domingo, 2 de abril de 2017
(SinRin) Dear Diary -Mini Serial- Capítulo 3
Notas: ¡Hola a todos! Este es el penúltimo capítulo de Dear Diary. Sorry si es muy cortito, no he conseguido alargarlo más. Si os gusta, os agradecería un montón que me lo pusieseis en un comentario, por saber vuestra opinión más que nada. ¡Gracias por leer!
25 octubre 2013.
No puede ser. Las vacaciones no me han servido para nada. Durante las vacaciones de verano me propuse olvidar a Yerin, y por momentos pensé que lo conseguí, pero nada lejos de la realidad. No fue nada más volver a las clases y todo ese esfuerzo por sacar a Yerin de todo mí ser, fue en vano.
Cuando la volví a ver ella estaba mucho más guapa que antes. El descanso le había sentado la mar de bien. Estaba mejor que nunca. Si es que pasaba por los pasillos irradiando belleza ¿cómo no iba a caer de nuevo?
Eso sí. Por suerte yo pasé a un segundo plano pronto. Yerin se buscó a otra chica a la que le estuvo amargando hasta acabar el curso. Decidí mantenerme al margen, incluso aún la evito.
Cuando veo que viene por el mismo pasillo que yo, me doy media vuelta y me alejo. Me busco otro camino. Es muy cobarde, lo sé. Pero no quiero darle motivos para volver a ser su centro de atención.
No me siento orgullosa de mi comportamiento, pero es lo único que me veo capaz de hacer. Aún sigo enamorada de Yerin y el amor hace daño, bastante. Llevo años haciéndolo, y sufriendo por no decírselo. Y jamás lo sabrá.
12 noviembre 2013.
Hoy al levantarme he sentido como unos calambres en la zona del pecho. No tiene otro significado que algo malo está por venir. No quería comenzar el día pensando en eso, por lo que decidí no darle importancia. Pero tendría que haberlo hecho.
Eso fue a comienzo de mañana, antes de ir a clase. Pero el día fue raro, muy extraño, con un final muy amargo. Voy relatando poco a poco.
Cuando llegué a clase, ni siquiera me crucé con Yerin. Y eso no es normal, ya que suele a postrarse en la entrada besuqueándose con el novio. Ninguno de los dos estaba. Yerin estaba en el interior del aula, sentada en su sitio con la cabeza perdida entre sus brazos. Sus amigas le hablaban, pero parecía no estar escuchando.
Yo me senté en mi sitio, sin decir nada ¿qué iba a decir si yo no pintaba nada ahí? Pero tenía curiosidad por saber qué había sucedido, ya que ese comportamiento no era nada normal en Yerin. No pude ni tan siquiera prestar mucha atención a la clase. En mi cabeza solo rondaban ideas de lo que podría pasarle. Teorías, hechos, sucesos. Sin embargo no llegaba a ninguna conclusión.
Fue a la hora del descanso cuando me enteré de lo que había pasado. Más que nada, porque un grupo de chicas de otro año lo estaban comentando cerca de donde me encontraba tomando un aperitivo, si no ni me entero. Yerin lo había dejado con el novio. Al parecer, este se había dedicado a estar con otras chicas a la misma vez que con ella. Yerin se había enterado y decidió dejarlo. Por lo que decían, le montó un escándalo al chico de cuidado. La verdad es que se lo merece, iba muy subido por la vida.
Cuando era la hora de la salida, me pasé por la biblioteca a devolver un libro. Nada fuerza de lo común hasta que al pasar por delante de los cuartos de baños de chicas que solían estar más vacíos, escuché unos llantos. Me asusté al principio, porque no tenía claro que podía ser, hasta que deduje que era una chica llorando.
Me sentí un poco mal. Tal vez necesitara una ayuda. Yo he estado en situaciones similares y me he encontrado sola, sin nadie que me apoyara. Pero tampoco quería molestar. Estuve a punto de marcharme, cuando en un quejido, me pareció escuchar la voz de Yerin.
Por un momento quise echar a correr, no quería tener nada que ver con ella por lo que me pudiera suceder. Pero me resultó muy extraño saber que estaba llorando tan desconsoladamente. Seguramente fuera por el tema del novio ¿pero sola? Yerin nunca estaba sola y no escuchaba la voz de nadie más.
Juro que me sorprendí a mí misma cuando abrí la puerta del baño muy lentamente. Observaba poco, pero cuando pude entrar un poco, la vi en el suelo, gimoteando. La pena se adueñó de mí. Ya no pude irme de allí sin cargos de conciencia y no sé si ha sido lo mejor que he hecho. No creo que mañana me vaya a hacer algo, pero bueno.
Lo cierto es que me acerqué con cautela. No quería asustarla, ni que tampoco me fuera a montar un escándalo por meterme allí. Eran unos baños comunes, no sería nada de raro que entrara ¿no?
"¿Te encuentras bien...?" murmuré muy bajito, pero Yerin se sobresaltó al verme allí de pie.
"¿Qué quieres? ¿Vienes a reírte de mí porque estoy mal?" su voz era entrecortada. Sentía algo en la boca del estómago que no era muy agradable al verla tan mal "No... quería saber cómo estás..." "¿Tú cómo crees que estoy? Como una mierda por culpa de ese tío asqueroso." Yerin volvió a gimotear cuando se refirió al ex novio.
La verdad es que no supe cómo reaccionar exactamente en ese momento. Me puse muy nerviosa. Nunca antes me había enfrentado a una situación así, y mucho menos me había tocado consolar a alguien. Miré a Yerin y acabé sentándome a su lado ¿qué más podía hacer? Ahora que lo pienso en frío y tranquilamente, muchas cosas, pero lo cierto es que en ese instante, demasiadas cosas pasaban por mi cabeza como para decir algo coherente.
“¿Por qué narices estaba tan ciega? ¿Por qué?” sus palabras cargadas de ira no iban dirigidas para mí, pero sí que parecía necesitar una respuesta. “A veces nos enamoramos de alguien pensando que es perfecto, que todo lo que hace es perfecto. E incluso cuando ves que no lo es, piensas que algún motivo tendrá y eso hace que lo sigas viendo perfecto.” “¿Y eso que se supone que tiene que ver conmigo?” “Que el amor es ciego.”
Pareció que la convencí, pero solo unos segundos. En seguida Yerin volvió a llorar. Ahora que lo pienso, puede que mi presencia la incomodara un poco ¿qué pintaba yo allí? ¡Nada! Sin embargo me quedé… Escuchando todo lo que tenía que decir.
“Pensé que todo era perfecto, que él estaría para mí ¡maldito bastardo! ¡Estaba a la misma vez con otras! ¡Y luego me veía la cara de tonta! ¡Es que si lo tuviera aquí mismo le patearía hasta que ni él mismo se reconociera en el espejo!”.
Lo mejor era que Yerin se desahogara del todo. Tal vez hacerlo con una desconocida le resultara más sencillo. Por otro lado, para mí no lo fue. Lo pasé realmente mal viendo a una persona por la que sentía fuertes sentimientos sufriendo, rota de verdad, y yo sin poder hacer nada más que quedarme quieta escuchando lo que decía.
Ahora me arrepiento tanto de no haber podido hacer más… Como no sé, darle un abrazo, decirle que yo estaba a su lado cuando quisiera o algo similar… Pero fui tan cobarde como siempre, guardé silencio y solo me limité a darle la razón. Hasta que me hizo una pregunta directa, lo cual me sorprendió bastante.
“¿Y por qué sigues aquí? ¿No tienes nada mejor que estar aguantando a una cualquiera? No digo que no me conozcas, es normal que lo hagas, pero yo no soy nada para ti.” Lo que me dijo no era cierto, recuerdo que sentí que el rostro me ardía. Por suerte ella estaba centrada en su pena que no se percató.
“Sigo aquí porque… no me gusta ver a alguien pasarlo mal, y si puedo hacer algo pues lo intento…” era una mentira a medias. No me gustaba ver a nadie pasarlo mal, pero menos con Yerin. Ella pareció no comprender mi acto.
“Pues eres muy estúpida.” Sentenció ella.
Sin quererlo, me hicieron mucho daño esas cuatro palabras que no estaban cargadas de ningún tipo de sentimiento. “Siento ser la estúpida que está enamorada de ti…” murmuré para mí misma tan bajito, que Yerin me preguntó si había dicho algo. Negué con la cabeza.
“Vete. No te conozco de nada y no debería haberte dicho nada, ahora irás contándolo todo y cebándote de que Yerin está mal. Vete de aquí, déjame en paz. Estaba muy bien hasta que has aparecido.” Yerin estaba siendo tan sincera… Incluso recordando sus palabras ahora, me ha arrancado lágrimas de los ojos...
En ese instante, puedo asegurar que yo estaba mucho peor que Yerin. Mi corazón se acabó destrozando ¿cómo ha podido ser tan cruel conmigo? ¿Con alguien a quien supuestamente no conoce de nada? Creo que me espera una noche de llanto.
La Yerin que yo creía conocer ya no existe. Esa Yerin perfecta y brillante, la que pensaba que era un ejemplo a seguir, ha muerto para mí completamente.
Ahora que estoy releyendo una vez más lo que he escrito después de tantos parones, me he dado cuenta de una cosa. En ese momento pensé que serían palabras para consolar a Yerin, para ayudarla, pero no ha sido así.
Las palabras que le había dirigido a Yerin, era como para mí misma. Como si estuviera haciendo una comparación del dolor que ambas sentíamos y al ayudarla, estuviera hablando en voz alta de lo que en el fondo yo sentía…
No sé si me estoy explicando bien, es algo complicado. Pero es como sin querer hubiera definido lo que en el fondo pensaba de mi relación con Yerin. Que la veía tan perfecta, que estaba completamente cegada ante sus actos y su verdadera personalidad. Este descubrimiento no hace más que empeorar las cosas. Ahora no tengo nada claro en mi mente y tan solo quiero tumbarme sobre mi cama y quedarme dormida. Y a ser posible, que no vuelva a despertar nunca.
19 noviembre 2013
He tomado una importante decisión y he de llevarla a cabo cueste lo que cueste. Tengo que olvidar a Yerin.
Lo fácil sería cambiarme de instituto, huir de ella todo lo posible, pero no estaba en condiciones de ello. No tenía mi familia los recursos suficientes, pero con un poco de suerte, después de este curso no la volvería a ver porque ella sí que se iría por no volver a encontrarse con su ex novio.
Yo tampoco quería cruzarme con ella, la evitaba por los pasillos. Después del momento que viví con ella en el baño, creo que lo mejor es que la olvide para siempre. No puedo seguir pendiente de una persona para la que ni siquiera existo ¿tampoco se acuerda que a mí me amargó la existencia durante muchísimos meses? Pero yo sí que me acuerdo, y duele tener ese tipo de recuerdos.
He estado repasando mentalmente durante todo este día mis encuentros con Yerin, mis experiencias con ella, y hay tantos recuerdos dolorosos y malos… Que el hecho de tan solo recordarlos hace que el corazón me duela. Puede que incluso desde siempre lo haya sabido, como otras tantas cosas. Pero he mirado a otro lado con la esperanza de que acabase cambiando para bien. Eso no ha sucedido.
E incluso he hecho una lista comparando los pros y los contras de toda esta situación con ella, y no he sido capaz de buscar algo favorable. Tan solo cosas malas. Por lo que he llegado a la conclusión que no es nada saludable que yo siga así. Acabaré consumiéndome a mí misma y sin saber cómo solucionarlo. Mejor corto de raíz antes de que vaya a más.
Tengo que seguir adelante con mi vida, no estar dependiendo de que algún día me haga un mínimo de caso, esperando que me sonría a mí, que me tenga al menos como una amiga más. Me niego a ser una persona tan penosa, hasta yo siento lástima por mí misma. Se acabó.
Sé que tengo muchas cosas que me recuerdan a Yerin, como los dibujos que realicé el primer año que la conocí entre otras cosas. Todos esos detalles... Ya no están en mi vida.
He sido capaz de meterlos en una de las bolsas de basura y bajar a un contenedor. Me costó hacerlo, pero he tirado cualquier cosa que me recuerde a ella, y con eso, todos los recuerdos. Tanto los pocos buenos que tuviera, como los malos. Que eran bastantes. Menos mal que no he tenido que usar una bolsa para tirar eso, si no, no habría bolsas suficientes...
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