Titulo: You are my eyes
Pareja: SimDdy (Simba + Eddy)
Tipo: Yaoi
Genero: Angst, Hurt/Comfort (?)
Clasificación: G/PG
Descripción: Después de unos años, Youngjin (Simba) ha vuelto a Corea. Siempre quiso volver, allí estaba toda su vida, sobre todo sus amigos. Pero allí se encuentra que todo ha cambiado, hasta al que consideraba su mejor amigo. Jongseok (Eddy) no es el mismo que antes, no lo entiende, hasta que descubre todo…
Nota: ¡Hola! Después de que alguien me pusiera en la encuesta que le gustaba JJCC se me ocurrió escribir un Mini Serial de ellos. La verdad es que me gusta en grupo, sus canciones me molan, y Eddy me llamó la atención al principio con su pelo larguito(?) así que basándome que es el que me gustaba y que Simba es el que le gusta a una amiga, he decidido hacerlo de esta pareja. Espero que os guste ¡Besos!
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Youngjin había vuelto a su ciudad natal por fin. Desde hace unos años cambiaron a su padre de trabajo por lo que tuvieron que viajar a Estados Unidos. Tuvo que separarse de todos sus amigos, de la vida que tenía allí, en Seúl. Pero ahora que era mayor, había vuelto donde se había criado. Él quería estar allí, en la que considera su tierra aunque no hubiese nacido allí. Tenía ganas de ver a todos sus conocidos, a sus amigos. En definitiva, llevaba mucho tiempo deseando volver a Corea.
Animado, tras haberse alquilado un pequeño piso no muy lejos del barrio donde vivía para su madre y para él, salió a la calle a dar un paseo. Todo había cambiado desde la última vez que estuvo allí, ahora las calles se veían más modernas, había muchos más locales abiertos, y las pequeñas tiendas que él recordaba ya no existían. Cómo había cambiado todo en cuatro años. Él también había cambiado, ya no era el niño de antes, sino que se consideraba un hombre adulto.
La gente caminaba sin levantar la mirada del suelo, mientras él lo hacía casi mirando el cielo. Estaba tan contento de estar allí que acabó enfrente de la casa en la que se había criado. Ahora parecía habitada por otras personas, todo había cambiado tanto que hasta su antigua casa lucía de otra manera. Aunque a pesar de todos los cambios él se encontraba realmente feliz.
Quería ver a sus amigos pero no sabía si seguían viviendo en el mismo lugar que antes. Tal vez era demasiado pronto para encontrarse con ellos, así que Youngjin emprendió el camino hasta un pequeño paseo que no estaba muy lejos de allí. En ese paseo podría caminar tranquilamente ya que estaba rodeado de árboles y naturaleza, no corría peligro de que los coches molestaran.
Era un soleado día de primavera, hacía una agradable temperatura que llamaba a salir a la calle. Mucha gente paseaba por allí, pero eso no le importaba. Se distraía viendo la diversidad de gente que ahora vivía en Seúl, y es que cuando él estaba allí no era así, las cosas habían cambiado para bien.
Uno por uno fue pensando en sus amigos y en qué sería de ellos ¿se alegrarían de verlo de nuevo? Aunque con algunos no hubiese perdido el contacto, con otros sí y de manera definitiva. Pero no porque se hubieran peleado sino porque no tenía medios para comunicarse. No todo era tan fácil, pero poco le importaba ahora ya que por fin podría verlos cara a cara. Estaba impaciente por hacerlo, tanto que casi se dio una vuelta para ver si aún vivían en el mismo lugar alguno de sus amigos. Pero cuando iba a hacerlo vio a alguien que reconoció al momento.
-Ey, Jongseok -Gritó al ver a un muchacho sentado en un banco solo, y a pesar de tantos años los reconoció al momento. Era un chico que vivía cerca de dónde él antes. Se habían criado juntos, y a pesar de haberse portado muy mal con él, siempre se habían considerado amigos. Qué casualidad encontrarselo allí.
Aunque el chico pareció no inmutarse cuando lo llamo, llevaba unas gafas de sol muy oscuras y parecía estar mirando la nada. Tal vez no lo escuchó lo suficiente, así que Youngjin se acercó para saludarle de nuevo.
-Jongseok, hola, ¿cómo estás? ¿me reconoces? Soy Youngjin, he vuelto -Dijo con entusiasmo una vez que ya estaba prácticamente al lado del chico.
-¿Youngjin? ¿eres tú? -Moviendo levemente la cabeza y con un tono de voz muy suave, el chico pareció reaccionar.
-Sí, soy yo, he vuelto a Corea, ya sabes que no estuve de acuerdo con irme de aquí ¿tú cómo estás? -Lo veía muy cambiado, casi como él, había crecido y su rostro se veía más maduro. Pero en su forma de comportarse había algo más, algo que escapaba de su entender.
-Me alegro mucho que estés de vuelta -Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro por un momento. Él nunca había sido así sino mucho más amable. Lo miró con el ceño fruncido buscando que veía raro en él. Algo no le cuadraba.
-¿Cómo has estado? No hemos tenido contacto cuando me tuve que ir a Estados Unidos -Youngjin se sentó a su lado en el banco esperando que por lo menos girará la cabeza para mirarle, pero eso no ocurrió.
-Lo sé, después de que te fueras comenzó a haber problemas en casa, a raíz de eso no supe cómo volver a contactar contigo, lo siento mucho -Sus palabras parecían sinceras pero su rostro apenas cambiaba. ¿Se puede saber qué pasaba con él?
-¿Y los demás? ¿sabes algo de ellos?
-No, cuando te marchaste de aquí, todos se olvidaron de mi existencia, así que como comprenderás no puedo decirte nada, ya que no lo sé -Su amigo Jongseok nunca antes había caído muy bien a los demás, siempre les había parecido el típico chico gordo con el que era fácil gastar bromas. Pero ahora que se daba cuenta, ya no tenía la misma figura que antes. Cualquiera diría que ha estado haciendo gimnasio y una buena dieta. Tenía una figura que muchos envidiarían, además de un hermoso rostro a pesar de llevar las gafas oscuras que le ocupaban casi toda la cara.
-Es una pena, porque realmente eres un buen chico, porque lo sigues siendo ¿no? -Aquello lo dijo como una broma, riendo, esperando que el otro se riese también, como si quisiera romper un poco la tensión que había entre ellos dos, pero ni mucho menos lo hizo.
-No lo sé, yo creo que sí, eso depende de quién me juzgue -Sus palabras sonaban frías y algo entristecidas ¿qué había ocurrido durante esos cuatro años que él no estuvo allí? Algo le estaba inquietando demasiado, quería preguntarle y saber qué había pasado con el chico para que ahora se comportara así, y mucho menos que él no le había dicho nada realmente grave como para no considerarlo su amigo.
-Bueno, bueno, yo creo que sí, se te nota en el rostro -Le sonrío esperando que la conversación tomarse un rumbo diferente, pero no fue así ni mucho menos ya que su amigo estuvo por unos segundos sin responder, y sin mirarle.
-¿Me puedes decir qué hora es? -La pregunta le pilló por sorpresa a Youngjin.
-Claro, ahora mismo te la digo -Sacando su móvil consultó la hora, fue a mostrarle el teléfono, para que viera él mismo la hora, pero era como si no se diera cuenta de que lo estaba haciendo.- son las cinco de la tarde.
-Es tarde, me tengo que ir. Ha sido todo un placer volver a hablar contigo, me alegra mucho que hayas vuelto, espero poder volver a tener una conversación contigo -Sin más el chico se levantó, dejándolo allí patidifuso. Lo vio cómo se marchaba sin ni siquiera haberle mirado una sola vez a la cara.
Cuando pensaba en volver a ver a sus amigos, en ningún momento pasó por su cabeza el hecho de que lo fueran a tratar de aquella manera. Jongseok había estado muy raro con él. Sí es cierto que en su época le había gastado muchas bromas pesadas, pero después habían vuelto a ser tan amigos como siempre. Tal vez no hubiera sido su día hoy o se sintiera molesto por algo, pero él no le había hecho nada, así que no entendía la manera en la que había actuado.
Soltando un profundo suspiro, se levantó de allí y volvió a reemprender su paseo pero esta vez sin tantos ánimos como antes. No dejaba de darle vueltas a la cabeza por la situación que acababa de vivir. Tal vez al día siguiente debía hacerle una pequeña visita y ver si su humor había cambiado. Solo esperaba que sí, lo que no quería era tener un problema con él nada más volver.
No podía calentarse la cabeza con aquel tema, así que se dispuso a ir a una tienda a comprarse un helado. Le apetecía bastante y así podría buscar después a sus otros amigos y preguntarles por qué motivo habían dado de lado a Jongseok.
***
Después de haber pasado toda la tarde recorriendo los barrios por los que antes paseaba, tan solo encontró a dos de sus amigos, sin contar con Jongseok. Tan solo le comentaron que el resto con los que se juntaba anteriormente, se habían mudado, y que no sabían nada del chico con el que primero se encontró. Cada vez las cosas eran más extrañas.
De camino a casa tuvo que detenerse a comprar la cena. Nada en especial solo ramen. Aun así quería darse prisa porque era el encargado de la cena ya que su madre iba a llegar tarde del trabajo que se había buscado. Tan solo ella y él volvieron a Corea, su padre prefirió quedarse en Estados Unidos trabajando. Pero es que tanto él como su madre deseaban volver a esa ciudad, no les agradaba del todo el ambiente que había en Estados Unidos.
Cuando llegó a su nueva casa de alquiler, aún no había llegado su madre, así que para darle la sorpresa se puso directamente a preparar la comida. Quería que estuviera hecha y caliente cuando su madre volviera a casa. Era lo menos que podía hacer por ella, que se había alejado de la persona a la que amaba por volver a Corea con él.
Justo cuando estaba haciendo la comida, ella apareció por la casa saludándolo mientras soltaba todas sus cosas en la entrada.
-¿Qué tal te ha ido el día? -Le preguntó a la mujer ayudándola.
-Bueno, mucho trabajo ya te puedes hacer una idea ¿y tú? ¿cómo te ha ido con tu labor? ¿has hecho algo? -Preguntó su madre, sentándose frente a la mesa baja en la que él casi tenía preparada la cena.- Vaya, veo que he llegado justo a tiempo ¿qué voy a cenar?
-Ramen, es lo que hay -Riendo, puso ante ella un pequeño bol con la comida, dejando el otro bol donde él se iba a sentar.
-No importa, tiene muy buena pinta, que aproveche -Al llegar de trabajar, su madre estaba hambrienta y lo notó cuando empezó a comer con tantas ganas. Por un momento se quedó observándola, como aquella mujer haya luchado tanto por él, y seguía haciéndolo.
-Cuéntame, ¿qué tal te ha ido hoy? –Preguntó Youngjin, mientras empezaba también a comer, aunque no con tantas ganas.
-La verdad que muy bien, ya me han dado varias casas donde poder limpiar, y no solo eso, sino que además me he enterado de algunas cosas de gente con la que nos relacionábamos hace unos años -Aquellas palabras de parte de su madre despertaron cierto interés en él.
-¿Qué personas, mamá?
-Pues de mujeres con las que me relacionaba, amigas, y algunos de tus amigos, como de nuestros vecinos -La mujer hablaba mientras comía, pero él había dejado de comer para escucharla atentamente cuando había escuchado la palabra “vecinos”.
-¿Y puedo saber qué pasó con nuestros vecinos?
-¿A qué te refieres hijo mío? -Su madre levantó la mirada por un momento extrañada ante la pregunta que le había realizado.
-Es que hoy me he encontrado con su hijo, con Jongseok, ya sabes el chico gordito con el que siempre me metía. Y parecía muy extraño, era como si no me quisiera mirar, como si no quisiera saber nada de mí. La verdad es que yo no le he hecho nada -Lo que no se esperaba fue la reacción de su madre, que dejó de comer para mirarlo con unos ojos apenados.
-Oh, claro… la verdad que sí me he enterado de lo que pasó. Y no es nada bueno… -La mujer bajó la mirada despertado el interés de su hijo aún más.
-¿Qué tan malo ha podido ocurrir? ¿se han separado sus padres? ¿se ha muerto alguien? -A pesar de que Youngjin se le ocurrió cosas horribles, no llegó a pasar por su mente lo que su madre le contó.
-Cuando nosotros nos fuimos, los chicos siguieron metiéndose con el pobre Jongseok, y en una de las bromas que le hicieron ocurrió algo terrible. Se les fue la broma de las manos y acabó en un accidente terrible. Algo cayó sobre los ojos de Jongseok quemándole completamente la retina de ambos… y desde entonces el pobre chico no ve nada -Las palabras de su madre cayeron sobre él como una lápida. Quiso que la tierra se lo tragase en ese momento.
Por eso mismo no se había dignado a mirarle, claro, no veía nada y seguramente no quisiera tener que contárselo. Por eso le dijo que no volvió a tener relación con todos los demás amigos suyos, por eso sus amigos con los que se encontró no quisieron decirle nada. Jongseok había acabado ciego por sus pesadas bromas. Aunque no tuviera nada que ver con esa última, se sentía culpable.
Era un chico muy bueno, siempre atento a él. Su madre siempre le decía que lo adoraba, que le gustaba mucho estar a su lado. Los juegos de niños habían hecho que ahora no viese el mundo como es.
El estómago se le cortó completamente, ya no tenía hambre. Los ánimos de volver aquel lugar desaparecieron completamente. Se sentía como un verdadero idiota, había llegado a pensar cosas muy feas de Jongseok, por comportarse tan fríamente con él después de tanto tiempo.
-Cariño, no es culpa tuya, es algo muy horrible pero no vayas a culparte a ti mismo que te conozco -Su madre le cogió de la mano intentando hacerle sentir bien, pero nada de lo que le dijera podía borrar la imagen de Jongseok con sus gafas negras mirando a la nada. Se sentía impotente, y las ganas de llorar provocaban que le escociera los ojos.
-Joder, y yo hablándole como si nada, me siento la peor persona del mundo. No quiero cenar -Youngjin se levantó de la mesa a pesar de las protestas de su madre porque terminará de comer.
Sin embargo, no podía tomar ni un solo bocado. Sentía que le faltaba la respiración ¿cómo era posible que algo tan atroz hubiese ocurrido y nadie se lo hubiera contado? Había tratado a Jongseok como si nada cuando él estaba ciego. Apretó los puños por la impotencia que sentía. Tenía que haber estado allí cuando eso sucedió, tenía que haberlo evitado. ¿Qué podía hacer él?
Ya nada, pero estaba seguro de que al día siguiente iría a buscarlo para pedirle disculpas, no podía darle la espalda después de saber lo que le sucedió. Además de eso quería que sus supuestos amigos le aclarasen que sucedió. Necesitaba saberlo.
Acabo echándose sobre la cama, intentando aguantar con todas sus fuerzas las ganas de llorar. Tenía la necesidad de culpar a alguien, pero allí el único culpable era él, por no haber estado presente cuando todo ocurrió. Estaba seguro que hubiera podido impedirlo. Pero ahora todo era demasiado tarde.
Se sentía muy impotente, sentía la necesidad de hacer algo por Jongseok ¿pero que podía hacer él después de tantos años? Iría a verlo, a ayudarlo y hacer todo lo posible para que no lo odiase. Creía que después de todas las maldades que le había causado, es normal que le culpase. Aquella desgracia le había venido demasiado grande, quería volver el tiempo atrás, pero eso ya era imposible.
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