Nota: ¡Muy buenas a todos! Este, creo, es el penúltimo capitulo de Your new enemy. Digo que creo, porque no sé si el final lo alargaré más de la cuenta. Pero bueno, tenéis aquí la “manera” de Eunjung y Jiyeon para expresarse que sienten una por la otra. Una manera para los más pervertidillos. Espero que os guste. ^^
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No había dormido nada en toda noche, ya que se la pasó meditando sobre que le ocurría con Eunjung, hasta que dio con la que parecía que era la respuesta. Sentía algo por ella aunque no fuese lo adecuado. Y no lo era porque era todo lo contrario a su persona, pero aun así, había sido la única que no la había tratado como todos y se mostraba tal y como era sin aparentar lo que no era.
Nunca antes se habíase arrepentido de algo como de haberle confesado que le gustaba. Corría por el pasillo esperando que no la siguiera, tan solo deseaba que la tierra se la tragase. No tenía que haber hecho nada, simplemente haberse guardado sus sentimientos y haber seguido para adelante con el tema del concurso y de ganarle. Pero su propio corazón la había traicionado. Cuando se quiso dar cuenta ya le estaba diciendo que le gustaba. Qué tonta había sido.
Giraba la cabeza para ver si la seguía casi a cada momento, pero por suerte para ella al parecer Eunjung se había quedado en el aula. Mucho mejor, así podrían meditar sobre la situación que acababa de vivir.
Cuándo se detuvo, sintió que los ojos le escocían debido a las lágrimas que amenazaban con salir. Se agachó colocándose ambas manos sobre las rodillas mientras intentaba volver a recuperar el aire. No estaba acostumbrada a correr tanto por lo que se había cansado.
Comprobó que justamente se había detenido frente a la puerta de un cuarto de baño, así que sin pensárselo se introdujo en el interior de este para poder echarse agua en la cara. Tal vez al hacerlo se despejaría y podría pensar un poco mejor.
Pero cuando se encontraba ya encendiendo el grifo de agua y con ayuda de sus manos echándose sobre la cara, escuchó que la puerta se abría y entraba alguien. A pesar de desear que no fuera Eunjung, fue ella quien entró respirando con algo de dificultad. Había corrido al igual que ella.
-Jiyeon, lo siento pero es que tengo que decirte algo -Dijo mientras las palabras se le entrecortaban debido a que aún estaba recuperando el aire.
-No me importa, no quiero saber nada, está todo claro -Quiso ya que el tema se acabase justo allí porque intuía que lo que le pudiera decirle pudiese causarle daño, y lo último que quería era tener que estar sufriendo.
– No, pero es que tengo que decírtelo si no, lo mal interpretaras todo y no quiero que eso ocurra -Sus ahogadas palabras, despertaron curiosidad en ella así que la miró fijamente a los ojos.
-¿Qué puedes decirme que no haya interpretado bien? -Con la cara mojada, cayendo las gotas por las facciones de su rostro, frunció el ceño.
-Pues… -Parecía como sí a Eunjung le costase pronunciar lo que quería contarle ¿tan difícil era? Mucho más le había costado a ella confesarle sus sentimientos y sin embargo lo había hecho ¿qué problema tenía?
Estaba a punto de darse por vencida y decirle que se olvidase de todo cuándo Eunjung se abalanzó sobre ella, dejando que sus labios se uniesen en un beso, algo que la pilló por sorpresa. Jiyeon abrió los ojos de par en par sorprendida por lo que acababa de pasar.
Cuando los labios de la otra se separaron de los suyos no pudo evitar fijarse en estos. No era la primera vez que ambas chicas se besaban, ya que la primera vez fue el día anterior pero al estar tan borracha ella no fue consciente, ni siquiera se acordó exactamente cómo fue. Pero el beso que se acaban de dar había sido tan real y a la vez tan corto, que incluso sintió el impulso de acercarse un poco más a ella y devolverle aquel beso.
-¿Qué has hecho…? -Le salió la pregunta de manera instintiva cuando por fin pudo reaccionar.
-Yo… lo siento… no sabía que decir exactamente… solo quería demostrarte qué es muy posible que en mí también hubiese florecido algún sentimiento hacia ti… las palabras no me salían así que supuse que el besarte lo dejaría claro. Un hecho vale más que mil palabras ¿no…? -Por un momento, en el que Jiyeon se mantuvo en silencio, pareció que Eunjung se estaba arrepintiendo de haberlo hecho, tal vez pensando que había estado mal. Pero en ningún caso era así.
Sin querer prestar atención a lo que su mente decía, se dejó llevar por aquel impulso de volver a besar a aquella chica que en tan poco tiempo había despertado algo que jamás hubiese imaginado que podía albergar en su interior.
Esta vez se dispuso a disfrutar un poco más del beso. Por un momento creyó recordar cómo fue besarla por primera vez pero no podía concentrarse en pensar ya que lo que comenzaba a surgir dentro de su cuerpo le nublaba la mente. No fue más que eso, un simple beso, pero cuando volvió a separar sus labios y clavó la mirada en sus ojos, comprendió que no había vuelta atrás.
Sin quererlo habían comenzado algo que no sabían si podrían detener. Tal vez es que no querían hacerlo. Tras unos segundos en el que intentaban leerse los ojos la una a la otra, volvieron a unir sus labios esta vez con algo más de efusividad.
Por un momento ambas chicas se olvidaron de donde se encontraban y el momento que tenían que vivir por delante, es decir, aún tenía que presentarse al concurso, pero tanto Jiyeon como Eunjung se habían olvidado completamente de aquello. Ahora simplemente se dedicaban a mover sus labios lentamente, como si estuvieran comprobando la textura de estos.
Sus movimientos eran cautelosos y lentos, como si sus labios no tuvieran prisa en recorrerse unos a los otros, como si quisieran hacerlo de tal manera que pudieran recordar perfectamente lo que era sentir los labios de la otra sobre los suyos propios. Pero no faltó mucho para que sus lenguas se unieran a aquel fogoso beso que iba cobrando intensidad poco a poco.
Sus tímidas lenguas se rozaban con cada pequeño movimiento que hacían y es que se habían dejado llevar por la danza en la que sus sentimientos se transmitían a través de aquel simple acto.
Con cada segundo que pasaba, Jiyeon volvió a sentir el impulso de poder tocarla con sus manos. No se detuvo al hacerlo, cuando sus manos se fueron lentamente hacia sus caderas. Tuvo miedo de que la chica reaccionara mal y se opusiera, que se echase hacia atrás después de haberle dado a probar lo que era sentirse por un momento con los pies fuera de la tierra.
Pero Eunjung le siguió el juego casi de manera inconsciente. Sus dedos acariciaban sus mejillas con una dulzura que jamás había podido experimentar, esa simple caricia, no sabía cómo, pero le estaba transmitiendo que le estaba gustando aquello tanto como a ella.
Eso fue un acto que le dio más fuerza a seguir un poco más. Y es que no sabía si aquello estaba bien, pero su cuerpo le pedía más, que no se detuviera allí y que siguiese comprobando que sus sentimientos eran correspondidos aunque fuese de aquella manera.
Sus labios volvieron a separarse mientras ambas chicas se miraban a los ojos de una manera especial. En ningún momento ambas hubieran pensado que aquella situación se les podría presentar en cualquier momento, y mucho menos teniendo en cuenta que tan sólo unos días antes no eran más que enemigas a la vista de todos.
-¿Estás segura de esto? -Con un tono suave, Eunjung le preguntó casi con un ápice de temor en su voz.
-Ahora mismo tan solo quiero dejarme llevar y comprobar si de verdad has inundado mi corazón -Las tiernas palabras que salieron de los labios de Jiyeon conmovieron a la chica. Una pequeña y tímida sonrisa salió de sus labios causándole a Jiyeon unas ganas tremendas de volver a besar aquellos dichosos labios ¿Y por qué detenerse justo ahora? nadie las iba a interrumpir ya que todos estaban muy ocupados.
Ninguna de las dos estaba dispuesta a pensar o replantearse si aquello estaba bien o no, simplemente querían seguir adelante y saber si de verdad estaban hechas la una para la otra.
Giraron un poco sobre si mismas hasta que Jiyeon pudo apoyarse en la encimera del lavabo. Sus labios volvieron a juntarse en un beso ahora sin nada de timidez pero a la misma vez romántico. Era fogoso y algo salvaje, pero aun así, despertaba en ellas algo dentro de su cuerpo.
Y es que no podían evitar que aquel hecho comenzase a encender un fuego dentro de ellas. Con un simple gesto sus cuerpos quedaron totalmente pegados de tal manera que Jiyeon podía sentir hasta la última curva de la chica. Sus manos habían un pasado de estar en sus caderas, a acariciar sus piernas. A pesar de la ropa podía sentir los fuertes músculos de sus muslos, algo qué hizo que sintiera ganas de tocarle directamente sobre la piel, aunque eso sería algo demasiado precipitado ¿no? Pero las ganas estaban ahí.
-Quiero que me beses por el cuello, te lo pido por favor -Casi le suplicó a Eunjung en un momento en el que sus labios se habían separado para que ellas pudieran respirar. Deseaba sentir ahora cómo besaba lentamente su cuello, y tal y como lo pidió la chica cumplió.
Sus labios acariciaban ahora la suave piel de su cuello arrancando de ella un profundo suspiro cuando un escalofrío le recorrió la espalda. El simple hecho de sentir aquellos besos provocaron un cosquilleo en la parte baja de su barriga que nunca antes había sentido. En realidad nadie antes le había tocado y mucho menos de la manera tan tierna que lo estaba haciendo Eunjung.
Sus besos ahora estaban descendiendo por su clavícula, paulatinamente, provocándole una mezcla de placer y cosquillas, mientras seguía descendiendo hasta lo que era su pecho. La miró a los ojos algo avergonzada ¿acaso iba a hacer lo que estaba pensando? Eunjung la levantó por un momento del suelo haciendo que se sentara sobre la encimera, y una vez que la tenía allí sentada, la observó como si le estuviera diciendo que en realidad ella quería seguir más adelante.
Jiyeon contuvo por un momento el aliento, cuando las manos de la chica levantaron el top ajustado que llevaba, dejándola tan solo con el sujetador de encaje que ese mismo día estaba estrenando ¿qué pensaba hacer? Pronto lo descubrió, ya que ahora sus besos eran sobre sus pechos. Besos lentos pero a su misma vez, intensos que provocaban pequeños escalofríos en su cuerpo. Cada vez sentía más calor pero también más ganas de qué Eunjung siguiera.
Ella misma estiró sus manos hacia atrás y se desabrocho el sujetador. Realmente se sentía avergonzada por lo que estaba a punto de hacer pero por otro lado quería que la chica se atreviese a ir más lejos y pensó que tal vez ayudándola lo conseguiría.
Dejando sus pechos a la vista de ella noto como sus mejillas se sonrojaba pero de poco le importaba ahora. Eunjung pareció captar la indirecta, así que algo tímida dirigió sus labios a uno de sus pezones tras cogerlo con una mano para que ella tuviese una buena visión de lo que estaba a punto de hacerle. Primero dejo un suave beso sobre su pezón, entreabriendo los labios poco después para lamerlo ahora con la lengua.
Quiso juguetear un poco provocándole que la respiración se le entrecortara debido a la excitación que estaba comenzando a sentir. Tan solo verla disfrutando mientras le hacía aquello, a Jiyeon le gustaba demasiado.
Dejó que siguiera con aquello un rato más pero cuando se dio por satisfecha, con su mano la cogió por la barbilla y la hizo levantar el rostro. Le plantó en los labios un profundo beso antes de volver a pegar la ella. Abrió las piernas un poco para que fuera mucho más fácil mientras que con una mano iba bajando poco a poco por su vientre.
Eunjung ya había tenido su turno para levantar en ella aquel placer, ahora le tocaba jugar un poco.
Aquellos dichosos pantalones estaban de por medio en todo momento. Antes queriendo rozar la piel de los muslos y ahora rozando con tan solo unos dedos lo que era su sexo. Cuando se encontraba haciéndolo noto cómo el mismo escalofrío que momentos antes había sentido, ahora era Eunjung quién lo sentía. Eso provocó que una sonrisa de satisfacción, surgiera en sus labios.
-¿Sigues estando segura? -Volvió a preguntar la chica pero esta vez en su voz se notaba ligeramente que estaba excitada.
-Te lo digo, estoy muy segura -Susurró sobre sus labios un momento antes de acariciar sobre la tela de los pantalones todo su sexo. Un delatante suspiro escapó de los labios de la chica haciendo, que ese pequeño acto, hiciese mella en ella también.
Estaban jugando con fuego, eso lo sabían las dos, pero al comenzar ese juego, ya no podían detenerlo, ninguna de las dos quería parar ahora. Tan solo llegar al final y poder aclarar si aquello que sentían era real o no ¿era la mejor forma de verlo? No lo sabían pero era la única que tenían ahora ante ellas.
Jiyeon había desabrochado los odiosos pantalones, y con su ayuda se los había quitado, ahora todo iría mucho mejor. Tenía ante ella a Eunjung toda para ella. Con pequeños movimientos acariciaba su sexo sobre la fina tela que era su ropa interior, mientras ella descendía sus manos bajo la falda que portaba haciendo prácticamente lo mismo.
Se estaban dando mutuamente placer ¿o estaban haciendo el amor? No estaba claro, pero lo que si sabían muy bien en sus mentes, es que aquel acto les estaba gustando demasiado, además, de unirlas más aunque no se percatasen de eso.
Acariciando lo que era su clítoris, Jiyeon estaba disfrutando como nunca ¿por qué nunca antes había pasado por algo como eso? Tal vez porque nunca había tenido a una persona como Eunjung ante ella, en la que confiase para poder hacerlo.
Pero el hecho de tenerla frente a ella, suspirando casi inconscientemente por el placer que ella misma le estaba causando, le gustaba incluso más de lo que sentía recorriendo por su cuerpo con los movimientos de sus dedos sobre su sexo.
Sus ojos se encontraron justo en un momento crucial. Ambas se sentían extasiadas por todo lo que sentían, por todo el placer que se estaban dando mutuamente. Sus labios se habían unido de nuevo en un morboso beso, bastante húmedo y salvaje. Ya no se preguntaban nada, ya no dudaban, simplemente actuaban como creían conveniente.
No supo que fue lo mejor de todo eso, cuando sintió como terminaba estremeciéndose Eunjung sobre sus brazos cuando llegó a un ligero orgasmo, o cuando fue su turno. Tan solo fue consciente que todo lo que había ocurrido allí era algo solo destinado para las dos.
Unas cómplices miradas que se dedicaron, unas pequeñas sonrisas de satisfacción y un casto beso en los húmedos labios, fue lo último que a Jiyeon le hizo falta para aclarar que lo que sentía por ella, no era un deseo sexual ni mucho menos un capricho. Era algo mucho más fuerte.
-Joder… el concurso… -Tras haberla ayudado a bajar de la encimera, Eunjung fue la primera en acordarse de la situación que estaban viviendo momentos antes de que se olvidase de dónde estaban.
-¿Qué hora es ya? -Preguntó mientras se ponía bien el top Jiyeon, buscando su móvil entre el pequeño bolso que había dejado caer a un lado antes de todo eso.- Es la una del mediodía, el concurso ha tenido que pasar ya… lo siento… por mi culpa no has podido ganar.
-¿Qué? Para nada, sí tenía pensado dejarte ganar a ti. No quería seguir con esta estúpida pelea, yo tan sólo quería ayudarte, y al final mira… -Confesó Eunjung, dejándola anonadada.
-¿En serio? Yo también pensaba en dejarte ganar a ti y acabar de una vez con esta maldita pelea que no tiene fundamento.
-¿De verdad piensas eso? ¿de verdad estás harta de pelear tontamente? -Casi tan sorprendida como ella, Eunjung abrió mucho los ojos alzando la mirada hacia ella.
-Bueno… tras los acontecimientos me he dado cuenta que el dinero y ser la mejor no lo es todo en la vida, además si quiero pasar un buen rato como hoy, me tengo que portar bien contigo -Dijo muy coqueta ella, comportándose como si se tratase de una niña buena.
-Venga ya ¿en serio? -Eunjung soltó una pequeña carcajada que dejo a Jiyeon observándola eclipsada ¿por qué antes no se había dado cuenta de la hermosa risa que tenía?
-Por favor prométeme una cosa -Tras unos segundos observándola, cambio totalmente de tema acercándose todo lo que pudo a ella. Sus labios casi se rozaban.- A partir de ahora no habrá peleas, y tampoco te alejarás de mí. Prométeme qué te vas a quedar a mi lado y que nunca te marcharas. Yo… tengo mucho miedo y siento que solo tú puedes ayudarme afrontar todo…
-Cuenta conmigo, estaré a tu lado siempre que me necesites -Fueron las últimas palabras de Eunjung antes de fundirse en un beso, esta vez, cargado de amor.
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