lunes, 6 de junio de 2016

(YulTi) Goodbye -Oneshot-


Titulo: Goodbye

Pareja: YulTi (Yuri + Tiffany)

Tipo: Yuri

Genero: Angst

Clasificación: G/PG

Descripción: Tiffany notaba muy rara a su novia, pero Yuri parece no estar dispuesta a darle explicaciones. A la mañana siguiente, Yuri no está a su lado al despertar ¿Qué habrá pasado?

Advertencias: Ninguna.

Nota: Después del último sorteo que se hizo en diciembre, y algo tarde, os dejamos el oneshot que salió ganador ¡Enhorabuena a Sofía! Esperamos que le guste a ella, y a todos vosotros. ^^


•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.




Tiffany llevaba todo el día presintiendo algo extraño. Su pareja, Yuri, estaba poco habladora desde la mañana. Al principio no había querido darle demasiada importancia. Sabía que no tenía buen despertar. Pero con el paso de las horas empezó a preocuparse.

Al final, tras la comida, le acabó preguntando. Pero Yuri simplemente le dijo que no tenía importancia. Que no debía preocuparse. No dio más detalles.

Aquello, desde luego, no le dejó más tranquila. ¿Por qué no le explicaba por qué estaba así en vez de decirle que no se preocupase? Si no lo se lo contaba se iba a preocupar más. Pero ya no insistió. No quería parecer una pesada o una paranoica.

Sin embargo, no pudo evitar seguir pensando en ello conforme pasaba la tarde. Yuri solo hablaba cuando le preguntaba algo y parecía que lo hacía sin ningún interés. O cuando le contaba ella algo, parecía distraída. Si pretendía que no se preocupase, no lo estaba consiguiendo.

Al final, cuando llegó el momento de irse a dormir, no pudo aguantar más. Necesitaba saber qué era eso que le pasaba a su novia.

-Yuri… ¿Podemos hablar? -Le dijo, ya en la cama. Estaba sentada con las piernas tapadas por las mantas.

Yuri, tumbada y dándole la espalda, pero sin estar dormida, giró un poco la cabeza hacia ella y le miró de reojo. Tardó un poco en responder.

-¿Qué pasa?

-Hoy has estado muy ausente. ¿De verdad que no pasa nada importante…? -Preguntó, con un poco de cuidado. Algo de todo aquello no le daba un buen presentimiento.

De nuevo, la chica no respondió al momento. Parecía estar pensando qué decirle como excusa en vez de ser sincera.

-Estoy cansada. Eso es todo. -Le dijo, desganada.- Será mejor dormir ya. Es tarde.

Dicho aquello, estiró el brazo hasta alcanzar con la mano el interruptor de la lámpara que estaba sobre la mesita de noche y apagó la luz. Tiffany quedó sin palabras. Aquel era un comportamiento que nunca antes había visto en su novia.

-Está bien… -Murmuró, confusa y sin ganas de nada.- Buenas noches.

Pero Yuri ni siquiera respondió a aquello.



***



Tiffany despertó a la mañana siguiente sin saber siquiera qué hora era. Como estaba de vacaciones, no tenía que molestarse en poner alarmas para madrugar.

Estaba girada hacia el lado contrario a donde estaba Yuri. Abrió los ojos poco a poco y miró hacia la ventana que tenía a su lado. Miró el cielo. Parecía que iba a ser un día bueno y soleado.

Volvió a cerrar los ojos, se estiró un poco bajo las mantas y giró el cuerpo hacia el lado de su novia. Aún sin abrir los ojos, estiró un poco el brazo con la intención de alcanzarle y tocarle, pero lo único que rozaron sus dedos fueron las sábanas.

Frunció el ceño al no notar su cuerpo junto a ella y abrió los ojos. Efectivamente. Allí no había nadie. Se incorporó un poco y miró por la habitación, pero estaba completamente sola.

¿Qué hora era? ¿Tan tarde se había despertado? Buscó su móvil para mirar la hora y comprobó que tan solo eran las 9:17. Las 9:17 de un jueves. Ese día de la semana Yuri ni siquiera tenía que ir a trabajar.

Los días que ambas estaban en casa, era Tiffany quien solía despertarse antes que Yuri. Muy rara vez era al contrario. Aquella debía ser una de esas veces.

Se tomó algo de tiempo para levantarse de la cama. Empezó a recordar todo lo ocurrido el día anterior. Aquel comportamiento tan extraño. ¿Tendría algo que ver? No. No quería pensar en ello.

Cuando por fin se levantó, salió de la habitación atenta a cualquier sonido. Pero tampoco se escuchaba nada. ¿Es que ni siquiera estaba en casa?

Fue al baño. Allí no estaba. A la cocina. Tampoco. Buscó por cada rincón de la casa pero no había ni rastro de Yuri. Empezó a asustarse. En otra ocasión seguramente no lo habría hecho, pero cada vez que recordaba como estaba el día anterior, le daba miedo.

Sin casi pensarlo, volvió directa a la habitación y abrió el armario. Respiró aliviada al ver que la ropa de su pareja, sus zapatos, y demás, seguían allí. Al menos ya sabía que no se había ido de esa forma y que volvería.

Sentía unas tremendas ganas de llamarle, pero una vez más, no quería parecer pesada. Al final decidió esperar un rato a que volviese. Intentó distraerse haciendo algo. Desayunó, de duchó e hizo algo de limpieza en la casa. Pero Yuri no venía. Miró el tiempo que había pasado desde que se despertó. Ya eran casi dos horas.

Cogió el móvil, cansada de esperar y preocupada. Buscó en la agenda el número de Yuri y llamó.

Al otro lado de la casa, una canción comenzó a sonar. Era el tono de llamada del teléfono de Yuri. Tiffany corrió hacia allí, guiándose por el sonido, para acabar encontrando el aparato sobre la mesa del salón.

Aquello sí que era extraño. Podía pasar que se levantase antes que ella. Que se hubiera ido porque quizás tenía algo importante que hacer y que tardase tanto porque aquello se hubiese alargado. ¿Pero Yuri, dejándose el móvil en casa?

Con un pesado suspiro, colgó la llamada, pues de nada le servía.

Se sentó en el sofá, o mas bien, se dejó caer en este. Sin tener ni idea de donde estaba y sin saber como localizarle, su preocupación solo crecía más y más. Tan solo podía esperar.

Y así hizo. Esperó y esperó, viendo los minutos pasar. Otra hora. Después otra. Y así hasta que llegó la hora de comer. Pero no lo hizo. Ni hambre tenía. Solo ganas de echarse a llorar en cualquier momento. ¿Dónde estaba? ¿Por qué no volvía? Ya estaba hasta pensando que seguramente el móvil lo habría dejado aposta para evitar ser localizada. Pero no veía a Yuri capaz de hacer aquello ¿O sí?

¿Y si había otra persona? ¿Sería aquel el motivo de su actitud? ¿Sería, quizás, que se sentía culpable e incapaz de decirle nada? De nuevo, no le veía capaz. Pero el ”Y si… ” rondaba por su cabeza, torturándole cuanto más rato pasaba.

”¿Debería llamar a alguien para ver si alguno de sus conocidos sabe donde está?” se preguntó. Pero quizás aquello ya era algo exagerado. Yuri era una mujer adulta que sabía muy bien lo que hacía. Sus motivos tendría para desaparecer de esa forma. Motivos en los que Tiffany no podía dejar de pensar, imaginando cosas que le hacían tener cada vez más ganas de ver a Yuri y pedirle una explicación.

De nuevo intentó distraerse y así, pasó la tarde. En más de una ocasión no pudo contener las lágrimas. ¿Le habría abandonado de verdad? Ya eran casi las 8 de la tarde y no sabía nada de ella desde la noche anterior. Ya no era solo miedo a que le hubiese abandonado, también era preocupación por si le había pasado algo grave. Aquello también era una terrible opción.

Al final, no pudo aguantar más las ganas y cogió su móvil para llamar a alguien. Al principio pensó en la madre de Yuri, pero luego no lo vio tan buena idea. La mujer podría preocuparse y si luego resultaba que su hija estaba bien, le habría hecho pasar un mal rato por nada. Primero quería asegurarse de la situación de su novia.

-Hola, soy Tiffany. Oye… ¿Sabes dónde está Yuri? -Dijo cuando la mejor amiga de su pareja le contestó a la llamada.

-¿Yuri? No, no lo sé. ¿Por? Creí que hoy pasaría el día contigo. -Le contestó la chica, confundida.

-Pues no… -Respondió Tiffany en un susurro, desanimada. Se le notaba en la voz que no estaba bien y la chica, preguntó.

-¿Ha pasado algo?

Tiffany iba a contestar y contarle lo ocurrido, pues aquella joven había acabado siendo una amiga en común y tenía confianza con ella. Pero justo en ese momento, se escuchó abrirse la puerta.

Tiffany, aún sin colgar la llamada, corrió hacia la entrada para encontrarse allí con Yuri. No pudo evitar sonreír feliz cuando la vio allí, aparentemente bien.

-¿Tiffany? -Escuchó decir a su amiga, quien aún esperaba una respuesta al otro lado del teléfono.

-Acaba de aparecer. Luego te llamo. -Le dijo, un poco nerviosa. Y sin dar más explicaciones y dejando a la otra chica con ganas de saber más, le colgó.- ¿Dónde estabas…? -Le dijo a Yuri, acercándose a ella con expresión preocupada.

No recibió respuesta. Yuri pasó a su lado callada y con la cabeza agachada y se dirigió a la habitación.

Tiffany la siguió con la mirada, sintiéndose aún peor que antes. Definitivamente, algo iba muy mal. La siguió hasta la habitación mientras por su cabeza pasaban unos pensamientos e ideas horribles para ella.

Se quedó de piedra cuando vio que Yuri cogía su maleta y empezaba a sacar cosas del armario, metiéndolas dentro de la maleta. No parecía ir con prisas, pero su expresión seria no abandonaba su rostro desde que había entrado por la puerta.

Tiffany logró reaccionar, con los ojos ya llenos de lágrimas.

-¿Qué haces? ¿Qué pasa? -Le dijo, casi desesperada, dejando salir todo lo que había aguantado durante aquel día. Yuri no le respondía y ella, insistió. – ¿Te vas? ¿Así, sin decirme nada? Al menos dime qué he hecho mal. -Llegado a aquel punto, Tiffany ya estaba llorando.

Yuri levantó la mirada de la maleta y la llevó hasta Tiffany. Fue entonces cuando la otra se dio cuenta de que Yuri también estaba llorando.

-Tú no has hecho nada. -Le dijo, sin explicar nada más antes de seguir haciendo su maleta.

-¿Y tú sí? -Preguntó Tiffany, con cierto tono de enfado y alzando un poco la voz. Ya no sabía ni como reaccionar ni qué decir o hacer.

Yuri negó levemente con la cabeza antes de empezar a llorar con más fuerza y tener que dejar lo que estaba haciendo. Tiffany no entendía absolutamente nada.

Se hizo un largo e incómodo silencio, en el que solo se escuchaba el llanto de Yuri. Tiffany, por su parte, no podía dejar de mirarle confundida y esperándose lo peor.

-Me tengo que ir… -Fue capaz de murmurar Yuri.- A otro país, por el trabajo… No puedo seguir aquí contigo…

-¿Qué…? ¿Cuando? -Preguntó Tiffany inmediatamente.

-Esta noche.

-¿Desde cuando lo sabes, Yuri? -Dijo la otra, acercándose a ella, sintiéndose fatal y enfadada. Eso no se solía saber de la noche a la mañana. ¿Por qué no se lo había dicho antes? ¿Por qué se lo había estado ocultando?

Yuri no respondió al momento.

-Desde el mes pasado… -Confesó, haciendo una pausa antes de seguir hablando.- Sabía que si te lo decía querrías venir conmigo y no quiero que lo abandones todo aquí por mí… Tienes que quedarte. Yo no tengo más remedio… Sabes que necesito el dinero… Pero tú tienes aquí tu vida, tu familia, tus amigos, tu trabajo… No tienes que dejarlo todo por mí. -Le explicó mientras lloraba.

-¡Tú también tienes esas cosas aquí! -Dijo Tiffany, casi gritando, enfadada con ella. No podía creer que lo hubiese estado ocultando tanto tiempo y por ese motivo.

-Pero yo no tengo otra opción. Tú sí. Y mi trabajo ya no está aquí. -Le dijo Yuri, fría.

-¿Y qué pasa con nosotras? -Preguntó Tiffany, casi llorando otra vez.

De nuevo, Yuri no fue capaz de responder inmediatamente a aquello.

-No sé si puedo llevar una relación a tanta distancia, lo siento… Prefiero dejarlo ahora antes de destrozarlo todo más tarde…

Tiffany quiso responder, pero las lágrimas se lo impideron. En cuanto escuchó aquello, empezó a llorar con fuerza, casi desesperadamente.

Estuvieron así durante unos minutos, ambas llorando, cada una a un lado de la habitación, sin decirse nada. Yuri, quien aún tenía que ir al aeropuerto y demás, tuvo que esforzarse en calmarse un poco y seguir recogiendo sus cosas.

Pasado un rato, ya estaba todo listo para irse. Tiffany estaba sentada sobre la cama. Ya no lloraba, pero estaba como ausente, con los ojos llorosos y al borde de las lágrimas para volver a llorar en cualquier momento. Yuri cogió sus cosas y se dirigió a la puerta de la habitación, en silencio.

-¿Cuando volverás…? -Preguntó Tiffany, en un susurro, antes de que la otra chica llegase a salir por la puerta.

-No lo sé… -Respondió Yuri, deteniéndose un momento al responderle.

-¿Me avisarás…? ¿Podremos hablar al menos? -Todo aquello eran dudas que habían estado pasado por su cabeza durante todo aquel rato.

-De momento, creo que será mejor dejar las cosas así…

Tiffany no volvió a responder. Sus ojos se llenaron de lágrimas una vez más y Yuri, no teniendo más tiempo para alargar la despedida y no queriendo hacerla más dolorosa, salió de la habitación con sus cosas para irse.

¿Por qué tenía que ser todo tan injusto? Tenían una vida perfecta y miles de planes para el futuro. Ahora, todo se había acabado por culpa del maldito jefe de Yuri. Por decidir mandarle tan lejos. Como odiaba a aquel hombre. ¿Es que acaso no tenía más personas a las que mandar? ¿Tenía que ser ella? De todas formas, ya no se podía hacer nada… No podía ir con ella y no podía evitar que se fuese.

Solo le quedaba esperar. Esperar como había hecho durante todo aquel horrible día. Y rezar para que un día, Yuri volviese y todo pudiese seguir donde lo habían dejado. Estaría esperando a aquel día todo el tiempo que fuese necesario. Le amaba. Y aunque en ese momento estaba enfadada con ella por ocultarselo y querer evitar que fuese con ella, en el fondo sabía que siempre estaría ahí para ella.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Tus comentarios son importantes para que el blog siga creciendo!