Nota: ¡Muy buenas a todos! ¿Qué tal vais? De nuevo, os vengo a dejar un capitulo de Your new enemy, donde el ambiente empieza a caldease más entre Jiyen y Eunjung, eh. Posiblemente, pronto publicaremos un cuestionario, muy corto, donde os preguntaremos que historias y de que grupos, queréis que haya fanfics en el blog. Esperamos que participéis. ^^
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Ese mismo día, el día que el instituto celebraba una fiesta en honor a su fundador, siempre se encargaba del discurso de bienvenida, además de prepararlo todo. Ese año, no tenía muchos ánimos para hacer algo así. Y mucho menos en un día como ese. Se pasó toda la noche rebuscando por la casa, a la misma vez que se comía la cabeza ella sola.
Maldita Eunjung. Desde que la conoció todo le iba mal.
Todo empezó cuando Boram fue a buscarla con urgencia porque tenía un chisme muy interesante ¿qué podía ser más interesante que los vestidos que estaba buscando en la web? Le vino diciendo que la gente iba diciendo que Eunjung cantaba mucho mejor que ella.
Ahí comenzó todo. Sus amigas le estuvieron diciendo que todo era obra de ella para dejarla por los suelos, para quedar ella por encima y demostrarle a todo el mundo que no valía tanto como hacía creer.
La ira qué recorrió su cuerpo, provocó que acabará encerrándose en el cuarto de baño para llorar desconsoladamente. Cuál fue su colmo que a los cinco minutos de estar allí apareció Eunjung
La forma en la que la miraba y expresaba su lástima hacia ella hizo que se enfureciera. Una parte de ella deseaba confesarle todo lo que sentía todo lo que le había hecho sentir. Pero algo se lo impedía, no podía contarle nada, ya fuera por miedo o porque en realidad no confiaba ni en ella ni en nadie.
Sus palabras le enternecieron por un momento, quiso expresarse, dejarse llevar, pero la vida de afuera volvió a su mente con sus duras palabras. No tuvo más remedio que demostrarle que no era débil y que no podría con ella, demostraría todos qué no conseguirían acabar con ella.
Con su furia, con la que se cegó por la situación, se marchó de allí sin darse cuenta que se estaba dejando su diario personal. Al llegar a casa se dio cuenta que no lo tenía. Rebuscó en sus cosas, incluso en toda su casa, pensando que se lo había dejado allí pero nada. Por más que buscara su diario no estaba allí, ¿dónde podría estar? Si se lo hubiese dejado en el instituto posiblemente alguien lo tuviera y al ver que era suyo lo leería sin dudar.
Cuando descubriese quién lo tenía sufriría y más si hubiese atrevido a leer una sola frase de lo que había escrito. Tenía las ideas y los pensamientos que nadie sabía escritas entre aquellas páginas, y si no quería que todo el mundo la tomase como una sentimental, tendría que recuperar rápidamente el cuaderno, pero ¿quién lo tenía? Eso es lo que tendría que descubrir.
Lo primero que hizo al llegar al instituto fue preguntar a los conserjes si su diario estaba allí. Con un no como respuesta, Jiyeon se marchó de allí preguntándose a sí misma quién lo podría tener. Fuese quién fuese, más le vale que se lo devolviera pronto.
Cuándo iba caminando por los pasillos se encontró con el director, una de las personas a la que menos quería ver.
-Hola, Jiyeon, ¿estás preparada para las conferencias que hay preparadas y de la comida? -El director, con una sonrisa en el rostro, fue directo en cuanto la vio.
-Lo siento, no voy a poder asistir, no me encuentro muy bien -Jiyeon disimulo lo mejor que pudo con su típica sonrisa de niña que nunca ha roto un plato.
-Es una pena, esperaba contar contigo, pero no pasa nada espero que te mejores -Y haciéndose el amable, el director se marchó dejándola sola. Se pensaría que como años anteriores haría alguna donación para la celebración. Pero tal y como estaba la situación en su casa, no podía ir dejando dinero allá por donde fuera como solía hacer.
Lo primero que hizo fue a buscar a sus amigas y preguntarles si sabían algo de su diario, pero no tenían ni idea, y tampoco sabían quién lo podía tener. Jiyeon quería tirarse de los pelos, no había manera de encontrar su diario y para colmo ese día estaba el instituto más lleno de gente que de normal ya que todos venían para la fiesta, incluso los que nunca se presentaban a clase.
Volvió sobre sus pasos, acabado en el cuarto de baño donde el día anterior se enfrentó con Eunjung. Unas chicas que estaban arreglándose, salieron cuando la vieron entrar. Mucho mejor para ella, así podría buscar tranquilamente. Pero ni estando sola, ni rebuscando por todo el baño encontró rastro de su cuaderno. Alguien debía tenerlo ¿pero quién?
Al salir se topó de frente con Eunjung que parecía más perdida que el primer día que la vio, iba a ignorarla cuando se percató de que entre sus manos estaba el cuaderno que tanto estaba buscando.
-¿Qué haces tú con eso? -Le preguntó de manera acusadora señalando con un dedo el diario.
-Lo encontré cuando te fuiste hecha una furia, salí detrás tuya para devolvértelo pero ya te habías ido. Ahora te estaba buscando para dártelo -Y sin más, Eunjung le entregó el cuaderno, sin decir nada más y eso hizo que Jiyeon comenzará a tener dudas.
-¿Y has leído algo de lo que hay escrito? -Preguntó dudosa cogiendo el cuaderno que le estaba entregando. La miró directamente a los ojos para ver si le decía la verdad cuando le iba a responder, aunque al hacerlo se llevó una sorpresa ya que no se esperaba que le dijera la verdad.
-He leído alguna que otra cosa, lo siento no lo pude evitar -No sabía por qué pero en el rostro de Eunjung se dibujó una extraña sonrisa, era una expresión mezclada entre ternura y cariño ¿qué había leído acaso para que la mirase de esa manera?
-¿Cómo puedes ir leyendo las cosas personales de los demás?
-No lo hice queriendo. Cuándo cogí el cuaderno se me resbaló de las manos cayendo abierto. Cuando fui a recogerlo se me fueron los ojos a las letras donde estaba mi nombre. Lo siento, la curiosidad me pudo y solo leí un trocito, justo donde salía mi nombre, perdóname si eso te ha molestado -La sinceridad con la que le hablaba, y la extraña expresión de afecto con la que la miraba ahora, provocó en ella que no pudiera enfadarse.
-Bueno, hayas lo que hayas leído, olvídalo porque no son más que palabras vacías, son cosas sin sentido -Sin darle tiempo a responder, sin querer tampoco una respuesta por su parte, Jiyeon se alejó apresuradamente con su diario en las manos.
Ante Eunjung se había puesto muy nerviosa aunque no entendía por qué. Se aseguró de guardar bien su diario para que no volviera a ocurrirle el hecho perderlo de nuevo, por lo menos ya podía respirar más tranquila ya que no había nadie por ahí leyendo su contenido. Aunque temía lo que hubiera leído la otra, si hacía memoria de lo que había escrito, podían ocurrir dos cosas. Que hubiese leído todas las cosas malas que había dicho de ella o que hubiera sido directa a la zona dónde tenía escrito los sentimientos que había despertado en ella. Por un momento su corazón dio un vuelco, si eso era así ¿qué pensaría de ella?
Aunque lo que más miedo le daba, es que por casualidad fuera contándolo y la gente supiera que en verdad era una chica con sentimientos, entonces ya nadie la tomaría en serio, y mucho menos la temería como lo hacían hasta ahora.
Por un momento se planteó ir en busca de sus amigas, pero luego recordó qué no había clases, sin embargo, si había algunas conferencias que sería dónde estarían sus amigas, pero a ella no le apetecía nada aguantar una charla sobre algo que apenas le interesaba. Así que se dirigió directamente al comedor.
Allí ya tenían montado las mesas con la comida y los refrescos. Por suerte para ella también había algo de alcohol, no es que fuera muy adicta a este, pero en ese momento sentía la necesidad de tomar algún trago a ver si por casualidad se olvidará que Eunjung podía saber algo acerca de lo que había en el interior de su corazón.
La gente cuando la vieron entrar se extrañaron ya que no era normal verla allí tan temprano y sola, pero eso le da igual. Fue directa a la mesa de las bebidas sirviéndose una sangría que ocupaba el centro de la mesa. Al primer trago, comprobó que estaba bien cargada. No era consciente de quién había preparado toda aquella fiesta pero seguro que le gustaba mucho el alcohol ya que había más incluso que comida.
Distraída se dispuso a mirar alrededor. Apenas había decoración en el lugar, no era como ella lo preparaba siempre, que lo adornaba todo de cabo a rabo, nunca se dejaba ningún detalle, le gustaba que la gente al verlo supiera lo que era una verdadera fiesta y que ella era la mejor en ello. Y tal y como estaba montada la fiesta de ese año estaba claro que no era obra suya.
No fue consciente de cuánto bebió hasta que sus amigas aparecieron al cabo de una hora.
-¿Cuántas copas llevas en el cuerpo? -Le pregunto Boram cuando con la mirada algo perdida.
-Dime una cosa ¿cómo te enteraste ayer de qué Eunjung cantaba mucho mejor que yo? ¿quién te lo dijo? Y espero que me digas toda la verdad, no estoy de humor -Jiyeon fue directa con su amiga. En todo ese rato la había dado tiempo a darle vueltas a la cabeza y plantearse qué tal vez no fue Eunjung quien había empezado a divulgar un falso rumor para dejarla mal. Tal vez lo que le dijo en el cuarto de baño era la verdad y solo estaba ensayando.
-Ay, no sé, es como que lo escuché por ahí, no sé -Boram se hizo un poco la loca y ella se percató de ello. Bo se le escapaba una y menos conociendo como era su amiga. Miró a la otra a ver si sabía algo pero mira para otro lado distraída, como si no quisiera saber nada del tema.
-Dime la verdad, te he dicho que no estoy de humor, así que más te vale confesar donde lo escuchaste o de dónde te lo has sacado -Sin rodeos, Jiyeon volvió a ser directa. Quería las cosas claras y así sería.- Fíjate cómo estoy, llevo algo de alcohol en el cuerpo y no creo que quisieras saber cómo puedo reaccionar si no me cuentas la verdad.
-En realidad no lo escuché por ahí… volviendo de espiar a los chicos entrenando, escuché una voz. En un principio creí que eras tú pero viniendo del despacho de ese tipejo, supe que no. La curiosidad me picó y me acerque a ver de quién se trataba y era ella, esa chica tan rara era quien cantaba, la nueva. Pensé que era divertido que fuera diciendo por ahí eso para que tú te enfadarás con ella ya que parece te has ablando un poco.
-¿Yo? ¿ qué me he ablandado? ¿ qué estás diciendo? -No podía creer lo que su amiga le estaba diciendo. No se había ablandado con Eunjung, simplemente había pasado de ella bastante. Era una verdad a medias.
-Bueno eso es lo que nos has dado a entender -Ante las palabras de Boram, Soyeon simplemente se encogió de hombros sin decir ninguna palabra, no quería meterse en aquella conversación.
-No creo que me haya ablandado, es solo que esa chica, que no se merece ningún calificativo aunque sea malo, no tiene por qué tener todo mi tiempo puesto en ella ¿quién es para que yo gaste mi más preciado tesoro y todos mis pensamientos en ella? No se lo merece porque no es nadie -Dejando a su amiga satisfechas, Jiyeon no tuvo más remedio que mentirles. No podía contarles nada del trato que tenía con Eunjung.
Dando por zanjada esta discusión, Jiyeon ignoro completamente a sus amigas. Fue directa a llenarse la copa mientras observaba como el comedor se iba llenando de más gente. No quería relacionarse con nadie, no quería saber nada de nadie, así que se fue apartada, donde nadie la pudiera ver y ella pudiera estar tranquila.
Pero cuando pensaba que estaría sola, Eunjung apareció a su lado.
-¿Qué quieres ahora? -Le dijo cortantemente, no iba a ser muy suave con ella.
-Me extraña mucho verte aquí y no con tus amigas disfrutando de la fiesta.
-¿Y a ti que te importa? No sabía que ahora te importara lo que yo hago o lo que deje de hacer.
-También estás muy bebida, sí que te ha cundido con la sangría.
-Oye, mira, yo hago lo que me da la gana ¿vale?
-Nadie te está diciendo lo contrario -Mientras ella hablaba con un tono burlesco, Eunjung seguía tan tranquila como siempre, tratándola como si nada ¿qué le había picado a esta? Había algo más que ella no conseguía saber. Eso no le gustaba, ella tenía la necesidad de saberlo todo y más cuando se veía involucrada.
Jiyeon se quedó mirándola fijamente durante unos segundos. No parecía que fuera preparada para asistir aquella fiesta, tampoco la veía con ganas de estar allí. Entonces ¿por qué había entrado al comedor? O lo que peor podría ser ¿por qué se había acercado a ella con tantas confianzas? Quería preguntarle pero ella se le adelantó.
-No me hace mucha ilusión estar aquí, pero quería hablar contigo sobre una cosa, no quiero que te vayas creyendo que he leído tu diario porque siento rechazo hacia ti. Tampoco quiero que pienses que quiero acabar contigo o tu reputación y mucho menos fui diciendo ayer lo que tú viniste acusándome.
-Lo sé, Boram me acaba de confesar que ella estuvo escuchándote mientras cantadas y fue ella quien difundió ese rumor, puede ser que te cúlpese antes de preguntar o simplemente tampoco te creí, pero estaba actuando a la defensiva. Ni te voy a pedir perdón ni quiero que me perdones -Hasta en sus propias palabras se notaba el nivel de alcohol que llevaba en las venas. Se había pasado un poco, solo esperaba que no se le escapara nada de lo que se tuviera que arrepentir después.
-Bueno, por lo menos se ha descubierto la verdad y sabes que no he sido yo. Quiero dejarte claro que si alguna vez tienes algún problema me gustaría ayudarte aunque tú no quieras me ayuda -Eunjung estaba ese día demasiado sincera, ¿qué le pasaba?
Jiyeon se volvió a quedar mirándola fijamente durante un momento. ¿ Que veía en ella que le llamaba tanto la atención? ¿ sus ojos? ¿ su cabello? ¿ la forma de su cara? ¿ o los labios? Estaba claro que el alcohol le estaba pasando factura.
No podía estar pensando en ese tipo de cosas y menos con una persona a la que consideraba su enemiga, y a la que a ojos de todos, no era más que una persona a la que iba a hundir.
Pero es que cada vez que miraba a Eunjung su corazón se agitaba como nunca antes se había puesto por nadie ¿por qué por ella sí? ¿ por qué justo ella? Jiyeon se acercó un poco para poder decirle algo cuándo justo en ese momento, Eunjung se giró hacia ella y se quedaron muy juntas.
Ninguna supo reaccionar. Se miraban a los ojos directamente una a la otra, observándose sin decir nada, sin separarse. Era como si sus cuerpos se hubieran quedado estáticos en ese momento. Jiyeon deslizó sus ojos por un momento hasta sus labios. De cerca se veían incluso mucho mejor que desde la posición en la que estaba antes. Quería tocarle quería saber sí eran tan suaves como parecían serlos. No era consciente de lo que estaba pensando ni de lo que estaba haciendo, ya que apenas unos centímetros la separaban a ambas.
Y fue alguien que las empujó, quién provoco que todo tomase un rumbo diferente. Un leve empujón a Jiyeon por la espalda pegándola más a la otra, hizo que acabarán uniendo sus labios en un beso, un beso inocente y pillándolas por sorpresa. Por un momento, en la cabeza de Jiyeon solo estaba que en efecto, los labios de Eunjung eran tan suaves como se veían.
¿Por qué le estaba gustando sentir sus labios sobre los suyos? ¿ por qué le estaba gustando aquel beso? No pudo ni mover su cuerpo, tampoco quería separar sus labios. Pero fue Eunjung quién al final la separó, tal vez porque era la única que no llevaba alcohol en el cuerpo.
-Esto no está bien, tú no eres consciente de esto y puede que cuando lo estés, te arrepientas y arremetas contra mí -Separándose de ella y dejándola muy desconcertada, Eunjung parecía apeada de lo que estaba haciendo ¿acaso no le había gustado tanto como ella? ¿qué había hecho mal? ¿tan mala era que se había acabado aquel maravilloso momento por su reacción posteriormente?
Su cabeza no podía procesar nada en ese momento, solo que le dolía y que le estaban dando algunos mareos. Creía que había bebido demasiado y ahora estaba sufriendo las consecuencias. Fue lo último que pensó cuando cayó sobre los brazos de Eunjung, quedando inconsciente.
Aun así, el beso que se dio con su enemiga, le gustó mucho más de lo que nunca hubiera imaginado.
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