martes, 7 de junio de 2016
(YeWook) University -Serial- Capitulo 3
Esa noche, había demasiado trabajo. No dejaba de servir copas, de sonreír a los clientes y tener que aguantar los piropos obscenos de algún que otro borracho. Le habían derramado media cerveza encima de su delantal de camarero, y ahora olía a borracho él mismo, sin ni siquiera haber tomado nada.
Por más que miraba el reloj, las horas pasaban lentas, aun le quedaba, pero estaba deseando volver ya a su casa. El día había sido duro. Y Yesung, con sus bromitas, no había ayudado demasiado. Estaba cansado y solo deseaba meterse en su cama y desaparecer del mundo durante un momento, aunque fuese, ya que tampoco le quedaba muchas horas para dormir después del trabajo.
-Hola, precioso, ¿qué tal llevas la noche? –Uno de los clientes que más iban al local, se le acercó, mientras estaba en la barra, sirviendo algunas bebidas.- ¿Me pones un coctel de los que tú solo sabes hacer?
-Claro –Con voz amable, y una expresión similar, aunque no con ganas, Ryeowook, se giró para coger las botellas que componían el coctel que le había pedido ese cliente, para hacerlo delante suya.
Sentía la mirada de ese hombre sobre él, aunque no le hacía mucha gracia. Ese hombre le daba mala espina, le miraba con una mirada extraña, como si lo estuviera violando con la mirada, y eso, le causaba escalofríos. Se dio prisa para acabar lo que estaba haciendo cuanto antes y perderlo de vista.
-Aquí tienes –Le puso la copa en frente suya, con una pequeña sonrisa, pero al levantar la mirada para ver su rostro, sintió más ganas de irse de allí. Se mordía el labio mientras lo observaba fijamente, con ojos dislocados.
-Gracias, precioso –Ese hombre, tomó su copa, y le dio un sorbo pero sin apartar la mirada de Ryeowook. Asustado, se apartó, para atender a otros clientes y ni pensar en ese loco.
Para ser jueves, el lugar estaba lleno, así que tardaría en irse esa noche a casa. Por suerte, en la universidad, no tenía clases los viernes, así que no tendría problemas de sueño ese día. Sirviendo unas jarras de cerveza a una pareja que parecía estar discutiendo, se dio cuenta que unos jóvenes, al fondo de la barra, le llamaban la atención para que les atendiera. Pero al acercarse a ellos, para ver que quería, pensó, que el día no podía empeorar más. Eran los amigos de Yesung, y como no, el mismo Yesung.
-¿Qué queréis? –Les preguntó, con voz, muy poco cortes.
-Vaya, si es nuestro querido Ryeowook, ¿qué amabilidad es esa para tus clientes? –Kyuhyun fue el primero en darse cuenta de quién era. Todos rieron su broma, pero al ver que Ryeowook les miraba serio, y sin intenciones de responderle, decidió decir lo que querían.- Ponnos unas birras para todos, somos cinco.
-Perfecto –Se preguntaba que hacían allí, como si no hubiera otros locales a los que ir. Y menos, se esperaba tener que encontrárselos. Fue directo a por unas jarras, y después al grifo. Mientras llenaba las jarras, con cuidado, de que no fuera todo espuma en la jarra, sentía más de algunas miradas puestas en él. De normal, no le importaba, pero ahora se sentía incómodo, y más sabiendo de quien podría venir.
-Aquí las tenéis, cuidaros, no os vayáis a atragantar –Les dijo mientras dejaba las jarras de cerveza ante ellos.
-Que amable por tu parte, Ryeowook –Esta vez, le habló Yesung, con una sonrisa traviesa en el rostro.- No pensábamos que trabajaras en un sitio como este, y menos después de tu pequeño susto de esta tarde.
Las palabras de Yesung, provocó las risas de todos sus compañeros, pero Ryeowook, puso los ojos en blanco, y se alejó de allí. No tenía ganas de discutir, y mucho menos con unos ineptos como aquellos.
Optó por ponerse a fregar algunos vasos, mientras volvían a pedirle que le atendiera algún cliente. Pero la persona que menos esperaba ver, se acercó a el.
-Ryeowook, me gustaría preguntarte algo.
-¿Qué quieres de mi Kangin? –Dijo, sin levantar la mirada, ya que lo había visto acercarse.
-Quisiera aclararte, que yo no tenía ninguna intención de que pasara eso en la universidad. Ni si quiera sabía bien lo que pretendía Yesung, de verdad…
-No te disculpes, supongo que es tu amigo y haces lo que te diga él –Ryeowook se encogió de hombros, sin darle mucha importancia a lo que le estaba diciendo.
-No, no lo hice porque Yesung me lo dijera, es más, no quería. Pero estaba Leeteuk… -Fue dejando de hablar, poco a poco, bajando la vista. Pero fue Ryeowook quien la levantó para mirarle bien cuando dijo eso.
-¿Te gusta Leeteuk?
-Éramos amigos de niños, aunque estuvimos un tiempo alejados, pero no me gusta tener que hacerle estas cosas porque Yesung quiera molestarte. –Levantó su mirada, para encontrarse con la Ryeowook. Estaba siendo totalmente sincero con él, y de eso, se dio cuenta.
-Vaya… Así que sí, te gusta… Pues te voy a dar un consejo, lo peor que puedes hacer, es tontear con chicas o con quien sea, delante suya –Con una pequeña sonrisa en el rostro, Ryeowook, siguió fregando, ya que había parado un momento.
-Lo sé. Simplemente lo hice por Yesung, pero quiero pedirte disculpas, no quería hacerte eso –El arrepentimiento, se notaba en la voz de Kangin, así que con un suspiro, Ryeowook, asintió con la cabeza, aceptando su disculpa.- Y… una cosa más. Si te preguntas que hacemos aquí, es porque Yesung ha sabido que estabas aquí trabajando y quería venir a verte, aunque te haya jodido, algo dentro de sí, se siente culpable. Yo no te he dicho nada.
Kangin, se fue, tras terminar de hablar. Ryeowook, se quedó pensando lo que le dijo. Si Yesung se sentía culpable en el fondo, él no. Y si estaba allí para verlo, y así aprovechaba para humillarlo, se aprovecharía. Estaba trabajando, pero siempre hay tiempo para poder molestar a alguien.
-Buenas noches, Ryeowook, ponme lo de antes –Una voz risueña, lo hizo dejar de fregar. Una joven clienta que solía ir mucho al local, se apoyaba frente a él, sobre la barra, dejando más visible, su escote. Siempre vestía trajes ajustados, con un peinado de peluquería, y maquillada hasta el ultimo detalle. Iba siempre a provocar a solteros y poder pasar una buena noche en compañía. Con Ryeowook lo había intentado pero no había conseguido mucho.
-En seguida –Esta vez, con una verdadera sonrisa amable, sirvió a la chica un tinto de verano, con un solo hielo, como ella quería. No tardó mucho en ponérselo, pero la chica no se fue, parecía buscando algo de conversación.
-¿Has visto el chico que hay al fondo, apoyado en la barra –Ella jugaba con su vaso entre una de sus manos, mientras Ryeowook miraba disimuladamente donde le había dicho. Se trataba de Yesung, como no, se había fijado en él.- Es un chico bastante apuesto, ¿verdad?
-Sí, pero mejor no te acerques muchos a él.
-¿Por qué no? –Lo miraba con curiosidad, mientras Ryeowook se contenía las ganas de sonreír de manera satisfactoria por que se vengaría de Yesung.
-Bueno, está en la misma Universidad que yo, y si te digo la verdad, cuando he ido a servirle su bebida, me ha comentado que cuando te ibas, que estropeabas el ambiente.
-¿Eso te ha dicho? –La chica parecía algo dolida, y le daba pena, pero tal vez le bajaran los humos, ya que muchas veces la había visto humillando a chicos allí, delante de todo el mundo.
-Bueno… En realidad, exactamente no… -Ryeowook intentaba hacerse el desinteresado ante ella, como excusa para buscar algo bien argumentado para decirle.
-¿Qué te ha dicho entonces?
-Uno de sus amigos, te ha señalado, y ha dicho que eres bastante fea, que tenías más pinta de prostituta, algo así, como que tienes cara de prostituta de carretera… -Ryeowook se acercó a ella, para que lo pudiera entender mejor. Y así poder ver la expresión, en el rostro de ella, que cambiaba por momentos.
-Ese charlatán se va a enterar –Volvió sobre sus pasos. Ryeowook la conocía de verla por allí y sabía de lo que era capaz, así que también se acercó hasta Yesung, pero sacando el móvil, quería grabar lo que estaba a punto de pasar.
Con el móvil ya grabando, la chica, furiosa, se acercó hasta Yesung, el cual le sonreía con descaro. Estaba claro que a él le gustaba la chica, pero no era consciente de la que le iba a caer.
Un sonido hueco, llenó todo el local. Tanto Kyuhyun, como Kangin y todos los amigos de Yesung que estaban allí, junto a los que los rodeaban, comenzaron a reír como nunca antes Ryeowook había visto. Hasta el mismo se estaba riendo con demasiadas ganas.
La chica, le había golpeado en la cara, pero el golpe había llevado un regalo. Esa chica, siempre se había comportado de manera rara, y con razón. Antes de darle el guantazo, se había puesto una compresa en la mano, y al darle el golpe esta se había quedado pegada en la cara de Yesung. Después de eso, le escupió en la otra mejilla, libre, y se había marchado.
Las risas no se podían contener. La situación era vergonzosa y embarazosa, pero a la vez, demasiado divertida. Pero lo que más hacia reír a Ryeowook, era la cara de Yesung, quien aún no entendía que estaba pasando.
Sus amigos, mientras se ahogaban en las risas, le hacían fotos. El rostro neutro, con la compresa pegada a un lado, y la saliva, cayendo lentamente en su mejilla, era todo un espectáculo.
Pero sus amigos, no eran los únicos, otros también le echaban fotos, pero Ryeowook, tenía todo grabado. Aun riendo, termino de grabar, y mandó el vídeo a todos los contactos que tenía de la Universidad. No tardarían en verlo y propagarlo a todos, y cuando Yesung volviera el lunes a clases, su espectáculo con la serpiente no sería nada al lado de eso.
Cuando Yesung reaccionó, miró a todos lados, viendo como todos se reían. Se quitó al segundo la compresa de la cara, y la dejo caer al lado. Con una servilleta que cogió de la barra, se limpió el escupitajo de la cara, la cual, estaba completamente roja por la vergüenza. Después se metió en el baño, mientras en el lugar todos dejaban de reír poco a poco.
Guardando ya el móvil, Ryeowook pensaba que eso había sido lo mejor que le había pasado en el día, y con creces. Así que se dispuso a terminar la noche con la mejor cara posible para poder acabar antes y volver a casa. Y así fue.
Para su suerte, no volvió a ver a Yesung en el resto de la noche. Lo más seguro, es que después de todo lo ocurrido, se hubiera ido a casa, y con razón, él también lo haría. El cliente que le miraba de manera extraña, seguía por allí, y le había dado la sensación, de que una vez que había pasado por su lado, le había rozado el trasero.
No había pasado nada más en toda la noche, solo un mensaje de Leeteuk, riéndose sobre la situación de Yesung, ya que también se lo había mandado a él.
En cuanto se fue todo el mundo del local, barrió y recogió el lugar con ayuda de los demás camareros con prisa, y así, terminó pronto. Alegre se fue directo a casa, aunque fuera, hacía frío y apenas había nadie en la calle, como siempre cuando salía de trabajar a las cuatro de la mañana.
La cama lo estaba llamando, su cuerpo lo estaba pidiendo, aunque el camino de vuelta, era pesado y largo. Pero cuando acabó llegando, deseando poder dormir, se encontró con un problema delante de su casa.
-¿Qué haces a esta horas en la puerta de mi casa, Yesung?
-Sé que el del vídeo de mi accidente has sido tú, y me pregunto una cosa ¿No habrás sido tú el que ha provocado a la chica para que me hiciera eso? –Yesung, estaba de pie, apoyado en una farola que había en la entrada de su casa.
-Claro, no tengo nada más que hacer, que mientras trabajo, liarla en el propio local en el que trabajo, venga ya, Yesung, estoy muy cansado, tengo ganas de dormir, no de aguantar tus tonterías –Suspiró cansado, para que creyera mejor la mentira, aunque el suspiro era más que verdadero.
-Lo que tú digas –Se separó de la farola y se acercó hasta él, con las manos metidas en los bolsillos delanteros.- Pero el del vídeo sí que has sido tú.
-No lo podía evitar, era mi oportunidad para devolverte lo de la serpiente, te pasaste demasiado, sabes que les tengo fobia.
-Sí, no niego que me pasara con eso, pero tú te has pasado mucho más.
-Yo no me lo he ganado.
-Yo creo que sí.
-¡Ay! Ya basta. Estoy harto de estas peleas absurdas, que nunca he entendido a que vienen. No sé qué tienes conmigo para que siempre estés buscando hacerme quedar en ridículo. De verdad que no lo entiendo, explícamelo, porque estoy cansado, quiero que acabe esto ya de una vez.
Yesung esperó a que Ryeowook terminara de hablar, y cuando lo hizo, no perdió el tiempo. Se inclinó un poco sobre él y juntó sus labios durante unos segundos. Ryeowook no lo rechazo, ni si quiera se movió, y cuando se separó de él, lo vio como si no entendiera nada, y lo veía normal. Ni si quiera él mismo sabía porque se había comportado así.
Sin decir nada más, se dio media vuelta para marcharse, dejando al menor allí. Unos pasos más alejado de Ryeowook y su casa, se llevó unos dedos a sus labios. Aun sentía el calor de los labios del menor. Le había gustado besarlo, estaba deseando darse la vuelta y volver a besarlo, una y otra vez. Pero no lo hizo. Siguió alejándose de allí, ocultando su deseo por Ryeowook.
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