Titulo: Sleep
Pareja: JiKook (Jimin + Jungkook)
Tipo: Yaoi
Genero: Romance
Clasificación: G/PG
Descripción: Uno no puede dormir por culpa de sus pesadillas, y otro tiene sueños demasiado… ¿Cómo llamarlos? No lo sé, pero al final, acaban durmiendo, juntos, mientras sus corazones vibran de emoción.
Nota: ¡Hola a todos! Con un poco de retraso -de tiempo, no mental(?).- os dejo este oneshot de Jimin y Jungkook, de BTS. Tenía pensado hacer uno, pero Paula Rojas me pidió que hiciera uno, así que va dedicado para ella y para todos vosotros que me seguís y leéis todas las locuras que escribo en cada fanfic.(?) Si queréis que os dedique un oneshot o un serial o algo, solo tenéis que pedirlo, aquí os dice como tenéis que hacerlo. Los que ya lo habéis hecho y no tenía aun vuestro fafic, un poco de paciencia, plis. Todo acaba llegando, todo lo tengo ya planeado y en poco, seguirán viniendo cosas nuevas. También, podéis seguir noticias del blog por Facebook desde aquí. ¡Gracias por tomaros la molestia de leer mis fanfics!
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Las pesadillas no lo dejaban dormir. Se había despertado varias veces en todo lo que llevaba de noche por la misma pesadilla. Al despertar, sabía que solo era eso, una pesadilla, pero cuando volvía a cerrar los ojos, empezaba de nuevo su sufrimiento.
Aun con los ojos medio cerrados, estiró la mano para alcanzar su móvil. Con solo darle al botón de encendido, lo que provoco que una suave luz le iluminara la cara. Aunque fuera poca, le hizo daño en los ojos, pero eso no le impidió ver qué hora era. Las cuatro de la mañana. Que largas eran sus noches cuando lo atormentaban las pesadillas.
Dejó el móvil bajo la almohada, y removiéndose, se puso tumbado de costado, observando la pequeña habitación. Al otro lado de esta, escuchaba la tranquila respiración de su compañero. Como lo envidiaba. No tenía tantos problemas por las noches y dormía a pierna suelta.
Intentó dormirse de nuevo, pero ya ni cerrando los ojos ni contando ovejitas y vacas. Lo malo de no descansar por la noche, es que pasaría el día siguiente como un zombie de un lado para otro. Odiaba ese insomnio que tenía. Últimamente era más frecuente de lo habitual.
Lo mejor sería que se levantase y diera una vuelta por la casa, a ver si así le volvía el sueño. Pero al incorporase en la cama, la pereza le inundo el cuerpo. No tardó demasiado en arrepentirse cuando se levantó.
Ya de pie, se estiró perezoso. Un gruñido se le escapó, por lo que se detuvo mirando fijamente a su compañero por si lo había despertado. Pero ni se inmutó. Que envida le daba, de verdad.
Se salió de la habitación, y cerró la puerta sin hacer ningún ruido. Cuando iba caminando por el pasillo, medio en otro mundo, medio en este, se llevó un susto al llegar al salón.
-Suga, yo te odio profundamente.
-Ya, ya, eso dices ahora -le respondió Suga susurrando para no hacer ruido.
-¿Qué haces a estas horas despierto? -le preguntó ya más tranquilo del susto, susurrando también, ya que antes, se le había escapado hablar algo más fuerte, y ahora miraba por si alguno salía de alguna habitación para regañarle.
-Componer, ya sabes, lo mismo de todas las noches ¿y tú? ¿No deberías estar en los siete sueños?
-No hay manera de dormir tranquilo con tanta pesadilla. Así que he optado por moverme un poco a ver si me entra el sueño de nuevo.
-Vives como un rey.
-Eso quisiera yo.
Se sentó en el sillón de al lado del que estaba Suga. El salón no era muy grande y contaba con dos sillones, haciendo una esquina, y una mesa baja en medio. Suga se había adueñado el sillón más grande, donde tenía por todos lados papeles y libretas, y ocupaba toda la mesa, con más papeles su ordenador y una bebida con gas. Sobre las piernas, tenía un piano eléctrico portátil, y llevaba encima unos cascos que estaban conectados con el piano. Y muchas noches de Suga eran así.
-Jimin, no es por nada, pero si te duermes ahí, te quedas ahí.
-Lo sé, lo sé –Lo sabía de sobra, pero estaba seguro que no se dormiría, y si le entraran ganas, pues se iría al cuarto de nuevo.
No sabía cuánto tiempo pasó allí sentado, pero allí estaba, observando como Suga movía sus dedos sobre el teclado del ordenador, y de este, a las teclas del piano. No se cansaba, ni tampoco estaría medio dormido el resto del día por no dormir toda la noche. Como los envidiaba a todos.
Aburrido de estar allí, acabó por levantarse. De camino a su habitación, se pasó por el baño para descargar todo lo que pudiera, y así no tener que volver a levantarse para ir al baño.
Arrastrando los pies, fue directo hasta su dormitorio, y a oscuras, buscó su cama, pero estaba diferente a como él la había dejado. Notaba como un bulto en ella, y Jimin se quedó muy extrañado. Recorrió con la mirada el resto de la habitación y vio vacía la cama de su compañero.
Comprendido lo que pasaba ahí, cogió las sabanas de su cama y las levantó.
-Vamos, Jungkook, sal de mi cama –Murmuró, para no despertar a nadie más, o acabarían todos despiertos.
-No quiero –Su compañero, con la voz grave de estar aún medio dormido, se encogió, abrazando la almohada de Jimin.
Jimin suspiró, apoyando las manos sobre su propia cadera, dejando los brazos a modo de jarra, mientras observaba el bulto que Jungkook hacia sobre su cama. No sabía qué hacer con él. Despierto era muy diferente a cuando estaba medio dormido. Podía ser adorable, y demasiado persuasivo.
-No te pongas cabezón, venga, no vayamos a despertar a nadie más.
-Que no.
-Jung… -A Jimin no le dio a terminar de decir su nombre si quiera, cuando este le cogió de un brazo y tiró de él para que cayera sobre la cama, a su lado. Como lo había pillado de improvisto, no pudo resistirse y acabó atrapado por Jungkook, quien lo arropó con las mantas y todo para que no saliera.
Jimin podía sentir el cuerpo de Jungkook a su lado, su respiración tranquila y el calor que desprendía. También podía aspirar su olor, esa fragancia que siempre inundaba su habitación. Más que una habitación compartida por los dos, parecía más la habitación del otro.
-¿A dónde has ido? –Escuchó Jimin la voz de Jungkook en susurros, bajo la manta.
-No podía dormir y he ido a ver si me despejaba.
-¿Pesadillas otra vez?
-Sí… -No le dio tiempo a decir nada más, cuando sintió el brazo de Jungkook sobre su espalda, para empujarlo más a él y así quedarse abrazado ¿qué pretendía ahora?- ¿Y tú que haces en mi cama a estas horas?
-No estabas, y he pensado, que se te enfriaría y pasarías frío cuando volvieras –El rostro de Jungkook se encontraba casi a centímetros del suyo, y eso lo noto cuando le respondió.
-Que escusa más mala, oye.
-Puede ser, pero ya no sales más –A la misma vez que decía eso, se pegó más a Jimin, hundiendo ahora el rostro en su pecho. Jimin se sentía conmovido. Adoraba cuando se ponía así, y no a la defensiva. Así que acabó pasando el también un brazo por debajo de su cuello, y el otro por su cadera, abrazándolo fuerte contra él.
Pegó los labios y su nariz, a los cabellos de Jungkook, aspirando más su olor, mientras sentía como respiraba. Le tranquilizaba tanto hacer eso, sentirlo tan cerca de él, le encantaba, le llenaba de una paz que no conseguía de ninguna otra manera.
-¿Te he despertado cuando me he ido? –Acabó preguntando Jimin, más bajito que como hablaban antes, no fuera que el menor se hubiera quedado dormido. Pero no fue así.
-No, para nada, me he desvelado yo solo ¿Sabes? He tenido un sueño de lo más raro –Le confesó Jungkook, moviendo un poco la cabeza para poder mirarle al rostro, a pesar de estar a oscuras.
-¿Una pesadilla como las mías?
-No, no era una pesadilla. No era malo, ni bueno, simplemente, muy raro. Es más, cuando me he despertado, tenía la sensación que aún estaba dentro del sueño. Era una sensación agradable, pero a la vez incomoda. No sé cómo explicarlo.
Al terminar de hablar Jungkook suspiro de manera frustrante, y Jimin sonrió con ternura, a pesar de que no lo viera. Al menor no le gustaba no poder explicarse, siempre se enfadaba o se frustraba cuando no sabía explicar algo, y Jimin se lo imaginaba ahora con los labios apretados por no saber que decir para que lo entienda.
-No te preocupes, bobo, que te he entendido ¿y te acuerdas de algo de lo que sucediera en ese sueño raro tuyo?
-La verdad es sí, me acuerdo como si lo acabase de vivir, ya te he dicho que me he despertado con la sensación de seguir en el sueño ¿me escuchas cuando te hablo?
-Que sí, hombre, que sí –Jimin rio por lo bajo, para que no se escuchara mucho, mientras Jungkook se vengaba con el intento de hacerle cosquillas. Cuando pararon, el menor se puso más cómodo, pero sin apartarse de Jimin. No quería hacerlo, ni siquiera cuando empezó a contarle su sueño:
“Estaba yo sentando en un banco. Pero no estaba en ningún parque ni nada así. Estaba sentando en ese banco, que estaba a su ver en la cima de un sinfín de escaleras. Bajo mis pies, empezaban esas escaleras de bajada, pero no conseguía ver su fin por mucho que lo intentaba.
Ni el horizonte se veía, ya que todo estaba cubierto de nubes. Pasaba mucho tiempo allí sentando, tampoco es que hubiera mucho que ver, así que ya estaba harto y me quería bajar de allí. Así que sin pensarlo, me puse en pie y empecé a bajar por esas escaleras. Un escalos, dos, tres. Al cuarto escalón, me giré, y había desaparecido el banco. Solo se veía, otro sinfín de escaleras que ascendían hacia algún lugar que no se veía.
Ya no había vuelta atrás, así que seguí bajando, escalón por escalón, con cuidado de no caerme. Por más que bajaba, no veía el final, ni si quiera, las nubes desaparecían, ni se movían del sitio. Era como si por mucho que intentara moverse del lugar, no pudiera.
Desesperado, comencé a bajar más rápido, pero al hacerlo tropecé y caí de bruces sobre las escaleras, rodando. Pensé que no dejaría de rodar, pero hubo momento, en el que vi que caía al vacío. Las escaleras habían desaparecido, pero ahora caía y caía. Porque tampoco había fondo.
Cerré los ojos con fuerza, deseando no estar allí. Si de verdad había fondo, me llevaría tal golpe, que seguramente acabaría despertando. Pero no quería llevarse el golpe de todas maneras. Deseaba salir. Y así fue. Cuando volví a abrir los ojos, ya no estaba cayendo al vacío, si no que me encontraba tumbado sobre la arena de la playa, como si de un náufrago me tratara.
Tenía arena en la boca. La escupía mientras trataba de levantarme y ver en donde me encontraba ahora. Pero no sabría decirte. Solo había arena por un lado, y por otro, el agua. Lo curioso es que sobre el agua, había como unas tablas formando un camino. Al ver que no había otro sitio por el que ir me dispuse a subirme a la primera tabla.
De una en una, fui saltando. Ya no veía la orilla. Todo era agua a mi alrededor. Pero cometí un fallo, y es que cuando fui a saltar a la siguiente tabla que había frente a mí, estaba más lejos de lo que me pensaba y caía al agua.
Empecé a subir nadando, para poder respirar, pero ahora, la superficie estaba demasiado lejos para que llegase nadando, me ahogaría aunque nadase con todas mis fuerzas. Todo a mí alrededor estaba oscuro. No se veía nada. Entonces fue cuando empecé a sentir unas manos.
No podía ver de donde procedían, pero sentía como esas manos subían por mis piernas, me recorrían lentamente el torso. Podía sentir lo suaves y delicadas que eran, como recorrían cada centímetro de mi cuerpo. Ascendían cada vez más, por mi pecho. Me tratan con posesión, pero a la vez con dulzura.
De pronto, vi un rostro frente a mí, el dueño de esas manos, tan cerca del mío que no sé cómo no lo había visto antes. Me miraba con deseo, con pasión. Se relamía los labios mientras observaba los míos. Empecé a arder en deseos de besarle, de sentirle, de que siguiera tocando mi cuerpo. Ya no hacía caso a mi falta de respiración. Era como si ya no necesitara respirar más.
Cuando más deseaba sentir sus labios sobre los míos, lo hizo. Me besó. Y justo cuando sentí el tacto de sus labios, me desperté. Pero cuando lo hice, seguía sintiendo sus manos por mi cuerpo, y sus labios sobre los míos.”
Al terminar de relatar su sueño, Jimin no sabía que decía, se sentía algo celoso. Seguro que ese sueño le había hecho sentir cosas a Jungkook, y el hecho de pensar que no las sentía por él, no le gustaba nada.
Jungkook, guardó silencio, siendo consciente de cómo había aumentado las pulsaciones del mayor. Sonrió. Se había celado por su sueño, pero no había acabado de decir todo lo que recordaba de este.
-También recuerdo una cosa más.
-No sé si quiero saber el qué.
-Quien me besaba… Eras tú –Al escuchar eso, los celos se disiparon en Jimin. Se sentía estúpido, por sentir celos de sí mismo, de un sueño, pero eso él no lo sabía. Ahora no encontraba palabras que decir. Pero ya se encargó Jungkook de hacerlo.- Desde que me he despertado, tengo unas ganas insaciables de dar besos. Y tú tal vez sea lo que necesites para disipar tus pesadillas.
Eso pilló por sorpresa a Jimin, pero en su interior, no le parecía tan mala idea. Se sentía extasiado por tenerlo allí entre sus brazos, tan cerca, y el hecho de saber que quería besarlo, revolucionó algo dentro de su cuerpo. Se moría de ganas por besar sus labios.
-¿Y qué tipo de beso quieres? –Se atrevió a susurrar soltando el abrazo con Jungkook, para ponerse encima suya, pero sin dejar que todo el peso de su cuerpo cayera sobre el suyo, solo quería tener controlado al menor y a sus labios.
-No me importa, solo quiero que lo hagas, y lo hagas ya o no te dejaré dormir.
No se hizo de rogar, así que Jimin se inclinó para acortar la escasa distancia que había entre ellos.
Con dulzura, posó sus labios sobre los del menor. El calor que le transmitían, lo impulsaron a mover sus propios labios sobre los de Jungkook, en un lento beso.
Cada vez sentía con más intensidad el sabor del menor, el beso se volvía cada vez más húmedo e intenso. Se había vuelto una danza compenetrada entre los labios de ambos chicos.
Acariciando con los dedos las mejillas suaves de Jungkook, Jimin sentía que se volvía loco. El beso se prolongaba, más y más. Ahora sus lenguas se entrelazaban, jugando entre ellas. Sus labios hacían presión sobre los suyos. Y las manos del menor, recorrían su espalda, apretando con los dedos cada centímetro de piel.
Ese beso, no solo estaba siendo tan pasional como siempre había soñado Jimin, sino que a través de este, podía sentir lo que sentía Jungkook. Era como algo que había estado ocultando durante mucho tiempo por él y que ahora, florecía con ese beso cargado de amor. Lo sabía muy bien, porque él sentía justo lo mismo en ese momento.
Acabó rodeando el labio inferior de Jungkook con los diente, y apretando, tiró de este hasta soltarlo, arrancando así, un profundo suspiro de sus labios. Le había encantado. Como a él le encantaba tenerlo así en su cama, solo para él.
-No me importaría no dormir en toda la noche siempre y cuando, tú estés para que te abrace.
Fue lo último que Jimin dijo, antes de que ambos se enfrascaran en nuevo beso pasional y desesperado, para luego, acabar profundamente dormidos, uno junto al otro. Lo más cerca que podía.
me encantooo <3
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