Pareja: JoKhun (Jo Kwon + Nichkhun) [One Day – 2AM + 2PM]
Tipo: Yaoi
Géneros: AU | Romance | Instituto | Humor | Fluff
Clasificación: PG–13
Descripción: Una fiesta de terror es celebrada en el instituto y Nichkhun se obliga a ir para acompañar a su novio y protegerlo de cualquier mal.
Notas: Halloween is here y las historias de terror inundan el blog (?) (y aunque sea con parejas tan extrañas como esta, espero que paséis un buen rato leyendo)
Era noche cerrada cuando Nichkhun llegó al instituto en el que estudiaba y exhaló un suspiro, sin poder creerse que se hubiera dejado convencer para ir a aquella fiesta del terror que se iba a celebrar aquella noche en el lugar por la celebración de Halloween. Llevaban un par de semanas todos sumidos en aquel proyecto, tanto los profesores como los alumnos, pero Nichkhun no se había involucrado porque no tenía mucho interés en ello. Simplemente quería pasar la noche de una forma tranquila en su casa, viendo películas de terror junto a su novio, un lugar en el que si se asustaba, nadie podría ver su reacción exagerada. Él era un chico guay, de hecho, el más guay de todo el instituto y no podía dejarse ver de aquella forma por los demás, no podía dejar que su reputación se fuera al garete por aquello, no podía ser el hazmerreír del lugar.
Sin embargo, había acabado yendo allí y era algo que no podía evitar.
El chico se internó en el edificio después de mentalizarse y comenzó a seguir las flechas que estaban dispuestas por todo el lugar y que señalaban el camino hacia la clase desde la que se debía comenzar el recorrido por aquella especial casa del terror. Atravesó toda la planta baja y después subió por las escaleras que daban a las clases de los diferentes años; la planta primera para las clases de primero, la segunda para los de segundo y la tercera para los de tercero. En apenas unos minutos, llegó a la clase 3–A, lugar en el que acababan todas las señales de forma brusca y entró. Allí dentro, se encontró a varias personas, algunas desconocidas porque debían ser de otros cursos menores al que él se encontraba, y otras bastante conocidas, demasiado conocidas, como sus compañeros de clase y los chicos del club de fútbol.
Una de aquellas personas muy conocidas se levantó como si tuviera un resorte al verlo y los demás se rieron quedamente de él ante su reacción. La persona que se había alzado al verlo era Jo Kwon, su novio.
Nichkhun quiso echarse las manos a la cabeza porque el chico solía llamar muchísimo la atención en todo lo que hacía, pero se contuvo y simplemente le dedicó una mirada seria que le indicó al chico que lo mejor que podía hacer era sentarse. Su novio se sentó rápidamente, algo avergonzado. El recién llegado se sintió un poco mal y decidió que se lo recompensaría más tarde, cuando salieran de aquel lugar y fueran a su casa, donde nadie pudiera verlos, como siempre hacía.
No era algo de lo que se sintiera orgulloso, pero solía tratar a Jo Kwon como si fuera un amigo más en vez de como debería de tratarlo por ser su novio. Debido a que Nichkhun era una de las grandes promesas del instituto, un chico que lo podía tener todo en sus manos si quisiera y en el que estaban fijos la mayoría de los ojos, no podían anunciar que eran novios, por eso lo llevaban en secreto. No era porque se avergonzase, él no se avergonzaba de su chico, lo amaba con locura; pero debía hacerlo de aquella forma porque si no su brillante futuro se iría al garete cuando la gente se enterase de que era homosexual.
Hacía un año ya desde aquella vez en la que Jo Kwon se le acercó y le dijo que le daba igual todo, que estaba enamorado de él y Nichkhun lo besó, porque había pasado demasiado tiempo reteniendo sus sentimientos por aquel chico alocado que se le acababa de declarar. Desde entonces, mantenían su relación en secreto y, ante todos, solo se comportaban como un par de amigos, aunque a veces Jo Kwon se entusiasmara demasiado, como acababa de pasar, causando que todo el mundo se riera de él.
Si Nichkhun era reconocido por ser genial, Jo Kwon lo era por ser todo lo contrario. Nadie se había atrevido a meterse con él directamente porque desde que entraron en el instituto los dos habían estado juntos y el chico se había librado por ello, pero no se había librado de los cotilleos, de los rumores, de las burlas dichas en tono sarcástico. Nichkhun siempre intentaba atajarlos, pero algunos eran imposibles y su chico muchas veces se sentía mal por ello. Aun así, aquella era su personalidad, no podía cambiarla.
Nichkhun se acercó al chico y se sentó junto a él, pasando de todos sus demás amigos porque, de todas formas, había asistido al evento por él.
Unos días antes, Jo Kwon le había comentado que participaría en la fiesta del terror porque le hacía mucha ilusión ya que algunos amigos participaban en el evento y, sabiendo que su chico era algo asustadizo y solía llorar por cualquier cosa, no había tenido corazón para dejarlo solo en aquel lugar y se había forzado a ir para protegerlo.
―Gracias por venir ―murmuró Jo Kwon en un tono bajo que solo escucharon los dos―, aunque te dije que no era necesario.
―Lo siento ―contestó―. Pero al igual que tú tienes debilidad por mí, yo la tengo por ti y no podía dejarte solo ―le susurró directamente contra su oreja.
―Por eso te amo ―Jo Kwon sonrió diciendo aquellas palabras y luego se levantó corriendo del suelo y se acercó a la persona que estaba llevando el cotarro en aquella habitación―. Nosotros seremos los siguientes en entrar ―le anunció al chico.
―Perfecto ―dijo el otro con una sonrisa.
Jo Kwon se dirigió de nuevo hasta donde él estaba sentado e hizo que Nichkhun se levantara del suelo, tomándolo de la mano, para después acercarse hasta el otro chico, quien les tendió un mapa y les explicó brevemente lo que debían hacer. Solo debían seguir las instrucciones que encontraran en cada habitación a la que entraran para poder terminar su recorrido, recorrido que comenzaba en el laboratorio de química que se encontraba en la planta de abajo y que terminaba en la planta baja, en la puerta trasera del instituto.
―Ya podéis entrar ―les informó después de unos momentos, tras recibir un mensaje al kakao talk, seguramente de otro de los organizadores.
Nichkhun miró a su chico con un poco de miedo y éste le sonrió, apretando el agarre de su mano, que en ningún momento había soltado.
―No pasará nada ―le susurró―. Será muy divertido.
―Espero que tengas razón.
Tras esto, atravesaron la puerta y siguieron el recorrido que marcaba en el mapa. Como primero debían ir al laboratorio de química, bajaron las escaleras con ayuda de la linterna que les habían entregado el chico. No se veía demasiado bien, por lo que se tuvieron que acostumbrar a este hecho y bajaron con sumo cuidado hasta llegar al lugar que tan bien conocían. Al entrar al pasillo donde quedaba la clase vieron que, al final, bajo una tétrica luz rojiza, se encontraba una chica con el pelo largo y negro sobre la cara y un vestido largo y blanco sujetando un peluche entre sus brazos, canturreando. Nichkhun se tensó irremediablemente y apretó el agarre que mantenía de la mano de su chico, desde que habían salido de la otra habitación.
―No te asustes, Khun ―le susurró su chico, casi podía imaginarlo con una sonrisa leve en su rostro―. Es GaIn, me lo dijo esta mañana.
Nichkhun fijó mejor su vista y, efectivamente, la chica que había al final del pasillo era GaIn, una chica que de su clase con la que solía hablar de vez en cuando debido a que era la mejor amiga de su chico. Suspiró, un poco aliviado, pero su corazón aún latía rápidamente dentro de su pecho, lleno de terror. Por eso, Jo Kwon encabezó la marcha y ambos entraron a la cafetería. Todo estaba oscuro y muy silencioso por lo que Nichkhun dio un repullo cuando un teléfono móvil comenzó a sonar en una de las esquinas de la habitación y se quedó inmóvil, negándose a avanzar más.
―Khun… ―susurró su novio, apretando su mano entre las suyas―. Tenemos que contestar a la llamada, vamos…
―No quiero…
Jo Kwon comenzó a tirar de él hasta que poco a poco lo movió, porque aunque no lo pareciera, su chico tenía bastante fuerza y músculos. A trompicones, avanzó hacia el teléfono y cuando llegó hasta él contestó.
―¿Hola?
―En el centro de la habitación hay cuatro cuerdas ―dijo una voz de ultratumba cuando le dio al altavoz para que ambos pudieran escuchar lo que tenían que hacer―. Tira de una de ellas para obtener la misión.
―¿En el centro? ―preguntó el chico, pero ya no obtuvo respuesta.
Jo Kwon miró el teléfono una vez más antes de dejarlo de nuevo en su sitio, encogiéndose de hombros e indicándole a Nichkhun que comenzara a moverse hacia el centro de la habitación. El chico seguía con el corazón en la boca, pero ya no se sentía tan asustado, así que, ambos se dirigieron al lugar y encontraron las cuerdas con ayuda de la linterna. Con una breve mirada y un asentimiento, tomaron la más cercana y tiraron de ella a la vez, haciendo que su contenido cayera al suelo con un golpe sordo. Nichkhun chilló, asustado, y Jo Kwon simplemente apartó aquello con el pie, tirándolo lejos de ellos.
―Una serpiente, una serpiente ―gritaba Nichkhun con miedo, agarrándose al cuerpo del otro.
―Tranquilo, Khun… ―dijo Jo Kwon con una sonrisa enorme―, es solo una salchicha.
―¿Seguro? ―cuestionó.
―Segurísimo ―el chico se intentó tranquilizar un poco porque estaba quedando como una verdadera nenaza y ni siquiera había pasado nada demasiado espectacular.
―Está bien… tiremos de otra ―esta vez llevó él la iniciativa y tiró de una de las cuerdas, haciendo que cayera al suelo algo peludo. Nichkhun volvió a gritar y a replegarse contra el cuerpo de su novio―. Es solo una peluca ―dijo, agachándose y tomándola del suelo―. Se puede utilizar, ¿verdad? ―el chico se colocó la peluca y se acercó a Nichkhun―. ¿Cómo me queda?
―De muerte…
―Pues esperemos que los fantasmas mueran ante mi belleza ―Jo Kwon sonrió y tiró de otra de las cuerdas. Esta vez, lo que cayó al suelo fue un trozo de papel―. Por fin ―cogió la nota y la leyó―. “Entrad en cada habitación señalada en el mapa y haced lo que se os pide en ellas. Prestad especial atención a los puntos de luz”.
―No parece muy complicado ―murmuró Nichkhun.
―No lo es. Verás cómo salimos de aquí en unos minutos y sin asustarnos ―prometió Jo Kwon.
―Espero que tengas razón ―comentó él, aunque no estaba demasiado convencido de eso.
―Siempre tengo la razón.
Salieron del laboratorio de química y se dirigieron hacia la siguiente habitación del pasillo que estaba marcada con una “equis” en el mapa que les había sido entregado. Nichkhun se pasó todo el camino sin quitarle la vista de encima a GaIn, por si se le ocurría ir a asustarlos cuando menos se lo esperaran y no paró de observarla hasta que no llegaron a la clase que les tocaba. Jo Kwon fue quien abrió la puerta, tal y como había hecho la vez anterior, y ambos entraron al lugar.
Se trataba del aula 2–D y en la mesa del profesor había un papel en el que se reflejaba la luz. No obstante, eso no era lo que más llamaba la atención de aquel lugar, ni siquiera que el suelo estuviera plagado de globos de diversos colores; lo que hizo que Nichkhun diera un salto en cuanto entró en la habitación fue ver a una media docena de chicas con el pelo largo y negro sobre la cara, al igual que estaba GaIn al final del pasillo, sentadas en sus pupitres y con sus rostros blanquecinos iluminados por la tenue luz de las linternas que se encontraban sobre cada mesa. Parecían verdaderos fantasmas y el chico se asustó un poco, aunque sabía perfectamente que tenían que ser estudiantes de su instituto y que alguna de ellas serían chicas a las que conocía.
―¡Joder! ―exclamó Nichkhun.
―Mi disfraz mola más que el vuestro ―dijo Jo Kwon con sorna y varias chicas se rieron, aunque inmediatamente se pusieron serias de nuevo, intentando mantener su papel―. No hay nada que temer, ¿lo ves?
Nichkhun asintió y ambos se dirigieron a la mesa del profesor, el chico tomó el folio y lo leyó en voz alta, alumbrando con la linterna para poder ver mejor. Simplemente tenían que explotar los globos hasta dar con una llave y guardarla hasta el final del recorrido. No era una misión difícil, así que, rápidamente, se pusieron manos a la obra, explotando todos los globos que encontraban a su paso con los pies y teniendo cuidado de que las chicas no intentaran tocarlos en lugares comprometedores, aunque sobre todo, era Nichkhun quién tenía que tener cuidado con eso. Las chicas lo miraban queriendo hacerle sentir miedo, pero no podían mantenerse en su papel durante mucho tiempo.
Tras varios minutos explotando un globo tras otro, Jo Kwon dio finalmente con la llave y ambos pudieron salir del lugar sin ningún contratiempo. Al entrar al pasillo de nuevo, notaron que GaIn ya no se encontraba al final de éste y Nichkhun suspiró aliviado, aunque por dentro sintió que seguramente había ido a otro lado para asustarlos cuando menos lo esperaran y eso no le gustó absolutamente nada.
Lo siguiente que tenían que hacer era ir a un aula de primero, la de 1–B, así que se dispusieron a bajar de nuevo las escaleras para llegar al otro pasillo y luego entraron en el siguiente salón. Miraron en este cuidadosamente, por si había algún fantasma, pero allí no había absolutamente nadie. Se dirigieron de nuevo a la mesa del profesor, donde había un poco de luz señalando el lugar y leyeron la misión que debían realizar.
―“Tenéis un minuto para resolver el problema matemático de la pizarra, minuto que comenzará en cuanto retiréis el papel que la cubre. No podréis salir de este lugar si no lo hacéis”.
En ese momento, sin que ninguno lo pudiera advertir, la puerta de la clase se cerró de golpe y se escuchó cómo era echada la llave. Nichkhun se dirigió hacia la puerta, para intentar abrirla, pero no pudo hacerlo, así que, se dejó caer sobre ella con gran resignación.
―¿Cómo se te dan las matemáticas? ―le preguntó Jo Kwon.
―De pena… ¿Y a ti?
―Peor ―ambos sonrieron unos segundos―. Mejor juntos entonces…
Nichkhun se alejó de la puerta y se acercó a su chico. Los dos retiraron el papel a la vez, dejando que cayera al suelo, y cogieron dos tizas; se dividieron la ecuación que tenían delante y comenzaron a resolverla lentamente, al ritmo de una tétrica música que no les hacía presagiar nada bueno, sino todo lo contrario. De pronto, la canción se detuvo y la televisión que había al frente de la clase se encendió, mostrando solo ruido. En ese momento, las ventanas que daban al pasillo y que se encontraban pegadas al suelo, se abrieron y comenzaron a entrar por ellas chicas vestidas de blanco que se arrastraban por el suelo como si se trataran de la misma Sadako multiplicada.
El corazón de Nichkhun casi se le sale por la boca al verlas y casi sin darse cuenta comenzó a hablar en tailandés, su lengua materna, intentando decirle a su chico que tenían que salir del lugar lo más rápido posible.
―Tranquilízate ―susurraba Jo Kwon una y otra vez como si fuera una nana―. No te va a pasar nada. Estoy aquí ―tomó su rostro entre sus manos―. Resuelve el problema, yo te protegeré.
Nichkhun asintió, aunque no sentía ninguna confianza, y lentamente intentó resolver el problema. Jo Kwon rodeó su cintura con sus brazos desde atrás haciendo de escudo humano, pero cada vez estaba más nervioso, no podía concentrarse y las Sadako cada vez estaban más y más cerca de él. Volvió a comenzar a hablar en tailandés sin poder contenerse y, entonces, Jo Kwon se alejó de su lado. Nichkhun lo intentó retener pero no pudo hacerlo. Su chico se agachó en el suelo, poniéndose a cuatro patas y comenzó a avanzar hacia las “fantasmas”, que se habían quedado totalmente paralizadas, sin saber qué hacer por la repentina acción.
Nichkhun intentó calmarse para seguir calculando la operación al ver lo que su chico estaba haciendo para intentar darle unos momentos más de tranquilidad para que pudiera concentrarse y, poco a poco, la fue resolviendo hasta que solo quedó un número en la pizarra.
―¡0! ―gritó y la puerta, que hasta entonces había permanecido cerrada, se abrió.
Rápido como un rayo, el chico hizo que su novio se levantara del suelo y lo llevó fuera del aula. Una vez estuvieron en el pasillo y lejos de aquella clase, se dejaron caer contra la pared, agotados. Todavía sentía cómo el corazón le latía a mil por hora dentro de su pecho, pero ya que estaban fuera de allí tenía que tranquilizarse. Había estado a punto de colapsar en la habitación y delante de unas cuantas de chicas que probablemente irían contando a todo el mundo cómo él había sido un miedica y cómo Jo Kwon lo había estado protegiendo como si se tratara de un bebé.
―¿Estás bien? ―le preguntó su chico, preocupado. Nichkhun asintió lentamente, aunque pareció no convencerlo del todo―. Tranquilo, ya solo nos queda un lugar. En unos minutos estaremos fuera. Aguanta solo un poco más.
―Está bien ―susurró―. Vamos…
Bajaron las escaleras de nuevo hasta llegar a la primera planta, después, echaron a andar y tras solo unos metros se detuvieron frente a la puerta que señalaba el mapa. Era la que daba a la parte de atrás del instituto, donde quedaban los diferentes campos en los que jugaban los clubes y donde se encontraba también el pabellón. En ésta había pegado un folio que estaba levemente iluminado por una pequeña linterna que había junto a ella.
―“Utilizad la llave para abrir la puerta a la libertad”.
Jo Kwon rebuscó en sus bolsillos tras terminar de leer el trozo de papel hasta que dio con la llave que había conseguido anteriormente. Rápidamente, la introdujo en la cerradura y la giró. Escucharon un leve clic que indicaba que se había abierto y sonrieron ampliamente, por fin iban a salir al exterior, por fin iba a acabar aquel infierno. Tan emocionados estaban por salir, que no se dieron cuenta de que alguien se acercaba a ellos hasta que una mano le tocó el hombro a Nichkhun y éste gritó como si hubiera perdido su alma y se abrazó fuertemente al cuerpo de su chico, asustado.
El flash de una cámara los cegó durante unos instantes y la risa escandalosa de GaIn se escuchó segundos después, haciendo que Nichkhun comenzara a sentirse avergonzado por aquello, mucho más de lo que ya estaba, aunque eso pudiera parecer algo imposible.
―Gracias por participar en la fiesta del terror ―dijo la chica con una gran sonrisa en su rostro―. Podréis encontrar vuestra foto el lunes en el tablón principal y comprarla por un módico precio. Espero que os lo hayáis pasado bien ―y dicho esto, les abrió la puerta y los empujó fuera, cerrando después con la llave.
Durante unos momentos, ambos chicos siguieron en shock, pero finalmente, Nichkhun reaccionó.
―¡La foto! ―gritó―. Saldré horrible ―se dejó caer hasta el suelo de tierra del exterior, con las manos en la cabeza―. Mi reputación…
―No pasa nada, cariño ―murmuró Jo Kwon agachándose junto a él―. La reputación no lo es todo.
El chico levantó su cabeza y lo miró a los ojos. Su novio nunca se había preocupado por su reputación, nunca le había importado que hablaran a sus espaldas por ser homosexual y nunca se había mostrado materialista. Tampoco le había reprochado que mantuviera su relación en secreto y ahora le había mostrado que era muy valiente, la persona más valiente que había conocido en su vida. Por eso, en aquel instante, Nichkhun decidió que ya no se iba a esconder más y que sería valiente.
―No. No lo es todo ―murmuró antes de inclinarse hacia delante y besar los labios de su chico.
Notas finales: Por si no os habéis dado cuenta, esta historia es una mezcla del episodio especial del terror del WGM 2ª Temporada, en el que participan GaIn y Jo Kwon, SeoHyun y YongHwa, y Victoria y Nichkhun; con uno de los capítulos de Teen Top Rising 100% con un poco (bastante) de paranoia mía.
Clasificación: PG–13
Descripción: Una fiesta de terror es celebrada en el instituto y Nichkhun se obliga a ir para acompañar a su novio y protegerlo de cualquier mal.
Notas: Halloween is here y las historias de terror inundan el blog (?) (y aunque sea con parejas tan extrañas como esta, espero que paséis un buen rato leyendo)
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Scary Party
(Unexpectedly,
my boyfriend is so cool)
Era noche cerrada cuando Nichkhun llegó al instituto en el que estudiaba y exhaló un suspiro, sin poder creerse que se hubiera dejado convencer para ir a aquella fiesta del terror que se iba a celebrar aquella noche en el lugar por la celebración de Halloween. Llevaban un par de semanas todos sumidos en aquel proyecto, tanto los profesores como los alumnos, pero Nichkhun no se había involucrado porque no tenía mucho interés en ello. Simplemente quería pasar la noche de una forma tranquila en su casa, viendo películas de terror junto a su novio, un lugar en el que si se asustaba, nadie podría ver su reacción exagerada. Él era un chico guay, de hecho, el más guay de todo el instituto y no podía dejarse ver de aquella forma por los demás, no podía dejar que su reputación se fuera al garete por aquello, no podía ser el hazmerreír del lugar.
Sin embargo, había acabado yendo allí y era algo que no podía evitar.
El chico se internó en el edificio después de mentalizarse y comenzó a seguir las flechas que estaban dispuestas por todo el lugar y que señalaban el camino hacia la clase desde la que se debía comenzar el recorrido por aquella especial casa del terror. Atravesó toda la planta baja y después subió por las escaleras que daban a las clases de los diferentes años; la planta primera para las clases de primero, la segunda para los de segundo y la tercera para los de tercero. En apenas unos minutos, llegó a la clase 3–A, lugar en el que acababan todas las señales de forma brusca y entró. Allí dentro, se encontró a varias personas, algunas desconocidas porque debían ser de otros cursos menores al que él se encontraba, y otras bastante conocidas, demasiado conocidas, como sus compañeros de clase y los chicos del club de fútbol.
Una de aquellas personas muy conocidas se levantó como si tuviera un resorte al verlo y los demás se rieron quedamente de él ante su reacción. La persona que se había alzado al verlo era Jo Kwon, su novio.
Nichkhun quiso echarse las manos a la cabeza porque el chico solía llamar muchísimo la atención en todo lo que hacía, pero se contuvo y simplemente le dedicó una mirada seria que le indicó al chico que lo mejor que podía hacer era sentarse. Su novio se sentó rápidamente, algo avergonzado. El recién llegado se sintió un poco mal y decidió que se lo recompensaría más tarde, cuando salieran de aquel lugar y fueran a su casa, donde nadie pudiera verlos, como siempre hacía.
No era algo de lo que se sintiera orgulloso, pero solía tratar a Jo Kwon como si fuera un amigo más en vez de como debería de tratarlo por ser su novio. Debido a que Nichkhun era una de las grandes promesas del instituto, un chico que lo podía tener todo en sus manos si quisiera y en el que estaban fijos la mayoría de los ojos, no podían anunciar que eran novios, por eso lo llevaban en secreto. No era porque se avergonzase, él no se avergonzaba de su chico, lo amaba con locura; pero debía hacerlo de aquella forma porque si no su brillante futuro se iría al garete cuando la gente se enterase de que era homosexual.
Hacía un año ya desde aquella vez en la que Jo Kwon se le acercó y le dijo que le daba igual todo, que estaba enamorado de él y Nichkhun lo besó, porque había pasado demasiado tiempo reteniendo sus sentimientos por aquel chico alocado que se le acababa de declarar. Desde entonces, mantenían su relación en secreto y, ante todos, solo se comportaban como un par de amigos, aunque a veces Jo Kwon se entusiasmara demasiado, como acababa de pasar, causando que todo el mundo se riera de él.
Si Nichkhun era reconocido por ser genial, Jo Kwon lo era por ser todo lo contrario. Nadie se había atrevido a meterse con él directamente porque desde que entraron en el instituto los dos habían estado juntos y el chico se había librado por ello, pero no se había librado de los cotilleos, de los rumores, de las burlas dichas en tono sarcástico. Nichkhun siempre intentaba atajarlos, pero algunos eran imposibles y su chico muchas veces se sentía mal por ello. Aun así, aquella era su personalidad, no podía cambiarla.
Nichkhun se acercó al chico y se sentó junto a él, pasando de todos sus demás amigos porque, de todas formas, había asistido al evento por él.
Unos días antes, Jo Kwon le había comentado que participaría en la fiesta del terror porque le hacía mucha ilusión ya que algunos amigos participaban en el evento y, sabiendo que su chico era algo asustadizo y solía llorar por cualquier cosa, no había tenido corazón para dejarlo solo en aquel lugar y se había forzado a ir para protegerlo.
―Gracias por venir ―murmuró Jo Kwon en un tono bajo que solo escucharon los dos―, aunque te dije que no era necesario.
―Lo siento ―contestó―. Pero al igual que tú tienes debilidad por mí, yo la tengo por ti y no podía dejarte solo ―le susurró directamente contra su oreja.
―Por eso te amo ―Jo Kwon sonrió diciendo aquellas palabras y luego se levantó corriendo del suelo y se acercó a la persona que estaba llevando el cotarro en aquella habitación―. Nosotros seremos los siguientes en entrar ―le anunció al chico.
―Perfecto ―dijo el otro con una sonrisa.
Jo Kwon se dirigió de nuevo hasta donde él estaba sentado e hizo que Nichkhun se levantara del suelo, tomándolo de la mano, para después acercarse hasta el otro chico, quien les tendió un mapa y les explicó brevemente lo que debían hacer. Solo debían seguir las instrucciones que encontraran en cada habitación a la que entraran para poder terminar su recorrido, recorrido que comenzaba en el laboratorio de química que se encontraba en la planta de abajo y que terminaba en la planta baja, en la puerta trasera del instituto.
―Ya podéis entrar ―les informó después de unos momentos, tras recibir un mensaje al kakao talk, seguramente de otro de los organizadores.
Nichkhun miró a su chico con un poco de miedo y éste le sonrió, apretando el agarre de su mano, que en ningún momento había soltado.
―No pasará nada ―le susurró―. Será muy divertido.
―Espero que tengas razón.
Tras esto, atravesaron la puerta y siguieron el recorrido que marcaba en el mapa. Como primero debían ir al laboratorio de química, bajaron las escaleras con ayuda de la linterna que les habían entregado el chico. No se veía demasiado bien, por lo que se tuvieron que acostumbrar a este hecho y bajaron con sumo cuidado hasta llegar al lugar que tan bien conocían. Al entrar al pasillo donde quedaba la clase vieron que, al final, bajo una tétrica luz rojiza, se encontraba una chica con el pelo largo y negro sobre la cara y un vestido largo y blanco sujetando un peluche entre sus brazos, canturreando. Nichkhun se tensó irremediablemente y apretó el agarre que mantenía de la mano de su chico, desde que habían salido de la otra habitación.
―No te asustes, Khun ―le susurró su chico, casi podía imaginarlo con una sonrisa leve en su rostro―. Es GaIn, me lo dijo esta mañana.
Nichkhun fijó mejor su vista y, efectivamente, la chica que había al final del pasillo era GaIn, una chica que de su clase con la que solía hablar de vez en cuando debido a que era la mejor amiga de su chico. Suspiró, un poco aliviado, pero su corazón aún latía rápidamente dentro de su pecho, lleno de terror. Por eso, Jo Kwon encabezó la marcha y ambos entraron a la cafetería. Todo estaba oscuro y muy silencioso por lo que Nichkhun dio un repullo cuando un teléfono móvil comenzó a sonar en una de las esquinas de la habitación y se quedó inmóvil, negándose a avanzar más.
―Khun… ―susurró su novio, apretando su mano entre las suyas―. Tenemos que contestar a la llamada, vamos…
―No quiero…
Jo Kwon comenzó a tirar de él hasta que poco a poco lo movió, porque aunque no lo pareciera, su chico tenía bastante fuerza y músculos. A trompicones, avanzó hacia el teléfono y cuando llegó hasta él contestó.
―¿Hola?
―En el centro de la habitación hay cuatro cuerdas ―dijo una voz de ultratumba cuando le dio al altavoz para que ambos pudieran escuchar lo que tenían que hacer―. Tira de una de ellas para obtener la misión.
―¿En el centro? ―preguntó el chico, pero ya no obtuvo respuesta.
Jo Kwon miró el teléfono una vez más antes de dejarlo de nuevo en su sitio, encogiéndose de hombros e indicándole a Nichkhun que comenzara a moverse hacia el centro de la habitación. El chico seguía con el corazón en la boca, pero ya no se sentía tan asustado, así que, ambos se dirigieron al lugar y encontraron las cuerdas con ayuda de la linterna. Con una breve mirada y un asentimiento, tomaron la más cercana y tiraron de ella a la vez, haciendo que su contenido cayera al suelo con un golpe sordo. Nichkhun chilló, asustado, y Jo Kwon simplemente apartó aquello con el pie, tirándolo lejos de ellos.
―Una serpiente, una serpiente ―gritaba Nichkhun con miedo, agarrándose al cuerpo del otro.
―Tranquilo, Khun… ―dijo Jo Kwon con una sonrisa enorme―, es solo una salchicha.
―¿Seguro? ―cuestionó.
―Segurísimo ―el chico se intentó tranquilizar un poco porque estaba quedando como una verdadera nenaza y ni siquiera había pasado nada demasiado espectacular.
―Está bien… tiremos de otra ―esta vez llevó él la iniciativa y tiró de una de las cuerdas, haciendo que cayera al suelo algo peludo. Nichkhun volvió a gritar y a replegarse contra el cuerpo de su novio―. Es solo una peluca ―dijo, agachándose y tomándola del suelo―. Se puede utilizar, ¿verdad? ―el chico se colocó la peluca y se acercó a Nichkhun―. ¿Cómo me queda?
―De muerte…
―Pues esperemos que los fantasmas mueran ante mi belleza ―Jo Kwon sonrió y tiró de otra de las cuerdas. Esta vez, lo que cayó al suelo fue un trozo de papel―. Por fin ―cogió la nota y la leyó―. “Entrad en cada habitación señalada en el mapa y haced lo que se os pide en ellas. Prestad especial atención a los puntos de luz”.
―No parece muy complicado ―murmuró Nichkhun.
―No lo es. Verás cómo salimos de aquí en unos minutos y sin asustarnos ―prometió Jo Kwon.
―Espero que tengas razón ―comentó él, aunque no estaba demasiado convencido de eso.
―Siempre tengo la razón.
Salieron del laboratorio de química y se dirigieron hacia la siguiente habitación del pasillo que estaba marcada con una “equis” en el mapa que les había sido entregado. Nichkhun se pasó todo el camino sin quitarle la vista de encima a GaIn, por si se le ocurría ir a asustarlos cuando menos se lo esperaran y no paró de observarla hasta que no llegaron a la clase que les tocaba. Jo Kwon fue quien abrió la puerta, tal y como había hecho la vez anterior, y ambos entraron al lugar.
Se trataba del aula 2–D y en la mesa del profesor había un papel en el que se reflejaba la luz. No obstante, eso no era lo que más llamaba la atención de aquel lugar, ni siquiera que el suelo estuviera plagado de globos de diversos colores; lo que hizo que Nichkhun diera un salto en cuanto entró en la habitación fue ver a una media docena de chicas con el pelo largo y negro sobre la cara, al igual que estaba GaIn al final del pasillo, sentadas en sus pupitres y con sus rostros blanquecinos iluminados por la tenue luz de las linternas que se encontraban sobre cada mesa. Parecían verdaderos fantasmas y el chico se asustó un poco, aunque sabía perfectamente que tenían que ser estudiantes de su instituto y que alguna de ellas serían chicas a las que conocía.
―¡Joder! ―exclamó Nichkhun.
―Mi disfraz mola más que el vuestro ―dijo Jo Kwon con sorna y varias chicas se rieron, aunque inmediatamente se pusieron serias de nuevo, intentando mantener su papel―. No hay nada que temer, ¿lo ves?
Nichkhun asintió y ambos se dirigieron a la mesa del profesor, el chico tomó el folio y lo leyó en voz alta, alumbrando con la linterna para poder ver mejor. Simplemente tenían que explotar los globos hasta dar con una llave y guardarla hasta el final del recorrido. No era una misión difícil, así que, rápidamente, se pusieron manos a la obra, explotando todos los globos que encontraban a su paso con los pies y teniendo cuidado de que las chicas no intentaran tocarlos en lugares comprometedores, aunque sobre todo, era Nichkhun quién tenía que tener cuidado con eso. Las chicas lo miraban queriendo hacerle sentir miedo, pero no podían mantenerse en su papel durante mucho tiempo.
Tras varios minutos explotando un globo tras otro, Jo Kwon dio finalmente con la llave y ambos pudieron salir del lugar sin ningún contratiempo. Al entrar al pasillo de nuevo, notaron que GaIn ya no se encontraba al final de éste y Nichkhun suspiró aliviado, aunque por dentro sintió que seguramente había ido a otro lado para asustarlos cuando menos lo esperaran y eso no le gustó absolutamente nada.
Lo siguiente que tenían que hacer era ir a un aula de primero, la de 1–B, así que se dispusieron a bajar de nuevo las escaleras para llegar al otro pasillo y luego entraron en el siguiente salón. Miraron en este cuidadosamente, por si había algún fantasma, pero allí no había absolutamente nadie. Se dirigieron de nuevo a la mesa del profesor, donde había un poco de luz señalando el lugar y leyeron la misión que debían realizar.
―“Tenéis un minuto para resolver el problema matemático de la pizarra, minuto que comenzará en cuanto retiréis el papel que la cubre. No podréis salir de este lugar si no lo hacéis”.
En ese momento, sin que ninguno lo pudiera advertir, la puerta de la clase se cerró de golpe y se escuchó cómo era echada la llave. Nichkhun se dirigió hacia la puerta, para intentar abrirla, pero no pudo hacerlo, así que, se dejó caer sobre ella con gran resignación.
―¿Cómo se te dan las matemáticas? ―le preguntó Jo Kwon.
―De pena… ¿Y a ti?
―Peor ―ambos sonrieron unos segundos―. Mejor juntos entonces…
Nichkhun se alejó de la puerta y se acercó a su chico. Los dos retiraron el papel a la vez, dejando que cayera al suelo, y cogieron dos tizas; se dividieron la ecuación que tenían delante y comenzaron a resolverla lentamente, al ritmo de una tétrica música que no les hacía presagiar nada bueno, sino todo lo contrario. De pronto, la canción se detuvo y la televisión que había al frente de la clase se encendió, mostrando solo ruido. En ese momento, las ventanas que daban al pasillo y que se encontraban pegadas al suelo, se abrieron y comenzaron a entrar por ellas chicas vestidas de blanco que se arrastraban por el suelo como si se trataran de la misma Sadako multiplicada.
El corazón de Nichkhun casi se le sale por la boca al verlas y casi sin darse cuenta comenzó a hablar en tailandés, su lengua materna, intentando decirle a su chico que tenían que salir del lugar lo más rápido posible.
―Tranquilízate ―susurraba Jo Kwon una y otra vez como si fuera una nana―. No te va a pasar nada. Estoy aquí ―tomó su rostro entre sus manos―. Resuelve el problema, yo te protegeré.
Nichkhun asintió, aunque no sentía ninguna confianza, y lentamente intentó resolver el problema. Jo Kwon rodeó su cintura con sus brazos desde atrás haciendo de escudo humano, pero cada vez estaba más nervioso, no podía concentrarse y las Sadako cada vez estaban más y más cerca de él. Volvió a comenzar a hablar en tailandés sin poder contenerse y, entonces, Jo Kwon se alejó de su lado. Nichkhun lo intentó retener pero no pudo hacerlo. Su chico se agachó en el suelo, poniéndose a cuatro patas y comenzó a avanzar hacia las “fantasmas”, que se habían quedado totalmente paralizadas, sin saber qué hacer por la repentina acción.
Nichkhun intentó calmarse para seguir calculando la operación al ver lo que su chico estaba haciendo para intentar darle unos momentos más de tranquilidad para que pudiera concentrarse y, poco a poco, la fue resolviendo hasta que solo quedó un número en la pizarra.
―¡0! ―gritó y la puerta, que hasta entonces había permanecido cerrada, se abrió.
Rápido como un rayo, el chico hizo que su novio se levantara del suelo y lo llevó fuera del aula. Una vez estuvieron en el pasillo y lejos de aquella clase, se dejaron caer contra la pared, agotados. Todavía sentía cómo el corazón le latía a mil por hora dentro de su pecho, pero ya que estaban fuera de allí tenía que tranquilizarse. Había estado a punto de colapsar en la habitación y delante de unas cuantas de chicas que probablemente irían contando a todo el mundo cómo él había sido un miedica y cómo Jo Kwon lo había estado protegiendo como si se tratara de un bebé.
―¿Estás bien? ―le preguntó su chico, preocupado. Nichkhun asintió lentamente, aunque pareció no convencerlo del todo―. Tranquilo, ya solo nos queda un lugar. En unos minutos estaremos fuera. Aguanta solo un poco más.
―Está bien ―susurró―. Vamos…
Bajaron las escaleras de nuevo hasta llegar a la primera planta, después, echaron a andar y tras solo unos metros se detuvieron frente a la puerta que señalaba el mapa. Era la que daba a la parte de atrás del instituto, donde quedaban los diferentes campos en los que jugaban los clubes y donde se encontraba también el pabellón. En ésta había pegado un folio que estaba levemente iluminado por una pequeña linterna que había junto a ella.
―“Utilizad la llave para abrir la puerta a la libertad”.
Jo Kwon rebuscó en sus bolsillos tras terminar de leer el trozo de papel hasta que dio con la llave que había conseguido anteriormente. Rápidamente, la introdujo en la cerradura y la giró. Escucharon un leve clic que indicaba que se había abierto y sonrieron ampliamente, por fin iban a salir al exterior, por fin iba a acabar aquel infierno. Tan emocionados estaban por salir, que no se dieron cuenta de que alguien se acercaba a ellos hasta que una mano le tocó el hombro a Nichkhun y éste gritó como si hubiera perdido su alma y se abrazó fuertemente al cuerpo de su chico, asustado.
El flash de una cámara los cegó durante unos instantes y la risa escandalosa de GaIn se escuchó segundos después, haciendo que Nichkhun comenzara a sentirse avergonzado por aquello, mucho más de lo que ya estaba, aunque eso pudiera parecer algo imposible.
―Gracias por participar en la fiesta del terror ―dijo la chica con una gran sonrisa en su rostro―. Podréis encontrar vuestra foto el lunes en el tablón principal y comprarla por un módico precio. Espero que os lo hayáis pasado bien ―y dicho esto, les abrió la puerta y los empujó fuera, cerrando después con la llave.
Durante unos momentos, ambos chicos siguieron en shock, pero finalmente, Nichkhun reaccionó.
―¡La foto! ―gritó―. Saldré horrible ―se dejó caer hasta el suelo de tierra del exterior, con las manos en la cabeza―. Mi reputación…
―No pasa nada, cariño ―murmuró Jo Kwon agachándose junto a él―. La reputación no lo es todo.
El chico levantó su cabeza y lo miró a los ojos. Su novio nunca se había preocupado por su reputación, nunca le había importado que hablaran a sus espaldas por ser homosexual y nunca se había mostrado materialista. Tampoco le había reprochado que mantuviera su relación en secreto y ahora le había mostrado que era muy valiente, la persona más valiente que había conocido en su vida. Por eso, en aquel instante, Nichkhun decidió que ya no se iba a esconder más y que sería valiente.
―No. No lo es todo ―murmuró antes de inclinarse hacia delante y besar los labios de su chico.
Notas finales: Por si no os habéis dado cuenta, esta historia es una mezcla del episodio especial del terror del WGM 2ª Temporada, en el que participan GaIn y Jo Kwon, SeoHyun y YongHwa, y Victoria y Nichkhun; con uno de los capítulos de Teen Top Rising 100% con un poco (bastante) de paranoia mía.
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