(HyungWonHo) Blue Moon -Oneshot-

          Título: Blue Moon

          Pareja: HyungWonHo (WonHo + HyungWon) [MONSTA X]

          Tipo: Yaoi

          Géneros: AU | Fantasia | Vampiros

          Clasificación: PG–13

          Descripción: WonHo sigue una rutina desde hace siglos, una rutina que se basa en acercarse a seres humanos hermosos una vez al mes para matarlos y beberse su sangre… hasta que HyungWon es quien se cruza en su camino.

          Advertencias: violencia leve, muerte de personajes (muy secundarios) y poco más. En realidad quería ser más explícita, pero cuando el cerebro no está por la labor, no lo está.

          Notas: la verdad es que adoro muchísimo las historias de vampiros y WonHo me parece que sería un vampiro sexy excepcional, así que me ha encantado escribir esta historia. Espero que te guste Silvia... ¡y muchas gracias por pedirlo!

          La noche era peligrosa. Eso era lo que se había dicho a los humanos desde el inicio de los tiempos. La noche era peligrosa porque era oscura y porque en esa oscuridad había monstruos que los podían atacar y matar. Por este motivo, la noche era peligrosa, lo había sido siempre y siempre lo sería, a pesar de los esfuerzos inútiles de los humanos de iluminarla… porque a pesar de que la noche no pudiera ser oscura, seguía siendo muy peligrosa porque todo tipo de criaturas acechaban en cualquier lugar, aprovechando cualquier despiste de los humanos.

          WonHo era una de esas criaturas que desde el albor de los tiempos había acechado y cazado humanos para su beneficio propio, para poder seguir existiendo en aquel mundo vacío en el que desde hacía siglos no había nada ni nadie que lo recordara. WonHo era un vampiro que se alimentaba de la sangre de los humanos, un vampiro que durante muchos siglos se había amparado en la oscura noche para atacar humanos o para beber de la sangre de los muertos que quedaban tras las grandes batallas, un vampiro que seguía sobreviviendo a pesar de los esfuerzos de los seres de los que se alimentaba por acabar con su especie.

          Quizás WonHo ya no fuera una criatura temida porque los vampiros habían quedado relegados a los mitos o a las historias de amor de adolescentes, pero él seguía existiendo y seguía atormentando a aquellos jóvenes hermosos que siempre había cazado, bebiéndose su sangre hasta matarlos y después dejándolos en algún lugar en el que no pudieran ser encontrados hasta que no fueran más que huesos.

          En eso se basaba su existencia, después de todo, en matar a los humanos para poder seguir sobreviviendo en aquel mundo.

          Había algunos de los suyos que habían hecho pactos con los humanos y solo bebían la sangre que éstos les suministraban en los hospitales, sangre de donantes a punto de caducarse y que realmente no satisfacía todas sus necesidades. A WonHo le habían ofrecido aquel trato muchas décadas atrás pero lo había declinado y se había mudado de la capital a una ciudad costera en el sur, donde había mucha menos preocupación por los de su especie que en Seúl.

          WonHo no había querido vivir a medias, comiendo de la mano de los humanos que lo rodeaban y eso le había ocasionado aquella especie de exilio… pero él no iba jamás a renunciar a su naturaleza y seguiría cazando a los humanos. Y aquella noche, había salido a cazar, porque ya había pasado cerca de un mes de la última vez que había en busca de una presa y sus reservas de sangre estaban bajo mínimos.

          El vampiro siempre había preferido la sangre de presas jóvenes, no demasiado jóvenes porque todavía no tenían los nutrientes necesarios para él, pero sobre todo, prefería que esta sangre perteneciera a jóvenes hermosos porque antes de acabar con ellos le encantaba jugar con ellos, hacer que le suplicaran y ver cómo finalmente se marchitaban en sus manos. Por este motivo, solía cazar en lugares en los que se aglomeraban éstos y dónde no resultaba nada extraño que una persona de su edad —al menos de la que aparentaba—, se encontrara.

          Las discotecas eran su lugar preferido, sitios oscuros en los que podía acercarse a los jóvenes de los que tanto disfrutaba, encantarlos para que lo obedecieran ciegamente y salir con ellos del lugar sin que absolutamente nadie se extrañara de lo que estaba sucediendo, para poder llevárselos hasta su apartamento, lugar en el que entraban por su propio pie, pero del que ya no salían de la misma forma.

          Esa noche, WonHo se decidió por un chico rubio platino que bailaba en medio de la pista, atrayendo las miradas de todos. Solo tuvo que esperar a que se dirigiera a la barra a por otra bebida alcohólica más para acercarse a él y encantarlo susurrándole que iba a pasarlo muy bien junto a él para que éste dejara toda su voluntad en manos del vampiro. Apenas había tardado un par de horas en regresar con su presa del mes y WonHo se deleitó con el cuerpo del muchacho antes de hincar sus colmillos en la blanca y suave piel, escuchando sus gritos reverberando en sus oídos, gritos de dolor que lo invitaban a continuar hasta que su presa acababa inerte entre sus brazos y su estómago lleno de sangre fresca que lo hacía estar en óptimas condiciones.

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          Desde que Chae HyungWon tenía memoria, recordaba que las historias de vampiros le habían encantado. De niño, siempre se disfrazaba de aquellas criaturas y muchas veces había soñado que algún vampiro se colaba por la ventana de su habitación para chuparle la sangre y así poder seguir viviendo su vida inmortal. Siempre había fantaseado con poder conocer a algún vampiro y en algunas ocasiones había pensado de algunas personas con las que se había cruzado a lo largo de su veda, que eran vampiros debido a su palidez o a su apariencia, aunque nunca había podido comprobarlo y eso siempre lo había frustrado.

          Las personas, cuando se enteraban de aquello, solían alejarse de HyungWon sin que él pudiera hacer nada para poder detenerlas. Los vampiros eran su vida y si quienes lo rodeaban no pensaban de esa forma, sino que lo trataban de loco, el chico sentía que no valía la pena que estuvieran en su vida. De aquella forma, solo había encontrado a lo largo de sus veintidós años de vida, a una persona que pensaba de la misma forma sobre los vampiros. Im ChangKyun, su mejor amigo, a quien había conocido en una fiesta temática que se había celebrado hacía un par de años en la capital y que había congregado a una gran cantidad de fans de los vampiros.

          Desde que ChangKyun y él eran amigos, ambos habían hecho la promesa de que de vez en cuando quedarían para salir por la noche a buscar vampiros por Seúl. Aquello era algo que lo excitaba bastante porque con suerte podrían encontrar a alguna de aquellas criaturas y, aunque HyungWon no sabía qué era lo que podían hacer una vez se encontraran cara a cara con algún vampiro, era algo que lo emocionaba demasiado.

          En el menester de encontrar a algún vampiro se encontraba esa noche el muchacho cuando se cruzó en su camino un joven un poco más bajo que él, de rasgos afilados y piel de alabastro. A primera vista, HyungWon no se dio cuenta de que aquel chico no era simplemente un chico, sino lo que había estado buscando durante toda su vida… pero no tardó demasiado en darse cuenta de ello.

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          La sed lo había reclamado aquel día, tal y como lo había reclamado la vez anterior, solo hacía unas pocas semanas. Por ese motivo, WonHo había abandonado su hogar esa noche para buscar en la ciudad algún joven que pudiera satisfacer hasta que la sed a la que tan acostumbrado estaba lo volviera a acosar en otro momento. Aquella era su rutina desde hacía demasiado tiempo y no había nada que pudiera hacer para cambiarla.

          Como siempre, WonHo eligió un lugar en el que podía encontrar un montón de chicos jóvenes y guapos, con los que además de satisfacer su sed podía alegrarse la vista cuando lo hacía. Siempre le habían gustado las cosas bonitas y siempre había tenido mucha debilidad por ellas. El vampiro observó atentamente la fila para entrar a una de las discotecas de moda, deteniéndose en aquellos chicos jóvenes cuyos rasgos más le llamaban la atención. Había un par de ellos bastante guapos en el lugar y WonHo decidió que uno de ellos debía ser su presa aquella noche; sin embargo, antes de que pudiera dar un paso para comenzar su caza se cruzó alguien se cruzó en su camino.

          Era un chico que no debía tener más de veinte años, muy alto y delgado, de pelo oscuro y un rostro que podía calificar de atractivo. En ese momento, el vampiro cambió su objetivo totalmente y se decantó por aquel nuevo joven que paseaba por la calle. No solo era todo lo que buscaba, sino que también haría su caza mucho más sencilla, porque solo tendría que seguirlo hasta un lugar un poco apartado en el que no hubiera personas que entorpecieran su cometido.

          WonHo comenzó a caminar tras él, siendo tan sigiloso como un gato para que el muchacho no pudiera percibirlo, esperando el momento oportuno en el que aparecerse ante el muchacho. Ese momento no se hizo de esperar porque el joven repentinamente comenzó a vagabundear por calles oscuras y secundarias, como si supiera que lo estaba siguiendo y quisiera realmente que lo abordara. Durante unos segundos, el vampiro pensó que quizás podía ser una trampa, que quizás era un cazador… pero aquel chico no olía como uno. No, la sangre de aquel chico solo olía de forma deliciosa y no había absolutamente nada en ella que lo identificara como cazador.

          Tras pensarlo detenidamente unos segundos, WonHo finalmente se decidió a atacar y cambió su camino en el siguiente cruce para adelantarlo y aparecerse ante él en una de las oscuras calles. El muchacho al principio se sorprendió al verlo allí porque seguramente no lo habría escuchado ir tras él, lo que le confirmó más que era solo un humano desafortunado; pero cuando el vampiro se acercó a él en un parpadeo y le enseñó sus colmillos, la expresión del rostro del muchacho no mutó, solo podía encontrar sorpresa en ella.

          El vampiro se sintió confuso durante un segundo. Jamás le había pasado que una víctima no mostrara infinito terror justo antes de ser atacada, por lo que aquel muchacho le llamó lo suficiente la atención como para que cuando se acercó a su cuello con la intención de alimentarse, lo hizo teniendo en mente que no lo iba a matar —al menos no de momento—.

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          HyungWon sentía todo su cuerpo pesado y le costaba horrores moverse, como si le faltara la energía para ello. No recordaba haber hecho ningún esfuerzo físico el día anterior, por lo que no entendía el motivo por el cual se sentía de aquella forma. Viendo que no podía mover su cuerpo a voluntad, trató entonces de abrir sus ojos, dándose cuenta al hacerlo, de que se encontraba en un lugar amplio pero sombrío y, sobre todo, totalmente desconocido para él. Fue en ese momento cuando le vinieron todos los recuerdos de la noche anterior a la mente y, por un instante, sintió pánico… pero solo fue por un instante, porque la adrenalina de haber sido mordido por un vampiro rápidamente modificó aquel sentimiento por completo.

          —¿Ya estás despierto? —escuchó preguntar a una voz en algún lugar de la habitación oscura en la que se encontraba. HyungWon trató de identificar el lugar moviendo su cabeza de un lado a otro—. Bien, parece que sí.

          El vampiro que la noche anterior lo había atacado salió de entre las sombras en ese momento y HyungWon se sobresaltó un poco porque no se lo esperaba tan cerca. Sin embargo, al segundo, se sintió embelesado por aquellas facciones tan perfectas de la criatura que se encontraba ante él.

          —Como habrás podido imaginar estás aquí, vivo, porque yo no he querido matarte —le comentó—, y no lo he hecho porque me intrigas —el vampiro lo miró fijamente a los ojos y HyungWon pudo ver cómo estos mutaban lentamente y de una forma fascinante del color marrón oscuro al rojo granate—. Me intriga que no sientas miedo de mí.

          —Me gustan los vampiros —susurró HyungWon, con la voz ronca.

          —Te encantan, ¿eh? —sonrió el otro—. Entonces te encantará la propuesta que quiero hacerte.

          El vampiro se acercó a él, inclinándose sobre la cama y sobre su cuerpo, quedándose a escasos centímetros de sus labios. HyungWon tragó saliva sin poder evitarlo al sentirlo tan cerca de él, pero deseando que sus bocas se encontraran una y otra vez durante toda la eternidad.

          —A partir de ahora serás mi esclavo de sangre —susurró contra sus labios, a punto de besarlo—. ¿De acuerdo?

          —De acuerdo —respondió HyungWon.

          Y aquella vez fue la primera que sus labios se encontraron, la primera vez que besó a un vampiro… la primera de muchas en todo el tiempo que pasó a su lado como su esclavo de sangre.

          Notas finales:

          —Decidí usar el nombre artístico WonHo, en vez del real, HoSeok, porque me pareció que una criatura que lleva mucho tiempo viviendo habría desechado el nombre real en favor de otra denominación que sobreviviera al paso de los años.

          —La víctima de WonHo de la primera escena no es otro más que MinHyuk porque me gusta mucho el HoHyuk, no sé por qué, porque literalmente tienen tres interacciones y media, pero me encantan juntos.