Nota: ¡Buenas a todos! Mis pensamientos no eran de publicar esto hoy, iba a ser un pedido que me hicieron, pero como no lo tengo acabado y este serial es uno de los más demandados pues actualizo este. Una cosa que os quiero comentar es que a partir de este sábado habrá algo nuevo en la que vosotros podréis participar. Será como un concurso, aunque por facebook he comentado algo más. Este sábado dejaré una entrada con todo muy bien explicado, espero que participéis, me hace mucha ilusión.
¡Nos leemos en vuestros comentarios! ^^
Al día siguiente, en el trabajo, EunHyuk y RyeoWook se encontraron por los pasillos unas cuantas veces, pero ninguno era capaz de decir nada. EunHyuk se sentía mal por hacer lo que hizo y se sintió aún peor cuando vio la cara de su compañero. Tenía los ojos enrojecidos y ojeras, señal de que no había dormido bien y había estado llorando. Quiso acercarse y pedirle perdón, pero sabía que si lo hacía ahora, RyeoWook seguramente lo rechazaría. Prefirió esperar un poco a que la discusión no fuera tan reciente.
RyeoWook aquel día estaba muy callado y distante con la gente. Incluso con sus pacientes. Intentaba ser amigable con ellas, ponerles buena cara y aconsejarlas bien. Pero le era imposible concentrarse en su trabajo.
Por un lado, EunHyuk y sus dolorosas palabras. Por el otro, el recuerdo de aquel beso con YeSung. Un beso que ahora lo torturaba.
Llegaba el momento de acabar su visita con Dara y ya había ido con Hyuna. Sabía lo que venía entonces. ¿Pero realmente estaba dispuesto a seguir con eso? Debía decidirse pronto. No quería causar más daños. Y aquella relación era lo único que provocaba. Pero, aún así, algo en su interior no quería detenerlo. Quería llevarlo a más. Mucho más.
Cuando fue a visitar a YeSung lo hizo entrando a la habitación en silencio. Sin sonrisas ni palabras bonitas. El mayor no tardó mucho en notar que algo iba mal.
-¿Ha pasado algo?
RyeoWook no dijo nada y negó con la cabeza, obligándose a sonreírle. Pero YeSung estaba loco, no tonto.
-No te creo.
YeSung se acercó a él y pasó un brazo alrededor de su cintura. Lo acercó a él y lo apretó contra su pecho, abrazándolo. RyeoWook se dejó, pero no correspondió.
-Dímelo. -Insistió el mayor, clavando la mirada en su rostro, examinando su expresión.- ¿Te han hecho algo? Mírame. -La mano libre la colocó en la barbilla del menor y le obligó a levantar la cabeza con un movimiento un poco, sin usar mucha fuerza porque RyeoWook no se resistió.
El más joven alzó la mirada y la dirigió a los ojos de YeSung. Era una mirada triste, cansada. Y YeSung lo notó.
”Si pudiera decirte lo que me pasa sabiendo que no vas a reaccionar mal…” pensó RyeoWook mientras miraba sus ojos en silencio. Deseaba poder ser totalmente sincero con él y desahogarse, pero no, no quería hacer más daño del que ya había hecho. Y explicarle sus sentimientos solo volvería a provocar la ira de YeSung.
Sentía que toda su vida se desmoronaba frente a él. Sus amigos, su trabajo, su corazón… todo estaba apunto de romperse. Y todo por la misma persona.
No pudo evitarlo. Quería, pero no pudo. Pasó los dos brazos alrededor del cuerpo de YeSung y lo apretó con fuerza, sin querer soltarlo. Odiándose porque ya no sabía dar marcha atrás y alejarse de él.
-Dime qué ha pasado, RyeoWook. -Volvió a decir YeSung. El tono de su voz era demasiado serio, igual que cuando se empezaba a enfadar. Pero abrazaba a RyeoWook con más fuerza que antes y le acariciaba lentamente la espalda.
-No puedo… -Susurró el menor, escondiendo el rostro en el cuello del otro.- Tengo miedo, YeSung…
-¿De qué? Yo no voy a hacerte nada. -Le respondió YeSung, suponiendo que se refería a eso. Sabía el miedo que RyeoWook le había tenido en el pasado y no quería que volviera a ser así. Poco a poco intentaba aprender a controlarse. De verdad lo intentaba. Se estaba esforzando, por mucho que le estuviera costando no ponerse a gritar en aquel preciso momento.
-No es lo que me hagas tú… Es lo que nos hagan los demás. YeSung, esto… -Respiró hondo, intentando sacar fuerzas de donde fuera para continuar.- Esto no está bien.
Se abrazó a él un poco más fuerte y hundió la cara por completo en su cuello tras hablar. Sentía la respiración de YeSung, notaba cómo respiraba profundamente. Y supo que estaba intentando controlarse. Una parte de él se sintió orgulloso por ello, la otra, asustado.
Notó que por parte de YeSung el abrazo también se estrechaba un poco más y en cierto modo, se sintió también seguro. No dijo nada más. Ahora solo esperaba una respuesta que parecía no llegar.
-Lo sé. -Se escuchó decir al mayor, finalmente. Parecía tenso.
-Lo saben…
YeSung frunció el ceño cuando escuchó aquello y echó hacia atrás su cabeza un poco para poder mirar a RyeoWook. El menor levantó la vista hasta su rostro, sabiendo que debía dar una explicación.
-Un chico, me vio venir aquí… Me lo dijo y no sé qué piensa hacer. No sé si nos delatará, si no lo hará… Parecía que tenía intenciones de hacerlo.
YeSung soltó un bufido y apretó los puños. Le estaba costando muchísimo contenerse y estaba empezando a alterarse.
-No se atreverán a hacer nada. No voy a dejarles que te alejen de mí.
RyeoWook no dijo nada después de aquello. No quería llevarle la contraria con eso. Sabía perfectamente lo que pasaría si los descubría quien no debía saberlo, pero no se lo dijo. No era capaz.
Aquella mañana HeeChul estaba en su habitación sin ganas de levantarse de la cama.
Habían ido a despertarle una vez, pero no habían vuelto a insistir así que aprovechó para hacer el vago un poco más.
Tenía el pelo largo y revuelto, con algunos mechones negros cayéndole sobre el rostro. Adoraba su pelo largo, pero quizás ya era el momento de cortarlo un poco.
Allí dentro no había relojes, pero sabía que había pasado ya un buen rato desde que fueron puerta por puerta para despertarlos a todos. Nadie había vuelto a buscarle desde entonces. Tampoco le importaba mucho. Cuanto más tardaran, más podría descansar. Pero le resultaba un poco sospechoso.
No sabía exactamente cuanto rato había pasado tumbado en su cama sin hacer nada. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que pudo levantarse tarde. Disfrutaba de aquella sensación.
Hasta que la puerta se abrió de nuevo y supo que se le había acabado el descanso.
Para su sorpresa, era Siwon quien estaba en la puerta. Se extrañó por aquello. Sabía que aquel hombre no solía encargarse de esas tareas.
-HeeChul, levántate ya. LeeTeuk me ha pedido que te busque para que vayas a su despacho.
El chico se puso tenso al oír aquello. No podían ser buenas noticias.
Siwon esperó fuera mientras HeeChul, preocupado y curioso, se ponía en pie y se arreglaba un poco el cabello con las manos.
Después salió de la habitación para reunirse con el otro e ir juntos donde estaba LeeTeuk.
-Ya estamos aquí. -Anunció Siwon cuando abrió la puerta del despacho, junto con una pequeña sonrisa.
-Gracias Siwon. HeeChul, por favor, pasa y siéntate.
HeeChul obedeció sin comprender qué estaba pasando, mirando a uno y a otro. ¿Irían a regañarle por algo? El no recordaba haber hecho algo malo.
-Tengo muy buenas noticias para ti. -Le dijo LeeTeuk con una sonrisa antes de levantarse a coger uno de los archivadores de la estantería.
-¿Ah, sí?
HeeChul lo seguía son la mirada allá donde iba. Después de escuchar aquello estaba mucho más calmado. Su preocupación había desaparecido. Ahora solo quedaba una inmensa curiosidad.
LeeTeuk dejó el archivador sobre la mesa, se sentó de nuevo en la silla y empezó a rebuscar entre las hojas.
-Pronto podrás irte. -LeeTeuk fue directo.- Ha pasado mucho tiempo desde el último… incidente. Y tras meses de observación hemos llegado a la conclusión de que ya estás preparado para marcharte. Felicidades.
Lo primero que acudió a su cabeza fue la imagen de HanGeng. No quería alejarse de él. Le necesitaba, igual que él mismo necesitaba a HanGeng. Lo segundo que pensó fue en el tiempo que llevaba allí. Casi tres años encerrado en ese lugar. La vida que él conocía antes de entrar podría ser muy diferente a como la recordaba. Todas las personas que ahora apreciaba estaban allí, en el psiquiátrico.
Se suponía que debía estar feliz por poder marcharse de un sitio tan horrible. ¿Entonces por qué se sentía tan molesto?
LeeTeuk lo miró esperando una respuesta. Había esperado otro tipo de reacción. No aquel largo silencio y mirada ausente.
HeeChul volvió en sí cuando el otro dejó salir un sonido de impaciencia.
-¿Y cuando me iré? -Pregunto, ansioso por saber la respuesta. Sin agradecer ni mostrar emoción alguna.
-Mañana mismo. Hemos llamado ya a tus padres para darles la noticia. Se han puesto muy contentos. Tienen muchas ganas de verte.
HeeChul sonrió con cierta ironía. Sabía que la alegría de sus padres era totalmente fingida. En tres años le habían visitado tres veces. Justo una por año, en cada cumpleaños. Y cada una más incómoda que la anterior. Para ellos era una vergüenza tener un hijo encerrado en un sitio así. El único motivo por el que se alegraban era para no tener que mentir y ocultar a sus amiguitos donde estaba su hijo. Lo sabía muy bien. Y él no tenía ningunas ganas de volver a verlos.
-¿Podré despedirme al menos de mis amigos?
-Claro, tienes hasta mañana. Despídete de quien quieras.
-Bien… -Susurró, agachó la cabeza un momento, abatido.
LeeTeuk lo miró antes de ir a pasarle los papeles que había estado buscando mientras hablaba con él. No era la primera vez que un paciente reaccionaba así a la noticia de tener que dejar el centro. Algunos llevaban media vida encerrados entre aquellas paredes y ya no conocían otra cosa. Otro encontraban verdaderas amistades y puede que, quizás, algún amor. También había algunos que temían recaer en sus problemas una vez fuera. Así que el silencio y la expresión de HeeChul no le sorprendió en absoluto.
-Aquí tienes. Dale esto a Siwon cuando salgas y él sabrá qué hacer. Con esto podrás recuperar algunas de tus pertenencias que tenemos aquí guardadas, de cuando viniste. -Le informó LeeTeuk, tendiéndole los folios.
-Vale. Gracias. -Respondió HeeChul con desgana. Estiró el brazo y cogió los papeles, sin siquiera mirar a la cara a quien tenía frente a él.- ¿Ya puedo irme?
-Sí, claro. Mucha suerte. -LeeTeuk sonrió e intentó ser amable a pesar de la actitud del chico. Aquello era una despedida.
HeeChul se levantó con los papeles en la mano y murmuró algo que el otro no llegó a entender. Pero intuía que no era nada bueno.
Fuera le estaba esperando Siwon charlando animadamente con uno de los guardias. Distrayéndose mientras esperaba a que saliera de la reunión con su jefe.
HeeChul, sin esperar a que terminaran de hablar, se acercó y los interrumpió.
-Toma. -Le dijo a Siwon de mala gana, colocando los papeles frente a él para que los cogiera.
Siwon desvió la atención del guardia y miró los papeles confundido. No tardó mucho en darse cuenta de qué era y quien se los daba.
-Vale, vale. -Cogió los papeles con una mano y miró de nuevo al guardia con una sonrisa para despedirse y continuar con su trabajo.
Cuando los dos volvieron a quedarse solos, HeeChul habló de nuevo.
-¿Me necesitas para algo más o puedo ir a despedirme de mis amigos ya?
Siwon miró el caro reloj de su muñeca antes de responderle.
-Tus amigos seguramente estarán ahora ocupados. Puedes ir a descansar a tu habitación. Haré que te manden tus cosas allí y esta tarde podrás estar con ellos. -Le dijo mientras caminaban por el pasillo.
-¿Solo voy a tener una tarde para estar con ellos? -Le preguntó con indignación.
Siwon lo miró de reojo cuando lo escuchó. Se sentía mal por él. Pensó que tener que dejar ahora a la gente que quería debía ser duro.
-Ojalá pudiera hacer algo. Pero no me corresponde decidir eso. Lo siento. -Le respondió, comprensivo.
-Ya.
Un poco más adelante se separaron y cada uno siguió por su camino. Una vez perdió de vista a Siwon, HeeChul, en vez de ir a la que por poco tiempo seguía siendo su habitación fue a la de HanGeng por si acaso había suerte y estaba por allí.
Él no pensaba quedarse sin hacer nada. No pensaba desaprovechar sus últimas horas no pudiendo estar casi con las personas que más le importaban.
Sentía la rabia acumulándose en él a cada paso, a cada segundo que asimilaba mejor la noticia. Rabia e impotencia al no poder hacer nada para quedarse allí. Había estado intentando alargar su marcha lo máximo posible. En el fondo sabía que aquel momento iba a llegar tarde o temprano, pero aun así era un momento realmente difícil y que no quería vivir.
Llegó a la puerta de la habitación de su gran amigo, pero no había nadie en su interior.
-Mierda. -Exclamó con decepción.
Miró a ambos lados desesperadamente pensando donde podría estar. Necesitaba verle y lo necesitaba ya.
Al fondo del pasillo vio pasar a SungGyu con un paciente a su lado. No se lo pensó dos veces y corrió hacia ellos.
-¡Esperad! -Les gritó, queriendo llamar su atención.
Los dos se giraron y lo miraron sin comprender. SungGyu se dio cuenta de que aquel chico no era un empleado.
-¿Qué haces aquí? No puedes… -Comenzó a decirle, pero HeeChul no le dejó seguir hablando.
-Mañana me voy a mi casa. Si no te lo crees pregúntale a LeeTeuk. -Le explicó a SungGyu, un poco alterado. El otro lo miraba con desconfianza, HeeChul continuó.- Estoy buscando a mi amigo. Necesito despedirme de él. Quizás tú sepas donde está. Por favor, ayúdame a encontrarlo.
-Eh, más despacio. Estás muy nervioso y no entiendo nada. -Le respondió el otro, haciendo un gesto con las manos, pidiéndole un poco de calma.
HeeChul respiró hondo e intentó hacer lo que le pedía. Tenía razón. Así no llegaría a ningún lado.
-¿Cómo se llama tu amigo? -Le preguntó SungGyu, alzando levemente una de sus cejas.
-HanGeng.
-Yo le conozco. -Dijo una tímida vocecita detrás de ellos dos. Era el paciente que SungGyu estaba acompañando.
-¿Sabes donde está ahora? -Preguntó HeeChul directamente a aquel chico con un tono esperanzado, dando un par de pasos hacia delante con rapidez para acercarse más a él, casi empujando a SungGyu a un lado.
-Creo que lo he visto antes en la sala donde hacen las terapias de grupo. -Informó el joven con una pequeña sonrisa y sin levantar mucho la voz.- Pero no sé si aún estará allí…
-¡Vale, muchas gracias! -HeeChul se acercó más a él y le dio un fuerte abrazo a modo de agradecimiento, sonriendo con ánimo.
Cuando le soltó fue apresuradamente hacia donde le habían dicho, dejando atrás a los otros dos sin saber qué decir por lo rápido que había pasado todo. SungGyu se quedó mirándole cuando se iba, entrecerrando un poco sus ojos.
-¡Hablaré con LeeTeuk de esto, aún no me fío! -Le gritó a HeeChul, intentando que sonara a una amenaza. Pero el otro por lo visto ya no le escuchó. O lo hizo, pero le ignoró.
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