martes, 30 de agosto de 2016

(YeWook) A second chance to make you happy -Serial- Capitulo 9


   Nota: ¡Buenas! ¿Qué tal estáis? Aquí os dejo un nuevo capítulo de este Yewook. Espero que os esté gustando ¿Surgirá algo más entre Yesung y ese nuevo posible amor?

•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•

   -¡Ay, JongWoon! Al final tendrás que volver a casa conmigo y con tu padre. -Me decía mi madre mientras caminaba de un lado a otro del salón de mi casa con un trapito en la mano.

   -Mamá, déjalo. Tampoco está tan mal.

   Yo iba detrás de ella intentando detenerle. Era su día de descanso y no quería que lo pasara limpiándome la casa. Bueno, ni ese día ni ninguno. Además, era verdad que tampoco estaba tan sucia. Un poco de polvo y algún que otro trasto por en medio. Nada que no pudiese apañar yo mismo en cinco minutos. Pero mi madre veía algo fuera de lo normal, por pequeño que fuese, y ya le saltaban todas las alarmas.

   -Que no me cuesta nada, hombre. -Insistía, pasando el trapito allá donde iba.

   Suspiré, rindiéndome. Era imposible, iba a hacer lo que le diese la gana.

   -Bueno, déjame al menos hacer la comida. -Propuse.

   Menos mal que aceptó. Casi nunca me dejaba hacer nada. A veces me seguía tratando como a un niño de 8 años. Teniendo en cuenta que ya rondaba los 30, era un poco molesto.

   Había ido a hacerme una pequeña visita, según ella. Ya me conocía yo sus ''pequeñas'' visitas. Llegué a la cocina y empecé a mirar qué podía cocinar. Menos mal que había ido a hacer la compra el día de antes. Solo habría faltado que me hubiese visto la nevera casi vacía. Llega a hacerlo y me arrastra de los pelos con ella para engordarme mientras me regaña por no comer. De hecho, ya tenía que aguantar sus comentarios por haber perdido tanto peso en los últimos años. Bueno, imagino que era normal que se preocupase por mi salud.

   Ya tenía prácticamente todos los ingredientes preparados para empezar cuando escuché la emocionada voz de mi madre desde el salón. Curioso, dejé a un lado lo que estaba haciendo para ver a qué venía aquel alboroto. No me hizo falta preguntar.

   -No me habías dicho que RyeoWook se casaba. -Exclamó con una sonrisa en los labios y la invitación en la mano.

   -Ah... Sí. -Intenté sonreír, pero no pude. Ya había olvidado que esa horrorosa invitación estaba allí cogiendo polvo.

   -Y veo que es este sábado ¿Vas a ir? Ah, ya entiendo por qué vino aquel día ¿Fue a darte la noticia? Me sorprendió verle. No sabía que aún os hablabais. Es bonito que mantengáis la amistad ¿KyuHyun? ¿¡Tu amigo!? Ay, qué bien. Ese chico siempre me gustó.

   -Mamá, dame eso. Por favor. -Casi ordené, empezando a sentirme realmente mal y queriendo arrancarle el papel de las manos y romperlo en mil pedazos. Y sus comentarios... En fin ¿Por qué tenía que ponerse a mirarme los cajones como si estuviese en su propia casa?

   -Es una muy buena noticia ¿No crees? -Dijo, pasando de escucharme.

   -Sí, perfecta. -Respondí de forma sarcástica y de muy mala gana.- Dame la invitación.

   Por fin me hizo un poco de caso. Ya con la invitación en mi mano, me esforcé por no romperla y lanzarla lejos de mí como si fuese a contagiarme algo con solo tocarla. Mi madre ya no parecía tan entusiasmada.

   -¿Qué te pasa, cariño? -Me preguntó con esa característica expresión preocupada que tan seguido veía últimamente.

   Intenté buscar una excusa rápida.

   -Aún no sé si podré ir. Quizás sí, no sé. -Dije sin siquiera atreverme a mirarle a la cara. Si lo hacía sabía que había algo más. Recordarlo me había destrozado el ánimo.

   -¿Te preocupa eso? Bueno, si no puedes seguro que lo entiendes. Son tus amigos. -Dijo con un tono de voz optimista, volviendo su atención una vez más a la limpieza.

   Ya... Amigos. Adoraba a mi madre pero a veces se metía demasiado en mi vida. Yo ni siquiera sabía la fecha de la boda antes de que ella encontrase la invitación. No me molesté en mirarla el día que la recibí. No quería saberla. Ahora que sabía que solo faltaban cuatro días, pasaría aquello que tanto había intentado evitar. Lo estaría recordando a cada segundo y aquel sábado, cuando todo estuviese ocurriendo, yo estaría hundiéndome aún más en mi propia miseria al saberlo.

   A la hora de comer tuve que esforzarme por terminar de vaciar mi plato. La dichosa invitación había acabado con mi apetito. Pero si no lo hacía ya sabía lo queme esperaba teniendo en cuenta que mi madre estaba en frente.

   Tras comer y empeñarse en fregarlo todo, se fue.

   Aquella tarde intenté distraerme con todo lo que vino a mi mente. La televisión, el pc, el móvil, intenté leer, di un pequeño paseo... Nada funcionaba. Aquel maldito enano irresistible había vuelto a ocupar mi cabeza por culpa de mi madre.


***


   Al día siguiente era el no tan esperado día, desgraciadamente.

   Mi humor había ido empeorando con el paso de los días hasta el punto en el que parecía que nadie quería estar a mi lado por si acaso lo acababa pagando con ellos. Y no les culpaba por ello. No quería pensar más. Estaba desesperado por olvidar todo y no saber ni en qué día vivía. Por no saber ni quien era RyeoWook.

   Ya hacía un par de días que tenía en mente hacer una pequeña locura. Una locura o algo que debería haber hecho hace mucho tiempo, según se mirase.

   Miré mi móvil, pensativo. Reflexioné durante largo rato si hacer o no lo que estaba pensando. Seguramente debería haberle hecho caso a todos desde un principio y rehacer mi vida de una maldita vez con otra persona. Si es que no volvía a estropearlo todo.

   Al final me decidí, sin pensar. Desbloqueé el móvil e inmediatamente fui a la agenda de este, buscando el número de BaekHyun. Marqué, dudando unos segundos antes de hacerlo. Pero lo hice. Si me lo seguía pensando me echaría atrás.

   -¿Sí? ¿Quién es? -Escuché cuando descolgaron. Era su voz.

   -Soy JongWoon, el chico de la cafetería. -Le dije, un poco nervioso. Solo esperaba que no se me notara en la voz que estaba temblando.

   -¡Ah, JongWoon! Por fin me llamas. -Le escuché reír.- Ya creí que no ibas a hacerlo. Creía que a este paso tendría que volver a buscarte. -Bromeó. O eso creo.

   -Ya, lo siento. He estado ocupado... -Dije a modo de excusa, improvisando mis palabras sobre la marcha.- Quería asegurarme de tener tiempo para nuestra segunda cita.

   ¿En serio dije eso? Ni yo mismo podía creerlo. Tardó en responder, pero lo hizo.

   -Por supuesto ¿Tienes algo en mente? -Preguntó. Por su voz podía notar que estaba realmente interesado en mi propuesta.

   No. La verdad es que no tenía absolutamente nada pensado.

   -Sí, claro. Pero es una sorpresa. -Así tendría más tiempo para planear algo.- ¿Dónde y a qué hora te recojo?

   -¿Esta noche? -Preguntó, un poco sorprendido. Seguramente estaría preguntándose a qué venían tantas prisas de repente.- Pues... no sé... ¿A las ocho y media en la puerta de tu cafetería?

   -Perfecto, allí nos vemos.

   -Hasta luego, hermoso. -Dijo antes de colgar la llamada, con un tono de voz alegre.

   Suspiré. Ya estaba hecho. No había vuelta atrás.


***


   Al final le llevé a cenar a un ligar medianamente decente que estaba cerca del centro de la ciudad. Me pareció que estaba más que satisfecho con el plan. Incluso comentó un par de veces lo romántico que le parecía todo. Bueno... Yo podía hacerlo mucho mejor que eso.

   Tras eso se empeñó en dar un paseo por un parque enorme que estaba lleno de árboles, arbustos, césped en el que echarse, flores... Era bastante bastante bonito, la verdad. O al menos lo era de día, cuando podías ver algo. Lo malo que tenía es que no estaba demasiado bien iluminado por la noche. Pero allí estábamos, paseando por uno de los caminos que tenía el parque.

   Se había agarrado a mi brazo y de vez en cuando echaba la cabeza hacia mí, apoyándola en mi hombro. Yo le dejaba hacerlo, claro. Al fin y al cabo era eso lo que estaba buscando ¿No? Además, su compañía no me era desagradable. Pero tampoco me gustaba lo suficiente como para ser un buen reemplazo de RyeoWook. Pero con el tiempo y tras conocerle mejor las cosas podían camiar o al menos eso era lo que yo quería creer.

   -Aquí hay mucha tranquilidad ¿Verdad? -Me preguntó tras unos minutos caminando en silencio.

   -Bueno, yo tengo la sensación de que en cualquier momento saldrá alguno de detrás de un arbusto, queriendo robarnos. -Le dije de forma que parecía que bromeaba. En realidad lo decía muy en serio.

   BaekHyun rió con suavidad por mi comentario.

   -Seguro que si eso pasa tú me defenderás. -Aseguró, apretando un poco más mi brazo al hacerlo.

   -Quizás antes sí, cuando estaba más fuerte. Con lo delgado que estoy últimamente... Me partirían en dos como una ramita antes de llegar a poder hacer nada. -Esta vez sí que fue una broma de la que yo mismo me reí. A él también pareció hacerle un poco de gracia.

   -Qué dices. Seguro que estás muy bien y tienes unos abdominales bien marcaditos. -Se pegó más a mí al decir aquello, apoyando la cabeza sobre mi hombro como ya había hecho anteriormente. En sus labios mantenía una sonrisa en todo momento. Qué envidia.

   -Si me levantas la camiseta lo único que vas a encontrar son costillas. -Le aseguré.

   Ya estaba delgado antes de volver a encontrarme con RyeoWook. Pero tras todo lo ocurrido mi apetito había ido disminuyendo hasta el punto de acabar adelgazando aún más. Esa era una de las mayores preocupaciones de mi madre.

   -A ver, a ver. -Entonces, de repente y sin darme tiempo a reaccionar, me levantó la camiseta hasta más o menos la altura del pecho.

   Yo me eché enseguida un poco hacia atrás, intentando tomarlo como una broma y reír tal y como él lo estaba haciendo. Pero en realidad no me había hecho mucha gracia.

   -No estás tan mal como dices, mentiroso.

   Nos habíamos detenido en mitad de aquel camino. La luz apenas llegaba donde estábamos.

   -Tampoco has podido verme muy bien, eh.

   -¿Y puedo tocar? -Me preguntó mientras se acercaba un poco más a mí de nuevo. Noté cierto tono juguetón en su voz junto con la pregunta.

   -¿No puedes esperar a llegar a casa? -Le dije un poco incómodo, más que nada porque quería posponer ese momento lo máximo posible.

   BaekHyun sonrió de medio lado, pegando su cuerpo más al mío. Entonces subió la mano derecha hasta mi nuca, acariciando mi cabello desde allí.

   -Tranquilo, aquí no va a vernos nadie. -Susurró, acercando peligrosamente sus labios a los míos. Inconscientemente hice el intento de echar la cabeza hacia atrás y apartarme, pero su mano en mi cabeza lo impidió. Entonces rió.- Parece que me tienes miedo.

   Tenía razón. Si le había llamado era precisamente para permitir ese tipo de cosas. Sobre todo esa noche en la que cuanto menos pensase, mejor.

   Llevé una mano a cada lado de su cintura e hice un poco de fuerza hacia mí, atrayéndole a mi cuerpo. Ahora estábamos completamente pegados el uno al otro y nuestros rostros separados por pocos centímetros.

   -¿Así mejor? -Le pregunté, rogando por poder realizar una actuación creíble.

   -Mucho mejor. -Su sonrisa se amplió y entonces nuestros labios se rozaron.

   Le escuché suspirar, sintiendo su respiración sobre mi boca. Entonces le vi cerrar los ojos ¿Estaba esperando que fuese yo quien le besara primero? Pues lo hice ¿Por qué no? Ya no tenía absolutamente nada que perder. Quise empezar lento y tierno, con movimientos suaves, pero no pude. No me dejó. En cuanto nuestros labios entraron en contacto, se emocionó de tal forma que por un momento pensé que lo que quería era devorarme.

   Pronto nuestras lenguas se entrelazaron, acariciándose y jugando entre ellas de una forma que si bien era bastante excitante, no conseguía serlo lo suficiente. Al menos para mí. El chico parecía estar más que preparado para dar un paso más. Y dos y tres si hacía falta.

   Nuestros labios se separaron por la falta de aire, pero no dejó que me alejara mucho.

   -Vamos, ven aquí. -Me dijo, como con prisas. Tomó mi mano y comenzó a caminar fuera del camino, metiéndonos entre los árboles y arbustos del parque.

   Yo le seguí sin decir nada, imaginando qué era lo que quería ¿Pero sería capaz de dárselo? Ahí estaba la gran duda. ''No pienses. No pienses. No pienses'', me repetía una y otra vez mientras quedaba atrapado entre el cuerpo de Baekhyun y un árbol.

   Agarró una de mis manos de nuevo y la dirigió directamente hasta su propia entrepierna. Así, sin más. Aquello me dejó totalmente descolocado en un principio. Mi mano estaba atrapada entre la suya y su miembro, el cual noté endurecido bajo la tela que estaba tocando. Debía decir o hacer algo rápido. Me sentía entre la espalda y la pared. Por un lado estaba yo mismo y mis ganas de olvidar todo lo que había estado pasando últimamente. Por otro lado, sentía que traicionaba a RyeoWook. Pero ¿acaso sentía él culpabilidad cuando se acostaba con KyuHyun? ¿Le importaba yo lo suficiente como para no casarse con otro? No. No lo creo.

   Respiré hondo tras tomar mi decisión definitiva. Sin querer pensarlo más, cerré un poco mano en torno a su miembro, agarrándolo y apretándolo levemente con los dedos. Le escuché suspirar, estaba cachondísimo. Qué suerte.

   Murmuró mi nombre y me miró directamente a los ojos. Intenté sonreír.

   -Me gustas mucho. -Susurró sobre mis labios, entre suspiro y suspiro.- Tienes unos ojos oscuros preciosos y muy atractivos... -Añadió. Mientras decía aquello su mano vagaba libremente por mi torso, sobre la camiseta.

   -Tú sí que eres bonito. -Le dije en un intento de seguir fingiendo que aquel chico me interesaba en algún sentido. Llevé mi mano libre a su trasero y lo apreté, de nuevo siguiendo con el juego. Le vi morderse el labio, seguramente intentando ser provocativo. Pero seguía sin ser suficiente. Nada lo era. BaekHyun era un quiero y no puedo.

   Poco a poco me estaba empezando a sentir más incómodo, conforme la situación avanzaba. Creí que salir con BaekHyun y acostarme con él iba a solucionar algo. O al menos, iba a conseguir hacerme olvidar un poco toda mi desgracia. Pero solo estaba consiguiendo sentirme más miserable de lo que ya me sentía antes. Y para colmo, el recuerdo de lo que iba a ocurrir al día siguiente atacó mi mente.

¿Qué estaba haciendo...?

   -Para, para. -Le pedí, separando mis labios de los suyos rápidamente, interrumpiendo un nuevo beso.

   -¿Qué te pasa, cariño? -Preguntó. Pero no parecía muy preocupado, al contrario. Dejó de besarme, pero notaba como intentaba desabrochar mi pantalón.

   Aparté su mano de ahí, un poco brusco. Eso sí que le alarmó, haciéndole retroceder un poco.

   -He dicho que pares. -Le repetí con seriedad, poniéndome bien la ropa para salir de allí e irme a mi casa.

   -Pero... ¿Por qué...? No entiendo ¿Qué pasa? -Se le veía realmente confundido, algo que no me sorprendía en absoluto.

   -Tengo que irme, lo siento. -Me limité a decir, caminado fuera de los arbustos.

   Le escuché gritar algo detrás de mí, no en un tono demasiado bonito ¿Pero qué más daba? Lo sentía por él, pero era incapaz de darle lo que quería de mí.


4 comentarios:

  1. JongWoon tarado ���� y donde está el puto ryeowook???

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pronto saldrá, ya queda poco para que acabe xDD Gracias por comentar ^^

      Eliminar
  2. Bueno al menos no se metió con ese chico, sino su misera vida seria peor de lo que esta ahorita.
    Quiero pensar que esa boda es falsa, que Wook no se casará con Kyu que todo fue un invento para que Jongwoon reaccione.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, al final fue listo XD
      Me temo que la boda no es falsa, pero quién sabe si al final se celebrará... ¡Gracias por el comentario!

      Eliminar

¡Tus comentarios son importantes para que el blog siga creciendo!