lunes, 6 de junio de 2016

(VMin) Summer in love -Oneshot-


Titulo: Summer in love

Pareja: VMin (Taehyung + Jimin)

Tipo: Yaoi

Genero: AU, romance, drama, humor, fluff

Clasificación: PG-13

Descripción: Conocer al amor de tu vida en un foro de contenido pornográfico es algo imposible… ¿no? O sea… ¿qué probabilidad había?

Advertencia: Habrá referencias a cosas pervertidas, pero no tendrán mucho grado de perversión, así que podéis leer con mucha tranquilidad con padres a vuestras espaldas si queréis (???)

Nota: Hola, soy Mrs. Daisy y soy nueva aquí, espero que os gusten las cosas que escribiré aquí a partir de ahora y que me deis mucho amor

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El cielo estaba cubierto por una fina capa de nubes aquella mañana mientras TaeHyung caminaba por la orilla norte del río Han en dirección al lugar en el que había quedado algunos días atrás. Probablemente llovería por la tarde —o eso era lo que había dicho la preciosa chica del tiempo en el telediario la noche anterior—, así que el chico no se había preocupado en llevarse ningún paraguas… tenía otras cosas mucho más importantes en las que pensar más que en si caía un chaparrón sobre la ciudad de Seúl.

Estaba de los nervios porque había quedado con alguien que había conocido por internet y esa era la primera vez que hacía algo como aquello.

En incontables ocasiones, su madre le había dicho que no era buena idea quedar con desconocidos porque podían haberlo engañado haciéndose pasar por personas que no eran y que luego una vez se encontraran le harían daño… pero la persona con la que había quedado parecía ser buena gente, así que no sabía qué pensar exactamente de aquello. Por una parte, tenía muchísimas ganas de conocer a Baby J; pero por la otra parte, sentía un poco de pavor por si realmente era un señor de cincuenta años que quisiera violarlo.

TaeHyung se detuvo de golpe y sacó su teléfono móvil de su bolsillo. Tenía que cerciorarse de que realmente era una buena idea lo que estaba a punto de hacer, así que, rápidamente abrió su navegador y luego ingresó en su cuenta de usuario del foro pornográfico que solía visitar en la soledad de su habitación. Le saltaron varios anuncios de alargamiento de pene milagrosos y otros de porno puro y duro y el chico los cerró todos para poder entrar al chat privado que mantenía con Baby J.



Baby J: Oye… llevamos mucho tiempo hablando…

¿Estaría bien que nos conociéramos?

Vivimos los dos en Seúl y no sería difícil…

Quiero decir, el metro y los buses nos pueden llevar donde sea

Y a mí me haría ilusión saber quién eres

V: He estado pensando en eso mismo desde hace días

Estaría bien

Baby J: Podríamos quedar en Myeongdong

A la salida de la estación del metro

Solo tenemos que llevar ropa que nos identifique

Yo llevaré una camiseta de BigBang o de TaeYang para que me veas

¿Qué llevarás tú?

V: No sé, cualquier cosa

En realidad con saber qué es lo que llevas tú me apaño

Baby J: Cool

¿Entonces el viernes a las 12:00 allí?

V: ¿Este viernes?

Baby J: Sí, cuanto más pronto, mejor.

V: Está bien. Allí nos vemos.



TaeHyung salió del foro y guardó su teléfono móvil en su bolsillo de nuevo, dándose cuenta de que estaba a punto de llegar a la estación de Ichon, donde tenía que montarse en la línea azul para poder llegar a su destino. El chico se detuvo y volvió a sacar su móvil para mirar la hora. Las 11:38. Si tomaba el siguiente tren que pasara llegaría perfectamente a tiempo para su cita… pero no estaba muy seguro de lo que estaba a punto de hacer.

Sin poder evitarlo, TaeHyung abrió la aplicación de kakao talk, entró el chat que mantenía con su amigo Jin y lo llamó, deseando que éste contestara rápidamente. No tuvo que esperar mucho antes de escuchar su adormilada voz al otro lado de la línea.

—¿Qué es lo que quieres ahora, Kim TaeHyung? —fue lo primero que le preguntó, sin saludarlo siquiera. Los saludos estaban sobrevalorados en su relación.

—Consejo. Quiero un consejo maduro de la persona más madura que conozco —le respondió, dándole una entonación especial a la palabra madura.

—La persona más madura que conoces es NamJoon y lo sabes —replicó SeokJin.

—Lo sé, pero hyung estará durmiendo y molestarlo por este problemilla no es buena idea. Así que como tú eres la segunda persona más madura que conozco, pues te llamo a ti.

—Te odio mucho —declaró su amigo—. A él no lo puedes molestar mientras duerme pero a mí sí, ¿no? Ya te enterarás cuando nos veamos, Kim TaeHyung —amenazó.

—Sí, pégame y tortúrame todo lo que quieras entonces, pero ahora te necesito —comentó. Hubo un suspiro de resignación al otro lado que el chico interpretó como que podía contar su problema—. He quedado con alguien de internet pero no estoy seguro de si debo ir o no a la cita.

—¿De internet? ¿Tú estás loco? —a SeokJin se le había subido el tono al hacer aquellas dos preguntas y TaeHyung tuvo que separarse el móvil de la oreja porque lo había dejado sordo con su grito—. Vuelve ahora mismo a tu casa.

—Pero parecía majo… —murmuró él—. Llevo hablando con él muchos meses.

—Es en el foro de porno, ¿no? —cuestionó su amigo y TaeHyung hizo un sonidito de asentimiento—. Entonces vuelve a tu casa.

—¿Por qué?

—Porque será un señor de cincuenta años, calvo y gordo que te secuestrará y te llevará a su casa para violarte —respondió SeokJin—. Y tú eres muy poquita cosa y tienes cara de nena, así que eres un blanco fácil. Vete a casa y ni se te ocurra quedar con nadie más e ir solo a la cita.

—Está bien…

TaeHyung colgó la llamada y suspiró. Las palabras de Jin lo habían convencido de que probablemente aquello era muy mala idea, aunque sabía que los miedos de su amigo tenían algo de paranoia… pero no quería arriesgarse a que lo que éste acababa de predecir terminara ocurriendo de verdad. Guardó su teléfono de nuevo en el bolsillo delantero de sus vaqueros y luego miró al cielo, descubriendo que la fina capa de nubes que lo cubría se había hecho un poco más densa y que la oscuridad de la lluvia se cernía sobre la ciudad.

Sin pensar en nada más, TaeHyung se dio media vuelta y caminó hacia casa antes de que le cayera un chaparrón gordo encima.



pop



Cuando las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer sobre su cabeza a las 13:54, JiMin decidió que ya era hora de levantarse del lugar en el que había estado sentado esperando a que su cita llegara. Estaba más que claro que lo habían dejado cruelmente plantado.

El chico ingresó a la estación de metro junto a la que había estado varias horas y luego pasó la tarjetita del bono del transporte por el lector para entrar a la zona de los andenes. Había un montón de gente en la estación de Myeondong, pero no tanta como a hora punta, así que JiMin al menos tuvo un poste al que agarrarse mientras viajaba en el tren hasta su casa en Apujeong. Tuvo que hacer transbordo en la siguiente estación a la línea naranja, pero no le importó porque estaba acostumbrado a tener que tomar varios trenes o autobuses para poder moverse por la gran ciudad.

Cerca de media hora más tarde, salía de la estación corriendo a toda velocidad por las calles, esquivando personas con paraguas, para mojarse lo menos posible; sin embargo, llegó a casa empapado y tuvo que secarse las manos en su camiseta negra de Good Boy antes de teclear el código para entrar. Dejó sus zapatillas en el recibidor cada una de una manera y caminó hacia el baño, quitándose la camiseta por el camino y los pantalones y calzoncillos cuando entró al cubículo. Cerró la puerta y sacudió su cabeza como un perro para quitarse agua del pelo, salpicando en todas direcciones, antes de mirarse al espejo y suspirar.

No tenía suerte. Su vida estaba plagada de cosas como la que le acababan de suceder, cosas que lo hacían quedar como a un tonto. JiMin suspiró cansado, mirando en el espejo el reflejo de su cuerpo trabajado, y después se metió en la ducha para calentarse antes de coger un resfriado veraniego. Mientras el agua caliente recorría su cuerpo, el chico dejó que su mente vagara y se forzó a no pensar en lo que le había ocurrido aquella mañana. Se forzó a dejar de pensar en V, aunque con escaso éxito.

Con su cuerpo caliente de nuevo, JiMin se puso cualquier cosa que encontró por su apartamento, sin prestar atención a nada, y luego se sentó en el sofá a ver la televisión. No había pasado siquiera un minuto cuando la puerta de su piso se abrió y su compañero YoonGi entró junto a HoSeok en el lugar, riendo. El chico los miró durante un segundo antes de volver de nuevo su vista a la televisión, buscando en todos los canales algo que ver que mereciera la pena.

—Oh, ¿ya has vuelto? —preguntó YoonGi, entrando al salón—. Creía que comerías fuera con tu cita.

JiMin hizo un mohín al escuchar la palabra “cita” y subió sus piernas al sofá para abrazarse a ellas y colocar su barbilla entre las rodillas en una posición que dejaba bien claro que no había ido bien la cosa y que no tenía muchas ganas de hablar de aquello, posición que sus amigos no entendieron, porque ambos se sentaron en el sofá, uno a cada lado y lo miraron expectantes.

—¿Cómo ha ido? —le preguntó HoSeok.

—Directamente… no ha ido —fue lo que le respondió, sin siguiera girarse a mirarlo—. No ha aparecido.

—Oh —exclamó YoonGi.

—Sí. Oh. Es una buena definición —murmuró JiMin, enterrando más su rostro entre sus piernas.

—Bueno, no te preocupes —HoSeok le puso una mano en el hombro y se lo masajeó levemente dándole apoyo—. Era solo un tío de un foro pornográfico, no tiene mayor importancia.

—Eso mismo —coincidió el otro—. No es nada grave.

—Ya… pero me da rabia —contestó. Hubo un silencio de unos segundos tras su respuesta, hasta que HoSeok lo rompió.

—¿Qué te parece si canalizamos tu rabia en otra cosa? Podemos ir a bailar, así te luces y seguro que consigues ligar y te olvidas de todo.

—¡Sí! ¡Eso! —gritó YoonGi—. Me parece maravilloso. Salir de marcha, buscar alguna chica, pasar un rato agradable con mucho más alcohol que sangre en las venas.

—Podría avisar a otra gente que conozco —comentó HoSeok—, seguro que siendo más nos lo pasamos mejor que siendo solo tres.

—Podría venir incluso JungKook —comentó YoonGi, que parecía bastante emocionado con la idea de salir de fiesta, a pesar de que la mayor parte del tiempo era como un mueble más de su casa en vez de una persona.

—Sigue siendo menor —tuvo que apuntar JiMin ya que vio que sus amigos no se habían dado cuenta de aquel dato importante.

—Podemos ir el pub de mi cuñado —respondió HoSeok—. Él hará la vista gorda si lo controlamos para que no beba demasiado y no le dé un coma etílico.

—Entonces perfecto —dijo YoonGi, dando su aprobación final al plan y JiMin sintió en ese momento la mirada penetrante de sus dos amigos sobre su persona—. Tú te apuntas, ¿verdad? —el chico alzó la cabeza y los miró a ambos, intercalando su mirada entre uno y otro. No iba a tener escapatoria de aquella salida, así que no tuvo más remedio que asentir aunque no estaba convencido de que salir fuera lo mejor para él en aquellos momentos.

—YES! —HoSeok se levantó del sofá como si tuviera un muelle—. Avisaré a TaeHyung —y se fue del salón, teléfono móvil en mano para reclutar a gente para la operación “Sacar a JiMin de su miseria aunque éste no quiera”.



pop



TaeHyung se encontraba tumbado en la cama de su habitación, con su portátil sobre sus piernas y estómago para apoyarlo sin peligro de caída, jugando un poco a ser Dios con Los Sims 4 después de haberse descargado la última expansión. Quería quitarse de la cabeza lo que había sucedido hacía un rato y, sobre todo, no quería entrar en internet porque si no iba a tener la tentación de buscar en el navegador la página del foro y le iba a hablar a Baby J para darle una excusa que falsa porque no tenía ninguna excusa de verdad.

Estaba muy metido en su mundo virtual, haciendo la mejor casa para la pareja con la que llevaba jugando varias semanas, la pareja que había creado desde bebés y que había juntado sin esperanzas porque no creía que realmente en aquel juego, estuviera la posibilidad de hacer parejas homosexuales; cuando su teléfono comenzó a sonar y tuvo que dejar de pintar las paredes de color crema para atender a la llamada.

El chico dejó su ordenador sobre la cama y buscó su teléfono móvil, encontrándolo liado entre las sábanas. En la pantalla se podía leer el nombre de su amigo HoSeok, así que TaeHyung no lo hizo esperar y descolgó.

—Hey, figura —lo saludó—. ¿Dónde te metes?

—La universidad es muy mala —le contestó su amigo—, pero bueno, ya se ha terminado por un tiempo, así que vuelvo a salir de mi agujero.

—Eso está bien —sonrió TaeHyung.

—Oye. ¿Te quieres venir de fiesta esta noche? —le preguntó HoSeok—. Voy a ir con algunos amigos al club de mi cuñado.

—Mmmm… no sé, no sé —murmuró el chico, cambiándose el teléfono de oreja, haciéndose el difícil para que el otro le rogara. Llevaban mucho sin verse porque HoSeok no tenía tiempo, así que no se lo iba a dar todo en bandeja.

—Anda~ vente —pidió con aegyo en su voz. TaeHyung lo podía imaginar haciendo caras monas para convencerlo—. Si sabes que eres el alma de la fiesta y sin ti no lo pasamos bien —el chico sonrió—. Además, te puedes traer a quien quieras, cuantos más seamos mejor.

—Todavía no has dicho la palabra mágica —replicó.

—Está bien… —HoSeok suspiró—. Te invito a una ronda de chupitos.

—Mándame la hora en un mensaje y allí estaré —contestó y escuchó una especie de mini celebración al otro lado antes de colgar con una sonrisa en su cara, pensando en si hablar primero con Jin o con NamJoon para avisarlos del plan.



pop



La noche del viernes, JiMin se encontró en la puerta del club del cuñado de HoSeok sin quererlo del todo. A su lado se encontraban el propio HoSeok, su compañero de piso YoonGi y su amigo menor de edad JungKook, todos esperando a los otros amigos del primero, que tenían que estar al llegar, aunque ya llegaban diez minutos tarde. JiMin se echó sobre la pared de ladrillos y dejó la cabeza caer contra ésta, porque sentía que le dolía todo el cuerpo y así, al menos, descansaba un poco. No quería ni imaginarse cómo llegaría a casa después de beber aquella noche.

—¡Hombre, ya era hora! —escuchó gritar a HoSeok y miró en su misma dirección, encontrándose a tres chicos que caminaban hacia ellos.

—Sorry, sorry Seokkie —le respondió a su amigo uno de ellos. Tenía el pelo castaño claro y llevaba los ojos más delineados que la mayoría de las chicas que habían entrado al local en los minutos que llevaban esperando—. Era una ocasión especial y no sabía qué ponerme.

JiMin vio cómo le sonreía ampliamente a HoSeok y luego cómo los dos se daban un abrazo como lo hacían dos buenos amigos que llevaban mucho tiempo sin verse. El chico supuso que se trataba del tal TaeHyung del que les había hablado en más de una ocasión, pero al que nunca les había presentado.

—¿Quiénes son tu amigos, TaeHyung? —le preguntó HoSeok cuando se separaron, señalando a los otros dos chicos. Efectivamente, era TaeHyung.

—Ah, son NamJoon —señaló al chico que iba con una sudadera demasiado grande para su cuerpo—, y Jin —tomó al otro por los hombros, a pesar de que era más alto que él y quedaba un poco ridículo.

—Bien, bien —HoSeok se volvió hacia ellos—. Encantado —les dedicó una sonrisa y después miró a quienes lo habían acompañado a él para presentarlos—. YoonGi, JungKook y JiMin —señaló uno por uno y cuando a JiMin le tocó su turno simplemente alzó una mano a modo de saludo—. Ya que estamos todos vamos entrando, que seguro que os conocéis mejor con un par de copas.

—¡Me tienes que invitar a chupitos! —escuchó que gritaba el tal TaeHyung, colgándose de HoSeok cuando comenzaron a entrar al local.

En ese momento, JiMin supo que si corría ahora por su vida, podría escapar, pero antes de hacer ningún movimiento, YoonGi lo tomó por la cintura y lo invitó sutilmente a entrar con todos ellos, sellando su sentencia de muerte.

No mucho más tarde, los botellines de cervezas, los vasos de chupitos, las cáscaras de los limones para los tequilas y las jarras de calimocho se amontonaban sobre la mesa que tenían reservada… todos ellos vacíos. La música electrónica zumbaba en los oídos de JiMin y sus pies no se podían estar quietos la mayoría del tiempo, pero se resistía a salir a bailar a la pista con JungKook y HoSeok por muchas canciones de chicas del momento que sonaran en el club. Prefería beber alcohol acompañado de tres desconocidos y de YoonGi intentando echarle el guante a cualquiera de las chicas guapas que pasaban por su lado.

—¡Hey, amigo! —de repente, sintió cómo alguien se le colgaba del cuello y le gritaba aquello con una voz demasiado grave y ronca—. Beberse copas una detrás de otra no es divertido. Vamos a hacer cosas graciosas.

JiMin apenas pudo darse cuenta de que la persona que se le había echado encima era TaeHyung, cuando ya estaba siendo arrastrado por el chico entre la marea de gente en busca de sus otros amigos. Las luces danzaban ante sus ojos y la espalda estrecha del otro era lo único que veía realmente, aunque sentía los cuerpos de los bailarines estrellándose contra el suyo en un afán de ser el rey o reina de la pista, igual que sentía la calidez de la mano de TaeHyung envolviendo la suya y tirando de ella.

—¡A bailar! —anunció el chico cuando llegaron donde estaban los demás y se comenzó a mover como loco, haciendo un baile extraño que él llamaba el baile del espermatozoide.

Al principio JiMin se sintió un poco cohibido, pero al final acabó haciendo aquel mismo baile junto a sus amigos y no supo qué es lo que fue exactamente, si fue que tenía más alcohol que sangre en las venas, que no podía resistirse a hacer el pollas cuando sonaba Fantastic Baby o si fue el entusiasmo y encanto del chico de ojos delineados.



pop



El dolor de cabeza era demasiado real para que TaeHyung lo ignorara, pero tenía que levantarse de la cama y hacer un poco de vida humana o su madre se asustaría por no verlo aparecer en todo el día. Además, tenía turno en su trabajo aquella tarde y si no se levantaba en aquellos momentos, luego no habría quien pudiera hacerlo. Con un esfuerzo sobre humano, TaeHyung se levantó de la cama y luego abrió el cajón de su mesita, cogiendo una caja de pastillas y tomándose un par, tragando ayudado por el agua que le quedaba en un vaso.

No recordaba exactamente cómo había llegado a su casa, pero como había llegado y no había ningún desconocido durmiendo en su cama, supo que había sido una gran noche.

Mientras se ponía algo de ropa para poder salir a la calle de forma más o menos decente, le vinieron algunos flashes de los siete bebiendo en el club, jugando al 007 y bailando —o al menos intentándolo—, en la pista. Los amigos de HoSeok eran bastante majos y el chico menor de edad se lo había pasado pipa bebiendo por primera vez. No recordaba mucho más, solo al tipo más bajito, que parecía tener los músculos de su cuerpo bastante más desarrollados que los de su cabeza porque se pasó la mitad de la noche accediendo a todas sus peticiones absurdas y bailando con él. JiMin babo lo había apodado y aunque al otro parecía que le molestaba, al segundo se le pasaba y comenzaba a reír.

Sí. TaeHyung se lo había pasado bien.

Cuando terminó de arreglarse, el chico salió por la puerta de su habitación y se despidió de su madre asegurándole que ya comería por el camino, que si no llegaría tarde a su trabajo. Lo primero que hizo al montarse en el autobús ese día fue buscar un asiento libre y sacar su teléfono móvil para pedirle un pequeño favor a HoSeok.



Me moló salir anoche con todos. Hay que repetirlo

¿Creas un grupo en el kakao y nos metes a todos para que gilipolleemos juntos?

Seokkie: Ahora mismo.



Unos segundos más tarde, TaeHyung recibía la notificación de que había sido añadido a un nuevo grupo llamado “Los Tequilas” y sonrió antes de guardar su teléfono de nuevo en el bolsillo de su chaqueta.



pop


Agosto acababa de comenzar y con él traía el calor que todos los habitantes de la ciudad de Seúl ansiaban y odiaban a la vez. JiMin, por su parte, se había apalancado delante del ventilador, tumbado en el suelo de losa de su apartamento, como si fuera un perro sacando la cabeza por la ventanilla trasera de un coche por la carretera. Hacía demasiado calor y aquella era la única fuente de frescor de la casa.

—Parece mentira que te lo tenga que decir yo —comenzó a hablar YoonGi, haciendo que JiMin tuviera que dejar que pensar en el Ártico para estar más fresquito y prestarle atención a sus palabras—, pero si te quedas mucho tiempo ahí delante se te secará la garganta y eso es malo porque no podrás hablar.

—Ni necesito hablar durante los próximos días, así que no tienes de qué preocuparte —le contestó, girándose hacia él y volviendo a poner cara de perrito abandonado por milésima vez desde que se había enterado que su compañero de piso tenía una casa en la playa y que se iba a ir en un par de días para pasar la primera mitad de agosto en el lugar—. Voy a estar solo en el piso.

—Puedes quedar con HoSeok o con Los Tequilas —le respondió YoonGi, sin inmutarse lo más mínimo ante su comentario—. Incluso podrías ir a casa de tu familia a hacerles una pequeña visita.

—No. Me quedaré aquí, aislado del mundo y sufriendo en silencio el calor —replicó JiMin—. Lo mismo cuando vuelvas te encontrarás un charquito de mí con mis ojos mirándote acusadoramente.

—En realidad tardarías mucho en ser un charquito de agua, más que nada porque si eso pasara te irías evaporando… pero si eso pasara, tus ojos serían lo primero en irse, así que no podrías mirarme de ninguna forma —contestó el chico, esbozando una sonrisa algo cínica.

—Te odio —declaró JiMin.

—En realidad me amas y todos lo sabemos —YoonGi le lanzó un beso y JiMin se hizo el indignado—. Anda, prepara la maleta. Me aburriré mucho si voy yo solo a la playa.

—Te amo —el chico se levantó del suelo y caminó hasta su compañero de piso para darle un gran abrazo que el otro correspondió algo incómodo.

—Sí, sí, eso ya lo sabía —le dijo cuando se separaron.

—No te arrepentirás de llevarme —comentó JiMin con una sonrisa de oreja a oreja.

—Eso espero.

YoonGi le dedicó una pequeña sonrisa y luego se fue del salón para seguir terminando de arreglar sus cosas, probablemente. JiMin también debería haberse puesto a hacer la maleta, pero aprovechó que se había quedado solo para tomar su teléfono móvil y abrir un chat con TaeHyung.



Vacaciones en la playa de gratis conseguidas

Soy maravilloso

TaeHyung: Sí que lo eres

No creía que lo conseguirías

Ya solo faltaban dos días

Nunca dudes de mi talento a la hora de embaucar

Taehyung: Jamás dudaré de él

A partir de ahora, digo

¿Dónde vamos a quedar?

Tenéis que venir a recogernos para que YoonGi no sospeche

TaeHyung: Perfecto

Voy a ir avisando a los demás

TaeHyung: Yo le diré a NamJoon que llene todo el depósito de su furgoneta

Genial

Nos vemos pasado mañana



JiMin cerró el chat con el chico y bloqueó su teléfono móvil antes de tumbarse de nuevo frente al ventilador para paliar el asfixiante calor que había comenzado a hacer de repente en la habitación. En aquel momento, JiMin no se cuestionó por qué sus mejillas habían comenzado a arder, ni por qué la velocidad entre latidos de su corazón había aumentado, no se lo cuestionó porque pensó que se debía a la adrenalina de organizar aquella escapada a espaldas de YoonGi… quizás sí que debió haberlo hecho.



pop



Cerca de tres horas después de haberse montado en la furgoneta, TaeHyung sintió la imperiosa necesidad de estirar las piernas y removerse un poco en su asiento, en el que había sido aprisionado entre JungKook y JiMin. En realidad, después de todo ese tiempo, los siete chicos que estaban sentados en el vehículo necesitaban estirar las piernas para poder volver a sentirlas de nuevo.

El chico suspiró… y aquello fue lo peor que podría haber hecho, porque YoonGi, que se encontraba justo delante de él, lo escuchó y se giró para gritarle con toda la mala hostia que parecía haber en su cuerpecito.

—¿¡ESTÁS CANSADO!? ¿¡QUIERES SALIR DE AQUÍ YA!? ¡PUES NO HABER VENIDO, ASÍ ESTARÍAMOS TODOS MÁS CÓMODOS!

—YoonGi… —comenzó JiMin a su lado, intentando calmarlo, pero una mirada suya bastó para callarlo.

—¿A quién se le ocurrió la bendita idea de que os acoplarais todos a mis pacíficas vacaciones en la playa? ¿Eh? ¿A quién?

El chico parecía muy enfadado, de hecho, había estado de morros desde que los había visto a todos esperándolo dentro de la furgoneta al salir de su portal. TaeHyung creía que solo se había molestado un poco, pero en realidad estaba bastante cabreado por aquello, solo que aún no había podido demostrarlo.

—¡Ya hemos llegado! —anunció NamJoon aparcando… y un segundo después el coche ya se había quedado completamente vacío, para que la ira de YoonGi explotara en un lugar en el que no hiciera demasiado daño.

Horas más tarde, cuando la tormenta se había calmado y el dueño de la casa ya se había resignado a tenerlos a todos allí metidos al menos unos días, decidieron que lo mejor que podían hacer era aprovechar para jugar un poco en el agua y refrescarse, que para eso se habían hecho aquel viaje tan largo por carretera hasta llegar a aquel lugar. Por ese motivo, se pasaron toda la tarde en el mar y las pelotas de playa, las palas y los juegos y competiciones absurdas no faltaron, tampoco dejaron de escucharse sus gritos y sus risas por encima del gentío que poblaba el lugar y que también habían ido a pasárselo bien.

Al caer la noche, la mayoría de las personas que habían estado en la playa desde la mañana ya se habían ido y los chicos aprovecharon que la casa de YoonGi se encontraba en primera línea de playa para cargar entre JiMin y NamJoon la parrilla portátil y preparar una barbacoa con la carne que habían comprado cuando llegaron en una tienda cercana. Hacía un poco de viento y la arena era algo molesta, pero en aquel lugar se estaba demasiado bien y todos disfrutaron de la comida sin hacer ningún comentario porque tenían tanta hambre que solo se dedicaron a llenar sus estómagos hasta acabar todos con el abdomen hinchado.

—Me lo he pasado de maravilla —comentó TaeHyung, sin poder estarse callado ni un segundo más, rompiendo el agradable silencio de la noche, en el que solo se podía escuchar las olas rompiendo contra la arena—. Mañana más, pero no mejor, porque es imposible

Todos rieron ante su comentario y HoSeok, que era el que estaba más cerca de él, le dio un manotazo mientras se reía.

—Bueno, todavía queda noche que podemos aprovechar —dijo Jin—. ¿Qué tal unas rondas de “Yo nunca”?

—¿Por qué no? —contestó JiMin.

—Voy a por las cervezas —anunció YoonGi justo antes de salir corriendo hacia la casa.

La mayor parte de la noche se pasó entre confesiones extrañas, manos levantadas, risas y mucho alcohol. Todos se conocieron un poco más después de eso y, en aquel momento, TaeHyung se dio cuenta de que tenía muchas más cosas en común con JiMin de lo que había pensado en un primer momento. Serían muy buenos amigos si seguían por aquel camino. Solo pensaron que quizás era hora de irse cuando el agua comenzó a mojarlos porque la marea estaba subiendo. En ese momento, cargaron con todas las cosas que habían usado aquella noche y se dirigieron a la casa.

TaeHyung no recordaba cuál era su habitación ni donde había dejado su ropa, así que, simplemente se dejó guiar por JiMin, que lo cogió de la mano y lo llevó escaleras arriba a una habitación, donde ambos se tumbaron en la primera cama que vieron para dormir la mona.



pop



—¡JiMin babo! —le gritó TaeHyung y él ya se giró por costumbre para ver qué cojones quería.

Solo llevaban en la casa de YoonGi un par de días, pero el chico ya lo había apodado así porque había metido la pata un par de veces y JiMin se había resignado a que ya no iba a cambiar la cosa, así que simplemente contestaba cuando lo llamaba de aquella forma y por dentro pensaba en alguna forma bonita de vengarse de él.

—¿Qué es lo que quieres? —cuestionó.

—Ven.

TaeHyung lo llamó con la mano y JiMin se levantó de su propia toalla para ir hacia donde se encontraba el otro chico, debajo de una de las sombrillas y sobre la tumbona más cómoda de todas.

—¿Necesita algo, mi señor? —preguntó, haciendo una profunda reverencia hacia el otro como si realmente fuera su amo porque en los últimos tiempos se había convertido en una especie de “chico para todo” en relación a TaeHyung… aunque no sabía exactamente cuándo le había dejado de importar su dignidad para acabar de aquella forma.

—Necesito que me des cremita por la espalda —le respondió—. Que yo no puedo y tengo una piel demasiado perfecta como para quemarme.

—Idiota —susurró JiMin, pero cogió el bote de crema y se echó abundantemente en su mano, antes de estamparla con la espalda del menor.

TaeHyung se quejó un poco porque la crema estaba fría y porque JiMin la estaba aplicando de una forma bastante brusca, pero al minuto dejó de hablar de golpe y se puso a tontear con el móvil cómo si aquello fuera lo más importante del mundo. JiMin bufó un poco y siguió echándole el protector solar, sin poder evitar mirar por encima del hombro las páginas que el otro visitaba. Pasó por Twitter y por Facebook, luego le echó un ojo a un par de periódicos deportivos leyendo por encima algunas de las noticias y, por último, entró a un foro que a JiMin le era demasiado conocido. Casi se atragantó cuando vio el nombre de usuario del chico y pensó que había leído mal, pero al releerlo, se dio cuenta de que no.

Sin terminar de extenderle bien la crema por la espalda, JiMin se levantó y dio por acabada aquella sesión antes de volver a su toalla y coger su propio móvil. Entró en el foro que visitaba asiduamente y vio que la persona con la que había quedado hacía unas semanas estaba conectada. Intentando asegurarse del todo de que aquello era real y no simplemente un espejismo provocado por el intenso calor, JiMin esbozó un corto mensaje y se lo mandó a V. Un par de segundos después, TaeHyung le sonreía al móvil y comenzaba a escribir. La respuesta no tardó en aparecer en su pantalla y JiMin no tuvo ninguna duda.

TaeHyung era V y lo había dejado plantado cuando habían quedado hacía unas semanas. Lo había dejado plantado cuando JiMin se había ilusionado muchísimo por poder conocer a la persona que había hecho a su corazón latir después de tantísimo tiempo. No lo podía creer del todo, pero la prueba estaba en su teléfono móvil, así que no tenía por qué dudar.

En ese momento, en su pecho y en su mente aparecieron dos sentimientos completamente contradictorios. Uno de ellos le decía que solo podía intentar enamorar a TaeHyung tal y cómo él se había enamorado hacía tanto tiempo de él mismo pero en línea; mientras que el otro le decía que, ahora que lo conocía y se llevaban tan bien, tenía oportunidad de vengarse por haberlo dejado plantado y por tratarlo como idiota —que aunque fuera dicho con un mínimo cariño, no era algo agradable de escuchar—.

JiMin no sabía qué hacer… pero por el momento, lo que le estaba diciendo su cerebro era lo que le estaba pesando más a la hora de tomar su decisión.



pop



La vuelta a la calurosa ciudad de Seúl había sido hacía unos días y TaeHyung sentía que el calor le pesaba mucho dentro de su casa, sin poder salir con nadie a refrescarse a cualquier parte. NamJoon no paraba de trabajar y hacía turnos dobles y triples a veces en la gasolinera en la que trabajaba para poder terminar de pagarse los estudios y Jin se había ido con sus padres a algún lugar extraño del sudeste asiático. El chico había pensado que no tenía a nadie en el mundo que lo quisiera cuando le preguntó a HoSeok si quería dar una vuelta con él y este también le había dicho que estaba ocupado y, sobre todo, se había sentido muy solo cuando ni siquiera su idiota le había prestado atención.

JiMin.

JiMin llevaba unos pocos de días muy raro con él. No sabía qué era lo que había podido ser exactamente, porque no entendía qué cosa mala podía haberle hecho él, pero el chico ya no le hablaba como antes y durante la estancia en la playa, incluso, lo había estado evitando al máximo. En el momento le había preguntado qué era lo que le sucedía y este le había contestado con una sonrisa que no le pasaba absolutamente nada, pero había seguido evitándolo hasta el día de hoy.

En cualquier otro tiempo y con cualquier otra persona, TaeHyung lo habría dejado pasar porque tampoco era nada importante, pero JiMin se había hecho un huequito entre sus nuevas amistades y muy pronto se había convertido en un amigo imprescindible en su vida. ¿Con quién iba a molestar ahora a los demás cuando dormían? ¿Con quién iba a pasar las noches en blanco diciendo gilipolleces y bebiendo? Y sobre todo, ¿con quién iba a pasar sus días ahora que se le había acabado el contrato y no tenía nada qué hacer con su vida hasta que lo llamaran de otro trabajo?

En realidad lo echaba de menos, aunque lo conociera desde hacía un poco más de un mes… pero era como si ya no fuera lo mismo, como si JiMin le hubiera cambiado los esquemas y como si sin su presencia a su alrededor, TaeHyung ya no sintiera lo mismo que antes hacia todo.

Sin pensarlo demasiado, el chico tomó su teléfono móvil y le dejó un mensaje corto a JiMin pidiéndole quedar urgentemente. Quizás si lo pedía de esa forma el chico le hiciera caso. Después de enviar el mensaje se quedó varios minutos mirando la pantalla de su móvil hasta que vio cómo JiMin se conectaba. Los segundos que tardó el otro chico en escribir su respuesta, el corazón de TaeHyung se saltó un latido y luego comenzó a latir mucho más fuerte. Finalmente, la sonrisa que estaba a medio camino en su rostro se deshizo rápidamente al ver la respuesta de JiMin.

TaeHyung creyó que aquella escueta respuesta negativa era lo que le había dolido más desde que se hizo un esguince en el tobillo años atrás mientras estaba jugando con sus amigos.



pop



HoSeok: ¿Quedamos este sábado?

Jin: ¿Por la noche? ¿En el pub de tu cuñado?

HoSeok: No, no. Prefiero que sea por la tarde

A tomar algo a una cafetería y a charlar un poco

YoonGi: No pienso irme como una niña de quince años a tomar té y pastas

Eso es una mariconada.

HoSeok: Lo siguiente que iba a decir es que después nos fuéramos a un salón de juegos.

YoonGi: Ahhhhhhhh

Entonces sí. A eso sí que me apunto.

Kookkie: Por mí perfecto. Llevo siglos sin salir

Tú a estudiar

Pero yo me apunto

Kookkie: Hyung hipócrita

NamJoon: Si me decís el día exacto puedo cambiar el turno

¿Este sábado estaría bien?

¿Podéis todos?

Jin: Yo estoy libre

YoonGi: Yo también

HoSeok: Yo ya he vuelto

Así que, sí

Kookkie: Yo voy sí o sí, hyung

Entonces decidido

Este sábado

TaeHyung: Ahora mismo me siento muy indignado

Os digo yo de quedar y ninguno puede

Pero lo dice HoSeok y todos podéis de repente

HoSeok: Me hago querer

Tú te haces odiar

TaeHyung: Pues más me vais a odiar este sábado

Porque pienso ir

El sábado llegó más pronto de lo que JiMin se esperaba y cuando se dio cuenta, ya estaba saliendo de casa para ir al encuentro de sus amigos; pero sobre todo, lo que le inquietaba era que, después de casi un mes, iba a volver a ver a TaeHyung, con todo lo que aquello significaba.

Había estado utilizando el tiempo que había pasado alejado del chico para pensar un poco sobre sí mismo y sobre lo que le pasaba por la cabeza cuando pensaba en TaeHyung. Desde antes de saber quién era el chico, desde antes de saber si realmente V existía, JiMin se había sentido muy atraído hacia esa persona que se encontraba detrás de otro ordenador, y ahora que le ponía cara y que sabía cómo realmente era, todo había estallado en su interior.

JiMin estaba estúpidamente enamorado de una persona que no debía corresponder sus sentimientos… de nuevo.

Pero bueno, aquel día tampoco iba a ir tan mal, podía escapar del chico con sus demás amigos y no tener que estar junto a él más de lo necesario. Sin embargo, nada le salí como él esperaba, de hecho, todo le salió de una forma completamente diferente a la que se esperaba.

Al llegar a la puerta del local de juegos en Hongdae, JiMin sacó su teléfono móvil para poder abrir las últimas notificaciones que le habían llegado, quedándose de piedra al descubrir que cinco de sus amigos no podían acudir a la cita y que el único que seguía acudiendo era TaeHyung. JiMin quiso salir huyendo de allí rápidamente y mandar otro mensaje diciendo que a él también le había surgido algo importante, pero no pudo escapar porque escuchó una voz muy conocida a sus espaldas, llamándolo. No tenía ninguna escapatoria… y sabía que si se pasaba toda la tarde a solas con él, iba a explotar algo en su interior que no sabía si podría contener o no. Pero no tenía otra opción, así que se giró hacia él para saludarlo.

—Nos han dejado tirados, estos inútiles —fue lo primero que le dijo el chico al llegar—, pero bueno, me alegra que al menos tú hayas venido.

TaeHyung le dedicó una sonrisa que hizo que su corazón comenzara a latir rápidamente y le devolvió una entre tímida y medio angustiada, rezando porque no se diera cuenta.

—Bueno, para divertirnos podemos ser solo nosotros dos —declaró, pasándole el brazo por los hombros a JiMin y atrayéndolo hacia su cuerpo, haciendo que su cercanía lo pusiera un poco más nervioso de lo que ya estaba—. Vamos allá.

—Vamos allá.

La tarde se le pasó muy lenta a JiMin entre abrazos y choques de manos cuando TaeHyung ganaba y entre golpes suaves cuando perdía. Al principio pudo mantener bastante bien el tipo, pero a medida que fueron avanzando las horas, todo se hizo mucho más difícil porque el chico no paró ni un solo segundo de tocarlo y las manos de dedos finos de TaeHyung sobre su cuerpo lo ponían sumamente nervioso. Quizás no era momento, ni lugar, pero JiMin comenzó a intentar distanciarse un poco del otro chico, causando que éste se diera cuenta de que algo malo sucedía y que no parara de preguntarle una y otra vez qué era lo que le pasaba con él, hasta que harto, JiMin saltó.

—¿Qué me pasa? —cuestionó—. Bueno, es muy cruel por tu parte preguntarme qué es lo que me pasa cuando deberías de saberlo.

—De verdad, no sé qué es lo que puedo haber hecho para que estés así —respondió el chico—. ¿Es porque te llamo JiMin babo? ¿Eso te molesta? Si te molesta puedo dejar de hacerlo.

—No. No es por eso —respondió—. No me enfado por tonterías.

—¿Entonces qué ha sido?

—Me dejaste plantado. Estuve esperándote cerca de tres horas y encima comenzó a llover y me calé hasta los huesos —contestó—. Quizás para ti eso sea una tontería, pero para mí, que tenía muchas ilusiones puestas en conocerte porque eras la primera persona que me atraía en mucho tiempo, ha sido un golpe muy duro —TaeHyung puso cara de no saber a lo que se estaba refiriendo el chico y JiMin tuvo que puntualizar un poco para que su cerebro relacionara términos—. Gracias por dejarme plantado, V, para luego intentar ganarte mi confianza y mi corazón sin pensar en cómo me sentía yo.

Y tras soltar aquel discurso, mientras todas las demás personas que estaban en el local los miraban, JiMin dio por terminada la conversación y salió de allí lo más rápido que pudo, sin mirar atrás.



pop



TaeHyung llegó a casa cuando la hora de la cena ya se había pasado por bastante y se tumbó en su cama sin siquiera darles las buenas noches a sus padres. No tenía cabeza para nada, para nada más que no fuera lo que le había dicho JiMin. Sus palabras lo habían dejado sumamente confuso y, a pesar de haber estado reflexionando sobre ellas durante toda la tarde y la mayor parte de la noche, no había sacado mucho en claro.

Había entendido que el chico estaba molesto porque lo había dejado plantado, pero él no lo había dejado plantado en ningún momento. De hecho, estaba deseando verlo para poder volver a ser amigos y estar como antes, así que no sabía exactamente a qué momento se refería. Además, aquel verano había sido muy seco y llevaba sin llover desde hacía más de un mes, cuando terminaron las clases. Así que, no tenía ni puta idea de a qué se refería el chico.

TaeHyung dio una vuelta en su cama y se quedó mirando al techo, dándole vueltas una y otra vez a lo que había escuchado, rememorando las palabras e intentando encontrar algo que le diera una pista de qué había hecho mal cuando se quedó paralizado. JiMin lo había llamado V. Ninguno de sus amigos sabía que ese era su nombre cuando vagaba por internet. Solo había una persona con la que había quedado bajo ese nombre.

—JiMin es Baby J —concluyó y sus palabras cayeron pesadas como un saco de piedras sobre sus hombros—. Mierda.

Cuando había dejado de ir a su cita con el chico desconocido, jamás había pensado que luego iba a encontrarse con él por casualidad y, sobre todo, jamás se le había pasado por la cabeza que ese chico fuera a convertirse en alguien imprescindible en su vida. La había cagado y mucho. Y ni siquiera se había dado cuenta de cuánto la había cagado hasta que JiMin había estallado y le había soltado todo aquello.

Tenía que disculparse y arreglar las cosas con él, pero el chico tenía el móvil apagado, lo había intentado llamar cuando se había ido y le había saltado el contestador, así que no le quedaba más opción que ir a su casa a disculparse… aunque no supiera donde se encontraba ésta.

En ese momento, se le ocurrió que podía preguntarle a alguno de sus amigos, así que abrió una conversación con HoSeok y le preguntó por ello. Al obtener su respuesta, le faltó tiempo para salir corriendo, sin caer en la cuenta de que eran más de las once de la noche y que, probablemente, JiMin lo mandaría a la mierda.



pop



JiMin se encontraba tumbado en el sofá, mirando a la nada desde que había llegado a su casa hacía muchas horas. YoonGi había intentado preguntarle varias veces qué era lo que le había pasado para estar de aquella forma, pero el chico le había bufado como si de un gato se tratara para que se alejara de él y lo dejara tranquilo. Su compañero de piso finalmente lo había dejado en paz después de gritarle un poco y se había encerrado en su habitación con un portazo. JiMin agradeció el silencio unos momentos, pero más tarde se dio cuenta de que prefería que hubiera alguien con él, hablándole, antes de tener que seguir dándole vueltas a lo que acababa de ocurrir.

Cerca de las doce de la noche, se dio cuenta de que no había cenado y de que, de hecho, no se había movido de la posición en la que había caído cuando había llegado y pensó que por muy mala que fuera la situación, al menos tenía que volver a ser persona. Así que se incorporó del sofá y se levantó para ir a la cocina a prepararse algún sándwich… pero no llegó muy lejos, ya que el timbre de la puerta sonó justo cuando pasaba junto a ésta. JiMin se acercó y miró por la mirilla, encontrándose al hacerlo a TaeHyung despeinado y respirando entrecortadamente, como si se hubiera recorrido media ciudad para llegar hasta allí… cosa que probablemente había hecho a las horas que eran.

Estuvo tentado a no abrir la puerta, pero TaeHyung no era alguien que hiciera las cosas por nada y si había ido hasta allí era porque había algo que tenía que decirle. JiMin inspiró hondo y sintió cómo su corazón comenzó a latir rápidamente de expectación por lo que el chico hubiera ido allí mientras abría lentamente la puerta y dejaba que la luz del pasillo iluminara el interior de su piso. Al hacerlo, lo recibió un TaeHyung cabizbajo y encorvado, de una forma que JiMin no había visto nunca antes en él.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó, carraspeando porque la voz se le había quedado atascada en la garganta.

—Yo… —el chico alzó la cabeza y lo miró a los ojos—. Pues… he venido —respondió, sin aclarar absolutamente nada.

—¿Para qué? —cuestionó JiMin.

—Para pedirte perdón… —contestó. TaeHyung volvió a agachar su cabeza. Parecía bastante indeciso sobre si decir algo más o sobre si dejarlo simplemente ahí, pero tras unos segundos volvió a hablar sin que JiMin tuviera que decir nada—. Lo siento por dejarte plantado cuando quedamos… me dio miedo en el último momento lo que podía encontrarme al llegar…

—Eso puedo comprenderlo —murmuró JiMin—, yo también estaba asustado, pero podías habérmelo dicho, podrías haberme mandado un mensaje…

—Lo sé, lo siento mucho por eso también.

JiMin vio cómo jugueteaba con sus dedos, mirándolos como si fueran la cosa más interesante del mundo. Se veía bastante arrepentido por todo aquello y eso hizo que el leve enfado que tenía —aunque en realidad estaba mucho más frustrado que enfadado— se esfumara, así que le dedicó una pequeña sonrisa que el otro no vio por tener la cabeza agachada.

—Te perdono —contestó JiMin y, por fin, TaeHyung alzó su cabeza para no volver a agacharla.

—También lo siento por no darme cuenta de que tú eras Baby J —continuó—. No sé cómo tú lo descubriste, pero lo siento por no saberlo… y también te juro que jamás te volveré a llamar “JiMin babo”.

—Acepto tus disculpas —sonrió JiMin.

—¿No te volverás a enfadar más conmigo? —cuestionó TaeHyung.

—Bueno… eso depende de lo que hagas a partir de ahora.

Una sonrisa se extendió por el rostro de TaeHyung y luego se lanzó a sus brazos sin que JiMin lo esperara, así que se tambaleó un poco, pero pudo sujetarlos a ambos para no caer al suelo. Notó la sonrisa del chico contra su pecho y sonrió a su vez. TaeHyung no había hablado de las últimas palabras que le había dicho cuando se separaron hacía unas horas y JiMin no sabía si sentirse aliviado porque no lo había mentado o algo triste por ello. Pero bueno, al menos había hecho que el chico se preocupara por él y quisiera recuperar al menos su incipiente amistad.

—También quería pedirte perdón por otra cosa —TaeHyung se separó de él y lo miró a los ojos—. Te pido perdón por ser tan increíblemente sexy que he hecho que te enamoraras de mí sin pretenderlo realmente… pero ya que estamos de esta forma, me viene bien que yo te guste… porque tú a mí también me empiezas a gustar.

El corazón de JiMin se saltó un latido mientras veía cómo TaeHyung le sonreía pícaramente y se acercaba lentamente a su rostro, justo después, cuando comenzó a notar la respiración del chico, su corazón se puso a latir con gran velocidad y lo único coherente que pudo hacer fue girarle la cara y que el beso que pretendía darle en los labios acabara dándoselo en la mejilla, dejándolos a los dos estupefactos.

—Hey —se quejó TaeHyung, aunque no parecía molesto del todo—. Me has hecho la cobra.

—Tengo vecinos —respondió, intentando camuflar su nerviosismo con aquella excusa barata—. Tampoco es cuestión de que se enteren de mi vida de esta forma.

—Está bien, está bien —sonrió el chico—. Me voy a mi casa por hoy, mañana será otro día —se dio la vuelta para marcharse pero JiMin lo retuvo, sujetándolo por la muñeca.

—Es tarde —dijo él—. Mejor quédate aquí.

JiMin comenzó a tirar de él hasta que hizo que entrara en su casa y luego cerró la puerta lentamente para que nadie más fuera testigo de lo que hablaran o hicieran, para que nadie más que ellos pudiera ver el inicio de una tambaleante relación —aunque claro, no habían pensado que YoonGi también estaba allí y que era fácilmente impresionable… la siguiente vez lo tendrían más en cuenta—.


4 comentarios:

  1. La verdad es que tengo que agradecerte mucho este oneshot ¡me encanta el VMIN! Y tu historia es increíble ¡felicidades!

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    1. Me alegra mucho que te haya gustado el one shot y yo quiero agradecerte que te hayas tomado la molestia de leerlo y comentarlo <333333

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  2. No me había dado cuenta de que aquí había una historia de VMIN
    Amo tu historia! Eres increíble, me sorprendes nuevamente! Seria genial si escribieras mas historias de ellos dos son tan lindos juntos!
    Gracias por la historia! Un saludo!

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    1. Sí!! Aquí hay alguna que otra XD
      Es genial que te haya gustado esta historia, hace tantos siglos que la escribí que ya ni me acordaba de ella ^^ Ay~ Muchísimas gracias corazón, por tus palabras y por comentarme <3333 Y bueno, tengo mil proyectos, alguno de ellos son de BTS, así que, en algún momento aparecerá alguna historia por aquí ^^

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