Título: Skating day
Pareja: SeungRin (Seunghee + Arin)
Tipo: Yuri
Género: Fluff
Clasificación: G/PG
Descripción: Arin descubrió que su madre fue una gran patinadora de patines de rueda, por lo que se propone aprender. Pero con lo torpe que es, no consigue mucho, hasta que consigue a alguien que le enseñe a patinar.
Advertencias: Ninguna.
Notas: Estás chicas me ha ganado el corazón últimamente, me refiero a Oh my girl, sobre todo Arin, Mimi, y Hyojung, así que decidido hacer un oneshot de Arin, y posiblemente haga un miniserial con las otras dos ¡Espero que os guste!
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Tras el último día en el que su madre la puso a ordenar el desván de la casa, se propuso una cosa. Cuando su madre era joven se había dedicado profesionalmente al patinaje, pero no sobre hielo, sino sobre ruedas. Encontró unas fotos antiguas de su madre luciendo muy bonita con sus patines, incluso encontró los viejos patines que fueron los últimos que usó.
Le había hecho tanta ilusión que al amanecer ese día fue directa a una tienda de deportes a buscarse unos patines para ella misma. El dependiente le dijo que qué tipos de patines quería ¿pues qué iba a querer?
Unos patines normales y corrientes pero al parecer había de diferentes tipos, así que escogió uno de cuatro ruedas qué le parecía fáciles de usar ya que los patines de línea por ahora le causaban algo de miedo.
Los patines eran rosas con pequeñas flores. Seguramente se vería muy adorable con ellos puestos, pero el problema venía ahora. Tenía que ponérselos y moverse con ellos, sin embargo no tenían ni idea, y mucho menos práctica, y cómo hacerlo.
Hacia un buen día, y se fue a un gran parque en el que podría aprender a usar los patines. Muchas veces cuando ha pasado por allí había visto a otros chicos y chicas patinando. Se les veía muy felices mientras lo hacían, eran como si viviesen una experiencia increíble. Y con el hecho de saber que su madre también patinó, ella también quería.
Aunque ahora que lo pensaba bien no iba adecuadamente vestida para comenzar a aprender. Pero no lo podía evitar, sentía la necesidad de vestirse bien y parecer alguien adorable ante los ojos de todos.
Iba con una falda no muy corta, un jersey con un gran corazón rojo sobre el pecho y el pelo recogido en una cola de caballo con un bonito lazo rojo, a juego con el jersey. Demasiado mona iba ella, sabiendo que iba a caerse más de una vez.
Como hacia un agradable día, mucha gente había salido para tomar el sol o para pasear, pero no le molestaba eso, aunque si el hecho de que si estaba muy torpe se rieran de ella. Pero eso poco importaba, solo que iba a aprender a patinar y así sería.
Sentada en un banco se descalzó. Metió sus zapatos en una pequeña mochila que portaba y se colocó con sumamente cuidado cada patín en su pie correspondiente.
Quería asegurarse que estaban bien puestos antes de echarle valor y ponerse en pie. Una vez que lo hizo, cogió aire, y poniéndose la mochila en la espalda se levantó poco a poco para procurar no caerse nada más empezar.
Por un momento pensó que perdía el equilibrio, pero consiguió mantenerse bien. Ahora el siguiente paso era que más le preocupaba. Desplazarse con los patines no era lo mismo que mantenerse quieta.
Se agarró al banco en el que hasta hace un segundo estaba sentada mientras movía un pie adelante. Por ahora no había ningún problema así que movió el otro pie de la misma manera.
Todo parecía ir sobre ruedas, nunca mejor dicho. Pero cuando se separó del banco confiada, comenzó a desplazarse sin tener ningún control sobre los patines. Haciendo aspavientos con las manos asustada porque no podía ni siquiera mantener el equilibrio. Seguía recorriendo metros, pero no fueron muchos ya que acabó cayendo al suelo de culo.
-Ay, pero qué golpe más tonto me he dado -Murmuró para sí misma mientras se frotaba con una mano el trastero.
-¿Estás bien? -Una chica que también iba a patinar se le acercó cuando vio que caía al suelo. Le tendió la mano para ayudarla a levantarse, la cual Arin no rechazó.
-Muchas gracias -Dijo mientras se ponía en pie, gracias a la amable chica.- Estoy bien, es que soy muy torpe, unido a que estoy intentando aprender a patinar y esas cosas…
-Ah ¿es la primera vez que patinas? Se nota, no tienes mucha practica -La chica, esbozó una brillante sonrisa. Era muy mona ahora que se podía fijar bien, además de verse muy simpática.
-Sí, bueno, es que mi madre de joven patinaba, y yo ahora me he propuesto aprender como ella -Un poco avergonzada, aunque sin motivo, Arin apartó la mirada.
-¿En serio? Jo, que bien, a mi mamá no le hace gracia que yo me pase el día entero patinando, dice que me centre más en otras cosas -A pesar de haberla conocido hace unos segundos, la chica parecía que estaba muy cómoda con ella como para contarle cosas de su vida.- Me llamo Seunghee ¿y tú?
-Mi nombre es Arin, encantada, y muchas gracias por ayudarme a ponerme de pie, no creo que hubiese podido hacerlo tan fácilmente yo sola -Hizo una leve inclinación, cuando la joven lo hizo también al decir su nombre, sonriendo algo tímida.
-No hay de qué, si quieres, te puedo enseñar para que por lo menos te puedas mover un poco sin que te caigas ¿te parece? -La oferta que le hizo Seunghee le pareció de lo más ideal y oportuna. Aceptó sin pensarlo.
-¡Sí! ¡Me serías de gran ayuda! Muchas gracias de nuevo.
-A ver, lo primero es que tienes que tener el cuerpo recto para mantener el equilibrio, así tendrás menos probabilidades de caerte ¿vale? -Seunghee le agarró de la mano, poniéndose a su lado.
Llevaba unos patines como los suyos, aunque eran de color amarillo muy llamativo. Que suerte había tenido por poder conseguir a alguien que la ayude y no se ría de su torpeza.
Siguió cada una de sus indicaciones, y de su mano, sin soltarla, comenzó a moverse.
Al principio tuvo miedo, temía volver a hacer el ridículo cayendo al suelo de nuevo. Pero poco a poco, fue cogiéndole algo más de manejo a mantenerse bien, pero claro, de la mano de Seunghee. No creía que por solitario podría aguantar mucho de pie.
Aunque sí que fue cogiendo soltura conforme iban avanzando. La chica se estaba comportando muy amablemente con ella a pesar de su gran torpeza. Le tendría que invitar a un helado o a un café después de tener que estar aguantándola con una sonrisa en todo momento en el rostro.
-¿Quieres probar tú sola a ver cómo vas? -Seunghee le preguntó, pero no se esperó a que le respondiera para soltar su mano.
Por un segundo, Arin pensó que se caería, pero en realidad iba bien. Fue cuando pensaba que ya podría, cuando el equilibrio le falló, y mientras que una pierna se le iba hacia delante, la otra atrás. Se estaba abriendo de piernas e iba a caer, pero Seunghee fue rápida y la cogió, riéndose.
-No, aún no creo que puedas ir sola -Tras ayudarla a ponerse bien, volvió a tomarle la mano, algo que Arin agradeció con todo su corazón.
-Espero poder hacerlo al final del día, sino, te tendré aquí cada día para enseñarme -Comentó, a modo de broma. Si era sincera consigo misma, se sentía un poco nerviosa ¿qué pensaría aquella chica al ver lo torpe que era?
Ella era toda una experta. Se sabía mover con sus patines perfectamente, mientras tanto, ella parecía un pato mareado, un pato mareado y con patines. Aun así quería llegar a saber cómo Seunghee y mostrarle a su mamá que tenía el mismo don que ella.
Seguía cada uno de sus pasos, pero no se veía capaz de llegar mucho más lejos. Esa era la idea que no dejaba de rondarle por la cabeza, pero no podía ser negativa. Iba a conseguirlo, tenía que hacerlo.
-Volvamos a probar si puedo yo sola -Dijo de pronto, sorprendiendo un poco a Seunghee.
-¿Estás segura?
-Sí, quiero intentarlo. Si me caigo, me vuelvo a poner en pie y seguimos con tu clase ¿vale?
-Vale, está bien -Seunghee está vez fue más delicada al soltarle la mano. Al no hacerlo tan bruscamente como la vez anterior, Arin pudo mantener el equilibrio más rato, por ella misma, comenzó a desplazarse. No muy rápido ni de la manera más elegante, pero lo estaba consiguiendo.
-¡Mira, mira! Lo estoy consiguiendo -Con efusividad, Arin quiso que su maestra se fijase en lo que había mejorado, mientras daba la vuelta tras alejarse de ella un poco.
-¡Vas muy bien! -Seunghee la animó, pero al momento le cambió el rostro.- ¡Frena frena!
-¡No séeee! -Arin había cogido demasiada velocidad cuando volvía e iba directa ella. Al no saber frenar, acabó chocando con la otra chica, provocando que ambas cayeran al suelo.- ¡Auh! ¡Lo siento!
-No pasa nada, pero no creo que estés lista del todo para ir sola, aunque has mejorado, eh -Incluso a pesar de haberla tirado al suelo, seguramente que le habría provocado algún moratón, Seunghee seguía con una amable sonrisa en el rostro.
Temía que sus fuerzas comenzaran a flaquear al encontrarse con aquel fracaso, pero no podía permitir que eso sucediera. Acabaría aprendiendo a patinar, por su madre y ahora también por Seunghee, quien estaba dedicando mucho tiempo y dedicación a ella, en vez de estar con algo que ella quisiera hacer. En cierta manera se sentía responsable.
-Venga, de nuevo -Ya en pie, Arin agarró la mano de la chica y se dispusieron a volver a intentar controlar los dichosos patines. Acabaría domándolos, costase lo que le costase.
Ambas chicas seguían recorriéndose el lugar juntas, para que Arin consiguiera el mayor control posible, pero era demasiado torpe, tropezaba hasta cuando iba de la mano de la otra chica, que tenía una gran paciencia con la nueva patinadora.
Sentía ya cierto apuro, porque ella fallaba mientras que Seunghee sonreía para darle más fuerza, diciéndole que tenía que seguir intentándolo, que ya le faltaba menos. Pero era un futuro que veía cada vez más negro.
Después de estar un buen rato intentándolo, Arin pidió que se tomasen un descanso porque no podía más. Seunghee aceptó, dejándola sentada en un banco mientras se iba en busca de algún refresco para combatir el calor que ambas tenían.
Se había quedado observando cómo se marchaba y no apartó la mirada hasta que fue un punto a lo lejos. Arin suspiró profundamente. Odiaba ser tan inútil, y sobre todo parecer una carga a una chica que era totalmente una desconocida para ella.
Si fuese una amiga o alguien a quien conocía, pues aún llevaría bien que estuviesen soportándola, pero Seunghee la acaba conocer hace una hora escasa y al parecer se había propuesto completamente hacer que consiguiera patinar. Que paciencia debía tener la chica.
Se observó las rodillas. Su madre la mataría cuando viese lo sucias que las tenía, aunque eso no era nada con la de arañazos y heridas que tenía a lo largo de las piernas y los brazos ¿a quién se le ocurriría ir a aprender a patinar con aquellas pintas? A ella solo.
Una mala idea cruzó su mente como un relámpago al verse todas heridas. Quería intentar moverse ella misma, sin ayuda, para ver si había aprendido algo de verdad o tan solo estaba haciendo el tonto. Todas aquellas rozaduras tendrían que servir de algo ¿no?
Pero el intentarlo fue todo un error. No se desplazó ni tan solo unos metros cuando casi cae de boca al suelo. Por suerte se pudo agarrar a una baranda que rodeaba una zona de césped. No se veía consiguiéndolo.
-Vaya, pensaba que estabas cansada, que no podrías ni moverte -Seunghee apareció a su lado, riendo ante la broma que hizo para intentar alegrar su cara de derrota total.
-Si es que soy una inútil, no consigo hacerlo.
-Chica, ni los más expertos consiguen patinar a la perfección el primer día. Requiere de mucho esfuerzo y empeño. Y puedes ser todo lo torpe que quieras, pero empeño no te falta. Toma -Cuando Arin ya estaba en pie y manteniéndose en pie sobre los patines sin mucha dificultad, Seunghee le ofreció una botella de agua.- Bebe un poco no vaya a darte aquí algo encima.
No declinó su oferta, al contrario. En cuanto tuvo la botella del agua, se la inclinó bebiendo el líquido como una loca. Estaba sedienta y necesitaba fuerzas. Las palabras de la otra le había animado un poco, el agua le refrescaría para poder seguir.
-Sigamos, a tope hoy -Devolviéndole la botella, alzó un puño por encima, demostrando que estaba con ganas de seguir su faena.
-¡Así me gusta! ¡Ese es el espíritu!
Y con las fuerzas renovadas de nuevo, ambas chicas siguieron sus prácticas para aprender a patinar. Arin le debía mucho a Seunghee por estar ahí con ella. Si hubiera estado sola, se hubiese rendido nada más empezar, pero con ella, seguía insistiendo en la faena.
Pero Arin seguía igual de torpe, incluso cuando ya el cielo se fue oscureciendo y ya la gente se estaba yendo de allí. Ella miró a Seunghee. Aun le quedaba mucho por aprender, y si su maestra se iba, pues sería algo complicado que siguiese.
-Es tarde ya… -Aunque estaba muy cansada y magullada, Arin estaba apenada por tener que irse, no quería no volver a ver a Seunghee. El tiempo que habían pasado juntas, había hecho que se sintiera algo compenetrada con ella.
-Lo es… -Por un momento, guardaron silencio, mirando cada una a un lugar diferente, hasta que Seunghee lo rompió.- Hagamos una cosa, mañana aquí, a la misma hora que hoy, y así seguimos con tus clases ¿te hace?
-¡Perfecto! -Exclamó Arin, sorprendiendo a la otra incluso cuando se lanzó a sus brazos para abrazarla efusivamente y eso que no había parado en todo el día.- Mañana me tendrás aquí, espero que durante esta noche recargues la paciencia porque yo conseguiré a patinar, y tú serás mi maestra ¿trato?
-Trato – Seunghee estrecho la mano que Arin le ofreció, cerrando así el pacto que ambas hicieron, así por lo menos tenían una excusa de volver a verse.
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