Nota: ¡Hola! ¿Qué tal os va? Después de varios capítulos, ya vamos por la mitad del mini serial, no sé si os está gustando, pero la verdad es que espero que si. Pronto estará el siguiente y más historias. ^^
-¡Sorpresa! -Sin esperar a la que la invitase a entrar, Mimi irrumpió en la casa como si fuese la suya propia.
-¿Qué hace aquí? -Hyojung no podía evitar mirar todas las bolsas que llevaba y lo cargadas que estaban estas.- Hace unas horas que te has ido a trabajar, deberías ir a casa.
-Allí nadie me echará en falta, sin embargo... -Con algo de esfuerzo dejó las bolsas sobre una pequeña encimera que era la que tenía para todo.- Tú necesitas estar con alguien para no pensar demasiado, así que he decidido venir a mimarte. Y no solo eso.
-¿No? ¿Qué más hay? Eres toda una caja de sorpresas -Cerró la puerta, dando por hecho que aquella chica no tenía remedio alguno.
-Bueno, te he pagado el alquiler de este mes -Tan tranquila, Mimi soltó esas palabras que dejaron completamente helada a Hyojung.
-¿Qué has hecho qué? -No entraban aquellas palabras dentro de su cabeza ¿Cómo podía haber hecho eso sin consultárselo?
-Sí, ya sé. Está mal. Pero al venir hacia aquí me he encontrado a tu casera, me ha dicho que era ella. Venía a cobrarte, pero como sé lo que pasa, le he dicho que yo le pagaba. Así tienes un mes más -Mimi era tan inocente. Estaba sacando todas las cosas de las bolsas y colocándolas por toda la encimera.
-Pero podrías habérmelo comentando o algo, no sé -Aturdida, Hyojung se dejó caer sobre un sofá color café que reinaba la estancia.
-Debería haberlo hecho, pero es que me ha pillado en ese momento -Mejor no seguir diciéndole a Mimi que no debía haberlo hecho, ya que tenía respuesta para todo.- ¿Qué quieres que te haga de comer?
-¿Vas a hacer la comida? ¿Y qué pasa con tu trabajo?
-Sí, he pensado que podría hacerlo y comer juntas. Y no te preocupes por el trabajo, tengo turno de mañana ¡Y no pienses más en ello! ¡Así solo te vas a amargar! -Mimi insistió, por lo que Hyojung se limitó a ver como se movía ante ella haciendo la comida que fuese a hacer.
La comida transcurrió de forma bastante tranquila. Mimi no dejaba de hablar, de contarle cosas que le habían sucedido o cosas que pensaba. Esa chica tenía una gran imaginación y gracias a su presencia y a su ímpetu por hacerle pasar un buen rato, no estaba pensando en todas las desgracias que acontecían su vida.
Lo cierto es que estaba bastante bueno todo lo que había preparado. Hyojung estaba acostumbrada a comer cosas pre calentadas, sin embargo, la comida casera de Mimi estaba para chuparse los dedos.
-Muchas gracias por quedarte y hacerme este manjar. Así conquistas el corazón de cualquiera -Las palabras le salieron solas, pero cuando se dio cuenta de lo que dijo, recordó la conversación que había escuchado esa misma mañana y se dijo a sí misma, que la chica tenía novio y no podía ir tirándole los trastos a nadie.
-Ojala conquistara lo que quisiera tan fácilmente como cocino -Su frase le resultó extraña, pero no preguntó el significado de la cual.
-Bueno, pero no tienes por qué quedarte aquí si no quieres, eh. No quiero que te sientas obligada.
-No sigas por ahí, tonta. Si estuviera en casa, estaría sola. Las dos lo estaríamos. Pero así estamos mucho mejor ¿No crees?
Asintió con la cabeza repetidas veces, ya que en el fondo veía que ella tenía razón. Ambas iban a estar solas y si ella no estuviese, lo único que haría sería comerse la cabeza. Así que tal vez lo mejor es que estuvieran juntas y por lo menos se entretuvieran un poco.
De pronto le entró la curiosidad por saber más sobre ella. Quería preguntarle un sinfín de cosas, aunque sobre todo lo que quería saber era sobre la supuesta relación que tenía con el chico de esa mañana. Pero ni siquiera sabía qué preguntar cuando la otra la interrumpió para comentarle algo.
-Oye, ¿Y si salimos al parque que he visto que hay cerca de aquí? -Mimi se encogió de hombros mientras recogían todos los cacharros entre las dos.- No sé, podemos comprarnos algo dulce y nos sentamos a ver cómo la gente pasea. Y así tomas un poco de aire, te vendrá bien.
-Uhm… Bueno, de acuerdo. Vamos a salir un poco -Hyojung aceptó su petición- Pero antes acabamos todo esto, no quiero volver y encontrármelo todo patas arriba y yo sola para recogerlo todo.
Mimi se rió ante su comentario. Sentía que su risa era como una melodía agradable de escuchar. Qué cursi se estaba volviendo. Nunca antes había pensado cosas así.
Una vez dejaron la casa medio en condiciones, Mimi insistió en que salieran ya. El bajón después de la comida le acababa de venir a Hyojung y le parecía bastante echarse un rato y descansar. Pero el ahínco que te estaba poniendo Mimi con que salieran juntas a pasear, no se lo permitió.
La vio muy contenta de poder salir en su compañía a andar. Apenas se conocían de dos días y cualquiera que las mirase podría pensar que eran dos amigas que habían decidido pasar un día en compañía una de la otra.
A ella no le desagrada del todo la idea. Después de lo sucedido el día anterior y de ver el apoyo que Mimi le había ofrecido a pesar de no conocerla de nada, le causaba cierto respeto y comodidad con ella. E incluso se atrevía a admitirse a sí misma que el tiempo que Mimi salió para trabajar, la echó en falta.
-Hace un día muy agradable. Estoy pensando que deberíamos salir cada día un rato. Así podemos hasta hacer ejercicio y ponernos en forma -Tan imaginativa como siempre, Mimi soñaba despierta con planes extraños.
-Si ni siquiera sabes si el día de mañana vamos a seguir juntas.
-No seas tan negativa. Además, yo sé que sí que lo vamos a estar. Nos necesitamos -Dedicándole una sonrisa, Mimi se enganchó a su brazo para caminar juntas. Un acto que perforó el corazón de Hyojung. Era demasiado mona como para que tuviera novio.
Se limitó a asentir con la cabeza. Mimi le estaba comenzando a gustar. La vida le había cruzado en su camino una chica que era divertida y muy mona, pero que tenía que tener novio. Una mala jugada del destino, otra vez. Como lo odiaba a veces.
Mimi seguía contándole un sin fin de cosas ¿Es que no se cansaba de hablar? Parecía una máquina. Desde que la conoció era siempre lo mismo, hablar, hablar y más hablar. En un principio le había resultado un tanto pesado, pero ahora que se fijaba el entusiasmo con el que le hablaba, comenzó a disfrutar ella también de sus palabras.
-Ey, mira -Mimi cortó totalmente su conversación, para pasar a estar distraída por un puesto de dulces que atraía a todo tipo de niños y a ellas incluidas.- Vamos a comprarnos algo. Tenemos que endulzar nuestras vidas.
Ni siquiera esperó a que diera la aprobación. Le cogió del brazo con fuerza y comenzó a correr tirando de ella. Asustó por momento a Hyojung, pero se recompuso al instante, corriendo a su mismo tiempo.
-Pero yo no tengo dinero para malgastarlo con esto… -Murmuró cuando estuvieron frente al puesto. Le daba pena admitirlo, pero es lo que había. No podía gastar el poco dinero que tenía en chuches, debía usarlo en comida.
-¡No te preocupes! De esto ya me encargo yo -Quería protestar, pero Mimi insistía tanto con aquellas cosas que no se atrevía a decirle nada.
La verdad es que ya se estaba empezando a sentir algo mal. Bastante culpable. Se había quedado casi todo el día con ella, le había pagado el alquiler del piso para todo un mes, había ido a comprar comida para luego cocinársela y ahora quería comprarle dulces. Todo con su dinero. Aquello no estaba nada bien.
Cuando tuvo entre sus manos un algodón de azúcar azul que Mimi había pedido expresamente para ella, la miró con algo de pena.
-Ey, ¿Qué te pasa? -En seguida la chica captó su cambio de humor.- No estarás pensando en lo de ayer ¿Verdad?
-No, no… Es que me siento mal de que me lo estés pagando todo. No debería dejarte hacerlo…
-Bah, no le des más importancia, de verdad. Ya me lo pagaras de otra forma.
-¿Cómo? Si no tengo dinero ni nada.
-No necesito que me pagues con dinero, con tu presencia ya me siento bastante bien -La débil sonrisa que apareció en su rostro, tenía un ápice bastante triste. Había algo detrás de toda esa alegría y diversión que le dolía.
Pero su cambio fue tan drástico que al momento le cogió de la mano y se puso a dar saltos de alegría. Aquella chica tenía un problema muy serio en la cabeza. O tal vez su filosofía de la vida era totalmente diferente a la suya.
Sin embargo, aquello tuvo consecuencias. Al dar tantos saltos, el algodón de azúcar de Mimi cayó al suelo. Lo que lo volvía completamente inservible para comérselo ya.
-Oh, mierda… me quedé sin el mío… -Mimi se detuvo al ver su dulce por el suelo. En seguida, Hyojung le ayudó a recogerlo del suelo y a tirarlo a la basura más cercana. Entonces fue cuando se le ocurrió una idea. Era su momento de darle algo a Mimi, aunque fuese ella quien lo hubiera pagado.
-Oye, comemos la dos del mío -Se lo ofreció con la mejor sonrisa que tenía. Entonces algo iluminó su rostro.
-¿De verdad? -Cuando Hyojung le asintió con la cabeza, la chica se lanzó sobre ella para estrecharla entre sus brazos.- Eres todo corazón, menos mal que estás aquí.
Su cambio de humor era tan drástico a veces que incluso le estaba gustando. Era como una niña pequeña a la que todo le hacía feliz. Con todo se contentaba.
Transcurrieron apenas unos segundos donde sintió como los latidos de su corazón se aceleraban a una velocidad vertiginosa. Justo las dos habían coincidido en coger con la boca un poco de su algodón de azúcar y sus miradas se encontraron.
¿Fue durante unos segundos? Para ella fue mucho más. Sus ojos eran hermosos y brillaban con bastante intensidad. Era una mirada feliz y alegre que le había llegado a lo más profundo de su alma.
Se quedó embobada observando cómo se comía el dulce, como se machaba los labios, quedando ahora azules y como por dentro estaba deseando ser ella quien se los limpiase.
Tenía uno finos labios, pero bastantes tentadores. “Seguro que ahora, si la besara, sería un beso de lo más dulce”. Cuando se percató de lo que estaba pensando y que la miraba completamente eclipsada como una psicópata, enrojeció completamente, pero su mirada la apartó al instante.
-Está delicioso, es una pena que el mío haya muerto tan tontamente -Mimi ni siquiera se había dado cuenta de su reacción, hasta que la vio girarse sin motivo aparente.- Uhm ¿Ocurre algo? ¿He dicho algo inoportuno?
-Eh… No, no. No pasa nada, es solo una cosa mía. Como un tic nervioso, ya sabes -Hyojung intentó disimular como pudo. No quería decirle lo que estaba pensando de ella, pensaría que era una pervertida.
-Pues que tic más raro tienes, pero los míos son iguales -Con aquello, Mimi lo dio todo por solucionado. Bendita sea su inocencia.
Pero tal y como estaba el destino tan mal con ella, algo tuvo que romper toda esa magia que había surgido alrededor de ambas.
El teléfono de Mimi comenzó a sonar. Esta se volvió loca rebuscando entre sus bolsillos para dar con el aparato.
Lo primero que Hyojung pensó es que sería del trabajo, que la necesitaba y que por lo tanto aquel paseo acababa allí porque debía marcharse. Sin embargo fue algo que para ella era peor.
-¡Hola, cariño! ¿Qué quieres, cielo? -Esas palabras rompieron las pocas ganas que tenía Hyojung de estar allí. El novio de Mimi la había vuelto a llamar. Y lo peor es que estaba de lo más feliz por tan solo escucharlo.
Dio unos pasos atrás con el fin de darle un poco de intimidad y de camino no tener que escuchar las dulces palabras que le dedicaba.
No entendía como podía estar celosa de un chico que ni conocía. Y mucho menos de alguien a quien prácticamente acababa de conocer. Aunque si lo pensaba mejor, Mimi la había salvado de haber cometido un error y era por eso que ahora la sentía tan cercana.
Se puso a pensar en otras cosas que no estuvieran relacionadas con Mimi para así no estar tentada a escuchar la dichosa conversación que tenía con su querido novio, el cual ojala se tropezara bajando por las escaleras. Que maldad tenía a veces en su pequeño cuerpo.
-Uhm, Hyojung -Por fin Mimi había acabado de hablar y tenía toda su atención en ella, pero la expresión de su cara no auguraba lo mismo.
-¿Qué ocurre? –Preguntó intentando aparentar indiferencia, pero se temía lo peor.
-He de irme… Me necesitan. Me da cosa dejarte sola –Su rostro de preocupación, le hizo suspirar. Si la necesitaban en otro lado, lo mejor era dejarla ir. Ya volvería ella sola a su propia casa.
-No importa. Ya vuelvo a casa y me busco algo por hacer –Le sonrió, aunque no era una sonrisa sincera.
-¿De verdad que no pasa nada? Yo en cuanto acabe vuelvo…
-No, no –Hyojung le cortó. No quería que le explicase lo que tuviera que hacer con su novio y que se sintiera mal por dejarla sola. Total, no era nada en especial como para dejarlo todo por ella.- No te preocupes, puedes marcharte sin problema.
-Eres un sol muy grande –Algo más tranquila, Mimi volvió a sonreír. Le estampó un beso en una mejilla antes de despedirse.- ¡Mañana vuelvo a por ti!
Hyojung la vio irse. En un principio seguía luciendo al sonrisa que le había dedicado, pero esta se fue desvaneciendo a la misma vez que Mimi se alejaba de ella.
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