ÁLBUM DE FOTOS: Es ella

   Título: Es ella

   Pareja: SeYoung (Serri + Ayoung) [Dal Shabet]

   Tipo: Yuri

   Géneros: Gosht!AU

   Clasificación: G/PG

   Descripción: Ayoung vive la experiencia más extraña de su vida, algo que nunca imaginó.

   Advertencias: Temas de fantasmas y esas cosillas.

   Notas: Otro nuevo pedido de ''Álbum de fotos'' que os dejamos. La pidieron hace unos días y por fin os lo dejo. Disfruté muchísimo haciéndolo. Tampoco sé como se llamaba exactamente la pareja, si la he puesto más, decidmelo por comentario y la cambio ¿vale? ¡Espero que os guste a todos!

   Ese día decidí cambiar el camino de vuelta a casa. Habían restaurado una zona muy antigua de la ciudad donde se podía pasear, y en cierto modo, era más corto ir por allí.

   Y más ahora, a mediados de octubre, que todo el suelo estaba bañado por hojas rojizas y amarillentas de los árboles. Era un detalle que lo hacía todo más bonito. Añadiendo que yo adoraba el otoño. Era propiamente dicho mi estación favorita.

   Caminaba ensimismada por el paisaje que me rodeaba. Era maravilloso. E incluso encontré algo peculiar que no volvería a olvidar jamas en mi vida.

   En un banco muy viejo rodeado de hojas, había una chica que lloraba. Vestía ropas de otra década y parecía completamente ajena a todo lo que sucedía a su alrededor. Me sentí mal al verla tan triste y quise por un momento acercarme hasta ella para consolarla, pero no era de mi incumbencia y con el corazón encogido pasé de largo, por mi camino.

   Al llegar a casa, me sentía un poco mal por esa chica. Pero si lo pensaba mejor, mañana sería otro día y tal vez estuviera mejor. Pero las cosas no fueron así.

   Al día siguiente, de vuelta a casa, de nuevo encontró a la chica en el banco, llorando y con las mismas ropas ¿acaso había pasado todo el día allí? Eso era imposible.

   Se me hizo un nuevo en la garganta cuando volví a pasar ante ella pero ignorándola. De verdad que quería ayudarla, pero parte de la razón me decía que no podía meterme en problemas ajenas.

   En el nuevo día, volviendo otra vez casa, la volvía a ver. Seguía en el mismo sitio, con la misma ropa y llorando de manera desconsolada. Me asusté. No era normal que alguien estuviera allí tanto tiempo sin que nadie hiciese nada.

   Mi error fue cuando me detuve ante ella, observándola, buscando que podría hacer una pobre chica como ella. Levantó la mirada y me miró a los ojos directamente.

   Sus ojos eran negros como el carbón y estaban hinchados de tanto llorar. Me dedicó una sonrisa muy tímida que me atravesó el alma. Un sentimiento de terror se apoderó de mi. Era muy hermosa, pero a la misma vez aterradora.

   Sus ojos brillaban de una forma sobrenatural, y como ladeaba la cabeza al verme la inquietaba. No debí haberme detenido. Cuando quise marcharme, ni mis pies reaccionaban.

   Pero acabé haciéndolo. Y en cuanto estaba fuera de alcance de la vista de la chica, comencé a correr hasta llegar a mi casa asustada. Cerré puertas y ventanas y me metí acongojada en la cama.

   Un escalofrío me recorrió entera cuando su mirada se posó en mi. Ahora que lo pensaba, nadie más la miraba cuando yo pasaba ¿es que solo yo la veía?

   Todo ese tema me estaba poniendo muy nerviosa.

   Al día siguiente, en el trabajo, mi compañera se acercó hasta a mi, con una sonrisa de oreja a oreja.

   -Ayoung, mira, en la prensa han hablado sobre el nuevo parque que hay cerca. es muy curioso.

   Me tendió su tableta, donde estaba abierta la página de un periódico. Comencé a leer el artículo. En realidad no decía nada interesante, tan solo hablaba de la época que era, que se usaba como lugar de refugio, que también un paseo en otros años… Entonces fue cuando mis ojos toparon con un párrafo que me descolocó.

   “Justo en ese parque se cuentan historias espeluznantes. Hace unos 20 años, se encontró sobre un banco una joven que había sido asesinada con diversos apuñalamientos en el costado. Fuentes indican, que su marida la violó y maltrató, y en un intento de fuga él la encontró y la asesinó allí.”

   Eso acompañaba de su nombre “Serri” y de una foto de la joven que fue asesinada. Foto que me dejó paliza. Eran los mismos ojos, la misma sonrisa, el mismo vestido anticuado y el cabello revuelto de la chica que siempre veía en el banco del paseo.

   Ese día salí a toda prisa del trabajo. Me prometí a mi misma que no volvería a pasar por allí para no toparme con la chica, pero necesitaba saber si era real.

   Sin embargo cuando llegué, el banco estaba completamente vacío. La busqué con la mirada, pero no di con ella hasta que giré sobre sí misma. Estaba de pie, mirándome, detrás mía.

   Me asusté. Di varios pasos hacia atrás. No me la esperaba ni por asomo.

   Deslicé mi mirada por su cuerpo, y justo en el costado, vi manchas de sangre, como decía el artículo que había muerto hace 20 años. Pero si estaba allí ahora, es que era… ¡un fantasma!