Nota: ¡Muy buenas! ¿Qué tal les va? Hoy os vengo a dejar el segundo capitulo de este serial ¿os está gustando? Quisiera saber vuestra opinión, sea buena o mala. Pronto os dejaremos más cosillas. ^^
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Lo que le había sucedido ese día era lo más raro que le había pasado en toda su vida. Nunca le había sucedido nada igual. Ni siquiera estuvo de acuerdo con el cambio de instituto que sus padres se empeñaron en hacerle al mudarse de ciudad. Ella quiso quedarse en su antiguo pueblo, y no ir allí.
Y cuando tuvo que aceptar el hecho de que tendría que mudarse, cambiar de ambiente y conocer gente, no se le pasó por la cabeza que en la primera semana tendría a una diva amenazándola por superar su nota. Por la situación diría que quería intimidarla, pero la verdad es que no. No tenía ningún amigo allí, y si tenía que vivir con la gente burlándose de ella, le daba completamente igual.
Mentiría si dijera que no estaba acostumbrada a eso. Siempre le habían hecho de todo en la escuela, pero se había enfrentado a ello, y en la ciudad no se iba a quedar como una cobarde. Ya podía tener una imaginación retorcida esa chica, que a ella le daba igual.
En aquel lugar era prácticamente invisible. Nadie se fijaba en ella, y eso le gustaba. Hasta que había aparecido la diva de turno.
Algo ofuscada, se fue a comer algo rápido, y a continuación, a la siguiente clase.
La clase que tendría ahora le gustaba bastante. Era una clase de canto, y siempre su pasión era cantar, además de haber ganado algunos certámenes de canto que se habían celebrado en su escuela anterior. No le gustaba presumir, pero asumía que tenía una hermosa voz para el canto.
Llegó la primera, así que pudo elegir tranquilamente un asiento. Pero no le resultó muy difícil decidirse. Se fue directa al final de la clase, y se sentó en la última fila, donde no molestara a nadie. Ya tenía suficiente con la amenaza de una loca por todo el día como para seguir llamando la atención.
Sacó una pequeña libreta de colores que siempre llevaba encima suya, para escribir las cosas que cruzaban por su cabeza, como pueden ser ideas o sensaciones. Era una manera de desahogarse que siempre ha tenido y que apenas nadie conoce. Disfrutaba como una niña escribiendo las paranoias que se le cruzaban por la mente cuando soñaba despierta. Luego, lo releía con el tiempo, y se asombraba de sí misma.
La gente estaba entrando al aula, y antes de que cualquiera que se percatarse, guardó su libreta en su lugar, en su bolsa. Al levantar la mirada, se encontró con la diva de antes ¿cómo se llamaba? No sabía ni su nombre, tampoco le interesaba. La estaba mirando, como si le estuviera clavando la mirada hasta el alma, pero ella no se iba a quedar así, le devolvió la mirada, tan duramente como podía.
La clase no tardó en empezar, el profesor, apareció algo apresurado. Desde donde ella estaba, lo veía sudar. Era un profesor muy raro, totalmente distinto al profesor de la clase anterior. Por lo que había podido escuchar en otras clases, ese hombre estaba muy presionado por el director, ya que al parecer no hacía las cosas como quería.
-Hola, chicos, hoy vamos a dar una clase de canto, pero para eso, necesito ver los niveles que tenéis los nuevos, ya que los días anteriores yo no he podido estar aquí, vamos a verlo ahora.
Paseaba la mirada por todos los allí presentes, como si estuviera contándolos para comprobar que estaban. Cuando su mirada se posó en ella, Eunjung se sintió algo cohibida. Le estaba mirando de una manera muy extraña, como si le quisiese leer la mente, saber lo que estaba pensando. Un escalofrío recorrió su espalda.
-Pero para que podáis demostrar lo que sois capaces, os voy a enseñar como lo hace la mejor cantante que tenemos en clase -El profesor, se puso ante su mesa, y le hizo una seña a la diva de antes, como indicándole que empezará a cantar.- Jiyeon, muéstranos a todos el hermoso don que tienes para cantar.
-Por supuesto, profesor -Ella, muy puesta, se puso recta. Por lo menos ya sabía cuál era su nombre.
La chica, carraspeó antes de respirar profundamente y comenzar a dejar que los sonidos salieran de su boca. No cantaba nada en especial, solo entonaba una nota, cambiando algo los tonos para crear como una melodía. Nada en especial.
Tenía que reconocer que tenía una hermosa voz. Todos allí parecían estar como embobados por como cantaba, como su una diosa hubiera bajado de los cielos y se hubiera puesto allí a deleitarlos a todos con su voz y se sintieran como privilegiados por vivir ese momento. Ella no lo veía nada del otro mundo.
Al terminar, la vio sonreír con superficialidad, como si se tuviera muy creído que cantaba mucho mejor que cualquiera. Su ego estaba alto, se le veía desde donde estaba ella, además se le subió más cuando toda la clase comenzó a aplaudirle con euforia.
-Gracias, Jiyeon, por demostrarnos lo que es cantar de verdad -El profesor, sonriendo algo nervioso, se dirigió a toda la clase.- Vamos a ver, chicos, necesito que los que sean nuevos, os pongáis en pie,, para que os tenga localizados y os escuche cantar, y así poder ver qué nivel tenéis y daros consejos para mejorar, aunque no llegaréis al nivel de nuestra cantante principal, claro.
Volvió a señalar a Jiyeon, que se hizo la coqueta. ¿Era ella o allí estaba viendo como el profesor le estaba alabando cada dos por tres? ¿A qué venía tanto favoritismo? No sabía mucho acerca de ella, pero allí parecía que controlaba hasta a los profesores. Ya tendría tiempo para informarse y saber de que pie cojeaba por si le daba por cumplir su amenaza.
Por un momento, cuando ya estaba en pie, se cruzó con su mirada. Era una mirada fría, como si la estuviera muy por encima de ella, como si fuera un ser inferior. Pero le mantuvo la mirada, sin quedarse atrás. No iba a dejarse intimidar por ella, solo porque controlara a la gente a saber cómo.
-Vale, tú, chico, empieza cantando una nota, como ella -Le indicó a un chico nuevo que estaba en pie en la primera fila.
Eunjung estaba pendiente de como lo hacía, y lo que hizo ese muchacho al abrir la boca, fue graznar. Lo intentaba, se esforzaba, pero los gallos que salían de su boca era algo horrible. El profesor lo hizo parar con una mano, por suerte para los demás.
-Vamos a tener que tratar contigo este tema, tendré que darte una tutoría para enseñarte a controlar tu voz -Tras responderle, se pasó a una chica que había un poco más atrás de él.- Canta tú ahora, a ver que tal lo haces.
La chica se tomó su tiempo. Estaba muy nerviosa, desde donde estaba la vio, como le temblaban las manos y que le costaba controlar su respiración, pero tras unos segundos, comenzó a entonar un suave tono. No lo hacía nada mal. No podía controlar del todo su voz, pero por lo menos no era algo tan horrible como el primer chico.
El profesor parecía estar encantado al encontrar a esa chica. Realmente, con un poco de control y algunos trucos, podría superar a la diva de Jiyeon, sería demasiado fácil, y por la mirada que le estaba lanzando esta, también se había dado cuenta de lo mismo que ella.
-Bien, bien, pero necesitas unos cuantos ápices para poder mejorar un poco, sí, sí -El profesor cortó su cante, pasando en seguida a otro.
Se detuvo un momento, buscando quien sería el siguiente alumno al que le haría cantar, cuando sus ojos se encontraron con los de ella. Por un momento, se le quedó mirando, de manera extraña, pero puso de los nervios a Eunjung ¿por qué le miraba de esta forma? ¿es qué tenía algo?
-Tú también eres nueva, ¿verdad? -Le preguntó de pronto. ¿Es qué no veía que también estaba en pie?
-Sí, lo soy -Eunjung le contestó, sintiendo ahora la mirada de todos en ella. Que poco le gustaba ser el centro de atención.
-Cántanos algo, que veamos el nivel que tienes -El tono de amabilidad que el profesor había usado con ella, no era ni por asomo al tono borde que había utilizado con los dos chicos anteriores.
Eunjung lo miró por un momento algo dudosa. No creía que fuera lo más correcto de hacer, pero lo intentaría. Cerró los ojos para así concentrarse, y tomando aire, comenzó a dejar que los sonidos salieran de su boca. No miraba a nadie en concreto, solo miraba a la mesa que tenía enfrente mientras que cantaba.
No estaba cantando ninguna melodía a posta, solo dejaba que salieran sonidos, que tuvieran algo de acorde. Para ella, le dio la sensación que pasaba una eternidad mientras cantaba, hasta que tuvo que parar porque no dio por hecho que había cantado suficiente, ni siquiera el profesor la había parado como había hecho con algunos de sus compañeros momentos antes.
Cuando levantó la mirada hacia el educador y a todos sus compañeros, que la miraban en silencio, con caras de asombro ¿qué había hecho para que la mirasen así? ¿Tan mal cantaba? Su rostro comenzó a enrojecerse por la vergüenza que la estaba inundando cuando comenzó a escuchar un leve aplauso, que poco a poco se volvía más grande y todos aplaudían, sonriendo. Incluido el profesor.
-¡Enhorabuena! Cantas maravillosa bien, me atrevería decir que incluso mejor que Jiyeon ¿no te has planteado participar en el certamen de canto? -Le dijo el profesor al momento, dándole una palmada en la espalda.
De impacto de esa situación, no sabía ni que decirle, se limitó a sonreír. Pero al escuchar el nombre de la diva, se atrevió al momento mirarla, y fue un error. La mirada envenenada por el odio que le estaba dedicando hubiera asustado a cualquiera, aunque a ella no.
Al parecer no le había gustado que recibiese adulaciones de esa manera por parte del profesor y de los demás, y estaba segura, que lo que más le estaba fastidiando es que le hubiera dicho que podía ser incluso mejor que ella. Aquella mirada solo le decía que tendría problemas, pero es que le daba realmente igual.
Les sonrió a todos sus compañeros que le aplaudían, aprovecharía su momento de gloría, todo lo que pudiese. En seguida el profesor volvió a su posición y todos se sentaron, acabando de aplaudir y felicitarla.
-Hemos descubierto que tenemos otra estrella entre nosotros, quien sabe, a lo mejor este año conseguimos ganar a los otros institutos -Lo dijo como si fuera un sueño, casi imposible de conseguir y como si ahora le estuvieran dando la oportunidad de hacerlo.
Desde su posición, podía ver como la diva echaba humo en su asiento. Murmuraba cosas, seguro que maldiciéndola, mientras movía la cabeza con energía y le lanzaba unas miradas asesinas. Estaba claro que su actuación le había molestado, pero eso tan solo a ella le causaba gracia, aunque después la otra fuera dispuesta a vengarse.
Se sentía satisfecha, porque en algo más había fastidiado a esa diva, sin quererlo había descubierto lo que parecía ser sus puntos débiles. Que alguien estuviera por encima de lo que se le daba bien. El estudio y el cante ¿Habría algo más? Le divertiría bastante que hubiera más cosas con las que poder cabrearla así.
Odiaba a la gente que iba con aires de superioridad, que se creía que podía estar por encima de los demás por destacar en algo. Esa gente le reventaba demasiado, y por eso mismo, el hecho de demostrarles que en realidad las cosas no eran como ellos se creían que era su mundo, le satisfacía. Allí todos eran iguales, ninguno era más ni menos. Y si alguien pensaba ir como quien mandaba en todos los que estaban allí, es que tendría muchos problemas de personalidad.
Tampoco tenía nada en contra de ellos, pero sí que quería demostrarles que la realidad no era como se imaginaban. Ella misma había sido víctima de gente así, había pasado muy malos momentos, y no quería que nadie más fuera a sufrir por alguien así. Si la diva de Jiyeon quería tenerla como su objetivo, se convertiría en su enemiga, que no iba a rendirse en plantarle cara.
Y esta idea, le surgió, cuando al salir de clase se acercó a ver las nota que tendría la chica para ponerse a decirle que tenía más que ella, cuando se dio cuenta que las notas habían sido cambiadas. Su nota no era la que tenía anteriormente. Había pasado de 0 a un 8 ¿cómo era eso posible?
Buscó con la mirada el nombre de Jiyeon, y ella tenía un 10. Las cosas no le cuadraban muy bien, algo había ocurrido allí. Aquello no estaba bien, si hace tan solo unas horas ella tenía más nota. Al girarse, indignada y cabreada por aquel cambio tan brusco, se encontró de frente al profesor de esa asignatura que le había cambiado la nota.
-Profesor, aquí ha habido un error, en las notas. Yo hace unas horas tenía mayor nota ¿por qué ahora tengo esta? -Le preguntó Eunjung, algo agobiada al no entender que había ocurrido.
-Sí, lo ha habido. Me equivoqué revisando los exámenes y tú no habías sacado esa nota, era de Jiyeon, no tuya. Pero revisé los exámenes y me di cuenta. Por suerte he podido rectificar a tiempo -El profesor, tan tranquilo como si no fuera nada, se marchó, dejándola allí.
¿Cómo podía haber pasado eso? Bueno, en realidad estaba claro. Eunjung estaba segura que todo había sido idea de Jiyeon, que habría ido a hacerle una visita al profesor y habría hecho algo para que cambiaran las notas. Se mordió un labio, nerviosa. Ella había empezado su juego, iba en serio. Pero no sería ella quien se acobardaba. Las cosas se iban a poner muy mal.
Por ahora tan solo se limitaría a observar y ver cómo iba a hacerle daño, aunque ya hubiese empezado a hacerlo. Pero aun así, quería ver que era capaz de hacer, y ya con eso, saber cómo contraatacar.
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