martes, 4 de abril de 2017

(YeWook) Destiny -Serial- Capítulo 6


      Notas: La vida de los chicos da un nuevo giro con una inesperada noticia que no sienta demasiado bien al menor de los dos ¿qué habrá pasado? Tendréis que leerlo para descubrirlo ^^


      Su madre pasaba la vida tratándole como a un bebé ¡Todos hacían lo mismo! Que ya tenía dieciséis años, no diez. Le había costado media vida convencer a la mujer de que le dejara ir a la fiesta que había esa misma noche para celebrar el fin del curso ¿Qué era lo que le preocupaba tanto? Era bajo en comparación a los demás y sí, estaba delgado ¿pero acaso eso era motivo para actuar como si fuera un niño que no sabía hacer nada solo? Tenía más carácter que cualquiera de ellos.

      -Y no bebas cosas raras que te ofrezcan, eh. Bueno, no bebas en general. -Escuchaba a su madre decir por detrás, mientras se miraba al espejo y comprobaba que su aspecto fuera bueno. Ya estaba vestido y aseado para la ocasión, ahora solo esperaba a que pasaran a buscarle-. ¿Me estás escuchando?

      -Ay sí, mamá. Ya lo sé. -Se quejó. Llevaba igual toda la tarde.

      El mayor motivo de su preocupación venía de que la fiesta no se celebraba dentro del centro, como solía ser habitual. No era algo organizado por el instituto y por lo tanto por adultos, sino por un grupo de estudiantes que lo habían preparado todo por su cuenta. Su madre, que era un poco paranoica con esos temas, ya se pensaba que iba a ser todo un descontrol por ese hecho.

      El timbre de la casa sonó y RyeoWook no lo dudó al ir a abrir la puerta con una emocionada sonrisa.

      -Ya estabas tardando. -Bromeó, fingiendo estar molesto.

      -Solo han pasado dos minutos, impaciente. -JongWoon no pudo evitar sonreír ante la broma del chico.

      Aunque intentó hacerlo con disimulo, RyeoWook se percató de los ojos del mayor recorrerle entero, de arriba a abajo. Sus mejillas tomaron un ligero color rojizo y aunque no le disgustó sentirse observado por él de esa forma, tampoco dijo nada y lo dejó pasar.

      -Cuida bien de él, JongWoon. -Le pidió la madre cuando apareció donde ellos.

      RyeoWook se giró molesto hacia su madre mientras JongWoon luchaba por no reír delante de ellos dos debido a la situación. El menor ya le había estado diciendo por mensajes lo cansado que estaba de esa actitud sobre protectora.

      -Tranquila, estará bien. -Le aseguró. Sabía que podía confiar en él para cuidar a su hijo, de hecho ese era el único motivo por el que le permitía ir a la fiesta.

      Minutos más tarde por fin estaban en la calle, caminando hacia el lugar elegido para la celebración. Era en una plaza a la que debían llegar dando un largo paseo, pero no les importaba andar ya que se estaba bastante bien a aquellas horas y con el tiempo que hacía.

      Iban charlando con tranquilidad de sus cosas, pero RyeoWook notaba algo extraño ese día. Ya lo había sentido a la tarde por el móvil y ahora que le tenía delante, era todavía más notable. Estaba bastante callado y parecía ausente en ocasiones, como si tuviera algo más importante en lo que estar pensando. Quería saber de qué se trataba y si podía ayudarle en algo.

      -JongWoon… -Lo mejor era preguntarle directamente, porque si esperaba a que lo hiciera por su cuenta nunca iba a saberlo. Él era así de callado con sus cosas-. Estás raro hoy ¿qué te pasa?

      Al preguntarle se pegó más a él. Quería que sintiera su cercanía y que fuera lo que fuera, estaba a su lado.

      -Es algo… complicado. -No sabía ni como empezar a decírselo. Se trataba de algo importante que iba a influir en la vida de ambos y sabía que el menor no iba a tomarlo muy bien. Si lo decía ahora no iban a disfrutar de la celebración y le daba rabia no poder ocultar un poco mejor lo que sentía para que el chico no se diera cuenta de que no todo estaba bien.

      RyeoWook rodeó uno de los brazos de JongWoon con el propio, enganchandose a él y caminando de esa forma, como una pareja de novios. Había personas que pensaban que estaban saliendo e incluso se habían atrevido a preguntarles directamente, pero no era así. Eran muy cariñosos el uno con el otro y se cuidaban muchísimo, pero siempre había sido así. Lo que pasaba es que conforme se hacían mayores, esos actos quedaban más sospechosos que cuando eran niños.

      -Venga, dímelo. -Insistió, sacudiéndole suavemente de un lado a otro aprovechando que estaba cogido a él.

      JongWoon le miró incómodo, pero no por lo que el menor hacía, sino porque se trataba de algo difícil pero que debía hacer sí o sí. Al final se lanzó aún sabiendo lo que ello podía suponer.

      -¿Recuerdas que te dije hace tiempo que podría irme a estudiar fuera, pero ninguno de los dos lo tomó muy enserio en ese momento…? -No le hacía falta decir más, RyeoWook era lo suficientemente inteligente como para comprender con tan solo eso.

      Se produjo un silencio entre ellos en el que lo único que hizo el más joven fue apartar el brazo del de JongWoon e intentar asimilar el doloroso hecho de que iba a marcharse lejos de él.

      -¿Cuándo…? -Preguntó, casi sin voz.

      -En dos semanas… Quería pasar aquí el verano, pero tengo que estar allí antes para organizar algunas cosas.

      De repente, algo empezó a hervir dentro de él. Era una rabia que hacía tiempo que no sentía ¿Por qué tenía que irse? No quería verle marchar y quedarse solo.

      -Te has enfadado ¿verdad? -Quiso confirmar el mayor. Se le notaba con solo mirarle.

      -¿Tú qué crees? ¿Cuánto tiempo te vas? Seguro que años ¿no? ¿Qué voy a hacer todo ese tiempo sin ti? Teníamos muchos planes… -Cuanto más pensaba en esas promesas, peor se sentía. En su interior era como si estuviera siendo cruelmente abandonado.

      -Vendré a verte en cuanto pueda y no perderemos el contacto, te lo prometo. -Trató de tranquilizarle y hacerle entrar en razón, pero su respuesta solo fue peor.

      -¿Me lo prometes? ¿Igual que me prometiste todas esas cosas que íbamos a hacer este verano juntos? Estaba deseando que llegara y ahora te vas…-Se estaba sintiendo peor por momentos.

      -Wook… -Se acercó más a él igual que el menor lo hizo antes, pero de nada sirvió. RyeoWook adelantó el ritmo de sus pasos y le dejó atrás.

      -¡Déjame! Voy a hacer lo que me de la gana esta noche, igual que haces tú.

      JongWoon no insistió porque sabía que era imposible que razonara cuando estaba tan enfadado. Entendía que le sentara mal, pero ni siquiera le había dejado explicarse y eso era lo que le molestaba.

      -A veces actúas como un niño caprichoso. -Dijo sin pensar, con la mala suerte de que RyeoWook le escuchó aunque fuera unos pasos por delante.

      -¿Ah, sí? Pues ahora te vas a joder, JongWoon. A ver qué le dices a mi madre después. -Y sin estar dispuesto a perder más el tiempo, dejando al mayor con la duda de saber a qué se refería, aceleró todavía más sus pasos hacia la fiesta.

      -¡RyeoWook, vuelve aquí! ¿Qué vas a hacer? -Ahora temía que hiciera alguna locura, sin embargo le dejó marcharse. Él también tenía sus motivos para estar indignado, no todo iba a ser siempre como el niño quisiera.

      De todas formas ya estaban llegando a la fiesta. Desde lejos vio como RyeoWook entraba en la plaza y se acercaba a un grupo de chicos que iban a su clase. De esa forma quedó un poco más tranquilo al saber que al menos no estaba solo y que a esas personas él también las conocía.

      Al llegar, aquello estaba lleno de gente yendo de un lado hacia otro, charlando en grupos con una bebida en la mano o bailando la música que habían puesto, todo éxitos de ese mismo año. Lo primero que hizo fue buscar a RyeoWook con la mirada, entonces cuando le localizó y se aseguró de que estaba bien acompañado, se acercó a un par de amigos suyos que también estaban allí.

      La noche estaba resultando ser bastante agradable, dentro de lo posible. Aun así, de vez en cuando no podía evitar echar un rápido vistazo por la zona y vigilar a RyeoWook, asegurándose de que no estuviera haciendo ninguna tontería.

      Ese chico le iba a volver loco un día… Suspiró, observándole atentamente desde la distancia. Quería acercarse pero sabía lo enfadado que estaba y el carácter que tenía cuando era así. Seguramente si lo hacía iba a acabar recibiendo unos cuantos gritos. Comprendía por qué se sentía de esa forma ¿pero qué podía hacer él? Sus padres estaban empeñados y bastantes disgustos les había dado ya en la vida. Quería que se sintieran un poco más orgullosos de él ahora que a sus diecinueve años empezaba a estar centrado en su futuro y no en ir haciendo el loco por la vida.

      Al final intentó distraerse y disfrutar de la noche por su cuenta. En realidad RyeoWook tenía sus propios amigos allí y no habría estado todo el rato encima de él aunque no se hubiera molestado por la noticia. Era protector con el chico, pero no tan agobiante como su madre.

      La música casi no les dejaba escuchar lo que decía la persona que tenía al lado y en cuestión de minutos la plaza se había llenado de una forma increíble y agobiante. JongWoon estaba seguro de que allí no solo había gente del instituto o que habían estudiado en este, se estaban acoplando otras personas que nada tenían que ver.

      Llevaba rato sin saber nada de RyeoWook y se empezaba a impacientar. El menor ya no estaba allí donde le había visto por última vez y por mucho que miraba de un lado a otro, no había rastro de él. Era imposible verle con la cantidad de gente que había rodeándole y la mala iluminación de la plaza.

      -Voy a dar una vuelta. -Le gritó a su amigo, haciendo a su vez un gesto con la mano por si acaso sus palabras no eran suficientes entre todo el ruido.

      El chico asintió y él se marchó, esquivando a unos y a otros en busca de su amigo. Era capaz de cualquier cosa por molestarle, lo sabía. RyeoWook era lo peor cuando de enfados se trataba y era precisamente eso lo que le tenía tan preocupado. Recibió unos cuantos empujones mientras intentaba cruzar la pista de baile, todavía sin verle y empezando a alarmarse de verdad ¿Dónde narices se había metido?
      
      Al final no fue a él a quien vio, pero sí a uno de los compañeros de RyeoWook y una de las personas con las que le había visto desde que había llegado.

      -¿Dónde está Wook? -Le preguntó, apartándose con él un poco de la zona de baile para poder escucharse mejor y no estar siendo empujados a cada segundo.

      El otro le miró extrañado y encogió sus hombros.

      -Se fueron hace rato a por más bebida y no supe nada de ellos. -Le explicó, intentando recordar la dirección en la que se habían ido. Entonces, se la señaló.

      -Vale, gracias. -Agradeció con una mala expresión, entendiendo en ese momento lo que quiso decir RyeoWook cuando dijo que haría lo que le diera la gana y que luego tendría que rendir cuentas a su madre.

      Se dio prisa en ir hacia donde el joven le había indicado, alejándose de la fiesta y pasando a estar en una zona más apartada y poco iluminada donde había algunos grupos bebiendo, fumando y en general haciendo cosas que no quería que el menor hiciera.

      Allí estaba, de risas con un par de chicos y una chica. En cuanto le vio caminó directo hacia ellos con la intención de sacarle de allí, viendo ya desde lejos como estaban las cosas.

      -Jo ¿ya has venido a buscarme? Me lo estaba pasando muy bien. -Dijo el menor con algo de dificultad en cuanto le vio, entre risas. Estaba sentado en el suelo con la espalda apoyada en la pared de un edificio y un vaso con bebida en la mano. No le costó averiguar que estaba borracho. Y mucho, además.

      -Venga, nos vamos a casa. -En cuanto dijo aquello tanto RyeoWook como sus acompañantes empezaron a quejarse. Pero le daba igual, ya había ido muy lejos.

      -Te irás tú, porque yo me quedo aquí.

      -Tú vienes conmigo porque como no lo hagas tu madre va a matar a alguien. -Le recordó, acercándose más con la intención de ayudar a que se levantara del suelo porque dudaba que pudiera hacerlo por sí mismo.

      -Pues que te mate. -Alzó la voz molesto, apartando el brazo del mayor en cuanto quiso levantarle-. Ahora te vas y no vuelvas ¿no es eso lo que quieres?

      -RyeoWook, vale ya. No puedes comportarte así cada vez que algo no salga como quieres. -Le recriminó ante los otros tres que observaban la escena entretenidos, pero sin meterse. Le cogió del brazo y tiró de él para ponerle en pie, vigilando que no fuera a caer al suelo y pendiente por si tenía que sostenerle.

      Al final y tras un pequeño forcejeo, lo logró. El pequeño apenas se podía poner bien en pie y caminar sin tropezar, por lo que le hizo pasar un brazo sobre sus hombros y él mismo le sostuvo por la cintura.

      -¡Déjame aquí, no quiero ir contigo! -Se quejó RyeoWook, removiéndose mientras JongWoon se esforzaba para que no acabaran en el suelo los dos.

      Pero el mayor no estaba dispuesto a aguantar esas tonterías, así que simplemente le ignoró y esperó a que se cansara de insistir ¿Cómo iba a dejarle allí y así o disfrutar de la fiesta por otro lado sabiendo su estado? Ya no era solo por lo que le había prometido a su madre, sino porque él mismo no iba a permitirlo. Podía ocurrir algo malo y eso nunca se lo perdonaría.

      Le sacó de la plaza casi arrastrándolo. Por el camino se cruzó a uno de sus amigos y le informó de que se iba. El menor era lo primero y ni siquiera tenía pensado volver después de dejarle en casa porque ya no le apetecía fiesta alguna.

      El recorrido hasta su barrio fue horrible ¿pero cuánto había bebido? Y todo por crearle problemas y vengarse de su elección. Tuvo que parar dos veces a que vomitara durante el camino, ayudándole para que no acabara manchándose entero de la porquería que salía de su propio cuerpo. Estaba tan molesto con él que le daban ganas de dejarle allí y que él mismo se apañase con la tontería que había hecho, pero en el fondo sabía que no iba a hacer eso.

      -No puedo llevarte a tu casa así... -Dijo agotado, aunque sabía que el otro no se enteraba ni de la mitad de lo que ocurría en ese momento. RyeoWook le respondió, pero ni pudo entender sus palabras porque no vocalizaba.

      Tenía que improvisar algo.

      Al final le llevó a su propia casa aprovechando que sus padres habían salido para un viaje ese fin de semana. Era la única buena opción que se le ocurría. Intentó con todas sus fuerzas que el menor estuviera totalmente callado mientras pasaban por su casa para no alertar a la madre, que sabía que estaría despierta esperando su regreso. Si se asomaba en ese momento por la ventana estaban muertos.

      Lo peor fue hacerle subir las escaleras hasta la habitación para dejarle en su propia cama. Hubo un momento en el que casi cayeron, pero al final y por suerte logró mantener el equilibrio. Ya hasta sudaba de lo que le había costado llegar hasta allí con RyeoWook tal y como estaba.

      Al llegar intentó dejar caer su cuerpo sobre la cama con cuidado para que quedara allí descansando hasta el día siguiente, pero RyeoWook no estuvo dispuesto a soltarle y acabó arrastrándole con él. El pequeño balbuceó algo y se rió de su propio comentario sin sentido mientras JongWoon quedaba tumbado sobre su cuerpo tras la caída.

      Estaba enganchado cual koala, agarrándole de la cintura si dejar que se levantara para así no seguir aplastando su cuerpo, algo que parecía no molestar demasiado a su amigo ya que no le dejaba escapar. Se removió un poco queriendo huir de él, pero cuanto más lo intentaba, con más fuerza apretaba su cuerpo el menor.

      -JongWoon... Dame un beso. -Susurró RyeoWook, riendo y sin ser consciente de lo atrevido que había sido por culpa del alcohol. En ese momento todo le parecía entretenido y motivo por el cual reír.

      El mayor no podía estar más avergonzado. Por un momento incluso le pareció sentir que su corazón se detenía. Sus mejillas se encontraban sonrojadas ya no solo por la petición, sino por estar tumbado sobre él totalmente pegado y sintiéndole tan cerca. Entre eso y lo que le había dicho el recuerdo de aquel beso prohibido regresó a su mente como otras tantas veces había hecho. Esto provocó que de forma inconsciente dirigiera la mirada a los labios entre abiertos de RyeoWook, esos que tan cerca tenía en ese momento. De nuevo allí, tumbados sobre su cama, solos...

      El fuerte olor a alcohol que provenía de la boca del más joven le hizo volver a la realidad. No, no podía hacer eso y mucho menos en las condiciones en las que estaba RyeoWook.

      Se esforzó por alejarse y cuando por fin pudo ponerse en pie, rebuscó entre los bolsillos del pantalón de RyeoWook, colando la mano en estos hasta dar con su móvil. Cuando lo encontró, lo desbloqueó agradeciendo saber cómo hacerlo.

      -¿Qué haces? -Logró entender cuando RyeoWook sintió que le arrebataban el teléfono.

      -Voy a mandarle un mensaje a tu madre para que sepa que estás aquí. -Explicó, intentando mantener la calma en dicha situación. Aunque le estaba siendo complicado teniendo en cuenta el estado en el que iba el otro.

      “Mamá, estamos en casa de Jongwoon. Al final nos hemos venido a ver una película porque la fiesta estaba un poco aburrida. Me quedaré aquí a pasar la noche así que ve a dormir tranquila. Hasta mañanaaaa”

      Suspiró una vez el mensaje estuvo enviado y dejó el móvil sobre su mesita de noche tras bloquearlo de nuevo. Sin duda era la mejor opción, aunque le supiera mal mentir a aquella mujer que tanta confianza ponía en él.

      Miró hacia la cama, donde su amigo no dejaba de decir tonterías y mostrar lo mucho que se había pasado con la bebida ¿Cómo podía haberse puesto a sí mismo en ese estado solo por venganza?

      -Venga, a dormir. Que mañana te espera un día intenso. -Bromeó, refiriéndose a la enorme resaca que iba a sufrir.

      Él dormiría en la habitación de sus padres para evitar esas tentaciones a las que casi había sucumbido, aunque no podría evitar seguir pendiente del chico hasta que le viera dormido. Sabía que después de todo no iba a poder enfadarse con RyeoWook, pero el discurso que le pensaba soltar al día siguiente no iba a ser pequeño.


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