lunes, 6 de junio de 2016

(LunBer) Halloween party -Oneshot-


Titulo: Halloween party

Pareja: LunBer ( Luna + Amber)

Tipo: Yuri

Genero: Lemon

Clasificación: NC-17

Descripción: Amber se presenta en una fiesta de disfraces de la universidad en Halloween, y no esperaba encontrarse con lo que le ocurrió.

Advertencias: Que tiene lemon, aunque no muy duro.

Nota: ¡Hola! Os dejo uno de los oneshots para Halloween, un yuri entre Amber y Luna por parte de mi querida Dahiro, que se está viciando al yuri (?) Esperamos que os guste. ^^


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No había pasado más de media hora desde que había llegado a la fiesta y Amber ya se preguntaba qué estaba haciendo allí. Desde un principio había estado dudando en si ir o no, pero sus amigas habían insistido tanto que al final había sido convencida por ellas. Ahora se arrepentía.

La fiesta era en la piscina cubierta de la universidad, pues al final los estudiantes habían conseguido el permiso para celebrar Halloween allí. Aquello era enorme. Habían puesto grandes altavoces a cada lado de la piscina y en las esquinas de esta. Era prácticamente imposible escuchar lo que te decía la persona que tenías al lado debido al volumen de la música, típica de discoteca. Habían apagado las luces y las habían reemplazado por unas rojas y blancas que parpadeaban y te acababan dando dolor de cabeza. O al menos, a ella le pasaba eso. Habían puesto un bar e incluso un pequeño escenario con un SJ contratado, encarado a la piscina, donde la gente se bañaba y bailaba. Le parecía peligroso. Tanta agua y al mismo tiempo, tantos aparatos eléctricos prácticamente en el borde de la piscina. Pero bueno, ellos verían lo que hacían.

Nunca le habían gustado aquel tipo de fiestas, pero tampoco quería que sus amigas acabasen creyendo que era una amargada. Para la mayoría allí, si no ibas a aquellos sitios, lo eras.

No podía mirar a ningún sitio sin ver a chicas que vestían de forma exageradamente provocativa y a chicos babeando detrás de ellas. Vampiresa sexy, bruja sexy, enfermera sexy, fantasma sexy… ¿No había más variedad? Incluso sus propias amigas iban con ese tipo de disfraces. Mientras tanto ella se había conformado con un poco de maquillaje que simulaba sangre en el rostro y ropa vieja un poco rasgada. ¿Para qué más?

Y fue por eso por lo que aquella joven llamó tanto su atención. Estaba a un lado, hablando con un grupo de personas. Llevaba un vestido negro de estilo gótico, largo y hermoso, con algunos detalles en rojo oscuro. Los complementos que llevaba iban muy bien con la vestimenta y su pelo, largo, suelo y bien peinado, le pareció precioso.

Tenía ganas de hablar con ella. Quería presentarse y comenzar una conversación. Pero ella parecía estar disfrutando con otras personas.

Miró a sus amigas, quienes ya habían empezado a beber. No le hacían mucho caso. ¿Para eso habían insistido tanto? Se empezaba a aburrir. Y cada vez tenía más ganas de ir y hablar con aquella hermosa desconocida. Al final, se decidió. En cuanto vio que la chica se quedaba sola, se acercó a ella con vergüenza. Pero intentó esconderla y parecer más decidida.

-Hola, me encanta tu vestido. Es precioso. -Le dijo, intentando romper el hielo. Tuvo que levantar la voz bastante para que pudiera escucharle. La música estaba demasiado fuerte.

-¡Muchas gracias! -Le respondió la chica, sonriéndole. Amber se puso aún más nerviosa al ver aquella sonrisa.

-Me llamo Amber. ¿Y tú? -Se presentó. Estaba deseando empezar una conversación con ella.

-Luna. -Dijo ella. A Amber no le pareció que aquel fuera su nombre real, pero era bonito.- ¿Y tú qué eres? ¿Un zombie? -Le preguntó la chica.

Amber no supo que responderle en un principio. ¿Qué era? Ella solo había improvisado sin pensar en un disfraz en concreto.

-Supongo que lo soy. -Le dijo, riendo avergonzada.

-No he visto a muchas chicas con ese disfraz. -Le comentó Luna, riendo junto a ella.- Casi todas suelen ir bastante parecido.

-Precisamente por eso me has llamado tú la atención. Tampoco vas con algo típico. -Le confesó Amber.

Las dos se miraron y sonrieron al mismo tiempo. Les estaba gustando hablar con la otra.

-¿Quieres salir un rato y hablamos mejor? Necesito salir a tomar el aire. Si quieres, puedes acompañarme. -Le preguntó Luna, quien ya llevaba bastante rato queriendo salir aunque fuera a dar un pequeño paseo y luego volver. Y Amber le parecía una buena compañía.

-Claro, vamos.

Y ambas chicas salieron de la fiesta, no sin antes avisar a las personas con las que habían ido para que no se preocupasen si no las veían. Ninguno de los dos grupos dijo nada en contra. De hecho, las amigas de Amber comenzaron a bromear con ello. Solo esperaba que Luna no hubiera escuchado nada con tanta música. Se habría muerto de vergüenza.

Salieron de la fiesta y empezaron a pasear tranquilamente por los alrededores de la universidad. Amber le contó que realmente no le había apetecido mucho ir y se sorprendió al saber que en un principio Luna tampoco iba a hacerlo. Que había sido decidido en el último momento, como ella, y que su vestido era prestado. Cada vez tenía más ganas de saber cosas sobre esa chica y se sonrojaba cada vez que la miraba.

¿Por qué se sentía así? No la conocía de nada. Pero con solo mirar sus ojos se sentía como en otro mundo. Y sus labios… Le resultaban demasiado tentadores. Cada vez que le miraba y sonreía, se sonrojaba. Ya había sentido estas cosas por otras personas pero nunca tan rápido. Ya no se arrepentía tanto de haber ido a la fiesta.

Ambas caminaron hasta un pequeño bosque que había junto a la universidad. Iban andando y charlando tan entretenidas que apenas se dieron cuenta de que estaban entrando en este. Estaba oscuro, pero no tanto como para no poder ver nada. La luz de la luna iluminaba lo suficiente.

Amber miró a Luna una vez más, fascinada por lo hermosa que se veía. Tenía unas ganas locas de besarle, pero ¿Y si no le gustaba? ¿Y si lo estropeaba todo?

Se detuvieron bajo un árbol. Luna apoyó su espalda sobre el tronco y siguieron hablando un buen rato. No se cansaban. No se les acababa la conversación. Era extraño, pero muy bonito al mismo tiempo. Las ganas de Amber por unir sus labios con aquella joven eran cada vez mayores.

-Amber… -Murmuró Luna, con cierto tono tímido en su voz.- Quizás te parecerá una locura… Nos acabamos de conocer. Pero… Me has gustado mucho y me gustaría conocerme mejor.

¿Era aquello una broma cruel para ilusionarle y luego reírse? ¿Era un sueño y se despertaría en cualquier momento? Estaba en blanco. Lo último que se había esperado escuchar era eso. Llevaba prácticamente desde que la había visto pensando en lo mucho que le gustaba esa chica y ahora, sin previo aviso, ella se le confesaba de esa forma tan directa.

-Ya… No hace falta que digas nada, lo entiendo. Me acabas de conocer. Es un poco raro que te diga esto… -Añadió Luna al no recibir una respuesta. Ahora se veía desanimada. Seguramente le habría parecido una desesperada o patética o a saber qué cosas que no quería ni pensar.

Pero su respuesta pronto llegó, en forma de beso. En cuestión de segundos estaba atrapada entre el árbol y el cuerpo de Amber mientras sus labios se unían en un dulce y tímido beso. Luna no dudó en corresponder una vez recuperada del shock. Cuando separaron los labios, sus ojos se encontraron y ambas no pudieron evitar sonreír.

-Quizás te parezca una locura a ti también. Pero yo llevo sintiendo lo mismo desde que te he visto. -Le susurró Amber sobre los labios, rozándolos con los suyos propios al hablar.

Volvieron a besarse con más pasión que antes. Esta vez Luna pasó los brazos alrededor de la cintura de Amber para abrazarla, mientras la otra chica colocaba una mano en su cadera y la otra la apoyaba en el árbol, acorralándola aún más. Pero eso a Luna no le importaba. Al contrario, le estaba gustando. Y no le importaba si realmente no se conocían de nada. Quería disfrutar del momento con esa chica que tanto había llamado su atención.

Los besos no tardaron en volverse más intensos, añadiendo algunos suaves mordiscos y roces de lengua. Presionando de vez en cuando sus cuerpos aún más y sintiendo como la temperatura de estos empezaba a aumentar.

A aquellas alturas ya no les importaba nada. Solo existían ellas dos. Y era muy difícil que fueran capaces de dejarlo solo en un beso. Amber subió su mano lentamente por la cintura de Luna, acariciándola sobre la tela del vestido. Estaba un poco indecisa ¿Y si estaba siendo demasiado directa? No se atrevía a subirla más, pero lo deseaba.

Luna lo sabía. Intuía lo que Amber estaba pensando cuando notaba como hacía un pequeño amago de subir la mano hasta su pecho pero al final la dejaba donde estaba. No podía negar que ella también empezaba a necesitar algo más de la otra chica. Más caricias, más besos. Más contacto. Por eso, casi de forma inconsciente, cogió la mano de Amber y la colocó ella misma sobre uno de sus pechos, diciéndole de esa forma a la otra que no tenía de qué preocuparse.

Amber, sonrojada y nerviosa, pero excitada al mismo tiempo, no apartó la mano. En su lugar, lo que hizo fue comenzar a acaricia el pecho de Luna y a apretarlo con suavidad de vez en cuando. Al mismo tiempo, separó sus labios de los de la chica y los bajó por su cuello, repartiendo sobre aquella zona un beso tras otro. Eso provocó que Luna levantara la cabeza, para estirar su cuello y darle un mejor acceso a este. Al mismo tiempo, de sus labios escapó un profundo suspiro que dejaba ver todo lo que las acciones de la otra estaban provocando en ella. Y sin pensarlo dos veces, llevó sus propias manos al trasero de Amber y lo presionó con ambas, apretando así el cuerpo de la chica aún más con el propio.

Amber suspiró. Luna volvió a suspirar. Y la mano que Amber tenía libre empezó a levantar poco a poco el vestido de la otra hasta colar la mano por debajo de este y empezar a acariciarle uno de los muslos. Y cada vez fue subiendo más. Luna no le detenía. Se sentía tan excitada que aunque quisiera, le habría costado muchísimo detenerla.

De repente el móvil de Amber comenzó a sonar, provocando que las dos se separasen un poco sobresaltadas. Buscó el móvil en su bolsillo, maldiciendo mentalmente a quien le estuviera llamando. Era una de sus amigas. Le extrañó bastante.

Miró a Luna, como si estuviera pidiendo permiso para contestar. Ella le dedicó una pequeña sonrisa y asintió.

-Dime. -Dijo al responder.- ¿Ya? ¿Tan pronto? -Al otro lado podía escuchar las risas de sus amigas, preguntándole que por qué se quejaba si era ella la que desde un principio no quería ir.

-Vete con ellas. -Le dijo Luna, mientras aún estaba hablando por teléfono.- Yo también quiero que te quedes, pero… Piensa que quizás es mejor así. Puede que estemos yendo demasiado rápido y me gustaría que fuera un poco más especial contigo… -Cuando dijo aquello, la joven se sonrojó. Amber le gustaba muchísimo.

La otra dudó un momento antes de responder, quedando en silencio. Luna tenía razón, por muchas ganas que tuviera de seguir con ella y por mucho que estuviera odiando a sus amigas en aquel momento.

Al final le hizo caso y le dijo a sus amigas que le esperasen a la salida de la fiesta, que en unos minutos iría con ellas. Luego miró a Luna con una expresión un poco triste.

-Déjame tu móvil. -Le dijo Luna. Amber no comprendió para qué, pero lo hizo.

Luna empezó a apuntar su propio número y luego le devolvió el móvil.

-Llámame, eh. -Le dijo mientras se lo devolvía, con una dulce sonrisa en los labios.

-En cuanto llegue a la habitación te mando un mensaje para que te apuntes el mío. -Le respondió Amber, sonriendo aún más que la otra chica.

-Y podemos ir y tomarnos algo juntas mañana, si tienes libre ¿Qué te parece?

-Estupendo.

Las dos volvieron por donde habían venido, un poco vergonzosas por lo que acababa de pasar entre ellas. Pero felices por haberse conocido y deseando llevar aquello a algo más. Ya no en el sentido sexual, sino en algo mucho más profundo.


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