Nota: ¡Hola! Me he retrasado un día de lo previsto, pero ya lo he traído. Estoy con exámenes y no doy a basto y mis ojos no dan para más al final del día. Pero bueno, aquí les dejo este capitulo que no sé si les gustará o no, espero que sí. Y de camino, os cuento que hay facebook del blog, por si lo queréis seguir y estar atentos a novedades o alguna cosa que me de por poner(?) Aquí lo tenéis. ¡Besos a todos los que leéis y seguís el blog!
•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•
Llevaba toda la noche dándole vueltas a la cama, no conseguía dormir nada. Su cabeza bullía de pensamientos, y su corazón se agitaba tanto que no le dejaba conciliar el sueño.
Lo único que en su cabeza había en esos momentos, era el beso que Yesung le había dado. Aunque no sabía si considerarlo un beso. Pero el hecho de que lo hubiera hecho, no dejaba de rondarle por la cabeza.
Miraba el reloj una vez más, y tan solo eran las cinco de la mañana. Y aún no había pegado ojo. No sabía que pensar respecto a Yesung. Si lo había besado porque había querido, o simplemente para fastidiarle así. Aunque conociéndole, lo más fácil y sencillo es pensar que lo hizo para fastidiarle una vez. Como por ejemplo que no pudiera dormir pensando en ello.
Los ruidos de la noche no ayudaban a que durmiera tranquilo. Parece que hubo una pelea hace unos pocos minutos en su calle, y aún se escuchaban ruidos extraños. El hecho de vivir solo no lo ayudaba para nada. Más lo asustaba. Por mucho tiempo que hubiera pasado así, por muy acostumbrado que estuviera a estar solo, los extraños ruidos que podían ocurrir en la noche, muchas veces, no lo dejaban dormir.
Tenía una imaginación muy amplia, y a la más mínima podía imaginar de una cosa muy simple, todo un mundo lleno de teorías de lo peor. Eso era algo que odiaba de él. Pensar tanto en las cosas, que a veces las interiorizaba, y podía acabar con horribles dolores de estómago.
Se acabó levantando de la cama, con la frente sudorosa. A oscuras, se movió por la habitación y con cuidado de no chocharse con nada, fue caminando hasta la cocina. Probaría con tomar un vaso de agua y despejarse un poco para luego volver a intentar conciliar el sueño.
Con el vaso de agua ya en su mano, buscó a ciegas su móvil. Recordaba habérselo dejado sobre la encima antes de irse a la cama. Cuando lo encontró, pulso el botón de encendido para ver si tenía algo, alguna notificación, y sí que las tenía.
Tenía un mensaje de Leeteuk preguntando como se encontraba, ya lo respondería al día siguiente. Había varios de publicidad de su compañía sobre ofertas, a las cuales no les hizo caso, directamente las borró. Pero hubo uno que le llamó más la atención. No lo había visto al principio por el simple hecho de que era un número que no tenía guardado.
“NO ES NINGUNA BROMA. SÉ DÓNDE VIVES, SÉ LO QUE TE HA HECHO, PERO TIENES UN PROBLEMA. ÉL ES MÍO. Y NO QUIERO VOLVER A VER TUS LABIOS CON LOS SUYOS O NO TE QUEDARÁ MUCHO TIEMPO PARA VOLVER A HACERLO.”
Tras leer el mensaje que había recibido, le temblaba la mano con la que sujetaba el teléfono. Dejó este donde lo había cogido antes, y con paso lento volvió a su dormitorio.
Ese maldito de Yesung, seguro que estaba detrás de eso. Hizo eso para amenazarle después y mantenerlo amargado. Maldiciéndolo por lo bajo, fue directo a meterse bajo las sabanas, más que dispuesto a dormirse sin pensar más en los actos estúpidos de Yesung.
***
Se había levantado con mal pie. De malhumor. No aguantaba nada ese día, totalmente estresado. Maldecía a todo. Aquello no era muy común en él, pero tanta tontería sacaba lo peor de él. No, que va. Yesung sacaba lo peor de él. Se acabó durmiendo maldiciéndolo, y se levantó igual. Solo que con unas ojeras que le ocupaban todo el rostro.
Salió de casa dando traspiés. Hoy era un día que mejor no levantarse, y por desgracia, no se podía quedar en la cama metido. Tampoco le apetecía, tenía la espalda destrozada por la mala calidad del colchón que le habían vendido.
Caminaba con pasos rápidos. A pesar de sus cortas piernas, le cundía bastante avanzar por las calles. Sabía dónde lo encontraría, y descargaría sobre él todo lo que había provocado.
-¡Ryeowook! ¡Para! ¿Qué te pasa?
Leeteuk, con dos zancadas se había puesto a su lado, preocupado al verlo hecho una furia, pero en ningún momento, Ryeowook se detuvo a pesar de las insistencias del otro. Pero acabó parándose, porque tampoco se quería meter en ningún problema y menos como estaba de cabreado.
A minoró el paso, pero no paró, por lo que Leeteuk pudo hablarle mejor y ver mejor el aspecto que tenía.
-¿Qué pasa contigo? ¿Qué te ocurre? Ayer no me respondiste al mensaje y ahora te veo así, de esta manera. Deja de andar y cuéntame –Le agarró del brazo y lo obligó a detenerse, aunque Ryeowook ni si quiera lo miraba directamente, aún estaba tan furioso que pretendía calmarse antes de que se le fuera de las manos y lo acabara pagando con su amigo.
-Lo siento, lo siento. Tuve una mala noche y no tenía ganas de hablar con nadie. Lo siento.
-Bueno, vale. Ahora dime lo que te ocurre ¿Es por lo que pasó ayer en la cafetería con Yesung?
-Tiene que ver con ese engendro, pero no por lo que pasó exactamente n la cafetería –Ryeowook dejó escapar un profundo suspiro de cansancio.
-¿Qué ha pasado ahora con Yesung? ¿Qué te ha vuelto hacer?
-Anoche… Estuvo donde trabajo, y le gasté una pequeña broma. Y cuando volví a casa estaba allí, esperándome, y sin más, me dio un beso ¡En los labios! –Ryeowook estaba muy frustrado y no dejaba de mirar hacia otros lados.
-Pero… ¿Eso que tiene de malo? –Insistió Leeteuk, sin ver el problema que tanto atormentaba a su amigo.
-Bueno. Me besó, eso ya es raro, pero recibí un mensaje al móvil de un número desconocido diciendo que si volvía a tener un beso con él, me entraba, que sabía dónde vivía –Con las manos temblándole, sacó el teléfono y le mostró a Leeteuk el mensaje, quien quedó atónito al leerlo.- Está claro que está jugando conmigo, pero las amenazas son lo que no soporto. Me besa y luego me amenaza. Esto ya se pasa de castaño a oscuro.
-¿Eso ha hecho? Pues no tiene nada de broma -Leeteuk ahora comprendía porque esa manera de comportarse por parte de Ryeowook. Era más que un motivo para estarlo.- Pero creo que debes enfrentarte a él más relajado, puedes decir cualquier cosa que luego te haga arrepentirte.
-Vale, vale, tienes toda la razón –El pequeño volvió a suspirar. Su mayor tenía razón, no podía enfrentarse así a ese desgraciado. Tenía que estar lucido o podría meter la pata. Pero no por eso se libraría de él.
Sin decir nada más, reanudo el camino. Iba a ir a hablar con Yesung, eso estaba claro, aunque ahora un poco más calmado tras haberse desahogado un poco al contárselo a Leeteuk. Este le seguía, quería estar al lado de su amigo por si ocurría algo o se descontrolaba de nuevo.
En poco ya estaba entrando al campus universitario, pero no encontró a Yesung por ningún lado. Parece que no había llegado aún, así que se fue directo a su clase, no quería llegar tarde por culpa suya también.
La mañana pasó lenta para su gusto, y ni siquiera en los descansos se había topado con Yesung. Era como si la tierra se lo hubiera tragado de pronto. Leeteuk creía que eso estaba haciendo que Ryeowook se relajara más, pero era todo lo contrario. La espera y la inquietud, lo ponía más nervioso y más histérico. Esperaba encontrarlo a la salida o le daría un ataque de histeria si no conseguía descargar todo el mal humor que tenía acumulado en su pequeño cuerpo.
Cuando el timbre de la última clase sonó, no tardó ni un minuto en recoger y salir casi corriendo por la puerta de la clase. Leeteuk lo seguía como podía. Para las piernas tan cortas que tenía el pequeño, andaba demasiado rápido.
Una vez fuera, el sol le dio de pleno en los ojos. Estaba a la entrada de la Universidad y había demasiada gente allí congregada. Pero nada de eso le impediría encontrar al imbécil de Yesung.
Lo vio, sentado bajo un árbol prácticamente a la entrada del campus, en los jardines que daban a la carretera, y como no, acompañado por su querido Kyuhyun y Kangin.
-¡Pedazo de imbécil! –Gritó Ryeowook cuando estaba más cerca de ello, dejando a un lado el autocontrol.
-¿Pero qué te he dicho de controlarte? –Protesto Leeteuk, intentando alcanzarlo, ya que había aumentado su paso.
-¡Que me da igual! –Le contesto Ryeowook deteniéndose justo cuando estaba delante de los tres chicos, que lo miraban si entender del todo.- ¿De qué vas? Te crees Romeo y luego amenazas para quedar como el mejor ¿no? ¡Pues te puedes meter tus malditas amenazas por el culo!
-¡Ryeowook! –Leeteuk le puso las manos sobre los hombros para que no se abalanzase contra nada, ni contra nadie. Y más viendo como estaba de furioso. Le daba hasta miedo.
-¿A qué viene esto? –Preguntó Kyuhyun poniéndose en pie, observando atentamente a Ryeowook. Kangin nunca lo había visto así, y estaba sorprendido.
-Eso digo yo. No te he hecho ninguna amenaza –Yesung también se puso en pie, no le hacia mucha gracia que lo acusara de algo que no ha hecho.
-Ah, venga, vamos a disimular que Ryeowook es subnormal ¡Pero eso de que se dónde vives y que como me vuelva a acerca a ti me entero te ha sobrado! –Ryeowook no dejaba de gritarle. Ya la gente más cercana a ellos se había girado para mirar que estaba pasando.
-¡Que te estoy diciendo que yo no te he dicho nada de eso! ¿Es qué no te entra en tu dura cabeza? –Yesung subió un poco más el tono de su voz.- ¿Cómo puedes pensar eso de mí?
-¡Por qué tú eres capaz de todo con tal de joderme! ¡Desde siempre! ¡Y ya me tienes harto! ¡Te soporto las bromitas, pero con esta, te has pasado!
-¡Que te estoy diciendo que yo no he hecho nada!
-¡Claro, e ir dando besos y luego mandando mensajitos de amenazas!
-Mira, Kim Ryeowook, te estás pasando con estas acusaciones.
-¡Por lo menos no he mandado amenazas a nadie, he ido con todo por delante!
-¡Que no te he amenazado, joder! –Por la desesperación que ahora podía con Yesung por el hecho de que no le creyera, le dio un empujón a Ryeowook, quien no se cayó hacia atrás porque Leeteuk lo estaba sujetando, aunque eso no duró mucho.
Cuando Ryeowook se dio cuenta que lo había empujado, hizo que Leeteuk lo soltaran, y sin que nadie se lo esperara, alzó el brazo, y le propinó un puñetazo en el pómulo derecho de Yesung.
Con la mano donde había recibido el golpe, sorprendido y cabreado porque no fuera capaz de creerle, Yesung se lanzó sobre Ryeowook. No quería hacerle daño, pero no iba a dejar que fuera quedando él como un débil delante de tanta gente como ahora los observaba.
Ambos cayeron al suelo. Ryeowook con agilidad intentó quedar encima de Yesung. Estiraba sus brazos hacia su cara con el fin de pegarle, pero el mayor se las apañaba para poder parar cada uno de sus golpes. Aun así, el menor le conseguía dar algún que otro arañazo. Era más ágil y fuerte de lo que Yesung se pudiera imaginar.
Kangin se había puesto en pie al momento y cogió a Ryeowook por la cintura para poder separarlo de Yesung, pero como le estaba costando levantarlo, estaba bien azarado con el mayor y no quería separase. La gente se congregaba a su alrededor, nadie quería perderse nada, mientras Kyuhyun observaba sin poder imaginarse que Ryeowook fuera a reaccionar así nunca y él lo vería. Leeteuk también observaba sin saber que hacer, solo gritaba el nombre de su amigo, por si lo escuchaba y reaccionaba, pero no tenía esa suerte.
Por un momento, la gente empezó a separarse, a abrir paso a unos policías que justo en ese momento, hacían patrulla por la zona, y al escuchar el alboroto que se había montado se acercaron.
Con la ayuda de un policía, Kangin por fin pudo separar a Ryeowook de Yesung, que a pesar de haberle arañado casi toda la cara lo miraba con más ganas de seguir, pero el policía lo tenía bien agarrado.
Sin darles tiempo a nada, lo llevaron hasta dentro de un coche de policía. Pero no fue solo, sino que a Yesung, también lo metieron en el mismo coche, aunque separados por un policía.
Leeteuk, asustado porque no esperaba eso, se acercó corriendo a un policía.
-Señor policía, ¿por qué se los lleva? Solo era una pelea…
-Sí, una pelea que podía haber llegado a más. Una noche en el calabozo no les vendrá mal a ninguno.
-Pero siempre hay peleas y nunca han intervenido hasta llevarse a alguien a la cárcel –Kangin se puso al lado de Leeteuk, nervioso, porque no era como tenía que acabar aquello.
-Lo sé, pero hemos recibido una llamada de que es mejor que ambos pasen una noche en la cárcel y solucionen sus problemas. Hasta luego.
El policía se limitó a ajustarse su gorra y a no responder a ninguna de las preguntas que Leeteuk decía, siguiendo al policía, hasta que el propio Kangin le cogió de la mano, impidiendo que siguiera ya que no iba a servir de nada.
El coche de policía se alejó con su amigo, y él allí, viendo lo mal que había acabado todo. Aunque bueno, mal mal, no estaba todo. Se percató de que Kangin le cogía la mano. Sentía su calor y su fuerte mano, agarrándole con cariño ¿No serían imaginaciones suyas? Eso daba igual ahora. Lo importante es que Yesung y Ryeowook podrían solucionar sus problemas y que Kangin le estaba tocando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Tus comentarios son importantes para que el blog siga creciendo!