-Nos han invitado a una fiesta.
-No tengo ganas de ir.
-Vamos, Zelo, desde
que hicimos la sesión fotográfica, estás decaído y sin ganas de nada ¿es por aquella chica? –Moon era insistente con él, tanto que no dejaba de
decirle de hacer cosas para no seguir viéndolo allí tirado, moribundo, sin
hacer nada productivo.
-Eres un preguntón, Moon, ¿a qué clase de fiesta me quieres
llevar?
-Es una invitación al grupo entero, la cual debemos aceptar
según el manager porque es una fiesta muy importante a la que irá gente que si
podemos llegar a conocer, mejor.
-Pero…
-Toma Zelo –Himchan apareció, lanzándole al menor de todos,
un traje de chaqueta.- Será tu vestimenta
para la fiesta.
-¿Un traje? ¿En serio?
-Zelo miró amenazadoramente a Moon. Aquella información se la había
guardado.
-Sí, así irás elegante –Himchan se dio cuenta de la
situación y mientras reía de manera divertida, se marchó de allí.
Moon se encogió de hombros, esquivando un cojín proyectil
que venía por parte de Zelo. Parecía que había conseguido convencerlo para que
saliera por fin de la casa.
El chico, resignado, sin otra opción que salir a la fiesta,
se levantó de su cama, caminando directo, tras coger una toalla, al baño, para
darse una ducha, con el fin de despejarse un poco.
El agua caía sobre sus hombros con fuerza, realmente eso le
relajaba, le gustaba darse un baño. Era su momento de intimidad y tranquilidad.
Tan ensimismado estaba en sus pensamientos, que se asustó cuando Daehyun
aporreó la puerta del baño con fuerza.
-¡Zelo! ¡Sal ya! Que llevas un buen rato y estamos más para ducharnos ¡Que nos vas a dejar sin
agua caliente!
-Ya voy, ya voy, mira que sois pesados –Sabía que sus
palabras no iban en serio. No era más que una broma más de los chicos del
grupo.
Ya fuera y con su toalla alrededor de la cintura, salió
fuera, viendo a Daehyun medio desnudo, con la toalla igual que él. Al darse
cuenta de eso, le dio un tirón a su toalla, dejándolo desnudo en mitad del
pasillo.
-¡Zelo! ¡Para que habrás salido de tu cuarto!
Zelo lanzó la toalla hasta él, riendo divertido al verlo
desnudo, allí parado, protestando. No había perdido su punto de gracia, y eso
le gustaba más que el baño.
No tardó mucho en colocarse el traje y una pajarita. Era
totalmente oscuro, y la camisa, demasiado blanca. Le daba que era nuevo, ya que
brillaba un poco y la tela olía a tienda de ropa. Pues sí que tenía que ser
importante aquella fiesta, aunque él ya había empezado a planear que pasaría la
noche en un lado tal vez tomando algún aperitivo o bebiendo alguna bebida. No
le interesaba mucho eso de tener que ir a darle la razón a cualquiera aunque no
pensase lo mismo. No, eso sí que no, mucho era que iba a ir con un traje de
etiqueta.
-¿Estás listo? Nos está esperando ya nuestro transporte
–Yongguk apareció tras él, sonriendo cuando vio que se había colocado la pajarita
mal. Se la colocaba bien, mientras seguía hablándole.- Ya sé que no te apetece
salir mucho, pero tal vez te ayude a despejarte y a darte cuenta que tienes que
seguir adelante. La chica era muy bonita, pero no sabrás cuando la volverás a
ver.
-Yo quiero volver a verla –Zelo, sin ganas, le respondió,
una vez que ya estaba listo para salir.
-Puede que la veas antes de lo que te esperas.
-Dudo que la vuelva a ver otra vez.
Ambos chicos, salieron de la habitación, acabando fuera del
edificio para entrar en el vehículo que había sido contratado para aquella
noche. Zelo no entendía mucho respecto fiestas, pero todos lucían trajes
nuevos, el vehículo era muy lujoso y todo tipo de detalles… ¿tan importante era
la fiesta a la que iban?
Por lo que iba sabiendo durante el trayecto, no todos ellos
sabían a donde iban, solo el manager sabía de quien era la fiesta y todos los
detalles, pero apenas les había dicho mucho. Solo que debían ir, comportarse,
hablar con los invitados y parecer chicos refinados. Con aquello último,
empezaron a reírse todos. No es que fueran unos maleducados, pero tan poco tenían modales refinados, les resultaba
aburrido y les gustaba hacer bromas entre ellos.
Cuando su transporte se detuvo, todos se acercaron a las
ventanillas, buscando averiguar donde se encontraban. Pero solo veían un amplio
edificio ante ellos.
-Bueno, vamos a ir entrando ¿qué os parece? –el manager
parecía incluso más ansioso que ellos por entrar ya. Los guio a través de un
amplio hall, donde personas bien vestidas y lujosas, discutían sobre algún tema
simple y cotidiano. Al pasar los chicos, los miraban curiosos, a pesar de que
ellos se sentían bastantes incomodos.
Sentirse observados no era una bonita sensación, y mucho
menos si parecía que los desnudasen con la mirada. Estaban intimidados.
-Espero mucho que disfrutéis.
Fue la voz del manager y el sonido de una gran puerta
abrirse, lo que llamó su atención. Al mirar
por la puerta, vieron que se encontraban ante un amplio salón bastante
grande, concurrido por una gran cantidad de personas. Allí todo era lujoso y
brillaba con tonos dorados y platas. Una sinuosa música de fondo, llenaba el
ambiente, junto con las suaves voces de la gente, que hablaba entre sí.
-¿Dónde nos habéis traído?
-Preguntó Zelo, sin concebir que los habían llevado a una fiesta de gente rica.
-Parece sacado de una película –Murmuró Himchan, quien no
podía apartar la mirada de la expectante
lámpara de araña que adornaba el techo.
-Al lado de estas personas, parecemos paletos –Youngjae se arreglaba
bien su traje cuando una joven chica, pasó
cerca suya, observándolo atentamente.
-Y aquella mesa llena de exquisitos platos… No sé vosotros,
pero yo me voy a poner las pilas –Moon fue directo, sin pensarse mucho más el
quedarse allí. Sin esperar a sus compañeros, atravesó la sala, hasta una amplia
mesa en el interior de la sala, con miles de diferentes platos y una decoración
tan extraña, que llamó la atención de Zelo, quien fue tras Moon, a ver qué
clase de comida podía catar.
Al llegar y ver todos aquellos manjares, no pudo resistirse
a probar un poco de todo lo que tenía más cerca ¿de quién era aquella fiesta?
¿Y cuál era el motivo de que ellos estuvieran invitados? Bueno, eso ahora mismo
no importaba, estaba disfrutando de la comida.
-Veo que te estás deleitando con la comida.
-Oh, sí. Está deliciosa –Respondió Zelo a quien le hubiese
preguntado mientras comía, porque ni sabía quién era, ni se había molestado en
saberlo. Seguía comiendo como el goloso que era, pero una fina y alegre risa le
hizo levantar la cabeza. Se ele cayó el alma a los pies cuando descubrió que
aquella voz procedía a la misma chica que había en el estudio de fotos. Pero estaba
completamente diferente. Vestía un ajustado y corto vestido negro que se ceñía
bien a su figura, unos tacones negros también, que le realzaban la figura, y el
pelo recogido en una cola de caballo, dejando su hermoso cuello a la vista de
todos. Seguro que la cara de idiota que tenía en ese momento, era todo un
monumento.
-Espero no haberte interrumpido. Sigue comiendo –La chica se
apuró al ver que la miraba con la boca abierta y los ojos con una expresión de
sorpresa.
-Oh, no, no, no. Está todo bien –Zelo dejó toda la comida en
su sitio, poniéndose recto, como un señorito. Quería parecer refinado ante
ella, pero sobre todo, educado y
respetuoso. Y con aquella compostura tan glotona no iba por buen camino.-
Bueno, bonita fiesta ¿eh?
-¿Te gusta? Ha costado mucho, varios días para preparar el
menú y la estancia. –La chica, con una sonrisa en el rostro, podía percibir el nerviosismo
que había ocupado el cuerpo de Zelo. Le parecía tan adorable, sobre todo, el
ver como sus mejillas estaban sutilmente sonrojadas.
-¿Tanto? –Zelo estaba asombrado. No por lo que le estaba costando de
la fiesta, si no por lo hermosa que se veía ese día, aunque la prefiriese con
una sudadera y unos pantalones anchos. Pero por ese mismo motivo, tenía que
disimular algo.
-Sí, a mi padre le ha costado mucho dinero crearla.
-Espera ¿a tu padre? ¿Esta fiesta es de tu padre?
-Sí, claro ¿no lo sabías? Mi señor padre se lo dijo a
vuestro manager, que estabais invitados. Y que eráis los invitados de honor,
por el reportaje de fotos.
Ahora sí que estaba perdido Zelo. El manager no les había
dicho nada, por eso tanto secreto y tanto conformismo. Sabía que si se lo hubiera comentado a todos
los chicos, se negaría a asistir, e incluso él lo hubiera hecho, pero si
supiese que la vería a ella, hubiese sido el primero en estar allí.
-No sabía nada, vaya… Es bueno saberlo.
-No pasa nada, así he podido volver a ver tu sonrisa –Y con
esas últimas palabras, la chica de alejó de allí, dejando al pequeño Zelo con
una boba sonrisa dibujada en su rostro. ¿En serio que le había dicho eso? Estaba
como en una nube, en el séptimo cielo, y no quería bajar de ahí, estaba
demasiado bien.
Nunca imaginó que a esa chica le gustase su sonrisa, y mucho
menos que se lo dijera. Era tan bonita… su figura destacaba de entre todas esas
personas que allí se encontraban. Brillaba con propia luz y su hermosura era lo
suficientemente notable como para hacer que el mismo Zelo, no tuviese los pies
en la tierra.
-Tierra llamando a Zelo ¿me recibe? Tierra llamando a Zelo.
La comandancia exige su regreso de inmediato.
-¡Ah! ¡Moon! ¡Me asustaste.
-¿En qué nube estabas? ¿En la de las golosinas? ¿En la de la
comida? ¿O en la de esa chica tan guapa que me recuerda a la hija del fotógrafo?
-Es la hija del fotógrafo.
-¿En serio? –Moon acaba de entrar en el mismo shock que
Zelo. Le pareció guapa la otra vez que la vio, pero verla tan bien vestido le
había impresionado.
-¿Por qué me asustaste, idiota? –Zelo, le dio un golpe en
uno de sus brazos, pero sin mucha fuerza, como signo de protesta por haberlo
hecho bajar de su nube.
-¿Pero que hace aquí? –Moon lo ignoró completamente, estaba
más pendiente de lo acontecido hace un momento.
-Resulta que esta fiesta la ha hecho su padre, el fotógrafo,
con honor a nosotros.
-¿A nosotros? ¿Y por qué el manager no nos dijo nada? ¡Esto
es todo un acontecimiento! Piénsalo, nosotros, B.A.P como invitados de honor a
una fiesta preparada para ello, encima lujosa. Seremos los mejores, las fans
nos saldrán hasta debajo de las piedras.
-Tú siempre pensando en lo mismo, no vayas a cambiar.
-¡Oh, vaya, Dios mío! ¡Eres Zelo!
Una voz chillona, les llamó la atención. Procedía tras de
ellos, y al girarse, una chica, con el cabello rubio, bajita, muy
maquillada y pomposa, se lanzó a los
brazos de Zelo, quien no entendía nada de aquello.
Pero si no entendía nada en ese momento, tras lo que sucedió
en ese instante, mucho menos. La chica rubia, no titubeó ni un segundo, y se
lanzó a besar los labios del chico. Sí, le estaba besando bajo la atenta mirada
de muchos de los allí presentes. Zelo intentaba separarla, pero ella se había
enganchado a él como una lapa, y no se despegaba.
Lo que terminó por hacer reaccionar a Zelo, fue los flashes
de algunas cámaras, que le cegaron ¿Le estaban fotografiando en esa situación?
¿No se supone que en fiestas así los paparazzi no estaban invitados?
Moon lo estaba ayudando a separar a la chica, pero cuando lo
consiguió, esta gritaba con desesperación y entusiasmo, terminando por llamar
la atención de todos, si no lo había conseguido antes.
-¡Zelo! ¡Yo te amo! ¡Nuestro amor nadie conseguirá
destruirlo!
Con ayuda de algunos de sus compañeros, Moon logró separarla
totalmente de Zelo, llevándosela lo más lejos posible de él.
El manager se acercó hasta Zelo, que estaba en completo
shock. No porque le hubiera besado una extraña, en una fiesta, llena de gente
importante, que le hubieran echado fotos y la vergüenza que le inundaba. Lo estaba
por miedo a que Yundae lo hubiese visto y ya no quisiese acercarse a él. Ni si
quiera para decirle que tenía una hermosa sonrisa.
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