Título: Hell
Personajes: JiHun, YouJin, HeeJun, InSeong & SeungJun [KNK]
Tipo: Yaoi
Géneros: AU! Zombie | Drama | Suspense
Clasificación: M
Descripción: Durante su camino al conocido refugio donde sus familias les esperan, en medio del temido apocalipsis zombie, un grupo de cuatro chicos conoce a alguien que decidirá unirse a ellos; sin embargo las cosas se tuercen desde que pasan a ser cinco ¿Provocará eso que el grupo no se mantenga tan unido después de todo?
Advertencias: Palabras malsonantes, escenas un poco duras y muertes.
Notas: Escribir este fanfic fue bastante improvisado. La idea me vino por algo que leí en Twitter y desde ese momento ya no pude sacarla de mi cabeza. Espero que os guste y deis mucho amor a mi primer fanfic de este estupendo grupo.
No habían tardado demasiado en perder la cuenta de las semanas que habían transcurrido desde el comienzo de aquel infierno en la tierra. Calculaban que habían sido alrededor de cinco meses, pero podían ser tres, cuatro, seis o siete. De todas formas ¿acaso importaba eso ya? En la sociedad actual no era tan importante saber en qué día vivías, solo sobrevivir uno tras otro.
En grupos, colonias o en solitario. Fuera como fuera, todo humano vivo debía pasar por una lucha constante día sí y día también. Para ellos, un grupo formado por cuatro jóvenes obligados a madurar a base de golpes físicos y emocionales, no era menos.
—Deberíamos empezar a pensar en un lugar seguro donde pasar la noche —Aquel que habló era YouJin, el mayor del grupo. Siempre parecía enfadado o demasiado serio, pero era una fuente inagotable de sabiduría e imprescindible para los otros tres.
—No sé si habrá muchos lugares por aquí —Le respondió JiHun observando a su alrededor, en las desiertas calles. Él era el líder, si es que alguno de ellos podía considerarse tal cosa. No sabía en qué momento se decidió algo así, simplemente los demás empezaron a tratarle como ello con el paso de los días.
Aquel pueblo parecía haberlo pasado especialmente mal durante la crisis y el caos del principio. Todo estaba arrasado y estropeado como si por allí hubiera pasado un huracán. En cierto modo así era; un huracán de violencia. Pocos escaparates quedaban en pie, cada cierta cantidad de pasos aparecía un local arrasado por las llamas y sobre todo, no faltaban las manchas de sangre seca añadiendo un macabro toque a la escena.
¿Qué había pasado? Era difícil tenerlo claro aún a esas alturas. Lo único que era seguro es que el mundo, tal y como lo habían conocido, se había sumido en el mayor de los desastres en cuestión de poco más de una semana. Aquel “ataque caníbal” empezó siendo un caso aislado y terminó por ser la verdadera razón por la que la humanidad llegaría a su fin antes de lo esperado. Ellos no eran más que supervivientes temporales.
—Allí hay un teatro... ¿no podríamos pasar la noche dentro? —preguntó JiHun al aire, pensando en voz alta. En su cabeza sonaba como una buena idea; las butacas debían ser mucho más cómodas que el suelo.
—¿No es un teatro un lugar donde suele haber mucha gente? —la voz de SeungJun se escuchó tras ellos, dudoso—. Dentro pueden haber... ya sabéis...
—Pues se acaba con ellos. No es un problema —allí estaba InSeong con su característica forma de ver las cosas. A veces, a YouJin le daba la sensación de que ese chico de alguna forma disfrutaba la situación actual del mundo.
—Bueno... entraremos con cuidado, echaremos un vistazo y dormiremos haciendo guardia si todo está despejado —JiHun tenía claro que no iba a pasar una noche más al aire libre. Lo único que quería era un lugar cálido donde pasar el tiempo hasta el amanecer.
InSeong y YouJin iban delante, apuntando con sus armas por lo que pudieran encontrar allí dentro. Nunca sabían a ciencia cierta cuando iban a necesitar gastar unas cuantas balas. JiHun y SeungJun les cubrían desde atrás.
JiHun miró a SeungJun de reojo, observándole sostener la pistola entre sus temblorosas manos. En todas esas semanas que se conocían todavía no le había visto dispararla. Ese chico no estaba hecho para el mundo en el que ahora vivían pero le apreciaba tanto que nunca le dejaría atrás.
—Parece que no hay nadie -anunció YouJin tras observar minuciosamente cada rincón de la sala del teatro. Aun así, no bajaría totalmente la guardia.
Los otros tres bajaron sus pistolas, más tranquilos. SeungJun suspiró aliviado y guardó el arma con la esperanza de no necesitarla. Por su parte, JiHun la mantuvo en la mano un poco más, hasta sentirse lo suficientemente seguro por sí mismo.
—Entonces supongo que ya podemos ponernos cómodos —InSeong comenzó a caminar por el lugar como si de su propia casa se tratara, con confianza. Avanzó por el pasillo central hacia el escenario observando cada detalle con tranquilidad, en busca de un buen lugar para dejar sus cosas.
—Está en bastantes buenas condiciones —observó YouJin. Tenía razón, quitando el obvio polvo, todo estaba bien.
—Seguramente estuvo cerrado cuando pasó todo —esta vez fue SeungJun quien habló, colándose por una de las muchas filas de asientos vacíos.
Cada uno de los chicos tomó el lugar que más le gustase. No es como si no tuvieran dónde elegir ¿verdad? YouJin, SeungJun y JiHun se pusieron bastante cerca mientras que InSeong escogió un par de filas más adelante. Por fin iban a pasar una noche cubiertos, guardados del frío y los peligros de la oscuridad. Habían recorrido largo camino sin tener un lugar medianamente decente donde echarse y descansar sus doloridos cuerpos.
Escogieron un orden para la guardia al más puro estilo 'piedra, papel, tijera' y tres de los chicos intentaron dormir mientras el otro, SeungJun concretamente, se esforzaba por mantener sus ojos abiertos en todo momento. En esas cosas no podían permitirse cometer errores y eso era algo que SeungJun tenía muy claro.
Dos turnos más pasaron hasta llegar a InSeong. YouJin y SeungJun dormían plácidamente, ajenos por unas horas a la pesadilla que vivían, mientras JiHun trataba de conciliar el sueño en una de las polvorientas butacas tras su pesada guardia.
Algo alertó al joven despierto. InSeong tomó su amada pistola, su amiga más fiel, y se levantó del asiento apuntando a un lado y a otro. La adrenalina corría por sus venas en cada mínima ocasión.
—¿Qué ocurre? —preguntó un adormilado JiHun, dándose cuenta del comportamiento de su compañero.
—Oí algo -aseguró con un tétrico brillo en los ojos. A JiHun a veces no le parecía más que un lunático.
—¿Estás seguro? —ojalá no tuviera razón. Por favor, que no la tuviera.
Pero antes de poder terminar su pregunta, InSeong le hizo un rápido gesto con el dedo para que guardara silencio.
—¿Lo has escuchado? Eran pasos —insistió, apuntando hacia donde creía que veía el sonido.
JiHun no escuchó nada y miró a cada uno de sus lados, sin saber con exactitud qué buscaba o dónde. Ya no iba a poder dormir tranquilo por las paranoias del mayor.
Esperó unos segundos y cuando vio que nada pasaba, cerró los ojos en un nuevo intento por conciliar el sueño. No estaba como para malgastar de esa forma el poco descanso que pudieran tener.
—¡Eh, espera! ¡Te he visto, quédate quieto! —los gritos de InSeong no solo perturbaron de nuevo su ocasión de dormir, sino que despertaron a aquellos que con suerte habían podido descansar un poco.
InSeong salió corriendo como alma que lleva el diablo hacia uno de los laterales de la sala. YouJin rápidamente entendió qué era lo que ocurría. Aquel intruso no era uno de esos seres que tanto les preocupaban; de otra forma no estaría huyendo de InSeong, sino tratando de devorarle.
JiHun, el más despejado después de InSeong, tomó su propia pistola con rapidez y fue por el lado contrario al mayor. De esta forma lograron acorralar al desconocido en una de las esquinas de la sala, apuntado por dos armas de fuego que podían disparar en cualquier momento.
—¡Detente, es mejor que no hagas nada raro! —gritó JiHun, acercándose cauteloso a quien identificó como un joven que debía tener más o menos la misma edad que él—. ¿Quién eres? No te haremos daño si tú no nos lo haces.
El chico no decía nada, pero le miraba con los ojos como platos. Esa expresión asustada de su rostro le hacía darse cuenta de que no suponía ningún peligro, al menos inmediato.
—¿¡Quién eres!? Vamos, responde o juro que lo último que sentirás de este mundo será una bala entre ceja y ceja.
—¡InSeong, basta! —se escuchó desde atrás. YouJin caminó apresurado al lugar de la escena mientras SeungJun lo miraba todo desde su asiento, preocupado y fascinado—. Vamos, será mejor que colabores antes de que este loco haga alguna tontería —habló directamente al desconocido, con una aparente calma.
InSeong lanzó una mirada de desprecio a YouJin por detenerle y llamarle loco ¿quién se creía que era? Él no estaba loco, eran ellos quienes no sabían adaptarse a los nuevos tiempos.
—HeeJun... me llamo HeeJun —de forma casi inaudible, el joven accedió a dar su nombre al verse amenazado de tal forma.
—¿Y qué hacías aquí, HeeJun? —preguntó JiHun, un poco más tranquilo pero definitivamente sin confiarse. Ya había aprendido varias veces que no debías creer en cualquier a la primera.
—Estaba antes que vosotros, escondido. Solo quería salir de aquí e irme cuando él —explicó, señalando a InSeong con un movimiento de cabeza—. Me ha visto y ha salido corriendo detrás de mí.
—¿Y por qué huías? —preguntó InSeong, dudoso. No le gustaba lo que le transmitía ese chico. Seguro que era un mentiroso experto, lo olía; un embaucador.
—¿Qué esperabas que hiciera si veo a alguien detrás de mí con una pistola en la mano y gritándome? —respondió el chico, todavía cuidadoso con el tono que empleaba al hablar. Se sentía un poco más tranquilo... esas personas no parecían peligrosas. Bueno, al menos la mayor parte del grupo.
InSeong maldijo por lo bajo a aquel desconocido por osar decirle esas palabras. YouJin se arriesgó a ponerse entre ambas pistolas, allá donde el chico se encontraba acorralado como una presa.
—¿Estás solo? —le preguntó con interés. Eso era lo primero que debían saber.
—Suelo estarlo —la misteriosa respuesta del joven hizo levantar una ceja al más mayor del grupo. Estaba intentando ayudarle a no terminar siendo atacado por sus compañeros; le convenía colaborar—. Sí, ahora mismo viajo solo -añadió HeeJun, intuyendo los pensamientos de YouJin.
—¿Dónde te diriges? —preguntó InSeong de mala gana, todavía apuntando peligrosamente hacia él. JiHun por el contrario había bajado el arma, confiándose por el momento.
—No lo sé, voy sin rumbo —aclaró. Así era, él simplemente iba allá donde pensaba que sobreviviría. Cómo todos, en realidad.
—Nosotros nos dirigimos al norte, con la colonia de supervivientes que salieron hacia allí durante los primeros días —esta vez quien habló fue SeungJun, sintiéndose más seguro a hacerlo al ver que HeeJun no suponía ningún peligro. Aun así, se mantuvo en su lugar, sin acercarse demasiado al recién llegado—. ¿Por qué no vienes con nosotros?
InSeong miró de reojo a su compañero, con mala cara. Siempre igual, siempre siendo bueno con cualquiera que se encontraran por el camino. Al final pasaría una desgracia si aquellos tres seguían siendo tan confiados.
—No creo en esas cosas... dudo que haya un lugar del planeta que esos monstruos no hayan alcanzado ya —se sinceró, mostrando lo escéptico que era con la existencia de dicha colonia. No era la primera vez que escuchaba hablar sobre ella. Sabía que durante los dos primeros días tras el comienzo de la pesadilla, el ejército había estado recogiendo cierta cantidad de personas para llevarlas hacia el norte, tal y como aquel chico le acababa de decir; sin embargo algo en su interior le decía que no era tan perfecto como lo habían pintado.
—Eso no lo sabes —HeeJun se fijó en el frío y notable cambio de expresión de YouJin al pronunciar esas palabras. Sin saber por qué, supo que no era un tema a discutir.
—Entonces... ¿te unes? —esta vez fue JiHun quien le ofreció un hueco en su pequeño equipo. No le parecía tan mal chico, ni intimidante o peligroso. Más bien, le recordaba a ellos. Un joven más perdido en ese mundo en el que se habían visto obligados a adentrarse.
HeeJun reflexionó la propuesta que le estaban haciendo, interesado. Puede que no le viniera tan mal un poco de compañía después de todo y quién sabe, quizás ese lugar prometido realmente existía. Su mirada repasó rápidamente y con disimulo la expresión de cada uno de ellos. Quitando a aquel loco que seguía apuntándole sin motivo, los demás no parecían malos compañeros de viaje.
—Está bien, iré con vosotros. Hacía tiempo que no tenía a nadie con quien hablar y lo echaba de menos —una pequeña sonrisa se mostró en los finos labios del chico. Su mirada cruzó casualmente con la de JiHun y en ese momento, supo que iba a ser alguien con quien compartiría buenos momentos.
El plan seguía en pie; ir hacia el norte en busca de aquel sitio donde no tuvieron oportunidad de ir en su momento por falta de espacio. Nada cambiaba salvo que ahora, eran uno más.
Yo me hubiera cagado si estoy en una situación así y escucho pasos, menos mal que era Heejun, sino pobres de mis niños... aaasshhhh ya tengo curiosidad por saber que acaba pasando. KNK merece muuuucho amoor !!!!!
ResponderEliminarGracias por escribir sobre ellos, me moría de ganas de ver algo sobre mis niños en el blog, besiiis!!
Cualquiera habría tenido miedo en esa situación, pero InSeong es que es muy chulo jajaja
EliminarY yo me moría de ganas de escribir algo de ellos y de que este fanfic empezara a publicarse. Es un grupo que me enamoró enseguida y del que me considero bastante fan, por lo que no podía dejar pasar mucho más tiempo sin escribir sobre KNK.
¡Muchísimas gracias por comentar y espero que disfrutes los siguientes capítulos! ❤️