Nota: ¡Un nuevo capitulo a estrenar! Ya sé que tardo mucho en actualizar, pero hay otras historias que han de publicarse, pero siempre os traeré un nuevo capitulo, de verdad. ¡Espero que os guste este nuevo! ^^
Estaba cansado de correr, pero sabía que era algo mental. Tenía que seguir adelante un poco más. Algo le decía que estaba más cerca de ellos y que pronto los alcanzaría. Si se detenía, no se vería capaz de volver a emprender la carrera.
La gente que lo veía pasar como un rayo entre ellos no entendían nada, pero para él lo primordial era alcanzar a Yoongi y a Taehyung. Sin embargo, cuando los vio a lo lejos y una sonrisa floreció en su rostro, se vio obligado a detenerse y esconderse donde no le vieran.
¿Qué pasaría si se presentaba allí sin más? Recordó todo lo que había pasado hasta ese momento, todos los momentos que había pasado con ellos, el enfrentamiento y el beso con Taehyung, como Yoongi los pilló y los echó fríamente de a casa, como había dormido junto a Yoongi durante toda la noche sintiendo su cuerpo y su calor...
Tal vez lo mejor era no ir directamente y presentarse ante ellos como si nada. Se acercó un poco más a donde estaban sentados, a la espera de algo para intentar escuchar la conversación que ambos tenían.
-¿Qué hacemos? ¿Lo contamos? -Escuchó decir bastante abatido a Taehyung.
-Eso solo nos traerá más problemas. Lo mejor es que consigamos esa información que Yoonseung necesita y se la llevamos para que nos diga donde está Hoseok.
-¿Pero por donde comenzamos a saber una información sobre unos camellos cuando ni siquiera nosotros hemos llegado a involucrarnos en esos temas?
-Se nos tiene que ocurrir algo -A diferencia de Taehyung, Yoongi parecía más calmado, aunque movía una de sus piernas inquieto. Estaba preocupado por él.
En el fondo le comenzó a dar pena. Él estaba allí, casi a punto de tocarlos, sin atreverse a decirles que estaba bien mientras ellos estaban preocupado por él. Apretó los puños por lo impotente que justamente en ese momento se sentía. Yoonseung les había pedido una información por su culpa, algo que había empezado con él. Así que sería él quien lo haría.
Sin dejar de estar escondido, se alejó de los dos chicos para asegurarse que no lo iban a ver con cualquier descuido suyo. Una vez que estuvo seguro de que estaba la suficientemente lejos, tomó una decisión y un camino.
Lo mejor que podía hacer en ese mismo momento era empezar a indagar por donde justamente empezó todo. El pub donde algunas veces lo llamaban para trabajar.
Por suerte para él, cuando llegó al establecimiento en el que el muchacho que le faltaba un trozo de oreja le dio la primera amenaza, estaba abierto. Lo más seguro es que algunos de sus compañeros estuvieran a esas horas limpiando y arreglando todo para esa misma noche.
-¡Hola a todos! -Gritó nada más entrar a sus compañeros de trabajo.
-Hoseok ¿Qué haces por aquí? Que yo sepa el jefe no ha dicho nada de que necesite tu ayuda ni nada así -Uno de los chicos que siempre coincidían con él cuando trabajaba allí, no dudó en saludarlo.
-He venido solo a veros -Los dos chicos chocaron sus manos a modo de saludo-. Y ha preguntar unas cosas.
-Ya decía yo que no venías solo para nada. Dime ¿qué es lo que quieres saber?
-Ah… ¿Recuerdas al chico este que le faltaba un trozo de una de sus orejas que vino una de las últimas veces que estuve por aquí?
-¿Así con unas pintas un tanto extrañas? -Preguntó el chico tras unos segundos que se tomó debatiendo mentalmente. Hoseok le asintió energéticamente con la cabeza.- La verdad es que sí que lo recuerdo. Y ha venido varias veces más. Lo que no entiendo es para qué, si no pega con este lugar.
-¿Y no sabes nada más de él? -Preguntó Hoseok ansioso y expectante de poder conocer más datos de esa persona.
-Bueno, algo sí que sé. Me han dicho que lo ven mucho por el parque callejero que hay a dos manzanas de aquí. Justo en la zona donde suelen ir los skaters ¿Para qué quieres saberlo? ¿Vas a ir a buscar eso que vende? -Lo miró con una ceja arqueada como si fuera sospechoso de algo.
-¿Qué vende exactamente?
-¿No lo sabes? ¿Si no lo buscas para comprar eso que venden los camellos, para qué lo quieres? -Su amigo, parecía más perdido que él en la conversación.
-¿Camello? ¿Me estás diciendo que ese chico vende droga?
-Claro ¿Cómo te crees que sé por dónde va? Muchos de nuestros clientes van en su busca.
Hoseok no daba crédito a lo que estaba escuchando. Aunque por otra parte, estaba haciendo un importante avance.
-Muchas gracias, necesito hacer algo ahora -Con una inclinación, se despidió de su compañero y salió corriendo del pub prácticamente hacia el parque callejero. Esperaba encontrar allí a ese susodicho camello.
Apresurado, en cuestión de unos minutos ya se encontraba allí, justo en la zona de skaters como su amigo le había indicado. A esas horas, había muchos chicos que estaban practicando con su skate en las rampas que había.
Miró a su alrededor en busca del chico de la cicatriz en la oreja derecha, pero no dio con él. Tal vez no era el momento adecuado en el que saliera a vender su mercancía. Por lo tanto Hoseok se quedó de pie, apartado de toda la gente, observando como los chicos se divertían jugando.
Con las manos metidas en los bolsillos, esperó. No sabía a qué esperaba exactamente pero estaba allí, sin moverse, observando todo lo que le rodeaba. Hasta que alguien le llamó la atención con un suave toque en el hombro.
-No sé porque me da que me estás buscando -Cuando se giró, se encontró al chico que le faltaba un trozo de la oreja derecha, a quien estaba buscado.
-¿Qué te hace pensar eso? -Hoseok no quiso mostrar su intención a la primera, así que se puso algo a la defensiva.
-Has preguntado por mi en el club y llevas un buen rato aquí parado esperando. Nunca has frecuentado este lugar. Unos más uno… -Chasqueó la lengua. Ese chico era demasiado listo.
Ahora lo que veía con algo mejor de luz, vio que su aspecto era algo terrorífico. Y tenía un nombre. Los chicos dieron con su nombre, así que empezó a hacer memoria a ver si se acordaba, pero era complicado.
-Eres un chico listo. Sí, te estaba buscando. Lo que me ha extrañado es que aparecieras tan fácilmente. No sé, esperaba que te hicieras el duro o algo así.
-Llevo un tiempo a la espera de que me buscases. Después de todos los acontecimientos, creo que tengo que darte un mensaje más claro que no captaste la primera vez.
-¿Qué quieres decir? -El chico, le hizo una seña con la mano para que lo siguiera. Hoseok no sabía si fiarse del todo o acabaría con otra paliza en el cuerpo. Pero no le quedaba más remedio que seguirle hasta un rincón algo más privado para hablar.
Se alejaron hasta una zona donde nadie los veía y nadie los escuchaba. Hoseok estaba en alerta, por si pasaba algo y tenía que reaccionar rápido. No se fiaba de ese extraño chico con unas pintas lamentables del que no se acordaba de su nombre.
-¿Qué mensaje es ese que quieres darme? -Insistió. Cuanto antes se alejara de él, mucho mejor. No le causaba una buena impresión y se sentía bastante incómodo en su presencia.
-Eres un chico bastante impaciente, eh -Estaba jugando con él, lo presentía, lo veía en su picara mirada.
-No tengo mucho tiempo. Hay otras cosas de las que me tengo que encargar. Dime lo que me tengas que decir.
-Sí. Te lo diré. Pero antes me vas a decir que te ha llevado a buscarme -Una socarrona sonrisa se dibujó en su rostro ¿Cómo era su dichoso nombre? Le daban ganas de abofetearle la cara varias veces.
-¿Y si no quiero qué?
-Te irás de aquí sin saber nada. Y algo me dice que necesitas algo de manera urgente, eh.
Hoseok chasqueó la lengua. Estaba entre la espada y la pared. No le quedaba más opción que contarle parte de lo que le había llevado hasta allí, aunque siempre le quedaba la opción de inventarse algo. Pero para que una mentira sea creíble, tenía que contar algo de verdad.
-Se trata de ti y de la organización en la que estás metido… Ya sabes… -Con una mano hizo un gesto de esconder algo-. El tema de ser camello, las redes que tengáis.
-¿Y a ti para qué te interesa eso? -El chico, frunció el ceño. Aquello parecía ser un tema importante para él. Posiblemente había dado en la clave.
-A mí no. A otra persona que indirectamente se ha unido a vosotros a jugar al gato y al ratón conmigo. Yo solo quiero acabar con todo esto.
¡Sungyan! Ese era el nombre del camello que tenía ante él. Por fin le veían a la mente. Mientras este se estaba tomando un buen rato para debatir sus palabras, e incluso miraba a su alrededor con un ápice de temor.
-Creo que ya sé de quién me hablas ¿Estás intentando recopilar información para dársela? -Por un momento creyó que Sungyan se le iba a encarar. Por eso mismo Hoseok dio un paso atrás.
-No me interesa darle ninguna información a nadie. Lo único que quiero saber es por qué soy el conejillo de todos. Por qué me amenazan, me pegan una paliza y me destrozan la casa. Son cosas que no tienen un motivo o yo al menos no se lo veo. Y creo que merezco saberlo.
Que lo relacionase con los trapicheos sucios de Yoonseung no le hizo ninguna gracia, así que Hoseok optó por ser lo más directo posible, sin llegar a provocarlo. No sabía de lo que era capaz aquel tipo.
-Mira chico, te voy a decir unas cuantas cosas que quiero que te queden bien claras -Con un dedo señalándolo, lo hizo sentir amenazado-. Te estas metiendo en un terreno bastante fangoso. La mierda te está empezando a superar las rodillas. Así que por tu bien, si yo fuera tú cogía las maletas y me largaba de la ciudad.
-No me interesan esos temas, te lo estoy diciendo. Solo quiero que me dejen en paz. Yo no he hecho nada a nadie -El camello soltó una leve carcajada ante sus palabras ¿Es que acaso había dicho algo gracioso?
-Has metido las narices donde no te llaman -Cada vez Hoseok creía más que los dos hablaban de cosas totalmente distintas, porque no entendía de lo que se refería.
-Si lo hubiera hecho, lo reconocería. Pero en mi entender, no he hecho tal cosa.
La furiosa mirada que le lanzó Sungyan cargada de una seria advertencia, le provocó pavor a Hoseok. No podía parecer débil ante él, no podía darle a entender que solo quería salir corriendo de ahí y no saber nada del tema.
-Ten mucho cuidado. Hay gente que no está contenta contigo.
-¿De qué estás hablando? No te entiendo. Hablas de cosas de las que no estoy al corriente. Si en vez de hacerte el interesante me las explicaras, llegaríamos más lejos.
-No te conviene saber demasiado. Así que quédate cómo estás, no tienes a tu primo especialmente contento -Sungyan dio por finalizada la conversación con un toque de su dedo en su hombro. Después se marchó dejándolo allí completamente asolado.
Pensaba que si buscaba al maldito chico que le faltaba un trozo de la oreja derecha, se aclararían mucho las cosas. Pero lo único que había conseguido era quedarse más confundido de lo que ya estaba.
Suspirando pesadamente, Hoseok pateó una piedra ¿Y ahora qué? A penas sabía información. Solo que estaba ante una red de camellos por la que Yoonseung tenía cierto interés. Además, de que su primo estaba involucrado ¿Qué tenía que ver él en todo eso? ¿A caso había sido él quien lo había metido en todo ese problema?
No entendía las palabras de Sungyan respecto a que su primo no estaba contento con él. Estaba completamente desconcertado y más perdido que nunca. Que él supiera, no le había hecho nada malo a su primo, así que en teoría no debería tener nada en contra suya.
Otro suspiro escapó de sus labios. Lo mejor es que volviera en busca de Yoongi y Taehyung, antes de que ambos hicieran algo de lo que se arrepintieran después y contarles la poca y confusa información que tenía.
Metió las manos en los bolsillos delanteros de los pantalones que llevaba, antes de marcharse de aquel parque indignado.
Cuando comenzaba a ser conocedor de la trama en la que involuntariamente lo habían involucrado, surgían nuevas dudas y nuevas preguntas. Y el hecho de conseguir unas respuestas era lo más complicado que se le presentaba.
Por suerte ya tenía algo que decirles a los otros. Ya no se presentaría ante ellos con las manos vacías.
Y lo más importante para sí mismo, no se sentía un completo inútil que veía sufrir a los demás sin hacer nada. Había tomado la decisión más acertada.
Ahora solo le quedaba encontrar a Yoongi y Taehyung y cruzar los dedos. Con un poco de suerte, no habrían cometido ningún error.
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