Titulo: Sweet revenge
Pareja: YeWook (Yesung + Ryeowook)
Tipo: Yaoi
Genero: PWP, Lemon.
Clasificación: NC-17
Descripción: Todo comienza con un gran deseo sexual y unas ganas que no puede contener más Yesung por su novio, y siendo tan impaciente, no espera a llegar a casa cuando decide hacerle cositas. Pero Ryewook está dispuesto a vengarse por el mal rato que le hace pasar ¿qué les acabará pasando a ambos?
Advertencias: Lemon.
Nota: ¡Hola! Tal y como os dije, volvería a haber Yewook en el blog, y es que es algo inevitable. En un principio, esto iba a ser solo un oneshot, acabó siendo un twoshot, pero la necesidad de más, ha hecho que se vuelva un serial. No será uno muy largo, y puede que las actualizaciones tarden, ya que la gran mayoría del contenido sea sexo, pero os aseguro que os gustará. ¡Muchos besos y gracias por leer! ^^
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La pareja subió al bus deseando volver a casa después de un largo día fuera de esta. A pesar de estar un poco cansados, el humor entre ellos era bastante bueno.
Aprovecharon que no había casi nadie para sentarse en los asientos del final del todo, donde más tranquilos estarían. Ryeowook le comentaba a su pareja que aquella noche en vez de ponerse a cocinar podrían pedir algo de comida a domicilio, ya que era un poco tarde y no tendría demasiadas ganas de meterse en la cocina al llegar. Pero Yesung tenía otras cosas en la cabeza.
Aquel día se había levantado con unas tremendas ganas de hacerle el amor a su novio, pero al despertarse había perdido la oportunidad al tener que salir temprano de casa. Durante el día esas ganas habían estado aumentando. Pero ¿Podría esperar a llegar a casa?
Llevaban ya varios minutos en silencio, uno sentado junto al otro. Ryeowook miraba concentrado por la ventana, con la cabeza apoyada en esta. Pero de vez en cuando miraba a Yesung de reojo y le sonreía. El mayor había acabado dejándose caer un poco hacia Ryeowook hasta dejar la cabeza apoyada en su hombro. Al mismo tiempo, buscó su mano para entrelazar los dedos con la propia, dejándolas descansar sobre uno de los muslos del menos.
Estar así de cerca con él le hacía echar en falta aún más esa intimidad que llevaba deseando desde la mañana. El calor que desprendía su cuerpo. Su aroma. Su respiración. Intentó alejar aquel pensamiento de su mente, pero le estaba costando muchísimo.
Con el dedo pulgar acariciaba el dorso de la mano de Ryeowook, con ternura. Aquello hacía sonreír al menor. Estuvo así durante un par de minutos, hasta que una idea cruzó por su cabeza. Debía esperar, pero eso no significaba que no pudiese ir adelantando un poco.
Dejó ir la mano de Ryeowook para colocar ahora la suya sobre el muslo de este y empezar a acariciar esta vez aquella zona. Ryeowook giró la cabeza un poco hacia él para mirarle cuando sintió aquel contacto. Como respuesta, Yesung subió un poco más la mano y le dedicó una sonrisa.
-¿Qué haces? -Preguntó Ryeowook en un susurro, devolviéndole la sonrisa.
-¿Yo? Nada. -Le respondió el mayor, fingiendo una inocencia que ninguno de los dos creía.
La sonrisa de Ryeowook se amplió un poco.
-Ya, claro. Nada. -Al decir aquello, notó como la mano de Yesung volvía a subir por su muslo, acercándose peligrosamente a su entrepierna. Sabía perfectamente lo que intentaba. Pero no iba a caer tan fácilmente en su juego. O al menos, lo intentaría.- Tienes ganas de jugar, eh.
-Muchas. -Murmuró el mayor con una sonrisa, cerca del oído de Ryeowook. Aquello hizo que se estremeciera. Pensó en lo curioso que era su voz le hiciera reaccionar con más rapidez que las caricias en su pierna. Pero es que la forma en la que lo había dicho le había parecido tan… atrayente.
Yesung echó un rápido vistazo al resto del autobús para asegurarse de que nadie les presaba atención. Aparte de ellos, solo había cinco personas más. Unas chicas que hablaban animadamente entre ellas y otros tres que no levantaban la vista de sus móviles. Y todos delante de ellos. Ninguno con motivos para mirar hacia atrás. Además, los asientos que ellos tenían delante ocultaban parte de sus cuerpos y encima, Ryeowook estaba sentado al lado de la ventana, no en el pasillo. Estaba todo a su favor.
Se dio cuenta de lo que su voz había hecho en el menor. Decidió sacarle algo de provecho.
-¿Tú no? Porque yo llevo todo el día deseando tocarte. -Admitió, de nuevo en su oído. Esta vez dejó que sus labios rozasen la oreja del menor al hablar. Pudo escucharle respirar con más fuerza que de costumbre.
-¿Y no puedes esperar un poco más? -Le preguntó Ryeowook, notando que sus mejillas comenzaban a sonrojarse y en su rostro empezaba a notarse que estaba un poco alterado. Agachó la cabeza avergonzado. No le importaba que su novio le viese así ¿Pero y si alguien más lo hacía?
Yesung negó y sonrió de medio lado al mismo tiempo que bajaba un poco más la cabeza, acercando ahora los labios a su cuello. Disimuladamente, pues tampoco iba a comérselo desesperadamente delante de todos, empezó a darle suaves besitos en aquella zona, sabiendo lo mucho que le gustaban al menor. Mientras hacía aquello, terminó de subir la mano hasta la entrepierna de Ryeowook y colocándola con descaro sobre su miembro, hizo una pequeña presión sobre este.
De los labios del menos escapó un suave suspiro. Después se removió un poco inquieto en el asiento, comenzando a excitarse de verdad por lo que el otro le estaba haciendo. Esta vez Yesung cogió su miembro sobre la tela del pantalón y lo apretó con suavidad, empezando a masajearlo un poco tras hacer aquello, con movimientos lentos y haciendo un poco de presión sobre su entrepierna con la palma de la mano. Mientras le tocaba, se fijó en su rostro.
Ryeowook no había tenido más remedio que presionar sus labios entre sí, intentando desesperadamente que de estos no saliera ningún sonido que les delatase delante de los demás pasajeros. Se estaba muriendo de vergüenza. Pero al mismo tiempo, no podía negar que le estaba gustando. No tenía ni idea de que algo así pudiera provocarle tanto. Tenía miedo a ser descubierto, pero también le resultaba emocionante. Era algo bastante contradictorio que no llegaba a comprender.
Yesung, que realmente estaba bastante atento a los demás aunque no lo pareciera, miró de reojo otra vez para asegurarse antes de, esta vez sin ningún disimulo, morder con fuerza en el cuello de Ryeowook. Al separar los labios de su cuello se dio cuenta de que había dejado una notoria marca en su piel. Pasó la lengua sobre esta, lentamente, sin prisas, y volvió a subir la cabeza un poco para acercar la boca a la oreja de su novio.
-A este paso haré que te corras antes de llegar a casa. -Murmuró con una sonrisa. Tras decir esto, rodeó con los labios el lóbulo de su oreja y tiró suavemente de este antes de soltarlo.
-Te odio… -Le contestó Ryeowook bromeando, tras asimilar lo que acababa de escuchar. El mayor no tenía ni idea de cómo le estaba poniendo todo aquello. O quizás sí que podría intuirlo, pues su miembro estaba empezando a endurecerse bajo las incansables caricias de Yesung. Tener el pantalón puesto estaba comenzando a ser un estorbo.
-Sabes que no. -Dijo Yesung con seguridad. Ryeowook no pudo evitar sonreír y girar la cabeza hacia la del mayor, buscando sus labios. Cuando los alcanzó, le dio un corto pero apasionado beso en estos, casi desesperado. Ahora era él el que deseaba con todas sus fuerzas que estuviesen a solas para no tener que disimular lo que el mayor estaba haciendo en él.
Yesung también estaba empezando a excitarse. Todo aquel juego había empezado con la intención de provocar al menor, pero estaba haciendo también efecto en él mismo. Quería más. Necesitaba más. Las ganas de seguir tocándole iban en aumento y ahora también estaba deseando sentir las manos del menor sobre su cuerpo. Sus manos y sus labios.
Se separó un poco de Ryeowook, quien lo miró sorprendido al ver que se alejaba. No pensaría dejarse así después de lo que había dicho ¿No? Pero en vez de eso, lo que vio fue a su novio quitarse el abrigo. Le tapó las piernas con este, ocultando así su erección.
-¿No tendrás frío? -Le preguntó a Yesung, inocente. Pero el mayor hizo un leve movimiento con la cabeza, negando.
-Lo último que tengo ahora es frío. -Le aseguró.
Entonces Yesung coló la mano bajo el abrigo y alcanzó de nuevo con esta la entrepierna de Ryeowook. El menor le miró intuyendo qué era lo que tenía pensado hacer ahora. ¿Estaba loco? Lo peor es que le gustaba.
Mirando al frente, disimulando que nada estaba pasando, palpó hasta encontrar la cremallera de los pantalones del menor y los desabrochó con cuidado. Después no dudó en meter la mano por dentro de estos. Ryeowook dejó salir un suspiro de alivio, pues no tener los pantalones abrochados había hecho desaparecer un poco aquella molestia. Pero en cuanto sintió la mano de Yesung de nuevo, esta vez bajo la tela, rodeando y masajeando de nuevo su miembro ya endurecido, tuvo que contener un nuevo suspiro que de no haberlo hecho, habría sido considerablemente sonoro.
-Sé que estás deseando llegar a casa tanto como yo. -Le dijo el mayor, de nuevo con ese tono de voz que tan loco le volvía.
Y no estaba mintiendo. Se estaba dejando llevar demasiado y en cualquier momento sus intentos por disimular podrían verse frustrados por algún gemido traicionero. Incluso había acabado separando un poco sus piernas para que el mayor tuviera más facilidad a la hora de tocarle. O llegaban ya o al paso que iban le acababa pidiendo que le hiciera el amor allí mismo, delante de todos.
Estaba tan centrado en disimular, pero al mismo tiempo tan perdido en el placer que el otro le estaba haciendo sentir con sus caricias que no se dio cuenta de que ya estaban llegando. Estaba agachado, con el rostro oculto detrás del asiento de delante, aguantando como podía mientras Yesung, disfrutando todo aquello, jugaba con él como le daba la gana.
-¿Qué? ¿Qué haces? -Se quejó Ryeowook cuando dejó de sentir la mano de Yesung y para colmo, la horrible presión que provocaban los pantalones abrochados volvía a estar presente.- No pares.
Yesung no pudo hacer otra cosa más que reír ante la clara desesperación del menor. Aunque intentó contenerse aquella risa.
-¿Has visto dónde estamos? -Le informó, mirando hacia la ventana. El menor hizo lo mismo, dándose cuenta de que ya casi habían llegado a la parada donde tenían que bajarse ellos.
-¿Tengo que bajar ahora así? ¿Y tengo que esperar? -Respondió el menor con indignación y vergüenza al pensar que alguien pudiera notar lo que pasaba entre sus piernas al levantarse.
Mientras hablaba, mirando a Yesung como si tuviera ganas de matarlo y encima viendo como intentaba aguantarse la risa, el mayor cogió de nuevo el abrigo y se lo puso.
-Ve detrás de mí al menos hasta que salgamos. A estas horas no hay nadie en la calle. Y venga, que ahora en casa te vengas de mí como te dé la gana. -Dicho esto, le dio un tierno besito en los labios y un último apretón en su entrepierna antes de ponerse en pie para bajar. Ryeowook esta vez no se aguantó el suspiro. Aquel último toque no se lo había esperado.
Ryeowook le pegó con suavidad en un hombro intentando aguantarse las ganas de sonreír y fingir que estaba indignado. Su novio podía ser realmente malo cuando se lo proponía. Pero se iba a vengar. Por supuesto que iba a hacerlo. Todo aquel rato que le había tenido sufriendo se lo iba a devolver el doble. O quizás se la guardaría para la próxima vez que estuvieran en público. Lo que estaba claro es que no iba a quedarse así.
Oooowwwwww ese YEWOOK tan amoroso en cualquier lugar jajajaja, pobre Yeye lo que le espera!!!!😂😂😂😂
ResponderEliminarJajajaja sí, más vale que se prepare e_e
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