Nota: ¡Muy buenas a todos! Hoy os dejo una nueva actualización de Your new enemy. Estimo que quedan pocos capítulos para acabar la historia. Espero que os guste el acercamiento que ya hay entre las dos. ^^
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Cualquiera que las hubiera visto en aquella situación hubiese pensado que es el fin del mundo. En ningún momento esperó que aquello sucediera, que por nada en el mundo ambas se fueran a dar un beso de manera accidental. Al ocurrir, le entró el pánico y salió corriendo de allí. Tenía que alejarse del comedor, marcharse del instituto, allí ya no tenía nada que hacer.
Y es que Eunjung pensó que aquello no estaba bien. Por una parte ocurrió porque empujaron a Jiyeon y por otra parte nunca debió de suceder. No estaba bien. Jiyeon no era consciente de lo que estaba haciendo, tenía demasiado alcohol en el cuerpo. Tuvo que cortar aquello porque ella cuándo recordara todo, posiblemente la tomaría con ella. Estaba claro que no le gustaría saber que se habían besado.
Cualquiera diría que ella se fue porque estaba asqueada o disgustada por lo sucedido, pero muy bien sabía que dentro de su ser, el hecho de que se hubiera besado con Jiyeon le gustó más de lo que hubiese querido creer. ¿Cómo era eso posible teniendo en cuenta todo el mal que le había causado desde que entró aquel lugar?
Era tan simple como que había descubierto que en el fondo de su corazón había una chica asustada, que temía por el mundo real. Muy en el fondo aquella chica tenía sentimientos aunque muy ocultos. No podía juzgarla sólo por lo que veía o por como la tratará y es que a pesar de todo, no podía verla como alguien malvada, si no como alguien a quien debía ayudar.
Este extraño sentimiento provocó que acabara cogiendo cierto cariño a la que era su enemiga porque para ella, Jiyeon, ya no era alguien contra quién luchar, si no alguien a quien debía ayudar. Al verla tan borracha quiso abrazarla y llevársela lejos para que no siguiera tomando alcohol. Quería cuidarla, que se desahogarse con ella, pero en el último momento la situación se torció.
Estando ya fuera del edificio, Eunjung se apoyó en uno de los árboles de la entrada. Allí había gente pero no tanta como en el comedor. Tomó aire varias veces por la boca, tenía que tranquilizarse, calmar su corazón y sus pensamientos. ¿Cómo se lo tomaría la otra cuándo recordarse lo que había ocurrido? No quería ni imaginárselo. Miró hacia atrás por si la había seguido, pero no había ni rastro de ella. En cierta manera podía respirar tranquila.
-¿Cómo ha podido pasar? -Se preguntó a sí misma llevándose unos dedos a los labios. Aún sentía el tacto de los de ella. Había sido un beso rápido pero lo suficiente como para despertar en su corazón una agitación que nunca antes había sentido. Sabía lo que significaba, y es que eso le había gustado o lo peor, que Jiyeon le gustara.
¿Desde cuándo había sucedido aquello? ¿desde cuando su corazón se había fijado en Jiyeon? Estaba claro que cuando empezó a conocerla mejor. Nunca pensó que una persona que tanto dolor le hubiese hecho podría acabar gustándole. Pero en ningún caso podía decírselo, no podía confesar sus sentimientos. Si se lo decía no sabía por dónde le iba a salir. Tal vez la ignorase o tal vez aprovecharía aquello para hacerle daño.
Antes de que se arrepintiera, Eunjung se fue corriendo de instituto. Pero no fue nada más llegar a casa cuando se llevó otro golpe sentimental. Justo al día siguiente, sábado, era el día del concurso, dónde se vería enfrentada con Jiyeon. Dónde no le quedaba más remedio que cantar ante todos para ver cuál de las dos era la mejor.
Tumbada sobre su cama las dudas comenzaron a hacer mella en ella. ¿Y si tal vez ya no quería ganar porque no tenía nada que demostrarle? ¿y si sentía algo de pena hacia ella y no quería hacerle sentir mal? Era todo un sí pero no, quería enseñarle a todo el instituto que nadie era más que nadie, pero después de haber visto la verdadera cara de Jiyeon no sabía si quería exactamente hacer eso. Porque sabía que para ella sería como una humillación y se sentiría que estaba acabada. Y no era eso lo que quería.
Tenía que tomar una decisión, esforzarse y ganar o dejar que lo hiciese ella para no herir sus sentimientos. Estaba muy complicado, y el beso que se habían dado no ayudaba en nada. Tenía que pensar qué iba a hacer, y rápido, porque el concurso era justamente a la mañana siguiente ¿por qué tenía que pasarle todo aquello a ella?
***
Cuando su madre fue a despertarla al día siguiente, quiso no levantarse en todo el día. Todo lo que le esperaba por delante, la asustaba un poco. El hecho de tener que enfrentarse a esa situación que ella misma se había buscado, en ese momento, le causaba pavor.
-Vamos Eunjung, qué vas a llegar tarde. Y nosotros queremos ver cómo nuestra hija triunfa. Nunca antes lo has querido hacer esto y el hecho de que por fin te hayas decidido, nos enorgullece a tu padre y a mí, venga, ponte guapa -Su madre aparecía por su cuarto de vez en cuando para decir palabras similares, mientras Eunjung se tapaba la cara con la almohada y es que no quería saber nada de ese maldito día.
Pero la verdad es que no tenía más ganas de escuchar a su madre, aunque protestando se levantó de la cama y se metió directamente en la ducha. Al menos el agua fría despejaría su mente y allí no escucharía nada.
La mañana fue pasando muy lentamente para ella, no veía el momento en el que tenía que tomar su decisión, y es que a pesar de haber estado toda la noche en vela no se había decidido sobre qué iba a hacer respecto a Jiyeon. Su corazón decía una cosa y la razón otra. Pero ella no se decidía.
Se habían pasado sus padres todo el tiempo dedicándole palabras de apoyo, aunque ninguna le servía realmente. Tan solo quería desaparecer en ese momento de la faz de la tierra. Tal vez así sería todo más fácil sin tener que decidir qué iba a hacer al final.
Cuando por fin llegó al instituto no se lo podía creer. Por fin estaba allí después de una interminable mañana. Eran las doce del mediodía, y tan solo faltaba una hora para el comienzo del concurso. Algo le decía que esa hora pasaría incluso es más lenta.
-Eunjung, quería hablar contigo antes de que todo comenzase -De nuevo, y tan pesado como siempre, tenía a su profesor delante de ella en cuestión de segundos. Parecía un muy ansioso y nervioso, además de estar sudando la gota gorda.
-Claro ¿de qué quiere hablar? -Le preguntó ella directamente, ya que cuanto menos tiempo pasara con él mucho mejor.
-Quisiera que hablásemos más en privado -El hombre miraba a un lado ya otro y es que estaban rodeados de alumnos y familiares que habían ido a ver todos los espectáculos que además de su concurso habría.
Poniendo los ojos en blanco, Eunjung se dispuso a seguir a su profesor. No tenía ni la más remota idea de dónde la llevaría pero lo más seguro es que sería algún sitio cutre. Y no falló cuando casi se la lleva al cuarto de mantenimiento.
-¿Se puede saber por qué me has traído a este lugar para tan solo tener una conversación? -Preguntó de manera sarcástica la chica.
-Quería… que aclarásemos nuestra situación -El profesor no dejaba de frotarse las manos mientras miraba inquieto a su alrededor.
-¿Qué situación? -Cada vez aquella trama le gustaba menos a Eunjung.
-Verás, aquí ninguno trabaja con su propio criterio, todos lo hacen por dinero y siempre gana el que más dinero que ofrecer, no sé si estás entendiendo por el que camino que voy -Una gota de sudor comenzó a caer por la frente de aquel hombre, algo que en cierta manera provocó un sentimiento de repulsión en Eunjung.
-Sí ya me puedo imaginar qué es eso ¿pero qué tiene que ver conmigo?
-Mira, yo soy uno de los que el dinero no me afecta, prefiero trabajar por qué es lo que me gusta. Pero si vas al contrario de lo que hacen todos, entonces van a por ti, eso es algo que tú deberías saber muy bien porque por lo que he oído durante todo este tiempo, es que a Jiyeon no le has gustado ni un pelo.
-Explíquese de una vez -Acabó respondiéndole porque estaba harta de que diera tantos rodeos.
-Vale, vale. Bien, pues lo que iba diciendo, que al no hacer lo que hacen todos, intentan buscar una manera de echarme del instituto. Aunque si tú ahora ganas y dejas a Jiyeon en evidencia, todo cambiará para mí. Además, me han dicho, fuentes ajenas, que su familia no está pasando por un buen momento económico. Ya sabes, tema de dinero.
-Bueno, que estén pasando una mala temporada no tiene ni que importarte a ti ni a nadie -Le salió de muy dentro de ella el defender aquello, porque a pesar de todo, ese problema lo podía tener cualquiera y no era algo con lo que se debía jugar.
-Sí pero nosotros debemos aprovechar este momento, es nuestra única oportunidad -El profesor parecía insistir con muchas ansias, pero la verdad que veía en sus ojos era muy diferente.
-Usted lo único que quiere, es que no haya ningún chantaje más y lo dejen tranquilo, que le suban el puesto por sus méritos y pueda llegar a ser mejor que ninguno sin pensar en lo que puede repercutir en los demás -Aquella fue la conclusión a la que llegó Eunjung.
-¿Desde cuándo te importa como acabe Jiyeon cuando es una persona de lo más repulsiva? -Aquel hombre hablaban cómo dándoselo de entendido, pero en realidad no sabía nada y mucho menos de Jiyeon.
-Antes de hablar de ella, límpiese la boca -Y dispuesta a no volver a cruzar una palabra con él, se dio media vuelta y se marchó de allí. Lo escuchaba llamarla desde lejos, pero de poco le importaba lo que él quisiese.
Se sentía utilizada y engañada. ¿Cómo no se había dado cuenta antes? Sí estaba todo tan claro, lo tenía enfrente suya, y no había sido capaz de darse cuenta. El profesor le había estado utilizando para su propio interés y ella había aceptado como una tonta.
Lo que tenía claro ahora mismo dirás que ya había tomado su decisión, y la que ganaría pese a todo, sería Jiyeon. Ya se encargaría ella de que eso sucediera así.
Consultó la hora para saber cuánto tiempo tendría hasta que empezase el espectáculo. Aún le quedaba más de media hora y no sabía ni dónde ir ni qué hacer. Lo más normal es que fuera calentando la voz para que cuando le tocara cantar le fuera mucho más fácil y no tuviera ningún problema, pero dado que se iba a dejar ganar, si no calentaba, le facilitaría mucho las cosas.
Lo mejor que podía hacer era irse a un sitio apartado, y sabía dónde ir. Ese sitio era la zona donde estaban situadas las aulas, ya que era la zona contraria dónde estaba el pabellón donde se celebraría todo y donde ahora, no habría nadie.
Pensando que iba a estar sola, al llegar a aula que siempre estaba abierta para los alumnos, descubrió que allí ya había alguien.
-Oh, lo siento, no sabía que fuera haber alguien aquí -Dijo sin mirar quién se trataba siquiera, tan solo se dispuso a dar media vuelta y buscarse otro sitio. Sin embargo la voz de aquella persona a la detuvo.
-No, Eunjung, no te vayas. Por favor quédate aquí un momento -Cuando la voz de Jiyeon llego a sus oídos, levantó la vista para ver a la chica, que se encontraba sentada en una de las bancas del aula.
-¿Qué haces aquí que no estás preparándote? -Le preguntó entrando a la habitación mientras cerraba la puerta tras ella.
-Lo mismo te podía preguntar a ti. Pero quiero hablar contigo sobre una cosa -La chica parecía muy cansada, apenas lucía como siempre hacía. ¿Es que estaba enferma o le pasaba algo? Tal vez se tratase de la resaca después de todo lo que bebió. Eunjung se acercó hasta donde estaba ella y se puso a su lado.
-¿De qué quieres hablar?
-Nadie me ha dicho nada, porque imagino que nadie se dio cuenta de lo que pasó. Sé que bebí mucha sangría, pero de algunas cosas sí que me acuerdo. Sobre todo me acuerdo de como por error nos dimos un beso -Con cada palabra que pronunciaba parecía abatida. Sí que se acordaba de lo que sucedió, Eunjung temía por cómo reaccionase aunque por ahora parecía bastante mansa.
-Oh, sí, alguien te empujo y… bueno sucedió todo eso, tampoco creo que haya que darle muchas vueltas ¿no? -Intentó quitarle hierro al asunto, pero la otra sacudió la cabeza.
-Sí que hay que darle vueltas. Es más, lo poco que he dormido has ido porque estaba demasiado borracha, pero cuando al despertar he recordado lo que sucedió, no he vuelto a pegar ojo.
-¿Y por qué? ¿qué te hace pensar tanto para qué ni siquiera hayas podido dormir? ¿tanto te molestó? -Confundida por sus palabras, Eunjung ni siquiera la mirada, no sabía qué hacer ni dónde mirar, solo que se estaba alterando mucho más de lo que pudiese imaginar ¿por qué su corazón se había acelerado por momentos al darse cuenta que estaban sentadas juntas y solas?
-No es eso, es solo que… me gustó ¿vale? Sí, me gustó el beso que nos dimos, ya lo he dicho -Sus palabras la acabaron sorprendiendo, ya que ni por asomo era una de las situaciones que se había imaginado que pudieran pasar. ¿A Jiyeon le había gustado el beso que se habían dado? No entraba en su cabeza.
-Te gustó que nos… ¿besáramos? -Casi aún sin poder creérselo, Eunjung la miraba con los ojos muy abiertos, impactada al recibir aquella información de sus propios labios.
-Sí, bueno, para ti habrá sido repulsivo, y posiblemente me hayas puesto verde y por eso recuerdo que te fuiste muy apresurada, pero después de meditarlo mucho y me di cuenta que llevaba tiempo queriendo besarte, lo siento, lo siento mucho. Y no te creas, me cuesta mucho contarte esto porque me da miedo que en una de estas vayas contándolo por todo el instituto y la gente vaya pensando algo de mí que no quiero -La verdad que parecía muy sincera al decir aquellas cosas, no podía evitar que su corazón palpitara con más fuerza a cada palabra que iba saliendo de su boca.
-No me fui así porque no me gustase o algo así… es solo lo que tú estabas borracha y no quería que después al recordarlo, pensarás que te había obligado o alguna cosa similar. No quería problemas contigo, yo… -A pesar de que la otra fue tan directa con ella, a Eunjung le costó que las palabras salieran. Sabía que quería decir, lo tenía todo en su mente, pero no sabía cómo explicarlo.
-En ese caso, es diferente pero aun así, sentía la necesidad de tener que contarte esto porque si no, me acabaría volviendo loca. No sé qué sentiste tú o que pensaras ahora sobre mí, pero yo no podía más, ir a contarlo y que no se me fuera la cabeza o mi orgullo, he preferido contártelo. Porque no eres como los demás
Eunjung no supo que más decir así que el silencio las envolvió. No dejaba de darle vueltas y de meditar lo que le había dicho. Le causaba cierta felicidad, lo notaba en su corazón. Quería contarle todo lo que había pasado por su mente, pero cada vez que abría la boca para decir algo las palabras se le quedan trabadas.
-Bueno, era solo eso, nos vemos en el concurso -Con un tono de voz dolorido, Jiyeon se fue de allí casi corriendo, ni siquiera le dio tiempo a reaccionar a ella para impedirle que se fuera.
Algo le decía que el hecho de que no hubiese confesado lo que realmente sentía por ella, había causado que Jiyeon se entristeciera y se fuera de allí alejándose de ella. Tenía que seguirla a intentar contarle todo lo que quería decirle aunque le costase. Quería decirle que le iba a dejar ganar el concurso, al igual que se había ganado su corazón.
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