok no dejaba de refunfuñar mientras pasaba un trapo por las mesas y quitaba todos los papeles y vasos que estaban por en medio. Pero entre sus compañeros y él, acabaron pronto, pero nuevamente, le dieron las tantas de la madrugada. Ese día iba a dormir poco, ya que tendría a Taehyung en su casa de nuevo para despertarlo.

Despidiéndose de sus compañeros, se acabó yendo. Ya había acabado de trabajar, y no tenía más remedio que hacerlo, pero no le quedaba otra. Tan solo deseaba llegar pronto a casa, pero para eso tendría que pasar nuevamente justo por donde sus amigos le habían prohibido pasar. Las ganas de dejarse caer en la cama y dormir le podían.

Así que haciendo caso omiso, fue directo atravesar las calles que se encontraban por detrás del mercado, donde estaba la zona con más delincuencia de toda la ciudad, pero iría con mucho cuidado, como siempre hacia. Además, a esas horas, no debería haber mucha gente fuera, añadiendo que hacía frío.

Encogido, porque el frío se le había calado hasta los huesos, caminaba a paso ligero entre los callejones, sin apenas algo de luz para ver por dónde iba, pero ya había cruzado aquellas calles tanto que se las sabía prácticamente de memoria. Sin embargo, cuando estaba cruzando una de las calles, sintió un movimiento detrás suya que le erizó la piel.

Se giró al momento, para ver de qué se trataba pero no vio nada. Seguro que había sido su imaginación, aunque al seguir avanzando por las calles, volvió a sentir la misma sensación de antes. Al girarse otra vez, vio como una sombra se movía. Eso no estaba bien.

Aceleró el paso, repitiéndose continuamente que aquello solo estaba en su cabeza, pero a cada movimiento que hacía, la idea de que alguien lo estaba siguiendo retumbaba en su cabeza. Tenía que correr, no le gustaba ni un pelo. No sabía que le podían hacer en un lugar así, y si le pasaba algo, seguro que después, sus amigos lo matarían.

Si corría, podría alcanzarlo quien le perseguía ¿y si se escondía? Era la mejor opción que tenía para salir ileso ¿pero dónde? Seguía caminando con rapidez, mirando a un lado y a otro, buscando algún lugar donde esconderse, pero solo veía basura a cada lado. No le quedaba otro remedio.

Sin pensárselo mucho, no fuera a arrepentirse, se metió entre unas cajas cuando giró en un cruce de calles cuando las vio, escondiéndose entre ellas. Cruzo los dedos, deseando que no lo viera y así despistarlo, y al parecer le funcionó.

Quien quisiera que estuviera siguiéndole, pasó por delante suyo, pero no lo vio. Cuando se perdió al final de la calle, Hoseok se quedó allí escondido, esperando un poco, porque si salía de allí, podía volver a encontrárselo.

El silencio de la noche, y en un lugar como ese era apabullante. No era un chico que solía tener miedo, pero entre un suceso y otro, el día estaba siendo completo. Entre el sueño que tan descolocado lo dejó, y el gran día de misterios y cosas extrañas, lo tenían agotado, sin embargo, no sé quedó el día allí.

Cuando pensaba que estaba ya todo tranquilo, y que podía salir sin ningún problema, un ruido al final de la calle lo puso en alerta. Con mucho cuidado de que no se le escuchara, se asomó entre las cajas, viendo una figura moverse.

Por un momento pensó que se trataba de quien le estaba persiguiendo, que volvía sobre sus pasos, pero cuando la figura se acercó más a su posición, vio que era alguien muy encorvado, totalmente diferente a la fina y alta figura de su perseguidor.

Cuando estuvo cerca suyo, pudo ver el rostro de la persona que se acercaba hasta él con un paso inquieto. Yoonseung, miraba a un lado y a otro, como si vigilara que nadie lo estuviera siguiendo.

Su rostro, extrañado y curioso, era un digno poema de ver, y es que Hoseok no se perdía detalle de cada movimiento del chico. Y mucho menos cuando lo vio detenerse ante una puerta de chapa vieja y toco, varias veces con un ritmo casi determinado anteriormente.

Tras unos segundos de espera, en los que contuvo la respiración, la chapa de apartó a un lado desde adentro. Alguien la había movido, oculto entre las sombras, y no lo conseguía ver.

-¿Me has traído lo acordado? -Escucho decir a una voz ronca procedente del lugar donde antes estaba la chapa.

-He hecho lo que he podido, pero tengo estoy rodeado de inútiles y…

-¡Tú sí que eres un verdadero inútil! Es la segunda vez que nos fallas, más te vale que no haya una tercera, o echaras mucho de menos seguir teniendo tu hombría -Utilizando un tono agresivo, y sin dar tiempo a una respuesta, quien abriera la chapa, la cerró, delante de las narices de Yoonseung.

Este farfulló alguna maldición por lo bajo, pero Hoseok lo escuchó todo perfectamente. Al parecer estaba metido en un grave problema, metido hasta las cejas.

Tenía que salir de allí urgentemente, pero no podía hasta que Yoonseung desapareciera. El frío lo había helado, y ya no hablamos del miedo que lo abrumaba por todo lo que había pasado.

Cuando metió las manos en los bolsillos para que no se le helasen más, dio con la servilleta escrita que le dejó el extraño joven. Entonces fue cuando una sensación de terror comenzó a recorrerle el cuerpo.

Su mente empezó a encajar las piezas. La amenaza, que lo persiguieron después de decirle que anduviera con mucho cuidado, y la extraña situación en la que estaba Yoonseung. No solía ser un chico miedica, pero en ese momento el temor hizo mella en él.

No tardó, ni dos segundos, en coger su móvil y marcar el número que tanto conocía. Tuvo que esperar unos segundos horribles, seguro que ya estaba en los siete sueños, pero todo aquello lo estaba superando y necesita ayuda.

-¿Qué mierdas quieres a estas horas? -Al final escuchó su voz de recién despierto, con un tono algo malhumorado.

-Perdóname, de verdad, pero ahora mismo te necesito. Han pasado cosas que no son buenas -Hoseok al hablar, se notó a sí mismo como hasta en su voz se notaba que estaba asustado.

-¿Que te ocurre?

-Solo te digo que vengas a mi casa ya, y que… he pasado por los callejones del mercado…

-Yo te mato.

Y la llamada se cortó.



***



Con un paso apresurado, entró al edificio de apartamentos donde vivía, mirando a todos lados por si alguien lo estaba vigilando.

Cuando ya estaba cerca de la puerta de su viviendo, vio una forma humana delante de esta. Después de todo lo vivido esa noche, se esperaba cualquier cosa, pero cuando bajo alguna luz, vio un cabello rubio. Respiró tranquilo.

-Pensaba que estabas en tu casa ¿de dónde coño vienes? -Nada más verlo, Yoongi reaccionó. Hoseok se puso a su lado, pidiéndole que guardara silencio.

A pesar de su cara extrañada, Hoseok miró a un lado y a otro, observando cada una de las sombras, atento de que nadie los observara. Con rapidez, abrió la puerta de la casa, y empujó a su amigo dentro, asegurándose que cerraba bien la puerta al entrar.

-¿Me vas a decir que motivos tienes para levantarme de la cama a estas horas de la noche? -Yoongi insistía en saber, pero no sabía si hablar o directamente enseñarle la nota, que fue lo que hizo, sacar la nota de su bolsillo y entregársela.

Él, dudoso, y sin entender que hacía, cogió la arrugada servilleta y la desdobló, leyendo con el ceño fruncido su contenido.

-¿De dónde has sacado esto? -Nada más terminar de leer la nota, su mirada fue directa a él.

-Lo dejó un cliente en el pub esta noche escondido tras un billete -En ese momento no sabía si le asustaba la amenaza o la forma de mirarlo de Suga.

-¿Y quién era él? -Comenzaba a notar algo extraño en su amigo. Lo sentía muy tenso y a punto de explotar. Como si se guardara algo dentro, que deseaba soltar pero no lo hacía.

-No lo sé. Era un joven, que le faltaba media oreja derecha, pero nunca lo había visto. Me pidió un whisky y me soltó un billete sin que le diera la vuelta. En seguida desapareció. Incluso fui a la puerta a buscarlo, pero ya no estaba…

Con una dura expresión en el rostro, Yoongi dejó de mirarle y se dio la vuelta dándole la espalda. Sabía que se cabrearía, pero no que se quedara así, sin más.

-¿Y qué hacías en los callejones del mercado a estas horas si se puede saber? -Lo sabía, su voz estaba más ronca. Suga estaba cabreado.

-Estaba cansado y quería volver cuanto antes a casa…

-¿Y lo haces después de esto? -Yoongi alzó la servilleta para que viese a lo que se refería.

-Lo siento mucho, yo… -Por un momento, dudó si debía contarle también lo que le pasó. Pero tenía que hacerlo, lo llamó para contárselo.- Eso no es lo único… caminando por esos callejones… alguien comenzó a seguirme… tampoco vi quien era, pero lo pude esquivar escondiéndome… y cuando me iba, vi de nuevo a Yoonseung, está realmente metido en un gran problema. Yo…

Hoseok no pudo seguir hablando, ya que Yoongi se giró hacia él, rodeándolo con sus brazos para atraerlo a su cuerpo. Pensaba que era el único que estaba temblando por la situación en la que se encontraba, pero al sentir como le abrazaba, notaba que Suga también estaba temblando. Le gustó sentirlo así.

-Por favor, prométeme que no volverás a pasar por allí y si vuelve a ocurrirte algo, me llamaras al momento, pero sobre todo, que no vuelvas a pasar por allí, sino, iré todos los días a esperarte que acabes de trabajar y acompañarte a casa para asegurarme que no lo hagas ¿estamos? -Con una voz baja, murmuró Yoongi en su oído, provocando que le recorriera un escalofrío por el cuerpo entero. La idea de que Yoongi fuera con él, cada noche, a solas, le hacía sentirse especial.

-Está bien… Iré con más cuidado…

-Perfecto -Con parsimonia, sus manos acariciaban su espalda.

No pensaba que Suga fuera a actuar de esa forma. Él solo creía que se enfadaría, le gritaría lo mal que lo había hecho, y luego le haría sonreír, como siempre. Pero ahora lo hacía sentirse protegido, especial y mucho cariño por su parte. Le gustaba ese Suga más que el chico duro que siempre parecía. Deseaba con todas sus fuerzas conocer más de él, tanto, que se le olvidó por completo lo mal que lo había pasado.

-Me quedaré a dormir esta noche contigo, no quiero que estés solo -Sus palabras, fueron dichas con tanta ternura, que por un momento pensó que se derretía ahí mismo.

¿Dormir con Suga? Por fin un sueño hecho realidad, a pesar de todo, aquella noche no iba a acabar tan mal.

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