lunes, 6 de junio de 2016

(HwaByul) Entre libros -Oneshot-


Titulo: Entre libros

Pareja: HwaByul (HwaSa + MoonByul)

Tipo: Yuri

Genero: Fluff

Clasificación: G/PG

Descripción: Hwasa quería pasar más tiempo con su amiga Moonbyul, porque la que sentía algo. Y a pesar de saber, le pidió que la acompañara a la biblioteca para que le enseñara y así pasar mas tiempo con ella, pero lo que Hwasa no se imaginaba, es como acabaría todo.

Advertencias: Ninguna

Nota: ¡Hola! Os dejo por aquí otro oneshot yuri de estas chicas de Mamamoo de nuestra querida Cris. Esperamos que os guste y que dejéis vuestros lindos comentarios, y así nos animamos ambas a seguir escribiendo. ^^

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Aquella tarde en la biblioteca de la universidad no había mucha gente. En una de las mesas había un chico estudiando y en la mesa de al lado, dos chicas. Una de ella estaba ayudando a la otra a entender una de las cosas que había dicho el profesor y la cual no había entendido bien. Pero parecía que le estaba costando muchísimo

-Pues no lo pillo. -Dijo la más joven tras releer una y otra vez lo que ponía en el libro. Dejó salir un pesado suspiro y miró a su amiga, la cual estaba haciendo un enorme esfuerzo para que ella comprendiera las cosas.- Lo siento… No quiero que te sientas obligada a estar aquí.

La otra movió levemente la cabeza, negando. Después le miró con una pequeña sonrisa en los labios.

-No me importa. ¿Qué parte no has entendido ahora?

-Esta de aquí. -Le dijo la más joven, señalando con uno de sus dedos la parte en cuestión.

La mayor empezó a intentar explicarle lo mejor que sabía, pero para ella era imposible entenderlo. Más que nada porque le era muy difícil concentrarse con su amiga al lado. Si supiera qué era lo que la distraía tanto…

Intentaba centrarse tan solo en sus explicaciones y dejar la mirada fija en el libro. En cuanto le mirase a ella, aunque fuera un instante y de reojo, sabía que le costaría muchísimo volver a concentrarse.

-¿Lo has entendido? -Le preguntó la mayor, sacando a la otra de sus pensamientos.

-Hm… Sí. Un poco mejor. -Le respondió, mintiendo. No se había enterado de nada una vez más. Pero no le haría repetirlo. Tampoco quería parecerle una tonta.- Muchas gracias, Moonbyul.

-No las des. ¿Y esta te ha quedado clara? -Le preguntó a la menor, señalando con su dedo la parte a la que se refería. Al hacerlo, acercó la mano al libro, rozando de paso la mano de la otra sin querer. Hwasa, la más joven, no pudo evitar ruborizarse por aquel leve y simple contacto. Después se maldijo a sí misma en silencio. ¿Tenía que ponerse así al mínimo roce?

-Sí, también. -Le aseguró.- Voy a dejar este libro y ver si encuentro otro sobre lo mismo. -Le dijo, levantándose de la silla. Lo cierto es que tan solo era una mala excusa para separarse un momento de Moonbyul y calmar su alterado corazón antes de seguir. Le daba muchísima vergüenza que pudiera verla así de sonrojada.

Cogió el libro que habían estado mirando y se metió en uno de los pasillos, entre los estantes de libros, hasta encontrar su lugar y dejarlo donde tocaba. Después pensó que lo mejor sería quedarse allí un momento hasta que estuviera más calmada. Si al volver Moonbyul le preguntaba que había tardado mucho se inventaría alguna excusa, como que no le había sido fácil encontrar el otro libro.

Cuando empezó a sentir que todos aquellos nervios habían desaparecido un poco, fue cuando empezó a buscar el otro libro de verdad. Estaba un poco alto, así que tuvo que ponerse de puntillas para poder alcanzarlo. Cuando estuvo a punto de hacerlo, otra mano cogió el libro antes que ella.

-Moonbyul… Qué susto me has dado. -Dijo Hwasa, viendo como todos sus intentos por calmarse habían quedado en nada.- No hacía falta que vinieras. Ya iba. -Le dijo, intentando reír un poco. Pero de sus labios solo salió una pequeña risa nerviosa y un poco infantil que la hizo avergonzarse aún más.

-Quiero hablar contigo. -Dijo Moonbyul sin apartar la mirada de Hwasa y con el libro entre las manos.

-¿Y no podías esperar a que volviera? -Preguntó Hwasa, intentando sonar entretenida. No quería que Moonbyul creyera que estaba molesta por algo. Pero en el interior estaba realmente nerviosa y ahora encima, con curiosidad. ¿Qué sería eso tan importante que tenía que decirle como para no poder esperar?

-Es que… No quiero que nos escuche nadie. Y aquel chico que teníamos al lado parecía no tener mucha prisa por irse. -Le respondió la mayor, poniéndola aún más nerviosa de lo que ya estaba.

Hwasa estaba de pie entre la estantería y Moonbyul, quien estaba un poco pegada a ella. Nunca se había sentido tan acorralada como en aquel momento. El corazón le iba tan rápido que parecía que en cualquier momento se le iba a salir del pecho. Solo esperaba que Moonbyul no se diera cuenta.

-Bueno… Pues habla. -Logró pronunciar con una leve sonrisa en los labios.

-Me parece muy raro que me hayas pedido ayuda. -Le dijo Moonbyul.- Siempre se te suele quedar todo a la primera. Además, soy yo la que de normal saca peores notas que tú. Podrías haber elegido entre otras personas más… aplicadas.

Las mejillas de Hwasa volvieron a sonrojarse.

-Pero tú eres mi mejor amiga. Prefería que me ayudases tú. Parecías haberlo entendido bien. Si no te apetecía solo tenías que decirlo. -Le respondió la menor, desviando un poco de tema para no tener que seguir hablando de aquello.

Moonbyul negó levemente con la cabeza, sonriendo.

-Para nada. Me ha alegrado mucho que me lo pidieras a mí y no a cualquiera de las otras.

-¿Ah, sí…? Pues estupendo. -Dijo Hwasa, ampliando un poco su sonrisa y sintiéndose avergonzada cuando le escuchó decir que se alegraba de aquello. No entendía a donde quería llegar.

-Te noto nerviosa. -Dijo Moonbyul sin que Hwasa se esperase aquel comentario para nada. Aquello, por supuesto, hizo que se pudiera aún más nerviosa de lo que ya estaba.

-¿Yo? Que va. -Se apresuró a decir. Quizás demasiado deprisa.

-Sí, sí. Y estás roja como un tomate. -Moonbyul dijo aquello sonriendo ampliamente, señalando una de las mejillas de Hwasa antes de darle un pequeño toquecito en esta con el dedo.

Instintivamente, Hwasa se echó hacia atrás cuando le dio con el dedo en la mejilla. Sentía que estaba ardiendo. Y lo peor, o lo mejor, que pudo hacer en aquel momento fue levantar la vista hasta los ojos de Moonbyul. Entonces se dio cuenta de que ella también le estaba mirando, sin decir nada.

Moonbyul levantó una de sus manos con precaución hasta colocarla a uno de los lados de la cara de Hwasa, quien inconscientemente bajó la mirada a los labios de la mayor. Al darse cuenta, intentó desviarla de allí rápidamente. Pero no le dio tiempo a reaccionar. Esos labios que tanto había deseado se juntaron con los propios.

Hwasa tardó en ser capaz de reaccionar. No podía creerse lo que estaba pasando. ¿No estaría simplemente soñando, como más de una vez había hecho? Fuera eso o una realidad, no perdía absolutamente nada correspondiendo. Y así lo hizo. Sus labios comenzaron a moverse con cuidado y un poco de torpeza sobre los de Moonbyul, quien le seguía el juego. Pronto aquel beso dejó de ser tan tímido. Ambas chicas se abrazaron mientras lo hacían. Moonbyul acariciaba la espalda de Hwasa con los dedos, lentamente, mientras la menor entrelazaba los dedos en el cabello de Moonbyul y jugaba con este de forma tierna.

El sonido de la puerta de la biblioteca abriéndose y gente entrando, las detuvo, haciendo que se separasen al momento, las dos con un gran sonrojo y una tímida sonrisa en el rostro. No eran capaces de mirarse directamente aún. Todo había sido tan inesperado. O quizás no tanto. Para Hwasa al menos, lo fue. Pero Moonbyul había parecido dispuesta desde que fue a buscarle.

Sin decir nada, volvieron a la mesa e intentaron seguir estudiando como si nada hubiera pasado y disimular ante las otras personas. Era imposible. La situación no era incómoda, pero sí vergonzosa. No se miraban. Y a las dos les costaba a veces hablar sin liarse con lo que estaban intentando decir.

-Déjalo… ¿Sabes? Tenías razón. No necesitaba esto. -Se atrevió a confesar Hwasa tras un momento de reflexión. También se atrevió a mirar a Moonbyul directamente a la cara. Moonbyul sonrió. Y Hwasa la imitó sin darse cuenta.

-Lo sabía. -Respondió Moonbyul con orgullo. Después rió con suavidad.- No era creíble.

-Había que intentarlo -Hwasa rió también. Por fin parecían más relajadas.- Solo era una excusa para estar contigo. Aunque creo que eso ya lo sabías. -Esta vez habló con un tono más bajo de lo normal para que nadie pudiera escucharlo. Notaba que en cierto modo se había quitado un gran peso de encima, aparte de sentir una inmensa felicidad.

-No. No me había dado cuenta. -Dijo la mayor, bromeando.

Ambas chicas rieron un poco tras aquel comentario.

-Se hace un poco tarde… Quizás deberíamos irnos ya. -Dijo Hwasa tras la hora en su móvil. Pensar en separarse ahora la hacía sentir un poco desanimada. Quería seguir con ella. Y repetir aquel increíble beso. Las veces que fueran.

-Sí, está bien.

Las dos recogieron sus cosas, dejaron el libro donde tocaba y salieron de la biblioteca. Cuando ya estaban a punto de irse cada una por su lado, Moonbyul detuvo a Hwasa.

-Oye… Mañana es fin de semana.

-Ya. Ya lo sé. -Le dijo Hwasa con una sonrisa.- ¿Quieres que quedemos y vayamos a algún lado? -Le propuso. Después de aquel beso se sentía muchísimo más valiente y decidida. Sin duda le había dado fuerzas.

-Sí. Claro. Eso era lo que iba a decirte. -Respondió Moonbyul, intentando ocultar su entusiasmo. Ahora parecía ser ella la nerviosa y vergonzosa. A Hwasa le gustaba aquello.

Las chicas se despidieron, prometiendo llamarse aquella misma noche y acordar los detalles para su cita del día siguiente. Porque sí. Aunque no habían usado exactamente aquella palabra, iba a ser una cita. Las dos lo sabían. Las dos lo estaban deseando.


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