Notas: a pesar de quedar en que lo mejor para ambos es ser amigos... ni JiMin, ni BamBam siente que esa sea la mejor solución, pero... ¿cuál es?
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Chapter Two
What is this feeling?
JiMin
llevaba encerrada desde temprano por la mañana en una de las salas de práctica
vocal de su empresa. Hacía algunas semanas que no había pisado el edificio de
la JYP y se sentía un poco culpable por no haberlo hecho; además, tenía que
ensayar un poco para no perder la costumbre y porque el jefazo máximo le había
pedido que hiciera una pequeña colaboración en una de sus nuevas canciones. La
pre-grabación ya la había hecho hacía un tiempo, pero al día siguiente le
tocaba la última grabación, aquella que saldría finalmente en la canción que
sería escuchada por millones de personas. JiMin se sentía muy halagada porque
JYP hubiera querido que colaborara junto a él, significaba muchísimo para ella
y, por eso, se había decidido a hacerlo bien en la grabación final.
Mientras
encontraba cantando diversas canciones, se le olvidaba todo lo que la había
estado acosando el día anterior. Todos los pensamientos que había tenido sobre
BamBam, sobre lo que habían hecho, sobre su conversación de la noche anterior y
sobre cómo se había sentido al respecto de todo aquello, simplemente pasaban a
un segundo plano de su mente al que no podía acceder mientras estuviera en
aquel menester. JiMin lo agradecía, porque bastantes vueltas le había dado a
todo el día anterior y en aquellos momentos, lo único que quería era evadirse
de aquello para poder dedicarse en cuerpo y alma a lo que más la satisfacía.
Las
primeras notas del último single de
Red Velvet comenzaron a sonar repentinamente en su reproductor, que había
puesto de forma aleatoria, y se aclaró la garganta con un poco de agua antes de
ponerse a cantar, dándolo todo para hacerle justicia a la canción. Le había
encantado aquella balada y adoraba las voces de las chicas, sobre todo la de su
encantadora SooYoung. JiMin siguió ensayando durante algunas horas más,
perfeccionando su canto, hasta que la garganta comenzó a picarle un poco y,
solo entonces, dejó la sala en la que había pasado el día.
Guardó
todas sus cosas en el bolso antes de salir y luego caminó por los pasillos de
la empresa, en busca de la puerta trasera. No obstante, antes de que pudiera
girar en la primera esquina, JiMin se encontró con Jackson y no pudo evitar lanzarse
a sus brazos cuando éste los abrió. En unos segundos se encontró con la cara
pegada al pecho del mayor y cerró sus ojos disfrutando del contacto. Llevaba
sin verlo solo desde el programa que habían grabado el martes y había hablado
con él regularmente, pero lo había echado muchísimo de menos, más porque había
vivido una situación de la que no había podido hablarle y se sentía un poco
culpable por ello, pero era algo que sabía que no podía contarle a él.
—Parece
que me has echado de menos, pequeña —comentó él riendo.
—Mucho
—confesó, aún a riesgo de que eso le subiera el ego.
—Uy.
Eso no me lo esperaba —dijo Jackson, separándola de su cuerpo y mirándola a los
ojos—. ¿Ha pasado algo?
—No,
no ha pasado nada —mintió y cambió de tema rápidamente—. Felicidades, por
cierto.
Jackson
la observó durante unos momentos y JiMin contuvo la respiración hasta que vio
al chico sonreírle. Parecía que no se había tragado aquello, pero, al menos no
la iba a presionar para que hablara de ello. Le gustaba mucho aquello del
mayor.
—Muchas
gracias —le dijo—. ¿Quieres ver a los demás?
—Me
encantaría —respondió.
En
ese momento, JiMin no pensó que junto a los demás se encontraba BamBam y
tampoco pensó en cómo debía comportarse con él. Jackson le rodeó los hombros
con uno de sus musculosos brazos y la guio por los pasillos de la empresa hasta
la sala en la que GOT7 estaba ensayando mientras le contaba lo ilusionado y
agradecido que estaba por haber podido ganar los premios de los programas musicales
que tanto ansiaban tener. El mayor adoraba a sus fans y se lo hacía saber en
todo momento, ese era uno de sus buenos puntos, aparte de todos los demás que
no muchas personas llegaban a conocer. El camino fue corto y, antes de que la
chica pudiera darse cuenta de nada, ya se encontraba dentro de la sala de
ensayo que les había sido asignada a los chicos.
La
primera persona a la que vio JiMin fue a BamBam. No lo hizo a posta, ni
siquiera lo buscó con la mirada conscientemente, y sin embargo, su figura fue
la primera que divisó entre las de los otros cinco y los dos managers que se
encontraban en el lugar. Solo debieron pasar un par de segundos desde su
entrada hasta que el chico se giró hacia ella y le devolvió la mirada. Sus ojos
se encontraron durante unos momentos y a JiMin le pareció ver algo extraño en
los ajenos, pero no tuvo tiempo de ver qué era exactamente de lo que se
trataba, porque al instante su visión fue bloqueada por el cuerpo de Mark, que
caminaba hacia ella para saludarla.
No
pasó mucho tiempo con ellos, quizás una media hora. Solo los estuvo saludando,
dio abrazos y besos por doquier y se vio rodeada de algunos brazos. BamBam
evitó deliberadamente encontrarse cerca de ella durante demasiado tiempo y
JiMin se sintió un poco herida ante aquel hecho. Supuestamente habían quedado
cuando hablaron que se comportarían como si nada hubiera sucedido, pero no
estaba siendo de aquella forma. El chico no bromeaba con ella, no se acercaba,
no la abrazaba… eso era algo que parecía haber quedado en el pasado. JiMin se
sintió un poco incómoda y, cuando vio su oportunidad, decidió que lo mejor que
podía hacer era irse a casa y descansar para afrontar las cosas de la mejor
forma posible.
—¿Tan
pronto? —fue lo cuestionó YuGyeom cuando ella anunció que se iba de allí.
—Llevo
aquí todo el día ensayando —contestó—. Estoy un poco cansada.
Los
chicos dejaron de insistir en el momento y ella lo agradeció. Se despidió de todos
y miró por última vez a BamBam, encontrándose con que él la estaba mirando
fijamente desde la distancia. JiMin se había dado cuenta en algunas ocasiones
que la estaba mirando, porque lo había pillado en plena observación, pero en
ese momento, su mirada era mucho más intensa que cualquiera de las otras veces.
La chica estuvo tentada a decirle algo, pero finalmente solo levantó su mano
para despedirse de ellos y salió de la sala. Aun siguió escuchando durante
algunos segundos sus voces, hasta que la puerta fue cerrada y JiMin sintió cómo
las piernas le fallaron por un instante, por lo que acabó dejándose caer contra
la pared para recuperar el equilibrio.
Había
sido muy extraño aquel primer encuentro después de su conversación, muy
extraño, y JiMin no sabía cómo sentirse al respecto. Su corazón había estado
bombeando sangre de forma frenética durante el rato que había estado con ellos
y sabía perfectamente que era porque BamBam estaba allí. ¿Por qué le pasaba
aquello? No lo entendía, pero quería saber la respuesta. Quizás si se
tranquilizaba un poco y pensaba con calma las cosas, podía llegar a
comprenderlo.
Con
aquel pensamiento en mente, JiMin emprendió de nuevo el camino a su casa.
♬♬♬
Desde
el momento en el que JiMin había entrado por la puerta, BamBam no había podido
dejar de observarla detenidamente, a veces con discreción, otras veces de una
forma un poco más descarada. No sabía cuál era la razón de aquello, pero no
podía dejar de mirarla; simplemente sentía que aquella era la primera vez que
miraba a alguien de una forma tan detenida. Lo peor de todo era que, a pesar de
que a veces había querido dejar de mirarla, no había podido, porque cualquier
gesto que ella hacía lo captaba aun sin tener la intención de hacerlo.
Aquel
encuentro había sido sumamente raro. El chico no había pensado en la
posibilidad de que se fueran a encontrar tan pronto y todavía no había
imaginado cómo se iba a comportar con ella —claro que, también debía de haber
reflexionado sobre aquella posibilidad debido a que ambos pertenecían a la
misma empresa, pero con los horarios del comeback y todas las cosas que tenía
que hacer, le había resultado prácticamente imposible casi comer, así que,
menos había podido darle vueltas a la cabeza—. Cuando se habían encontrado,
habían quedado en que iban a hacer como si nada de lo que había pasado entre
ellos hubiera sucedido en realidad, pero a veces era mucho más fácil decir las
cosas que hacerlas y BamBam se sentía terriblemente estúpido y dolido.
JiMin
había sido su amiga durante mucho tiempo y por su estupidez parecía haberse
cargado aquella gran relación. Sin embargo, tampoco podía haberlo retenido
durante mucho tiempo más y antes o temprano todo habría acabado de la forma en
la que lo estaba haciendo.
Desde
hacía algunos meses se había estado sintiendo extraño alrededor de JiMin y, a
pesar de que no le había echado muchas cuentas al principio, con el tiempo,
había sido un pensamiento predominante dentro de su mente.
—Hey
—BamBam tuvo que salir rápidamente de sus pensamientos al escuchar la voz de
Jackson cerca de él. Lo vio a un metro de distancia y le sonrió por acto
reflejo, aunque en su interior no sentía muchas ganas de sonreír, ya que la
visita de JiMin a la sala de ensayo lo había dejado mal—. ¿Qué te ha pasado
antes? —le cuestionó cuando llegó a su lado.
—¿Antes?
El
chico estaba algo confuso. No sabía a qué podía haberse referido Jackson con
eso, ya que había diferentes posibilidades. No sabía si era porque llevaba
algunos días raro, porque en la actuación de ese día la había cagado en un par
de ocasiones —menos mal que no habían salido sus errores en cámara—, o porque
se había dado cuenta de que no se había comportado de la forma en la que solía
hacerlo con JiMin. BamBam esperaba que la naturaleza distraída de Jackson no lo
hubiera hecho percatarse de aquello último, porque si no iba a tener muchas
cosas que explicar y, sinceramente, habría querido explicárselas incluso al
jefazo antes que a su amigo. Si lo que había pasado con JiMin llegaba a los
oídos del mayor, BamBam se podría dar por muerto directamente porque todo lo
que concernía a JiMin le concernía también a Jackson y si ese algo era malo,
Jackson se encargaba de arrancar de raíz aquello.
—Me
refiero a cuando ha estado aquí JiMin —respondió el mayor y BamBam sintió cómo
si una estaca se hubiera clavado en su corazón y alguien se la estuviera
retorciendo ferozmente para dejárselo hecho trizas—. No os habéis acercado,
pero te has pasado todo el rato mirándola como si quisieras decirle algo.
Maldito
Jackson y su sexto sentido en todo lo que se refería a JiMin. Qué era lo que
podía decirle que fuera completamente creíble y que hiciera que Jackson dejara
de hacerle preguntas, por lo menos hasta que aquello se solucionara o pudiera
inventar una mejor excusa.
—JiMin
y yo hemos tenido una pelea tonta —dijo finalmente. No era mentira, pero
tampoco era verdad, quizás por eso pudiera escaparse de momento—. En un par de
días volveremos a estar como siempre, pero por ahora me siento un poco raro
acercándome a ella.
Los
ojos de Jackson escrutaron durante algunos instantes su expresión, quizás
buscando la mentira en ella, pero después de unos momentos de no encontrar nada
esbozó una pequeña sonrisa. Parecía habérselo tragado por completo.
—JiMin
también estaba un poco rara hoy —murmuró—. Espero que podáis solucionarlo
pronto porque si no tendré que interceder yo —le dio una palmada fuerte en el
hombro que dejó a BamBam sin respiración—. Y sabes que me pondré de parte de
ella.
BamBam
le sonrió y asintió para dejar al mayor tranquilo y para tratar de tranquilizarse
él mismo y no flaquear en aquel preciso momento. Jackson pareció creérselo todo
y se fue de su lado, dirigiéndose a molestar un poco a JinYoung. El menor no pudo
hacer otra cosa más que exhalar todo el aire que había estado conteniendo
mientras pensaba en qué pasaría si aquella situación con JiMin nunca se
resolvía.
El
chico observó su reflejo en el espejo de la sala de ensayo y vio la expresión
de su rostro. No sería nada raro que con aquella cara todos y cada uno de sus
compañeros se acercara a él para intentar sonsacarle qué era lo que le sucedía,
pero BamBam no iba a hablar de aquello con nadie más que con YuGyeom. Lo buscó
a través del espejo, hallándolo sentado tranquilamente en una esquina
observando fijamente la pantalla de su teléfono móvil y con los auriculares
puestos, seguramente viendo la serie del momento y a la que estaba más
enganchado que a cualquier otra serie que hubiera visto antes: Descendants of the Sun.
BamBam
quería hablar con él, quería exponerle todos sus sentimientos, pero quizás lo
mejor para él era simplemente dejarse caer al lado de su mejor amigo y
distraerse un poco del culebrón de su vida, metiéndose de lleno en un culebrón
de ficción.
El
chico se dirigió hasta donde se encontraba el menor y se sentó a su lado. A
pesar de que YuGyeom estaba metido de lleno en lo que estaba viendo no tardó ni
un segundo en tenderle uno de sus auriculares y BamBam se lo puso en la oreja
viendo al capitán Yoo ShiYin frustrado por el secuestro de la doctora Kang
MoYeon decir con determinación que iba a matar con sus propias manos a Argus,
el malo de la serie. BamBam se dejó envolver por la tensión especial de aquel
momento para olvidarse por completo de su vida personal, de JiMin y de que
Jackson quisiera matarlo de la misma manera que quería hacerlo en la ficción
aquel capitán.
—Sabes
que si necesitas algo… —murmuró YuGyeom una vez aquella escena se terminó—. Voy
a estar aquí siempre a tu lado.
—Lo
sé…
♬♬♬
A JiMin le sonó la alarma aquella mañana y la
chica se giró en la cama, desembarazándose de las sábanas con varias patadas,
buscando a tientas su teléfono móvil. Lo había dejado la noche anterior a su
alcance, pero tras unos manotazos al colchón se dio cuenta de que si quería
encontrarlo lo que debía hacer era abrir sus ojos para poder hallarlo. Una vez
los abrió, se dio cuenta de que el aparato estaba en el lado contrario al que
estaba buscando y se llamó internamente tonta antes de cogerlo en sus manos y
apagar la alarma.
La chica se quedó unos momentos en la misma
posición en la que se encontraba, mirando fijamente al techo blanco de su
habitación. Había pasado una noche muy mala y apenas había dormido, pensando en
todo lo que había sucedido la tarde anterior. Nunca antes había pensado tanto
en otra persona de aquella forma casi rallando la obsesión, nunca antes no había
podido dejar de pensar en BamBam.
Los dos eran amigos desde hacía muchísimo
tiempo, casi desde el momento en el que JiMin entró en la empresa. Ambos eran
de la misma edad y tenían personalidades parecidas, así que congeniaron de una
manera increíble desde el primer momento y desde entonces solo se habían tenido
que separar cuando GOT7 tenía horarios demasiado lejos, donde ella no podía
seguirlos porque su grupo no era ni de lejos igual de famoso. Nunca antes se
habían peleado y siempre habían estado el uno para el otro, BamBam siempre
había sido la primera persona en enterarse de sus problemas y, aunque no le
soliera ofrecer consejos válidos —para eso tenía que
contar con YeRin, que era una de las personas más maduras que conocía— al menos
la calmaba haberle podido contar lo que la tenía mal.
Ahora…
ahora BamBam era el causante de todos sus dolores de cabeza y no sabía cómo
detener aquello.
—BamBam…
—murmuró en el silencio de la habitación, cerrando sus ojos con fuerza.
Nunca
antes de la noche en la que se habían acostado había pensado en él de una forma
que se pudiera considerar impura. BamBam era casi como un hermano para ella,
como Jackson, de quien muchas de sus amigas estaban enamoradas y al que ella
simplemente veía como el hermano mayor que la protegía de todo lo malo que le
pudiera pasar. Su otro amigo era también era así para ella… o eso creía.
No
quería pensar en la noche en la que todo se había truncado porque le hacía
recordar sensaciones que no deseaba recordar, pero para poder aclarar su mente,
debía pensar en ella. No podía rememorar mucho porque todo había sido demasiado
rápido y ella había estado bastante ida durante todo el tiempo, confusa por lo
que estaba sucediendo y, en una pequeña parte curiosa y feliz. JiMin no
entendía aquella última parte de sus pensamientos a pesar de que quería
entenderla.
Si
se había sentido curiosa por saber cómo era acostarse con BamBam… ¿era por qué
en alguna ocasión había pensado en él como un hombre?
En
algún momento en los últimos meses, su amigo había crecido en todos los
sentidos. Había dado un pequeño estirón, aunque todavía seguía siendo bajito
para lo que era normal en un chico; su mente había madurado en algunos aspectos
y su cuerpo también se había vuelto mucho más maduro.
—¡Argh!
—JiMin se llevó las manos a la cabeza y se revolvió el pelo, frustrada.
De
repente, en su cabeza a pareció la imagen de BamBam desnudo inclinándose sobre
ella, con una expresión de seducción en su rostro justo antes de besarle el
cuello.
La
chica se levantó rápidamente de la cama, pegándole patadas a todo lo que
encontró por el suelo y queriendo asesinar a su maldita mente por hacerle
aquello y confundirla. Ella no quería nada de BamBam. No quería nada más que
ser su amiga, no quería que él fuera algo más, no quería acostarse otra vez con
él. Una vez había sido suficiente para hacer tambalear los cimientos de su
amistad y JiMin sabía que si ocurría de nuevo, ésta sería incapaz de sobrevivir
y ella no quería perderlo como amigo… pero si seguían de aquella forma, se iban
a ir distanciando más y más hasta que la ruptura fuera totalmente inevitable.
Como
remedio para dejar de pensar en todo aquello, JiMin comenzó a ordenar su
habitación, clasificando las cosas y guardándolas todas en los lugares en los
que debían estar. De esa forma, mantuvo su mente ocupada durante al menos una
hora, pero cuando acabó, todo se le vino encima de nuevo y no pudo evitar
gritar de nuevo.
—¡Park
JiMin eres imbécil!
Unos
segundos después de su grito, la chica escuchó algunos pasos dirigiéndose hacia
su habitación y se dio cuenta de que no estaba sola, tal y como había creído.
Los golpes en su puerta y ésta abriéndose momentos después se lo confirmaron
totalmente. YeRin asomó la cabeza por el hueco que acababa de abrir y la miró
con una expresión preocupada en su rostro que decía exactamente “¿qué cojones
te pasa, JiMin?”
—No
me hagas caso —murmuró—. No escuches nada de lo que pueda gritar en esta
habitación.
—¿Cómo
no voy a escucharlo si estamos pared con pared —le replicó ella, entrando en la
habitación y acercándose hasta donde se encontraba—. ¿Qué te pasa? —JiMin negó
con la cabeza, queriendo darle a entender que no le sucedía nada, pero su amiga
y compañera de grupo sabía que eso no era para nada cierto—. ¿Es por lo que
pasó con BamBam?
—Touché —murmuró ella.
—¿Pero
no habíais hablado y lo habíais solucionado? —cuestionó.
JiMin
solo pudo negar con la cabeza a aquella cuestión. Habían hablado, sí. Habían
dicho que todo podía volver a ser como antes, sí. Pero no era de aquella forma.
—Sí
y no —contestó—. Nos vimos ayer por casualidad y ni siquiera nos saludamos.
—Oh…
vaya —YeRin le pasó un brazo por los hombros y la acercó a ella—. Entonces…
¿qué es lo que va a pasar entre vosotros?
—No
lo sé… —murmuró—. No lo sé y por eso estoy tan frustrada.
YeRin
le abrió sus brazos y ella no tardó en meterse entre ellos y abrazarse
fuertemente a su amiga. Necesitaba consuelo y ella era la única que podía
proporcionárselo en aquellos momentos, así que se dejó mi mar un poco. Sentía
las manos de la chica acariciando su cabeza y su espalda una y otra vez,
intentando relajarla y el cuerpo de JiMin comenzó a destensarse lentamente.
—¿Qué
es lo que piensas sobre BamBam? —le preguntó la mayor cuando eso ocurrió.
—Es
un buen chico… aunque idiota —susurró JiMin—. Un buen amigo.
—No
sobre eso —replicó YeRin. Se separó un poco de su cuerpo para mirarla a los
ojos—. ¿Qué piensas de BamBam como hombre?
—No
sé qué quieres decir —contestó, desviando su mirada hacia la pared de la
habitación, un lugar mucho más interesante que mirar que cualquier otro.
—No
me seas estúpida, JiMin —le dijo—. Mírame y dime qué es lo que piensas de él
exactamente porque si no, no podré ayudarte con esto.
Otra
imagen mental de BamBam desnudo sobre ella, esta vez internándose lentamente en
ella mientras en su rostro se reflejaba una gran concentración apareció
salvajemente sin que la pudiera detener y JiMin sintió cómo enrojecía de los
pies a la cabeza. ¿Por qué le pasaba aquello?
—Yo…
—susurró—. No lo sé…
—Por
el color de tu cara sé que estás pensando cosas pervertidas, Park JiMin —dijo
YeRin, dando en el clavo—. Y estoy un 100% segura de que el protagonista de
esos pensamientos es BamBam.
—¡No
sé por qué aparecen! —confesó, frustrada—. No sé por qué BamBam viene a mi
mente de esa forma y no sé qué hacer para detenerlo.
—Quizás
es porque después de haberte acostado con él ya no lo ves más como a un amigo —comentó
la mayor—. Quizás has empezado a desechar aquella anterior faceta de él y ahora
lo ves realmente como un hombre con el que no te importaría estar.
—Eso
es… ridículo—murmuró. ¿Cómo podía ser eso posible? YeRin se tenía que haber
dado un golpe bien grande en la cabeza para estar diciendo cosas como aquellas—.
BamBam es solo mi amigo…
—No
te obceques —la mayor le dio un pequeño golpe en la cabeza—. No te cierres a
ninguna posibilidad, por favor, y piensa qué es lo que quieres de él
exactamente. Solo así podrás solucionar esto.
—Pero…
—Te
dejo sola para que pienses en eso, ¿vale? Tengo que ir a la empresa —se
despidió de ella y se fue de la habitación antes de que le pudiera replicar,
dejándola demasiado confusa y con ganas de matar a BamBam por haber hecho que
su cabeza se volviera un completo caos.
¿De
verdad veía a BamBam como a un hombre? ¿De verdad se sentía de aquella forma
con respecto al que había sido su mejor amigo tanto tiempo?
♬♬♬
Los chicos de GOT7 habían llegado temprano el
domingo a la grabación del Inkigayo porque, a pesar de que no tenían ningún
horario más en el día aparte de aquel programa de música, el grupo había sido
convocado para hacer su rehearsal de
los primeros y habían tenido que madrugar bastante para poder estar allí a
tiempo; algunos, como BamBam, que se había pasado la noche en vela dándole
vueltas a los acontecimientos que se habían ido sucediendo uno tras otro en la
que hasta hacía solo unos días era su escasa vida amorosa, y otros como
YoungJae, que se había pasado la noche en el salón jugando al LOL sin parar y
gritando en un inglés macarrónico que necesitaba refuerzos una y otra vez.
El menor de los dos que no habían pegado ojo se
sentía fatal, su cuerpo se movía como si fuera el de un muerto viviente, y no
se debía solo al no haber dormido nada, BamBam estaba acostumbrado a no dormir
durante días a veces. Su cansancio exacerbado se debía a lo que le estaba
sucediendo con JiMin y a las vueltas que le daba una y otra vez al tema. Todo
habría sido mucho más fácil para él si no se hubiera presentado en el
apartamento de la chica aquella noche, de esa forma, no se habrían podido
acostar juntos y habrían seguido siendo amigos sin que nada se interpusiera en
su camino.
El chico se dejó caer sobre el sofá de la sala
de espera y cerró sus ojos, queriendo descansar un poco, pero en su mente
apareció el rostro de la chica en la que no dejaba de pensar. Generalmente,
cuando se acordaba de JiMin, siempre la veía sonriente y encantadora, pero
ahora solo la podía ver con su cabeza gacha y sus ojos tristes. BamBam sentía
muchos remordimientos porque sabía perfectamente que el humor de la chica había
cambiado drásticamente debido a su acción y también sabía que eso no estaba
para nada bien y que tenía que hacer algo para solucionar aquella situación.
Sin embargo, cuando había intentado arreglarla la primera vez, el tiro le había
salido por la culata porque los dos seguían estando mal con el otro y nada le
aseguraba que si lo intentaba de nuevo la cosa fuera a salir mejor, quizás,
incluso saliera peor y dejaran de hablarse de forma definitiva, algo que él no
quería para nada porque JiMin era una persona muy importante para él, una de
las personas más importantes en su vida.
Para BamBam, lo primero siempre había sido su
familia y solo habían estado en el principio de la lista su madre y sus
hermanos, pero después, a aquella lista, se habían agregado los miembros de su
grupo y JiMin… y probablemente, JiMin fuera para él más importante que los
chicos. Abrió sus ojos repentinamente por el pensamiento que acababa de cruzar
su cabeza. ¿Realmente JiMin era tan importante para él? Y si eso era así… ¿a
qué se debía aquello?
BamBam se llevó las manos a la cabeza y se
revolvió el pelo, destrozando en el proceso el trabajo que previamente había
realizado una de las noonas sin
pretenderlo. El chico lo único que quería era dejar aparcado aquel tema y poder
concentrarse en lo que le tocaba, que era salir al escenario en breves momentos
y hacerlo bien para no retrasar las horas de los ensayos de los demás grupos
que se presentarían ese día en el programa. Sin embargo, nada le salía como
quería y eso lo tenía demasiado frustrado.
El chico notó cómo una mano se posaba en su
cabeza y peinaba levemente el desastre que se había hecho hacía tan solo unos
momentos. El chico alzó la mirada para encontrarse con los ojos oscuros de
JinYoung, observándolo preocupado. BamBam sabía que era cuestión de tiempo que
el mayor acabara acudiendo a él para intentar averiguar qué era lo que le pasaba
y por qué estaba de aquella manera, pero había tenido la vaga esperanza de que
pasaría un poco de más tiempo antes de que se acercara a él con esas
intenciones. Había sido un iluso.
—¿Qué
es lo que te pasa últimamente? —le preguntó, su mano seguía acariciando su
cabello, como si de aquella forma buscara relajarlo un poco para que le hablara
de todo y le contara con confianza lo que le rondaba la cabeza—. Llevas días
que no estás a lo que estás, te distraes demasiado y te pasas las horas muertas
mirando un punto fijo mientras pones cara de estreñido.
—No
me pasa nada —mintió lo mejor que pudo, pero por la expresión en el rostro del
mayor, supo perfectamente que no se había tragado aquella mentira.
Probablemente, si había acudido tan pronto a él para saber qué era lo que lo
atormentaba, era porque ya tenía conocimiento de algo.
—No
me mientas, BamBam —replicó—. Jackson me ha contado que tuviste una pelea con
JiMin el otro día y que no os habláis.
Bingo.
Jackson no podía mantener la boca cerrada ni un segundo, menos si se trataba de
JinYoung. Por su culpa, tendría que contarle de una forma concisa y creíble la
misma mentira que le había dicho al otro porque no quería que nadie más aparte
de YuGyeom tuviera conocimiento de lo que había pasado entre JiMin y él.
—Está
bien, está bien —murmuró—. Sí. Estamos peleados, pero tampoco es demasiado
grave… supongo que lo arreglaremos la próxima vez que nos veamos.
—Si
fuera algo sin importancia no te estarías comiendo la cabeza de la forma en la
que lo estás haciendo —apuntó el mayor, dejándolo sin argumentos en un
instante. BamBam cogió aire para continuar hablando.
—No
es importante… solo es un asunto delicado… —dijo con cautela.
No
podía decir más, pero tampoco menos y esperaba que el otro lo entendiera y no
le preguntara más sobre aquello porque él tenía que seguir pensando en la
importancia de JiMin en su vida. Eso era algo que tenía que dilucidar antes de
tomar una decisión sobre lo que hacer con aquel tema.
—¿Y
se puede saber ese asunto delicado? —preguntó JinYoung. BamBam negó
inmediatamente con la cabeza.
—Es
un tema privado de JiMin.
—Oh…
—el mayor apretó los labios en una fina línea y dejó de acariciar su pelo—,
entonces supongo que tendrás que solucionarlo tú solo… pero si quieres ayuda,
sabes que estoy aquí para todo lo que necesites, ¿verdad?
—Lo
sé, hyung, no te preocupes —dijo,
intentando tranquilizarlo.
—Arréglalo
pronto, ¿vale? No me gusta verte así.
—Lo
intentaré. Te lo prometo.
BamBam
quería arreglarlo lo más pronto posible, pero no sabía si realmente iba a poder
hacerlo tan rápido, aquello era un asunto muy delicado, tal y como le había
dicho a JinYoung. Éste esbozó una pequeña sonrisa antes de finalmente alejarse
de su lado y dejarlo solo de nuevo con sus pensamientos. Últimamente, el chico
estaba más a solas con sus pensamientos que haciendo cualquier otra cosa y eso
lo asustaba un poco porque el hecho de que no parara de pensar en JiMin y en lo
que había pasado entre ellos significaba que la chica le importaba demasiado.
Sin
tan solo no hubiera sido tan gilipollas de haberse presentado en su casa aquel
día, nada de aquello habría pasado. Si tan solo no hubiera estado tan caliente
ese día, si tan solo no hubiera sido tan estúpido de querer mostrarle a JiMin
lo mucho que se había equivocado con el tamaño de su pene en el programa… si
tan solo no tuviera aquel inútil orgullo masculino sobre ese asunto, nada
habría pasado. JiMin seguiría siendo su amiga, JiMin seguiría mandándole
mensajes de ánimo y contándole chistes estúpidos cuando se llamaran… JiMin
seguiría a su lado si aquella noche en común no hubiera existido jamás.
BamBam
sabía que no quería perderla, pero seguir como amigos no funcionaría para ellos
después de lo que había pasado. Sin embargo, tampoco es que tuviera demasiadas
opciones para solucionar aquel maldito problema… solo tenía dos. En una de
ellas, la perdería para siempre seguro y en la otra tenía altas posibilidades
de perderla, además de llevarse una paliza de su parte y de la de Jackson.
YoungJae
le tocó el hombro, indicándole que ya tenían que salir al escenario para grabar
y BamBam no tuvo más remedio que aparcar sus pensamientos durante unos minutos.
Se recolocó bien la ropa que llevaba, porque la camiseta ancha clara que
llevaba sobre el jersey de cuello vuelto gris se le movía y descolocaba, y
después se dispuso a seguir a sus compañeros de grupo por los pasillos de la
estación de televisión hasta llegar al lugar en el que se encontraba el
escenario. Red Velvet, el grupo que estaba ensayando antes que ellos, salió del
escenario y los miembros de GOT7 se posicionaron en él para bailar Fly un par
de veces. Al terminar, BamBam se sentía el doble de cansado y se fue medio
arrastrando dignamente hasta la sala de espera, lugar en el que tendrían que
estar hasta que, dentro de varias horas tuvieran que salir de nuevo al
escenario, esta vez que los presentadores anunciaran quién era el ganador. Generalmente,
cuando estaban nominados, el chico siempre estaba emocionado, pero en aquellos
momentos no podía pensar en ello.
¿Y
si podía solucionar las cosas con JiMin intentando salir con ella? Aquella idea
le estaba rondando la cabeza desde antes de ir al escenario y no la había
abandonado en todo aquel tiempo. Era algo muy arriesgado, porque no solo
estaban en juego sus sentimientos, sino que también entraba en la ecuación que
los dos eran idols y que tenían fans
que podían sentirse heridos por aquello si se enteraban. También tendrían que
tener mucho cuidado con sus encuentros y con los papparazzi que los pudieran seguir y hacerles fotos.
Verdaderamente
era una locura… pero BamBam cada vez estaba más convencido con ella. JiMin
siempre le había parecido atractiva y cada vez se lo parecía más, pero desde el
día en el que se habían acostado, sentía que la chica era el ser más hermoso
que había pisado la Tierra. Quizás la locura fuera la solución, quizás si ella
sentía un mínimo de aprecio por él se aventuraría a intentarlo, quizás después
de intentarlo y que no funcionara volverían gradualmente a ser amigos y se
acabaría el problema… o quizás, después de todo, funcionara…
Su
corazón se saltó un latido y el chico no estuvo seguro de su fue por aquel
último pensamiento o porque su teléfono móvil vibró a su lado y se sobresaltó. Todavía
con un latido irregular, BamBam tomó el aparato entre sus dedos y desbloqueó la
pantalla, encontrándose con un mensaje de JiMin al hacerlo. Inspiró hondo un
par de veces antes de pulsar sobre él, inseguro y cuando lo hizo sintió cómo el
mundo se le caía encima, pero no pudo dilucidar si fue por la angustia o por la
felicidad.
Me gustaría que quedáramos en persona
para hablar sobre nosotros, ¿cuándo tienes un poco de tiempo libre?
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