domingo, 18 de septiembre de 2016

(BamMin) 첫사랑 (First Love) -Serial- Capítulo 1


Notas: Después de ese prólogo tan intenso, en el capítulo 1, nuestros protagonistas vivirán una situación bastante incómoda. ¿Serán capaces de solventarla?

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Chapter One
What we did?


            JiMin dormía profundamente, encogida sobre sí misma y en posición fetal sobre su cama cuando en un lugar cercano comenzó a escuchar una melodía que no reconocía. Al principio no le prestó atención alguna, pero la música comenzó a subir de volumen e incluso una voz masculina comenzó a cantar en un idioma que no reconocía del todo pero que le sonaba de algo. La chica se removió entre las sábanas y buscó taparse la cabeza con la almohada, pero cuando tiró de ella para hacerlo, algo pesado se lo impidió. JiMin gimió por lo bajo, frustrada por no poder detener la música y por tampoco poder ahogar el irritante sonido en sus oídos. Ya se encontraba un poco más consciente, por lo que comenzó a sentir más cosas a su alrededor además de la música y lo que sintió en su cintura la dejó totalmente paralizada.

            Un brazo se aferraba a su cintura y llegaba desde su espalda, al igual que lo hacían las diversas partes del cuerpo masculino que recién acababa de notar contra ella. Ahora que estaba al noventa por ciento despierta, sentía un aliento cálido chocar contra su nuca, un pecho masculino subiendo y bajando al ritmo de la pausada respiración contra su espalda, un miembro medio erecto rozar contra sus glúteos y unas piernas delgadas y largas enredadas en las suyas. JiMin todavía tardaría algunos momentos más en recordar quién era la persona con la que compartía cama, pero en ese instante no se permitió pensar durante más tiempo y simplemente se desembarazó del brazo que rodeaba su cintura y se levantó de la cama, gritando.

            Una vez salió del abrigo de las mantas, se encontró con que estaba completamente desnuda y dio una vuelta en redondo antes de coger la manta que casi siempre tenía a los pies de la cama para envolverse en ella como si fuera una toalla y así poder taparse correctamente. Cuando ninguna parte de su cuerpo se encontraba expuesta, se fijó por primera vez en el bulto que emergía lentamente de entre las sábanas, esperando expectante hasta que de repente vio cuál era el rostro que acompañaba al cabello castaño oscuro del chico que se encontraba en su cama.

La música que provenía de algún lugar de la habitación seguía sonando de forma insistente, pero JiMin ya no podía escucharla… solo podía escuchar los latidos de su corazón rápidamente, tanto que se notaba el pulso sin siquiera tener que buscarlo. No podía creer lo que sus ojos estaban viendo. No podía asimilar siquiera lo que estaba sucediendo en aquellos momentos y, menos todavía, podía hacerlo con lo que habría sucedido la noche anterior entre ellos, porque algo tenía que haber sucedido, nunca antes había despertado en la misma cama que él sin ropa.

—¿Por qué me miras así? —susurró él con la voz grave por acabar de despertarse, frotándose los ojos con las manos para quitarse el sueño del todo.

—Nos hemos acostado —fue lo que respondió, en un tono más alto y agudo del habitual—. Por eso te miro de esta forma.

El chico terminó quitarse el sueño de los ojos y la miró fijamente. JiMin se cruzó de brazos y lo observó de la misma manera, esperando una respuesta que parecía que no iba a llegar rápidamente. La melodía que la había despertado todavía sonaba y BamBam alzó un dedo, pidiéndole un segundo para poder detenerla y seguir su conversación sin ningún otro ruido que la entorpeciera. Ella asintió, dándole permiso, y el chico no tardó en levantarse de la cama, sin preocuparse siquiera de taparse un poco, para buscar algo. Solo unos instantes después, levantaba sus pantalones del suelo y sacaba de uno de los bolsillos su teléfono móvil, que era el lugar del que procedía la música. Observó su pantalla un segundo y después se lo acercó a la oreja.

—¿Qué quieres, hyung? —cuestionó. La respuesta que recibió hizo que le cambiara la cara rápidamente y JiMin pudo imaginarse por qué era. GOT7 estaba de comeback y tenía una agenda apretada que atender. Probablemente el chico que se encontraba ante ella, completamente desnudo, estuviera a punto de perderse algún evento—. Salgo ya. Intentaré llegar lo más rápido posible —y colgó—. ¿Podemos hablar luego? Tengo que irme ya a grabar.

—Corre —le respondió JiMin después de exhalar un suspiro profundo.

—Te llamo más tarde —prometió y comenzó a vestirse rápidamente.

La chica no pudo evitar seguir con su mirada el cuerpo del chico mientras iba de un lado a otro de su habitación, buscando su ropa frenéticamente y colocándosela en el momento en el que la encontraba. Apenas tardó un minuto en esta completamente vestido, tal y como había aparecido frente a ella la noche anterior. BamBam se giró hacia ella una última vez y JiMin pudo apreciar en su mirada urgencia por tener que irse, pero también una especie de culpabilidad por tener que hacerlo y dejarla allí.

—En serio, en cuanto acabe mi horario te llamo —volvió a decir, esta vez como una despedida, antes de desaparecer por la puerta de su habitación.

JiMin lo escuchó correr por el corto pasillo que lo llevaba hasta la puerta de entrada del apartamento que compartía con YeRin y luego abrir ésta y salir definitivamente de su hogar. En cuanto escuchó cómo la puerta se cerraba de un portazo, la chica sintió cómo sus piernas comenzaban a flaquear y supo que si no se sentaba iba a acabar en el suelo, así que, rápidamente se tumbó en plancha sobre la cama. Las sábanas olían a la colonia de BamBam mezclada con el sudor de ambos y JiMin aspiró aquella combinación durante unos segundos antes de cerrar sus ojos y permitirse pensar en lo que había sucedido la noche anterior.

Se había acostado con BamBam, con su mejor amigo, y no sabía a dónde los iba a llevar eso exactamente. Puede que palabras como “sin remordimientos” o “sin consecuencias” hubieran sido dichas en el momento, pero ella sabía que no habían sido nada realistas en esos momentos, que ambos sabían que algo iba a suceder después. JiMin se sintió un poco impotente en esos momentos y apretó sus manos en puños. Tenían que hablar pronto de lo que había pasado o todo podía irse al garete sin que ninguno se diera cuenta de lo que realmente sucedía… y, sobre todo, JiMin no quería perder a BamBam, no quería alejarlo de su vida por ninguna circunstancia.

Debía de hablar con YeRin, ella le aclararía las ideas, pero no podría hacerlo hasta que no volviera de visita de casa de sus padres. Al menos, el no estar allí aquella noche la había salvado de tener que presenciar lo que había sucedido entre BamBam y ella.

♬♬♬


Cuando BamBam finalmente llegó a la estación de televisión en la que tenía que haber estado desde hacía algunas horas, sabía que le iba a caer la bronca del siglo, tanto por parte de los mánagers como por parte de sus compañeros de grupo, sobre todo, JinYoung y JaeBum se iban a cebar con él, el primero sin poder contener sus instintos maternales y el segundo sin tratar de contener su rabia. Mientras corría por los pasillos, iba pensando en alguna excusa que le pudiera servir, pero no sabía qué era lo que podía contar para que lo creyeran y lo dejaran tranquilo. Se cruzó con algunas personas en su camino, mucho staff que le era conocido y, sobre todo, chicos y chicas pertenecientes a los grupos que en aquellos momentos promocionaban junto a ellos. Saludó a todos los que conocía sin pararse siquiera, como habría hecho si no llegara tan tarde, y tras algunos minutos, por fin llegó a la sala en la que estaban el resto de sus compañeros.

Un papel en la puerta rezaba GOT7, así que no había confusión ninguna, pero el chico se había quedado totalmente paralizado, con la mano alzada y casi en el pomo, preparado para girarlo en cualquier momento, pero sin atreverse a ello. Aun no tenía excusa para su comportamiento y no podía contarles que había pasado la noche con JiMin, eso era algo entre ellos dos —y quizás entre YuGyeom también porque el chico necesitaba del consejo maduro del menor para saber qué hacer realmente con aquella situación—. Pensando en ello, se le ocurrió la respuesta y BamBam no tardó más en abrir la puerta e ingresar al interior de la sala, esbozando todas las frases de disculpa que se sabía en coreano.

—Lo siento mucho, de verdad. No tengo excusa. He llegado demasiado tarde, lo siento —dijo de corrido.

—Luego hablaremos de eso —le contestó JaeBum, que se encontraba cerca de la puerta, mirándolo fijamente, empequeñeciendo aún más su ya de por si casi inexistentes ojos al hacerlo—. Ahora ve a que las noonas te preparen —le ordenó.

BamBam simplemente asintió, sin querer decir nada que pudiera hacer explotar la ira del líder. Era mejor pasar las siguientes horas de su vida intentando pasar desapercibido y haciendo todo lo que sus hyungs le indicaran para ganarse su perdón. Probablemente, por su retraso, la pre-grabación que debían hacer de Fly se habría tenido que retrasar y eso era algo malo porque había que cambiar la mayoría de las cosas que tenían programadas y mover a los grupos arriba y abajo en la lista del orden de salida. El staff de la estación de televisión tenía que estar odiándolo muchísimo en aquellos momentos, así que, él intentaría ser lo más amable y agradable que pudiera con absolutamente todo el mundo.

BamBam se dejó caer en una de las sillas libres que se encontraban frente a uno de los espejos e inmediatamente una maquilladora apareció para comenzar a prepararlo para la actuación que debía realizar en breves momentos. El chico se dejó hacer sin poner ninguna pega a lo que la joven hacía y, una vez terminó con él, apareció otra chica para arreglarle un poco el pelo. Él sentía la mirada de algunos de sus compañeros sobre su nuca, pero no podía decir con seguridad de quiénes se trataban, porque ninguno de ellos se reflejaba en el espejo; sin embargo, eso no quitaba que le dieran escalofríos. Tenían que estar todos bastante enfadados para que sus miradas fueran tan duras.

Una vez estuvo completamente listo en cuanto a maquillaje y peluquería, le hicieron quitarse la ropa que llevaba y ponerse la que exigía la actuación de ese día, el jersey de cuello vuelto blanco, los vaqueros rotos y la chaqueta de cuadros roja y azul marino. Apenas había terminado de abrocharse los zapatos, cuando sintió que alguien lo cogía del brazo y lo llevaba prácticamente en volandas por los pasillos. BamBam se dio cuenta de que había sido Jackson cuando vio el pelo rubio platino de su nuca asomar un poco por debajo de la gorra que llevaba puesta. Al parecer les tocaba salir a grabar en aquellos momentos, así que, se dejó arrastrar tranquilamente hacia el escenario, donde le pusieron el micro y donde todo el staff estaba atareadísimo yendo de un lado a otro para tener listos todos los preparativos. El chico tomó una de las botellas de agua que había preparadas para ellos en el backstage y se aclaró un poco la garganta para poder cantar bien su parte, porque aunque no eran demasiadas líneas, quería hacerlo bien, como sus demás compañeros de grupo.

Cuando salieron a grabar, BamBam sacó de su mente todo lo referente a lo que había sucedido entre él y JiMin la noche anterior y se centró en la música, en los pasos que tenía que hacer y en los gritos de las fans apoyándolos a todos. Solo se permitió volver a pensar en ella cuando ya se encontraba de nuevo en la sala que le habían asignado a su grupo, esperando a que llegara la hora de volver a salir al escenario, pero esta vez para ver quién era el ganador del programa.

—¿Te pasa algo? —le cuestionó YuGyeom, sentándose a su lado. Generalmente, el maknae de GOT7 no era alguien que se diera cuenta de cómo se sentían las demás personas, normalmente era JinYoung hyung quien lo hacía, así que, BamBam se sorprendió bastante por escuchar la voz del menor haciéndole aquella pregunta.

—¿Por qué lo dices? —preguntó él de vuelta. Quería hablar con YuGyeom de aquel tema, pero no sabía exactamente cómo empezar… además, tampoco era algo que quisiera hablar en la misma habitación en la que estaban los demás, había algunos miembros que tenían demasiado buen oído.

—No sé… has llegado tarde a la grabación —comenzó éste—, y has estado un poco distraído. Antes hemos estado martirizando un rato a YoungJae y ni siquiera te has dado cuenta.

—Puede que tenga demasiadas cosas en la cabeza —respondió, agachando un poco su cabeza, algo avergonzado por tener que admitir que no paraba de pensar en JiMin una y otra vez, en lo que habían hecho, en lo bien que se había sentido haciéndolo y en lo mucho que quería hacerlo de nuevo, pero de una forma mucho más lenta y grabando a fuego en su memoria cada trozo de piel de la chica.

—¿Y esas cosas… puedes decirlas? —BamBam tuvo que alzar la cabeza para mirar a los ojos a YuGyeom, quien parecía intuir de alguna manera que necesitaba soltar todo lo que llevaba dentro. Asintió lentamente y luego miró a su alrededor, donde se encontraban los demás, algunos dormían, otros escuchaban música, todos estaban metidos en su propio mundo, pero no se fiaba—. ¿Quieres que salgamos fuera?

—Sí.

Ambos se levantaron a la vez e intentando no llamar la atención de nadie, salieron de la sala y caminaron por los pasillos del edificio de la cadena de televisión hasta llegar a unas escaleras, de las que bajaron algunos escalones para sentarse en ellas y poder hablar con tranquilidad y sin temor a que los escucharan, ya que se encontraban algo alejados del ajetreo que suponía la grabación del programa.

—Bien, ya que estamos aquí, ¿puedes contármelo? —dijo YuGyeom, rompiendo el silencio que se había instaurado entre ellos durante el camino.

—Debería hacerlo… porque necesito consejo… —respondió, inspirando hondo un par de veces antes de decidirse a contarle a su mejor amigo lo que había sucedido entre él y JiMin la noche anterior—. Anoche estuve en casa de JiMin… —fue lo primero que dijo. Muchas veces había estado en aquel lugar, así que eso no era nada nuevo para nadie—, y… dormimos juntos —el menor lo miró con extrañeza, como si no hubiera entendido bien lo que había querido decir con “dormir”, pero BamBam se negaba a decir que se habían acostado, a menos que no tuviera más remedio que hacerlo.

—Bueno, has dormido muchas veces con JiMin —acabó diciendo—, así que no sé qué es lo que te tiene preocupado —hizo una pequeña pausa—. ¿Te has levantado empalmado y ahora estás preocupado porque ella piense que te gusta o algo? Quiero decir, una erección matutina es algo normal y ella lo debe de saber, así que, no sé qué es lo que te preocupa.

BamBam suspiró. Definitivamente YuGyeom no había entendido qué era lo que había querido decirle con lo de que habían dormido juntos, así que, se preparó mentalmente para decirlo.

—Dormir no dormimos mucho, en realidad —dijo en un primer momento, pero al ver que YuGyeom seguía sin pillarlo tuvo que decir las palabras que había querido evitar—. Anoche me acosté con JiMin… mantuvimos… relaciones sexuales.

La expresión que apareció en el rostro de su amigo cuando por fin entendió lo que el chico le había querido decir fue todo un poema. Primero fue la incredulidad, luego el asombro por lo que había pasado y finalmente, cuando su cerebro lo procesó todo, abrió la boca para hablar.

—Oh —fue lo único que dijo.

—Sí. Oh —repitió BamBam—. Era la reacción que me esperaba, pero necesito consejo porque JiMin quiere hablar de lo que sucedió y no sé qué es lo que voy a decirle porque ni siquiera yo lo tengo claro.

—Bueno, tranquilo —YuGyeom le pasó un brazo por los hombros—. Tenemos algo de tiempo para pensar y para hablar antes de tengamos que volver a subir al escenario —dijo—. Puedes intentar aclararte un poco los pensamientos hasta entonces.

♬♬♬

La tele estaba puesta a todo volumen mientras JiMin la veía sentada en el sofá, aunque realmente no le prestaba demasiada atención a lo que en ella salía, estaba mucho más entretenida dándole vueltas a su cabeza una y otra vez a lo que había sucedido la noche anterior. Se había acostado con BamBam. En cualquier otra ocasión no habría pensado en ellos, solo había sido una noche de sexo con un chico, pero lo que hacía a esta totalmente diferente a sus otras experiencias en la cama era que había sido con uno de sus amigos, y no uno cualquiera, uno de los pocos que ella contaba como verdadero amigo.

¿En qué situación los dejaba aquello? ¿Cómo debían comportarse ahora? ¿Su relación podría seguir siendo la misma? ¿Podrían mirarse a la cara en los próximos meses sin pensar en lo que había sucedido entre ellos?

Había demasiadas preguntas para las que JiMin no tenía respuesta alguna y se frustraba muchísimo por no poder contestarlas. Para ello, necesitaba hablar con el otro implicado en el problema, pero el chico se encontraba en aquellos momentos en el edificio de Mnet, realizando su agenda, así que no podía ponerse en contacto con él. A pesar de que quería mandarle miles de mensajes para poder hablar con BamBam, JiMin sabía que lo mejor que podía hacer era esperar a que su agenda terminara y él mismo la llamara, porque sus móviles solían ser hackeados y sería contraproducente que alguien pudiera obtener datos sobre lo que había sucedido; además, JiMin sabía que si intentaba ponerse en contacto con él lo distraería y no podría concentrarse en lo que debía hacer.

Una melodía muy conocida la hizo salir de sus pensamientos y mirar hacia la televisión. GOT7 empezaba a actuar con Fly y la chica no pudo evitar buscar a BamBam inmediatamente, al hallarlo, exhaló el aliento que había estado conteniendo hasta aquel momento sin darse cuenta de ello. No parecía afectado o distraído, en su rostro había una expresión neutral, aunque sí que mostraba un poco más de seriedad que de costumbre y había una pequeña arruga en su ceño que no desapareció en todo lo que duró la actuación. JiMin solía disfrutar con cada actuación de los chicos porque solían ser vibrantes y cada vez que tenía tiempo intentaba verlos, pero en aquella ocasión no disfrutó, por el simple hecho de que BamBam no estaba realmente a gusto allí.

La chica se llevó las manos a la cabeza y cubrió su rostro con ellas. No tenía sentido que la noche anterior hubieran pactado que lo que hicieran no tendría consecuencias en sus vidas cuando realmente ambos se encontraban mal por ello. El momento había sido perfecto, intenso, pero solo había sido eso, un momento, un momento que JiMin estaba segura que los iba a perseguir durante un largo periodo de tiempo. Y lo peor de todo aquello era que no podía echarle la culpa a ninguno, BamBam se había desnudado frente a ella, pero ella no lo había detenido cuando la besó y tampoco había hecho nada por parar lo que siguió después, simplemente se dejó llevar por el ambiente e, incluso, se sintió feliz.

—Estúpida —se dijo.

En aquellos momentos, la puerta del apartamento se abrió y JiMin se giró inmediatamente hacia ella para poder ver quién entraba. Muy en el fondo, tenía la esperanza de que BamBam hubiera vuelto para hablar con ella, pero sabía que aquello era imposible porque su agenda no había terminado todavía. Sin embargo, cuando vio a YeRin entrar en el lugar, en su rostro apareció una expresión que se veía mitad decepcionada y mitad aliviada. Decepcionada porque no era él, aliviada porque por fin había aparecido la persona que la iba a ayudar con aquel embrollo en el que se había metido.

—Hola —la saludó YeRin con una sonrisa, pero cuando vio su expresión, rápidamente cerró la puerta y dejó las cosas en la entrada para acercarse a ella—. ¿Y esa cara? ¿Qué pasa? —preguntó, sentándose a su lado en el sofá.

JiMin le había mandado un mensaje horas antes para decirle que necesitaba que regresara lo más rápido posible porque la necesitaba, pero no le había dado muchas más explicaciones, así que, suponía que su compañera de grupo tenía que estar pensando que le había pasado algo muy malo… y bueno, algo malo era, pero probablemente no tan malo como YeRin debía de estar creyendo, así que se dispuso a hablar del tema.

—Anoche me acosté con BamBam —respondió, alto y claro, sin dejar lugar a dudas. Era mejor ir al grano y no andarse con rodeaos, de aquella forma, terminaría antes aquella conversación y el problema se solucionaría igualmente antes.

—¿Hiciste qué? —cuestionó su amiga. Parecía que a pesar de que había sido clara en sus palabras, no había sido lo suficientemente clara para YeRin.

—Me acosté con BamBam —repitió.

—Vale —susurró ella, intentando procesarlo—. Te acostaste con BamBam… ¿¡qué!? ¿Por qué? ¿Cómo? Quiero decir… ¿qué?

—Anoche vino a casa —comenzó—. Quería enseñarme cómo de grande tenía su pene y acabamos en la cama.

—¿Qué quería qué? —preguntó YeRin.

—Déjalo —respondió JiMin, cruzándose de brazos y volviendo su atención hacia la televisión. En el programa había comenzado la parte final y todos los grupos habían salido al escenario para saber quién era el ganador del día—. Cuando dejes de flipar hablaremos, ¿vale?

JiMin no supo realmente si YeRin la entendió o no, porque en ese momento escuchó a los MC gritar el nombre de GOT7, haciéndolos de esta forma los ganadores del programa. La chica abrió sus ojos como platos llena de incredulidad mientras veía cómo sus amigos comenzaban a abrazarse los unos a los otros y a llorar mientras el líder intentaba decir algunas palabras de agradecimiento sin que se le quebrara la voz. Contuvo sus ganas de gritar porque no era el momento más apropiado, pero estaba feliz porque los chicos por fin habían podido ganar en uno de los grandes programas y eso significaba mucho para ellos y para sus fans.

Cuando finalmente cortaron el final stage para poner publicidad, JiMin se giró hacia YeRin, que la miraba fijamente, pero al menos ya parecía haberse ubicado y haber procesado lo que había querido decirle.

—¿Y bien? ¿Cuál es tu veredicto? —le pidió.

—Que estás loca o que has debido darte algún golpe en la cabeza en mi ausencia —ese fue el veredicto de su amiga y JiMin estuvo tentada a darle la razón en absolutamente todo—. Si no, no me explico cómo has podido acostarte con tu mejor amigo.

—Si te digo la verdad… —comenzó—, yo tampoco me lo explico.

—Entonces… ¿por qué? —cuestionó YeRin.

—No lo sé —murmuró ella, subiendo las piernas al sofá y abrazándose a ellas fuertemente—. Quizás fue el momento, quizás fue que siempre me he sentido atraída hacia él y no lo sabía, quizás me volví loca de remate…

—BamBam se ha vuelto muy atractivo en los últimos tiempos, puedo entender que si la situación se te presentó, no pudieras resistirte a ello —concedió—. Pero… ¿ahora qué piensas hacer?

—Esperaba que tú me aconsejaras sabiamente desde tu experiencia —dijo ella—. Como eres la mayor… —murmuró, queriendo romper un poco el hielo.

—Solo por unos pocos días —recalcó YeRin con una sonrisa, pero inmediatamente después, su rostro se volvió totalmente serio, acorde con aquella situación—. Seriamente… no sé qué sería lo mejor en esta situación —contestó—. Primero tienes que pensar detenidamente qué es para ti BamBam y qué es lo que quieres de él.

—BamBam… es una persona muy importante para mí —dijo JiMin a media voz—. Si él no hubiera estado conmigo en diversos momentos no sé qué habría sido de las situaciones de las que no sabía cómo escapar; sin él no habría tenido una sonrisa en mi rostro durante mucho tiempo… —hizo una pausa y exhaló todo el aire que había estado conteniendo sin apenas darse cuenta de ello—. BamBam es mi mejor amigo y no quiero que eso se vaya a la mierda.

—Bien. Ahí tienes tu respuesta —comentó la mayor.

JiMin le agradeció que la hubiera guiado por el camino correcto lanzándose a sus brazos y después le sonrió cálidamente. Por fin podía dejar de pensar en todo aquello y relajarse hasta el momento en el que el chico la llamara para hablar. Se sentía mucho más ligera porque se había quitado un gran peso de encima y también bastante cansada, así que, se permitió echarse una pequeña siesta en el sofá, mientras oía a lo lejos la televisión y a YeRin moviéndose de un lado a otro del apartamento.

♬♬♬

Ya era prácticamente de noche cuando GOT7 volvió al piso que compartían todos. BamBam había llevado un día totalmente agotador, ya que todos y cada uno de sus hyungs habían aprovechado el pequeño incidente que había tenido por la mañana para hacerle el día más duro de lo normal. Cada cosa que querían o necesitaban, le pedían al chico que se la llevara, o si había que ir a algún lugar, era él el enviado. Se había quejado por lo bajo, porque quejarse en alto habría significado una tortura aún mayor, pero había hecho todo lo que le habían mandado para así obtener su perdón más rápidamente. La única persona que lo había dejado más o menos tranquilo había sido YuGyeom y solo porque sabía la respuesta al por qué había llegado tarde aquella mañana.

Lo bueno de ese infernal día había sido que por fin habían obtenido su primera victoria en uno de los grandes programas de música y, tras eso, prácticamente todos se habían olvidado de BamBam y se habían dedicado a agradecer y a llorar por el premio.

—¿Cuándo vas a llamarla?

El chico se sobresaltó al escuchar la voz de YuGyeom prácticamente dentro de su oído interno, de lo cerca que se había colocado, y estuvo a punto de gritar, pero se contuvo a tiempo y simplemente se giró hacia él mirándolo mal por ello. El menor solo se encogió de hombros como su no hubiera hecho nada malo y le indicó que tenía que contestarle a la pregunta que le había hecho segundos antes.

—No lo sé aún… —respondió.

Todavía seguía un poco confuso con ese tema porque él quería mucho a JiMin, pero la quería como amiga, no como algo más, y no sabía exactamente qué era lo que sentía ella por él. Desde el primer momento habían estado prácticamente pegados cada minuto que podían y habían actuado a veces como si estuvieran saliendo. Ahora era un poco extraña la situación por ello y BamBam no sabía qué pensar realmente.

—Antes me has dicho que no querías perderla como amiga —le apuntó el menor y él asintió—. Creo que eso es lo más sensato que puedes decir en estos momentos… y creo que deberías llamarla cuanto antes porque JiMin estará esperando tu llamada.

—Tienes razón —coincidió—. Es lo mejor que puedo hacer —le sonrió al chico—. Voy a salir un momento, si los demás te preguntan he ido a comprar a la tienda de la esquina.

—Vale —dijo YuGyeom—. Tráeme chocolate, para que vean que es verdad.

BamBam accedió a su pedido y luego salió del piso, sin cruzarse con ninguno de los demás porque estaban todos demasiado ocupados llorando por los rincones. Rápidamente, bajó las escaleras y salió del edificio hacia la calle. En alguna que otra ocasión, en aquel lugar había habido un par de fans apostadas allí, pero ese día no había ninguna, así que, el chico se relajó y sacó su teléfono del bolsillo de sus pantalones. Miró su fondo de pantalla durante algunos minutos, sin atreverse todavía a buscar el número de JiMin y llamarla, a pesar de que había dicho que lo iba a hacer. Era bastante duro obtener el valor necesario para hacerlo… pero era algo que no debía dejar correr, algo que debía aclarar cuanto antes.

En un mini ataque de valentía, BamBam buscó el número y le dio a llamar, arrepintiéndose un segundo después de haberlo hecho, pero ya había dado el primer tono de llamada y no podía colgar. Solo tuvo que esperar unos momentos para escuchar la voz de JiMin contestando. Por su tono parecía un poco ansiosa, pero BamBam no podía culparla de ello, él también estaba muy ansioso en aquellos momentos.

—Hola —fue lo único que ella dijo.

—Hola, JiMin —saludó él.

—¡Felicidades por haber ganado! —lo felicitó JiMin—. Quería mandaros un mensaje a todos, pero al final pensé que era mejor daros la enhorabuena en persona.

—Muchas gracias.

La conversación era tensa, probablemente la peor que habían tenido nunca, porque era como si ninguno de los dos quisiera sacar el tema, pero estuviera esperando expectante a que el otro lo sacara para poder hablar como personas normales. JiMin era bastante valiente y ella siempre decía las cosas que pensaba sin ningún filtro, pero en aquella ocasión, BamBam quiso hacer gala de un poco de orgullo y hablar él del tema, ya que después de todo, había sido su culpa.

—Oye… sobre lo de anoche… —comenzó—. Creo que te debo una explicación… —esperó a que ella dijera algo, pero solo se escuchó el sonido de su respiración al otro lado de la línea, así que, BamBam se forzó a seguir adelante—. Quiero pedirte perdón por presentarme en tu casa y… bajarme los pantalones… no me siento orgulloso de haberte puesto en esa situación… —cogió un poco de aire para poder seguir adelante—. Sabes que últimamente no puedo parar de pensar en el sexo y que suelo estar bastante caliente… sé que eso no es excusa para lo que hice, pero espero que entiendas que no quiero perder tu amistad por esto.

—Yo tampoco quiero que dejes de ser mi amigo, BamBam —dijo JiMin rápidamente, quitándole un gran peso de encima—. Todo… ha sido raro… —continuó—, y no me habría esperado una cosa así… pero tengo claro que no quiero dejar que te alejes por esto.

—Gracias —murmuró.

—No te preocupes mucho, ¿vale? —comentó ella—. No pensemos en lo que hicimos y pensemos mejor qué es lo que vamos a hacer para el próximo BamMin TV.

—Entendido —murmuró.

—Está bien. Nos vemos en la empresa un día de estos —y tras decir aquello, JiMin colgó.

BamBam quiso dejarse caer hasta el suelo, pero la calle estaba sucia y no quería mancharse los pantalones. Aun así, sentía que sus piernas no iban a ser capaces de soportar mucho más tiempo su peso porque la conversación lo había dejado extrañamente débil. Se había quitado un gran peso de encima sabiendo que JiMin no lo odiaba al menos y que quería seguir siendo su amiga… pero por alguna extraña razón, le dolía muchísimo el pecho. Intentando no pensar en ello y buscando las cosas positivas de aquello, el chico fue hasta la tienda de la esquina para comprar el chocolate que YuGyeom le había pedido antes de salir.


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