martes, 7 de junio de 2016

(YeWook) Sweet revenge -Serial- Capitulo 2


Nota: ¡Muy buenas! El segundo capitulo de esta historia es lo que tenéis hoy por aquí, además de algo muy especial. y es que RYEOWOOK HA SACADO SU PRIMER MINIALBUM y algunas estamos que nos va a dar algo ¿habéis visto su vídeo musical? Aunque no seáis fans de Super Junior ni nada por el estilo, os recomendamos que lo veías, porque es realmente hermoso. Y os va gustas más si os gusta El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry ya que el vídeo está prácticamente basado en esto. La canción se llama The little prince, buscadla, os gustara.

Y después de la propaganda tan gratuita que le hago, esperamos que os guste el capitilo ¡Besos!

•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•



Habían pasado casi dos semanas desde el incidente del autobús. Ryeowook se lo había estado recordando en varias ocasiones, advirtiendo a Yesung de que, en cualquier momento, podría llegar su ansiada venganza.

El mayor se lo tomaba a broma cada vez que lo escuchaba. Ryeowook siempre había sido el más tímido de los dos y no le veía capaz de intentar algo así en público. Durante aquellos días, cuando salían juntos, al volver a casa Yesung se acercaba a su novio y le preguntaba por dicha venganza, en un tono burlesco. Ryeowook actuaba inocente, hinchando las mejillas o poniendo algún tierno puchero. Lo que no sabía el mayor es que bajo toda aquella adorable apariencia, se estaba tramando algo. Y mucho menos sabía que cuanto más se burlase, peor sería. Ryeowook solo estaba esperando al momento oportuno. Debía hacerle creer que no era capaz para, cuando más distraído estuviese el mayor, atacar.

Aquella noche tenían planeado salir a cenar. La idea había sido de Yesung así que con menos motivos sospecharía. Por fin iba a poner en marcha su plan.

Ambos estaban en la habitación, vistiéndose para salir, cuando Ryeowook preguntó dónde tenía pensado llevarle.

-Es un restaurante nuevo que abrieron hace tan solo un par de meses. Dicen que está muy bien. -Le explicó mientras se abrochaba los botones de la camisa.

-Uy, qué bonito. Hacía tiempo que no me llevabas a ningún sitio así. -Comentó Ryeowook, intentando picar un poco a Yesung.

-Pero te llevo a otros sitios. -Respondió el mayor, sonriendo con seguridad.

Ryeowook no podía negarle aquello. Era cierto que Yesung siempre estaba buscando sitios nuevos que visitar juntos o ir a pasar un rato agradable. No era el típico al que le gustaba quedarse todos los días en casa echado en el sofá sin hacer nada. Estaba agradecido por ello, pues él era igual.

Pasado un rato, ya estaban subidos al coche y de camino al restaurante. Yesung parecía feliz y Ryeowook estaba emocionado. Por una parte, el salir por ahí con su novio era algo que nunca le disgustaba. Y por la otra, tenía ya muchas ganas de vengarse. Se lo iba a pasar realmente bien.

Yesung aparcó el coche un poco lejos del restaurante. Más cerca no había sitio libre para hacerlo. Sí que parecía verdad que aquel lugar había obtenido buena fama en tan poco tiempo. Dieron un pequeño paseo y al llegar, a Ryeowook le gustó muchísimo. No era demasiado elegante pero tampoco era un lugar cualquiera. Era bastante espacioso por dentro, con muchas mesas y mucha gente pero no escándalo, buena iluminación, una decoración bonita… Le encantó.

Pasaron dentro y se sentaron en una de las pocas mesas libres que quedaban. Estaba en un rincón, junto a la pared. Aquel sitio era perfecto.

No pasó mucho hasta que uno de los camareros se acercó para tomar nota de lo que querían, a pesar de toda la gente que había. De momento, solo pidieron algo de beber mientras pensaban qué iban a cenar.

-Me gusta mucho. -Le dijo Ryeowook al mayor, echando un nuevo vistazo a su alrededor.

-Parece que he elegido bien. -Respondió Yesung, dejando salir una suave risa de sus labios antes de ponerse a mirar la carta del restaurante con atención para ver lo que había.

Ryeowook se quedó mirándole un momento, como un bobo enamorado. Su rostro, sus gestos, su sonrisa… Todo de él le enloquecía. Casi le daba pena hacerle lo que tenía planeando. Casi.

Entre los dos decidieron lo que iban a cenar y poco más tarde, el camarero volvió con sus bebidas. Ahí fue cuando le dijeron lo que iban a pedir y de nuevo, quedaron solos.

Había llegado la hora.

-Qué calor hace aquí ¿No? -Comentó Ryeowook distraído, sabiendo perfectamente que era mentira.

Yesung se encogió levemente de hombros.

-No sé… Yo estoy bien. -Dijo, preguntándose por un momento si el raro era él. ¿De verdad hacía calor? Porque él no lo notaba.

-Uhm… Seré yo. Llevo todo el día igual. Me dan ganas de ir desnudo por ahí. -Le respondió, como quien no quiere la cosa, esperando su reacción.

-No me disgustaría eso. -Dijo Yesung con sinceridad, riendo un poco ante el comentario de su novio.

Perfecto. Había caído. Ya tenía algo con lo que empezar.

-Pues me vería todo el mundo. Eso debería disgustarte. Soy solo tuyo ¿No? -Dijo, metiéndose un poco más en la conversación.

-Eso es verdad. Pero no me importaría ver tu anatomía al descubierto las 24 horas del día. -Le respondió Yesung, bajando un poco la voz por si acaso alguien les escuchaba, con una sonrisa en los labios.

Ryeowook se sonrojó levemente cuando le escuchó decir aquello. Se suponía que era una trampa para Yesung, no para él mismo.

-Si yo estoy las 24 horas del día desnudo, tú las pasarías cachondo. -Le dijo bajando también un poco el tono de voz, devolviéndole la sonrisa con cierta picardía.

Yesung se sorprendió un poco al escuchar aquella respuesta tan directa. Pero aquello le estaba gustando.

-Y eso te gustaría a ti ¿Verdad? Al final no sería el único que lo estaría. -Le siguió el juego, diciendo aquello en un tono que provocó que Ryeowook se estremeciera.

Debía ser fuerte. No podía permitirse caer en los encantos del otro y no al revés.

Iba a responderle, pero justo el camarero se acercó con la cena. Ryeowook aprovechó para beber un poco y pensar en cómo seguir con aquello. Yesung era más listo de lo que parecía. Podía darse cuenta de a qué venía todo aquello y acabar siendo una batalla por ver quién podía más. Y Ryeowook no quería eso. Quería provocarle. Quería desesperarle y volverlo loco por él en un lugar así. Si al final era él mismo quien caía, habría perdido el juego.

Yesung empezó a comer casi en cuanto les pusieron los platos sobre la mesa. Iba con hambre y se notaba. El menor aprovechó aquello para hacer otro comentario.

-Te veo hambriento. -Dijo, riendo un poco, antes de empezar a cenar él también.

-Lo estoy. Hoy en el trabajo no nos han dado mucho tiempo para comer. -Le contó, un poco avergonzado por haber atacado el plato con tanta prisa.

-¿Y tienes hambre de algo más o solo de comida? -Preguntó Ryeowook, fingiendo no darle importancia al comentario que acababa de hacer.

Yesung llevó la vista al rostro del menor, sin palabras por un momento. ¿Qué le pasaba? ¿Quería seguir jugando? Pues juego iba a tener.

-De ti siempre tengo hambre. Quizás deberías subirte a la mesa y te como a ti primero. La cena puede esperar.

-¿Aquí? ¿Delante de todos? -Preguntó Ryeowook, realmente interesado en su respuesta.

-Que miren si quieren. Y que me envidien. -Le dijo Yesung con una sonrisa que a Ryeowook le resultaba realmente atrayente.

”Esto no va bien” pensó Ryeowook, empezando a sentirse acalorado de verdad.

Lo que no sabía es que Yesung, por su parte, estaba empezando a estar igual. Toda aquella conversación empezaba a hacer efecto en él. Las cosas que decía no las decía en broma. Le estaban empezando a entrar ganas de subir a Ryeowook en la mesa y hacerle el amor allí mismo.

Ryeowook necesitaba subir el nivel de sus acciones si quería conseguir lo que realmente quería.

Dejó pasar un rato, mientras comían. Cuando los platos ya estaban casi vacíos, con el tenedor en la mano y aprovechando un momento en el que Yesung no miraba, dejó caer el cubierto al suelo. Yesung volvió la mirada hacia él al escuchar el ruido.

-Vaya, se me ha caído. -Dijo el menor, súper inocente. Cualquiera creería que realmente se le había caído de verdad.

Se agachó un poco, aún sentado en la silla, y levantó el mantel fingiendo buscar el tenedor.

-Qué lejos ha ido a caer. Lo tienes tú debajo. -Le dijo a Yesung, que inconscientemente miró hacia sus pies en busca del cubierto.

-No lo veo. -Le respondió el mayor, buscándolo de verdad, creyéndole.

”Ay, que inocente eres a veces… ”

Ryeowook se levantó de la silla, antes de volver a agacharse para ”buscar el tenedor”.

-Espera, que ya lo cojo yo. -Dijo mientras se metía bajo el mantel de la mesa que, afortunadamente, era bastante largo y llevaba al suelo.

Yesung, sin sospechar absolutamente nada, siguió comiendo. Pero no pudo dar un bocado más cuando, a los pocos segundos, sintió una suave presión sobre su entrepierna. Tuvo que contenerse para no suspirar o soltar algún tipo de exclamación, aquello le había pillado totalmente por sorpresa. Aunque, pensándolo mejor, quizás debería haberlo visto venir. Al momento salió Ryeowook de debajo de la mesa con el tenedor en la mano, como si nada hubiese pasado.

Cuando miró a Ryeowook y el menor le devolvió la mirada, fue cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando. ¿Cómo no lo había visto antes? Ambos se miraron desafiantes.

-Te estás vengando, eh. -Le dijo Yesung, sonriendo de medio lado.

-Oh, sí. Y esto solo es el principio. -Respondió el menor, seguro de lo que estaba diciendo y asegurándose de que Yesung también lo tenía claro. Iba a pasarlo muy mal.

-No vas a ser capaz de ir más lejos. -Le retó Yesung, ampliando su sonrisa.

¿Le estaba poniendo a prueba? ¿De verdad creía que no podía?

Sin decir nada más, Ryeowook echó un rápido vistazo a las demás personas que estaban en el restaurante y al ver que nadie les prestaba atención, miró a Yesung a los ojos, de nuevo. De nuevo desafiándole con la mirada, volvió a dejar caer el tenedor en el suelo.

Yesung permaneció impasible ante aquello. No iba a hacerlo y lo sabía. Pero no podía negar que toda aquella situación le divertía. Pero no por mucho tiempo.

Ryeowook volvió a agacharse y meterse debajo de la mesa. Se iba a arrepentir de lo del autobús y ahora encima, de haberle retado. ¿Qué no podía? Ja. Ya lo vería, ya.

Se intentó poner de forma que no se viera ni un solo pie sobresalir por fuera del mantel. Estaba completamente escondido debajo de la mesa. Nadie podía saber que estaba ahí. Nadie excepto Yesung, por supuesto.

Llevó las manos a la cremallera del pantalón del mayor y sin pensárselo dos veces, se lo desabrochó. Se iba a enterar. ¿Cómo se atrevía a pensar que no iba a ser capaz de hacerlo?

-¿Qué haces? -Soltó Yesung un poco alterado en cuanto notó como le desabrochaba el pantalón, intentando decirlo susurrando pero lo suficientemente fuerte para que le escuchase el otro.

-Vengarme. -Dijo Ryeowook, simplemente. Decidido.

Con las manos le separó un poco las piernas al mayor, quien a su mismo tiempo hacía un poco de fuerza para juntarlas.

-Sal de ahí. Que nos van a ver. -Murmuró Yesung, casi suplicando. Sonrojado, miró hacia todas partes para ver si alguien les estaba mirando.

-No quiero. -Le dejó claro el menor.- Y si no te estás quieto es cuando nos van a pillar. A mí nadie me ve. Solo te ven a ti hablando con la mesa.

Dicho aquello, metió una de sus manos directamente dentro de la ropa interior del mayor. Palpó su miembro con los dedos, lo acarició, se aseguró de recorrerlo entero. Mientras, podía notar desde ahí lo nervioso que estaba el otro. Pero también se dio cuenta de que ya no decía nada. Se había quedado calladito. Ah, pues no le molestaba tanto entonces ¿No?

Con cada una de sus caricias, iba notando como el miembro del otro se iba endureciendo bajo su mano. Al mismo tiempo decidió acercarse un poco más y repartir algunos besitos por la parte interior de sus muslos, sobre la tela de los pantalones. De vez en cuando, acercaba peligrosamente los labios a su entrepierna.

Yesung estaba totalmente sonrojado y sin saber cómo actuar, excitándose inevitablemente por lo que el otro le hacía debajo de la mesa. Apretaba los labios y al mismo tiempo, se tapaba la boca disimuladamente con una mano. Tenía miedo de dejarse llevar demasiado o de lo lejos que llegase Ryeowook. A veces miraba inquieto a las otras personas, queriendo asegurarse de que nadie le prestaba atención.

Hubo un momento en el que no pudo evitarlo más y de sus labios escapó un ligero y casi inaudible gemido. Justo cuando los labios del menor entraron en contacto directo con su miembro. Lo había sacado de los pantalones y los había presionado contra la punta de este. Y ahora se dedicaba a hacer pequeños circulitos sobre ella con la lengua mientras con una de sus manos lo sostenía y lo seguía acariciando y con la otra, le acariciaba el muslo.

-Para ya, por favor… Al final… -Susurró Yesung, cerrando los ojos con fuerza, intentando contener todo el placer que le estaba haciendo sentir. Pero Ryeowook no le dejó terminar la frase.

-¿Al final qué? ¿Te vas a correr aquí? Bueno, tú casi me haces hacerlo en un autobús. ¿No es lo mismo? -Le dijo, volviendo de inmediato a lo que estaba haciendo en cuanto terminó de hablar.

-Vale, vale… Lo siento… -Dijo el mayor, suspirando, aguantando, mirando de un lado a otro cada vez que creía que se podía estar notando mucho. Su acelerada respiración y lo acalorado que estaba, junto con sus expresiones y aquellos suspiros… Debía ser sospechoso.

-¿Lo sientes? -Preguntó Ryeowook antes de empezar a dar algunos besitos por toda la extensión de su miembro.- ¿De verdad? Porque a mí no me has parecido muy arrepentido estos días.

Madre mía. Lo estaba haciendo. Y había ido incluso más lejos que Yesung. Se sentía orgulloso y todo. Pero pronto acabaría. No podía dejar que el mayor terminara allí mismo. Una de las partes del plan era dejarle a medias.

Sintió un leve movimiento de cadera por parte de Yesung. Se acercaba el momento de acabar con su venganza. Aquel movimiento había sido inconsciente por parte del otro. Su cuerpo buscaba más de él. Aquello le gustaba. Había conseguido lo que quería.

Sin pensarlo dos veces, se metió parte del miembro en la boca y movió la cabeza de arriba a abajo un par de veces.

A Yesung se le volvió a escapar un pequeño gemido cuando el menor hizo aquello. Empezó a tener que contenerse aún más porque si no iba a empezar a descontrolarse. Joder, como deseaba hacerle de todo en ese mismo momento. Sacarlo de debajo de la mesa, bajarle los pantalones y penetrarle hasta no poder más.

Pero todo se detuvo. Pronto dejó de sentir a Ryeowook y le vio salir de debajo de la mesa.

Ryeowook sonrió satisfecho cuando le vio a la cara. Estaba totalmente enrojecido y sofocado. Su pecho subía y bajaba más rápido que de costumbre. Yesung le miró frunciendo el ceño, intentando controlarse. Sabía perfectamente que ahora le iba a dejar así y no le hacía ninguna gracias estando como estaba, totalmente excitado y próximo al orgasmo.

-Disculpas aceptadas. -Dijo Ryeowook con una amplia y adorable sonrisa.

-Ya, ya. -Susurró el mayor, intentando meter su miembro en los pantalones de nuevo todo lo disimuladamente posible. Hizo una leve expresión de molestia al abrocharse los pantalones, por la presión que hacía la tela de estos sobre su despierto miembro.- ¿Y ahora yo qué hago…?

-Pues lo mismo que hice yo. A disimular y a casa. Voy a pedir la cuenta. -Respondió el otro, sin poder borrar la sonrisa de su rostro.

-Esto no acaba aquí… Que te quede claro. -Dijo el mayor, incorporándose un poco en la silla, mirándole desafiante.

-Inténtalo. Ya sabes la que te espera. -Dicho aquello, Ryeowook le mandó un besito.

Yesung no pudo evitar sonreír. Había ganado esta vez, eso se lo tenía que reconocer. Pero como ya había dicho, las cosas no acababan ahí.

2 comentarios:

  1. Wwwoooow ke salvaje Wookie, me encantó su venganza!!!! 😮😮😮😮

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra saber que te gustó jajaja Gracias por comentar ^^

      Eliminar

¡Tus comentarios son importantes para que el blog siga creciendo!