martes, 7 de junio de 2016

(YeWook) A second chance to make you happy -Serial- Capitulo 2


Nota: ¡Hola! ¿Qué tal les va? Yo os voy a dejar el segundo capitulo del YeWook que he empezado nuevo, y de camino aclararos una cosa. Ya sé que Yesung se ha cambiando el nombre, ya no es JongWoon, pero bueno, el fanfic está ya escrito, no lo voy a cambiar, además, que ya estamos muchos acostumbrados a ese nombre y el nuevo me resulta raro hasta escribirlo, así, por lo menos en este fanfic, se queda con JongWoon. (?)

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Desde aquel viernes no volvimos a hablar. Pasaron dos semanas y no supe nada más de él ni de KyuHyun. Cada día pasaba más lento que el anterior, siendo uno igual al otro. Hasta que llegaban el viernes por la noche. Entonces la hora y media de programa se me pasaba volando.

RyeoWook tuvo razón al decir que me parecería aburrido. Los problemas de los demás no me resultaban muy interesantes. Pero me gustaba escucharlo. Quizás demasiado.

Cada viernes a la noche, cuando el programa acababa, me sentía mal. Muy mal. Durante el rato que duraba me pasaba los minutos con los ojos cerrados, recordando nuestros momentos juntos. No podía evitarlo. Igual que no podía evitar poner el programa solo para escucharle a él. Si KyuHyun supiese lo que estaba pasando, no volvería a hablarme jamás. Le conocía lo suficientemente bien como para saberlo.

Y así pasé las semanas hasta que llegó el día en el que KyuHyun me llamó para pedirme que al sábado siguiente fuese a cenar a su casa. Dudé a la hora de aceptar. No me hacía falta preguntar para saber que no íbamos a estar solos. Pero KyuHyun seguía siendo mi amigo. No podía dejar que mi reencuentro con RyeoWook nos alejase, así que acepté.

El tiempo pareció pasar demasiado rápido y el sábado llegó antes de lo deseado. Allí estaba yo, llamando a la puerta de su casa con puntualidad. Incluso creo que llegué unos pocos minutos antes de la hora a la que habíamos quedado.

-Pasa, pasa. -Me dijo Kyuhyun animado tras abrirme la puerta, apartándose para dejarme paso al interior de su casa.

Le sonreí y pasé dentro.

-Ve al salón con Wook. Puedes ir comiendo algo de lo que hemos puesto en la mesa si tienes hambre. Ahora voy con vosotros. -Añadió mientras cerraba la puerta y empezaba a caminar por el pasillo conmigo. Pues sí que empezaba bien la noche. Solito con Ryeowook.

-Hola, RyeoWook. -Le saludé al entrar en la sala, dejando ver una pequeña sonrisa. Esperaba que RyeoWook no lo notase lo nervioso que estaba, como pasó la última vez.

Cuando le vi estaba sentado en el sofá, bebiendo de una copa. Así que al no poder hablar en ese momento, simplemente levantó la mano que tenía libre a modo de saludo. Cuando terminó de beber me devolvió la sonrisa. Se veía más animado que yo. Bueno, era normal. Él iba a estar con su novio y con un exnovio que seguramente ya no significaba nada más que un amigo de su pareja. Por el contrario, yo ya no sabía ni qué hacía allí. Y eso que acababa de llegar.

Me quedé de pie junto a la puerta sin saber qué hacer a continuación. ¿Me sentaba junto a él? ¿Me quedaba allí esperando a KyuHyun? Mejor me servía alguna bebida yo también.

Me acerqué a la mesa, donde ya habían puesto algunos aperitivos y bebidas y cogí una de las copas para llenarla. Di un trago y me quedé quieto junto a la mesa, volviendo a no saber qué hacer. Miré a RyeoWook, que seguía sentado en el sofá. Tenían la televisión puesta y estaba viéndola. Quería acercarme y decirle algo. Pero no me atrevía. Y aunque lo hubiera hecho no habría sabido qué decir.

-Ya estoy aquí. -Anunció KyuHyun al entrar al salón. Su forma de sonreír era envidiable. No me extrañaba. La mía también solía serlo.

Vi como RyeoWook se giraba a mirarle y se levantaba del sofá.

-Voy a ver cómo va la cena. -Nos dijo, yéndose ahora él a la cocina. Antes de salir por la puerta le sonrió a KyuHyun. Yo me quise morir.

Volví a dar un trago a mi copa y me giré para no verles. Pero KyuHyun enseguida se acercó a mí para hablarme. Debía esforzarme por parecer tan feliz como ellos.

-Ha cocinado él. Lo hace genial. Seguro que será lo mejor que hayas probado en tu vida. -Me comentó, elogiando las habilidades culinarias de su novio.

Yo eso ya lo sabía, claro. Pero no se lo podía decir. Recordé las veces en las que, cuando RyeoWook y yo aún vivíamos con nuestros padres y se quedaba solo en casa, me llamaba para que fuese a comer con él. Cuando llegaba ya tenía el plato sobre la mesa. No había vez en la que no me lo comiese todo. Cocinaba estupendamente y encima le gustaba hacerlo.

-Seguro que sí. -Le contesté. Debía decir algo más para no dar una mala imagen.- ¿Qué tal has estado estos días? -Pregunté, buscando cambiar de tema.

-Bien, bien. Tengo algo en mente, quizás te pida ayuda pronto. -Me dijo con un tono misterioso en sus palabras y una sonrisa. No sabía bien por qué, pero me dio mala espina.- ¿Al final escuchaste el programa de radio?

¿Por qué no dejaba de hablarme de él?

-Sí. Bueno, lo busqué y escuché un poco.

-No te gustó ¿Verdad? -Soltó una carcajada.- Ya lo sabía yo. Esas cosas no te van mucho. Yo siempre lo pongo en el coche cuando vuelvo de trabajar. Aunque sea solo para escucharle hablar.

Si supiese que yo hacía lo mismo me sacaría de su casa a patadas.

No tardamos mucho más en empezar a cenar. Estaba delicioso, como era de esperarse. Creo que hacía tiempo que no comía tan bien. KyuHyun me preguntó qué me parecía.

-Está buenísimo todo, de verdad. -Le respondí. Después me dirigí directamente a RyeoWook.- Cocinas genial.

RyeoWook sonrió cuando le dije aquello. Sabía que le gustaba ese cumplido.

-Muchas gracias, JongWoon. -Me dijo con una sonrisa tímida. No pude evitar sonreír al verla y saber que la había causado yo.

Aquello me bastó para animarme un poco más y empezar a participar más seguido en la conversación. Hasta ese momento había estado un poco callado.

Cuando terminamos de cenar nos quedamos sentados donde estábamos para seguir hablando. Para mi sorpresa, llegó un punto en el que hasta me sentí cómodo estando allí. Pero eso no podía durar mucho.

-¿Le enseñamos a JongWoon las fotos de nuestro viaje a Japón? -Le preguntó de repente KyuHyun a RyeoWook.

Me había olvidado completamente de aquello. Al escucharle, recordé que unos meses atrás KyuHyun me había dicho que se iba de vacaciones allí con su novio. En aquel momento yo no sabía quién era el novio y tampoco se me ocurrió pensar en el viaje tras saber que estaban juntos.

-Como quieras. -Le dijo RyeoWook. Me pareció que de repente se había puesto un poco tenso. Pronto entendí por qué.

Cuando estábamos juntos soñábamos con viajar los dos solos a distintos lugares del mundo. Teníamos una amplia lista de sitios a los que ir cuando tuviéramos el dinero necesario. Japón estaba entre los primeros puestos. Era uno de nuestros favoritos y nunca pudimos cumplir ese deseo. Al menos yo no. Por lo visto él sí había tenido sus esperadas vacaciones en pareja allí.

KyuHyun se fue un momento y volvió con un álbum de fotografías que puso en la mesa frente a mí. Lo abrió y empezó a pasar páginas, enseñándome las fotos y explicándome algunas anécdotas del viaje.

Me esforcé por sonreír. De verdad que lo hice. Pero no era capaz de hacerlo con sinceridad pues sentía que ese que estaba en las fotos con Ryeowook, debería haber sido yo. Y lo habría sido si no fuese porque RyeoWook decidió abandonarme antes. Volvía a sentir aquel gran vacío dentro de mí, torturándome silenciosamente.

Miré a KyuHyun de reojo más de una vez mientras él me contaba cosas. Empezaba a detestar aquella sonrisa enamoradiza que se posaba en sus labios cuando hablaba de RyeoWook. ¿Por qué había tenido que ser KyuHyun? ¿Por qué no se había buscado a otra persona, lejos de mí, donde no pudiese volver a encontrarme? Me estaba poniendo celoso y eso era lo peor que podía pasar. Tener celos de KyuHyun. Ahí es donde verdaderamente podía empezar el final de nuestra amistad.

Noté que RyeoWook no había vuelto a decir nada. Él lo sabía. Sabía lo que estaba pasando. Me conocía tan bien como yo a él. KyuHyun podía ser celoso, pero yo podía llegar a serlo aún más. Y cuando lo estaba, se notaba. Al menos él lo notaría. KyuHyun simplemente pensaría que estaría cansado o algo por el estilo, por suerte.

-Seguro que lo pasasteis muy bien. -Le dije una vez terminó, forzándome a sonreír de nuevo.

-Lo pasamos estupendamente. ¿Verdad, Wook?

Miré a RyeoWook cuando KyuHyun le preguntó. Simplemente asintió y con una débil sonrisa, le respondió.

-Sí, mucho.

Después de aquello empecé a lanzar indirectas para irme. KyuHyun se empeñaba en que me quedara, pero no iba a aguantar mucho más. Los celos se habían transformado en una rabia que no sentía desde hacía años. Una rabia que dolía más que ninguna y debía ocultar, como siempre.

Cuando por fin me fui apenas me despedí de RyeoWook. Él tampoco parecía tener muchas ganas de tenerme cerca, así que no le di ese disgusto y me fui prácticamente sin decirle nada. No aceptar ir a aquella cena. Había sido lo peor que hice en mucho tiempo. No solo mis celos habían despertado. Había otros sentimientos que también empezaban a coger fuerza.



***



Pasaban los días y yo intentaba con todas mis fuerzas olvidarlo todo otra vez. Las horas las pasaba intentando mantenerme lo más ocupado posible para distraerme y no pensar mucho, pero una vez llegaba la noche y me tumbaba a solas en la cama, los recuerdos volvían. Siempre lo hacían. Mi cama parecía tan vacía como yo. Hubo noches en las que aún de madrugada seguía despierto, viendo la televisión o leyendo hasta por fin quedarme dormido por el cansancio.

No pensé que volveríamos a vernos tan pronto. Un día, estando en la cafetería, mi madre se acercó a mí y llamó mi atención tocándome el hombro con disimulo.

-Mira a quien tienes allí. -Me susurró.

Miré en la misma dirección que ella y no pude creer lo que veía. ¿Qué hacía allí RyeoWook?

-Ve con él, vamos. Seguro que viene a buscarte. -Añadió ella, empujándome suavemente hacia donde estaba él.

-¿Tú crees? Lo dudo mucho. -Le dije, negándome a acercarme. Mi corazón latía con fuerza y notaba mis mejillas rojas como dos tomates.

-Pues claro ¿Por qué sino iba a estar aquí?

Debía admitir que ella tenía razón. Mi mirada se cruzó un instante con la de RyeoWook y definitivamente supe que me buscaba. Pero no me atrevía a ir.

-Vamos, vamos. -Insistió mi madre con una sonrisa. Siempre le había tenido bastante afecto a RyeoWook. Parecía ansiosa por reunirme con él.

-Ya. Ya voy. -Solté un pequeño suspiro y dejé de lado lo que estaba haciendo.

Me acerqué a él con torpeza. No sabía qué hacer ni qué decir. No sabía si sonreír o no. Las anteriores veces siempre habíamos estado con KyuHyun. No entendía qué hacía allí solo y por qué quería verme.

-Hola. -Me dijo cuando llegué a él. Apenas sonreía.

-Hola, Wook. -Le saludé, intentando mostrarme con normalidad y no dejar ver que por dentro los nervios me estaban comiendo entero.- ¿Qué haces aquí? -Pregunté, siendo directo. Necesitaba saberlo cuanto antes para dejar de imaginarme cosas que no iban a ser verdad.

-Quería pedirte perdón por lo de la otra noche. Podría haberlo hecho por un mensaje, pero me apetecía ver como iban las cosas por aquí después de tanto tiempo. -Me respondió, pareciendo sincero con sus palabras.

-No te preocupes por eso. No tiene importancia. -Mentí, claro que la tenía. ¿Pero qué esperaba que dijese? “Espero que lo pasaras bien cambiándome por él”. Sí. Seguramente aquella habría sido una respuesta más sincera. Intuí que no había creído mi contestación. Fuera como fuera, no insistió.

Los dos nos quedamos un momento en silencio mirando hacia otro lado, sin saber qué decir. Parecíamos tontos.

-Habéis dejado la cafetería muy bonita desde la última vez que vine. -Me dijo, por fin.

-¿Sí? ¿Te gusta? Gran parte de la decoración es mérito mío. -Sonreí con un poco de orgullo.

-Siempre has tenido buen gusto. -Esta vez fue él quien me sonrió.

Se acercaba un nuevo silencio incómodo pero mi madre, oportuna como siempre, irrumpió entre nosotros con energía.

-¡RyeoWook, cuanto tiempo! -Exclamó, hablando como si lo acabase de ver ahora y hacía unos minutos.

Ella lo abrazó efusiva y dejó un beso en cada una de sus mejillas. RyeoWook, claramente sorprendido, correspondió a todo riendo. Mientras tanto yo los miraba asombrado.

-Pues sí. ¿Qué tal está? -Le dijo a mi madre, tan educado como siempre. O bueno, cuando le convenía.

-Ay, ya me ves. Trabajando como una loca. -Respondió ella, esbozando una amplia sonrisa.

-Por eso estoy yo aquí. -Le aclaré.

-Pero ahora no puedes estar trabajando, hijo. Wook ha venido a verte. Sentaos en alguna de las mesas vacías y tomad algo, anda. Será gratis.

No podía creer lo que estaba diciendo. Le lancé una mirada amenazadora que ella entendió a la perfección, pero en su rostro no había ni pizca de arrepentimiento.

-Si a él le parece bien… -Dijo RyeoWook, mirando a mi madre con una pequeña sonrisa en los labios.

-Claro que le parece bien. -Respondió ella por mí, sin darme siquiera tiempo a pensar en una respuesta por mí mismo.

-Sí, cierto. -Tuve que decir.

Nos hizo elegir algo para tomar, nos dejó solos y buscamos alguna mesa en la zona más apartada para estar tranquilos. No nos hacía falta hablarlo para saber que cuanto menos agobiados estuviéramos en un momento así, mejor.

-Me cae genial tu madre. -Dijo riendo, seguramente recordando su reacción al encontrarse.

-Siempre le has gustado. -Comenté.

-La madre de KyuHyun es… Complicada. -Me explicó, haciendo una pequeña pausa antes de continuar. Parecía dudar de si hacerlo o no.- Creo que no le hace mucha gracia que su hijo esté con otro chico.

RyeoWook no se equivocaba.

-Seguramente no. Aunque él siempre acabará haciendo lo que le daba la gana.

-Eso parece. -Me sonrió levemente.- Oye, JongWoon… Ya sé que has dicho que te daba igual, pero de verdad que quiero disculparme contigo.

-No tienes por qué hacerlo. Tienes novio y te vas con él de vacaciones a sitios que te gustan. Es lo normal ¿No? -Le dije, intentando hacérmelo entender a mí más que a él.

-Ya, bueno. No es solo por eso por lo que quiero disculparme. Sé que no te gusta quedar con nosotros. -Se puso serio. Parecía apenado.

-Él es mi amigo y lo va a seguir siendo. No tengo nada por lo que culparle. Kyuhyun ni siquiera sabe que ya nos conocíamos ¿O me equivoco?

-No, no te equivocas. -Aclaró.- No creo que le gustase mucho saberlo.

-Crees bien.

Mi madre nos trajo lo que habíamos pedido y empezamos a comer. Era por la tarde así que ambos habíamos optado por alguna cosa dulce para merendar. Yo lo acompañaba con un café y RyeoWook con un batido de chocolate.

-No sé por qué no he venido durante tanto tiempo. Con lo bien que se come aquí. -Comentó tras dar un trago al batido.

-Porque es de mi familia. -Respondí, casi sin pensar.

Seguramente debería haberme callado, porque él no respondió y eso nunca había sido buena señal. Me tocó volver a hablar a mí.

-¿Y tus padres qué tal están?

Pero él no pudo responder. Prácticamente antes de acabar de pronunciar mi pregunta Yura apareció allí, detrás de mí, sonriendo ampliamente y pasando sus brazos alrededor de mis hombros a modo de abrazo.

-¡JongWoon! -Gritó en mi oído. Qué molesto.- Por fin te veo.

Quedé en silencio unos segundos antes de decir algo, asimilando que aquella persona me había encontrado después de tanto tiempo intentando evitarle. Y encima en un momento tan poco oportuno. Me di cuenta de que RyeoWook frunció levemente su ceño al verla, seguramente preguntándose quien era esa chica que me abrazaba por la espalda con tanta confianza.

-Hola, Yura. -Le dije, sin poder evitar hacerlo de mala gana. Ella por fin me soltó y sin pedir permiso se sentó en una de las sillas que habían libres en la mesa donde estábamos.

-Pensé que ya no iba a encontrarte, tonto. Que susto me habías dado. -Dijo Yura, haciendo un leve puchero con sus labios al terminar de hablar.

-Al final lo has hecho. -Murmuré, de nuevo sin mucha emoción. Ni siquiera le miré. No me interesaba tenerle cerca.

-¡Sí! Tenía tantas ganas de verte, hermoso mío… -Se inclinó hacia mí y con un descaro impresionante, plantó en mi mejilla un beso. Porque no me lo esperaba, sino me habría apartado sin necesidad de pensarlo dos veces.

Miré a RyeoWook con desesperación, buscando algo de ayuda. Pero él solo parecía mirarnos un interés que asustaba.

-¿Interrumpo algo? -Preguntó él.

-No. -Me apresuré a decir.

-¿Y él quién es? -Dijo ella casi al mismo tiempo que yo.

-Soy un amigo. -Respondió RyeoWook, decidido. Yo pensaba decirle directamente que era mi exnovio, a ver si así se molestaba y se iba. Pero él no me dio la oportunidad de hacerlo. Una pena.

-Es el novio de KyuHyun. -Expliqué yo, moviéndome un poco para intentar quitarme a la otra de encima.

-Ah, conoces a KyuHyun también. -Le dijo RyeoWook a ella. ¿Por qué de repente parecía tan molesto?

-Sí. Trabajamos juntos durante un tiempo. Él me presentó a este hombre tan perfecto. -Respondió Yura refiriéndose a mí, riendo con timidez. Puse los ojos en blanco un instante, cansado de escuchar aquellos elogios que no iban a ningún lado.

-Ya veo. -Esta vez RyeoWook me miró a mí. Las cosas no iban bien. Nada bien.

-Yura, lo siento. Pero estábamos hablando de temas importantes y si no te importa… -Empecé a decir, pero RyeoWook me interrumpió.

-No, no. No pasa nada. Mejor me voy y te dejo aquí con tu novia.

¿Mi novia…? Definitivamente, absolutamente nada iba bien. A Yura por el contrario pareció gustarle el comentario.

-Hacemos buena pareja ¿Verdad? -Le dijo a RyeoWook. Joder. Las cosas no podían ir peor.

-No es mi novia. -Aclaré inmediatamente. Pero RyeoWook pareció ignorarme mientras se levantaba de la silla y para colmo, Yura me había cogido del brazo como si tuviésemos una relación de verdad.

-Pero hacemos una pareja preciosa. Admítelo. -Me dijo ella con una dulce sonrisa. Yo aparté el brazo del suyo y no respondí, pero ella ni se inmutó y siguió mirándome como una boba idiota.

-Sí. Hermosa. -Dijo RyeoWook con una sonrisa que yo conocía muy bien. Esa sonrisa que ponía cuando algo le molestaba enormemente e intentaba ocultarlo.

Y se fue. Dejándome solo allí con ella.

-Yo creo que me voy a ir también. -Me levanté de la silla de mal humor y cogí las cosas que habían sobre la mesa para recoger y dejarla limpia para otros clientes. No pensaba quedarme allí con Yura a solas y menos después de lo que había causado.

-¿Qué? ¿Por qué? No. No te vayas… -Me suplicó, poniéndome ojitos. Supongo que con ello intentaba darme pena, pero no causó ningún efecto.

-Tengo que hacer cosas. -Dije por último antes de irme, sin importarme si se notaba que estaba enfadado.

La dejé sola en la mesa que hace un momento había compartido con RyeoWook y volví al trabajo con tal seriedad que mi madre enseguida notó que pasaba algo. Había estado a punto de decirle de todo a Yura cuando vi que nos interrumpía, no se iba y para colmo empezaba a decir esas cosas delante de RyeoWook. El único motivo por el que me contuve fue porque sabía que esa loca se enfadaría y sería capaz de ponerse a gritarme delante de todos los clientes. No quería montar un escándalo en la cafetería. No sería bueno para el local.

Pero no iba a quedar así. Sentía la necesidad de explicarle a RyeoWook lo que pasaba y jurarle una y mil veces que ella no era nada mío. Con Yura hablaría seriamente y le diría que me dejase en paz. Por suerte se fue al poco tiempo de dejarla sola. No me apetecía para nada verle allí sentada. Hasta su presencia me empezaba a molestar.

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