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Third Part
Road
to liberty
Cuando Jongin se despertó aquel día,
pensó que era un buen día para volver a dedicarse a entrenar, ya que desde que
había sucedido el incidente no había querido hacerlo. Caminó por los bajos
pasillos levemente iluminados por la luz amarillenta procedente de las lámparas
de aceite y fue ascendiendo poco a poco hasta llegar al nivel más alto de la
montaña, donde se encontraba el lugar al que se dirigía. No había avisado ni a
Lu Han ni a Tao, pero esperaba que alguno de ellos dos se encontrara allí
cuando llegara. Jongin llegó a la sala de entrenamiento esperando verse solo;
sin embargo, Lu Han ya se encontraba en aquel gran espacio y cuando lo vio, le
dedicó una pequeña sonrisa antes de hablar.
—¿Preparado? —le preguntó y Jongin
asintió de forma automática—. Entonces comencemos.
Jongin fue hacia él y luego se
detuvo a un par de metros de distancia de su cuerpo, se sentó en el suelo y
dejó que su mente se quedara en blanco para comenzar con el entrenamiento.
Desde que habían salido al exterior y Jongin había abierto aquella especie de
puerta a la base para poder escapar de los huruqk no había vuelto a intentarlo,
así que no sabía cómo le iba a ir, de hecho, no iba a negar que tenía un poco
de miedo a que no le saliera todo como debía. Sin embargo, cuando el chico
buscó aquella llama en su interior, la encontró muy fácilmente, y también le
fue muy sencillo abrazarla y dejar que esta se filtrara por cada fibra de su
ser, canalizándola hacia sus manos tal y como había hecho la vez anterior. No
obstante, cuando casi podía paladear el sabor del triunfo, la llama se extinguió
y no pudo usar su poder.
Jongin abrió sus ojos, frustrado,
mirando a Lu Han con algo de súplica por ayuda, pero el chico rubio simplemente
negó con la cabeza.
—Hazlo otra vez —le dijo—. Lo
repetirás una y otra vez hasta que te vuelva a salir... y luego lo seguirás
repitiendo hasta que hacerlo sea como un juego de niños.
Jongin asintió y se preparó de nuevo
para intentarlo. Aquel día, no consiguió absolutamente nada, solo un dolor
punzante en su cabeza, pero sintió que cada vez estaba más cerca.
Su suerte cambió al segundo día,
cuando después de haber estado practicando por varias horas y estar muy
cansado, pensó en que quería irse a su cama. En ese momento, pudo canalizar su
energía hacia el exterior y abrir una pequeña puerta a su dormitorio, ganándose
las felicitaciones de Lu Han, quien lo animó a seguir adelante una y otra vez
hasta que todo fuera tan sencillo como respirar.
Jongin practicó y practicó hasta que
abrir diversas puertas en toda la montaña y en sus alrededores no le supuso
ningún problema, aunque sí que se llevó varios sustos mientras lo hacía, como
cuando abrió una puerta a la habitación de su hermano y se lo encontró desnudo,
cambiándose de ropa, o como cuando pensó en ir a la enfermería y vio a Baekhyun
y Kris besándose ajenos a que Jongin los estaba viendo.
—Ahora —murmuró Lu Han el cuarto
día—. ¿Podrías intentar esto mismo pero en lugares más lejanos y desconocidos?
—¿A qué te refieres con lejanos y
desconocidos? —cuestionó él.
—Digamos que... otros planetas —le
respondió.
—No creo que pueda hacerlo.
—Puedes intentarlo al menos —sonrió
Lu Han—. Ya has estado antes en el bosque entre los mundos, recuerda la
sensación que tuviste allí y recuerda alguno de los estanques, quizás eso te
ayude.
Jongin asintió e hizo como siempre
que quería rozar su poder, pero aquella vez, intentó pensar en el poco tiempo
que había pasado con Lay en el bosque entre los mundos, intentó recordar cómo
se había sentido allí tal y como le había dicho el rubio y cuando lo tuvo todo,
puso en práctica su poder, abriendo una puerta a algún lugar. Cuando abrió los
ojos, se encontró que ante él había una franja de tierra verde esmeralda por la
hierba alta y que en el cielo se alzaban un sol y cuatro lunas. El chico jamás
había estado en un lugar como aquel, así que supo inmediatamente que lo había
conseguido, que había abierto una puerta desde EXO Planet a un lugar
desconocido.
★☆★
Habían pasado exactamente cinco días
desde que Lay y él habían estado a solas en la habitación del mayor y se habían
besado. Desde ese momento, Jongin había estado muy ocupado con los
entrenamientos con Lu Han, así que apenas había tenido tiempo para pensar en lo
que había sucedido, ya que cuando se tumbaba sobre la cama se quedaba dormido
inmediatamente. Sin embargo, el rubio le había dado un par de días libres
porque haber utilizado tanto sus poderles lo había dejado agotado y, el día
anterior no había podido realizar el entrenamiento de la forma adecuada y
ningún portal se había abierto para él. Jongin agradecía tener un momento para
poder respirar tranquilo y para poder pensar en todo, especialmente en el chico
de ojos azules.
Desde que habían llegado a EXO
Planet había sido un poco dependiente de él, Jongin quería pensar que al
principio había sido porque no conocía a nadie más, todo le resultaba extraño y
no confiaba en nadie; pero aquello no había cambiado y el chico llevaba en
aquel lugar ya varios meses, conocía a muchas personas de la resistencia y
podía confiar en varios de ellos, así que aquella dependencia de Lay no podía
deberse solo a ello. igualmente, en el momento en el que vio cómo el huruqk lo
hería, sintió que su pecho dolía cómo si él también hubiera recibido aquel
corte, y sabía sin necesidad de tenerse que parar a pensar que si algo malo le
sucedía al otro, sería demasiado para él.
¿Por qué se sentía de aquella forma
con Lay? ¿Por qué sentía que su corazón se iba a salir de su pecho con cada
mirada de aquellos ojos azules? ¿Por qué había vuelto a sentirse de aquella
forma tanto tiempo después de la última vez? ¿Por qué había sucedido aun cuando
él había intentado por todos los medios no volver a sentirse así? ¿Por qué?
¿Por qué volvía a enamorarse después de lo que había sucedido con Chanyeol?
Jongin se retorció en la cama, donde
seguía tumbado desde que se había levantado hacía unas horas y gritó de pura
frustración. Tres años atrás, cuando Chanyeol lo dejó había decidido que jamás
se volvería a enamorar de nadie más, pero había vuelto a pasar y, sobre todo,
Jongin no se podía explicar por qué, ya que Lay no había hecho nada demasiado
especial para que se sintiera de aquella forma.
Suspiró sin entender del todo a su
corazón y luego tomó una decisión. Buscaría a Lay para preguntarle sobre lo que
había pasado entre ellos.
El chico se levantó de la cama por
fin y se arregló, luego salió de su propia habitación para caminar hacia la de
Lay, donde debía encontrarse, ya que todavía se sentía bastante débil. Jongin
lo había visto en algunas comidas y apenas se tenía en pie, pero era demasiado
terco como para dejar que nadie lo ayudara, ni siquiera él. Jongin avanzó por
el pasillo que contenía prácticamente todas las habitaciones y luego, cuando
llegó casi al final, giró hacia la izquierda en una intersección y se adentró
por aquel pasadizo hasta llegar a otro en el que se abrían puertas a uno y a
otro lado. Lay no convivía con todos y ahora Jongin entendía el por qué. Cuando
llegó frente a la puerta de su habitación, tocó con los nudillos la madera
vieja y esperó por la respuesta para entrar y solo cuando escuchó un débil
«adelante» al otro lado de la puerta, empujó la madera para adentrarse en la
habitación.
Lay estaba sentado en la cama,
mirándolo fijamente con sus ojos azules, y Jongin tragó saliva porque de
repente, la resolución que había sentido cuando salió de su habitación se había
convertido en puros nervios al sentirse observado por aquellos dos profundos
océanos. Definitivamente, aunque Jongin no quisiera reconocerlo del todo, podía
decir que se había enamorado de Lay.
—¿Qué te trae por aquí, Kai? —preguntó.
—Bueno… quería saber cómo estabas
—respondió, visiblemente nervioso—. Hoy es el primer día libre que tengo y
quería aprovechar para verte.
La sonrisa que Lay esbozó, haciendo
que se le formara aquel hoyuelo que lo diferenciaba de los demás en la mejilla,
le robó la respiración al menor, quien tuvo que coger aire desesperadamente.
—Me alegra mucho que estés aquí
—murmuró Lay—, pero debes de estar cansado.
Palmeó el colchón donde él estaba
sentado, indicándole que fuera con él y Jongin lo hizo sin pensarlo demasiado.
El colchón se hundió bajo su peso y cuando su brazo entró en contacto con el de
Lay, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo hasta bajar por su columna
vertebral. Intentó que no se notara mucho la reacción que había despertado en
su interior, pero no supo si lo consiguió del todo o no.
—Bueno… ¿y cómo estás? —preguntó,
retomando lo anterior para dejar de pensar en otras cosas.
—Podría estar mejor —respondió
sinceramente—, aun me duele un poco al caminar y hacer esfuerzos bruscos, pero
cada día voy mejorando más —sonrió—. Ya mismo podré ir a otro de tus
entrenamientos y enfrentarme a ti. Quiero ver cuánto has mejorado en mi
ausencia.
—No creo que mucho, ahora me paso
los días con Lu Han —contestó, pasándose una mano por el pelo, que le caía
desordenadamente por la cara. Hacía un tiempo que necesitaba un corte porque le
había crecido mucho, pero no sabía a quién pedírselo, así que, simplemente lo
había dejado crecer—. Ahora puedo abrir bastantes portales en el día y no me
canso tanto como al principio.
—Eso está bien.
Tras aquellas palabras, el silencio
se apoderó de la pequeña estancia. Jongin sabía que la conversación había
terminado porque no tenían más que decirse en ese aspecto, pero había algo en
la habitación que le decía que nada de aquello había acabado, que aún quedaba
algo importante, aquello por lo que realmente había ido a aquella habitación,
pero no se atrevía a poner en palabras sus pensamientos. No obstante, Kim
Jongin nunca había sido un cobarde, así que abrió la boca para hablar de nuevo.
—Lay…
Sin embargo, no pudo decir más que
el nombre de su acompañante porque en ese instante, unos labios chocaron contra
los suyos de una forma algo desesperada y Jongin medio gimió por la sorpresa y
por lo agradable que era aquel beso. Casi sin darse cuenta, lo estaba
devolviendo y haciéndolo un poco más intenso hasta que finalmente tuvieron que
separarse por falta de aire. Jongin miró aquellos dos ojos azules unos
segundos, con su respiración agitada antes de cerrar los suyos propios para
intentar poner en orden sus pensamientos.
—¿Te ha gustado? —escuchó que Lay le
preguntaba y asintió a su pregunta—. ¿Te gustaría repetirlo en más ocasiones?
—volvió a asentir—. ¿Eso en qué nos convertiría? —Jongin abrió los ojos por fin
para volver a mirarlo.
—No lo sé… —respondió—, pero me
gusta estar de esta manera contigo.
—A mí también…
Y antes de que alguno pudiera pensar
más y arrepentirse de las palabras que acababa de decir, acortaron la poca
distancia que los separaba y sus labios volvieron a encontrarse de nuevo.
★☆★
Jongin caminaba por los pasillos
tallados en la piedra decididamente porque después de pasar varios meses allí
dentro sabía dónde estaba cada lugar y sabía qué camino era más rápido para ir
donde quisiera. Al principio había sido complicado y había dependido de otras
personas para poder hacer su recorrido, pero ahora ya lo hacía sin pérdida
ninguna. En aquellos momentos se dirigía hasta el lugar en el que lo había
llamado Suho para tener una reunión, en la misma sala en la que lo había visto
por primera vez tanto tiempo atrás. No había vuelto a hablar con él desde ese
día, pero sí que lo había visto algunas veces en el comedor, con todos los
demás y realmente no parecía una mala persona, aunque el chico siguiera sin
poder sentirse completamente a gusto con él.
Entre Baekhyun y Chen le habían
contado que Suho no llevaba mucho tiempo siendo líder, que lo era solo desde
que el anterior había fallecido cuando ayudó a Lay a cruzar hacia la Tierra
para buscarlo a él. Jongin había entendido en aquel momento que quizás no se
sentía cómodo con Suho porque por su causa, había muerto su padre. El chico
había tenido la misma sensación al principio con Lay, pero ya no la tenía más,
ya no quería huir de él, de hecho, solo quería estar a su lado todo el tiempo,
aunque aquello fuera inviable.
Jongin dejó que todos sus
pensamientos se fueran de su cabeza para poder concentrarse en lo que pasaría
dentro de la sala cuando llegó a su destino, llamó a la puerta y fue invitado a
entrar. Dentro, todo seguía igual a como lo recordaba de su primera vez allí,
solo que, en aquella ocasión, no había nadie más allí que Suho. El muchacho
esbozó una sonrisa cálida de oreja a oreja y lo invitó a sentarse en la gran
mesa, a su derecha. Una vez Jongin lo hizo y se giró hacia él, el otro comenzó
a hablar.
—Creo que debes de tener alguna idea
de por qué te he llamado aquí —comenzó—, pero es necesario que te lo explique.
—Por supuesto.
Jongin dio su consentimiento y Suho
comenzó a hablar. Le contó sobre el pasado, sobre el presente y sobre el futuro;
le contó sobre su papel en todo aquello; le contó sus planes para poder poner
fin a aquella invasión y Jongin lo escuchó todo atentamente hasta que el otro
finalizó su discurso.
★☆★
Jongin se dirigió aquella mañana,
como había hecho prácticamente todas las mañanas, a la sala del último piso pare
entrenar, pensando que sería a Lu Han a quien se encontraría allí. Sin embargo,
cuando llegó al lugar, no vio ninguna cabellera rubia, sino que encontró una
morena. El chico suspiró porque al parecer se habían acabado las clases
mentales y volvían las rutinas físicas para hacer su cuerpo más fuerte y ágil,
para poder derrotar a cualquier enemigo que se interpusiera en su camino, ya
fuese humano o huruqk.
—Nos volvemos a encontrar —le dijo
Tao una vez se dio cuenta de su presencia en el lugar—. Quiero ver si has
perdido forma o no, por eso hoy tienes que verterlas conmigo.
—Después del tiempo que he pasado
sin entrenar, lo más seguro es que no pueda aguantar contra ti ni cinco minutos
—le respondió sinceramente. Antes del ataque tenía un nivel un poco inferior al
de Lu Han, pero después de casi un mes sin hacer nada seguramente volvería a
tener la misma capacidad que en sus inicios.
—Bueno, eso es lo que vamos a
comprobar ahora —comentó el moreno—. ¿Cuerpo a cuerpo o espada?
—Prefiero espada —murmuró.
Tao sonrió y le indicó que se
acercara al centro de la sala. Una vez estuvieron a varios metros de distancia,
le lanzó una de las espadas de madera y Jongin la cogió al vuelo. Solo tardó un
segundo en colocarse en posición de defensa, pero un segundo fue también lo
único que necesitó Tao para romper su defensa y colocar la punta de su arma
bajo su barbilla.
—Lento —dijo—. Muy lento.
Jongin se movió rápidamente, girando
su cuerpo 360° y alejándose del moreno para tener un poco más de perspectiva de
los movimientos del otro. Probablemente no ganara aquel combate, pero al menos
podría hacer un par de ataques buenos si Tao se descuidaba... el único problema
era que Tao parecía tener ojos en la nuca.
—Ven a por mí —lo animó, pero Jongin
no le siguió el juego, tenía que centrarse en hacerlo bien y no en ir a lo
loco.
—Mejor ven tú a por mí —le replicó
antes de echar a correr en dirección contraria.
En los días en los que había
entrenado con Tao, Jongin había descubierto que este era bastante bueno en los
combates cortos, pero que cuanto más se alargaban en el tiempo, peor lo hacía
porque se cansaba bastante rápido. No tenía apenas resistencia, y el chico iba
a utilizar aquella baza a su favor para poder tener al menos una posibilidad,
ya que él tenía muchísimo más fondo. Jongin se alegraba mucho en aquellos
momentos haberse pasado tantas horas bailando en el estudio de la profesora
Song, porque había desarrollado una mayor resistencia física que las personas normales.
Por este motivo, Jongin hizo correr
de un lado a otro a Tao, a veces encarándolo y a veces simplemente huyendo de
él, para cansarlo, para así poder tener su oportunidad. Más de media hora
después de haber comenzado aquella lucha, Jongin finalmente acababa anotando su
primer punto, dándole una estocada en el estómago al moreno que este no pudo
esquivar aunque lo intentó con una finta.
—Muy bien —murmuró—. Eso sí que no
me lo esperaba… pero esto aún no ha acabado.
Y diciendo aquellas palabras, hizo
que las tornas cambiaran en un momento. Con un movimiento que Jongin no pudo
detener, acabó siendo él el acorralado, teniendo a su espalda el cuerpo de Tao,
aprisionando con su mano derecha su brazo y con su mano izquierda sujetando la
espada de madera contra su cuello. Si el arma hubiera sido de verdad, le habría
rebanado la garganta y en aquellos momentos, Jongin estaría en el suelo
sujetándose el cuello en vano, intentando no morir desangrado, aunque aquel
fuera su destino.
—Me rindo —dijo—. Tú ganas.
Tao lo soltó y Jongin se alejó un
poco de él, permitiéndose volver a respirar durante un segundo antes de que
todo volviera a comenzar de nuevo y el moreno comenzara a dar mandobles en su
dirección, intentando alcanzarlo de nuevo con su espada de madera. Durante un
par de horas más, ambos chicos estuvieron luchando entre ellos y, una y otra
vez, era Jongin quien perdía, aunque cada vez estaba más cerca de vencer a su
oponente gracias al cansancio que Tao llevaba acumulado.
—Parece que lo lleváis bastante bien
—se escuchó la voz de Lay a sus espaldas y Jongin se giró para verlo en la
entrada de la sala, apoyado en el marco de la puerta—. Vas mejorando a cada
minuto que pasa, Kai, al contrario que Tao.
—¿Desde cuando llevas aquí, Lay? —cuestionó
el moreno, adelantándosele a Jongin—. No te he visto llegar.
—Mmmm… he presenciado vuestras tres
últimas luchas —respondió—, así que creo que llevo el suficiente para poder
opinar —esbozó una sonrisa en la que su hoyuelo se le marcó en la mejilla
derecha—. Si seguís haciendo esto un par de veces más se deberían girar las
tornas y ser Kai el ganador.
—Eso habría que comprobarlo —comentó
Jongin. Nunca le había llegado a ganar a Tao y sería un gran aliciente para
hacerlo mucho mejor en el futuro.
—Estaría bien —le respondió Lay,
caminando hacia donde ellos se encontraban—, pero me gustaría ejercitarme un
poco contigo, tengo los músculos atrofiados después de pasar tanto tiempo en
una cama postrado.
—Creo que sería bueno luchar contra
otra persona ahora —dijo Tao—. Os dejo solos para que os vayáis tanteando,
subiré dentro de un rato.
El chico dejó la espada de madera en
el suelo, a los pies de Jongin antes de atravesar la distancia que lo separaba
de la salida de aquella sala, dejándolos solos en el lugar. Lay terminó de
acercarse a Jongin, con una gran sonrisa en su rostro.
—¿Espada o cuerpo a cuerpo?
—preguntó. Jongin lo pensó durante un par de segundos antes de contestarle.
—Cuerpo a cuerpo.
La espada que todavía estaba
sosteniendo cayó al suelo con un golpe sordo, cerca de la otra, pero ya lejos
de Jongin, quien había avanzado rápidamente hacia Lay, echando su cuerpo hacia
delante y utilizando el impulso para lanzar un puñetazo que fue bloqueado por
el brazo izquierdo del otro. Jongin plantó los pies en el suelo de piedra y
empujó un poco, haciendo que Lay tuviera que dar un paso atrás para
equilibrarse, justo antes de encadenar un par de golpes con su mano izquierda
que no llegaron a buen puerto ya que el mayor pudo detenerlos fácilmente.
Quedaron muy juntos, jadeando por el esfuerzo, aunque Jongin estaba mucho más
cansado que Lay.
—Has mejorado mucho —comentó este—,
y yo me he oxidado lo suficiente como para que casi estés a mi nivel —esbozó
una sonrisa—. Eso debe de cambiar —y tras decir aquellas palabras, comenzó a
atacar sin dar tregua alguna.
★☆★
Después del entrenamiento físico,
Jongin se sentía completamente agotado y lo único que quería era meterse en la
cama y morirse hasta que llegara el momento de volver a revivir al día
siguiente; sin embargo, Lay lo había tomado por la muñeca y lo había guiado por
los pasillos cada vez descendiendo más y más. El chico no entendía dónde quería
llevarlo, pero se dejó porque realmente no le importaba el lugar al que fueran
mientras que pudieran estar un poco de tiempo juntos. Cuando llegaron a la zona
en la que se encontraba la enfermería y giraron hacia la derecha para seguir
bajando hacia otro nivel aún más inferior que aquel, Jongin por fin supo qué
era lo que se proponía Lay y sonrió ampliamente.
—Y aquí es.
Aquello fue lo único que dijo el
mayor cuando aparecieron en una caverna que había sido excavada por la
naturaleza y no por el hombre en cuyo centro había una balsa de agua cristalina
y fresca. Jongin ya había estado allí un par de veces junto a Tao y Lu Han tras
los entrenamientos, para asearse como correspondía después de todo el esfuerzo
físico, y también había ido con su hermano una vez para hablar relajadamente
sobre cómo era la vida en la Tierra. Sin embargo, no había estado nunca con Lay
allí hasta aquel momento, y se sentía bastante nervioso a la vez que
expectante.
—Es un lugar muy bonito para bañarse
—murmuró, después de carraspear para que su voz saliera lo más natural posible
de su garganta seca.
Lay le sonrió y le soltó la mano
para adelantarse un poco, caminando hacia la orilla mientras que quitaba
lentamente su ropa. Jongin pudo apreciar en su espalda y brazos, cuando se
quitó la parte superior, varias cicatrices de diversas formas y tamaños; y
cuando la mitad inferior quedó expuesta, simplemente apartó sus ojos de él
hasta que el cuerpo del chico de ojos azules por fin estuvo cubierto por el
agua. Lay le hizo indicaciones para que fuera con él y Jongin exhaló un largo
suspiro antes de comenzar a desnudarse para entrar al agua también. El moreno
sintió cómo los penetrantes ojos azules de su acompañante no se perdían detalle
alguno de sus movimientos y se sintió un poco avergonzado cuando tuvo que
caminar hacia él. no se volvió a sentir tranquilo hasta que no estuvo
completamente cubierto por el agua, aunque esta fuera demasiado transparente y
aun así se pudiera ver todo.
Jongin volvió a carraspear
sutilmente antes de volver a mirar los ojos de Lay, encontrándose al chico
mucho más cerca de lo que lo recordaba, observándolo tan detenidamente como
antes y Jongin no pudo hacer otra cosa más que apartar su mirada cuando una de
las manos de Lay lo tomó por la cintura para acercarlo más a él y reír
nerviosamente hasta que sus labios se encontraron durante unos dulces
instantes.
—¿Qué te pasa? —murmuró Lay en su
oído cuando se separaron, recorriendo con una de sus manos la espalda del
menor, arriba y abajo.
—Nada —le respondió. Jongin colocó
sus manos en el pecho ajeno para alejarlo un poco, notando una superficie
rugosa que identificó como la cicatriz que se le había quedado de la herida que
le habían hecho hacía poco más de un mes—. Ya está completamente curada
—susurró.
—Gracias a tus cuidados —contestó.
Jongin sintió un aire cálido chocar contra su cuello y se estremeció entre los
brazos de Lay mientras el chico reía—. Eres muy sensible.
—Solo contigo —respondió
sinceramente.
—Me gustaría… ver cuán sensible
eres… —murmuró el chico, separándose de él y mirándolo a los ojos con un brillo
especial.
Jongin no pudo resistirse a aquellos
ojos azules y lentamente asintió, dando su permiso para que Lay pudiera
comenzar a acariciar con sus manos y sus labios cada parte de su cuerpo.
★☆★
Jongin estaba bastante cansado y por
eso, el día anterior se había quedado profundamente dormido nada más echarse
sobre la cama, acunado por los brazos de Lay rodeando su cuerpo desde atrás. El
día había sido muy largo entre el entrenamiento físico y luego el tiempo que
había pasado con el chico de ojos azules, así que pensaba tomarse ese día de
descanso. Sin embargo, el universo conspiraba contra él y no pudo dormir todo
lo que hubiera querido.
El chico se despertó del mundo de
los sueños cuando unos labios se empeñaron en tomar los suyos una y otra vez
hasta que por fin abrió sus ojos. Lo primero que vio, todavía con la vista
empañada por el sueño, fueros los ojos azules de Lay, dándole la bienvenida al
mundo de los vivos, antes de separarse de sus labios definitivamente con un par
de besos cortos. Jongin murmuró un par de cosas ininteligibles mientras se
frotaba los ojos para despejarse el sueño y poder coordinar bien. El chico
bostezó antes de incorporarse hasta quedar sentado en el colchón y, en ese
momento, se dio cuenta de que a pesar de que él seguía estando desnudo, Lay ya
llevaba puesta su ropa.
—Buenos días, bello durmiente
—comentó Lay—. Hoy tenemos muchas cosas que hacer, así que, arriba.
Lo tomó de los brazos, intentando
que se moviera y saliera por fin de la cama, pero Jongin no se movió ni un
milímetro. Quería seguir durmiendo y, sobretodo, no quería mostrarse desnudo
ante Lay porque, aunque este ya lo había visto de aquella forma el día
anterior, Jongin sentía vergüenza de que lo viera en aquellos momentos, cuando
estaba duro por un par de besos.
—Oh, vamos —se quejó—. Suho nos ha
llamado a una reunión urgente a todos y tú no puedes faltar por nada del mundo.
Jongin miró sus ojos azules,
queriendo ver en ellos la verdad y, un par de segundos más tarde, suspiró
resignado. Si el líder los llamaba, ellos tenían que ir. Por eso, simplemente
se destapó, retirando las sábanas que cubrían la parte inferior de su cuerpo,
mostrando con orgullo su erección antes de levantarse a buscar la ropa que
había tirado la noche antes por la habitación. Lay hizo un par de bromas sobre
ello, pero Jongin simplemente agachó su cabeza para esconder su sonrojo con los
mechones largos de pelo que le habían crecido en los meses que había pasado en
EXO Planet.
Unos minutos más tarde, ambos salían
de la habitación del mayor y se encaminaban al despacho de Suho, donde se iba a
celebrar aquella reunión a la que tenían que asistir. No tardaron mucho en
llegar y, cuando lo hicieron, se dieron cuenta de que ellos habían sido los
últimos en entrar a aquella sala. Una vez la puerta estuvo cerrada tras ellos,
Jongin se fijó en los rostros presentes allí y descubrió que todos le eran
conocidos, algunos más que otros, pero todos ellos le sonaban. Allí se
encontraban varios hombres de mediana edad, los miembros del consejo, pero
sobre todo, había chicos todos un poco mayores que Jongin, pero tampoco
demasiado. Él y Lay avanzaron hasta la cabecera de la mesa, donde Lu Han y Tao
los habían llamado y, cuando se colocaron allí, Suho comenzó a hablar.
—Ya que estamos todos aquí, os haré
saber el motivo por el cual os he llamado —dijo, captando la atención de
todos—. El final de la opresión se acerca y nuestra libertad será de nuevo una
realidad —Suho miró a un chico de los que se encontraban allí y este se
adelantó—. Xiumin os explicará el plan que llevaremos a cabo.
Suho se hizo a un lado y dejó que
Xiumin se colocara en su lugar, una vez allí, el chico de rasgos asiáticos pero
de cabello pelirrojo, extendió sobre la mesa un papel enorme que tenía
enrollado y Jongin distinguió que aquello debía ser un mapa de EXO Planet, al
menos, de la sección en la que se encontraban ya que reconoció la montaña bajo
la cual se guarecían ellos. Había una serie de marcas sobre el mapa que el
chico no reconocía en aquel momento, pero esperaba que Xiumin se las aclarara.
—Aquí es donde nos encontramos
nosotros —señaló la montaña y luego recorrió con su dedo la extensión del mapa
hasta llegar a otra de las marcas—, y aquí es donde se encuentran ellos y
nuestros compatriotas esclavizados —alzó su vista del mapa antes de seguir
hablando—. Tenemos que conseguir que la población salga del campo de batalla
antes de que nada les pueda ocurrir, de eso ya se están encargando Chanyeol y
D.O. desde esta mañana temprano y todo estará listo cuando ataquemos aquí
—Xiumin situó su dedo sobre otra de las marcas, que señalaba una ubicación
elevada—. Es el segundo bastión más fuerte de las fuerzas enemigas y si cae en
nuestro poder, todos los huruqk se refugiarán aquí —señaló el último lugar del
mapa que estaba marcado—. Si todo sale como está planeado, al verse
arrinconados en las ruinas, su única posibilidad de sobrevivir será ir hacia el
portal. Habrá varios estanques abiertos en el momento del ataque, pero
necesitamos que los huruqk vean solamente uno de ellos abierto, el que lleva al
mundo muerto del que salieron —Xiumin se giró hacia Jongin y este se sintió
observado por todos los allí presentes—. Es ahí donde nos ayudará el poder de
Kai —dijo—, él abrirá la puerta hacia ese mundo y luego la cerrará tras ellos
para que no puedan salir de allí.
Tras aquellas palabras, la sala se
quedó en silencio unos momentos antes de que varias personas comenzaran a
preguntarle al chico y a señalar distintos aspectos del plan. Cuando todo quedó
aclarado, a Jongin lo asaltó una duda.
—¿Y cuándo llevaríamos a cabo todo
esto? —cuestionó.
Suho, quien se había mantenido al
margen en todo momento, giró su cabeza en su dirección y lo miró fijamente a
los ojos antes de esbozar una sonrisa que hizo que un escalofrío le recorriera
todo el cuerpo y que al chico se le pusieran los pelos de punta.
—Esta noche.
★☆★
Ni veinticuatro horas tenía Jongin
siquiera para poder mentalizarse de que la batalla para recuperar el control de
EXO Planet estaba cerca, ni siquiera eso, y el chico estaba de los nervios.
Siempre había pensado en aquello como algo muy lejano y jamás se habría
esperado que fuera tan pronto. No estaba preparado, para nada; sin embargo, tenía
que dar lo mejor de sí porque sin él, sin su ayuda, sin su poder, estarían
todos perdidos.
Jongin sintió una mano callosa, pero
a la vez cálida, sobre su nuca y su cuerpo se destensó inmediatamente al
reconocer aquel tacto, exhalando lentamente todo el aire que no sabía que había
estado conteniendo hasta el momento. Después, ensayó la mejor sonrisa que pudo
antes de girarse y encontrarse con dos mares del azul más hermoso que había
visto jamás observándolo preocupados.
Lay debía saber perfectamente que no
se encontraba del todo bien y sin decir ni una sola palabra, abrió sus brazos
para que Jongin se internara en ellos y buscara su cuerpo para hallar allí algo
de consuelo y de tranquilidad para poder encarar lo que se les venía encima en
apenas unas pocas horas.
—Xiumin es un gran estratega —fue lo
primero que dijo—. Su plan saldrá bien, como todos los que ha ideado.
—No estoy preocupado por eso
—murmuró Jongin.
—¿Entonces por qué estás de esta
forma?
—No creo estar preparado
—respondió—. No tengo control absoluto sobre mi poder, a veces no va como
debería y no soy capaz de abrir ningún portal ni siquiera en la habitación de
al lado.
—No te preocupes por eso, Kai
—dijo—. Hoy todo saldrá bien... hoy es el día indicado para que se cumpla la
profecía... Lu Han lo ha visto.
Jongin alzó su cabeza y miró
directamente a los ojos a Lay. Parecía muy seguro de que todo iba a salir bien
y el chico no sabía si contagiarse de su espíritu optimista estaría bien o no,
porque seguía teniendo miedo a algunas cosas.
—Hay más, ¿cierto? —cuestionó Lay,
dando en el clavo, como si hubiera estado leyéndole la mente—. ¿Qué es?
—Y si... —Jongin tuvo que coger aire
porque se atragantó al principio de la oración—. Y si te sucede algo...
—No te preocupes por mí —contestó
Lay, esbozando una sonrisa que mostraba su hoyuelo—. Soy un hueso duro de roer.
—Pero...
Jongin quiso protestar, pero los
labios de Lay contra los suyos ahogaron cualquier respuesta en el fondo de su
garganta y, cuando se separaron, el chico se sentía mareado.
—Me aseguraré de estar siempre en tu
campo de visión para que no te preocupes por mí —prometió—, así que
tranquilízate y solo enfócate en pensar que todo va a salir bien y que mañana,
a estas horas, ya no habrá en EXO Planet ningún huruqk.
—Está bien —murmuró, intentando con
todas sus fuerzas hacer aquello que le había pedido Lay.
★☆★
La noche ya había caído en EXO
Planet cuando todas las fuerzas ofensivas de la resistencia por fin salieron de
la base de operaciones y comenzaron a seguir la ruta que había sido marcada en
la reunión de primera hora de la mañana de una forma sigilosa a pesar de que
eran bastantes personas las que se movían por la tierra seca del planeta.
Jongin avanzaba junto a Lay, en el medio de la formación, siguiendo a la
avanzadilla y resguardados de cualquier posible ataque enemigo por la
retaguardia. Xiumin le había dicho antes de salir que no se moviera mucho de
aquella zona, ya que era la más segura para él, quien era un blanco fácil para
el enemigo porque mientras usaba sus poderes no podía luchar y tenía que estar
protegido.
La luna creciente se alzaba en lo
más alto del estrellado cielo nocturno, alumbrando levemente el camino que
recorrían, aunque Jongin sentía que quienes estaban al frente no necesitaban de
aquella luz extra porque se movían ágilmente por aquellas tierras, como si
supieran exactamente dónde se encontraba cada obstáculo del camino. La luz, le
había dicho Lay, era un inconveniente extra contra el que tenían que luchar, ya
que los huruqk no veían bien en la oscuridad, pero con un mínimo de luz sí que
se podían mover bien.
Jongin se sentía más ansioso a la
vez que asustado con cada paso que daba hacia el final de todo aquello. No
había pensado en qué sería lo que sucedería una vez lograra cumplir el objetivo
que tenía, una vez que realizara con éxito aquello por lo que había viajado a
EXO Planet. No lo había pensado porque solo tenía dos opciones y ninguna de
ellas era válida para él, ninguna de ellas satisfacía correctamente todos sus
deseos y el chico no quería distraerse de lo que debía de hacer, por eso no
había querido pensar en ello antes y, por eso, en aquellos momentos tampoco
debía dedicarse a pensar en aquello.
Mientras Jongin desechaba todo
aquello de su mente, se dio cuenta de que el cuerpo de lucha había llegado
finalmente al primer emplazamiento en el que debían enfrentarse a las criaturas
que querían expulsar de su planeta. A su alrededor había unas cuantas cabañas
mal construidas y a punto de venirse abajo, tenían unas condiciones horribles
de habitabilidad y el chico no se imaginaba que alguien pudiera llevar una
buena vida allí y, sin embargo, sabía que más de la mitad de la población
humana del lugar había sido esclava de los huruqk y había vivido allí durante
las últimas dos décadas. Jongin vio cómo algunos de los hombres y mujeres que
luchaban en la resistencia entraban en unas cuantas de cabañas y salían unos
segundos después, asegurándose que el poblado estuviera completamente vacío
antes de que se iniciara el ataque sobre el emplazamiento de los huruqk.
Cuando llegaron a los pies de la
colina sobre la que se encontraba el bastión de aquellas criaturas, el sigilo y
silencio que se había adueñado de la formación se terminó de golpe a una señal de
Suho, quien iba a la cabeza. Todo se convirtió de repente en un aparente caos;
sin embargo, todo aquello había sido estudiado al milímetro y cada persona
estaba en el lugar que le correspondía mientras comenzaba la ascensión a la
colina. Cuando las fuerzas de la resistencia llegaron arriba, los enemigos
comenzaron su contraataque completamente desorganizado. Desde el interior de la
formación, Jongin casi ni notó que estaban siendo atacados porque ni un solo
huruqk pudo atravesar la primera fila de la resistencia y todo acabó poco
tiempo después de que comenzara, cuando una decena de criaturas, viendo que era
imposible acabar con ellos, echaron a correr despavoridos en dirección
contraria.
—Se mueven hacia donde dijo Xiumin
—murmuró Jongin, sin poder creérselo del todo—. Impresionante.
—¿Estás ahora más seguro de que el
plan funcionará correctamente? —dijo Lay a su lado, con una sonrisa brillante
en su rostro.
—Creo que sí…
—Entonces sigamos adelante.
La formación comenzó a moverse
siguiendo a los huruqk que habían escapado y dejando simplemente a unos pocos
atrás para que guardaran aquella posición que habían tomado y para que cuidaran
su retaguardia de cualquier ataque que pudieran realizar contra ellos aquellas
criaturas. Jongin echó a correr, siguiendo a las personas que tenía delante,
sintiéndose algo más seguro y calmado por tener junto a él a Lay en vez de que
este se encontrara en primera línea de batalla.
En aquellos momentos, cuando se
encontraban solo a unos pocos kilómetros de la fortaleza derruida que los
huruqk habían hecho suya, y en donde se encontraba la puerta al bosque entre
los mundos, Jongin comenzó a prepararse mentalmente para lo que tendría que
hacer un poco más adelante. Si las previsiones se cumplían, el plan de Xiumin
incluía que él guiase a aquellas criaturas a uno de los planetas muertos en los
que ya habían estado con anterioridad, un mundo en el que no iban a poder
sobrevivir. Jongin había abierto puertas a otros mundos desde EXO Planet,
incluso había podido conectar con la Tierra, y había estado un par de veces en
planetas cuyos estanques se habían secado. Sin embargo, todo aquello lo había
hecho sin ninguna presión, por lo que no sabía cómo iba a poder salirle en
batalla y por ello debía concentrarse.
Recorriendo aquellos pocos
kilómetros se concentró en hallar su poder y en tenerlo a flor de piel para
poder acudir a él en el momento en el que lo necesitara, tan concentrado se
encontraba en su tarea que cuando se quiso dar cuenta, vio que estaba escondido
detrás de un árbol junto a Lay y que, frente a él, se alzaban las ruinas del
castillo, iluminadas por la luna y por antorchas que se encontraban entre las
piedras caídas de lo que antiguamente tuvo que ser un lugar majestuoso.
—El factor sorpresa lo hemos perdido
—le comentó Lay—, pero eso no significa que no podamos hacerlo. Somos muchos y
más fuertes de lo que ellos piensan y no tardarán en intentar acercarse al
portal para escapar —el chico lo miró seriamente con sus ojos azules—. Tienes
que estar preparado para ese momento.
—Lo estaré.
El ataque comenzó unos pocos minutos
después de aquella conversación. Las filas de la resistencia se lanzaron hacia
el altiplano, justo como habían hecho unas horas antes en el otro lugar,
avanzando entre los muros caídos del castillo para resguardarse un poco de los
enemigos e intentar desconcertar a sus enemigos, atacando desde varios frentes
a la vez, rodeándolos para que no tuvieran más opción que atravesar el portal.
Lo primero que se escucharon fueron los gritos, tanto humanos como huruqk, y
justo después, estos fueron reemplazados por el sonido del metal entrechocando.
Jongin avanzó junto a Lay, escondiéndose
detrás de algunos escombros, teniendo a la vista el arco que aún se encontraba
en pie a pesar de que la mayoría de la estructura que había formado el castillo
se hallaba en el suelo. Este arco no tenía nada de especial si se comparaba con
los demás, pero Jongin sentía la energía que manaba de él y sabía perfectamente
que aquel lugar era el más especial de todo el conjunto.
La batalla se desarrollaba a su
alrededor y el chico veía cómo las fuerzas de la resistencia cada vez ganaban
más terreno y cada vez había más cuerpos amontonados en el suelo, la mayoría
pertenecientes a huruqk, aunque también había algunos humanos que Jongin no se
había atrevido a mirar por si había algún conocido y eso hacía que su
concentración y determinación flaquearan.
El sonido de un silbido rasgó el
aire nocturno y se escuchó por encima del ruido de la lucha. Aquella era la
señal que Jongin y Lay estaban esperando, la señal que indicaba que los huruqk
comenzaban a emprender la huida hacia el bosque entre los mundos y ambos chicos
salieron de su escondite y caminaron hacia el arco, atravesando el portal,
apareciendo segundos después en aquel lugar mágico que hacía de puente entre
los distintos mundos que existían en el universo. Lay lo tomó de la mano y lo
llevó a esconderse tras un árbol para que las criaturas no los pudieran
detectar mientras hacían lo que debían y los enviaban a un lugar del que no
podrían regresar. Jongin se concentró en ese momento en el poder que se
encontraba bajo su piel y sintió una gran afinidad con él y con los diversos
estanques. El chico supuso que aquello se debía a la proximidad que tenía con
los diferentes mundos y al poder que había en el lugar, que le facilitaba las
cosas.
Sin embargo, también sintió algo más
que le puso los pelos de punta. El estanque hacia la Tierra estaba abierto,
aunque los demás a otros mundos se encontraban cerrados.
—Lay… la Tierra —murmuró con miedo—.
El paso a la Tierra está abierto y los huruqk entrarán a ella antes que al otro
lugar, el estanque está mucho más cerca que el de cualquier mundo muerto.
—Maldita sea —maldijo el chico de
ojos azules—. ¿Cómo no pudo prever esto Xiumin?
Jongin quería despotricar, al igual
que estaba haciendo su acompañante, pero no podía perder el tiempo, tenía que
tomar una rápida decisión sobre lo que hacer. Abrir un portal hacia uno de los
mundos muertos era agotador y eso, sumado a cerrar el de otro mundo a la vez,
requeriría una fuerza que no poseía, pero no podía arriesgarse. Jongin no
quería que ninguna de aquellas criaturas atravesara la puerta al mundo en el
que había vivido toda su vida, el único mundo que había conocido hasta que
llegó Lay. No podía dejar que le sucediera algo malo a su hogar. Por eso tomó
una decisión.
—Tengo que cerrar el portal a la
Tierra —le anunció a Lay—. Es la única forma de poder solucionar este problema.
Y sin dejar que Lay le replicara o
le perturbara, llevó a cabo su decisión. Jongin se concentró en usar su poder
sobre el estanque que contenía el paso a su mundo, se concentró en aquella
abertura y dejó que su energía fluyera por ella hasta que aquella puerta estuvo
cerrada a cal y canto. El chico sentía el sudor recorriendo su cuerpo después
de todo el esfuerzo que había realizado, pero aún tenía algo más que hacer, así
que se enfocó en ello con todas las fuerzas que le quedaban. Eligió uno de los
estanques secos que más cerca tenía para su cometido y se esforzó por abrir una
puerta en él. Aunque la operación fue más sencilla que la que había realizado
con anterioridad, Jongin se sentía morir mientras mantenía abierto aquel paso.
Los huruqk entraron en aquel momento
en el bosque entre los mundos y comenzaron a buscar en los estanques alguna
puerta abierta a algún nuevo mundo que colonizar y destruir. Jongin estuvo a
punto de perder toda su concentración cuando los vio rondando el estanque de la
Tierra, pero se intentó tranquilizar para poder mantener abierta la puerta al
otro mundo. Finalmente, unos minutos después, las criaturas comenzaban a
internarse rápidamente en el mundo que el chico les había abierto hasta que
mucho más tarde, ya no quedaban nada más que él y Lay en el lugar.
Me sacaste un poco la mala impresión que me había dejado Suho en el capi anterior.
ResponderEliminarPor más que estan en guerra me gusta esas pequeñas escenas entre Lay y Jongin (siempre hay lugar para el romance)
Adoro la descripción de los entrenamientos y todo el progreso que hace nuestro prota, que por lo que veo solo tiene la capacidad de abrir portales (ya que me preguntaba si tendría otro poder, creo que me imaginaba un estilo Goku jaja😄)
Wow! Quede fascinada con la batalla y como Xiumin pudo toda su inteligencia en armar la estrategia, aún que me hubiera parecido demasiado fácil tanta perfección asi que el suceso del portal que estaba abierto a la tierra fue un buen complemento para poner a prueba las habilidades que el elegido tenia que mostrar.
Ya nuestro héroe salvo Exo planet y la tierra, solo queda ver si èl decide quedarse para tener una vida como Kai o si vuelve a su vida normal.
Pd: Chanyeol estuvo rompiendo el corazón de Jongin ... Eso no solo lo hace con nuestro prota. Èl sabe romperlos en otro sentidos mas agradables.😏
Pd2: el tiempo que Jongin no estuvo en la tierra me preguntó a sus compañeros de habitacion no les extraño su ausencia ? O el tiempo no transcurría de la misma manera que en Exo planet? Me surgen dudas...😁
En realidad SuHo no es mala gente... es solo reservado (????)
EliminarLa guerra no lo es todo en esta vida, también hay que ponerle un poco de romance porque sino se vuelve todo demasiado triste para que sea bueno ^^
Me alegra mucho que te gustara esa parte, me dio muchos quebraderos de cabeza, no sabes cuantos XD (No, solo puede abrir portales, Goku solo hay uno y vive en Japón XD)
Con la escena de la batalla estuve mucho tiempo liada pensando cómo podía hacer que pareciera algo real hasta que salió esto y la verdad es que me gustó bastante el resultado ^^
Bueno, él es ahora el único que puede decidir eso. (También puede hacer como Kagome, ir y volver (??????))
PD: ChanYeol es mala gente (??????) Nah XD
PD2: el tiempo corre de la misma manera, así que, claro que lo echaron en falta, pero eso, hasta que JongIn no vuelva, no lo sabrá XD