martes, 7 de junio de 2016

(YeWook) Sweet revenge -Serial- Capitulo 3


Nota: Os dejo el tercer capitulo de Sweet revenge, que estoy segura que alguna estaba deseando que llegara ya (?) Pero no os doy más la lata, disfrutar del nuevo encuentro de Yesung y Ryeowook y me comentáis que os parece. ¡Nos leemos!

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Aquella noche tenían una importante cena. Era el cumpleaños de un amigo en común. Se celebraba en el chalet de los padres de este y debían estar a las 21:30. Habían salido de casa casi una hora antes. Les pillaba un poco lejos y no querían arriesgarse a llegar tarde.

Yesung aparcó el coche en los alrededores y fueron hasta la casa dando un pequeño paseo. Ryeowook llevaba en la mano el regalo para su amigo, envuelto. Era un videojuego que llevaba bastante tiempo diciendo que quería, pero que no había podido comprar. Era bastante caro. Así que entre los dos decidieron darle una alegría.

Cuando llegaron, se quedaron mirándolo todo antes de llamar al timbre, un poco asombrados. Desde fuera la casa se veía enorme. Frente a ellos, tras la verja que la rodeaba, una fila de escalones subía hasta lo que parecía ser la entrada principal de la casa. Por las ventanas se veían las luces encendidas y desde allí se podía escuchar la música.

Tardaron un poco en abrirles la puerta una vez llamaron. Ya pensaban que no iban a hacerlo y Yesung se planteaba la opción de llamar por teléfono a su amigo para avisarle de que ya habían llegado. Pero en ese momento la puerta se abrió y el chico bajó por las escaleras.

-¡Hey! Bienvenidos a mi super fiesta. -Dijo, animado. Se notaba que estaba feliz.

Les abrió la puerta de la verja y les dejó pasar. Una vez dentro, Ryeowook fue el primero en ir a felicitarle.

-¡Muchas felicidades, Kyuhyun! -Exclamó, dándole un abrazo que fue correspondido por el otro, con una sonrisa.

-Gracias, gracias. -Al separarse de Ryeowook, Kyuhyun miró a Yesung, quien simplemente le estrechó la mano a modo de saludo.

-Felicidades. Parece que este año te lo has montado muy bien. -Le dijo Yesung, sonriendo.

-Pues sí. No puedo quejarme. -El chico rió, empezando a caminar hacia los escalones para volver a entrar a la casa, seguido por la pareja.

-Celoso. -Susurró Ryeowook al oído de Yesung mientras subían.

El mayor le miró de reojo y no dijo nada, pero sonrió. Sabía por qué lo decía. Él y Kyuhyun tenían una buena relación pero siempre había habido un poco de rivalidad por Ryeowook. De ahí que su saludo no hubiese sido tan efusivo. Aun así, no tenía problemas en pasar un rato con él.

Una vez dentro de la casa, se dieron cuenta de que casi todos estaban allí ya. Pero no eran los últimos. Eso era bueno. Al final habían llegado a una buena hora.

Uno a uno, fueron saludando a los demás invitados. Ya tenían puesto sobre la mesa algo para picar y algunas bebidas. Se notaba que más de uno ya había tomado un poco más de la cuenta. Pero lo cierto es que el ambiente era bastante bueno.

-Kyuhyun, te hemos traído esto. -Dijo Ryeowook, acercándose a él con el regalo en la mano.

-Ah, no. Aún no. Tengo muchas ganas de saber qué es pero mejor me los dais todos juntos después que si no es un lío. Déjalo sobre la cama del dormitorio de mis padres, con los demás. -Le dijo mientras rellenaba su copa.

Ryeowook simplemente asintió y fue donde le había dicho, un poco desilusionado. Venía con ganas de ver la cara de su amigo al ver su ansiado videojuego. Salió al pasillo y no tuvo más remedio que empezar a abrir puertas para saber dónde estaba ese dormitorio.

Cuando lo encontró, encendió la luz y vio sobre la cama una pila de regalos. Algunos eran bastante grandes en comparación al de ellos. Debía de haber por lo menos diez. Desde luego, no podía quejarse.

Se acercó a la cama a dejar el suyo y al girarse de nuevo hacia la puerta, casi gritó del susto.

-¿Qué haces ahí parado como un psicópata? -Le dijo a Yesung, quien se había echado a reír.

-Lo siento mucho. -Se disculpó, sin poder dejar de reír.- Quería decirte una cosa.

-A ver, dime. -Dijo el menor, ya recuperado del susto.

Yesung se acercó a él con una sospechosa sonrisa en los labios y le pasó el brazo por su cintura, atrayéndole hacia su cuerpo y abrazándole de esa forma. Ryeowook, sorprendido por aquella actitud tan repentina, le miró de arriba a abajo, entrecerrando un poco los ojos.

-¿Qué pretendes, tortuga tonta? -Bromeó, hablando en un tono que daba a entender que sospechaba de algo.

-¿Recuerdas que te dije que aquello no acabaría así? -Preguntó, sin apartar la mirada de sus ojos.

Ryeowook tardó un poco en saber de qué estaba hablando, pero pronto se acordó. ¿Pretendía seguir con el juego? ¿Allí? Qué interesante.

-Claro que lo recuerdo. ¿Acaso quieres más? -Le dijo. Ahora era él quien sonreía de forma sospechosa.

La sonrisa de Yesung se amplió considerablemente cuando escuchó aquella respuesta. Era justo lo que quería.

-Esta vez quien va a acabar mal eres tú, cariño. Tengo claro. -Al decir aquello, acercó su rostro más al del menor, casi rozando sus labios.

-¿Es una amenaza? -Murmuró Ryeowook sobre sus labios, intentando mirarle a los ojos y no bajar la vista hasta esos labios que tan deseables eran para él.

-Es una advertencia. -Dicho aquello, dejó sobre los labios del menor un cortito pero bastante intenso beso. Después se separó de él y dio media vuelta, saliendo de la habitación.

Ryeowook tardó un poco en reaccionar. Vaya, aquello no se lo esperaba. Creía que después de lo del restaurante no volvería a atreverse a jugar con esas cosas. Y aquel beso le había dejado sin palabras. Quería más. Pero ahora sabía que no podía caer tan fácilmente.



***



Kyuhyun había pedido unas pizzas para cenar, ya que las ganas de cocinar eran mínimas. A todos les pareció una buena idea. Los que faltaban por llegar ya lo habían hecho, la cena ya estaba sobre la mesa y todos estaban de muy buen ánimo.

Ryeowook no podía dejar de pensar en la pequeña conversación que había tenido con su novio en la habitación. No había vuelto a intentar nada con él desde ese momento. Algo que le ponía bastante nervioso, en el buen sentido. Sabía que en cualquier momento iba a atacar. ¿Cuándo? Ni idea.

De vez en cuando Yesung miraba a Ryeowook y le sonreía. O pasaba un brazo por su cintura, sobre sus hombros, le daba algún beso en la mejilla. Nada fuera de lo normal, pues esa era su forma típica de comportarse con él. Sabía perfectamente lo que el menor estaba pensando y esperando. Sabía que estaba alerta. Era exactamente lo que había planeado.

El sonido del cristal chocando contra el suelo y rompiéndose en pedazos sorprendió a todo el mundo.

-Qué torpe eres. -Le dijo un chico a otro. Todos comenzaron a reír.

-Kyuhyun, lo siento. -Dijo el joven que había roto el vaso.

-Bah, no importa. Por uno menos no pasa nada. -Le dijo Kyuhyun, quitándole importancia. Después se levantó de donde estaba.- Voy a buscar la escoba. Que no tengo ni idea de donde está.

En cuanto Kyuhyun salió del salón, las bromas sobre la torpeza del chico empezaron a surgir. Algunos se pasaban un poco debido a lo borrachos que estaban ya. Ryeowook se sintió un poco mal por él. No le conocía de nada. Parecía ser el más joven de los que habían allí y por lo visto era bastante nuevo en el grupo. Solo conocía a Kyuhyun y a una o dos personas más. No quería que se sintiese peor.

-¿Te traigo otro? -Le dijo con toda la amabilidad del mundo.

El chico simplemente asintió, claramente avergonzado.

Al llegar a la cocina y saber dónde estaba lo que buscaba, tuvo que ponerse de puntillas para alcanzar los vasos, ya que estaban guardados en un lugar demasiado alto para él.

”Malditas piernas cortas” pensó.

Notó una mano en su cintura y se giró al momento, un poco sobresaltado ante aquel contacto inesperado.

-Qué susto me has dado. Otra vez. -Se quejó, sin poder evitar sonreír al ver a su novio allí. Sabía que Yesung no iba a dejar pasar una oportunidad así.

-Lo sé. Me encanta sorprenderte. -Bromeó el mayor entre risas, pues le había hecho mucha gracia su reacción.

-Eres malo. -Le dijo Ryeowook antes de seguir con su misión y alcanzar los vasos.

-Y peor que puedo ser. -Murmuró Yesung, acercando los labios a su oído. Al mismo tiempo se pegó un poco más a su cuerpo.

-Ya ya. -Ryeowook no quería entretenerse mucho. Aunque no podía negar que le gustaba aquel tonteo.

Estaba intentando ignorar a Yesung. Ya tenía por fin el vaso en la mano cuando notó un pequeño, suave y juguetón mordisquito en el cuello. Aquello le desconcentró tanto que casi se resbala a él el vaso de la mano y acaba igual que el otro.

-Ay. Eso no vale. -Dijo el menor, que acababa de sentir un ligero escalofrío recorrerle el cuerpo por lo que el otro acababa de hacer. Le gustó, pero intentó apartar un poco a Yesung para que la cosa no fuese a más.- Tramposo. Sabes que ahí no puedo resistirme.

-Bueno, pues aquí. -Esta vez, acercó los labios a su oreja. Pilló el lóbulo entre los dientes con cuidado y lentamente tiró un poco de este, hasta soltarlo. Mientras hacía aquello, puso ambas manos sobre la encimera de la cocina, a cada lado del cuerpo de Ryeowook, quien le daba la espalda. De esta forma, le había dejado totalmente acorralado. Y ya de paso, apretó sus caderas contra las del menor, pegando su entrepierna al trasero de este.

Aquello fue mucho peor. No pudo evitar estremecerse y suspirar ante aquel acto. Lo estaba consiguiendo y eso era algo que no podía permitir. Pero es que le resultaba tan irresistible… Allí, acorralado por él, con su cuerpo tan cerca del suyo, sintiendo los besos que Yesung había empezado a darle por la nuca y por los hombros, apartando con una mano un poco la tela de la camiseta para besar directamente su piel. Se estaba empezando a calentar. Y por lo visto no era el único, pues podía notar como el miembro de Yesung se iba endureciendo contra su trasero. Eso le excitaba aún más. O lo paraba ya o no aguantaría.

-Me están esperando… -Susurró al mismo tiempo que cerraba los ojos, dejándose llevar por todas las sensaciones que el otro le estaba provocando.

-Que esperen. -Le contestó Yesung, apretando sus caderas más contra las de Ryeowook, buscando más contacto con él y desesperándole aún más. Y ya de paso a él mismo, pues le estaban entrando unas ganas tremendas de hacerlo con él allí mismo. Porque sabía que no se podía, sino ya le habría desabrochado los pantalones.

Ryeowook, muy a su pesar, empujó con cuidado a Yesung hacia atrás y lo apartó de él.

-Al final vendrán a buscarnos. -Le dijo, con las mejillas sonrojadas y una tímida sonrisa que no había podido esconder.- Además, creo que han dicho que querían darle ya los regalos. Y sé que encontrarás otro momento en el que acosarme.

-Bueno, te escapas. De momento. -Le dijo, dándole un besito en los labios antes de apartarse del todo y dejarle pasar.

Ambos se sonrieron cuando sus labios se separaron. Lo cierto es que si por ellos fuera, ninguno de los dos habría parado lo que estaba pasando. Después de aquello Ryeowook ya había asimilado que esa noche iba a caer él. Ni resistirse ni nada, lo deseaba. Lo que no iba a hacer sería reconocérselo a la primera.

Volvieron al salón los dos juntos y tuvieron que aguantar algunas bromas ellos también. Que si habían tardado, que a saber qué había pasado. Si ellos supiesen tendrían verdaderos motivos para decir esas cosas.

Los cristales del suelo ya habían sido recogidos y alguien había llevado todos los regalos hasta el salón. Ryeowook le dio el vaso al chico y se puso en cualquier lugar para ver como su amigo los abría. Aunque su atención estaba más puesta en Yesung, quien estaba de pie cerca de él. Los dos se miraban de reojo, casi pudiendo saber lo que estaba pensando el otro.

Uno a uno los regalos se fueron abriendo, hasta llegar al de ellos. Kyuhyun casi saltó de la alegría al verlo. Aquello les alegró bastante.

-¡Va! ¡Vamos a jugar! -Exclamó Kyuhyun.

En cuestión de unos minutos todos se habían sentado donde fuese, mirando hacia el televisor. El juego estaba puesto y Kyuhyun tenía el mando. El juego estaba puesto y todos atentos a la pantalla.

Yesung y Ryeowook se sentaron uno al lado del otro, en un par de sillas. Ninguno de los dos podía olvidar lo que había pasado hace unos minutos en la cocina. Ambos estaban callados mientras los demás se emocionaban por el videojuego, imaginando como podría haber acabado la cosa si no hubiesen estado tan acompañados.

Ryeowook necesitaba despejarse. No podía dejar de pensar en Yesung e imaginar con él cosas que no convenía pensar en ese momento.

-Kyuhyun, voy a que me dé un poco el aire ¿Vale? Me duele un poco la cabeza. -Dijo como excusa, levantándose de la silla.

Su amigo no le prestó demasiada atención. Estaban todos muy concentrados en el juego, así que simplemente se fue, bajo la atenta mirada de Yesung. ¿Debía ir con él? ¿Lo había dicho de verdad?



***



Al salir de la casa, supo que aquello le iba a venir bien. El aire dándole en la cara fue bastante agradable. No hacía frío, sin embargo. Era una temperatura bastante buena.

Decidió aprovechar y ser un poco cotilla. Había visto la casa, pero sabía que el chalet no acababa ahí. Según Kyuhyun, había una piscina. Quería verla.

Rodeó la casa hasta la parte trasera de esta, dando con el lugar. Allí se estaba bastante bien. Era muy tranquilo. Se acercó al borde de la piscina y se sentó. Al final acabó quitándose los zapatos y metiendo los pies en el agua. Cerró los ojos y echó la cabeza un poco hacia atrás, respirando hondo.

Una sonrisa apareció en sus labios al recordarlo todo. Le estaba gustando aquel juego. Ponía un toque de emoción a su relación y eso, le encantaba.

¿Le seguiría cómo había hecho las dos veces anteriores? Abrió los ojos y miró hacia atrás. No se veía nadie. Quizás se había creído lo del dolor de cabeza. Puede que estuviese preocupado. Ay, su tonto. Cuanto le quería.

Volvió a cerrar los ojos y se relajó. Pero por su cabeza no podían dejar de pasar imágenes un poco… pervertidas. Aquellos besos, su actitud y el calor de su cuerpo habían sido más que suficientes para provocarle por completo.

Perdió la cuenta de los minutos que iban pasando. El solo sabía que estaba muy bien allí, perdido en su imaginación.

-¿Estás bien? -Se escuchó decir a Yesung detrás de él.

El menor sonrió con amplitud en cuanto escuchó su voz.

-Estoy perfectamente. -Le aseguró. Abrió los ojos y giró un poco la cabeza para mirarle.- Ven, siéntate conmigo.

Yesung le hizo caso y fue a sentarse junto a él, ya más tranquilo con lo que le había dicho.

-¿Entonces a qué venía irse así? -Preguntó Yesung con curiosidad, acabando por imitarle y meter los pies también dentro de la piscina.

Ryeowook sonrió. Yesung hizo lo mismo. No hacía falta ni hablar para saberlo.

-Me lo has puesto fácil. Lo sabes ¿Verdad? -Dijo el mayor, poniendo una mano sobre uno de los muslos del otro y empezando a acariciarle.

-Eso ya lo veremos. -Le respondió Ryeowook, intentando negarlo. Aunque él mismo sabía que su novio tenía razón.

Sin decir nada más, Yesung giró un poco su cuerpo hacia el de Ryeowook y puso la otra mano sobre una de sus mejillas. Ryeowook miró directamente sus ojos, perdiéndose en estos un momento. Bajó la mirada a sus labios. Ya estaban peligrosamente cerca de los suyos. Se moría por besarlos.

En un último intento por no caer ante sus encantos, apretó los labios entre sí y echó la cabeza hacia atrás. Lo hizo mientras intentaba no reírse. Yesung por otra parte, sonrió inevitablemente al ver que aún iba dispuesto a intentar escapar.

Yesung echó la cabeza hacia delante y Ryeowook hacia atrás y girándola, intentando escapar de él. Al final el menor acabó riendo por aquella situación.

-Nuuu. -Dijo, moviendo la cabeza de un lado a otro mientras Yesung, también riendo, intentaba alcanzar sus labios para besarlos.

Ambos chicos acabaron cayendo al agua sin querer, por tanto hacer el tonto. Primero fue Ryeowook y Yesung, arrastrado con él.

Cuando sacaron la cabeza a la superficie para respirar, tras la sorpresa de caer dentro de la piscina, se quedaron mirándose en silencio sin saber cómo reaccionar para al momento, echarse a reír.

-¿No decías que querías meterte en la piscina cuando veníamos hacia aquí? Al final lo has conseguido. -Le dijo el más mayor, sin poder dejar de reír.

-Sí. Y tú conmigo. -Respondió Ryeowook, salpicándole agua con la mano al mismo tiempo que él también seguía riendo.

Pasaron unos minutos jugando y tirándose agua, haciendo bromas, hasta que se calmaron un poco.

Ryeowook, con una mano, se echó el pelo empapado hacia atrás, dejando al descubierto su frente. Yesung se quedó mirándole. Estaba tremendamente sexy en ese momento. ¿Cómo iba a resistirse a algo así?

Ryeowook miró a Yesung y vio como hundía la cabeza hasta la nariz y entrecerraba los ojos, como si le estuviese acechando. Aquello le hizo gracia y decidió seguirle el juego.

Poco a poco fue echándose hacia atrás. Conforme lo hacía, Yesung se movía hacia él. Aunque no se le veía la boca, por sus ojos podía notar que estaba sonriendo.

-No. No me comas. -Suplicó el menor entre risas, caminando de espaldas hasta dar con esta en la pared del interior de la piscina.

Yesung, se movió hasta ponerse delante de él y sacó la cabeza completamente del agua. Apoyó las manos en el borde de la piscina, dejando de nuevo a Ryeowook acorralado.

-¿Ahora qué? Ya no puedes escaparte. -Le dijo con una sonrisa traviesa en los labios, muy cerca de los del otro.

-Uhm… A lo mejor ya no quiero hacerlo.

Ryeowook rodeó la cintura de Yesung con las piernas y apoyó los brazos en sus hombros, a cada lado de la cabeza del otro.

Las manos de Yesung fueron a parar directamente al trasero del menor. Sus rostros casi podían rozarse y no apartaban la mirada de los ojos del otro. Al final, ambos acabaron riendo una vez más al mismo tiempo.

-Estamos locos. -Murmuró Yesung sobre los labios de Ryeowook.

-Sería un poco aburrido si no fuese así ¿No crees? -Le respondió al mismo tiempo que entrelazaba los dedos de una de sus manos en el cabello empapado del otro.

No tardaron mucho en empezar a besarse. Aquel beso que ambos habían estado deseando tanto. Empezó siendo suave, calmado y tierno. Pero pronto se volvió apasionado y sus labios empezaron a moverse sobre los del otro con ganas. Ladearon sus cabezas, profundizando el beso. Sus labios se abrieron y dejaron paso a sus lenguas, jugando con ellas y acariciándolas.

Una de las manos del mayor subió y se coló bajo la camiseta de Ryeowook, empezando así a acariciar su torso bajo el agua. Ryeowook al mismo tiempo intentó hacer más fuerte el agarre con sus piernas para acercar más a Yesung a su cuerpo. Necesitaba sentirlo muy cerca de él.

Todo se estaba acelerando muchísimo. Se notaban las ganas que se habían tenido durante toda la noche y como todo eso estaba saliendo en ese preciso momento. Ryeowook sumergió una de sus manos, yendo a parar directamente sobre el miembro de Yesung. Al tocarlo pudo notar como este ya estaba totalmente erecto y no perdió la oportunidad para empezar a masajearlo sobre la ropa. Lo agarró y apretó con suavidad con los dedos, sacándole al otro un suspiro.

Yesung no perdió el tiempo. Se separó del menor un momento y le hizo a darse la vuelta para que le diese la espalda. Ryeowook no se resistió, por supuesto. Apoyó las manos en el borde de la piscina y notó como de nuevo, allí estaba el cuerpo de su amado haciendo presión contra el suyo. Como le gustaba aquello. Las manos de Yesung se movieron hasta la parte delantera del cuerpo de Ryeowook. El menor se dejó desabrochar los pantalones, anticipando lo que ambos tanto deseaban. Estaba tan excitado como el otro.

Sus pantalones y su ropa interior fueron bajados hasta las rodillas y él echó las caderas un poco hacia atrás, posicionándose para dejarse hacer por el mayor. Dejando su cuerpo a su total disposición. Lo siguiente que sintió fue el miembro endurecido de Yesung rozándose y más tarde, pegándose a su trasero. Sin nada por en medio, piel con piel. Tras esto, un nuevo mordisco en el cuello. Aquello hizo que ahora fuese él el que suspirase. Echó la cabeza hacia delante y la apoyó fuera de la piscina, dejándole libre acceso a su cuello, empezando a ser besado de nuevo. Sus suspiros se volvieron más intensos y más seguidos cuando el mayor empezó a mover las caderas, presionando su miembro constantemente en su trasero. Y si por si acaso aquello no fuese suficiente, una de las manos de Yesung se movió hasta su miembro y empezó a acariciarle. Pasó los dedos por toda su extensión, los bajó hasta sus testículos, los volvió a subir lentamente hasta la punta de este. Así hasta finalmente rodearlo con la mano y empezar a masturbarlo a un ritmo medio.

Quería sentirlo ya dentro de su cuerpo. Lo necesitaba. Lo deseaba más que cualquier cosa en ese momento.

-Hazlo ya… Aquí mismo. Me da igual. Hazlo… -Le suplicó entre suspiros de placer.

Yesung sonrió en cuanto escuchó aquellas suplicas que tanto quería escuchar. Había estado entreteniéndose un poco precisamente para poder oír aquello que tanto le gustaba. Pocas cosas habían mejor que su novio diciéndole lo mucho que le deseaba y que quería que le hiciese el amor.

-Tus deseos son órdenes. -Susurró acercando los labios a su oído.

Llevó una mano a su trasero y coló algunos dedos entre sus glúteos, buscando a ciegas su entrada. Rozó con los dedos la zona que buscaba una vez la alcanzó, dispuesto a prepararlo un poco antes de seguir.

-¡Va! ¡Todos al agua! -Se escuchó a lo lejos.

Todo movimiento se detuvo y por un momento no supieron qué hacer, asimilando lo que acababan de escuchar. De repente estaban súper nerviosos, separándose a toda prisa, subiéndose los pantalones y maldiciendo por haber sido interrumpidos de esa forma.

-Creo que dos personas ya se nos han adelantado. -Dijo uno de los amigos de Kyuhyun una vez llegó donde estaba la piscina y se vio a la pareja dentro del agua con cara de pocos amigos.

Kyuhyun llegó donde ellos y empezó a reír al verlos en aquella situación.

-¿Hemos interrumpido algo?

-No. -Se apresuró a decir Yesung. No dando más detalles. Aunque sabía que tampoco era culpa de ellos, no le había sentado demasiado bien.

-Empecé a estar mejor y bromeando un poco acabamos los dos en la piscina. -Intentó explicar Ryeowook, no contando más. No es que fuese mentira lo que acababa de decir ¿No? Simplemente le había ocultado ciertos detalles.- Espero que no te haya molestado.

-No. Para nada. Si nosotros veníamos a lo mismo.

Los chicos empezaron a tirarse dentro de la piscina, haciendo el bruto. La pareja no tuvo más remedio que resignarse y seguirles el rollo. Eso sí. No pensaban salir del agua o acercarse demasiado hasta que hubiese pasado todo lo que les había estado recorriendo el cuerpo momentos antes. Por si acaso alguien notaba algo.

Pasaron por lo menos dos horas más hasta que la gente empezó a irse. Los que se iban, porque otros decidieron seguir la fiesta con Kyuhyun hasta el día siguiente. Ya eran las 4 de la madrugada, aproximadamente. Al final la pareja se lo había acabado pasando bien. Seguían un poco indignados por aquel corte tan brusco, pero ¿Qué se le iba a hacer? Mejor olvidarse por ahora, viendo que era imposible tener intimidad allí. Después de todo, habían ido a un cumpleaños, no a hacer lo otro.



***



Tras una larga hora de camino para volver a casa, por fin habían llegado. Por suerte su ropa se había secado antes de salir de allí, aunque olía muchísimo a cloro. Faltaba poco para que empezara a hacerse de día, pero lo curioso es que ninguno de los dos tenía sueño.

Entraron al portal del edificio donde vivían y le dieron al botón para que el ascensor bajase. Ryeowook apoyó la cabeza sobre el hombro de su novio mientras esperaban.

-Vaya noche, eh. -Dijo Yesung, girando un poco la cabeza para darle un cariñoso besito en la frente.

-Ha estado bien. Pero me debes algo. -Le respondió, mirándole y poniendo unos leves morritos. Parecía tan inocente. O al menos hasta que sabías a qué se refería.

En ese momento entraron al ascensor, cerraron la puerta y Yesung dio al botón de su piso. Cuando iba a responderle a lo que le había dicho, algo pasó.

Todo quedó completamente oscuro. No se veía absolutamente nada. El ascensor se había detenido entre dos pisos.

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